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Omega por Mon18Zu

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Notas del capitulo:

[Aclaración: Solo para aclarar unos puntos en mi historia: Cuando una persona presenta su segundo género, no importa si es un alfa o un omega, tiene que presentarse ante un alfa de mayor rango (decirle, básicamente, que ha obtenido su género). Generalmente es el alfa de la familia, quien lo reconocerá y finalmente lo aceptará dentro de la manada (a esto se le conoce como recibimiento). En otras palabras, los no presentados no pertenecen a una manada, técnicamente. No reconocen el aroma de sus padres o familiares ya presentados. Son por así decirlo, simples humanos. El instinto de un recién presentado es pertenecer a la manada familiar.]

Sam escuchó sus propios pasos sobre las piedras del aparcamiento mientras caminaba con precisión, antes de reunirse con su padre. Se concentró en eso, ya que la suave respiración de Dean ya no le acompañó en su andar. La ausencia de su aroma le produjo cierto malestar, ya que de pronto fue como si sintiera el peso de las heridas y el olor de Dean hubiera estando ayudado a calmar las molestias. En realidad, no creyó que sus heridas fueran graves, pero si le han estado consumiendo mucha energía ya que su cuerpo, incluso justo ahora, está tratando de curarse.


Levantó la mirada del suelo de piedras y colocó sus ojos a la altura de los del alfa, mucho más fuerte y poderoso que él. A su vez, John lo miró inquisitivamente. Tiene las manos en sus bolsillos, sus dedos apenas se ocultaban debajo de la gruesa tela de mezclilla, y su camisa de cuadros y mangas largas ondeaba sobre su abdomen a causa de la suave brisa de la noche.


-¿Y?.- Le cuestionó con seriedad. Su rostro es bastante claro para Sam, debido a sus agudos sentidos. Su voz fue ronca y algo ruda y sus ojos negros brillaron con afán. De pronto, Sam se dio cuenta de que su padre ya no lo trababa como a un niño y ello le dio vigor a Sam para pronunciar sus siguientes palabras, dejando de lado la modestia.


-¿Lo hiciste?, ¿Lo recibiste dentro de la manada?.- Cuestionó con voz firme. El semblante de su alfa se turbó ligeramente. John parpadeó y frunció el ceño después de un segundo, pensativo. Su barbilla estaba cubierta por los inicios de una barba gruesa y blanca. No respondió. No lo sabía, eso Sam lo notó en su rostro.


Tiene mucha lógica que Dean se presentara ante él ya que de esa manera sosegaría a su padre airado. Inclinar la cabeza ante él también puedo interpretarse como sumisión, un acto de un alfa que no desea enfrentarse a él, y no como la petición de un omega de pertenecer a la manada. Sam había permanecido en la habitación donde atendían a su madre. Él se quedó a su lado, así que no tenía manera de saber lo que su padre y Dean conocen. Él no estuvo presente en la confrontación que finalmente llevaría al exilio de Dean de la familia, de su hogar. Si Dean inclinó el cuello y cedió a la subordinación, aceptando a su padre como su alfa, eso significa que John jamás lo rechazó, al menos no abiertamente. De haberlo echo, Dean no tendría impedimentos en volver ya que su órdenes no tendían fundamento ni ímpetu sobre él. Seguramente su padre también creyó que Dean le hacía un favor al no presentarse en su casa ni acercarse a su familia y seguramente su madre también se sintió rechazada ante las decisiones de Dean, pero de eso Sam no estaba seguro. Pero si está seguro de que a su madre le afectó más de lo ella deseaba admitir.


-Porque lo está.- Continuó él, con mayor firmeza, y asintió una vez mientras lo hacía. John retiró la mano derecha de su bolsillo y la colocó sobre su rostro, cubriendo su barbilla y sus labios, absorto en su propia línea de pensamientos.- Él sigue obedeciendo tus órdenes, las órdenes que le impusiste esa noche.- Aclaró con presteza, sin detenerse. Suspiró hondo y dejo salir el aire con prisas.- ¿Dean inclinó el cuello, padre?.- Demandó saber finalmente, con tranquilidad. Observó con detenimiento el rostro delante de él, capturando cada detalle de su expresión, medida entre la seriedad y la sorpresa. Las líneas de expresión revelaban que John comenzaba a envejecer pero Sam está bastante seguro de que pocos alfas podrían derrotarlo en una pelea cuerpo a cuerpo.


-Lo hizo.- Sam abrió los ojos, pillado por la concisa respuesta de su padre. John asintió con lentitud, mirando al rededor.- Más de una vez...- Permaneció en silencio unos segundos, en los que Sam se concentró en su propia respiración.- Tiene sentido, jamás lo rechacé, en ninguna de ellas.- Susurró con voz grave. Luego le devolvió la mirada con entereza.- No lo interpreté correctamente, ese fue mi error.- Sam estuvo de acuerdo, asintió con ligereza y suavizó sus facciones. De haberlo sabido, John estaba seguro de que todo hubiera quedado en un accidente, pero obligó a su hijo a levantar la mirada y enfrentarlo. Rechazarlo implicaría ignorar su petición, así que no lo hizo, pero de cierta forma, eso lo hacía sentir peor. Si Dean realmente pertenece a su manada, él puede saberlo y para ello, tiene que reunirse con él.


-¿Así que Dean sigue obedeciendo mis órdenes?.- Le consultó John con una voz calmada y algo fatigada, concentrado en el rostro grisáceo de su hijo menor. Se frotó la barbilla un par de veces. Sam se dio cuenta de que John no necesitaba oír su respuesta.


-Ésta justo ahora en el límite de la propiedad porque cree que no puede cruzarla.- Confirmó Sam, un poco menos exaltado.


-Azazel no fue suficiente para romper la atadura.- Continuó John en un murmullo bajo, afirmando aquello.


-Bueno, él...- Sam bufó, avergonzado.- Como dijo Gabriel, no le dimos la oportunidad.- No puedo evitar tragar saliva. John asintió, con la mirada en el suelo, un poco pensativo. Retiró la gruesa mano de su rostro y la devolvió a su bolsillo derecho.- He estado intentando obtener su información reproductiva, pero...es bastante confuso.- Frunció el ceño, sin comprender físicamente porqué lo era.


-Sam.- John levantó la mirada y le miró a los ojos.- No lo hagas, tratamos de que no se sienta incómodo.- Le pidió amablemente, negando con la cabeza. Sam no estuvo seguro de si se ruborizó. Había intentado ser bastante discreto, su madre se lo pidió. Azazel pudo haber adelantado semanas el celo de Dean solo con su cercanía, por muy poco que haya sido el tiempo en que convivieron, y aún no estaban seguros de si esa “cercanía” había llevado a algo mucho más íntimo. Es de conocimiento publico, sin embargo, no es común que un omega quedé preñado de un alfa fuera de su celo; no es imposible, sobre todo cuanto más cerca esté el omega de su celo. Además, en los libros en que se informó Sam, encontró testimonio de que el omega es capaz de otorgar información de su ciclo reproductivo a un alfa a voluntad, lo que es útil para un familiar biológico, y lo que tiene mucho sentido, si confía en el alfa. Si no lo hace, los familiares biológicos no pueden saberlo, no al menos con total seguridad, pero por muchas razones, Sam no se atrevió a pedírselo.


-Si las sospechas de tu madre son ciertas, Dean nos las dirá a su tiempo.- Aseguró John, con las cejas levantadas sobre las arrugas de su frente y un sutil brillo de decepción en sus ojos.


-De acuerdo.- Asintió, bajando su mirada, claramente avergonzado.- Entonces, ¿Qué fue lo que pasó?.- Preguntó, retomando el tema anterior, alzando los ojos.- Lo recibiste, o al menos así lo interpretó Dean, pero ¿cómo ocurrió?.- John lo miró, de una forma un poco extraña. El viento le revolvió a él ligeramente las hebras de su cabello rubio. Movió los dedos de su brazo herido y las punzadas de dolor le revivieron un poco.


-Podemos dejar esa charla para después.- Colocó su mano sobre su hombro y lo palmó. Sam no esperó ese contacto.- Tengo trabajo que hacer con Dean.- Le dijo, mientras le rodeaba y pasaba por su lado con bastante calma. Sus pisadas produjeron ruidos chirriantes sobre las piedras que pisaban.


 


 


......


 


 


El fuerte e inesperado sonido de pisadas, que interrumpieron de pronto la ocasional brisa sobre los arbustos y plantas, hizo que Dean apartara la mirada de Castiel. Parpadeó, confundido, y sus ojos captaron dos figuras entre las sombras por delante, acercándose a ellos. Castiel parpadeó también, afectado por haber perdido la atención del omega. Su mano, a solo palmos de la mejilla de Dean Winchester, quedó suspendida un segundo antes de que descendiera el brazo con tranquilidad hacia su costado. Había tenido la esperanza de que ambos alfas se acercarán en silencio, pero no ocurrió así. Se quedó callado, esperando por la reacción del hermoso omega, cuyo rostro está manchando de tierra y de su propio sudor, pero que aún así, parece brillar. Sus ojos se deleitaron, aunque por poco tiempo, con la vista.


Dean reconoció de inmediato la figura de Sam por su casual y forzado andar. Su hermano caminaba un paso detrás de un hombre igual de alto que él. Dean parpadeó nuevamente, intentado reconocer al sujeto que lo acompañaba. Le tomó casi un minuto, pero finalmente lo hizo.


John Winchester se ve distinto a como Dean lo recordaba, pero entonces Dean no era un omega....entonces, todo él era diferente. El cómo percibía a la gente a cómo lo hace ahora ha cambiado bastante. Dean recuerda con mucha claridad el miedo, la angustia que sintió y el fuerte olor a madera que desprendía John Winchester, indicándole que estaba más que molesto y además, todo ello mezclado con la decepción de su voz. Todos los días por un año se dijo a sí mismo que debió de haberse marchado y no entrar a la habitación de su madre, tal como lo hizo...tal vez, haber corrido al bosque y esperar a que su celo terminara adecuadamente, pero hubiese muerto de hipotermia de haberlo hecho, lo entendió después de su segundo celo. Después comprendió que su instinto omega había sido mucho más fuerte. Entró para cuidar de ella, aún cuando su padre le dijo que se quedara en el vestíbulo, pero él jamás le dejo hacerlo.


Aún bajo la luz de la luna, Dean fue capaz de distinguir los rasgos del alfa segundos antes de que se aproximara lo suficiente.


John había envejecido, pero aún tiene un aspecto joven. Su rostro está surcado de líneas de expresión, sobre todo al rededor de las cuencas y en su frente, y tiene unas ligeras bolsas grisáceas debajo de los ojos en forma de luna. Dean recuerda esos grandes ojos negros debajo de un par de gruesas y tupidas cejas negras. Una temprana y media barba surca su mandíbula y termina cerca de las patillas. En algunas partes el pelo es blanco, canoso, pero mayormente presentan tonalidades oscuras. Además, Sus ojos brillan....y lo miran directamente. Dean no recuerda la sensación de sentirse pequeño en su presencia, una sensación mucho más fuerte que la que llegó a experimentar con Azazel. Y Dean lo supo enseguida. Su padre es mucho más poderoso que Azazel. Aunque en realidad, no lo entendió del todo; la manada de Azazel era mucho más grande.


Dean dio un paso atrás y se quedó en esa posición. No le apetecía captar su aroma, no cuando lo recuerda tan mal, y le devolvió una mirada cautelosa. John usaba unos pantalones de mezclilla y una playera blanca debajo de una camisa de cuadros de mangas largas.


John se detuvo a unos pasos por delante y Sam hizo lo mismo. Dean no lo supo entonces, pero Castiel había posicionado su cuerpo, su pecho haciéndole frente a un alfa mucho más fuerte que él, aunque claramente John lo ignoró por completo.


Mientras tanto, John observó el rostro de su hijo, casto o no. Observó sus embelesantes ojos vigilantes. Ya lo había notado, pero Mary tiene toda la razón. Dean presentaba cambios extraordinarios. Su rostro se había afinado, sus pómulos están un poco más alzados y sus labios se detallan perfectamente. Todos esos cambios debidos para captar la atención de un alfa, uno que estuviera al nivel de sus exigencias biológicas.


Todos se quedaron en sus posiciones por unos segundos, hasta que su padre dio un paso al frente, y entonces Dean se dio cuenta de que había inclinado la cabeza solo un palmo en dirección hacia su derecha.


-Quédate quieto.- Dijo su padre. Dean parpadeó. Su voz lo tranquilizó y le confirió una paz que Dean no recordaba jamás haber experimentado, ni siquiera con Azazel. Con él se sentía cómodo, no tranquilo. John dio otro paso al frente y extendió la mano izquierda hacia su rostro. Dean pasó saliva y la paz que sentía se desvaneció como humo.


-¡Sam!, Sam.- Exclamó, buscando a su hermano. Dean no se podía mover, pero de hecho, no lo intentó. Él sabia que no debía moverse porque su alfa se lo había pedido. Tampoco apartó la mirada de su padre para buscar con la vista a su hermano. Al final, Sam tuvo toda razón....al final, su padre si es su alfa y su omega no puede desobedecerle. Su omega lo eligió hace ocho años para protegerlo y cuidarlo. Dean se preguntó seriamente si estaba defectuoso.


John detuvo en el aire su extremidad y movió ligeramente la cabeza hacia el costado izquierdo, detectando el movimiento de Sam. En ningún momento apartó los ojos de Dean. Ambos se miraban como si algo fuese a ocurrir, algo importante.


-No, Sam, no lo hagas. Dean debe dejar de tenerme miedo, es importante que lo haga.- Dean soltó el aire de entre sus labios con fuerza. Sam se quedó quieto nuevamente con un gesto que indicaba que no estaba totalmente de acuerdo, su mirada iba de John a Dean. De pronto, una brisa atrajo su aroma a las narices del omega. La brisa acarició sus pestañas y Dean se sosegó, curioso.


El olor que percibió en ese momento fue una mezcla de cedro, madera dulce, cacao y tabaco. Inhaló profundamente, su pecho subió y bajo, y cerró los ojos. Su olor no le recuerda a esa noche y eso lo calma bastante. Ahora sabe que el John de aquella noche no es el mismo que el que tiene justo enfrente. Son personas distintas, son alfas distintos.


Ahora Dean sabe porque él huele a chocolate amargo.


John acercó su brazo al rostro del omega, esperando que su aroma se percibiera mucho mejor. Dean reaccionó al acercamiento e inclinó su cabeza hacia la extremidad que él le ofrece. John piensa que se ve mucho más vulnerable con los ojos cerrados.


Dean sintió algo tocando su piel, en su mejilla derecha. El toque fue suave y delicado, pero firme. Dean no pudo evitarlo, dejó descansar su cabeza en la mano de su alfa, quien lo recibió abiertamente. Sus dedos acariciaron su mandíbula y Dean se reconfortó con la calidez de su piel gruesa y dura. El contacto le había indicado que tenía permiso para moverse, así que Dean sujeto con su mano izquierda el grueso brazo que lo cobijaba, apenas colocó su mano sobre él y continuó olfateando. Sam observaba el intercambio físico con atención. Estaba fascinado y algo preocupado a la vez.


-Está bien.- Susurró John con una voz grave. John sujetó con firmeza su cabeza y lo atrajo hacia si. Dean dio un paso al frente y se vio enterrado en el pecho del alfa, quien colocó la otra mano sobre su nuca. La calidez de su cuerpo lo embriagó y Dean se pegó a él, mientras John acercaba sus labios a su oído izquierdo y le murmuraba algunas palabras.


Dean dejó que pasara. Estaba muy exhausto. Dean se dejó llevar por la comodidad y se quedó dormido.


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