Unas horas antes.
-Entendemos que usted llevó a cabo una operación sin una previa notificación al consejo con el propósito específico de rescatar a un omega, particularmente a un omega de su sangre.- Recitó pusilánime el hombre que caminaba detrás de John Winchester por las escaleras que conducían al pasillo de su despacho, haciendo énfasis en sus últimas palabras. Su voz también fue blanda, lo que lo puso iracundo un segundo. John no se sorprendió por la cantidad de información que portaban. Él envió una carta notificando el deceso de Azazel, solamente. En cuestión de seis horas, el consejo había enviado a su primer servidor.
-Por si no lo entiende, teníamos poco tiempo para actuar y ofrezco una disculpa si no le notifiqué al consejo en una carta previamente, no estaba dentro de mis prioridades.- Refutó con algo de soberbia.
-Seguro. El consejo aceptará sus disculpas.- Respondió con seguridad. Asintió.- Pero hay muchas cuestiones que usted debe aclararme para el consejo. Empezando porqué un omega de su descendencia estaba en peligro, en primer lugar, y cómo el susodicho omega se relaciona con el alfa Azazel.- Dijo.- Espero que no de la manera que me imagino.- John se detuvo, un pie delante sobre el escalón, y se volvió. Balthazar se dio cuenta de que habló de más.
-¿Quién le habló del omega?.- Balthazar frenó sus pasos y parpadeó. Su brazo derecho quedó suspendido a un palmo de la balaustrada. Respiró hondo y captó el fuerte aroma del alfa sobre él, quien pronunció sus palabras con claro esfuerzo. Sus mejillas se endurecieron y su ceño se frunció. Decidió que responder era lo mejor para la situación.
-El señor Chuck Novak tuvo la amabilidad de informar al consejo de Dean Winchester.- Dijo con cuidado, pero a John no le gustó que ese alfa pronunciara el nombre de su vástago y Balthazar lo notó. Suspiró, pero John se volvió, dandole la espalda nuevamente y comenzó a caminar otra vez. Los músculos de sus brazos se resaltaron bajo su piel morena. Balthazar lo imitó, un par de escalones más abajo. John sabía que Chuck trataba de minimizar las consecuencias y él lo conocía lo suficiente como para saber que el no informaría sobre Dean. Después pensó en el alfa que lo acompañaba.
Balthazar es un añoso miembro del consejo al que se le marcaban evidentemente las arrugas de la frente y cuyas mejillas comenzaban a decaer. John no se había topado con el consejo desde la toma de decisiones en su última reunión oficial, hace casi seis años. La misma reunión en donde se declaró a Azazel como enemigo de la nación.
-Azazel tenía órdenes de detención. He llevado acabo la petición del consejo: detener a Azazel.- Manifestó con seriedad, desviando la conversación del omega de interés de Balthazar. Al consejo le interesaba bastante saber porqué a Dean Winchester no se le registró como un omega.
Ingresaron en el ancho pasillo, que está muy bien iluminado y cuyo piso está protegido por una delgada y carmesí alfombra.
-Salvo por el hecho de que el consejo requería que Azazel estuviera con vida.- Renegó con quietud y con una sonrisa en los labios, sonrisa que John no vio. Balthazar ladeó la cabeza mientras caminaba a pasos más lentos. Metió ambas manos dentro del chaleco del traje y mantuvo su saco sobre sus hombros. El ambiente afuera es frío, pero adentro las paredes mantienen perfectamente el calor; tuvo que quitarse el saco apenas ingresó en la casa y las puertas se cerraron tras él. Sin duda, pensó, la mansión Winchester es una de sus favoritas; no es extravagante, mantiene cierto aire de elegancia, -lo que más le agrado fueron las blancas paredes color marfil- pero al mismo tiempo es acogedora, propia de una familia de cazadores. Asimismo, es lo suficientemente amplia pero no demasiado grande. Tres pisos no solo son suficientes, son adecuados y aún así, lo desconcertó un poco ya que los Winchester tienen suficiente dinero para costearse cualquier propiedad del país, lo que le dice que, seguramente, están siendo humildes. Aunque también sospecha que la ubicación de la misma es bastante estratégica; el bosque es uno de los lugares que más albergan aquellas aberraciones que comúnmente se les refiere en términos generales como monstruos, y es uno de sus principales refugios. Y sin embargo, él conjetura que el bosque que rodea esta propiedad es uno de los más seguros del estado.
-Son detalles.- Le quitó importancia.- Le aseguro que el resto de los altos alfas de país estarán satisfechos con las circunstancias.- John se detuvo delante de su despacho y colocó una mano sobre la gruesa puerta de bronce. Luego se volvió hacia su acompañante, quien se detuvo un par de pasos de él y flexionó el brazo derecho con un elegante y delicado gesto de muñeca, lo que resaltaba su grácil figura. Sus dedos están decorados por delgados anillos.
Ambos se miraron el uno al otro y John estuvo seguro de que ese hombre no tiene madera de cazador, aunque se involucre en dichos asuntos. John había mantenido una vida pacífica y se ajustó fielmente a las leyes del consejo con respecto a su trabajo desde el inicio. Fue su posición lo que lo llevó a considerarse un importante alfa en la sociedad, apropiado para el cargo que se le impuso. Su función es mantener seguros a los ciudadanos del estado de Kansas, a salvo de los monstruos. Él es un cazador y uno muy bueno, y cuenta con un excelente grupo de cazadores a su mando; cualquier decisión que se toma con respecto a ello, primero tiene que ser aprobada por él.
-Tal vez tenga razón.- Balthazar asintió, deteniendo su andar.- Pero había, y aún hay, mas de una razón para respetar la petición de mantener con vida al detenido.- John recorrió el rostro del hablante. Balthazar tiene una barba corta y rubia, apenas notable y sus ojos azules lo miran con precaución. Él está acostumbrado a la subordinación pero ese alfa parece fingirlo. No había entablado antes siquiera un conversación con él, esta es la primera vez que pasan de las miradas.
-Creo que el consejo podrá arreglárselas muy bien sin las declaraciones de Azazel.- John abrió la puerta y ésta hizo un sonido sordo y pesado.- Hablaremos ahora en privado.- Lo miró cortésmente, pero en sus facciones se refleja un matiz juicioso. Balthazar ladeó un poco la cabeza hacia su izquierda, con los ojos puestos en el alfa. Se sintió nuevamente intimidado, pero él sabe que tiene un trabajo que hacer. John ya se había fijado en las ropas que portaba el invitado; un elegante traje azul índigo y zapatos de vestir lustrosos. Su traje relucía, una razón más para ser receloso. No obstante, de acuerdo a las normas, mientras una manada sea poseedora de un omega, los miembros del consejo deben usar supresores de olor al ingresar en la propiedad, así que Balthazar sabe que John no puede conocer sus emociones basándose en su aroma.
-Si, claro.- Susurró en respuesta.- Dejemos a un lado a su familia por el momento.- El alfa lo miró un segundo más antes de ingresar en su propio despacho. Balthazar entró tras él y se colocó en el centro de la habitación, observando brevemente en torno a él. Sus pasos fueron amortiguados por una gruesa alfombra circular.
-Hablando de declaraciones.- Continuo.- Estamos bastante interesados en conocer al omega en persona.- John no respondió. Cerró la puerta detrás de Balthazar y caminó hacia su escritorio con pasos lentos y cortos, pesados, lo que indicó a él que no estaba contento con su presencia. La habitación está iluminada por candelabros sobre las paredes. La lámpara sobre el gran escritorio está apagada.
-El hecho de que estemos aquí, en su despacho personal, sugiere que el resto de su familia está despierta, ¿no es así?. Debe ser desafortunado que tengan que tratar con el consejo tan pronto.- Dijo, algo sosegado.
-Por el momento, solo responderé preguntas en relación los hechos acontecido hace unas horas, en relación a la ejecución de Azazel. No hablaré sobre mi familia.- Aclaró con clama y severidad. John colocó ambas manos sobre su espalda y se enderezó, detrás de su escritorio. Alzó la cabeza y lo miró con detenimiento.
-Por supuesto.- Balthazar miró al rededor, apartando la mirada. Agachó la cabeza y estudio el despacho. Observó primero los muebles del despacho, los detalles de los sillones y del sofá, y por un par de segundos, los retratos en las paredes.- El resto del consejo estará aquí en poco tiempo y se llevara a cabo una audiencia formal en el que se cuestionará a todos los participantes en el suceso, incluyendo a su hijo, Dean Winchester.- Caminó un par de pasos al rededor y después levantó la mirada y enfrentó la del alfa.- Y tengo que decirle desde ahora, que si su hijo no coopera, habrá importantes implicaciones.- Ambos comprenden que la decisión final es de John Winchester; él puede ordenarle hacerlo. La idea de que su hogar fuera invadido por tantas personas también le desagradó.
-Dean estará descansando después de un día muy agotador. No voy a pedirle que haga algo que no quiera hacer.- Declaró con absoluta confianza.
-Seguro el consejo estará de acuerdo en otorgarle un par de días.- Renegó de inmediato Balthazar y decidió dejar el tema por dado.- Pero mientras tanto, yo fui enviado para tomar su declaración solamente. A partir de ella, podemos guiarnos en la audiencia.
-Adelante.- Balthazar asintió levemente y esperó unos segundo antes de hacer su primer pregunta. John esperó pacientemente.
-¿Hay sobrevivientes?.- Preguntó con voz sosa.
-Un par de ellos, si.- Respondió en seguida.
-¿Son importantes?.
-No lo creo. Eran vigilantes de Azazel. No formaban parte de su círculo más cercano. Todos los miembros que permanecían en el interior del bar están muertos.- Balthazar alisó su saco con los dedos de su manos derecha y preguntó esta vez con seriedad.
-¿Quién mató a Azazel?- John parpadeó una vez y contestó.
-Mi esposa, Mary Winchester.- Dijo.
-Ya veo. ¿Cómo se dio la situación?.- Ladeó un poco la cabeza, inspeccionándolo. Igual que él, cruzó las manos tras su espalda y esperó la respuesta.
-En palabras llanas.- Dijo.- Sammuel Winchester, mi hijo, atacó a Azazel. Fue descuidado e impulsivo, no esperaba que lo hiciera. Ambos se batieron, pero la pelea no duró demasiado y Sam terminó herido, sobre el suelo. Afortunadamente, Castiel logró desviar la atención de Azazel de él sin sufrir demasiado y al poco tiempo, Mary llegó hasta ellos.- Hizo un movimiento de cabeza.- Peleó con Azazel y lo mató.- Balthazar asintió. Movió los dedos, indeciso.
-¿Fue en defensa propia?.- Cuestionó, entrecerrando ambos ojos azules. John no se inmutó con la pregunta.
-Por supuesto.- Dijo. Su voz fue neutra.
-De acuerdo.- Balthazar desvió su mirada y dio un paso al frente. No estuvo seguro de su respuesta.- Ambos sabemos que nadie va a extrañarlo, tal vez salvo su hija, Meg. Aunque aún no sabemos nada de su paradero. ¿Estaba ahí?.
-No.- John negó, también consternado por ello. Esperaba encontrarla en el bar, pero no fue así.
-Su hijo convivió con la manada, puede que él sepa algo.- Expresó en un susurro.- ¿Dónde tienen el cuerpo de Azazel?.
-Ordene a mis hombres que lo quemaran.- Balthazar parpadeó, sorprendido por esa respuesta. Trago saliva y su semblante cambió.
-¿Cómo sabremos que en verdad está muerto?- John sonrió ligeramente.
-Soy una persona confiable, Balthazar. Azazel está muerto.- Aseguró mirándolo directamente.- Pero si aún no confianza en mi palabra, tengo esto.- John se movió detrás del escritorio, sacó una mano de su espalda y tiró de un cajón. Posteriormente extrajo un objeto que sostuvo con los dedos. Balthazar vio un gran anillo color ámbar brillar. John lo depositó en la base del escritorio y el objeto rodó unos centímetros. Se acercó al mueble con pasos lentos, se detuvo lo suficientemente cerca y después tomó el anillo entre sus propios dedos, inclinándose un poco al frente.
-Era de Azazel. Lo llevaba puesto siempre. Usted puede confirmarlo con sus superiores; ese era el anillo familiar.- Balthazar desvió su vista del anillo hacia él, seguro de que es más que oro y esmeralda, y John se deleitó con su pasmada mirada. Después de unos momentos, se guardó el anillo en el bolsillo del chaleco y realizó una última pregunta.
-¿Extrajo algo más del bar, algo que pueda considerar importante?.- Su voz fue cautelosa, pero suave. Se giró un poco hacia su izquierda. El semblante del alfa se volvió severo.
-Después de la ejecución de Azazel, abandonamos el bar. Le aseguro que no había nada de valor o importante que extraer.- Balthazar meditó su respuesta unos segundos y asintió.