Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mes del amor por shiki1221

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Como avisé en mi página de facebook hoy nuevo cap enfocado a Charasuke :D

Día 8: Sueño

Desde que tenía ocho años de edad su único sueño había sido casarse. Lo había decidido aquel año nuevo cuando conoció a su “príncipe azul”. Era todo lo que él deseaba en una pareja; era guapo, amable, lo cuidaba y lograba bajarle el cereal de las repisas altas. Menma era sin dudas su objetivo. Además había sido su primer beso luego de salvarlo de unos hombres malos. ¡Justo como en los cuentos de hadas! Cuando les dieron aquella tarea de hacer poesía pensó que sería una buena oportunidad de regalarle una carta junto a chocolate de ese San Valentín. Desde hacía años era casi una tradición regalarle a Menma un chocolate en febrero, uno que el mayor partía en dos y comían juntos. Era su rutina implícita. El problema es que nunca recibía nada más que un simple “gracias”. Tal vez no estaba entendiendo sus sentimientos, pero con una bonita poesía seguro que lo conquistaría. Por ello durante el recreo práctico varios versos, rimas y adaptó frases que leyó de otros poetas. Sólo le mintió a su gemelo al decirle que fue para la tarea, por temor a que se enojara por seguir detrás del “Dobe grande”. No era secreto para nadie que a su padre y hermanos no les agradaba su futuro esposo.

Aquella mañana se había quedado dormido luego de soñar el día de su boda con Menma. No quería despertarse y abandonar esa bonita realidad.

Veía en sus sueños al rubio como lo veía actualmente, un joven y guapo adulto vestido con un traje negro parado en el altar esperándolo. Con una sonrisa brillante al observarlo llegar portando un traje completamente blanco. Veía a su madre sentada en una de las primeras filas sonriendo emocionada junto a la señora Uzumaki, mientras su padre y hermanos estaban amarrados y amordazados a su lado. Al lado de su futuro esposo estaba el gemelo de éste como padrino de bodas. El altar cubierto por flores exóticas sin opacar las rosas que tanto amaba. Todo se veía perfecto.

―Al fin es el día ―murmuró Charasuke sonrojándose.

―Así es ―asintió Menma mientras le colocaba el anillo en el dedo anular antes de comenzar a recitar sus votos―. Prometo amarte, protegerte, mimarte y comprarte todos los dulces que pidas. Además tendremos una casa donde podrás tener todas las mascotas que nunca te dejaron tener tus padres.

―¿En serio? ―interrogó emocionado saltando a sus brazos―. Será como nuestro “y vivieron felices para siempre”.

―Entonces, ¿acepta al joven Uchiha Charasuke como su esposo? ―preguntó el sacerdote.

―Acepto ―respondió el joven de ojos azules con una gran sonrisa.

―¿Y usted jovencito? ―interrogó el sacerdote esta vez al Uchiha.

―Yo…

―¿Yo qué, Chara? ―animó Menma al verlo trabándose al responder.

―Yo…

―Chara, Chara, Chara…

―¡Chara! ¡Chara! ―llamó Sasuke con insistencia―. Se nos hace tarde para la escuela. Busca tus cosas ―ordenó el azabache interrumpiendo su bonito sueño.

―No sé dónde están ―bostezó echándole una mirada a la habitación donde estaban todas sus cosas esparcidas.

―No tienes remedio ―suspiró su gemelo con resignación ayudándolo a encontrar todo lo que necesitaba para las clases.

Salieron rumbo a la escuela tras realizar su rutina diaria cuando notó la pérdida en la mochila de su gemelo. Hizo lo posible por conseguir cada cosa, mas no contaba con ese cuaderno. Realmente creía que se trataba de una agenda para tareas y proyectos, pues conocía la meticulosidad con la cual Sasuke actuaba casi en todo momento. Grande fue su sorpresa al oír el contenido narrado por la irritante y chillona voz de Kiba. De reojo observó cómo su hermano mantenía una actitud impasible, pero uno de sus párpados temblaba levemente. Además con disimulo veía en dirección a donde se formó el alboroto. Todo eso le iba dando pistas de que era una de las cosas que por su culpa se perdieron en el patio. “Sí que metí la pata”. Pensó con un largo suspiro. Tendría que ver cómo recuperarlo sin levantar sospechas o en su defecto destruirlo para dejarle sin material de risas a Inuzuka. Con eso en mente salió al receso donde varias chicas le regalaron dulces sin motivo aparente. Los aceptó dándoles un “gracias” junto a una sonrisa amable antes de regresar al salón de clases.

Regresó a su salón de clases dispuesto a guardar todo en su mochila cuando vio a su hermano gemelo allí con el cuaderno. Le pareció extraño que tomara una acción tan espontanea e improvisada. Supuso que quiso irse por lo más sencillo y recuperar el cuaderno sin que lo vieran. Aunque incluso él veía venir las consecuencias, si Naruto llegaba a decirle a un maestro que perdió ese cuaderno, quedarían todos retenidos hasta que se lo devolvieran y podría significar que su hermano se vería expuesto delante de todos sea como alguien cursi o como ladrón. Ninguna de esas opciones lo haría feliz. Por lo mismo sólo pudo aconsejarle algo sencillo y evidente.

―Guarda eso rápido o el chico perro no dejará de fastidiarte el resto de tu vida ―aconsejó en un susurro.

Y como si ese día se hubieran levantado con el pie izquierdo, su mayor preocupación se cumplía justo en ese momento. “Tal vez sea verdad que al que madruga Dios le ayuda. Me levanto un poco tarde y todo parece salir mal”. Pensó Charasuke con pesimismo. Las cosas no parecían mejorar, pues la discusión no sólo ganaba fuerza, sino también público. Su hermano no parecía poder librarse de esa situación por su cuenta, así que tragándose su orgullo y a sabiendas de que su propia imagen se vería perjudicada el resto del año se atribuyó la autoría de esos poemas.

―¡Es mío! ―intervino alzando la voz―. Se me cayó hoy cuando venía a la escuela y le pedí a mi hermano que lo buscara. Es sólo que me daba pena pedírselo a Naru-chan ―mintió hábilmente y luego inclinó la cabeza ante el rubio―. Lo siento mucho. No quería causar problemas. Nii-chan sólo quería ayudar.

Charasuke mantuvo los ojos cerrados. No sabía si podría soportar la vergüenza de ver a todos juzgándolo por el dichoso objeto. ¡Y para colmo ahora todos creerían que le gustaba Naruto! Sólo rogaba que su hermano gemelo no fuera parte de esa creencia o también sería odiado por él. Le preocupaba que su acción precipitada creara un malentendido. No hubo tiempo de hablar con Sasuke ni en susurros por la intervención del adulto. El maestro los mandó a todos a sentar luego de mostrar que el cuaderno estaba firmado como ”Uchiha” en una de las hojas finales comprobando que era “suyo. “Joder, nii-chan, ¿no pudiste omitir los nombres? Sólo agradezco que no escribieras Sasuke o estarías frito”. Meditó pasando el resto del día oyendo los murmullos de sus compañeros y varias burlas poco disimuladas de parte de Kiba. Y para colmo, su hermano se la pasaba ignorándole. Los días solían hacérsele cortos y divertidos en la escuela, pero ese día en particular era demasiado largo y estresante.

Soltó un largo suspiro de alivio cuando finalmente les permitieron retirarse a sus respectivos hogares. No encontró a su hermano para irse juntos, pese a haberlo buscado lo más rápido posible. Ni siquiera lo vio salir del salón. Caminó con la cabeza gacha siendo el último en irse, pues tenía toda la intención de evitar alguna burla aprovechando la ausencia de maestros para defenderlo en el intermedio entre la escuela y su casa. Su objetivo iba bien. Consiguió ocultarse en el baño mientras varios alumnos iban deprisa fuera del establecimiento. Algunos a sus casas, otros a pasear un rato con sus amigos y demás. Aguardó en silencio en su sitio y cuando creyó que ya no había moros en la costa salió del cubículo donde se había mantenido hasta ese momento. Sin embargo, vio a Kiba lavándose las manos. Pensó en pasar detrás suyo y largarse rápidamente, pero el espejo mostró sus intenciones poniendo en alerta al otro.

―¡Oh, pero si es la florecita Uchiha! ―se rio viendo como el moreno fruncía el ceño y retomaba su camino hacia la puerta―. Cobarde, ¿huyes de mí nada más verme? Aparte de marica, miedoso.

―No me gusta perder mi tiempo con perros sarnosos, Inuzuka ―dijo Charasuke sonando como todo un Uchiha―. Ahora muévete, antes de que me contagies tus pulgas ―ordenó de forma altanera.

―Te crees mucho para ser alguien tan cursi y meloso ―señaló Kiba con desdén antes de empujarlo evitando que saliera del baño―. Una larga noche aquí te bajara los humos, princesa ―afirmó antes de salir y bloquear la puerta del baño.

―¡Déjame salir, idiota! ―ordenó aporreando la puerta en un vano intento de que se abriera―. Si llego tarde a mi hogar me regañarán ―pidió un poco más suave.

―¡Olvídalo! ―gritó antes de alejarse.

Charasuke golpeó la puerta un poco más y estuvo así varios minutos. No sabía si fue oído e ignorado o si ya no quedaba nadie en la escuela. Lo último le daba miedo porque a través de la pequeña ventana en lo alto del baño veía como estaba oscureciendo afuera. Para su fortuna la señora de la limpieza tenía que encargarse del baño antes de dar por finalizada su jornada laboral y lo dejó salir de allí. Claro no sin antes regañarle por estar en la escuela a esas horas. ¡No es que lo haya pedido! Pero no la corrigió para dar por finalizada la charla e irse a su hogar, donde ¡oh sorpresa! También lo regañaron por llegar tarde y tenerlos preocupados. Estaba agotado y sólo quería dormir para estar en su mundo de fantasía donde Menma se casaba con él y le daba dulces. Tomó su cena en silencio casi absoluto por su parte. Sólo dio las gracias y el buenas noches antes de irse a finalmente a la cama. No obstante, como si todo estuviera en su contra ese día, ni en sus sueños estuvo a salvo.

Su sueño comenzaba como casi siempre. Veía la iglesia, un largo camino de alfombra rojiza hacia el altar, pero la gran diferencia era que allí lo estaba esperando Naruto con un elegante traje negro. Miró a los costados viendo que sus familiares estaban sonriendo felices mientras aplaudían. Como padrino de bodas estaba Menma al costado sosteniendo los anillos sin mirarlo. Quiso correr y salir de la iglesia, pero la puerta se cerró repentinamente y fue llevado a la fuerza por los invitados hasta quedar frente al sacerdote.

―Prometo que me amarás, protegerás, mimarás y comprarás todo el ramen que te pida. Además tendremos una casa donde no podrás tener todas las mascotas que quieras. Necesito espacio para mis ranas y sapos ttebayo.

―¿Es en serio? ―interrogó con indignación por semejantes exigencias de su parte―. ¿Esperas que me case contigo con semejantes condiciones?

―Entonces, ¿acepta al joven Uchiha Charasuke como su esposo? ―preguntó el sacerdote.

―Acepto ―respondió el joven de ojos azules con una gran sonrisa sin responder a su pregunta.

―¿Y usted jovencito? ―interrogó el sacerdote esta vez al Uchiha.

―Yo… ―tartamudeo queriendo decirle un rotundo no.

―¿Yo qué, Chara? ―preguntó Menma con una voz de ultratumba estando a sus espaldas como si vigilara que no se escapara a último momento.

―Yo…

―¡¿Cómo pudiste hacerme esto y con mi propio hermano?! ―gritó Sasuke abriendo las puertas de la iglesia montado en un caballo con una pistola en mano apuntando a los novios.

Tras el sonido de los disparos sintió una gran humedad en su pecho viéndose manchado de sangre. Se veía así mismo sangrando antes de caer al suelo con todo volviéndose negro repentinamente.

Antes de despertar y darse cuenta de que seguía en su cama con un Sasuke muy enojado mirándolo fijamente con su pistola de agua apuntándole.

―No debí mirar esa telenovela ayer ―se regañó Charasuke así mismo sentándose en la cama de golpe viendo todo mojado―. Maldito Pablo Lorenzo traidor.

―¿Quién? ―preguntó Sasuke viéndolo como si estuviera loco.

―La verdadera pregunta es: ¿Qué demonios te sucede? ¡¿Por qué me mojaste?!

―Soñé que te casabas con el Dobe ―respondió mirándolo con los ojos entrecerrados―. En mi sueño entré a la iglesia donde se casaban y les disparé a ambos.

―Me estás poniendo nervioso ―confesó Charasuke con un leve temblor antes de levantarse de la cama para irse a poner otro pijama.

Sasuke regresó a su cama en silencio y se recostó allí. No pasó mucho tiempo antes de que su cama se hundiera por la invasión de otra persona. Charasuke estaba molesto porque su cama estaba mojada, no quería ir a despertar a su mamá y decirle que necesitaba un cambio de sábanas o creería que se orinó como un niño chiquito, tampoco quería dormir en un sitio mojado. Así que la única opción viable era compartir la cama con su gemelo y si le reclamaba por la invasión lo mandaría a dormir a la cama que quedó húmeda. Tendría que hacerse cargo del desastre que realizó quisiera o no. Sorprendentemente, su gemelo se quedó en silencio y no se quejó por la intrusión. Se dispuso a dormir cuando la voz de Sasuke lo mantuvo despierto un poco más.

―¿Por qué volviste tarde a casa? ―preguntó con seriedad―. ¿Te quedaste esperándome?

Charasuke abrió los ojos para ver a su hermano notándolo bastante estoico, pero también tenía una pequeña mueca de culpabilidad. Supuso que seguramente creía que era su culpa. Así que decidió aclarar el asunto.

―No, me quedé encerrado en el baño ―contestó con sinceridad―. El estúpido chico perro me trabó la puerta del baño ―se quejó.

―O sea que fue mi culpa ―agregó Sasuke acentuando su mueca.

―No, lo siento, no es tu culpa ―aclaró su hermano rápidamente.

―Si hubiera admitido que ese cuaderno es mío no te habrían hecho nada.

―Si hubieras dicho que era tuyo sería peor ―explicó Charasuke sujetando a su hermano por los hombros―. Tú tienes buenas calificaciones, eres un alumno modelo y te ven como el gemelo bueno. Si Kiba se mete contigo seguro todo se arruinara por las peleas sin sentido con el pulgoso ―explicó con un pucherito―. Yo siempre estoy en problemas, un castigo más, un castigo menos, no hace la diferencia.

―Gracias ―murmuró Sasuke dedicándole una pequeña sonrisa―, pero me vengaré de ese idiota.

―No me opongo ―secundó su gemelo dando un bostezo―. Hasta te puedo ayudar. Menma me lee muchos libros de crímenes, estoy seguro de que puedes vengarte sin dejar pruebas ni pistas. ―Volvió a bostezar antes de cerrar los ojos sintiendo una suave caricia en su cabello.

 

“Este día no ha terminado tan mal si nii-chan se encuentra bien”

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).