Con muy poco apetito de por medio, Naruto comía su tazón de cereal, mirando ocasionalmente el rostro serio de Sasuke del otro lado de la mesa. Hasta hacía cuatro días habían hecho finalmente las paces, luego de que Sasuke explicara su situación con su secretaria y le mostrara la conversación del celular completa. Por supuesto Naruto aún dudaba de su fidelidad, pero no se había atrevido a alegar sobre su ya de por sí extraño comportamiento, temiendo que no llegarán a ningún acuerdo satisfactorio.
No había necesidad de enturbiar las aguas cuando por fin estas se habían aclarado.
Después de todo, había sido toda una retahíla de malentendidos lo que les había oriĺlado a esos extremos.
Sasuke al parecer tampoco estaba interesado en tener hijos con una mujer, sino que, simple y llanamente, pensaba adoptar. Eso sí Naruto también lo deseaba, y no era el caso. Naruto no quería hacerse acreedor de una responsabilidad tan grande cuando apenas si podía cuidar de sí mismo.
Adoptar a un niño equivaldría a ponerse un grillete que lo atara permanentemente al Uchiha. Lo amaba, con toda su alma lo amaba, pero si en el futuro tenían diferencias como las de antaño y no eran capaces de llegar a una resolución, ¿Qué sería entonces del niño?
¿No estarían ellos cometiendo la misma imprudencia de sus padres al precipitarse?
Además, Naruto aún debía concluir sus estudios. Tenía un largo camino por delante antes de pensar en adoptar un niño.
Desde que le había comunicado su desicion, Sasuke se había vuelto más retraído que de costumbre, pero había algo más, algo que no le decía. Naruto lo notaba en su faz acomplejada, tinturados sus ojos a su vez de un sentimiento extraño, no era enfado, sino todo lo opuesto. Cada vez que descubría a Sasuke mirarle, notaba en la resolución de su mirada una chispa de inconmesurable dolo.
¿Tanto le afectaba a Sasuke su decisión por querer esperar unos años antes de adoptar?
Naruto supuso entonces que Sasuke ni siquiera había meditado en la posibilidad de que él se negara. En su mente debió haber concebido desde el inicio la idea de que todo resultaría como el Uchiha deseaba, puesto siempre era así.
-Sasuke...- con media sonrisa, Naruto hizo el plato a un lado y alargó su mano sobre la mesa para tomar la del susodicho. -¿Qué te parece si hoy vemos la película que te dije el otro día?- creyó, érroneamente que con ello podía compensar la decepción del Uchiha, pero no fue así.
Ensimismado, Sasuke apenas emitió un monosílabo afirmativo por respuesta.
De a poco, y sintiéndose terrible por la nueva actitud de su pareja, Naruto retiró su mano.
Días atrás se desmoronaba de dolor al creer que su relación no tenía ningún arreglo y tendría que alejarse de él, y en cambio ahora, que las cosas se habían aclarado entre ellos, se sentía incluso peor.
Pero Naruto no entendía por qué.
*
Ya en clases, Naruto intentó en vano concentrarse. La materia de matemáticas siempre le resultaba eterna, y sin embargo, quería hacer al menos el intento por poner atención. Pero tal cosa fue inútil cuando Menma llegó. Impuntual y arrogante, Naruto lo vio murmurar una queda disculpa y colarse hasta su asiento. El profesor en turno ni siquiera se había tomado la molestia de mirarle, sin embargo Naruto no dejaba de observarlo tomar apuntes a toda velocidad y participar en dos ocasiones con total soltura.
No le cabía la menor duda de que a Menma se le daban bien las matemáticas. Ya antes lo habían felicitado por su participación en clases.
En medio de su frustración Naruto sopesó la idea de pedirle ayuda más adelante.
La campana atronó en el aula, anunciando el descanso. Naruto pensó si sería buena idea buscar a Sasuke. Quería hablar nuevamente con él, decirle de nuevo sus motivos para querer esperar un tiempo antes de adoptar. Necesitaba con urgencia comunicarle lo mal que le sentaba verlo de aquella manera, pero después decidió que sería imprudente buscarlo en el colegio, pues Sasuke podría malinterpretar su urgencia de dejar las cosas en claro, a una necesidad de duda imperiosa hacia su infidelidad.
Naruto quería en verdad creerle, pero resultaba más difícil al recordarle ir tomado del brazo de la pelirroja.
Las chicas enloquecían con Sasuke, de eso Naruto estaba seguro. Recordaba muy bien las tontas rencillas que se suscitaban en el orfanato entre las niñas por tener la atención de Sasuke.
Cuando abandonó el salón, su cuerpo quedó exanime al ver a Menma salir seguido de cerca por Neji. En la mirada de este último brillaba un deseoso anhelo que Naruto nunca antes le había visto.
Su corazón se saltó un par de latidos al verles caminar tan juntos.
Sabía que estaba mal, pero no pudo reprimir el impulso de seguirlos a paso prudente hasta los sanitarios.
Seguro eran ideas suyas.
Pero todo quedó aclarado cuando Naruto vio a Menma deslizar sus brazos por el cuello de Neji antes de que este le estampara los labios con una ferocidad aplastante.
Con torpeza, Naruto retrocedió. Una emoción extraña se apoderó de su cuerpo mientras se alejaba con destino incierto.
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