Capítulo III: Amor Fati
“Quiero vivir sin preocupaciones
Quiero vivir como si fuera un humano
Por mucho que hagas
Por mucho que gastes
¿Eres feliz?”
—Epik High Feat. TaeYang; Rich
—¿Por qué sigues trabajando en ese lugar entonces? —Cuestiona mientras termina de trapear la tienda, dejando todos sus utensilios en un pequeño cuarto al fondo mientras espera una respuesta de BangChan.
Desde aquel día en el que el mayor decidió a hablarle y cada acción siguiente los llevó a besarse en medio de un bar se habían vuelto más cercanos, y aunque no eran novios oficialmente su relación era muy parecida, cayendo también en una estrecha amistad, no sabían el motivo, siempre eran muy selectos con sus amistades y ni se diga sobre sus relaciones de noviazgo, pero cuando se trataba del otro, sus muros caían.
—No lo sé, supongo que es porque me da una estabilidad económica y es lo que se espera de mí. —Dijo finalmente después de un tiempo, aflojando su corbata mientras lamía su paleta helada en medio de la tienda que a esas horas de la noche estaba vacía.
—Eres infeliz ahí, estas enfermando por ello ¿Por qué seguir? —Cuestiona tratando de entenderle, pero no sabía si podía hacerlo, las cosas para ChangBin funcionaban un poco más sencillas.
—Solo será un tiempo… —Se dice más para sí mismo que para el chico, no se da cuenta que sus mejillas se cubren de pequeños ríos de lágrimas, baja la mirada y nuevamente mente esas delgadas cicatrices que adornan sus brazos.
BangChan esboza una sonrisa, recordando aquellos momentos en los que todo había comenzado, aquellos recuerdos y sueños que ahora parecían tan ajenos a él. ChangBin se quedó en silencio, acercándose para abrazarle por la espalda, compartiendo ese momento, algunos segundos nada más, pero una eternidad para ellos solos, para el mundo que estaban creando.
***
—¿Enserio? —ChangBin asentía, entregándole un bowl de fideos, se había vuelto una costumbre que BangChan fuera a cenar con él cada que tenía el turno nocturno.
—Sí, vengo de una cuna dorada, pero el mundo de las empresas y números no es lo mío, me dijeron que era mi sueño de hacer música o ellos. —BangChan frunció un poco su entrecejo, sintiéndose apenado. —Descuida, me va bien, tampoco es que necesite todos sus lujos, mientras tenga un techo, ingresos y pueda hacer música, creo que podré ser feliz. —
—A veces es dificil, a veces Dios no me ama, por eso he decidido dejar de amarlo. —Aquellas palabras resonaron en el menor quien le prestó su total atención.
—¿Renuncias a tu fe? ¿No sería abandonarte a ti mismo? —
—Creo en lo que veo y en lo que siento, creo en mi bebida, creo en mi corazón, en el sudor de mis manos, creo en el amor que te tengo y eso no me convierte en un no creyente, si Dios me ha abandonado ¿Por qué he de seguir preocupándome por ello? —ChangBin abrió sus ojos, BangChan estaba totalmente tranquilo se preguntaba si estaba siendo consciente de sus palabras.
—Es una postura bastante fuerte, ¿Qué hay acerca de tus sueños? —Murmura tomando asiento a su lado, sintiendo como su estómago se removía, quizá algo revoloteaba.
—Mi sueño era hacer música, pero pensaron que moriría de hambre y aunque no me condicionaron como a ti, elegí la opción que aseguraba un futuro. —Soltó un suspiro, de pronto el antojo por el helado había desaparecido y éste empezó a derretirse.
—¿Y cuál es el sentido de ese futuro si destrozas tu presente? —Ambos quedaron en silencio unos segundos. —Lo que el mundo profano espera de nosotros es que sigamos la corriente, a los demás, a veces somos usados para cumplir las expectativas de otros o para cumplir sueños frustrados, si dejas que eso pase solo alimentarás el ciclo sin fin de la vida moderna. —
—¿Estas diciendo que es mejor morir? —Lame un poco su helado derretido hasta que decide deshacerse de éste.
—Es mejor vivir sin arrepentimientos ¿No lo crees? —Se queda en silencio, ChangBin se pone de pie y le deja un rato pues tiene que atender la caja de la tienda.
Observa a ChangBin, tuvo el poder suficiente para hacer todo, pero aun así se decidió por si mismo, sin importar las consecuencias estaba viviendo su vida diligentemente, no hacía daño a otros y cumplía sus metas ¿Por qué entonces comenzó a parecerle un ser tan inalcanzable?
***
Los cambios no siempre son fáciles de aceptar y mucho menos de vivir, a veces sacuden tanto las suelas de las personas que desbordan en un oceano de emociones que terminan por romperlas, nunca es fácil salir de tu área de conformidad.
La misma estaba asfixiando a BangChan, no encontraba nada de felicidad en lo que hacía, incluso hasta el final en el que explicaba con honestidad los motivos de su renuncia, los gritos, insultos y hasta humillaciones se hicieron presentes en aquella empresa a la que le había dedicado al menos dos años de su vida, pero estaba bien, no los culparía, son otras generaciones que no entenderían como el mundo es que funciona ahora.
Desde aquel momento en que sintió un peso menos sobre sus hombros pudo respirar, ciertamente el futuro era algo de lo que no podía estar seguro, pero estar en la incertidumbre por esperar que pasaba le llenaba de energía y expectativa, por supuesto que tenía miedo, pero el apoyo que descubrió que tenía lo alentaba a seguir respirando.
—¿Entonces cuál es el siguiente paso? —Cuestiona ChangBin mientras ve como BangChan revisa algunas cosas en la cajita donde le dieron sus cosas del trabajo y que llevó a casa.
—Prepararme para el examen de admisión a la universidad. —Le extiende sus papeles pues recién se había inscrito. —Y le mostraba algunos libros y guías de estudio provocando una sonrisa y cierto asombro a su amigo.
—Yo creo que no podría tener el coraje de abandonar una vida tan acomodada. —Murmuró mientras BangChan rodaba sus ojos en blanco.
—¿Y lo que hiciste para perseguir tus sueños? Además, creo que tengo una buena base de apoyo, ¿No crees? —Cuestiona tomando asiento sobre el regazo del menor.
Las cosas entre ellos se habían vuelto tan naturales, las muestras de afecto y demostraciones de cariño en publico desde que se conocieron siempre estuvo presentes en ello, aunque nunca lo habían dicho formalmente, estaban en una especie de relación, pero que aun nadaba en el limbo.
—Tomé el turno de la mañana de la cafetería que abrieron hace un mes, podré costear todo cómodamente si aplico para una beca del gobierno. —Se encogió de hombros mientras en su rostro se dibujaba una sonrisa de oreja a oreja, sintiendo leves caricias del menor sobre sus costados.
A pesar de ciertos acercamientos que han tenido, ambos respetan los límites de cada uno y saben que hay ciertas cosas que deben de quedar claras antes de avanzar.
—¿Deberíamos celebrarlo? —Murmura el menor, haciendo play en su celular colocando una tranquila canción. —¿Mi novio quiere pizza? —Y así como había sido la decisión abrupta del menor por dejar toda una vida de comodidades para independizarse de sus padres y seguir sus sueños sin reproches, con ese impulso rompió la barrera del miedo que tenía por saber los sentimientos verdaderos del mayor, diciendo aquellas palabras.
BangChan sabía que ChangBin a veces podría ser cobarde y valiente como en estos momentos y era algo que amaba de él, no saber que esperar de él le intrigaba, deseaba conocerlo tanto, ChangBin era como el amor al destino, algo tan abrumadoramente intenso como hermoso, algo que le daba los motivos no solo de la felicidad, sino de la misma existencia.
—A tu novio le gusta la pizza con piña ¿Será motivo de pelea? —Cuestiona inclinándose para darle un beso corto en sus labios, sintiendo como el menor sonreía.
—Habrá peleas si te gusta el chocolate con mente. —Ambos rieron mientras se ponían de pie y salían del departamento del mayor.
¿Cuál sería el siguiente paso? Podrían vivir juntos, podrían tener sexo esa misma noche o hacer el amor, podrían irse a vivir a otra ciudad o a otro país, la verdad era que no importaba mientras le tuviera cerca, sin saber como es que había encontrado ese complemento que necesitaba y por el que estaba tan ansioso por compartir la vida entera.
FIN