Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La búsqueda: el primer aliado por Cat_GameO

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a todos por acá...

Espero que se encuentren muy bien el día de hoy.

Hoy les comparto el tercer capítulo de esta historia un poco extraña que sigue en desarrollo.

¡Espero que lo disfruten!

Capítulo 3 

Somos cazadores

 

La sala de espera estaba vacía. Tenía unas sillas blancas que hacían juego con las paredes y el resto de la decoración del hospital. Emilio estaba en la esquina cercana a la máquina de información y el escritorio de recepción. Sujetaba una especie de gafete que decía ‘visita’.

—¿Emilio Estrada? —una enfermera habló al ver al joven—. Tu abuela está lista para verte. Recuerda que ésta será una excepción, por lo que te pido que la próxima vez acudas en el horario de visita estipulado por el hospital.

—De acuerdo —Emilio dijo con respeto.

Previamente, Emilio había hablado con el doctor que atendía el caso de su abuela, por lo que había solicitado un permiso para verla.

Cuando anduvo por la puerta de la derecha, pasó por el pasillo angosto y largo hasta que llegó a la habitación indicada. Doña Alicia estaba en una sala de cuidados intensivos y requería de maquinaria para monitorear su condición.

Emilio abrió la puerta y se dirigió a la cama. Su abuela estaba recostada como si fuera una especie de cuerpo sin vida. Días atrás había tenido una embolia cerebral y la había dejado sin la capacidad de habla, por lo que Emilio sentía un gran dolor cada que la veía. Era como si su pecho se contrajera y perdiera la capacidad para respirar.

—Abuelita —Emilio susurró. Se inclinó y besó la frente de la mujer.

Doña Alicia era muy hermosa. Tenía la tez oscura y el cabello rizado; era una característica de familia. Aunque ahora lucía llena de madurez ya que su cabellera era platinada, su cuerpo estaba muy delgado y su rostro lucía arrugas naturales.

La mujer abrió los ojos y sonrió con maternidad.

—He venido a despedirme —Emilio informó al apretar la mano de su abuela— porque he decidido que debo irme.

El rostro de Doña Alicia arrojó una tristeza profunda y al mismo tiempo una mirada de aprobación.

—No voy a ir a la academia que mis padres desean. Voy a vivir mi vida a mi modo… —Emilio acalló y suspiró con pesadez. Se debatía si revelar la verdad sería lo más adecuado. Sin embargo, no podía ignorar que esta mujer había sido la única que le había demostrado cariño en toda su familia. Prosiguió—: He decidido convertirme en un cazador de demonios y ángeles. ¿Recuerdas todas las veces que lloraba porque creía que algo extraño me observaba desde la ventana? ¿O te acuerdas que te conté lo que vi aquella noche que paseamos cerca de las vías del tren? Todas estas cosas tienen una explicación.

De manera sorpresiva, Doña Alicia asintió con la cabeza. Luego, alzó la mano y tocó el brazo de su nieto. Emilio se agachó más y dejó que su abuela continuara el mimo al acariciar su rostro. Después, la mujer buscó su propio cuello y mostró una cadena de oro que tenía una especie de cruz simétrica. Emilio reconocía el objeto ya que era un símbolo de la religión popular. La abuela levantó la cadena e intentó quitarla. Emilio ayudó y aceptó el objeto.

—¿Quieres que me quede con ella? —inquirió el adolescente.

Doña Alicia asintió con la cabeza y una mueca cálida.

—Gracias, abuelita.

 

 

***

Justo como lo había acordado con Einar, Emilio se dirigió al parque y encontró al otro chico fumando a un costado del faro de luz nocturna.

Emilio se acercó al otro y se percató de algo. Einar no era tan alto como él y era más delgado que él, pero tenía un estilo más maduro que un adolescente. Lucía joven, de eso no había duda, pero no como un chico de preparatoria.

—¿Listo? —Einar pronunció con un tono seguro y amigable.

—Sí. Hablé con ella y le dije la verdad. Me dio esto. —Emilio mostró la cadena y la cruz que había colgado en su cuello.

—Oro bendito. Tu abuela es una mujer precavida.

—Supongo que para ella eso de los demonios y ángeles no era parte de un mito.

—Te sorprenderías al conocer que tanta mentira es real.
Emilio no debatió. Quizás sería mejor acostumbrarse a la forma de expresarse que Einar tenía.

—Anda, hay que irnos —Einar dijo.

De forma ordinaria, Emilio siguió a Einar hasta una de las zonas de aparcamiento y subido junto a él a un carro de color gris y aspecto deportivo.

—¿Te puedo preguntar a dónde iremos o… mejor espero? —Emilio probó su suerte.

—Iremos a Blue; la ciudad costera de Redden. En el puerto de Marinn-Mar nos esperará esta noche nuestro cliente. Le prometí un demonio de la vergüenza y eso es lo que recibirá. Dave nos esperará en la habitación del hotel que ya hemos rentado. Vamos a volar a la República de Veix durante la madrugada.

—¿Hasta República de Veix?

—Dave tiene todo listo. Ya inició la impresión de tu pasaporte y tu nueva identificación. Sé que todavía no cumples dieciocho, pero a partir de ahora ya no eres un niño ante la ley. —Einar sonrió y buscó otro cigarrillo en la gabardina. —Ah, claro, también hemos cambiado tu nombre. Ahora eres Emilio Muñoz.

—¿Emilio Muñoz?

—Preferimos que conservaras un apellido en base al origen de tu familia.

—¿Puedo preguntar el tuyo?

—Einar Haugen —Einar replicó planamente.

—¿También conservaste el origen de tu nacimiento? —Emilio hizo la cuestión sin mucho cuidado. Había mirado por la ventana y disfrutaba de la vista y puesta del sol.

Durante unos minutos no hubo interacción. Emilio no le dio mucha importancia y se deleitó como un niño pequeño con el panorama. Ya había visto los letreros que decían ‘buen viaje’ y los que indicaban que para el norte se encontraban las ciudades costeras del país. De hecho, había creído que la conversación continuaría de una forma cotidiana hasta que en este momento se percató del silencio.

—¿Tienes algún gusto en particular por la música? —Einar preguntó mientras encendía la radio y ponía una estación que tocaba música estilo Heavy Metal.

—No. No soy mucho de música —reveló Emilio sin comprender el comportamiento de Einar.

—Puedes dormir. Llegaremos en tres horas a Blue y a la media noche nos encontraremos con el cliente.

Emilio asintió con la cabeza y se sintió como un desconocido. Por unos segundos dudó de su decisión. ¿Había tomado una salida irracional sólo para evitar a sus padres?

—Disculpa si te pregunté algo fuera de lugar —Emilio decidió aclarar la situación. Estaba convencido de que era necesario crear un lazo real con Einar como un amigo—, simplemente deseaba saber más de ti.

—No hay mucho sobre mí, Emi —Einar replicó con el mismo tono plano—. Soy un hechicero y un cazador de —sin previo aviso, fue interrumpido.

—Eso ya lo sé. Simplemente quería saber algo más significativo.

De nuevo, no hubo respuesta.

Emilio suspiró con fuerza para mostrar su frustración y sacó de su mochila el móvil.

—Dame eso.

—¿Qué? —Emilio preguntó atónito.

Con rapidez, Einar arrebató el teléfono, abrió la ventana y lo arrojó sin titubear.

—¡¿Qué carajos has hecho?! —renegó el adolescente.

—No puedes seguir usando el mismo celular o, de lo contrario, la policía te encontrará. Ahora eres otra persona. —Einar sacó de la gabardina un nuevo teléfono y lo ofreció a Emilio. Prosiguió con la conversación—: Este es tu nuevo móvil. Encontrarás tu información básica, mi contacto y el de Dave. He incluido una aplicación que una amiga de Dave creó para los cazadores; con ésta vas a aprender las clasificaciones de los demonios y ángeles, así como sus poderes y rasgos.

Emilio sujetó el objeto y lo inspeccionó. Estaba un poco molesto, pero comprendía que de cierto modo necesitaba el anonimato para realizar su nuevo trabajo. Sin embargo, había deseado poder conservar algún contacto con su antigua realidad. Por lo menos así habría tenido noticias de su abuela.

—Además —Einar siguió con la explicación—, podrás navegar la red sin ser detectado. Todo el teléfono está cifrado. Cortesía de Dave.

—De acuerdo —Emilio pronunció derrotado.

¿Cuál es tu problema?”, Emilio pensó levemente molesto al ver de reojo al otro muchacho.

 

 

***

En algún momento del viaje, Emilio se había quedado dormido y había descansado sin miedo alguno junto a Einar. De cierto modo aceptaba que ese chico le causaba seguridad, pero todavía estaba enojado con él.

De una manera estrepitosa, Emilio detectó la diferencia en el clima. Ahora había una sensación de humedad densa y el calor parecía una ola de bochorno que provocaba sudoración constante. Definitivamente estaban en Blue.

—¿Hemos llegado? —Emilio preguntó adormilado. Luego contempló el exterior y descubrió una ciudad con calles muy vívidas.

La estructura urbana era fascinante y sumamente peculiar. Blue era una ciudad costera y turística. Había muchos árboles tipo palmera que adornaban los camellones y la mayoría de las jardineras públicas. Había muchos restaurantes y bares que daban un toque de vida nocturna.

—Es hermoso —opinó Emilio con una sonrisa—, muy hermoso.

—¿Nunca habías venido a Blue? —Einar inquirió con neutralidad y casi como si escondiera su gusto por la reacción un poco tierna de Emilio.

—No. Viajé al sur, a la ciudad de Verdino con mis padres, cuando era muy pequeño. Cuando cumplí catorce años me fui de casa y viví con mi abuela. Con ella era imposible viajar todo el tiempo debido a su condición de salud, pero visitamos un par de veces Muninn, al este de Salamago.

—Te diría que podemos quedarnos aquí, pero necesitamos llegar a Veix antes del fin de mes.

—¿Del fin de mes? —Emilio dudó. Buscó en el teléfono la fecha y comprendió que tenían menos de un día y medio—. ¿Por qué?

—Hace un par de días hubo una explosión energética muy llamativa en  dos ciudades de Veix. Ocurrió a la par. Este tipo de cosas no pasan porque sí. Tenemos dos teorías.

—Oh… Okey —Emilio no comprendió del todo pero escuchó.

—La primera es que dos demonios de una categoría muy alta fueron liberados por la Iglesia o alguien cometió un error y éstos escaparon. O hubo un enfrentamiento entre cazadores y soldados de la Iglesia.

—¿Soldados de la Iglesia?

—Nosotros cazamos fuera de la ley. Vendemos ángeles y demonios al mejor postor y encontramos a los más poderosos que se han mantenido ocultos de la Iglesia. Los cazadores iniciaron dentro de la Iglesia y eran conocidos como los Soldados Plateados o los Soldados de la Cruzada en los siglos XV y XVI. Los que desertaron se convirtieron en los creadores de nuestra profesión.

—Entonces, iremos a Veix porque vamos a cazar…

—Exacto.

Como si el tiempo se detuviera, Emilio se cuestionó la razón por la que Einar había llegado a su escuela.

—¿Era el único demonio de la vergüenza? —Emilio susurró más para sí que para interactuar.

—No, pero sí el más cercano a nuestra posición —Einar aclaró. Después estacionó el coche y apagó el motor—. Emi, cuando llegué a Salamago solamente había buscado al demonio de la escuela. Me di cuenta de que estaba alimentado por tu grupo de amigos y por ti. Al observarte, durante la noche en el parque, me percaté de que tienes el talento de un target.

—Tú dijiste que no crees en las coincidencias.

—No, no creo. La oportunidad se presentó, así que decidí tomarla porque así debía ser.

—Comprendo. Descuida, Einar —Emilio compuso con un poco de desilusión—, no me sentí forzado ni nada de eso.

—B-Bien —Einar respondió levemente sorprendido—. Si ha quedado claro, vayamos a la habitación. Dave te explicará un poco más sobre tus nuevas tareas.

—De acuerdo.

 

 

***

La habitación era grande y bastante cómoda. Tenía una pequeña sala recibidora, un salón de televisión y un balcón al frente. Había un baño externo para invitados y hacia la izquierda se hallaba otro pasillo que separaba las recámaras. Parecía más como un departamento miniatura.

En la sala de televisión había un aparato extraño que parecía un cubo metálico lleno de conexiones que lo unían a una computadora portátil. En el sillón se encontraba un hombre de mediana edad, de cabello rubio y largo, de cuerpo musculoso pero estómago hinchado. Su tez era blanca-rosada y sus ojos de un tono verde oscuro. Vestía como una especie de vaquero, con pantalones anchos para botas, una camisa de cuadros abierta y una playera blanca. Su expresión era muy cálida y bonachona. Su rostro estaba adornado por unas patillas alargadas y un bigote prominente.

—Einar, por fin llegaron —el hombre habló como si fuera un padre consternado. Su pronunciación era más peculiar que la de Einar, por lo que era fácil detectar su origen externo a Redden.

—Dave, te presento a nuestro nuevo target —Einar dijo sin muchos ánimos. Anduvo rumbo al minibar y sacó una cerveza de lata.

—Sí, sí, hola Emilio. Soy Dave Brambilla, mucho gusto —ofreció Dave.

—Mucho gusto —Emilio compuso con amabilidad.

—Ven, voy a entregarte tus nuevos documentos. Einar y tú irán al puerto y recibirán la paga del cliente.

Emilio obedeció y se sentó junto a Dave. Estaba sorprendido por la facilidad con la que Dave manejaba la computadora, pues siempre había tenido esa creencia de que los expertos en computación eran como nerds que se vestían como adolescentes retraídos.

—Como serás un target, necesitarás un amuleto valioso para otorgarte una protección.

—¿Serviría esto? —Emilio mostró la cadena de su abuela.

—¡Oh! —Dave hizo una expresión de sorpresa honesta al mirar el objeto—, sí, sí. ¿Puedo?

Emilio retiró la cadena de su cuello y la ofreció. Cuando Dave la sostuvo en sus manos se comportó como un niño pequeño que estaba frente a un juguete nuevo. Tocaba con sumo cuidado la cruz y palpaba el resto de la construcción de la joya.

—Del siglo XVIII, de catorce quilates y de una aleación con cobre y plata —Dave explicó como un experto—. Fue bendecida con agua purificada y tiene una oración de protección.

Increíble”, pensó Emilio.

—Definitivamente esto servirá. ¿Es tuya?

—Fue un regalo de mi abuela.

—Sí, sí, todavía mejor.

—¿Por qué?

—La conexión entre las personas puede tener un impacto positivo. Cada que observes esta cadena recordarás a tu abuela y ello te llevará a memorias importantes en tu vida. Así funciona el poder de las reliquias. Algunas, aquellas que son muy poderosas, nos transportan a los deseos o sentimientos de los desconocidos que las maldijeron o bendijeron.

—Pero —Emilio titubeó un poco—, ¿no se supone que al ser un target debo atraer a los demonios y ángeles?

—Por desgracia no sólo son demonios y ángeles los que habitan este mundo, Emilio. Los humanos pueden ser más peligrosos que un demonio o un ángel.

—Claro —Einar agregó. Estaba recargado en la pared junto al minibar—, es de ellos de quienes debes protegerte.

Con la poca información que Emilio tenía, deducida que la Iglesia debía poseer agentes especiales para enfrentar a los cazadores. Y, por supuesto, debía ser obvio que los mismos cazadores se enfrentaban entre sí. Al final, las presas valían dinero y esta era una motivante perfecta.

—Haré los preparativos —Dave confirmó con un tono de padre protector—, mientras ustedes pueden descansar.

—Estoy agotado —Einar reveló y terminó la cerveza de un trago—, iré a dormir.

—¿Y tú, Emilio?

Emilio contempló a Einar y lo siguió con la mirada hasta que abandonó la sala de televisión.

—Dormí un poco en el trayecto —Emilio dijo—, así que no tengo sueño.

—Comprendo.

—¿Dave? —Emilio no perdió el tiempo y continuó con la conversación—. ¿Puedo preguntarte algo sobre Einar?

—Ah, claro, ¿qué pasa? —Dave ofreció mientras se ponía de pie e iniciaba una especie de ritual con agua y la cadena de Emilio.

—Verás, estábamos hablando de la familia… el nombre de familia y así, pero… cuando le pregunté por su apellido, por el origen de éste, se molestó.

—Einar es muy reservado. A diferencia de mí, él no tuvo opción.

—¿Opción? —Emilio se desesperó un poco. Se puso de pie y se acercó a Dave.

—Sí, sí —Dave informó y permitió al menor quedarse junto a él—, Einar no decidió ser un cazador por gusto. Yo trabajé para la Iglesia como curador de arte y otras reliquias. Estudié en un seminario y me gradué como teólogo. En realidad es de familia; mis padres también se dedican a la investigación bajo el comando de la Iglesia. Claro, ellos no son cazadores.

—¿Y tú?

—Yo así lo decidí. Descubrí algunas cosas extrañas. Por ejemplo, que la Iglesia ha utilizado humanos y demonios en experimentos para crear híbridos y dotar a sus próximos soldados de magia sin precedente. También descubrí que han matado a la mayoría de ángeles por algún motivo secreto. Eso explica la razón por la que hay millones de demonios y unos cientos de ángeles. Fueron descubrimientos que no me agradaron así que tomé el camino como cazador. La verdad es que no soy muy bueno con las armas por lo que busqué alianza con otros cazadores, pero muchos son unos cabrones que sólo buscan riquezas. La mayoría vende demonios a la misma Iglesia. Un grupo muy selecto de cazadores realmente está en contra de ésta y uno de ellos es Einar.

—¿Cuándo lo conociste?

—Hace cinco años. Él era un niño todavía, un adolescente de unos quince años, un chico muy talentoso que buscaba demonios por su cuenta. Al inicio no los cazaba para venderlos; Einar no tenía ese interés. Él los mataba.

Emilio respiró con profundidad y acalló cualquier pensamiento de incertidumbre y desconfianza.

—Verás, Emi —Dave pronunció cálidamente al notar la expresión del chico—, la Iglesia no busca matar a los demonios. Ellos no son malos como la gente cree. Sí, se alimentan de las emociones, en especial las que son poderosas y negativas. Los ángeles también lo hacen porque es el combustible de ambas razas. Ambos buscan esa energía que los humanos producimos al experimentar situaciones muy fuertes en nuestra vida. Para la Iglesia, estas criaturas son herramientas. Einar mataba a cualquier demonio que encontraba hasta que nos conocimos. Yo le enseñé que al final los demonios sólo buscan un fin y que no siempre es negativo. La mayoría lo hace por intuición, pero no todos desean matar o destruir. Einar lo hacía creyendo que así conseguiría calmar el dolor que sentía por la muerte de su familia.

Emilio agachó la mirada y comprendió un poco el comportamiento de Einar. Se preguntó si sería prudente ofrecer una disculpa.

—Einar vio como su familia fue asesinada por un demonio de alta clasificación. En aquél momento él no sabía que este demonio obedecía a la Iglesia y había sido instruido por ellos para matarlos a todos. Einar escapó gracias a su magia y desde entonces inició su profesión. Al inicio fue por venganza y ahora… ya no.

—¿Está… está buscando a ese demonio?

—Es muy probable. El problema radica en que sin un scopo los demonios de clasificación cinco para arriba no son fáciles de encontrar.

—¿Scopo?

Target. Es el término original, pero los cazadores de ahora usan target desde que Lucky lo comenzó a usar casi veinte años atrás. Encontrar a un scopo es excesivamente difícil. ¿Quién en su sano juicio aceptaría usar su cuerpo como un medio para llamar a un ente como un demonio? Es un oficio poco remunerado y en exceso difícil. Además, los scopo no pueden cometer un error tan fatal como involucrar sus propias emociones. Deben permanecer empáticos y lo más neutral posible. Deben bloquear sus memorias —Dave decía al mostrar la cadena de Doña Alicia como un ejemplo—, para evitar convertirse en objetivos. Sólo deben permitir al demonio o ángel entrar. Verás, los demonios de altas clasificaciones se manifiestan de dos formas: energía sin mostrar una apariencia y al poseer un cuerpo humano. Sólo al entrar en un target se muestran físicamente vulnerables.

—Entiendo.

—Ahora sabes que trabajar como un scopo no será fácil, pero Einar y yo te guiaremos y te enseñaremos todo lo que necesitas saber.

—De acuerdo. Te lo agradezco, Dave.

De pronto, Dave se mostró sereno y amable. Era algo muy constante en él. Para Emilio, de cierto modo, este hombre era más como un padre que, incluso, su propio papá.

—Iré a descansar un poco —Emilio avisó.

—Claro. Los despertaré en un par de horas para terminar el encargo en el puerto.

—Gracias.

Emilio se despidió con respeto y se dirigió rumbo a una de las recámaras. Sólo una tenía la puerta cerrada, por lo que intuyó que en ésta dormía Einar. Durante unos segundos dudó de sus propios actos, aunque al final accedió al abrir la puerta.

La habitación estaba en penumbra y Emilio se guió por la poca luz del pasillo. Había dos camas y sólo una estaba disponible. Emilio se sentó en la orilla de la cama vacía y observó a Einar. El otro muchacho lucía dormido.

Los pensamientos de Emilio divagaron entre los últimos acontecimientos, la conversación con Dave y el beso con Einar. Esto último causó un impulso de curiosidad muy profundo en él. Era cierto que había sido su primer beso y que no había imaginado que sería con un chico como Einar. Emilio vagó con la mirada por el resto del cuerpo de Einar. Era una fortuna que por el clima el muchacho estuviera sólo en unos shorts y una playera sin mangas. Emilio disfrutó la vista y se preguntó cómo se sentiría tocar el cuerpo de Einar.

Inconscientemente, Emilio fantaseó con Einar y comenzó a sentir una excitación profunda. Su ser entero se inundaba de calor y su propia imaginación arrojaba imágenes sensuales y peligrosas. Como en un trance, alzó la mano e intentó acariciar el brazo de Einar; sin embargo, se detuvo.

¿Qué mierda haces, Emi?”, reprochó Emilio en silencio.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).