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Puntos de sutura. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Pasó una semana en un instante. Y para sorpresa de todos, se descubrió que Hye-won no fue a casa ni una sola vez en todo este tiempo. El sábado había quedado en ir con Dohan a su ciudad natal para el cumpleaños de su padre, por lo que había tenido que correr para arreglar sus pendientes antes de esa fecha.

Y entonces, la mañana del sábado, el día en que iban a viajar directamente hasta Seúl, Dohan fue al hospital a recoger a Hyewon desde antes de las 9.

El automóvil de Kang, que había estado exiliado en un estacionamiento subterráneo durante casi un mes, estaba cubierto de polvo blanco y de un montón de otras manchas desconocidas. Era un poco estúpido que tuviera uno aunque se quedaba en el hospital toda la semana pero, supuso que así era como le gustaba de todos modos.

Al ver un grupo de ambulancias paradas en la entrada de la sala de emergencias, Dohan pensó para si mismo: "¿Estará ocupado?" Y se preguntó si podría estar vinculado con ese paciente y si acaso tendría que tomarse otra hora más. Sin embargo, como si acabara de ducharse, vio a Hyewon, que salió del hospital, secándose el cabello mojado con una toalla pequeñita una y otra vez para evitar que siguiera escurriendo así de exagerado. Luego, Hye-won, que se revolvía la cabeza, subió al auto sin decir una palabra al respecto y acomodó su maleta en la parte de atrás. Hyewon y Dohan viajaban así todo el tiempo, por lo que ya hasta se había vuelto una costumbre.

Dohan frunció el ceño. Había pasado un tiempo considerable desde que condujo su automóvil para pasar por él directamente al hospital, pero tenía que decir que la sensación era igual a la que sentía cuando eran estudiantes. Dohan carraspeó la garganta, tratando de encontrar algo que decir.

"¿Has dormido?"

"Ni un poco."

"Entonces hazlo, anda."

Cuando el SUV negro partió del estacionamiento, Hyewon cambió de postura y se sentó de un modo un poquito más cómodo. Se cruzó de brazos, se volvió hacia la ventana y apoyó la cabeza completamente contra el cristal. Al contrario del tono duro que tenía todo el tiempo, cuando Dohan le hijo que durmiera, el hombre lo obedeció como un niñito ordenado. Fue porque Dohan conocía muy bien el estado actual de Kang Hye-won sin siquiera tener que escuchar una explicación de su parte. Se fue a trabajar desde el martes hasta el sábado por la mañana. Sabía que apenas y habría dormido y que de seguro solo comía pan. Además, Hye-won, quien se reunió con Do-han frente al centro de cirugía el viernes, se veía completamente lamentable esa vez.

Dohan bajó el volumen de la radio y se inclinó para poder hacer su asiento un poquito para atrás.

El sábado por la mañana, la carretera siempre estaba congestionada porque las personas salían de paseo para aprovechar el fin de semana. Luego, tal vez unos veinte minutos más tarde, el tráfico comenzó a avanzar lo suficientemente rápido como para llegar hasta el cruce donde se ubicaba un parque de diversiones que llevaba cerrado ya mucho tiempo. Con lentitud, empezó a acelerar hasta tomar una velocidad adecuada para la carretera y luego, encendió el limpiaparabrisas para difuminar un par de gotas de lluvia que habían comenzado a caer contra todos los cristales. Y como si evitara mojarse, el auto se escondió en el túnel justo a tiempo, y el sonido del "pack, pack, pack" contra la carrocería del auto desapareció.

En el túnel, tenuemente iluminado, las luces que se encendieron una por una arrojaron luz sobre el rostro dormido de Hyewon y luego desaparecieron repetidamente hasta envolverlo en las sombras.

Dohan miró el rostro del hombre por un momento. 

No tenía una piel tan saludable como cuando era joven pero, aún así, era muy, muy bonito. Tenía unas largas pestañas sobre unos párpados finos que temblaban de vez en cuando. Una nariz suave y unos labios perfectamente dibujados. Era como la Bella Durmiente.

"Um..."

Durante los últimos tres días, Hyewon no había dicho nada sobre lo que sucedió en el hotel. Además, no hubo cambios con su expresión y nada de él fue diferente de lo habitual. Entonces, por supuesto que decidió creerle cuando dijo que no podía recordar nada de ese día. Después de todo, Dohan tampoco podía recordar nada excepto a Kang gritando su nombre un montón de veces: "¡Dohan!" En cuanto a lo que le pasó con eso de la feromona omega, bueno, todavía no tenía una respuesta adecuada. En el hospital siempre llevaba cubrebocas, por lo que no sintió ningún aroma particular y nada era lo suficientemente incómodo como para ir al departamento de revisión. No obstante, pensó que si el mismo síntoma se repetía unas cuantas veces más, entonces iba a sacar cita.

Al salir del túnel oscuro, fuertes gotas de lluvia golpearon el techo del automóvil por segunda ocasión. El cielo, que al inicio pareció despejado debido a un chubasco repentino, ahora estaba lleno de nubes que eran demasiado oscuras como para creer que se estaba volviendo de noche. Dohan, que tenía miedo de despertar a Hyewon con el sonido, que era más fuerte de lo esperado, entrecerró los ojos y lo comprobó muy rápidamente. Sin embargo, Do-han de repente tuvo un pensamiento extraño mientras miraba la hermosa figura del hombre que aún dormía con los brazos bien cruzados y la cabeza colgando contra un hombro. Originalmente él era un tipo muy sexual, y si le gusta la apariencia de alguien, entonces era el primero en acercarse para llevarlo a la cama. Pero así no era Hyewon. No importaba lo borracho que estuviera ese día, no podía entender por qué se dejó llevar por su ritmo y tuvo sexo con él.

"¿Qué diablos estaba pensando este bastardo?"

Según los estándares de Do-han, Kang Hye-won era como una persona recatada. Igual a un monje o un sacerdote. No podía imaginarlo siendo salvaje.

Dohan, que todavía estaba mirando el rostro dormido de Hyewon, con unos pensamientos un poco complicados en la cabeza, volvió a mirar para al frente antes de que todo esto volviera a comerle la cabeza justo como pasaba estando en casa. Trató de olvidarlo, pero en su lugar, Dohan frunció el ceño nuevamente y miró a Hyewon por tercera vez:

"Ah, Dohan..."

Otra imagen de él apareció en su cabeza. Su piel era roja, incluso alrededor de los ojos, en la punta de la nariz y bajo la boca. Pareció tan excitado al llamarlo, que incluso la cara de Do-han se puso colorada también y comenzó a ponerse muy nervioso.

"Maldita sea, maldita sea, maldita sea...".

"¿Estás bien? ¿Te pasaste un alto o algo?"

Entonces, Hyewon finalmente miró a Dohan. Se despertó con el sonido de las gotas de lluvia contra el auto, pero decidió seguir con los ojos cerrados para disfrutar de la tranquilidad y la paz que le había llegado después de un tiempo de puro trabajo. Sin embargo, el tarareo de Dohan o el pequeño ruido que hacía con los dientes, había ocasionado que se le pusieran los nervios de punta. Entonces Hyewon, que había pensado en seguir fingiendo dormir para no ser molestado innecesariamente, terminó por parpadear. Y lo primero que se encontró fue una mirada descarada clavada en su cara.

"Casi te aviento un puñetazo."

Sonrió ante las palabras de Hyewon.

De hecho, estaba un poco preocupado por el itinerario de hoy hasta su casa, pero descubrió que el rostro de Dohan estaba muchísimo más relajo de lo que esperó. Para su mala suerte, Hyewon tuvo que darle más malas noticias a Dohan, quien hasta ahora estaba sonriendo con esos dientes brillantes, blancos y tan bien cuidados que tenía:

"No voy a poder ir a casa en una semana más."

"¿Por qué?"

"Estoy supliendo a alguien."

Tal como se esperaba, tan pronto como Hyewon terminó de hablar, Dohan frunció el ceño y endureció su rostro mientras decía que "eran unos desgraciados" y que "si seguían así entonces definitivamente lo iban a matar." Hyewon también apeló diciendo que era algo de fuerza mayor, pero ni siquiera eso fue suficiente.

"¿Pensaste en eso?"

"¿Qué cosa?"

"La casa."

"Oh, ¿Eso de vivir juntos?"

Después de salir del peaje y ver los edificios de apartamentos colocados ordenadamente a la derecha y a la izquierda, Hyewon mencionó un problema del que se habían olvidado por un tiempo. Era, sin lugar a dudas, una oferta muy razonable sin motivo alguno para rechazarla, pero Dohan vaciló.

"... No lo sé."

"¿Por qué no lo sabes?"

Ante la pregunta de Hyewon, Dohan dobló la esquina, lo miró y sonrió.

"Porque tengo miedo de que me estés regañando si vivimos juntos".

"¿De qué estás hablando?*

"Ya sabes, cosas como "no te vayas con ese tipo", "ya vete a dormir" o así."

"¿Alguna vez he sido de ese modo contigo?"

Hyewon repasó sus acciones del pasado. La última vez que estuvo con él en el salón del hotel, le dijo que tenía que cambiar su comportamiento pero, de hecho, nunca había hablado de la promiscua vida sexual de Do-han seriamente. Es más, prefería mantener la boca cerrada por temor a que su amor no correspondido quedara expuesto. Las cejas oscuras de Dohan se crisparon ante la extraña expresión de Hyewon.

"Incluso si no lo dices, todo está escrito en tu cara. Eres como mi madre."

Eso estaba equivocado. Más bien, era todo lo contrario a eso. Hye-won siempre esperaba que Im Do-han conociera a alguien más grande y de mente más cerrada que él, y quería que lo trataran con dureza y le hicieran llorar. Esperaba que de esta forma se diera cuenta de que el único que lo esperaba en silencio, lo entendía, le dejaba pasar todo y estaba a su lado frecuentemente sin importar cómo, era Hyewon. Por supuesto, hubiera sido bueno si no hubiese conocido a nadie en primer lugar, pero era imposible para Dohan hacerlo así. Y como era un pensamiento terriblemente egoísta, siempre mantuvo la boca cerrada para evitar esta conversación. Es solo que, el otro día, en el salón, Hyewon escupió sus verdaderas intenciones y dijo: "Entonces serás castigado".

"Ni siquiera irías a la casa de todos modos. Es solo un lugar para dormir."

"Bueno... Voy a echarle un vistazo para ver más o menos el precio que me vas a cobrar."

"¿Quieres pagar renta?"

"Supongo que sería lo más razonable.

"Pues entonces lo vamos viendo sobre la marcha."

"Ummm... ¿No sería incómodo? Creo que sería mejor vivir solo ¿Sabes?"

"... ¿Estás incómodo conmigo, Dohan?"

"No ahora. Pero en algún momento lo será. Créeme."

Dohan lo dijo sin mirar a Hyewon porque tenía miedo de encontrarse con esos ojitos de perrito pateado que siempre le ponía. Si le preguntabas a alguien del hospital sobre esto, obviamente dirían que la expresión de Hye-won estaba en blanco todo el bendito tiempo. Pero Do-han sabía que no era así. Cuando le decían algo que no le gustaba, sus ojos negros comenzaban a verse preocupados o tristes o más apagados que de costumbre. Y sabía que a diferencia de su yo que parecía simple y sin sentido, Hyewon Kang siempre se preocupaba demasiado por todo. Incluso de las cosas más pequeñitas.
Hye-won también sabía que no era que Do-han se sintiera realmente incómodo viviendo con él, sino que pensaba que su estilo de vida pronto sería una molestia para él, quien ocasionalmente volvía a casa a descansar.

Aún así, como siempre, solo le restaron importancia y se concentran en otra cosa.

"Bien, es aquí".

Mientras conversaban, el automóvil llegó a la oficina principal de la Universidad de Deokwon. Había pasado un año desde que estuvo aquí y nunca había sido completamente a propósito. Era... Más bien como un tipo de castigo ver a su papá y escucharlo hablar sin parar sobre lo horrible que era su futuro.

Los dos dejaron el automóvil en el estacionamiento y caminaron por el pasillo de la oficina principal, más familiar que la sucursal, para finalmente pararse frente al ascensor que era para el personal.

"Miren nada más, pero si es Im. ¿Oh? ¿El doctor Kang también viene de visita?"

Un hombre, vestido con una bata blanca, quien aparentemente reconoció a Dohan desde la distancia, caminó y lo saludó incluso antes de llegar hasta él. Era un sujeto de aspecto amable, con una identificación de empleado de "radiología" que ya habían visto varias veces rondando en el hospital. Incluso hubo un momento en que comenzó a ser muy familiar para Kang Hye-won.

"Kim, mira nada más que bonita sorpre... ¡Urgh!"

Dohan, que también estaba a punto de saludarlo, de pronto se tapó la boca con ambas manos al sentir la manera en que las náuseas habían vuelto a venir. El doctor Myung-Shin Kim, del departamento de Radiología, fue compañero sexual de Im Do-han cuando trabajaba en la sede. Un Omega precioso y muy bien educado. Pero ahora...

"Lo siento, yo no sé por... Urgh."

Dohan volvió a taparse la boca en un intento por contener las ganas de vomitar. Y en respuesta a la repentina reacción de Dohan, no solo Kim, sino también Kang Hye-won, que estaba de pie junto a él, lo miraron de un modo un tanto confundido. Dohan agitó la mano para indicar que estaba bien, pero cuanto más se acercaba a Kim, más disgustado se sentía por dentro. Era la feromona omega. Estaba... Estaba dándole muchísimo asco.

"Ah... No puedo..."

"Oye..."

"¿...Viniste aquí para ver a un obstetra?"

Kim Myung-shin obviamente estaba jugando con Dohan, pero Hye-won lo miró tan fijamente como si quisiera matarlo.

"... Lo siento  ¿Estás bien?"

"Obviamente no es un buen momento. Lo siento, pero, ¿Puede irse?"

"Iré a... Bueno, te veré en un rato."

Sin embargo, incluso después de que se fue, el olor todavía estaba en la punta de su nariz así que Dohan se abanicó con las manos. Era una cantidad muy pequeña de feromona que normalmente no se detectaría bien, pero le estaba dando muchas náuseas. No tenía idea de que la diferencia entre usar un cubrebocas y no usarlo sería tan grande.

Mientras Do-han golpeaba su pecho con el puño para intentar tragarse el vomito, Hye-won lo miró con expresión preocupada.

"Hey ¿Estás bien?"

"Ah... No lo sé... Ha pasado un tiempo desde que me subí a un automóvil así que supongo que por eso sigo mareado".

"Pero tú estabas conduciendo".

Ante el punto de Hyewon, Dohan mantuvo la boca cerrada. En el caso del conductor, el movimiento del vehículo se podía predecir por lo que había menos sensación de disparidad en los sentidos. Dohan, que no tenía nada que decir, miró a Hyewon antes de elevar los hombros.

"No pasa nada. A veces puede ocurrir. Yo conduzco de regreso ¿De acuerdo?"

Hyewon volvió la cabeza hacia los ojos de Dohan, que estaban llenos de cosas que quería decir, pero que eran pacientes.

"Gracias..."


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