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Puntos de sutura. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Hyewon se quitó la camisa, que se había desordenado al ser agarrada por el cuello varias veces, y le lanzó un beso increíblemente salvaje a Dohan. Por supuesto que el repentino cambio en la situación hizo que su acompañante se hundiera de inmediato en la cama. Y cuando Dohan trató de levantarse de nuevo, entonces Hyewon le dijo que "No" y lo empujó de nuevo para abajo.

Hye-won, que codiciaba los labios de Do-han por tercera vez, estaba tan desesperado por tenerlo que pareció volverse una persona completamente diferente. Era como alguien sediento que anhelaba un sorbo de agua. Y si lo de esa anoche fue solo un error, esta vez estaba plenamente consciente de todo. Del ambiente y del hombre que estaba debajo de él, como un cachorrito.
Hyewon endureció su corazón y trató los labios de Dohan con menos delicadeza que la primera vez. Podía decirse que ya no tenía la paciencia suficiente como para resistir la tentación que representaba todo el cuerpo de Do-han.

Hyewon le desató el cinturón, incluso sin dejar de besarlo. Y ya que la parte delantera de sus pantalones estaba increíblemente mojada con semen y sudor, no fue extraño que tan pronto como Hye-won le desabrochara la cremallera, la verga de Do-han saliera con impaciencia casi como un resorte.

Le besó el pene...

"¡Oh por...! Ummm..."

Un gemido bajo y un sonido de frotamiento húmedo, de su boca contra su carne, resonó en toda la habitación en un segundo. Dohan se mordió los labios y miró a Hyewon, que se había arrastrado encima de él para jugar con su cuerpo. Le dijo:

"Chúpame..."

Do-han levantó los brazos y buscó a tientas su mano en la cama, diciéndole a Hye-won de manera autoritaria que lo chupara otra vez hasta que estuviera satisfecho. Sin embargo, sintiendo que faltaba algo mientras miraba el rostro del hombre junto a él, Dohan le apartó el cabello enredado de la frente y le puso las gafas que todavía tenía entre las manos. Luego, dejó escapar un fuerte gemido de sorpresa cuando finalmente sintió que era la imagen que quería ver:

"Ah, eres... Eres perfecto... Um..."

Cada vez que Hyewon enterraba su rostro profundamente entre las piernas de Dohan, la cintura del hombre temblaba y comenzaba a moverse más y más en su dirección. Entonces torcía la cintura y abría un poquito más las piernas. Estaba sintiendo como el húmedo agujero de su boca envolvía sus genitales y como los apretaba de esa forma que tanto le gustaba. Era un placer que no podía compararse ni siquiera con el de la masturbación.

"Ah, ah, amm... ¡Ah!"

Dohan se mordió repetidamente los labios y extendió y apretó los dedos de los pies un montón de veces. Cerró los ojos y levantó la barbilla mientras intentaba soportar el sentimiento de eyaculación que le había venido de una forma un tanto acelerada. Y en respuesta a esta reacción, Hyewon sostuvo sus caderas con ambas manos y ensanchó las mejillas para intentar que la mamada se sintiera muchísimo mejor de lo que al parecer era ahora. Luego, cuando llevó las yemas de los dedos al apretado agujero de su ano, lo hizo retorcerse tanto en los cama que pareció a punto de rodar hasta caerse.

Después de eso, Hyewon pasó sus labios por el pene de Dohan, desde la raíz hasta la punta, y metió entonces un dedo más entre las densas arrugas de su ano. Atravesó su pared interior, lento e increíblemente suave, y pareció como si si estuviera intentando ensanchar un lugar que se estaba reduciendo en defensa por la intrusión tan repentina.

"Respira..."

El agujero se aflojó después de entrar y salir tres o cuatro veces más y luego, fue evidente que había decidido aceptar sus dedos más fácilmente que la primera vez. Hyewon trazó el interior como si buscara algo, empujó más profundo y con más fuerza y poco después, el cuerpo de Dohan saltó del colchón mientras volvía a abrir toda la boca. Sus muslos, esculpidos en poderosas curvas, temblaron tanto y tan terriblemente fuerte, que llamaron su atención cuando se levantaron de la cama.

"¡Ay! Umm... ¡Umm!"

Dohan jadeó y gimió ante la estimulación que se le estaba dando tanto por delante como por detrás. La feromona, que ya había sido liberada, se desbordó tan exageradamente que llenó cada una de las paredes y las ventanas pero, aún así Hyewon no pudo notarlo. No importaba cuánto lo intentara, solo podía percibir un poco del aroma de la piel de Dohan y el alcohol que todavía salía de su boca. Sin embargo, igual hundió la cara entre las piernas de Dohan como si tratara de sentir el regusto de su feromona al menos una vez en su vida.

Cada que Dohan retorcía su cuerpo y dejaba escapar un gemido, su vientre plano se contraía y se inflaba repetidamente bajo sus manos. Sus músculos abdominales, increíblemente bien tejidos, se movían tan suave y delicadamente como el rastro de una serpiente sobre la hierba y, cuando Hyewon empujaba un dedo o dos dentro de él, entonces respiraba de un modo escandaloso y comenzaba a sacudir la cabeza como para decir que se detuviera.

Hyewon entonces empujó la punta del glande de Dohan hasta su garganta, examinando en todo momento al hombre que levantaba la cintura porque ya no lo podía soportar. Y como lo imaginó, el semen que comenzó a gotear de su boca pareció tan espeso, pegajoso y turbio, que no pudo tragarlo fácilmente en cuanto le llegó al paladar. Sin embargo Hyewon se limpió las comisuras de la boca con el dorso de la mano y se encargó de beberlo hasta el final. No quería desperdiciar nada de Dohan, sin importar qué o cómo fuera.

"Ah, ah, ah..."

Dohan se cubrió los ojos con ambas manos y exhaló con muchísima más fuerza que la primera vez. Jadeó, como un corredor que acababa de hacer 10 kilómetros y cruzar la línea de meta, y entonces, al mismo tiempo que llegaba a su clímax, empezó a sentir un repentino cansancio y todos los efectos de la embriaguez al mismo tiempo. Estaba tan somnoliento que le resultaba molesto incluso mover un dedo y el mundo pareció comenzar a girar y girar a su alrededor. Además, como si la sensación no quisiera desaparecer todavía, Dohan siguió respirando, cerró los ojos y pasó un largo rato intentando controlar el sonido de su respiración tan acelerada. Su cuerpo era pesado, como un algodón empapado en agua, así que imaginó que sería bueno dormirse justo así y no despertar hasta dentro de mil días.
No obstante, mientras Dohan contenía el mayor volumen de oxígeno dentro de sus pulmones, Hyewon, que era un incendio sin importar donde se le mirara, levantó las pierna del hombre como para que viera que no tenía ni la más mínima intención de detenerse solo por estar repentinamente cansado. Él, quien había mostrado una paciencia considerable en el pasado, dejó de lado la razón y el razocinio y comenzó a actuar ante Dohan como un potro desenfrenado, como un carnívoro que descubría a un herbívoro moribundo después de mucho tiempo hambriento. Levantó sus caderas y dejó que sus nalgas, redondas y elásticas, se revelaran por completo en el aire.

Do-han, que estaba disfrutando de su minuto de somnolencia, de repente abrió los ojos y bajó la cabeza para mirar a Hye-won:

"¿Qué...? ¿Qué haces?"

Simultáneamente, con la pregunta de Do-han en el aire, Hye-won levantó la espalda y tomó su mano. Dohan no evitó los dedos largos y blancos que estaban fuertemente entrelazados con los suyos y tampoco intentó huir aunque su corazón estuviera tan terriblemente asustado. Y es que, en primer lugar, la sensación de estar envuelto alrededor de cada articulación suya no estaba tan mal como pensó que sería. Ni siquiera aunque el calor que sentía en la parte baja de su espalda lo estuviera poniendo nervioso.

Las cejas de Dohan se torcieron cuando preguntó "qué estaba haciendo"y sin embargo, el pene de Hyewon, que ya había estado brillando con semen y palpitando debido a la increíble excitación que le ocasionó su acompañante, tomó su lugar entre su trasero y se empujó sin recibir la resistencia que pensó que iba a tener de su parte al verlo tan destruido contra el colchón. Dohan solo inclinó la cabeza hacia atrás y apretó los dientes ante el repentino dolor que lo había atravesado en una sola y constante dirección final.

"Ah... ¡Ay! Espe... ¡¡Ummm!!"

Aunque hubo un juego previo, igual fue difícil abrazarlo.

Dohan apretó los dientes, incapaz de escupir todas las maldiciones que se le estaban viniendo a la cabeza por culpa del dolor que estaba presionando la parte inferior de su cuerpo. La sangre brotó entre sus labios apretados y los ojos se le llenaron de muchas lagrimitas ansiosas. Y al ver la expresión de Do-han bajo de él, tan placenteramente destruida por lo que le estaba ofreciendo, Hye-won agarró su verga, tan erecta como para tocar su vientre, y la frotó con suavidad ocupando solo la punta de los dedos.

"Ah, ah, duele... Me duele cuando... ¡Umm!"

"Lo siento, Dohan".

Para ser honesto, Hyewon también estaba tan borracho la primera noche que su memoria no era completamente perfecta. Pero ahora era diferente. Todas y cada una de las expresiones faciales de Dohan eran tan vívidas como si estuvieran impresas en sus corneas. Pero aunque no había bebido ni siquiera un sorbo de alcohol, Hyewon igual se sentía tan confuso como si estuviera borracho por el aliento de Dohan o por el calor que estaba emanando tan constantemente de sus manos. Y ante el gemido reprimido y la expresión distorsionada de su acompañante, Hyewon se disculpó y terminó por abrazarlo para intentar hacerlo sentir un poquito más seguro estando allí con él. Sin embargo, se encontró con que era muy difícil sostener un cuerpo tan firme y fuerte con solo sus brazos.

"Un poco, solamente un poco más."

"¡Aaaaah! Espera... No te muevas, ¡Umm! ¡Mierda!"

Las piernas de Dohan se estremecieron en el aire.

Hyewon sostuvo sus muslos con una de sus manos blancas y dejó que se quedaran pegados contra el colchón para permitir que siguiera moviéndose justo como le venía en gana. Por supuesto, gracias a eso, el contraste fue muy marcado cuando sus dedos, completamente pálidos y largos, le tocaron las partes de piel que estaban más bronceadas. Igual a si se hubiera ido a la playa el fin de semana en lugar de estar en el hospital.

Hyewon presionó una pierna de Dohan con una mano y con la otra, subió su cintura lenta y profundamente hasta donde lo necesitaba.

El pene de Hye-won, que se había sumergido muy dentro de él, atravesó el pequeño orificio un poco más profundo y se hundió hasta pegar con el tope de su carne. Y cuando la frente de Do-han se arrugó de nuevo, Hye-won entonces besó suavemente sus labios y le dijo que "lo estaba haciendo realmente muy bien." No fue algo sexual, por supuesto. Fue algo de cariño. Muy similar a una mamá dando un besito de buenas noches antes de dormir. Pero a pesar de su mente confusa y desgarrada, Dohan igual levantó la cintura nuevamente, le sonrió, y se aferró a los labios de Hyewon para buscar placer en lugar de ese dolor que ya estaba sintiendo.

Ambos estaban locos.

Si hubieran estado cuerdos en primer lugar, las cosas no habrían ido justo en este rumbo.

Y después de un largo período de paciencia, Dohan finalmente se tragó el pene de Hyewon por completo. Le llenó el estómago y pudo sentir a la perfección esa materia caliente y dura muy adentro. Sin espacios, moviéndose sin ninguna filtración y casi palpitando a su propio ritmo...

Dohan se agarró la parte inferior del vientre, que estaba manchada con el semen de Hyewon, y respiró hondo como para intentar aguantarlo de nuevo.

"Umm..."

Una sensación de satisfacción llegó a Hye-won lo suficientemente fuerte como para querer que el mundo terminara justo ahora. Incluso el temor de que su relación con Do-han, que ocupaba un lugar muy importante en su corazón, se arruinara, desapareció y en su lugar se encendió un deseo de posesión que estaba cerca de la obsesión desmedida. Así que, si Do-han volviera a olvidar la noche con él mañana por la mañana, entonces el dejaría un montón de rastros  para que pudiera recordar.

Hye-won miró el rostro de Do-han y lentamente comenzó a frotarle el abdomen como si fuera un niño pequeñito. Frunció el ceño y al mismo tiempo, dibujó un círculo en su interior mientras presionaba sutilmente cada parte de la pared de su ano hasta que el lugar, que había estado mordiéndole de una manera bastante pesada, se abrió y se cerró igual a si estuviera latiendo.

"Ah, ah, ah... Um..."

El pene de Hyewon presionó profundamente hasta que sintió un bulto de tamaño considerable en la punta de su glande. Le tocó la próstata y presionó con fuerza sin perder de vista el sentimiento de emoción que había crecido en su pecho. El cuerpo de Dohan se retorció de dolor, frunció el ceño, rebotó como si lo hubiera golpeado un rayo y dejó escapar un fuerte grito que se escuchó como:

"¡Oh! ¡Oh, por Dios! Aaah... Maldita sea, maldita sea."

"Ah, Dohan. ¿Aquí? ¿Te gusta aquí?"

Esta vez, Hyewon golpeó las nalgas y la pelvis de Dohan tan fuerte como para hacer un sonido chirriante sobre la cama. El cuerpo de Dohan saltó y luego gimió una vez más:

"¡Ah, ah! Es... Es muy bueno. Es muy bueno.... Me encanta. Eres maravilloso. Es perfecto... Um..."

Los ojos de Hyewon se abrieron el doble de su tamaño cuando se encontraron con los suyos. El hombre, que pareció un muñeco de madera durante el inicio del momento sexual, cambió la expresión bajo sus anteojos y puso una expresión preciosa en su cara. Dohan era débil para el placer y la seducción. Y sobre todo, hermoso como si fuera una flor en el jardín.

El sonido de la carne chocando y el sonido húmedo del ritmo intermedio de sus caderas, llenó la habitación en un segundo. Y justo después de algunas repeticiones más, Hyewon pudo moverse correctamente dentro de Dohan hasta ocasionar que, justo como hace unos minutos, sus cejas se arrugaran como si todavía pensara que el movimiento era muy pesado como para soportar. Incluso aunque obviamente se veía muchísimo más cómodo que al principio. Además de eso, su agujero estaba tan húmedo y resbaladizo que ahora era mucho más fácil entrar y salir de él.

Hyewon soltó la mano que sostenía el muslo de Dohan y entonces se inclinó un momento para comenzar a acariciar el cabello que se le había extendido por todo el colchón. Su pelo castaño, teñido con partes rojizas, estaba tan empapado en sudor que pensó que hasta se había dado una ducha.

"Eres hermoso..."

Hye-won, que no pudo soportar la sensación de su cuerpo a punto de explotar, hundió la cara en el hombro de Do-han para asentarle una mordida tan poderosa como la que él le había dado al momento de olfatearle la nuca. Y entonces, mientras seguía golpeando repetidamente su cintura, las piernas de Do-han se abrieron más de la cuenta y, sin notar que lo estaba haciendo así, envolvió sus piernas alrededor de la cintura de Hyewon igual a si estuviera increíblemente concentrado en encontrar el placer en la situación.

"Ah, más. Más rápido. ¡Más rápido! Ummm..."

Emocionado por la reacción de Do-han, Hye-won aceleró sus movimientos y presionó suavemente sus hombros con las palmas de las manos. Luego se detuvo un momento para acomodarse, exhaló un aliento bastante pesado y miró a Dohan debajo de él: Había unos hermosos ojos marrones desenfocados, cabello húmedo, respiración jadeante y unos labios ligeramente agrietados y cubiertos de saliva. Todo era exagerado, pero increíblemente divino.

Hyewon se tomó un momento para recuperar el aliento y al mismo tiempo, pareció echar las caderas completamente para atrás como para alinearse. Y cuando el pene de Hyewon salió de su agujero, el corazón de Dohan, que había estado exageradamente emocionado durante todo el encuentro, se calmó lo suficiente como para comenzar a respirar un poquito más pausado. No obstante, tan pronto como Hye-won confirmó que Do-han estaba más calmado, hundió su pene en él desde la raíz hasta la punta y lo embistió de una manera que podía considerarse brusca y salvaje. Y junto con el sonido sordo del golpe de su carne, Dohan también dejó escapar un gemido entrecortado que le dio la pauta para comenzar a sacudirse por completo segundos después. La pared interna que sujetaba el pene de Hye-won se estremeció y luego convulsionó mientras gritaba:

"¡Aaah! ¡Por favor! ¡Por favor! Espera... Espera..."

Pero al contrario de las palabras de Dohan, que no dejaban de decir "espera", su agujero, que estaba rojo e hinchado hasta la locura, agarró con fuerza la verga de Hyewon y no supo como hacer para poder soltarla. Más bien, pareció que cuanto más profundo lo perforaba, más temblaba y más parecía no querer que parara jamás.

Hye-won, que llegó al límite de su paciencia, se aferró a Do-han una vez más y movió ferozmente la parte inferior del cuerpo. El sonido de la carne golpeando contra la suya llenó la habitación hasta los cimientos y la cama, que no podía soportar los movimientos apasionados de los dos, hizo un ruido chirriante que le hizo creer que se iba a desarmar.

"Ah, ah, ah, ah, ah, ah. Es tan... Es ¡Ummm!"

"Dohan, yo... Siempre he sido sincero contigo. Pero tú..."

"¡Ummm! ¡Ugh!"

El monólogo de Hyewon no continuó por mucho tiempo. Las piernas de Do-han, que parecieron gusanitos retorciéndose en frente de él, apretaron con fuerza su cintura hasta asfixiarlo y la pared interior caliente, que se estaba tragando perfecto los genitales de Hye-won desde la raíz, repitió la contracción y la relajación constantemente que ya conocía como sinónimo de un orgasmo.

Dohan, más ebrio de placer que de alcohol, extendió la mano y trazó el rostro de Hyewon lentamente con los dedos. Como si buscara algo, las manos que habían estado acariciando su rostro pronto llegaron a sus lentes y luego, igual a si perturbara deliberadamente la limpieza en los cristales, llevó el dedo justo en medio de las gafas y las manchó de sudor y de un montón de sus huellas dactilares sin forma.
Hyewon cerró los ojos ante la visión borrosa que le ocasionó y abrazó el cuerpo de Dohan con más fuerza que antes. Golpeó su cintura y se movió hasta que su pene llegó a la parte más profunda y caliente de Dohan.

Y Hyewon, que no tenía intención alguna de dejarlo ir todavía, ni siquiera aunque ya estuviera experimentando el clímax delante de él, lo abrazó con fuerza y lo embistió:

"Ah, ah, ah... Um..."

"Do-han-ah, Um... Do-han."

Pronto, una sensación de placer, algo que ya no podía tolerarse, se apoderó de Hyewon y de Dohan al mismo tiempo. Y apretado por sus brazos calientes, Dohan jadeó como una bestia en peligro y Hyewon comenzó a gritar su nombre una y otra vez hasta que finalmente vomitó un montón de semen dentro suyo.

El líquido se derramó por todo el interior de su pared interna, que se había amoldado a la forma del pene de Hyewon, y salió por un agujero hinchado que pareció incapaz de soportar tanto de todo.

El cuerpo de Dohan, cubierto de semen, saliva y sudor, estaba resbaladizo y caliente, pero no le importaba. Por ahora, solo quería sentir su temperatura un poco más. Sus manos. Su boca un poco más. Podría ser un calor que mañana desaparecería como burbujas.


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