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Puntos de sutura. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Dohan y Hyewon se despertaron con el sonido de una alarma en la habitación de al lado. Era el despertador del teléfono celular que había dejado en la recámara y aunque lógicamente tenía que salir de la cama y apagarla, ninguno de los dos deseaba irse de debajo de las cobijas para ir a ver.

Dohan, que estaba despierto, envolvió su cuerpo con la manta y luchó por quedarse enterrado en la almohada un minutito más. Mientras tanto, Hyewon, que ya había abierto los ojos también, fingió estar dormido al no querer perder el calor que le estaba proporcionando su bonito cuerpo. Y es que tenía los brazos envueltos alrededor de la cintura de Dohan, las piernas entrelazadas entre si y las cabezas completamente unidas. Podía decirse que todos sus sentidos estaban satisfechos y sus almas bien llenas, a excepción, por supuesto, de los ojos cansados ​​y la fatiga que era constante para alguien que de por si trabajaba en el sector de la salud.

Dohan se estiró por el sonido de la alarma, que volvió a molestar y a molestar y a molestar como si le gritara que ya era suficiente. Sin embargo, cada una de sus articulaciones crujieron como si fuera un esqueleto saliendo de un ataúd y hasta los dedos le hicieron ruido cuando sujetaron la sábana. Irse a la cama tarde dos días seguidos, con el cuerpo completamente molido y el ano punzando, no le estaba haciendo maravillas a su físico en absoluto.

"¡Ah!"

El hombre, que se levantó lentamente de la cama, se quitó el cuerpo de su mejor amigo de encima y le ofreció un par de pequeñas palmaditas en la cabeza como si lo estuviera arrullando para que no fuera a despertar. Le dolían las nalgas, tenía el cuerpo lleno de un montón de secreciones pegajosas y estaba terriblemente cansado por culpa del tipo que lo había penetrado como un animal hasta muy entrada la tarde. Y aún así, las comisuras de sus labios se habían levantado de inmediato en cuanto lo vio. Porque de solo pensar en Hyewon, durmiendo a su lado toda la noche, con sus dedos entrelazados a los suyos y la cabeza contra su pecho, fue difícil contener su buena energía y su maravilloso y renovado humor.

En realidad, Dohan se sentó en la cama de nuevo y se la pasó un buen rato de su tiempo viéndolo a la cara: Tenía unas pestañas tan largas y hermosas que proyectaban una sombra muy marcada sobre sus mejillas y unos labios que todavía parecieron mostrar un fuerte signo de inflamación. ¡Maldita sea!, fue realmente fabuloso tener sexo con él. Y seguramente había sido lo mismo para Kang Hye-won porque todo lo que hizo y la manera en la que lo sostuvo entre sus brazos, se lo estaban diciendo casi a gritos:

"Realmente me gustas mucho, Kang Hye-won".

Pensó. De lo contrario, no habría forma de que pudiera dejar que lo tocara como lo hizo o de que se hubiese aferrado a él toda la noche como esos Omega que siempre se encontraba en el club. Y, sobre todo, porque el rostro de Kang Hye-won, incluso aunque en realidad era el mismo de siempre, le estaba pareciendo decenas de veces más hermoso de lo que en realidad era. Miles de veces.

Estaba oscuro fuera de la ventana, y el reloj de la pared ya marcaba las 8:00 de la noche. Tenía que darse prisa si quería llegar al trabajo a tiempo así que se levantó de la cama por segunda vez y se sostuvo de inmediato de la cadera antes de que pudiera caer contra su cara. Ayer también le había dolido muchísimo la espalda durante todo su turno en el quirófano pero, ahora, después de un juego de horas y horas en varias posiciones diferentes, aparentemente la columna se le había desbaratado como si fuera una galletita de jengibre. Por no hablar de su maldito culo.

Dohan se quejó un momento y luego volvió a mirar a Hyewon. No tenía las gafas puestas, así que pareció un tipo de ángel gentil en lugar de un hombre que en realidad era bastante tirano e insensible en la cama. 

No lo resistió por mucho tiempo.

Dohan se aproximó de nuevo, extendió los dedos en su dirección y le repasó lentamente de la mejilla hasta un poquito más abajo de la línea de su mentón. Cuando la frente de Hyewon se arrugó debido a su toque, Dohan se tragó una risa un tanto traviesa y dejó de molestarlo lo suficiente como para permitirle que volviera a su antigua expresión. No importaba lo que hubiera pasado entre los dos, mirar su rostro, durmiendo tan pacíficamente contra las almohadas, alejó sus preocupaciones de tal manera que se descubrió a si mismo suspirando como un niño de preparatoria enamorado.

Al final, Dohan recogió la pijama que había esparcido por el suelo, se sostuvo la cintura otra vez y se dirigió rápidamente al baño. Pero cuando entró y cerró la puerta, Hyewon abrió los ojos de nuevo y se llevó una mano justo al lugar donde lo había acariciado hace unos segundos. Fue como si sus dedos todavía quemaran. Como si estuviera a su lado. Como si no se hubiera ido para empezar.
El sonido del agua, cayendo de la regadera, se podía escuchar perfectamente a través de las paredes y aunque era de noche, pensó que era como uno de esos momentos en que una pareja saludaba a la mañana juntos antes de irse cada quien a trabajar. Por supuesto que la relación entre ambos no era de pareja sino... De simples amigos que aparentemente también se reunían para tener sexo ocasional.

Hyewon, que sintió el calor de Dohan mientras seguía tocando el lugar que había dejado en el colchón, fingió estar dormido de nuevo al oír la puerta del baño abriéndose y cerrándose con un golpe. Si se despertara ahora, esta calma se rompería y habría incomodidad entre los dos y palabras que todavía no habían ensayado. Hyewon, solo quería sentir este resplandor un poco más antes de que se lo quitaran.

Cada vez que Dohan daba un paso, emitía un gemido o una maldición ocasional mientras buscaba su maleta para ir al trabajo.

Tuvo el sonido del llavero, temblando. El sonido del desodorante, y el sonido de la tapita del gel contra la mesa, de modo que todas sus acciones se representaron en su cabeza como si lo estuviera viendo de frente. Luego se oyó el ruido de la puerta principal al chocar contra el marco y en el lugar por donde pasó, el olor de su piel quedó como un recuerdo.


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