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Puntos de sutura. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Fue una semana angustiante.

Dohan había estado enojado todo el tiempo, 24 horas al día o al menos desde el momento en que recordaba lo que pasó.

Tenía una actitud que no era para nada como la de un adulto maduro pero, aunque lo sabía, de todos modos no era como si pudiera controlar sus emociones tan fácilmente. No, en realidad no tenía intención alguna de controlarlo. Dohan originalmente era egoísta, inmaduro y celoso y por eso mismo colocó un "No me hablen" en su rostro y no lo quitó de allí por nada del mundo. Sin embargo, por mucho que estuviera enojado, había pacientes y trabajo que hacer y no tenía tiempo para tomarse un respiro y ponerse a pensar en la situación. El estrés se le había duplicado y por eso mismo no estaba de muy buen humor para ver si la gastritis, que se había calmado por un momento, le regresó o no o cuál era el motivo por el que le dolía tanto la panza. Más que nada, porque le molestaba que no hubiera manera de resolver las dudas y delirios que se habían acumulado con fuerza dentro de él.

Miró a su alrededor.

El hecho de que el quirófano estuviera ocupado significaba que los cirujanos también lo estaban.

Hyewon, así como Dohan, tenían un horario asesino y como resultado, los dos no pudieron verse cara a cara en público durante una semana y ni siquiera lograron saludarse correctamente en la entrada. El tiempo voló sin remedio, solo hubo malentendidos entre los dos y aunque vivían en la misma casa, Hyewon no podía volver y Dohan solo llegaba a dormir debido a las continuas horas extras. Do-han estaba tan loco que recordaba el rostro de Hye-won miles de veces al día y aún así, frente a la vida y la muerte, ese problema se convirtió en algo completamente menor que decidió afrontar en otro momento. Sin embargo, estaba con los nervios de punta. El estrés del trabajo y la presión de pensar en Hye-won le estaban pasando una cuenta mayor de lo que esperaba. Y ya que nunca antes había tenido este tipo de sentimiento de soledad, no sabía a ciencia cierta como evitarlo o qué hacer para corregirlo.

Al parecer, el amor era mucho más difícil de lo que había pensado. Su rostro le venía a la mente docenas de veces al día y aunque en un momento se sentía bien, inmediatamente después su estado de ánimo se le venía abajo tan rápidamente que hasta se quedaba con la cabeza en blanco. Incluso en el quirófano no había dejado de pensar en Hyewon ni por un momento y notó que esto había empeorado después de verlo sonreír y hablar con Eunsoo.

Dohan pensaba que tal vez estaba muy enfermo. Pero aunque no fuera algo como eso, igual intuyó que definitivamente no era una situación que pudiera tratarse a la ligera ¿Y es que acaso los Omega, a quien él mismo había estado evitando, habían experimentado algo como esto en algún momento de sus vidas? Era una sensación muy similar a cuando te drenaban la sangre o a cuando te apuñalaban.

"Maestro, ¿Está enfermo otra vez?"

Kim Hee-jae preguntó esto después de ver el horrible color en la piel de Do-han. Sin embargo, simplemente pareció que había decidido negar con la cabeza en lugar de responder. No quería decir que estaba bien. No quería responder las mismas tonterías que siempre le decía a sus compañeros cuando lo saludaban y no tenía tiempo para parecer cool o relajado como siempre. El dohan bondadoso que hacía reír a la gente cuando estaba en la estación, desapareció hace mucho tiempo. Desde el día en que llegó esa mujer, para ser un poco más específicos. Pero por supuesto, debido a que siempre fue amigable y atento, los cambios de Do-han fueron tan notorios que todos pudieron sentirlo con claridad. Estaban preocupado por él, pero tampoco querían meterse tanto porque pensaban que debía ser lo suficientemente grave si ya lo tenía metido en esa condición.

"Solo necesito hacer un poco de ejercicio".

"¿Cómo?"

Hee-jae se sobresaltó por el diálogo de Do-han y lo miró con una expresión de asombro que pareció completamente exagerada. Y ante la reacción tan intensa de Hee-jae, Do-han se estremeció sin darse cuenta y miró hacia atrás, preguntándose si acaso había algún doctor importante detrás de los dos que estuviera intimidándolos. Por supuesto, no había nadie.

"¿Qué? ¿Por qué tienes esa cara?"

"Profe, tiene que ir al hospital, no al gimnasio."

"¿Al hospital? ¿Me veo tan mal?"

"Sí. Parece como si tuviera un clavo atorado en el pecho."

"..."

"De verdad. Aunque estemos en el hospital, tiene que ir a revisarse. Lo digo muy en serio."

Dohan inclinó la cabeza ante las palabras de Kim Heejae y luego simplemente se rascó la cabeza. Kim solo estaba preocupado por él y aunque en realidad no tenía ni la menor idea de lo que estaba sintiendo o el motivo por el que lo estaba sintiendo, igual era cierto que se sentía como si tuviera una espina o un clavo bien metido en el pecho.

Pero recordando que había dicho que fuera al hospital, Dohan sintió como si hubiera encontrado una solución mágica para sus problemas. Porque en primer lugar, nunca, realmente NUNCA había experimentado estas emociones confusas antes y ciertamente necesitaba una especie de guía. Solo estaba allí, agachando la cabeza ante cada movimiento de Hye-won, constantemente haciendo delirios locos por su cuenta, y teniendo un montón de otros tantos pensamientos confusos que solo le hacían imposible respirar.

"Gracias, Heejae. Creo que tienes razón. Necesito ir con algún experto."

"¿En serio?"

"En serio."

Se sintió como si de repente hubiera una salida débilmente iluminada después de haber estado tanto tiempo en la oscuridad.

Y justo antes de que pasara el tiempo de su turno, Dohan, que tenía ambas manos metidas en los bolsillos de su uniforme de quirófano, se paseó durante un buen rato frente al pasillo del centro quirúrgico antes de adentrarse otro poquito más para buscar a Hyewon. No estaba allí para intentar hablar con él sobre lo que le pasaba últimamente, era solo que... Pensó que necesitaba ver su rostro por un momento para confirmar que su condición física realmente se volviera anormal cuando estaba junto a él.

Sin embargo, tan pronto como dobló la esquina para intentar buscarlo desde la distancia, y entró en el pasillo que conducía al quirófano, Do-han hizo contacto físico con Hye-won y Hye-won también encontró sus ojos. Estaba sentado en el banco al final del pasillo, mirando en su dirección y con un aspecto tan cansado como el que seguramente estaba encima suyo. Había pensado por un momento que si se encontraban cara a cara, se volvería a sentir tan molesto por lo que le había visto hacer la última vez, que deliberadamente trato de apartarse y hacer que sus turnos de descanso no se juntaran en lo más mínimo. Pero cuando lo vio esta vez, su corazón se volvió tan ligero como una espora de diente de león en el aire. Igual a si su presencia hubiese ocasionado que se fuera a volar.

Dohan luchó por ocultar su expresión temblorosa y se acercó a Hyewon mientras notaba la manera en la que parecía casi estarse derritiendo sobre el banco. Y observándolo fijamente, como analizando lo que hacía y lo que no, descubrió también que su manera de andar había comenzado a sentirse tan errática como si fuera un juguete sin mucha pila o un cachorro al que le habían puesto zapatos. Dohan pensó que estaba actuando tan ridículamente con él, que incluso tuvo que hacer una pausa para respirar y calmarse antes de decidir irse corriendo para el otro lado. Se acercó, apoyó la espalda en el respaldo del banquito e intentó aflojar su expresión facial tanto como le fuera posible. Volteó la cabeza:

"¿Cómo estás?"

Pero cuando Dohan se sentó a su lado, Hyewon movió tan rápido la cabeza en su dirección que una de las lámparas del techo le pegó directamente en los ojos. ¿Era así como se sentían los pacientes cuando se acostaban en la mesa de quirófano? Y es que, además del brillo, estaba tan nervioso de estar a su lado después de semanas de no verlo que incluso pareció un hombre que estaba a punto de someterse a una cirugía importante.

Entonces, en el momento en que la luz atravesó sus ojos, las lágrimas brotaron por su cara hasta hacerle ver como si estuviera llorando. Llevaba días sin poder dormir y ni siquiera tuvo tiempo de sentirse cansado o de tomarse un respiro. Y ahora era como si todo eso se le hubiera venido de golpe hasta destrozarlo por completo. Hyewon cerró lentamente los ojos e inclinó el cuerpo en dirección a Dohan porque hasta empezó a sentirse mareado. Su cabeza, colgando de su cuello, tocó el hombro de su compañero y luego cada una de sus articulaciones parecieron quedar completamente recostadas sobre él como si le pidieran un momento para reponerse del cambio de luces.

Dohan se quedó en shock.

Su corazón había comenzado a latir igual a si estuviera loco y pensó que era cuestión de tiempo antes de que se le detuviera, necesitara de RCP y lo llevaran a la sala de emergencias para darle tratamiento. Afortunadamente, si le daba un infarto en el hospital, las posibilidades de sobrevivir aumentaban drásticamente hasta volverse un hecho. Más aún, porque Robodoc estaba a su lado y porque había un montón de enfermeras que de verdad harían lo que fuera para no dejarlo morir.

Respiró. Intentó contar hasta diez.

Uno.

Dos.

Tres.

Cuatro.

CINCO.
SEIS.
SIETE.
OCHO.
NUEVE
¡Auxilio! ¡El corazón se le estaba saliendo por la garganta! ¡¡Auxilio!!

Tal vez esto era una enfermedad del corazón, pero de todas maneras no le pareció normal que fuera Hye-won quien se la activara.

"Oye..."

Cuando Dohan de repente le acarició la mejilla con el dorso de los dedos, Hyewon suspiró y acomodó la cabeza un poquito mejor hasta mostrarle la manera en que tenía los ojos bien cerrados. Y en el momento en que la luz le pegó de lleno en el rostro, su impresión cansada y sensible comenzó a ser más evidente desde todas direcciones.

"¿Estás bien?"

Hyewon no dijo nada, solo mantuvo apoyada la cabeza en el hombro de Dohan. Tenía los hombros pegados a los suyos, la mano acariciándole la cara y ​​su pecho moviéndose ligeramente con cada respiración. Y en ese momento, cada segundo y cada minuto comenzaron a sentirse como si estuvieran completamente dedicados para ellos dos. Luego Hyewon puso una sonrisa.

"Hola..."

"... ¿Estás bien?"

"Sí."

"¿Tienes sueño?"

"Sí."

"¿Sí?"

Ya que Hyewon seguía dando la misma respuesta a sus preguntas, Dohan giró un poco la cabeza y miró atentamente a Hyewon. Todavía con la frente en su hombro, podía ver que sus largas pestañas estaban chocando contra los cristales de las gafas, que la punta de su nariz estaba roja y que su pecho no dejaba de subir y de bajar alternativamente. Luego, sintió que su corazón estaba entrando en un punto crítico y que el calor de sus cuerpos, juntos, era muy similar al del verano que se acercaba rápidamente a Corea.

"Estoy cansado... Solo... Necesito estar contigo".

Una sonrisa involuntaria apareció de repente en los labios de Dohan, quien estaba todavía observando su cara de un modo, tal vez, demasiado obsesivo. La verdad era que tan pronto como observó sus labios, a centímetros de los suyos y un poquito abiertos, surgió una sed loca y un impulso de acercarse a él que fue complementemos sofocante. Ya estaban juntos, acariciándose y tocándose así que fue como si el instinto se estuviera apoderando de su cuerpo nuevamente. Conocía la textura de sus labios y lo caliente que era su lengua cuando se metía dentro de su boca. Y la quería. La necesitaba de nuevo como necesitaba respirar.

Dohan se humedeció los labios con la lengua y le tomó de la barbilla.

"... Dios."

Pero al darse cuenta de lo que estaba a punto de hacer, la cara de Dohan se puso roja como una manzana y se levantó de su asiento de un solo y rápido movimiento. Y Hyewon, que tenía la cabeza apoyada sobre su hombro, casi se cayo de frente sobre el banquito cuando Dohan se fue. No podía controlar sus propias emociones y pensamientos y aunque al principio estaba preocupado, luego estaba tan emocionado que su mente se quedó infinitamente confundida y su cuerpo en un estado en el que pareció imposible dejar de temblar. Era como si la pubertad, ese período de agitación y furia, hubiera regresado solo para hacerlo pasar vergüenza. Se sentía igual a si estuviera hundiendo sus pies en baños fríos y calientes y cambiándolos con frecuencia cada determinado tiempo.

Do-han se rió, diciendo que era estúpido, pero Hye-won, que no entendía lo que acababa de pasar, solo lo miró sin decir una palabra.

"Yo solo... Yo..."

Do-han giró la cabeza de nuevo y salió del pasillo casi corriendo. Hyewon dijo el nombre de Dohan un montón de veces para que regresara pero no miró hacia atrás ni una sola vez hasta que llegó al final del pasillo.

Hye-won miró el lugar por donde había desaparecido pero, antes incluso de pensar en eso, el recordatorio de que necesitaba empezar con su ronda en el quirófano sonó en su bolsillo haciendo "bip, bip, bip, bip". Y por otro lado, Dohan corrió y corrió hasta llegar a la entrada del hospital. Por supuesto, no fue el Hospital Universitario Deokwon, sino el lugar donde le diagnosticaron el enlace imaginario por su mejor amigo.

Mientras esperaba su turno en la salita, Do-han pensó en Hye-won y en lo que había hecho antes de escapar y, tras esperar por casi una hora, finalmente entró en la sala de tratamiento y se agarró la cabeza.

"Necesito ayuda. Ya no puedo más. ¡Es suficiente! Hay más síntomas."

"¿Cuáles?"

"Mis emociones suben y bajan docenas de veces al día. Es como si estuviera cambiando entre manía y depresión. Yo... Suelo ​​enojarme como loco, luego mejoro y luego otra vez..."

"¿Qué más?"

"Estoy muy estresado. Me importan demasiadas cosas, al mismo tiempo. Mi trabajo y mi vida diaria son difíciles, pero presto atención a cada movimiento de esa otra persona como si no supiera que más hacer."

Su habitual apariencia confiada y juguetona desapareció, y solo quedó un hombre, sentado en una silla en la sala de tratamiento, mostrando lo terriblemente confundido que se encontraba justo ahora. Incluso pareció ansioso.

"He estado pensando en él todo el día y entonces es difícil que me concentre en algo más. Ya ni siquiera soy bueno en mi trabajo."

"¿No son estos sentimientos generalmente representativos de encontrar a tu destinado?"

"..."

Dohan miró al médico con una expresión de insatisfacción en su rostro. Luego, después de poner los ojos completamente en blanco por un momento, miró al suelo, no al hombre, y continuó.

"Tengo miedo. No importa lo que sea, realmente tengo miedo. Es muy fuerte. Todo es demasiado para mí así que, ni siquiera puedo... No puedo excitarme si no lo tengo conmigo ¿Entiende hasta que punto llegó?"

"Señor Dohan, esto es solo..."

"¡No! Solo... Por favor, por favor solo deme un medicamento para calmarme. ¡Solo ayúdeme con algo antes de que deje de ser yo mismo! Yo no puedo con esto. De verdad no puedo. Tal vez el enlace es bueno para otros Alfas pero no es bueno para mí. ¡No sirvo para tener un destinado!"

Y después de una larga consulta, el médico le recetó un antidepresivo incluso aunque en realidad sabía que no iba a tener la intención de tomarlo. Era simplemente... Una consulta para intentar sacar su frustración con alguien, así que el doctor no dijo nada demasiado peligroso ni algo que le diera la idea de que quería detenerlo.

Sintiéndose repentinamente patético y tan idiota como ningún otro, Dohan se hundió en un banco vacío del parque que estaba frente al hospital y se quejó hasta que dos mujeres pasaron justo detrás de él, lo suficientemente cerca como para escucharlas decir:

"¿No es ese Dohan?"

Así que miró hacia atrás al sonido de sus palabras, pero las dueñas de la voz ya se habían ido. 

Entonces, Dohan negó con la cabeza mientras miraba la receta del tratamiento para la ansiedad. Nunca pensó que llegaría el día en que tendría que pedir un medicamento como este en la vida y definitivamente nunca pensó que llegaría un instante en que se sintiera tan desquiciado por algo tan común como era el amor. Arrugó la hoja, se lo metió en el bolsillo y pensó que solo necesitaba un momento. Solo un tiempo para pensar decentemente sobre lo que tenía que hacer.

El turno ya casi había terminado.


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