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Puntos de sutura. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Al día siguiente, fue Dohan, no Hyewon, quien amaneció completamente enfermo.

Los dos se durmieron bien abrazados porque habían agotado todas sus fuerzas físicas y no tenían ni la más pequeña energía para lavarse o cambiar de posición. Y solo después de que sonó la alarma, se quejaron, parpadearon y comenzaron a soltarse lentamente hasta poder verse cara a cara...
Pero cuando Dohan se movió para poder hablar de lo que pasó, entonces también se salió el pene de Hyewon, que aparentemente había estado insertado en el agujero de su ano toda la noche. Sin embargo, contrario a lo que aparentemente debería pensar, la verdad era que había comenzado a sentirse increíblemente vacío cuando la cosa que habían estado llenando su interior lo dejó sin darle una especie de advertencia o algo así. Fue como si, más que un Alfa, se hubiese convertido en una bestia cuyo único deseo era reproducirse con su pareja hasta el punto en que comenzaba a enojarse si no lo tenía pegado allí con él. Le avergonzaba decir que hasta había llegado al punto de cuestionar cómo había estado viviendo su vida antes de tenerlo.

Y todas las emociones que tenía se volvieron todavía peores cuando su acompañante comenzó a sacar todo el semen que había dentro de él utilizando los dedos.

Dohan yacía allí, gimiendo, incapaz de moverse y llevando el dorso de su mano constantemente a su boca como para no ponerse a gritar.
Hyewon suspiró, le besó la cabeza y luego le mostró una toallita mojada con la que quería comenzar a limpiarle entre las piernas. Todavía era una sensación molesta, por supuesto, pero podía aguantarlo ahora mucho más que antes. Y tardíamente tímido del recuerdo de haber tenido sexo con su mejor amigo, quien había sido demasiado apasionado e incluso obsceno durante la noche, Dohan cerró los ojos con fuerza y ​​fingió que quien estaba limpiando su cuerpo no era él. Dohan suspiró ¿Quién diablos le dijo que era un ninfómano cuando el verdadero "chico del sexo" era Kang Hye-won? Dios, fue perfecto. Incluso para alguien tan calladito.

"Ya está..."

Después de limpiarlo, Hye-won colocó una manta delgada sobre su cuerpo y posó la mano en su frente al verlo respirar como si le costara muchísimo trabajo hacerlo. Originalmente, la temperatura corporal del hombre era alta, pero ahora estaba casi hirviendo. Además, estaba completamente afónico por el sonido de gemidos, gritos y jadeos de dolor que estuvieron sonando en el cuarto durante toda la noche.

"Tienes fiebre. Llamaré al hospital ¿De acuerdo? Quiero que descanses."

Tener fiebre era un tema delicado para el quirófano. Después de todo, podía ser síntoma de una infección y convertirse en un patógeno que podría incluso llegar a contaminar la sala estéril. Por supuesto, en el hospital se manejaba todo esto de una manera bastante estricta porque, para empezar, podía llevar a la muerte de un paciente ya que se trataba de un lugar donde se abrían los cuerpos humanos. Sintió mucha pena por el compañero de trabajo que iba a tener que hacer su parte debido a su falta tan repentina pero, Dohan también pensó que no estaba en un estado en el que pudiera preocuparse por la situación de los demás.

En ese momento, Dohan abrió lentamente los ojos y miró a Hyewon otra vez. El hombre no dejaba de pedirle "perdón y perdón" con una cara llena de puro arrepentimiento.
Pero, para empezar, fue él quien le había abierto las piernas para que se lo cogiera así que ¿A quién debía perdonar exactamente? Fue Dohan quien dijo que necesitaba más, quién lo abrazó y quien no dejó de jadear debajo de él toda la noche. Sin embargo, solo se acomodó en el colchón y mantuvo la boca bien cerrada porque ni siquiera tenía la energía necesaria para ponerse a discutir.
Pero, cuando levantó la cabeza para buscar una almohada, notó que los hombros, cuello, brazos, pecho y la espalda de Hye-won estaban tan desordenados como si lo hubiera chupado un enjambre de mosquitos, incluso aunque pareció no tomarle importancia porque ya había limpiado la cama, abierto un poco la ventana y preparado su maleta para ir a trabajar. Tenía... Todas las marcas que le había provocado cuando perdió los estribos. Chupetones, rasguños...

"Yo... No te lleves esa camisa blanca. Hace que tu piel se destaque mucho. Ya sabes."

"Oh, sí..."

Como de costumbre, Dohan habló con él con la voz entrecortada mientras observaba a Hyewon sacar una camisa blanca del hombro del clóset. Luego, al darse cuenta del significado de sus palabras, sus orejas se enrojecieron de golpe, asintió y decidió llevarse un suéter negro de cuello de tortuga que le cubría hasta la barbilla.

Dohan sonrió, se acomodó y se volvió a dormir sin darse cuenta. Al abrir los ojos otra vez, descubrió que la pantalla de su teléfono ya estaba brillante:

[Kim Mi-hee: Maldito desgraciado, más te vale que tengas dolor real o yo voy a ir a matarte.]

Al parecer, Kim Mi-hee fue la responsable de llenar su lugar. Pobrecita. Debería comprarle una taza de café cuando fuera a trabajar por la mañana.

Con eso en mente, Dohan leyó el siguiente mensaje:

[Kang Hye-won: ¿Cómo está tu cuerpo?]

[Kang Hye-won: ¿Ya comiste?]

[Kang Hye-won: ¿Sigues durmiendo?]

[Kang Hye-won: Intentaré llegar temprano a casa.]

Dohan frunció el ceño ante los mensajes. La verdad era que necesitaba algo de tiempo para despejar su mente porque, bueno, en palabras sencillas, había tenido sexo con el tipo igual a si no pudiera aguantar las terribles ganas que tenía por poseerlo. Seguramente fue por el ambiente, la provocación y el deseo que tenía acumulado en el estómago desde hace meses pero, sobre todo, pensó que fue por culpa de que Kang Hye-won se hubiera portado tan sexy como el maldito infierno.

"Miserable bastardo."

Y ahora que estaba solo, en una casa vacía, de repente incluso se preguntó si esto era lo correcto. Es decir, ¡Se acostó con su mejor amigo! Sobrio, consciente y por cuarta vez. De hecho, todo lo que había hecho con Kang Hye-won hasta ahora lo había dejado con una sensación tan tranquila como de costumbre al momento de despertar pero, luego, cuando vio a Hyewon a punto de irse al trabajo, obedeciendo sobre la camisa, buscando algo para cubrir sus marcas y tratándolo con todo el amor del mundo, de repente pensó que se estaba relajando más de lo que debería. Nunca había finales buenos para estas relaciones tan inestables y sabía que podía significar perder un amigo o perder también a su viejo amor. Terminaría sin algo, uno u otro o ambos y de solo pensarlo, la expresión de Dohan se volvía honestamente oscura.

Pero luego recordó las acciones de Hyewon: El acto de tocar su cara cuando estaba dormido y el modo en que lo había besado en la boca. Era demasiado cauteloso y tierno como para ser un comportamiento de un amigo o de alguien que lo consideraba solo una pareja sexual. Por si fuera poco, Park Eun-soo dijo que Kang Hye-won solo hablaba de él cuando estaba con ella. Cada día sin falta.

Su corazón comenzó a latir con anticipación.

"¿También le gusto a Kang?"

Ni siquiera lo había pensado porque para empezar, Dohan se había tardado mucho tiempo en darse cuenta de que estaba enamorado de él y, además, había un gran muro llamado "Amigos" que había construido entre los dos. Y la familiaridad que habían tenido en todo este tiempo lo hizo más y más grande como para solo decidir saltarlo. Si le decían de pronto que lo que había conocido como rojo, por el resto de su vida, ahora era verde, ¿Podría llegar a admitir que de verdad era de ese color? No. Ni Do-Han ni Hye-Won iban a admitirlo fácilmente.  
Pero como para regañarlo por eso, la mente de Dohan comenzó a reproducir una y otra vez el momento exacto en que Hyewon le había tocado cariñosamente la cara y también le hizo pensar por un momento, que todo podría haber sido verde desde la primera vez.

Dohan se agachó para tocarse el pecho. Él era demasiado cobarde para confesarse pero lo suficientemente orgulloso como para volver a ser amigos después de esto. Palmeó el lugar a su lado, cuyo calor ya había desaparecido, y dijo:

"Kang Hye-won… Hyewon-ah, me gustas muchísimo ¿Sabes?"

Sería genial si pudiera decir esto valientemente y sería genial si la respuesta después de esa confesión fuera la que quería oír:

"Tú también me gustas, Dohan".

Después de darse cuenta de que le gustaba Hye-won, él siempre había estado a su lado justo como en los viejos tiempos pero... De alguna manera, había un vacío que no podía llenarse simplemente con las cosas de antes. Pensó que estaría bien con seguir siendo amigos si al menos podían estar juntos, sonreir, tocarse, apoyarse y tener sexo de vez en cuando y de todas maneras, ahora esperaba algo más grande. Algo más íntimo, tal vez.

"¿Ya viste lo que me estás haciendo, idiota?"

Después de leer el mensaje de Hyewon una vez más, Dohan arrugó la boca y se habló a si mismo.


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