Después de salir de la sala de emergencias, Dohan se puso en cuclillas en el suelo de la entrada y se mantuvo con la espalda apoyada en la esquina del edificio del hospital. Ahora estaba la pregunta de si sus oídos habían recibido la información correcta o si solo lo habían engañado otra vez. Se cubrió la cara con ambas manos, cerró los ojos y sintió la manera increíblemente clara en la que sus mejillas estaban ardiendo.
La confesión que acababa de salir de la boca de Hyewon se repetía una y otra vez en su cabeza, justo como lo haría un casete.
"Por Dios. Hye-won. ¡Por Dios! Maldito loco. Loco. Loco."
¡No hubiera ni imaginado que lo que ese hombre había dicho fuera verdad si no hubiese estado observando a Kang Hye-won justo en el momento en que lo hizo! Dohan, que estuvo evitando hablar por miedo a decir algo que pudiera aturdir aún más al hombre que acababa de despertarse, gritó internamente y comenzó a morderse los labios con cada uno de sus dientes.
Sin embargo, justo ahora, un sonido muy cercano a un grito de celebración se deslizó entre la boca que tenía cubierta por sus dos grandes palmas y luego, Dohan simplemente saltó. De verdad eso fue lo que hizo. Las personas que habían pasado junto a él, de repente se asustaron y gritaron debido a sus movimientos tan bruscos pero, luego simplemente miraron al hombre que brincaba por aquí y por allá justo como lo haría un conejito y, seguramente pensaron que había recibido buenas noticias porque ya no dijeron nada.
Sin embargo, de pronto pareció como si miles de eventos, de antes de este breve momento de alegría, pasaran por la mente de Dohan hasta hacer que se le frunciera el ceño. Si tenían el mismo corazón, ¿Entonces por qué diablos habían llegado tan lejos sin decirlo? Es decir, si hubiesen dicho "me gustas" justo como ahora, todo se habría resuelto rápidamente así que ¿En realidad a qué le tenían tanto miedo si no había pasado nada ahora? Fue gracioso, pero después de hiperventilar y de saltar para todos lados gracias a lo feliz que estaba, ahora pareció no poder dejar de llorar porque había pensado en lo terrible que hubiera sido si lo hubiese perdido por no decidirse desde antes. Incluso aunque recién le había dado una confesión que sintió increíblemente preciosa. En realidad, Dohan pensaba que era una persona muy astuta y madura hasta que se encontró riendo de esta situación justo como lo haría un imbécil. ¿Por qué actuaron tontamente y se lastimaron tanto? Fue tan inútil, tan estúpido...
Una sola palabra, una palabra lo hubiera solucionado todo.
Y Dohan, que de repente había llegado a esta conclusión, volvió a mirar a su alrededor igual a si de pronto no supiera en donde se había metido. Estaba tan avergonzado por todo lo que acababa de pasar que hasta había dejado a Hyewon solo en la sala de emergencias y escapado lejos del hospital como hacia cuando la situación resultaba ser demasiado fuerte como para manejarla. A estas alturas, el hombre debía estar preocupado, triste y decepcionado de sus acciones y ¡Carajo! ¡Incluso hasta lo imaginó huyendo sin él!
Sin más tiempo que perder, Dohan regresó a la sala de emergencias y buscó el pabellón donde lo habían dejado recostado hasta hace apenas algunas horas. De hecho, tuvo un montón de dificultades para correr las cortinas y descubrió que los temblores en sus manos solo se habían hecho más fuertes.
Hyewon, que había estado sentado y caído como un muñequito con los hilos rotos, pensando que Dohan nunca volvería a aparecer después de lo que le había contado, se sobresaltó por la repentina sombra que atravesó el cuarto y, antes de echarse para atrás por puro reflejo, abrió mucho los ojos y soltó un grito que apenas y se escuchó. Se había quitado los lentes debido a lo mucho que había estado llorando, así que todo frente y atrás de él estaba completamente distorsionado. Sin embargo, no hubo ningún problema en reconocer al hombre que era el dueño de esa sombra. No importaba lo lejos que estuviera o lo ciego que se mostrara, incluso siendo un Beta, había aprendido a reconocer su aroma a la perfección.
"Ah, Kang Hye-won. ¡Que bueno que sigues aquí!"
La voz de Dohan tembló en el momento en que pronunció su nombre. No podía contener todas sus emociones, así que incluso se le escapó una risa bastante estúpida. ¡No tenía como explicarlo! Fue como si todo en el pasado ahora se sintiera como una cosa de nada. Algo muy vago...
"Hyewon, yo, yo odio todas las situaciones incómodas. ¡Tienes razón en eso! No tenía que ir a ese restaurante en la universidad, ni golpear a ese hombre en el hospital y no tenía que venir a este horrible viaje tampoco."
"..."
"¿Entiendes lo que quiero decir? No fue porque quisiera aparentar ser una persona agradable, o una persona genial, o alguien popular, sino porque, yo quería quedar bien contigo. Quería que voltearas a verme, todo el tiempo. Solo deseaba... Lucir agradable para ti porque todos quieren hacer eso frente a la persona que les gusta."
Una sonrisa extraña colgaba de los labios de Dohan, pero Hyewon igual pareció seguir llorando. Incluso aunque tenía una cara que pareció ser la más fría del mundo.
"Pensé que..."
Dohan caminó hasta él, extendió los brazos y lo sostuvo con todas sus fuerzas, al igual que cuando acababa de desmayarse.
"Es solo que no sabía que hacer porque se supone que yo iba a confesarme primero. Eres un bastardo arruina planes."
"... Do-han."
"¿Qué hemos hecho hasta ahora? Suena tan ridículo si lo pienso bien."
Pareció avergonzado, así que comenzó a reírse de nuevo. Luego, Dohan, quien finalmente pareció recuperar la compostura un poco, acarició su espalda temblorosa con ambas manos y subió hasta colocarlas alrededor de su cuello.
"Soy yo. Soy yo el que necesita ser perdonado. Te he estado persiguiendo todo este tiempo pero nunca lo dije en voz alta y solo lo compliqué todo para los dos. Yo debo pedir perdón, tú no."
Los hombros de Hyewon temblaron entre los brazos de Dohan. No sabía si estaba llorando o riendo porque había ocultado la cabeza en el arco de su cuello pero, su vanidad y su estupidez le hicieron pensar que era mejor imaginar que estaba sonriendo a pasándola mal. Luego, mientras comenzaba a reparar en cada pequeña cosa que estaba pasando entre los dos y le daba pequeñas palmaditas en la cabeza, la voz de Hyewon llegó finalmente hasta sus oídos:
"La verdad, ni siquiera sé que está pasando así que..."
Ante las palabras tan inesperadas de Hyewon, Dohan abrió mucho los ojos y se echó a reír por tercera vez en lo que iba del encuentro. Y al verlo sonreír inocentemente, justo como lo haría un niño, entonces fue como si toda la ansiedad que había tenido cuando lo vio irse, ahora ya ni siquiera fuera lo suficientemente importante como para recordar como se sentía.
"Tenemos tiempo para hablar de eso después. Ahora yo... Kang Hye-won".
"Dime..."
"Yo también."
"¿Qué?"
"Siempre me has gustado tú también."
"¿Desde cuándo?"
"Desde que éramos niños."
Pero aunque siempre habían estado juntos, había tantas cosas que no podían decirse y además, muchas cosas que quedaban por resolver.