Track 2
La canción iniciaba con el sonido del bajo, por lo que HyunJin podía presumir de sus habilidades desde el inicio, la notas salían en un ritmo continuo que marcaba el resto de la melodía y la gente había comenzado a saltar, reconociendo el cover que venía. Gritos de alegría, bailes desincronizados, alboroto en general y un ambiente de desconexión con el mundo.
El escenario era ese lugar donde se sentía más expuesto, pero a la vez más seguro, quizás porque interpretaba un papel al ser el bajista de una banda popular y no tenía que mostrarse tal y como era en realidad. Le gustaba esa atención a la superficialidad, a lo que veían y no a lo que sentía o pensaba, en el escenario solo tenía que verse bien y no fallar en las notas, algo sencillo tras largas horas de ensayo… La gente solo veía el resultado de una extensa práctica de teatro, pensada en cada detalle junto a sus amigos.
Una vez había leído un libro donde un personaje, un cantante de rock, decía que le gustaba ser amado por otros, desde la distancia, porque así él no tenía que corresponder a ese amor, ya que amar le parecía una carga. Así se sentía HyunJin en el escenario, alejado de la realidad, de las emociones verdaderas que pesaban en la mente. O al menos lo intentaba. O al menos lo hacía antes de ese momento…
Sus dedos resbalaros por las cuerdas y cometió un error, casi imperceptible para el oído no entrenado, pero BangChan (líder y vocalista) lo miró de reojo con la pregunta escrita en su mirada, ya que HyunJin no solía equivocarse. Chan era un chico de mediana estatura, cabello corto y castaño, atlético y atractivo que hacía suspirar a las chicas cuando cantaba, alguien risueño pero muy serio al momento de practicar para la banda, él los había juntado y él era el que había conseguido que tocaran en un pub como ese y también que se presentaran todas las veces anteriores.
Los demás no parecieron darse cuenta del error y continuaron con la presentación, pero la mente de HyunJin ya estaba en otro lugar, en la barra donde su pareja le hablaba al oído a un chico desconocido…
Han solía hacer eso, hablar con muchas personas y a veces desaparecer con ellos, dejándolo atrás, pero esa vez era distinto, algo en su pecho se lo decía, quizás por la forma en que el desconocido se inclinaba a hablarle o por el nerviosismo que notaba en su pareja. Intentó no prestarle atención y seguir con la canción… Solo tres minutos y veintinueve segundos…
Había conocido a Han gracias a BangChan en una de esas reuniones que solía hacer en su casa, según dijeron ambos, solían componer música juntos y de ahí que se frecuentaran. El chico le había llamado la atención por su forma de ser: alegre, expresivo, muy listo y además bonito y, sin mucha historia de por medio, iniciaron una relación informal, saliendo a distintos lados juntos y encontrándose en las tocatas y ensayos de la banda.
Nunca le pusieron un nombre a la relación, pero el círculo cercano sabía que estaban juntos y HyunJin le atribuía cierta lealtad al compromiso implícito en el acuerdo de un “algo”. Han, por otro lado… quizás no lo veía de la misma forma y a veces iba y venía, inconstantemente.
Tres minutos…
And to tear apart the ties that bind?
Veintinueve segundos... Y Han ya no estaba en la barra. El desconocido tampoco.
La noche continuó con sus altos y bajos, a ratos, por la euforia, olvidaba lo ocurrido, pero de vez en cuando en otra canción, la sensación de ansiedad aparecía de nuevo, poniendo en conflicto su concentración en el escenario, ¿qué se suponía que debía hacer? No podía simplemente llamarlo y preguntar qué había pasado, ¿eran celos?¿Era normal sentirse así?
El concierto terminó, aplausos, gritos, calor en la audiencia y en su cuerpo el éxtasis del momento, esa sensación que lo drogó por completo, dejando de lado la preocupación por Han, además estaba cansado y al día siguiente tenía clases, aun así se atrevió a revisar sus mensajes. Ninguno de Han. Y su última actualización era una publicación de la banda en Instagram en la canción previa a su desaparición… Solo tres minutos había tardado en dejarlo ahí.
Los recuerdos de la noche anterior lo habían disociado completamente, el café se enfriaba entre sus manos mientras sus ojos afilados permanecían fijos en el horizonte, por la ventana. Ya no tenía apetito, solo esa sensación de nerviosismo en el estómago por aquel mensaje absurdo y poco asertivo de Han y honestamente comenzaba a cuestionarse sus sentimientos, ¿qué esperaba?, ¿qué quería?, ¿qué sentía…?
El curso de su mente se detuvo de pronto cuando el estuche con el bajo que tenía apoyado al lado de su asiento, en el muslo derecho, dejó de estar ahí, resbalándose hacia abajo al ser empujado por alguien que pasaba por detrás de él. Rápidamente estiró la mano dando vuelta el café con tal de agarrar el instrumento, pero cuando llegó a este, lo que sostuvo entre sus dedos fue otra mano que, a su vez, sujetaba el bajo.
Levantó la vista al dueño de la fría piel bajo su tacto y se encontró con el chico que había visto pasar. Rubio, misterioso y un curioso rostro lleno de pecas, parecía algo asustado y avergonzado por lo que acababa de ocurrir.
- Lo siento – murmuró con una voz profunda que distaba de su imagen de chico bueno, lo que hizo que HyunJin arqueara las cejas en un gesto que claramente se malinterpretó, ya que era de sorpresa, pero el desconocido seguro sintió que era por el incidente.- Te compraré otro café – se apresuró a decir.
- Tranquilo – respondió, quitando por fin su mano de la del chico, tomando el mango del estuche para volver a acomodar el bajo a su lado, luego miró el desastre de la mesa y buscó las servilletas, pero el desconocido ya estaba tomando un par para ayudarlo a limpiar.
No sabía en qué momento el rubio había entrado en la cafetería desde que lo había perdido de vista, pero aquello no podía ser casualidad, su atención nuevamente era robada por él y ahora comenzaba a preguntarse de qué manera podía establecer una conversación con un desconocido sin parecer inquisitivo, no se le daba bien eso de conocer a personas sin alguien que lo presentara antes.
- ¿Qué estabas tomando? Lo repondré… - aseguró el chico con ese mismo tono de voz, sin mirarlo, mientras limpiaba la mesa, ahí fue que HyunJin despertó del todo tras fijarse en el perfil del otro y entonces tomó más servilletas para ayudarlo, dejando el vaso a un lado.
- Un latte, sin azúcar – respondió viendo la oportunidad de extender el incidente a una conversación.
Una nueva canción había comenzado a sonar en sus oídos, aunque esta lo avergonzaba un poco, ¿qué pasaba con su lista de reproducción ese día? Rápidamente sacó el teléfono y apagó la música, por si es que se alcanzaba a escuchar algo, se quitó los auriculares y se puso de pie, viendo que era más alto que el rubio.
- Te acompaño por el café – dijo cuando este lo observó con curiosidad.
Tal vez la historia del inicio de algo duraría cinco minutos y cincuenta y dos segundos.