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Aprendiendo a amar por VikoKoko07

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Notas del capitulo:

No sé, pero siento que este es el capítulo más "aburrido" que vaya a ver, pues de nueva cuenta me salió lo sentimental por lo que hay más texto que diálogos... Pero es por el bien del fic, espero -_-U

 
 
 
 
 
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–¿Por qué parece que siempre te esfuerzas por avergonzarme...?– preguntaba un Sasuke abrumado mientras acariciaba el puente de su nariz.
 
–No se de qué hablas.– respondió despreocupado, sin despegar su vista del camino por el cual conducía, llevando a su hermanito de copiloto.
 
–¿Qué va a pensar un alumno mío al ver que un niandertal actuando como todo un idiota es mi hermano, ¡eh?!– lo vió con una mirada totalmente molesta, que Itachi no vio por concentrarse en el camino, claro.
 
–Para empezar...– antes de dar una vuelta se detuvo y volteó a ver a su hermanito. –¡No me digas neandertal!– le replicó con un pellizco, volviendo enseguida a tomar el volante para seguir conduciendo. –No, no, Sasuke, no me molestes mientras conduzco.– le recitó tales palabras con burla al ver cómo estaba a punto de devolverle tal acto de dolor.
 
–Tch... Ni siquiera sé para qué te hablé a ti.– reprochó cruzándose de brazos y volteando la mirada a la ventana.
 
–Y para continuar, pensé que era un amigo tuyo. De haber sabido que era un alumno no lo hubiera hecho, lo juro.– aclaró con sinceridad, haciendo a Sasuke titubear sus miles de replicas mentales.
 
–¿De verdad?– prefirió asugurar con una vocecilla feliz, bueno lo suficiente para catalogar a Sasuke Uchiha feliz.
 
–De verdad siento haberte avergonzado y traído problemas en el instituto anterior, ottoto.– le sonrió puramente, y a pesar de seguir viendo al frente Sasuke lo vió y sonrió de la misma manera.
 
–Sólo no lo vuelvas a hacer o ahora sí me vengaré.– afirmó volviendo su mirada a la ventana, aunque aún mantenía su sonrisita.
 
–Por cierto, si ese chico es tu alumno, ¿qué hacías hablando tan familiarmente con él? Creí que odiabas la idea de relacionar tu vida con tu trabajo.– y con eso su sonrisa se borró, cambiando a una expresión seria.
 
–No lo estoy relacionando, sólo le devolví la chaqueta que me prestó está mañana.
 
-Aww...
 
–Después de arruinar mi vestimenta.
 
–Oh...
 
Tras ese pequeño intercambio de palabras el auto se quedó en silencio, mientras Itachi se concentraba en conducir y Sasuke por su parte se preguntaba si manifestar aquella información que tenía del chico del que acababan de hablar.
 
Al final, después de unos minutos cuando vio que no faltaba mucho por llegar a su hogar, se decidió por hablar.
 
–Al parecer Kakashi lo conoce, o algo así.– empezó para captar la atención de su hermano. Y cuando supo que la tenía continúo. –Dice que es un chico peculiar a su parecer.– mencionó lo que el peligris le comentó durante la hora del almuerzo.
 
–¿Peculiar?
 
–Siempre anda solo, pero siempre está feliz. Y Kakashi dice que por más que lo ve esforzarse nunca saca una buena calificación, y además, una de las razones por las que no mejora es porque siempre se queda dormido.– nombró todas las cosas que le hizo cuestionarse qué tan bien estaba ese chico que a simple vista parecía normal.
 
–¿Por qué no intenta apoyarlo o algo así?– le cuestionó con la misma pregunta que él mismo hizo.
 
–Se lo tienen prohibido.– por lo que respondió con la misma respuesta que él recibió.
 
–¿Quién?
 
Sasuke sólo se encogió de hombros, demostrando su falta de información en ese tema.
 
–¿Te preocupa, hermanito?– cuestionó con un sentimiento de amargura. Justo cuando llegaron a su casa, se estacionó pero no bajó al no ver movimiento por parte del menor. –¿Sasuke?
 
–No, de seguro sólo a de ser un cabeza dura bastante perezoso.– se obligó a volver a la realidad de la cual se había perdido tras la pregunta de su hermano.
 
Bajó del auto siendo secundado por Itachi.
 
Y cuando entraron a su hogar cada uno se fue por su lado, cada uno empezó a hacer sus propias cosas y cada uno revolvió sus propios pensamientos.
 
Ese tema de conversación terminó por ser olvidado por ambos, pues la conclusión final de Sasuke logró convencerlos de no preocuparse demasiado por ese rubio. Después de todo su único problema era el sueño, que de seguro era por ser un adolescente rebelde que no obedecía a sus padres y se quedaba jugando videojuegos hasta altas horas de noche.
 
Eso de estar feliz todo el tiempo los debía tranquilizar si o si, ¿no?
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
–Ya es hora de dormir... Ya es hora dormir... Debes de dormir...– se escuchaban los suaves murmullos de debajo que aquel bulto de cobijas.
 
–Duérmete, duérmete, duérmete...– su voz no dejaba de sonar con aquel extraño tono, parecía... desesperado.
 
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–Mañana tienes que ir al instituto, Naruto.– después de horas su voz se seguía escuchando en la penumbra de la habitación solitaria. –No quiero ir al instituto...– y lo siguiente fueron lágrimas y ruidos de aquel llanto que de alguna manera llegó a él sin poderlo evitar, ya lo había intentado muchas veces y ahora simplemente se limitaba a dejarlo salir, sin importar que ya pasaran de las cuatro de la mañana sin dormir...
 
De igual modo, el llanto cansaba sus ojos por lo que eso no era más que un auxilio a su situación.
 
 
 
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–Vas tarde otra vez, Naruto, deberías de organizarte más con tus horarios, por dios.– se reclamaba de nueva cuenta a si mismo, al parecer no dormir lo suficiente le dificultaba el levantarse tan temprano por lo mañana.
 
Vivía cerca del instituto, eso sí, pero todas las mañanas tenía una rutina obligatoria que lo hacía sentir en paz cuando lo hacía. No importaba que durmiera poco o nada, hacer lo mismo por la mañana le daba la energía suficiente para decidirse por seguir adelante, siendo parte de eso ir a estudiar.
 
Por lo que ahora se encontraba en la entrada del instituto justo al sonar de la campana de entrada. Dejó su bici donde siempre y se dirigió a su salón.
 
Según él estaba más despierto que una mosca, empezando siempre con ánimos, pero obviamente a sólo unos minutos se quedó dormido, como siempre que no dormía bien.
 
–¡Uzumaki!– y un grito enfurecido lo despertó, como siempre.
 
–¿Ah?
 
–¡Si no quiere estar aquí puede salirse de mi clase!– gritó furiosa la maestra, la cual era conocida por se bastante escalofriante cuando se enojaba.
 
–¡N-No, no se preocupe Anko-sensei, ya estoy más que despierto deberás!
 
–Si te vuelves a dormir, vas con el director.– amenazó con una varilla justo en su tráquea, haciéndolo tragar duro.
 
Naruto sólo asintió veloz.
 
–Entonces, dónde nos quedamos...
 
Ya con la profesora lejos de su integridad, fijó su mirada en su libreta dónde sólo vió el título del tema, unas cuantas palabras algo incoherentes y al pie de la hoja varios dibujitos de plantas con caritas, dónde a algunos le escribió pequeñas frases divertidas.
 
Dió vuelta a la hoja, y forzando su mirada empezó a copiar el trabajo más cercano, escribiendo palabras sin sentido dónde no alcanzaba a leer las palabras de su compañero.
 
Y cuando acabó la clase de dos sesiones, la profesora lo primero que hizo fue acercarse a él para chequear su trabajo, obviamente no era el más limpio pero Naruto siempre fue así por lo que le dedicó una mirada de satisfacción, dando una palmada en su cabeza, para luego estirar levemente de su cabello.
 
–Te vuelves a dormir y ahora sí no te lo paso.– habló feliz, constratando con su amenaza.
 
Asintió de nueva cuenta, asustado por la personalidad de esa singular maestra.
 
–Bueno, pueden salir.– y si, se durmió toda la mañana, siendo despertado sólo por la maestra más cruel del instituto, la cual al parecer le daba las últimas dos clases antes del receso.
 
Ya era hora de almorzar, lo cual Naruto agradecía ya que anoche no ceno nada por entretenerse en los libros de estudio. Y no, no estamos hablando de que se entretuvo aprendiendo, sino más bien en intentar aprender.
 
Debía intentar ponerse al corriente con las clases que se quedaba dormido, así era años tras año, pero no importaba que fuera en la escuela o en su casa, con profesores exigentes o él solo, simplemente nada entraba en su cabeza.
 
Y esa sensación que lo sofocaba cada vez que distraía su mente no hacía más avergonzarlo, cuando su mente recapacitaba y volvía a la realidad, sintiéndose un cobarde al ver sus acciones.
 
Los comentarios de sus compañeros y el silencio de su casa lo torturaban aún más, no tenía lugar en ese mundo. 
 
Ese sentimiento lo llenaba de miedo, y por eso agradecía al único amigo que recuerda haber tenido en su vida, porqué gracias a él encontró algo que le hacía falta para no pensar en ser inservible.
 
Porqué gracias a Gaara encontró aquella rutina que lo hacía mantenerse vivo.
 
Y ahora, sólo esperaba encontrar a alguien que lo haga sentirse en su hogar, porqué Naruto por ahora sólo contaba con una casa. Frías paredes, que no hacían más que refugiarlo del frío o las tormentas, pero nada más.
 
Su mente volaba en sólo tres minutos, el tiempo necesario para saber que aquella agua caliente que siempre llevaba en un termo había terminado el trabajo de prepar su ramen instantáneo.
 
Agradeciendo por la comida empezó a disfrutar de aquel manajar que comía día tras día y aún no lograba aburrirlo. Después de todo, ese calor que inundaba su pecho al tragar aquel caldo caliente le hacía sentir reconfortante.
 
Se asimilaba mucho a aquel calorcito que sentía cuando recibía una bonita acción.
 
Si, el caldo del ramen era su preferido a la hora de comer ramen.
 
 
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Notas finales:

Okey, para ser honesto en este capítulo intenté meter más dudas que respuestas

¿Qué sucedió con Gaara?

¿Cuál es la rutina de Naruto?

¿Por qué mi papi Kakashi no puede acercarse a mi solecito (Sasuke: ¿tuyo? Ò_Ó)

¿Hotel? Trivago 

Bueno, aunque sea respondí una... Bueno ya, las verdaderas preguntas serán respondidas en el próximo capítulo, tal vez, quien sabe, a ver qué XD depende mi humor, y como ahorita me encuentro nervioso salió esto, a ver qué le espera al siguiente capítulo

Chao~

 

 

 

 

 

 

 


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