GEMELO
Dos meses habían pasado, de los más tranquilos para el pelinegro o eso intentaba, con aquella Sexdoll de por medio en su vida, los días tranquilos para él había terminado, Edward, que resultó ser el nombre de la muñeca, era muy empalagoso y atento, pero llegando a un punto asfixiante y molesto!
Siempre le andaba preguntando como estaba, si estaba cansado, si necesitaba algo, si quería placer para desahogarse -rojo- Edward era DEMASIADO atento...
-Roy! -se le colgó el rubio a los hombros, el mencionado casi se cae por la sorpresa. Ed se acercó a los labios de Roy y los besó con cariño. El pelinegro se crispó por eso.
-Edward! No hagas eso! -soltó molesto Roy, quitándose al Edobits de mala gana. Ed sonrió con ternura y se abrazó a la cintura de Roy.
-Edo te extrañó mucho! -dijo con felicidad, acurrucando su cabecita en el pecho de Roy, quien solo suspiró cansado. Acarició la cabecita con orejitas gatunas e intentó caminar hacia la sala de su casa. Ya tenía semanas que no compartía la casa con Maes, el trabajo en el que estaba le daba lo justo para vivir bien y eso lo hacia sentirse muy bien consigo mismo.
-Ay... me siento tan cansado -soltó Roy dejándose caer en su sofá, sintiendo todo el peso de su cuerpo.
-Roy se siente cansado... Edo puede ayudar -dijo muy feliz, Roy lo miró con algo de desinterés, Edward se posicionó entre las piernas de Roy, bajó el cierre y sacó el miembro del pelinegro, abriendo ligeramente su boca.
-QUE HACES?!!! QUITATE! -gritó asustado Roy, sacando a Edward de ahí, Ed lo miró confundido -Ya te he dicho que no quiero que hagas eso! -el rubio ladeó la cabeza -NO ME GUSTA QUE LO HAGAS!!
-No?...-el procesador de Edward empezó a funcionar con más rapidez.
_NO ME GUSTA QUE HAGAS ESO_
LOADING
FALLA DE ORDEN... ORDEN NO ADMITIDA
-Edward no lo entiende -se quedó quieto, con los ojos nublados, Roy se quedó confundido, la maquina seguía intentando procesar la información -No encuentro dato, la orden de Roy no entra en mi base de datos -hablaba el rubio, Roy se preocupó.
-Edward, olvídalo -soltó el pelinegro, sostuvo las mejillas del rubio, era muy suaves, frías, pero suaves al contacto -Ed déjalo ya.
-Pero, no encuentro la orden dada -insistió el rubio, viendo los ojos negros de su dueño. Roy se sintió un poco mal por confundir a su Edobits de esa manera.
-Perdón, Ed...-la Sexdoll ladeó la cabeza, todavía con las manos blancas de Roy en sus mejillas, con el pulgar, acarició con ternura ésta misma -Pero entiende que no puedo verte con ese uso, no me siento a gusto...
-Uso?... Edward fue fabricado para darle placer a Roy -soltó con una sonrisa tierna, Mustang sintió un gran calor recorrerle la cara. Ed sentó con un poco de delicadeza a Roy en el sillón y le separó ligeramente las piernas. Roy solo se dejaba hacer.
Como no se había abotonado el pantalón, no representó dificultad para Ed, sacar el miembro de Roy, quien gimió quedamente por el tacto de la mano fría de la Sexdoll. Edward acercó con mucha calma sus labios al miembro del pelinegro, quien veía todo en cámara lenta.
El Edobits sacó su lengua y lamió con ternura la punta y Roy solo atinó a sonrojarse al máximo y sujetar la cabeza de la Sexdoll. Ed lamió el miembro como un gatito hambriento, ocasionando que de los labios de Roy, los gemidos no se hicieran esperar.
-Edward...Ahh... no...-intentaba detener Roy al rubio, cosa que muy apenas y quería, la lengua de Edward era tan suave y húmeda, lo hacia sentir un extraño placer, si seguía así, terminaría en la boca de aquel niño!
Edward tenía los ojos cerrados, disfrutando de poder hacer sentir bien a Roy, empezó a ir más rápido, viendo todas las reacciones de su dueño, su cara sonrojada al máximo, sudando ligeramente, apretando, con su mano derecha, el sillón y con la izquierda sujetando la cabeza de la Sexdoll, Edward dio un ligero mordisco, lo que ocasionó que Roy arqueara la espalda, dejando más expuesto su cuello. Ed sonrió con disimulo.
-Aaaaahh... Edward!! -soltó con voz ronca el pelinegro, expulsando todo su semen en el rostro del chico, quien cerró los ojos y lo recibió de lleno en la cara -Aahh!!! Por que te quedaste ahí!! -soltó frustrado Roy, intentando componerse del orgasmo. Ed sonrió.
-Ahora Roy se siente mejor -dijo, con el semen resbalándole por la cara. Roy se sonrojó más de la cuenta y suspiró en resignación. Se dejó caer en el sofá, con la respiración intentando ser compuesta, no lo quería admitir del todo, pero... aquello le había sentado bien. Ed se acurrucó entre las piernas de Roy.
-Vamos, Edward... no te puedes quedar manchado -dijo con ternura Mustang, Ed asintió y se levantó a la altura de Roy, besando sus labios con cariño. Roy no abrió la boca, ver sucio al robot, no lo ponía muy caliente que digamos. Se acomodó la ropa y tomó a la muñeca de la mano. Ed se abrazó al brazo.
La puerta de una casa estaba abierta, más nadie parecía estar en ella, dentro todo estaba callado y oscuro, la cocina intacta, más la estufa estaba prendida con una hoya escurriendo su contenido, pero fuera de eso... el lugar estaba en completo silencio.
PLOP
Cayó salpicando ligeramente el suelo, llenando sus botas negras y finas. Sus ojos dorados veían la escena con lago de aburrimiento y decepción, sus manos sostenían la cabeza de una pequeña niña, la cual goteaba sangre. Los cuerpos descuartizados, los padres y los hijos desmembrados por toda la habitación.
-Pero no hay rastros de Edward -dijo en un murmullo, viendo con tristeza todo el lugar, su cabello largo se movió al mirar hacia la derecha. Su vestir era muy provocador para la edad que aparentaba. En su cabeza tenía una diadema con un botón del cual caía un hermoso listón, su traje tenía un moño atrás y la mayoría de su vestir era negra con arreglos azules (N/A: Coño, vean esta imagen y déjenme en paz ¬¬, http://s211.photobucket.com/albums/bb165/Akia_Nekoi10/?action=view¤t=Sexdoll.jpg).
Salió de la casa, viendo en todas direcciones, no había rastro de su gemelo, lo extrañaba en verdad, su hermano menor estaba perdido y lo quería de vuelta. Apretó con fuerza los puños, no le quitarían a su hermanito, pasara lo que pasara, él tenía que cuidarlo. Cerró los ojos, recordando cuando su dueño decidió su horrible destino.
-Son horribles! No puedo tenerlos a ambos! -gritó furioso un señor con los ojos inyectados en coraje y casi escupiéndole al dueño de la tienda. Quien veía con coraje a las dos Sexdoll.
-Cual es el problema, señor? -preguntó sabiendo la respuesta, rogando que esta vez fuera diferente.
-Cual es mi problema?! Esta estúpida muñeca -gritó sujetando con agresividad a la Edobits vestida de azul, que en ningún momento soltó la mano de su hermano, el cual tenía una mirada de tristeza -Está defectuosa, se la pasa retándome y nunca me obedece!
-Su disco duro salió roto! Lo único que hace es estar con su estúpido hermano que es igual de desobediente!! -el dueño de la tienda miró con odio al rubio, quien le sostuvo la mirada.
-Descuide, le aceptaremos la devolución y puede agarrar a otra Sexdoll de la tienda, la que usted guste -el sujeto miró al dueño y después a las muñecas, seguido de sus manos unidas. Eso lo enfadó más.
-Solo quiero a Edward -ambas Edobits miraron a su dueño, para después mirarse entre ellas y agarrarse con más fuerza las manos -Quédese con Pride, pero Edward es mío.
-Lo siento, señor, pero no podemos separarlos, La edición "Twin" no puede venderse por separado, o son los dos o no se vende la mercancía -más las palabras le salían con cierto miedo, aquel hombre en verdad estaba furioso.
-La mercancía ya es mía! Solo regreso al que es defectuoso! -gritó mientras jaloneaba con poca gentileza al rubio de color azul. Pride miraba con odio a su dueño, el cabeza de la tienda vio aquella reacción de la Edobits. Edward se soltó de la mano de su hermano y se aferró a su cintura. Pride lo abrazó protectoramente con su mano libre.
-Lo siento señor le tomaremos el reembolso por los dos y elegirá otro a su gusto -sentenció el dueño, viendo con enojo al sujeto, ya estaba harto de ese comportamiento tan agresor -Usted elige -finalizó, el hombre miró al otro y gruñó por lo bajo.
-Quédese con su chatarra, defectuosa. Me da igual, esta tienda es un asco -gruñó, empujando a las Sexdoll al su dueño, quien las sujeto con sorpresa. Ambos rubios miraron marchar a su dueño. Se miraron entre ellos y Pride se abrazó con más fuerza de Edward.
Después de eso, el dueño llevó a ambas muñecas al sótano de la tienda, su semblante se veía algo enojado, más Pride se veía el doble, Edward solo se sujetaba con fuerza de la mano de su hermano. Se podía ver en aquel lugar mucha mercancía, empolvadas, defectuosas, rotas... Edward se aferró con miedo.
El dueño de la tienda ordenó a las Edobits que se sentaran en la mesa de reparación, así lo hicieron, sus ojos dorados veían al dueño, uno con incertidumbre y otro con reto. El dueño miró a sus muñecas con detenimiento, examinado a cada por separado, viendo sus defectos, dones... eran tan iguales y a la vez tan diferentes.
Con cariño acarició la mejilla de Pride, éste cerró los ojos y disfrutó del tacto. Después pasó su mano hacia la mejilla de la otra Edobits, éste sonrió con ternura y ronroneó por ello, el dueño soltó una risilla triste.
-Por que no hacen caso? -preguntó algo dolido el dueño. Ambos Edobits no dijeron nada -Lo único que quiero es que tengan un hogar... aquí pueden echarse a perder por falta de uso
-Quería lastimar a Edward -sentenció el rubio de color azul, mirando con recelo al dueño de la tienda, sujetó con fuerza la mano de su hermano -Edward es mío.
-Lo sé...-susurró el dueño de la tienda, viendo con tristeza a su Edobits azul, era tan hermoso -Pero entiende que para eso fueron creados, a veces tu dueño no va a querer está contigo, Pride... y preferirá estar con Edward -dijo viendo con cariño al Edobits rosa de orejas gatunas, Ed le devolvió el gesto.
-Pero Edward es mío -afiló la mirada, viendo con enojo al señor que tanto tiempo las cuidó.
-Edward... tu que opinas? -Pride achicó los ojos, viendo por el rabillo del ojo a su hermano, quien ladeó la cabeza, el dueño miró a ambos Edobits, sabía que Pride controlaba a su hermano, necesitaba ver que tanto.
-Yo quiero estar donde Pride esté -dijo recargándose en e pecho de su hermano, apretando con fuerza delicada la mano de éste, Pride sonrió con satisfacción. Recargó su cabeza en la de Edward.
El dueño miró a ambas muñecas, las quería, no podía evitarlo, cuando las vio por primera vez, sabía que ellas serían las más pedidas, pero todo eso fue un mal sueño, Pride resultó ser celoso de cualquiera que tocara a su hermano... y Edward solo quería estar con su hermano.
-En verdad lo siento -susurró, abrazando a las Sexdoll, ambas se quedaron con cara de duda, viendo a su dueño -Pero esto no debió suceder -dijo con dolor, Pride abrió los ojos en susto, se pusieron borrosos y un mensaje se vio escrito en ellos.
SISTEMA OPERATIVO DESACTIVADO
Pride cayó en los brazos de su dueño, quien lo miró con tristeza, Edward miró a su hermano dormido en los brazos de aquel hombre. El dueño acomodó a Pride en la mesa, acariciando su mejilla, Ed movió la cola.
-Es lo mejor -susurró con un poco de dolor, miró al Edobits a su lado, sonrió con ternura -Me dejas apagarte? Tengo que hacer algunos cambios -dijo suavidad, sabía de antemano que Edward era sumiso y atento, hacia lo que le pedían sin chistar. Ed asintió ante la petición.
-El amo no quiere que Pride esté con Edward? -preguntó mientras el señor retiraba con gentileza el cabello del cuello de la Sexdoll -Edward ama a Pride... y Pride ama a Edward... eso está mal?...
-Claro que no... pero a sus dueños eso no les gusta... tranquilo -dijo viendo con cariño a su Sexdoll -Cuando despiertes, todo será diferente -Edward ladeó la cabeza sin entender, el dueño sonrió.
-Que pasará con Pride? -preguntó la Edobits, viendo con ojos anhelantes a su dueño.
-El estará bien, descuida -dijo con ternura
-Puedo despedirme de él? -el dueño de la muñeca se quedó un poco descolocado, más no le negó el derecho a la Edobits, solo asintió. Edward gateó encima de la mesa, quedando de cuatro encima de su hermano, sin tocarlo, estaban ellas para provocar, era obvio que se moviera de una manera tan sensual, acarició con ternura la frente de Pride y se acercó a sus labios.
-Te veré después, Pride -besó con ternura los labios de su hermano, eran suaves, pero secos por la falta de actividad, se separó con lentitud y miró a su dueño. Éste pasó las manos por el cuello de Edward y lo apagó, todo se volvió oscuro para el rubio.
Pride miró hacia la calle, tenía que localizar a Edward, sin importar que, tenía que dar con él. Una punzada en su pecho lo hizo abrir los ojos en sorpresa... Edward estaba feliz... sonreía y se sentía a gusto.
-Como puedes estar feliz si no estoy a tu lado, Edward? -se dijo con enojo, viendo con odio todas las casas de aquella colonia, todos estaban felices, no era justo, si él no tenía a su hermano, nadie tenía derecho a ser feliz.
-Los apagaré a todos...-dijo con voz llena de coraje, desapareciendo en la oscuridad de aquella noche.
-Edward?! Donde estás?! Ed! -llamaba la voz de Roy, algo preocupado, su Edobits había desaparecido en la noche y no sabía nada de ella. Se cruzó de brazos, pensando en donde pudo haber ido en toda la tarde? Ya era de noche... Ed no conocía las calles de Japón, se podía perder.
Abrió la puerta de la terraza y ahí lo encontró, viendo con ojos perdidos el cielo oscuro de la noche, Roy ladeó la cabeza y se acercó al rubio.
-Que haces Ed? -preguntó, Ed negó dando a entender que nada -Pues ese nada te tiene muy serio, no eres así.
-Como soy después de todo?...-Roy se quedó asombrado al escuchar la pregunta -Por que estoy aquí?... -los ojos de la Sexdoll parecían analizar sus preguntas, sin dar con respuestas. Roy tomó a Edward de los hombros, viendo que no lo miraba.
-Ed... reacciona -susurró un poco asustado, Edward parpadeó y miró a Roy, para después abrazarlo con cariño, Roy se le quedó viendo un rato.
-Edward quiere a Roy! -dijo con una sonrisa soñadora en los labios, Roy sintió que le quitaban un peso de encima por las palabras de Ed, pensaba que lo perdía.
-No me asustes así, Ed...-soltó con calma, abrazando el estrecho cuerpo de su Edobits.
-Roy se preocupó por Ed? -el pelinegro miró a su Sexdoll, en verdad era muy lindo, con ese cabello dorado suelto, esos enormes ojos llenos de nada y esa carita de niño, asintió ante la pregunta.
Edward apretó con más fuerza el cuerpo de Roy, no entendía como estaba funcionado su sistema operativo, pero de lo que estaba seguro era que su persona especial estaba en sus brazos, no podía sentirlo, pero hasta cierto punto, se estaba a gusto.
Mi persona especial... acaso eres tu mi persona especial?...
En este mundo donde los otros habitan y van consumiendo la realidad con su mentira...
Acaso si existe alguien para mi en esta ciudad en la que no habita nadie?...
_BUSCANDO NUEVO PROGRAMA_
_FALLIDO_
-No existe el amor como programa?...-se preguntó el rubio, Roy no lo escuchó, más se quedó en sus pensamientos, cerrado en ellos.
Continuará...