Llevaba una semana en las mismas condiciones y para él había pasado una eternidad
Necesitaba verle
Secó una lágrima furtiva que amenazaba con ser seguida por un sinfín más de ellas
Eso era cosa de las noches, pasaba las horas muertas encerrado en su habitación dejando que la tristeza se deslizara por sus mejillas sin conseguir alivio
Caminó hacia el aula tras suspirar una vez más...
Realmente necesitaba verle
Pero Kakashi no quería verle a él...
Aunque le doliera trataría de seguir soportándolo
Porque ese era el deseo del peliplateado
No importaba lo que tuviera que sufrir, cumpliría la petición del mayor sin importar sus propios deseos
Abrió la puerta y la clase comenzó... incluso sus alumnos habían notado que algo iba mal, Iruka no se comportaba como de costumbre
- Oe... Iruka-sensei, ¿te encuentras bien?
- Si, no te preocupes Naruto
Una sonrisa tan falsa como tranquilizadora para el rubio acudió al rostro del sensei provocando que el zorrito suspirara aliviado, el resto de la clase suspiró con una gota colgando en la cabeza... Naruto era demasiado ingenuo
La clase terminó e Iruka fue a recoger sus cosas a la sala de profesores para volver a la rutina que había seguido esta última semana; regresar a casa, encerrarse en su habitación y dejar que la tristeza aflorara tras pasar el resto del día tratando de fingir normalidad
Mizuki también había notado que su compañero estaba raro, trató de preocuparse nuevamente por él, pero como el las veces anteriores le esquivó y se fue
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El rubio salió sonriendo de la clase ahora que su sensei le había dicho que todo estaba bien, aunque su sensei se había ido muy pronto y no pudo ir a cenar ramen con él, pasaba lo mismo desde hacia ya siete días
La mente del joven rubio pareció comenzar a concebir la idea de que su sensei le engañaba para no preocuparle, pero eso no era posible... era Iruka, él nunca estaba triste, sacudió la cabeza con fuerza y continuó el avance hacia en Ichiraku; aun en solitario, le apetecía cenar un buen tazón de ramen
Iba perdido en sus pensamientos cuando chocó con alguien, se inclinó a modo de disculpa y mostró una sonrisa zorruna
- Lo siento Mizuki-sensei
- Oye, Naruto... Iruka está raro
- Yo también lo he pensado, pero no creo que sea así... bueno, es Iruka
- Tú deberías saber mejor que nadie que nadie que el hecho de que sonría no implica que esté feliz
- Es cierto... ¡iré a hacerle una visita!
Naruto salió corriendo de allí sin dejar que el peliblanco añadiera nada más
Llegó frente a la casa de Iruka y tocó con fuerza la puerta
Llamó y llamó durante más de cinco minutos y nadie abría
Era extraño... ¿Dónde podría estar Iruka?
Una bombilla se le encendió y recordó que a su sensei le agradaba pasar tiempo en la casa encantada
El rubio saltó la tapia y entró en al casa, estaba asustado y más cuando creyó sentir unos ojos mirándolo fijamente desde la oscuridad, era extraño, cada ojo era de un color; sacudió con fuerza la cabeza y volvió a mirar; no había nada
- Irukaaaaa oye Iruka-sensei... ¿estas aquí?
No hubo respuesta, de nuevo sintió unos ojos sobre él con mayor intensidad que antes
Tragó saliva con fuerza y se aventuró a recorrer la casa, un cuadro presidía uno de las salas y el ella esos ojos que parecían atravesarle; se veían abatidos ya que el resto del rostro estaba cubierto
Naruto cada vez estaba mas asustado pero tenía que encontrar a Iruka, aunque tal vez no estuviera allí, subió las escaleras siguiendo las huellas grabadas en el polvo y llegó a una habitación, un pequeño trozo de papel llamó su atención
"No vuelvas más"
Las palabras le parecieron extrañas, tal vez eso tenía algo que ver con el estado de su sensei pero no podía estar seguro
Bajó de nuevo las escaleras con el pedazo de papel guardado en su bolsillo, había una puerta que llamó su atención, caminó hacia ella y la abrió... había muchos libros, estaba seguro que Iruka había estado allí
Había una mesa en el centro de la sala y en ella un gran número de papeles descolocados
En todos ponía lo mismo
"Umino Iruka"
Eso cada vez era mas extraño... ¿Por qué estaba escrito tantas veces el nombre de su sensei? Revolvió un poco más los papeles y en todos estaban escritas cosas parecidas
"Te hecho de menos"
"Me haces falta"
"Te necesito"
"Vuelve"
"Lo siento"
"Te quiero"
Naruto cerró los ojos y se masajeó el puente de la nariz ¿Qué era todo eso? Su mente empezó a trabajar y trató de ordenar los posibles sucesos
Iruka estuvo allí, alguien le había echado y ahora se arrepentía...
O al menos eso era lo más probable...
Tal vez fuera eso la causa de la tristeza del delfín, sonrió y regresó a casa del Umino, tal vez ya estaba allí
Mizuki volvió a toparse en su camino
- ¡¡Ohayo sensei!!
- ¿Ya hablaste con Iruka?
- No, iba de camino a su casa, he descubierto algo importante...
- Cuéntamelo anda
- Iruka está triste porque alguien le pidió que se fuera de la mansión encantada y ahora ese alguien quiere que Iruka vuelva, seguro que eso le alegra
- Oye Naruto, ya es un poco tarde, vete a dormir, yo se lo contaré a Iruka
- Vale, gracias Mizuki-sensei
El rubio partió de regreso a su casa, metió las manos en los bolsillos y notó el papel que recogió antes "No vuelvas más" volvió a guardarlo y siguió su camino
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El peliblanco cerró los puños con fuerza, Iruka era suyo y no iba a permitir que un desconocido se metiera por medio
Caminó hacia la mansión encantada y saltó la tapia, nadie iba a robarle a SU delfín
Cruzó la puerta y la cerró con un portazo
- ¿Quien eres?
No hubo respuesta
- ¡Se que estas ahí bastardo!
Silencio
Mizuki caminó por la casa recorriendo cada una de sus habitaciones tratando de encontrar a la persona que vivía allí; un rápido vistazo le sirvió para darse cuenta de que era imposible que así fuera; todo estaba lleno de polvo, no había comida, agua o cualquier cosa que le indicara que allí había vida desde hace años
Cerró los ojos frustrado por no encontrar a alguien con quien descargar su ira, entró en el último cuarto que le quedaba por recorrer
Un papel en concreto le llamó la atención "Te quiero" lo agarró entre sus manos y lo rompió en mil pedazos
Cada trozo de papel que se atrevía a dirigir unas palabras a su delfín fue destruido y esparcido por el cuarto
Y las que portaban el nombre del apuesto moreno corrieron la misma suerte
Mizuki bufó cansado, había cientos de ellos pero ninguno se salvó, estiró sus ya agarrotados dedos y salió de la casa con la cabeza bien alta; tenia que pensar una excusa que dar a Naruto para que no avisara a Iruka del cambio de pensar del desconocido