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Sentimientos ocultos, pasiones prohibidas por makino tsukushi

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Notas del capitulo:

Lo que esperaban ^^, espero que les guste.

 

Capítulo 21. Te amo

 

El salón del primer piso de J&E estaba repleto de invitados. Lorena había decidido festejar su cumpleaños a lo grande. Conocidas personalidades del mundo de la moda se habían hecho presentes en el lugar para disfrutar del momento. La diseñadora lucía una sonrisa radiante y de la mano de Gabriel paseaba por las mesas para cerciorarse de que todos sus invitados se sintieran a gusto.

Junto a una de las columnas, observando con impaciencia como si aguardara la llegada de alguien, se encontraba Elías. La invitación de Lorena lo había sorprendido, pero había llegado a la conclusión de que ésa era una oportunidad imperdible para encontrarse nuevamente con el empresario. No se había animado a llamarlo por teléfono, y quizás, la idea de buscarlo directamente en la oficina o en su casa hubieran sido una mejor opción, pero la repentina cobardía y el miedo a que fuera Joshua quien esta vez lo rechazara, lo llevaron a tomar aquella decisión. No se le ocurrió mejor idea que usar como excusa el cumpleaños de la diseñadora para propiciar un encuentro casual entre ambos. Sonrió. La sola idea le provocó gracia, después de todo el encuentro no sería tan casual, Lorena era la hermana del empresario y se podría decir que el que estaba pisando terreno prohibido era él.

Cabía la posibilidad, la más grande posibilidad, de que Joshua lo rechazara, eso era algo que tenía dolorosamente claro, pero también sabía que había llegado su turno y ahora le tocaba a él luchar por reconquistarlo.

-Tomá. -Marco lo sacó de sus cavilaciones pasándole una copa de vino-. Lo necesitás más que yo.

-Gracias -susurró, y apenas se mojó los labios con la bebida.

-Tenés que calmarte un poco -comentó Marco con tranquilidad-, en cualquier momento aparece.

-¿Y si no viene? -musitó

-Es el cumpleaños de la hermana, no creo que falte.

-Se está retrasando.

-Si no viene lo vas a buscar -concluyó Marco-. No sos un cobarde y si finalmente decidiste aceptarlo...

-Sí soy un cobarde, tardé mucho tiempo en reconocer que me enamore de él.

-Tus obligaciones, tu familia, tu educación, te llevaron a esto, y Joshua también tiene un poco de culpa, si se hubiera propuesto acercarse a vos de otra manera quizás ambos no tendrían que sufrir como lo están haciendo ahora. Bien dicen que el hombre es amante del sufrimiento.  La música sonaba acorde al acontecimiento y un grupo de invitados tomó la iniciativa animándose a bailar y pronto el centro de la pista se vio repleto de gente. Los mozos y camareras se paseaban con bandejas llenas de exquisitos bocados y bebidas de todo tipo.

El muchacho, nervioso como hace mucho que no lo estaba, siguió mirando entre la gente a la espera de que en cualquier momento Joshua hiciera acto de presencia. No se sentía capaz de pasar un solo bocado y la expectativa se le hacía cada vez más dolorosa. De aquel último encuentro sólo le quedaba un sabor amargo, pero estaba dispuesto a cambiar la situación, estaba dispuesto a confesarle sus verdaderos sentimientos.

-Te lo dije -prosiguió Marco-, no va a faltar al cumpleaños de su hermana.

Señaló discretamente hacia una dirección y Elías buscó con la mirada. Parado junto a una de las columnas estaba Joshua.

Sintió que sus pulmones dejaban de llenarse de aire, sus piernas amenazaron con dejar de mantenerlo en pie, y la determinación que lo había acompañado hacía tan sólo escasos minutos desapareció como por arte de magia. Estaba increíblemente hermoso. Vestía  una camisa blanca,  un pantalón  negro y la seductora sonrisa que lo caracterizaba adornaba sus sensuales labios. El empresario conversaba animosamente con una mujer que a Elías no le resultó para nada familiar. La mujer era morena y de una figura exuberante y sensual digna de admiración.

-Hasta que apareció -musitó Marco a su lado.

-Sí -acotó mecánicamente permaneciendo en su lugar.

-¿Qué esperás? -alentó su amigo al verlo dudar-. ¿No vas a ir a buscarlo? Es ahora o nunca, dejá de darle tantas vueltas al asunto y por una vez en la vida sé un poco egoísta y pensá en vos. Puedo soportar que mi mejor amigo sea gay pero no soportaría que por su orgullo fuera infeliz. Anda a cogértelo de una puta vez que te morís de ganas por hacerlo.

Elías lo miró con desaprobación pero no refutó. En el fondo eso era lo que anhelaba: fundirse en los brazos de Joshua y permanecer allí para siempre. Buscó nuevamente con la mirada al empresario. Estaba tentadoramente atractivo. Sonreía ante un comentario que la mujer le había realizado y el muchacho no pudo evitar que una leve punzada de celos lo invadiera cuando vio al empresario acercarse seductoramente al oído de la joven.

No fue consciente de sus actos, tampoco se percató de en qué momento sus músculos habían reaccionado emitiendo el impulso a sus piernas para que comenzaran a caminar. Sencillamente con relajado paso acortó la distancia.

Toda su vida comportándose como el mejor de los hijos, como el mejor de los amigos, como el mejor de los empleados, tratando de complacer y agradar a los demás, buscando la aprobación de cuanta persona se le cruzara por delante, dejando sepultando en la oscuridad sus deseos, sus esperanzas, sus ganas locas de encontrar a alguien que estuviera a su lado, que fuera su sostén, que lo protegiera y que se dejara proteger por él. Siempre había fantaseado con tener a su lado a una compañera capaz de contenerlo en los momentos difíciles y de amarlo en los momentos de felicidad y de tristeza. Ahora, enfrentando su realidad, espiando el interior de su corazón, supo que aquella persona, aquel sostén que por tanto tiempo había esperado, era Joshua, y por primera vez quiso ser mezquino, avaro con el mundo y egoísta con todos aquellos que lo rodeaban y tenerlo sólo para él. Quería mostrarse tal y como era, demostrarle hasta que punto él también era capaz de amar, disculparse por lo estúpidamente testarudo que había sido y enmendar sus errores con caricias...

Distraído como estaba con la conversación que compartía con la mujer, Joshua sólo fue capaz de darse cuenta de la cercanía de Elías cuando este estuvo a unos cuantos pasos de él.

La esmeralda de sus ojos se convirtió en dos piedras frías carente de cualquier sentimiento. Después de un largo tiempo, después de más de un mes de no verlo, el verse reflejado en aquellos ojos fríos que sólo emitían indiferencia provocó en el muchacho una repentina parálisis que le impidió ser dueño total y parcial del movimiento de sus músculos. Bajo la mirada indolente del empresario Elías se sintió totalmente desarmado. Las palabras murieron en la punta de su lengua y en sus oídos el sonido palpitante de su propio corazón resonaba como una bomba de tiempo que explotaría ante el más mínimo gesto de rechazo del empresario.

Joshua se irguió a penas y desvió la mirada. Le susurró algo al oído de la mujer y después caminó hasta donde se encontraba Elías.

Al muchacho el nerviosismo lo embargó. La música desapareció, el bullicio de la gente se ahogó en el retumbar incesante de su corazón y sus ojos sólo veían cómo Joshua se acercaba cada vez más. El perfume del empresario, ese que durante tantas noches había soñado, inundó sus sentidos y sus labios temblaron ante la necesidad de sentir el aliento dulce de aquel hombre embriagándolo.

-Joshua -musitó cuando pasó a su lado.

Quizás era su imaginación o tal vez aquel irrisible deseo que guarecía dentro de su alma, no lo sabía, pero por un breve momento creyó que Joshua detendría su andar. Se detendría junto a él...

Lejos estuvo de la realidad, el empresario siguió su camino sin detenerse siquiera a observarlo. Con la cabeza erguida en orgullosa pose, se dirigió hasta la mesa de las bebidas sin volver la vista atrás. El gesto no sorprendió al muchacho, sencillamente lo destrozó. Se había preparado mentalmente para esa posible y más que predecible actitud, pero el vivirla en carne propia fue como una herida mortal. Sus piernas amenazaban con perder estabilidad y la idea de haberlo perdido para siempre le quitó todo rastro de valentía. Las ganas de huir se hicieron presentes. Tal vez, después de todo, había sido un error buscarlo. Giró sobres sus pies para escapar, pero el cuerpo de Marco se interpuso en su camino.

-Vamos -musitó cariñosamente-, no sos de los que huyen y se rinden, sos de los que se quedan y luchan. -Sonrió-. Voy a buscar a alguien para bailar, yo no puedo hacer nada a partir de ahora. Te deseo suerte.

Se quedó solo entre las parejas que bailaban a su alrededor, debatiéndose en una lucha interna por huir o pelear. Recordando cuántas veces el empresario había intentado seducirlo, conquistarlo, la increíble paciencia que había tenido ante todos y cada uno de sus rechazos, aquella forma tan escandalosa de acercársele y aquel ridículo trato que había impuesto entre ambos y que jamás llegó a cumplirse.

Respiró profundamente. Ya estaba ahí, no era momento de echarse para atrás. Tranquilo y sereno, aparentando una seguridad que no sentía, se abrió paso entre la gente hasta llegar a él.

-Joshua -musitó cuando estuvo a su lado. Si el empresario lo escuchó, no dio señales de ello-. Joshua -repitió elevando apenas el tono de su voz-, necesito hablar con vos.

Altanero, el empresario ni siquiera se tomó la molestia de mirarlo, con la pasividad que proporciona un gesto tan simple como cotidiano le dio un pequeño sorbo a su bebida, ignorando intencionadamente al muchacho.

-Joshua -suplicó con un hilo en la voz-, por favor...

-¿Sobre qué? -cortó sereno, indolente. Su pregunta demostraba que no tenía la menor intención de mantener una conversación con Elías.

La actitud de Joshua lo empequeñeció. Un nudo en la garganta le impidió emitir palabra alguna e impotente no encontró manera de refutar.

-Joshua. -La mujer que había estado minutos antes con el empresario, se acercó hasta ellos rompiendo la tensión del momento-. ¿Por qué tardaste tanto? -lo regañó dulcemente.

-Disculpame. -Le extendió una de las copas que traía en la mano-. Me distraje un momento.

-¡Oh! -La joven por primera vez se percató de la presencia de Elías-. Si interrumpí algo me voy...

-Para nada, Andrea...

-No, no, en serio, además todavía no hablé con Lorena, siendo su mejor amiga no está bien que ni siquiera la haya saludado en el día de su cumpleaños.

-No interrumpís nada -aseguró Joshua para luego dirigirse a Elías-: Ya terminamos de hablar.

Y sin darle oportunidad a replicar, tomó con delicadeza el brazo de la mujer y se perdió nuevamente entre la gente.

 

 

-¿Ese es el famoso modelo del que tanto escuché hablar? -inquirió Andrea cuando estuvieron lo suficientemente lejos de Elías-. ¿El que desfiló en la colección pasada? -Joshua asintió mecánicamente con la cabeza-. ¿Tu novio? -indagó con curiosidad la artista plástica.

-No. Nunca fue nada mío.

-Al menos deberías haberle aclarado que entre nosotros dos no hay nada, porque a leguas se nota que él sí está interesado en tener algo con vos.

La aparición de Lorena junto a ellos impidió que Joshua emitiera su opinión. La mujer se abrazó a su amiga olvidándose del empresario, y Gabriel viéndose apartado de su amada se acercó hasta él.

-¿Pasa algo? -inquirió ante el mutismo de Joshua.

-Nada importante -concluyó dispuesto a dejar atrás sus cavilaciones.

 

 

Los cuerpos se movían al compás de la música y Marco, agotado después de bailar durante una hora seguida, se disculpó ante la morena que había sido su compañera de baile y se retiró a buscar una bebida. Alejándose de la pista de baile, se apresuró a alcanzar a un camarero que llevaba una bandeja con bebidas y cuando tuvo la copa entre sus dedos se apartó hasta una de las columnas buscando un poco de tranquilidad. Miró con desaprobación la copa que contenía gaseosa. Con su enfermedad no tenía permitido excederse con el alcohol, y como su madre le había hecho jurar hasta el cansancio que se cuidaría, se sintió incapaz de faltar a su promesa. Consultó la hora en su reloj pulsera, y decidió disfrutar un poco más de la escasa soledad que aquel rincón le permitía. Vagó distraídamente la vista por los cuadros que adornaban la galería recordando cómo tiempo atrás había hecho con Elías el mismo recorrido

Su soledad se vio prontamente interrumpida por una pareja que aparentemente ebrios eligieron justo ese sitio para regalarse caricias y besos. Marco emitió un pequeño bufido y antes de que tomara la decisión de volver a la pista de baile, la llegada de una cuarta persona lo hizo detenerse. La pareja al verse descubiertos decidieron buscar otro lugar más íntimo para sus caricias.

-Alejandro. -Marco dibujó una imperceptible sonrisa-. No sabía que estabas acá.

-Siendo familiar de Lorena era algo lógico, no podía faltar.

-Siempre tan simpático -se burló el muchacho, quien después del episodio vivido en el pub había decidido firmar un tácito tratado de paz con aquel altanero sujeto-, pero bueno, supongo que forma parte de tu amarga personalidad. Igualmente no puedo dejar de sorprenderme al darme cuenta de que todavía guardás un poco de solidaridad debajo de toda esa amargura -sonrió-. Te agradezco nuevamente tu ayuda del otro día.

-Ya te lo dije, estamos a mano por haberme dejado dormir en el local.

-A decir verdad yo tenía muchas ganas de dejarte tirado por ahí -dijo Marco con sinceridad metiendo las manos en el bolsillo del pantalón en actitud relajada-, pero mi conciencia no me habría dejado dormir.

Se quedaron en silencio cada uno haciendo compañía al otro pero sumidos en sus propios pensamientos. Los recuerdos cayeron de igual manera en la mente de los dos y las imágenes vividas en el hospital se proyectaron en cámara lenta.

 

 

El suero cargado de calmantes había dejado a Marco en un estado de total ensoñación, pero despertó después de cuatro horas sintiéndose mejor. El médico de guardia lo revisó por última vez antes de autorizarle la retirada. Cuando salió del consultorio, el muchacho traía entre sus manos una orden para realizarse diversos estudios que no harían más que confirmar las numerosas piedras que traía en la vesícula y una dieta estricta que tendría que seguir si deseaba salvarse de una operación segura. Lo sorprendió hasta lo impensado ver a Alejandro aguardándolo en la sala de espera.

-¿Qué estás haciendo acá? -preguntó con suavidad marcada por la sorpresa.

-Te llevo a tu casa -ofreció Alejandro-, tu familia debe estar preocupada.

-No es necesario, yo puedo irme solo.

-Tomalo como una forma de agradecerte la atención que tuviste conmigo al dejarme dormir en el local.

Marco dudó un poco pero luego asintió levemente con la cabeza al tiempo que dibujaba una sonrisa en sus labios.

-Está bien, pero te recuerdo que me gustan las mujeres. -Y con una actitud seductora se acercó hasta él para agregar en voz baja-: Pero si te das la vuelta y te tapas la cara podría sacrificarme.

Alejandro lo fulminó con la mirada y como siempre Marco le dedicó la más inocente de las sonrisas.

-No sos mi tipo -acotó Alejandro.

-Y vos tampoco el mío, no soy gay pero si me dejan mas de dos meses en abstinencia, cualquier agujero me vendría bien. -Se acercó hasta él-. Hasta el tuyo -agregó para después explotar en carcajadas-,tal parece que el que hace mucho que  no tiene una alegría sexual sos vos. Tengo entendido que hay un par de boliches gays en donde podés encontrar consuelo.

-Callate.

-Yo no soy el que anda ofreciendo plata a cualquier desconocido para echarse un polvo.

Alejandro emprendió el camino hasta la entrada del hospital y Marco lo siguió a pocos pasos de distancia.

-Hubiera sido mejor que te dejara tirado en lugar de traerte al hospital.

-Pero no pudiste. Debajo de un hombre con mal de amores hay un buen corazón. Ese Leonardo seguro que te hizo algo grave como para que bebas tanto en su nombre.

Alejandro se detuvo en seco entre sorprendido y enojado. Marco no se inmutó, con tranquilidad abrió la puerta del auto y se sentó en el asiento del acompañante.

-Si querés que tu secreto se mantenga guardado -se burló-, deberías dejar de hablar cuando estás dormido.

 

 

Marco sonrió ante los recuerdos, Alejandro por su parte sacó un paquete de cigarrillos del bolsillo de su saco y tomó uno entre sus labios.

-Tenés todos los vicios -bromeó el muchacho.

-No es tu problema.

-Es verdad -concordó con tranquilidad-. No es mi problema, pero como yo no fumo mejor me alejo, bien dicen que el que no fuma sufre más el humo que el fumador. -Caminó para alejarse y antes de desaparecer de la vista de Alejandro agregó-: Deberías tomar algo para cambiar tu cara de culo, porque si no ese tal Leonardo no va volver a tu lado.

No pudo replicar ya que Marco desapareció antes de que pudiera decir algo. Molesto, tiró el cigarrillo recién encendido al suelo y lo pisó con la punta de su zapato.

-Idiota -farfulló impotente.

 

 

Todos los intentos por acercarse a Joshua habían fracasado. El empresario simplemente lo había ignorado y esquivado con una habilidad increíble. Pero a tozudo nadie le ganaba, había llegado hasta allí con la firme decisión de mantener una conversación con él y no se iría sin haberla tenido. Oculto a un costado de la pista pudo ver como el empresario se divertía, y hablaba con diferentes personas. «¿Sera qué ya no le intereso?», pensó dolido, pero de inmediato apartó ese pensamiento de su mente.

La última oportunidad llegó y el muchacho dispuesto a no dejarla pasar se internó entre la gente para seguir a Joshua. El empresario se alejó del bullicio y con la seguridad que lo caracterizaba se dirigió a los ascensores. Oprimió el botón y metiéndose las manos en los bolsillos aguardó con aire cansado a que el aparato llegara. Elías se apresuró para llegar hasta él y logró alcanzarlo justo antes de que las puertas del ascensor se cerraran.

-Necesito hablar con vos -musitó tratando de recuperar el aire.

El aparato se puso en marcha y Joshua manteniendo la calma se apoyó en la pared del elevador antes de comenzar a hablar.

-Estuviste molestándome durante toda la noche -dijo sin inmutarse-. Ya te dije que si querías hablar conmigo le pidieras una cita a mi secretaria, es muy tarde y en estos momentos lo único que quiero es dormir.

Pulsó un botón y el elevador detuvo su ascenso para luego abrir sus puertas.

-No tengo ganas de escucharte, bajate por favor.

Dolido, Elías miró suplicante al empresario encontrando sólo una fría expresión. Aquella mirada que otrora fuera seductora, ahora se mostraba apagada y distante. Con un gesto aburrido Joshua señaló la salida del aparato invitándole a retirarse. El corazón del muchacho se hizo añicos y vencido puso un pie fuera...

«Vos no sos de los que se rinden». La voz de Marco retumbó como un profundo eco dentro de su cabeza y siendo completamente consciente de sus actos volvió a meter el pie que había sacado y con un golpe seco oprimió el botón para volver a poner en marcha el aparato.

-Me vas a escuchar -dijo en voz baja pero firme.

-¿Qué carajo querés? -inquirió Joshua calmado e indiferente.

El coraje que había logrado juntar desapareció al escuchar aquella pregunta. ¿Cómo empezar? ¿Cómo confesarle que finalmente después de tantos rodeos había hurgado dentro de su alma animándose al fin a aceptar que se había enamorado? ¿Cómo? De pronto sintió que su garganta se le secaba y las manos comenzaron a sudarle. Dueño de una seguridad y altanería implacables, por primera vez en mucho tiempo se había quedado sin palabras.

-¿Y? -insistió Joshua-. ¿Te vas a quedar callado?

Miró directamente a los ojos del empresario buscando algún gesto dulce, alguna tregua que lo alentara a hablar... No la encontró. La mirada de Joshua lo inhibía como nunca antes lo había hecho. Frente él todos los ensayos mentales se fueron a pique. Siempre se jactaba de tener una réplica para todo pero en aquel preciso momento no supo y no encontró manera de empezar. Abrió y cerró varias veces sus labios sin que de ellos surgiera tan siquiera un mísero monosílabo.

-Elías, es tarde -se impacientó Joshua-, si no tenés nada que decir te agradecería que me dejés en paz.

Las puertas del elevador se abrieron en el noveno piso en donde el empresario tenía su apartamento. Descendió y Elías lo siguió.

-No creo haberte invitado a mi departamento. -Se paró junto a la entrada-. Y tampoco voy a hacerlo, así que si querés decirme algo decimelo ahora.

Los minutos pasaron y los labios de Elías permanecieron tan cerrados como al principio, Joshua mental y físicamente agotado emitió un bufido y metiendo la llave en la cerradura abrió la puerta.

-Si querés podés quedarte ahí pensado, yo me voy a dormir.

Haciendo realidad sus palabras entró en la morada para luego empezar a cerrar la puerta...  

La realidad cayó alertando al muchacho e incitándolo a actuar y despertando de un largo letargo se precipitó sobre la entrada y logrando burlar al empresario ingresó detrás de él.

-No me voy -susurró apoyándose sobre la puerta después de haberla cerrado-, hasta que me escuches.

-Hace media hora que estoy esperando que digas algo y no decís nada. -Joshua visiblemente impaciente lo tomó de uno de los brazos con firmeza-. Si no vas a hablar andate , no tengo tiempo ni ganas para aguantarte.

-No me voy -conminó nuevamente.

Con fuerza se soltó del agarre del empresario y Joshua por su parte no hizo intento por volver a tocarlo, en lugar de eso caminó hasta el centro del living y girando nuevamente para enfrentarse al muchacho levantó las manos con indiferencia.

-Habla -ordenó.

Sus miradas se cruzaron. El brillo verdoso tan característico en los ojos de Joshua lo retaba a hablar y él, preso del temor, no pudo hacerlo. El miedo a ser rechazado, la posibilidad de que Joshua ya no sintiera absolutamente nada por él le impedían desenvolverse con facilidad. Bajo su piel su corazón latía presuroso, temiendo ser destruido. Cerró los ojos para volver a abrirlos con rapidez y al hacerlo se encontró nuevamente con la mirada indiferente del empresario. Juntando coraje, y sabiéndose merecedor de aquel hipotético rechazo, desvió la mirada clavándola en la alfombra y abriendo sus labios permitió que por primera vez hablara su corazón.

-Desde que mi papá murió, no hice más que ocuparme de mi familia. Abandoné mis estudios y busqué trabajo con el único objetivo de ayudar a mi mamá y mis hermanos. Nunca me cuestioné el hecho de que estaba dejando de lado mi vida sentimental y mis sueños; para mí lo principal era mi familia. Después de que le juré a mi papá sobre su lecho de muerte que velaría por ellos mi único objetivo fue cumplir con esa promesa, nada más importaba. -Se atrevió a levantar la vista para mirar a Joshua y, al comprobar que este lo observaba, la desvió nuevamente-. En mi lista de prioridades al primero y último estaba mi familia. Siempre traté de comportarme como un buen hijo.

-No entiendo a donde querés llegar. -Joshua se cruzó de brazos de manera indolente-. ¿Qué esperás que haga?  Si viniste a escuchar palabras de aprobación...

-Desde que te conocí -cortó Elías no deseando escuchar de sus labios ninguna burla, ningún reproche, al menos hasta que terminara con su confesión-, diste vuelta toda mi vida con esa ridícula propuesta. -En su voz había un leve asomo de ternura-. Me acorralaste hasta confundirme de una manera increíble. -Levantó la vista y miró directamente a los ojos al empresario-. Jamás tuve nada en contra de los homosexuales pero el hecho de ser acosado libremente por vos me sumergió en un mar de confusiones y a menudo me preguntaba si era correcto o no lo que estaba haciendo. -Tomó aire para infundirse valor-. Mi orgullo, mis temores, el no darme cuenta o mejor dicho el no querer reconocer mis sentimientos y mis deseos provocaron que te lastimara. No soy gay, de eso estoy completamente seguro, pero después de todo comprendí que para mi sos muy importante. Después de torturarme con prejuicios estúpidos decidí hacerle caso a mi corazón, y me di cuenta que vos sos para mí. -Poniendo el alma en su voz articuló las palabras y sin vacilación agregó-: Te amo, Joshua. No soy gay, no me gustan los hombres, sólo me gustás vos, te amo.

Expresado su sentir guardó silencio. Su cuerpo temblaba imperceptiblemente y su corazón galopaba como un caballo salvaje. Joshua simplemente lo miró. Con cada segundo trascurrido la angustia crecía dentro de Elías como una planta de cortantes espinas que extiende sus ramas trasformando su semblante en una muda suplica de piedad. «No me digas que es tarde», rogó para sus adentros.

-En tus labios -comenzó Joshua-, esas palabras suenan falsas.

Elías sintió que sus piernas dejaban de sostenerle y para no caer dio un paso atrás y usó la puerta como sostén. Bajó la mirada y clavó sus orbes ambarinas en el suelo. Se lo merecía, se merecía aquel desprecio y pudo sentir el mismo dolor que sintió Joshua cuando aquellas palabras fueron pronunciadas por él. La vista se le nubló y las lágrimas amenazaban con precipitarse en cualquier momento.

-Perdoname -musitó sin mirarlo-, perdoname por haber tardado tanto en darme cuenta, perdoname por haberte lastimado, y perdoname por herirte con las palabras, yo nunca pensé que tus sentimientos fueran falsos simplemente estaba confundido...

-A la mierda con tu confusión -cortó frío el empresario-. ¿Qué pretendés? ¿Que después de todo esto te crea? ¿Que te reciba con los brazos abiertos? Estás muy equivocado...

-Si me lo permitís -suplicó con desesperación-, voy a hacer todo lo posible para demostrarte que te estoy diciendo la verdad...

-¡Callate! -gritó iracundo Joshua-. ¡No quiero escucharte! No te creo, no me interesa volver a tener nada que ver con vos. Me suplicaste hasta el cansancio que te dejara en paz, ahora soy yo el que te pide que me dejes en paz. ¡Desaparecé de una puta vez de mi vida y no vuelvas a cruzarte en mi camino!

-Joshua... -rogó con un nudo en la voz.

-Andate, no quiero verte. Ahí tenés la puerta. -Señaló detrás del muchacho mientras se encaminaba hasta la habitación-. Por mi parte la conversación terminó.

El portazo hizo saltar a Elías en su lugar. Las lágrimas brotaron de sus ojos rodando rápidamente por sus mejillas. Giró sobre su eje y tomó la manija de la puerta pero no realizó la acción de abrirla. Se quedó quieto derrotado, sintiendo que lo había perdido. Se aferró con fuerza a la manija pero no la movió.

-Me niego a creerlo -musitó tozudamente-, me niego a creer que ya no me querés a tu lado.

Impulsado por un resorte imaginario atravesó la sala y se paró frente a la entrada de la habitación. Temiendo que el empresario hubiera puesto el seguro a la puerta para impedirle el paso, dudó por un instante antes de probar abrirla. Con dedos temblorosos y ansiosos movió la manija y se descubrió conteniendo la respiración y exhalando un suspiro de alivio cuando, con un ruido casi imperceptible, la barrera que los separaba se abrió.

Joshua estaba parado de espaldas a él en el centro de la habitación y junto a la cama.

Entró con cuidado y cerró la puerta tras de sí. Recién allí el empresario se movió para girar sobre su eje.

-No te creo -susurró el muchacho con voz ronca buscando en los ojos de Joshua algún vestigio de que las palabras anteriormente dichas fueran verdad-, y vas a tener que echarme a patadas de tu lado si realmente querés que desaparezca de tu vida porque... -logró articular con apenas voz- yo te amo y sé que vos también me amas.

No meditó sobres sus actos, tampoco se detuvo a pensar que podía ser víctima de un nuevo rechazo, simplemente acortó la distancia que los separaba, se prendió del cuello del empresario y lo obligó inclinarse para así poder atrapar sus labios con los suyos. Joshua tomado completamente por sorpresa casi pierde el equilibrio cuando Elías se prendió  a él con desesperación. Con ansias el muchacho lamió la boca del empresario buscando su lengua esquiva que se negaba a responderle. La postura de Joshua duró poco, la frialdad que había mantenido durante toda la velada se cayó como una pantomima barata y pronto se vio respondiendo a los besos ardientes del muchacho con la lengua, con los dientes y con el hambre infinito que guareció en su alma.

Elías besó su cuello, sus mejillas y se aprisionó nuevamente de sus labios al tiempo que sus  manos impacientes buscaban los botones de la camisa para empezar a desabrocharla. Ya iba por el tercer botón cuando las manos de Joshua lo detuvieron en firme gesto y obligándolo a apartarse. Se sintió morir cuando vio en la mirada del empresario una expresión indescifrable.

-Decime -comenzó Joshua con voz entrecortada- que esta vez no te vas arrepentir. -Sus ojos aguardaron suplicantes la respuesta del muchacho quien, al creer que Joshua lo había detenido para rechazarlo, no pudo más que exhalar un leve suspiro y sonreír.

-No me voy arrepentir -murmuró muy cerca de sus labios-, te amo.

Fue suficiente. Con el salvajismo de dos personas que reciben alimento después de un ayuno eterno, sus cuerpos cayeron entrelazados en el lecho y pronto la ropa comenzó a estorbar. La camisa de Elías fue a parar a un rincón de la habitación junto con la del empresario seguido por los calzados y las medias de ambos. Los labios se enredaron en una batalla que quitaba el aliento deteniendo la lucha cada vez que la falta de aire así lo requería.

Joshua alcanzó el cierre del pantalón del muchacho y en un desesperante gesto lo bajó para luego incorporarse lo suficiente y apartar la prenda. Excitado, refrenó su accionar para contemplar deseoso el cuerpo de su amante. Tantas veces lo había soñado, lo había deseado y el tenerlo finalmente allí le parecía irreal. Incapacitado como para actuar con lentitud, buscó nuevamente los labios del muchacho hundiendo su lengua en aquella boca que tenía la increíble capacidad de enloquecerlo. Rozó eróticamente su cuerpo y su intimidad excitada cubierta por la tela del pantalón, arrancando un gemido suplicante de los labios del muchacho. Elías respondió con igual ímpetu y viéndose en desventaja guió sus manos hasta el pantalón del empresario buscando también apartar la prenda. Entendiendo el gesto, Joshua se incorporó para quitárselo, mas de pronto recordó algo importante y para ese momento imprescindible.

-No tengo preservativos -dijo agitado-, ni lubricante.

Había otros métodos por supuesto, pero viendo las circunstancias creyó conveniente hacérselo saber al muchacho.

Elías lo miró por un instante para luego apartar la vista ruborizado.

-En el bolsillo de mi pantalón -susurró.

-¿Qué...?

-Hay preservativos y lubricante -dijo Elías en bajo tono pero que el empresario pudo escuchar con claridad.

Joshua lo miró sorprendido para luego dibujar una sonrisa en sus labios. Se bajó de la cama y buscó la prenda en el rincón en donde había caído y extrajo del bolsillo un pomo y una caja pequeña. Se subió nuevamente a la cama no sin antes quitarse el pantalón y dejar al descubierto su bien formado cuerpo y su virilidad excitada bajo la estrecha tela de los slips.

-¿Tan seguro estabas de que me ibas a convencer? -inquirió posicionándose nuevamente al costado del muchacho y dejando el pomo y los preservativos a un costado.

-No -susurró con una pequeña sonrisa-, pero si no era con vos estaba dispuesto a acostarme con cualquiera esta noche -aseguró malicioso.

-Mentiroso...

-Callate -conminó con dulzura-, estás dando muchas vueltas, puede ser que termine por arrepentirme.

-Ni se te ocurra.

Joshua atrapó sus labios buscando marcar su territorio. Una de sus manos buscó la ropa interior y con una urgente necesidad de sentir la piel que ésta ocultaba la quitó con rapidez, incluso con violencia, dejando al muchacho completamente descubierto. El deseo lo embargó y creyéndose incapaz de aguardar por más tiempo tomó la excitada virilidad de Elías entre sus dedos y con un movimiento dulce y desesperado le otorgó placer.

-Joshua... -Entre gemidos el muchacho apenas podía articular palabra y acompañando la caricia torturante del empresario comenzó a mover sus caderas intentando seguir aquel enloquecedor ritmo-. Joshua -gimió mordiéndole los labios y hundiendo su lengua entre ellos.

Con desesperación alcanzo la última prenda que cubría el cuerpo del empresario y en un movimiento firme y certero la apartó. Joshua se incorporó con rapidez para finalmente quedar en igual condición que su amante.

No se creyó capaz de soportar por más tiempo. Meses, días, horas, aguardando ese momento. El deseo y la excitación sucumbieron a la desesperación y la necesidad de consumar al fin sus largas fantasías le impidió pensar con claridad.

-Elías... -gimió aumentando el ritmo de sus caricias y arrancando un cañaveral de gemidos y jadeos del muchacho.

Un leve temor ante lo nuevo, ante una experiencia nunca antes vivida invadió su corazón... Mas esta vez deseó hacerle caso a sus instintos, a ese fuego infinito que ardía dentro de él y aun siendo preso de la inseguridad decidió demostrarle a Joshua cuanto lo quería.

-Por favor Joshua -suplicó saboreando los labios del empresario.

Encandilado y obnubilado por el deseo, Joshua repartió sin avaricia besos y lametones por el rostro y el cuello del muchacho hasta alcanzar las tetillas para apoderarse de ellas hasta dejarlas sensibles. Elías excitado hasta lo impensado separó apenas sus piernas ofreciéndole una generosa invitación.

El empresario armó una cadena de húmedos y sugerentes besos dirigiéndose hasta la intimidad del muchacho pero sin llegar hasta allí.

-Joshua... -rogó desesperado al comprobar que el empresario no tenía la menor intención de continuar.

Perdido en esa mirada ambarina, Joshua alcanzó el lubricante para luego esparcir una abundante cantidad entre sus dedos.

-Es tu última oportunidad de echarte para atrás -susurró con suavidad, acomodándose entre las piernas de su amante.

El deseo dominante en el aire selló una  muda respuesta y decidido Joshua se recostó sobre el cuerpo desnudo del muchacho. Nuevamente sus bocas se fundieron en una salvaje batalla transportándolos hasta otra realidad, alejándolos del mundo, quedando sólo ellos dos. Acariciándose, amándose, besándose con pasión fundiéndose en uno solo.

Pronto pudo discernir los dedos largos de Joshua colándose entre sus nalgas...

El primer dedo invadiéndolo con atrevida seguridad le provocó molestia. Al segundo se le sumó un leve dolor y el tercero arrancó un gemido lacerante que mezclaba una extraña combinación de placer y sufrimiento al sentir cómo Joshua tomaba nuevamente pene entre sus dedos y comenzaba a masturbarlo mientras su otra mano ensanchaba el estrecho camino. Su intimidad firmemente acariciada y su trasero invadido de aquella manera le arrancó un largo y doloroso gemido que llegó a los oídos de empresario como la más dulce de las melodías.

Presuroso quitó sus dedos recibiendo a cambio un jadeo de protesta.

-Joshua... -gimió urgido sintiéndose desfallecer.

-Acá estoy -susurró con dulzura y desesperado rompió con los dientes el envoltorio del preservativo para después deslizarlo por su inhiesto pene.

Se sobresaltó al sentir cómo el empresario lo tomaba de las caderas y lo elevaba lo suficiente para ponerlas a la altura de su miembro.

-Mirame -ordenó con dulce voz cargada de pasión y el muchacho así lo hizo sintiendo que el temor se había fugado por algún lugar dejando en cambio unas ansias enormes de ser poseído.

Perdido en ese mar profundo de ambarino color, Joshua se supo incapaz de contenerse. Lo había soñado durante tantas húmedas noches y aunque sabía lo doloroso que podía llegar a ser la primera vez, le fue imposible contener su deseo...

Se refrenó como pudo intentando ir lo más lento que su cuerpo se lo permitía. Apenas fue capaz cumplir con sus intenciones. Casi con desesperación, casi salvajismo, se hundió en Elías.

El cuerpo del muchacho se tensó. Con fuerza se mordió el labio para evitar que cualquier gemido de dolor se filtrara por ellos. Joshua se mantuvo quieto en silencio, esperando a que su amante se acostumbrara, reprimiendo su deseo, aguardando... Elías se aferró a las sábanas con fuerza y el empresario volvió a tomar su sexo entre los dedos regalándole una dulce caricia buscando que se olvidara del dolor.

-¿Sigo? -inquirió con suavidad.

Sus miradas se encontraron y Elías sólo atinó a asentir levemente con la cabeza.

La danza pronto dejó atrás el dolor convirtiéndose en la más erótica y placentera de las escenas. Elías permitió que Joshua impusiera su ritmo dejándose arrastrar por una senda enloquecedora que arrancó de sus labios los más ininteligibles balbuceos y jadeos. Los movimientos se hicieron cada vez más rápidos y el muchacho sintiéndose al borde del clímax se aferró al cuello del empresario y buscó sus labios. El orgasmo llegó como un latigazo que recorrió su columna vertebral y explotó en la mano del empresario y en su vientre. Joshua aceleró las embestidas y momentos después alcanzó también el momento culminante derramando su néctar ardiente en el interior del muchacho para luego caer exhausto sobre el cuerpo sudoroso de su amante.

Se quedaron así, abrazados por un largo tiempo. Recuperando el aire, entrelazados y sin tener deseos de separarse.

Satisfecho, Elías elevó cansado una de sus manos para acariciar con suavidad la espalda del empresario. Joshua se movió apenas y el muchacho lo retuvo con sus piernas para luego besar dulcemente sus labios.

-Gracias por haberme esperado, Joshua -musitó bajito.

El empresario no respondió, simplemente esbozó una sonrisa y hundiéndose en el hueco de su cuello depositó un suave beso sobre su pálida piel.

 

 

La luz de la luna se filtraba por la ventana y Joshua, sintiéndose incapaz de conciliar el sueño, admiró con ternura la figura recortada del muchacho a su lado. En penumbras, apenas era capaz de distinguir las facciones dormidas de su amante. Con suavidad acarició su rostro. Sonrió. Se había propuesto apartarlo de su vida, echarlo de su alma, pero Elías había borrado de un solo plumazo su intención.

-Joshua... -musitó Elías entre sueños.

El empresario sonrió y pasó una mano posesiva por su cintura.

-Acá estoy -susurró cerrando los ojos-, enamorado como un idiota de vos.

 

 

Continuará...

 

 

Notas finales:

 

Inevitablemente cuando subo esta clase de capítulos me siento insegura, y con este he sobrepasado el límite. Una escena tan esperada entre los protagonistas siempre provoca algo de pánico, pero bueno solo puedo decir esto: quería que sea algo rápido apasionado que demostrara en los protagonistas que ya no podían mas sin estar juntos XD. No se si lo he logrado, no sé si pude plasmar en palabras lo que sentían los personajes. Solamente los dejo a su disposición y opinión.

Voy a cometer una indiscreción, sé que esto no se debe hacer pero, por favor dejen reviews y díganme que le pareció, que el lemon es lo que mas me costo.

Aca  les dejo los comentarios que no salieron:

 

Laliviqui: Es que ya era hora de que se diera cuenta ¬¬ XD, ya se había demorado en descubrir sus sentimientos. Marco y Alejandro.....mmmmm no se XD.   Lorena y Gabriel XD, bueno no me quise meter mucho más que nada porque es una historia yaoi pero si me hubiera gustado XD, pero tengo miedo de que no guste mucho. XD bueno mi novela es rosa o multicolor como a vos te guste XD elije tu color favorito XD. Es cierto yo escribo una novela romántica, independientemente que sea una pareja hetero o gay. Puede ser que me pase de romántica ( o no) eso lo juzgan ustedes, pero lo que si se, es que no me gusta escribir tragedias, o dramones que te la pasas llorando. Me gusta el amor que se pueden inspirar entre dos seres sean hombre, mujeres o ambas, eso es lo que quiero contar: Y bueno, mi novela no es rosa... es multicolor XD jajajaj.

UN BESOO GRANDE, GRACIAS POR EL APOYO. Makino Tsukushi.

Aitza: MI novela es multicolor XD, gracias por tus palabras de apoyo, y si la realidad muchas veces supera y con creces la ficción Argentina tiene de todo igual que en diferentes partes del mundo somos un país lleno de inmigrantes y con una mezcla bastante rara XD. Con los nombre, últimamente se está dando mas libertad para eso, te digo que mi verdadero nombre es poco común. De hecho es bastante raro mi nombre, es por eso que me pareció tonta la crítica, como ya dije el país tiene muchos inmigrantes y ya de por si se van mezclando las costumbres y los nombres extranjeros no son raros hoy en día, es por eso que la critica por ese lado me pareció sin fundamentos. Elías por fin decidió aceptar lo que siente y ahora hay que ver que pasa de acá en adelante, a ver que hace para recuperar lo perdido, y reconquistar a Joshua, Marco solamente dijo lo que pensaba y nada mas ^^, el ve todo desde afuera .Ahhh Marco si es un poco cabeza dura y lo entiendo, a mi me paso cuando me toco, es que a veces te da tanto miedo lo que pueda suceder, Alejandro solo metió la pata un par de veces nomas XD.  Lorena y Gabriel son la parejita feliz del momento XD (al menos ellos XD)

Gracias como siempre por tu gran apoyo, muchos besos, Makino Tsukishi.

Queen: XD, bueno algo tenía que decir Marco XD. Buenoo, Joshuaa ya veremos si se le cumple o no sus deseos XD.  Se acerca el final y me da un poco de nostalgia T-T, me va a costar terminarla ya que ha significado mucho para mí, pero como me dijeron por ahí, déjala crecer y que te de satisfacciones ^^.  Marco, bueno capaz les dé una sorpresa ya veremos más adelante. No me gusta mucho cuando ponen todos gays y lesbianas, sería como una discriminación. En el mundo hay de todo, y bueno por eso quise ponerlo así, que se mostrara todos los colores XD. A mi también me hubiera gustado desarrollar más la historia, pero como no va con la pagina, me conforme con dejar pequeños toques de ella ^^.  Las criticas siempre nos sirven para reflexionar ^^, no voy a pretender que a todo el mundo le guste, en fin trato de hacer lo mejor que puedo ^^, gracias por tu comentario.

Besos linda y gracias a ustedes, por leer y comentar. Makino Tsukushi.

Grissina^^: muchas gracias por tomarte la molestia de dejarme un review en cada capítulo, me hizo muy feliz.

Falta todavía un poco para el final, no mucho pero faltan un par de capítulos, espero que les agrade lo que viene. Sin más espero sus comentarios,  muchas gracias por el enorme apoyo que me dan ^^, Makino Tsukushi.

PD: Gracias a Kuma por ayudarme con los argentinismos XD

Les dejo el link de un blog que abri con dibujos solo de hombres pasen y miren porfi ^^, que amo dibujar y me gustaria saber lo que piensan ^^.

http://fobosxdeimos.blogspot.com/


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