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S-Crew por Hotaru

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Notas del capitulo: Espero que les guste, muchas gracias por leer.

Presentación.

09: Break my what?

No sé qué tan falso sea lo que le conté a Seth hace tres semanas, pero esa es la versión más difundida y socialmente aceptada del por qué todos sabemos de la orientación sexual de Samuel.

En variadas ocasiones y por escasos segundos he deseado estar en el lugar de Kifer… pero sólo un poquito.
Quisiera probar qué tan liberador se siente estar fuera del armario y por qué a tantas personas les urge salir. A mí no, porque no quiero perder mi amistad con Demian por besarlo, violarlo, o declararle mi amor en estado etílico; me gustaría que él supiera, claro, pero al poner ambas situaciones en una balanza… prefiero el compartir un chocolate con Demian, como el que se derritió en mi bolsillo el primer día de clases gracias a la interferencia de Lauren, que no lo dejó en paz ni un sólo segundo. Y no es que la culpe… yo tampoco le quitaría las manos de encima si fuera mi novio, pero aún así la odio.

…l día del centro comercial quise disculparme con Seth una vez que se había ido Samuel, me hubiera disculpado con ambos pero Samuel se notaba indispuesto. La cara hasta se le volvió amarilla por un momento, como si quisiera vomitar o como si se fuera a desmayar en cualquier instante; supuse que pedir perdón sería inadecuado, él ya había tenido suficiente de mis estupideces.
Mi idea de hablar sin su consentimiento definitivamente estuvo muy mal, pero ya lo hice… y no será fácil que acepten una disculpa.

Seth no me prestó atención por cinco minutos, que fueron los que tardó en decidir que era mejor levantarse de la banca e irse. Sólo dijo: “Voy a buscarlo”, y desapareció del centro comercial. Me gustaría que Demian fuese así conmigo… o me gustaría ser Samuel pero que Seth se comportara más como Demian… a veces niño, a veces otras cosas, pero siempre él.

No sé si me he ganado nuevos enemigos, la situación ha sido demasiado confusa con mis propios pensamientos… si agregara los de los demás, seguro me volvería loco.
Obviamente no son los únicos ni los primeros en enojarse conmigo; pero ellos me importan… ¿por qué?... no sé, debe ser porque de alguna manera me identifico con ellos.

Con ellos sentí que de verdad podía ser yo mismo sin dar explicaciones de nada, me sentía cómodo. Las preguntas de Seth seguramente eran para llegar a conocerme mejor o algo así, pero no es que le importara un cuál, sino un qué. ¿Rojo o amarillo?... el que sea, el que me guste más, el que más me acomode. Me sentí bien por un rato, tan en confianza que incluso me disculpé con Samuel por algo que no fue mi culpa.

Cree que yo fui el de la idea de difundir la noticia sobre su sexualidad. Pero no, incluso eso es muy bajo para mí… todo fue idea de mi primo y se cubrió detrás de mí y mi fama de chismoso. ¿Qué tanto podría importarle si Samuel se enteraba que él fue el único que se esforzó por destruirle la vida?... un supuesto intento violación que no estoy certero de que haya sucedido no justifica el esconderse… Stuart es fuerte, es popular, tiene amigos fuertes y populares que tienen más amigos por ser populares; defensa le sobraba, pero le falta una excusa.

A fin de cuentas, Stuart no sabe nada de Samuel. Absolutamente nada. Nunca los vi hablar, por eso que el intento de violación quedara tan repentino y poco creíble para algunos… pero después de que Samuel golpeara a Stuart, todos se creyeron el cuento. Nos creímos el cuento, por así decirlo.

- - -


Dormí por mucho tiempo, muy a mi pesar. Mi padre se fue al instituto hace rato y me dejó encargado a mi madre para que me lleve cuando esté listo.

Llego a la cocina, aún en ropa interior, y noto a mi madre sentada a la mesa tomando algo de una taza, supongo que es café.

– Vaya, hasta que te dignas… – dice mi madre en tono severo. Es típico de ella levantarse de mal humor, aunque viéndola tan arreglada no sé qué tan recién despierta esté. Su cabello pelirrojo está tan radiante como siempre y sus ojos azules se ven en perfecto estado, al menos se ve consciente.
Ella es seis años menor que mi padre, se casaron cuando ella tenía dieciséis. No eran novios formales y ella era muy joven; le creyó sus promesas, se embarazó… mis abuelos convencieron a mi padre de casarse con ella por medio de amenazas. De no ser porque él pertenecía a una buena y adinerada familia, hubiera tenido yo un padre en la cárcel por abuso de menores. Qué peculiar historia de amor, como para contarla a los nietos junto a la chimenea…

– Ni creas, aún tengo que desayunar, ducharme, elegir un cambio de ropa, vestirme, arreglarme… – sonrío aún adormilado.
Bostezo y saco la leche del refrigerador. El día pinta como cualquier otro.

- - -


Vamos camino al instituto y ni siquiera me atrevo a cruzar palabra con ella. Parece maniaca, tiene los ojos bien abiertos y fijos en el pavimento. Se ve molesta, y eso que sólo voy unos minutos, quince, tarde. Bueno, mi tiempo me ha tomado el escoger las prendas del día. Una camisa tipo polo color verde bosque, unos pantalones deslavados color azul oscuro con tonos de caqui, y unas deportivas marrones con algunas partes en beige.

Me despido de mi madre con un movimiento de mano y ella me lanza un beso… nada qué ver ésa muestra de cariño con su “¡Apúrate, la camioneta está andando!” de hace rato.

Comparando el enojo que sintió mi madre momentos atrás, el que siento yo en éste instante es mucho mayor. Al parecer, nunca me sentaré junto a Demian en clase de historia; su noviecilla nunca me lo va a permitir. Scott está sentado junto a Stuart, no hablan mucho… desde hace semanas noto que Scott está como consternado, muy distraído, y a Stuart lo siento como molesto, ése tic tan peculiar de morderse las uñas cuando está furioso lo delata.

Las demás bancas alrededor de “mis amigos” están todas ocupadas, a diferencia de las que están junto a Seth y Samuel. Será por miedo que les causa el nuevo o por la repulsión que sienten los imbéciles hacia Samuel…
Me acerco a ellos, muy lentamente, por suerte el profesor aún no llega. Samuel evita prestarme atención cuando lo saludo alzando una mano; mientras que Seth me lanza una mirada tanto de advertencia como, según yo, de burla.
Decido sentarme en la banca frente a la de ellos, así al menos evitaré la vergüenza de verlos por mucho tiempo sin que ellos me presten atención.

- - -


Durante el receso voy a la cafetería, donde no noto la presencia de cierto ser.
– Hola, al menos te dignas a pasarte por aquí… hoy no dijiste “hola”. – saluda Demian con un tono digamos… molesto, al menos me molesta a mí. Pero es algo bueno, supongo… me notó, notó que no lo saludé, debe ser porque me extraña.

Sonrío con timidez. Fingida, por supuesto, porque en realidad estoy feliz por mis pensamientos.
– No era mi intención… sólo que no había lugares dónde sentarme. – aclaro, o más bien, me excuso. Pero no es del todo una excusa, pues en realidad prefiero mil veces sentarme junto a él que junto a un espacio vacío… el aire es amable, pero no me sirve para nada… en fin, al menos el aire no hace comentarios homofóbicos.

Recibo unas palmadas en la espalda y una tierna sonrisa por parte de Demian, quien inexplicablemente no trae consigo a ninguna de sus dos estampas en éste momento. Me refiero, por supuesto, a Lauren y Stuart.
– ¿Te puedes sentar junto a mí en clase de filosofía?... ya no aguanto a Lauren, se ríe de cualquier cosa y es una criticona. – ofrece con voz muy calmada.
Sonrío y asiento enérgicamente, casi delatándome… pero él es muy despistado, así que no importa mucho. Aunque tengo una duda… ¿se molestó con Stuart?, por que estoy seguro que yo no sería su primera opción para remplazar a su compañera de mesa.

– ¿Quieres un chocolate? – pregunta Demian.
Me niego de inmediato alegando que desayuné en casa. No se habla más del asunto.
Y es que, la verdad, no quiero hacerme ilusiones tan fuertes como las que implica compartir un chocolate con un muchacho.

- - -


Estamos los seis a la mesa pero parece como si cada quien estuviera en una diferente.
Scott ni siquiera alza la mirada, se ve muy desanimado; Sabine lo mira de vez en cuando, angustiada, se podría decir. Stuart casi no habla, sólo de vez en cuando para bromear con Demian, claro, siempre y cuando él no esté ocupado siendo comido a besos por su desesperante novia. Y yo… bueno, yo estoy analizando las acciones de cada uno de mis compañeros y contando los minutos para compartir mesa con Demian. Sé que no es un picnic ni una salida al cine, pero es lo que se puede.

- - -


Talvez por la espera es que el descanso me pareció eterno, o talvez fue por el silencio que había en la mesa… pero en fin, el descanso terminó y las cosas malas tengo que dejarlas ir.

Cuando vamos por los pasillos me quedo atrás, como acostumbro hacer si es que Sabine y Scott no me ganaban en quedarse quietos unos segundos para poder platicar sin nosotros presentes. Hoy no me han quitado la oportunidad de ir solo por un rato. Scott incluso camina más a prisa que el resto.

Lauren toma de la mano a Demian… él no la suelta. Desvío la mirada, queriendo evitar el verles… mi corazón se hace chiquito, al menos yo siento cómo se encoge, se aprieta, y se seca. Pero no puedo hacer nada contra eso, y además lo tendré en clase de filosofía para mí solito… ella no podrá hacer nada… espero.

De pronto soy tomado por un brazo y arrastrado hasta la puerta de la cafetería.
– Necesito hablar contigo. – es Seth, y está molesto.

Consigo zafarme antes de que me arranque el codo. No resulta ser una buena idea, pues como venganza me empuja contra la puerta de cristal de la cafetería que por suerte no se rompe con cualquier cosa.

– ¿Qué te pasa? – es desesperante que me trate como un muñeco para golpear.

Sonríe con ironía, como si trata de decirme “Por favor, ya lo sabes…”
– Quiero que me ayudes, por supuesto. – me coge del cuello de la camiseta pero consigo soltarme de inmediato… comienza a hartarme. Ríe un poco, como un psicópata. – Está bien, no te toco… – ríe un poco más y se lleva las manos a los bolsillos. – ¿De casualidad, un chismoso como tú, sabrá quienes eran los amigos de Samuel antes de que su vida se convirtiera en un circo? – su petición me sorprende… ¿a qué quiere jugar?

Se queda quieto por un rato y alza una ceja segundos antes de volver a hablar.
– Puedo esperar toda la clase de filosofía… Sam se puede cuidar solito por una clase, pero… ¿tú puedes?... además, el hijo del director no debe faltar a clases. – los regaños de mi padre en realidad no son lo más importante, el punto es que perderé la oportunidad de sentarme con Demian. Tengo mis prioridades.

– ¿Para qué quieres saber?... pregúntale a él.

– No es tu asunto. Me vas a decir su nombre, su apellido, y me los vas a describir; yo me encargo de buscarlos. Si aún quieres ser mi amigo, lo harás. –… nunca nadie me pidió algo así, y no me refiero a un favor, pero jamás me ofrecieron la posibilidad de ser su amigo después de eso. Obviamente la promesa no se cumplirá… me quiere manipular nada más.

Quisiera poder oponerme, pero mi personalidad, o fama, puede más que yo… así que comienzo a hablar mientras caminamos por el patio del instituto.

– Danna Grace, va con nosotros, es bajita… delgada, de piel blanca, cabello castaño, ojos marrones oscuros. – creo que eso define a más de la mitad de las personas en el continente. – Es… bueno, como un ratón de biblioteca; no sabe hacer otra cosa mas que estudiar… siempre está tomando notas de algo y en los descansos lee libros. – eso no es raro, el raro es el tipo que se pone a leer la Biblia durante los recesos. – Al menos lee libros desde que todos nos enteramos de lo de Samuel, que fue como dos semanas antes de salir, no sé. Siempre se veía contenta con Samuel, parecían muy cercanos… – me quedo callado esperando algún tipo de respuesta… lo que sea estaría bien. Pero no, Seth no dice nada.

– Riley Collins, va en el curso de Sabine, no creo que lo hayas visto… es alto, de piel bronceada, tiene los ojos un poquito rasgados, azules… su cabello es castaño oscuro y se peina casi como Samuel, no, espera… él se lo peina un poquito hacia un lado. Desde que ya no se reúne con Samuel y Danna, se pasa el tiempo con una chica por ahí, creo que se llama Leslie Stevens. Nunca me agradó la forma en que él veía a Samuel desde lejos, yo diría que es peligroso y que se apartó de él porque es homofóbico, no sé… puede ser que lo miraba normal pero por la forma de sus ojos no podría decirte. Samuel no tenía más amigos que ellos dos. – suspiro.
¿Qué estará haciendo Demian?... ¿estará molesto conmigo?

– Vaya, ése tal Riley suena a que es lindo… ¿lo es? – pregunta Seth. Mi sentido arácnido está reaccionando.

– No sé, a mí no me lo parece… es un chico. – de pronto siento la necesidad de ocultarme ante Seth, aunque en un principio le tuviera algo así como confianza.

– ¿Y?, vamos… no me dirás que no sabes apreciar la belleza masculina. No seas como los demás, decir que alguien es guapo no te hace homosexual… sólo decir que sí te lo tirarías me haría pensar eso. – dice en tono burlón, como si intentara sacarme algún tipo de información personal.

– Pues, talvez… talvez lo sea, no es mi tipo. – tuerzo los labios y me quedo en silencio por un momento. – Quise decir… no es lo que yo llamaría arte, ni es la descripción de belleza masculina. – me apresuro a corregirme en cuanto caigo en cuenta de lo que he dicho.

– ¿Qué te parece mejor?, ¿alguien como Stuart… o como Scott?, ya sé… ¿Demian?; esos sí que son machos, ¿no crees?, sobre todo Stuart. – afirma con un tono macabro que estremecería a cualquiera de los tres. No me parece adecuado responder a su pregunta, más que nada por miedo y porque Seth parece hacer todo con otras intenciones.

Se sienta en una jardinera y yo hago lo mismo. Está fría.
Seth concentra su mirada en otra dirección, evitándome. Seguramente sigue molesto, eso o está aburrido.

– ¿Me dejarán disculparme algún día? – ya han pasado tres semanas, o más, y ni siquiera me han hecho un reclamo. Se nota que no les preocupa lo que pase entre nosotros.

– Sabes, a mí no me tienes por qué pedir perdón… ni a Samuel. Dudo que lo acepte, tanto él como yo ya decidimos que no eres una persona apropiada para compartir con nosotros… bueno, con nadie. Eres muy raro. – Me voltea a ver y sonríe de manera inocente – ¿Habías pensado alguna vez en lo difícil que tiene la vida Samuel? – quiero comentar, pero él alza el volumen de su voz para evitar que la mía se escuche. – No, ni tú, ni tus amigos… ni nadie. Quiero que te alejes de él, ¿me escuchas?... Tú puedes desaparecer de su vida y ya, no pasa nada, pero en cuanto a los otros… en fin, que tengas un bonito día. – Se levanta de la jardinera y me mira desde lo alto, una vez más me dirige su media sonrisa altanera. – Por cierto, pedazo de animal, el profesor de filosofía faltó… yo no perdería una hora clase para hablar contigo.

Cuando falta un profesor nos dan la clase libre siempre y cuando permanezcamos dentro del aula. Camino a prisa tras de Seth, manteniendo algunos pies de distancia entre nosotros como método de precaución.

- - -


Demian está sentado junto a Stuart. Están hablando. Ya sé que no están molestos el uno con el otro, o al menos no más si es que antes lo estaban.
Lauren está con una de sus amigas, no estoy seguro de quién sea, sólo sé que es rubia y no es de mi interés. Scott no está en el aula… seguramente aprovecha la hora libre para hablar con Sabine, ella no le teme a saltarse clases.

Seth se sienta junto a Samuel y me dedica una mirada despectiva. Ya no tengo dónde sentarme, qué patético soy…
Repentinamente, Seth se levanta y camina hacia mí… después dobla a la derecha para sentarse junto con Danna Grace. Intenta hacerle plática, parece ser una conversación amena, incluso sonríen… no sé, parece que Seth les tiene un respeto especial a las mujeres. Pero bien puede ser que sólo intenta hacerla caer en sus redes.

Pobrecilla, ella nunca se mete con nadie y aún así la molestan. Es bonita e inteligente, cualidades poco vistas en armonía… y no es que crea que todas las listas son feas, sino que las bonitas suelen preocuparse poco por el estudio y más por la moda o los novios, no como ella.
Siempre, siempre se meten con ella. Al menos desde secundaria. No es como si fuera un bicho raro, en realidad es como cualquier otra persona. Le hacen de todo; desde zancadilla, hasta inventar que es lesbiana… ése rumor lo corrió Demian el año pasado… tan lindo él.

– Eh, creí que no venías. – escucho a mis espaldas. Siento unas manos sobre mi cuello… luego unos dedos que hacen presión a los lados. Es Demian.

– Fui al baño, nada más. – no hago un esfuerzo por soltarme, espero a que él lo haga… se siente tan bien cuando toca mi piel.

Pero no me suelta. Me jala por el cuello de manera gentil y sólo me libera cuando se sienta en una banca cercana donde coincidentemente hay espacio para dos personas.
Me siento junto a él y entonces Demian comienza a reír.

– ¿Qué? – pregunto, cohibido. Incluso me levanto para revisar si me senté sobre algo.

Me coge del cuello otra vez y me hace una especie de masaje. Aún sonríe.
– Ya casi no vas a verme a los entrenamientos. Digo, ya casi no visitas al equipo. Ayer te inventaste que ibas por unas cosas al coche de tu papá pero… no volviste.

– No creí que importara. – lo tomo del antebrazo y lo obligo a dejarme en paz. Demasiado homoerotismo para un salón de clases como el mío… todos, incluido mi primo, pueden vernos, y eso no está bien para mí.

– Pues ya ves que sí… – sonríe y se levanta de la silla. Busca algo en el bolsillo de su pantalón. Es una barra de chocolate blanco. La arroja sobre la mesa y deja salir un suspiro. – Comételo con quien quieras. – dice con un tono relajado antes de ir a sentarse con Stuart.

Me hace entender que se siente molesto, defraudado… pero obviamente no lo está más que yo. Sólo tengo una duda… ¿estuvo coqueteando conmigo?... será mejor que me convenza que sólo fue mi subconsciente jugándome una pala pasada.

Scott llega al salón de clases, se nota más calmado pero aún así se sienta solo… aunque Lauren lo acompaña casi de inmediato. Le hace plática y él accede, incluso sonríe. Qué traicionero, coquetear con la novia de un amigo suyo… los populares, mientras más guapas, mejor.

- - -


En biología me siento frente a Seth y Samuel una vez más. Seth ya tuvo suficiente de conversar con Danna. Fue una verdadera pena ver a Samuel por su cuenta durante toda la no-clase de filosofía… aunque debo admitir que se veía un poquito gracioso con los brazos cruzados, parecía un bebé molesto. ¿Estoy comparando a Samuel con un bebé?... debe ser el chocolate lo que me causa tanta alucinación; al final terminé comiéndolo solo… ¿quién querría compartirlo conmigo, además?

- - -


No ha sido un día normal… primero Seth, luego Demian. No sé por qué insisto en descubrir más cosas extrañas.
Es la hora de la comida, y creo que podría resolver algunas dudas con ayuda del director.

– Me ha caído bien el nuevo… – comento a mi padre, intentando sacarle cualquier clase de información. Como creí que haría, despega su atención del plato y ahora es toda mía.

Lo miro a los ojos. Me parezco más a él que a mi madre… bueno, realmente no sé. Mi cabello parece ser una mezcla del de ambos, él es castaño, mientras que el mío es como marrón almendrado… los ojos los he sacado de mi abuelo paterno, ambos de mis padres tienen los ojos azules. Aunque sí, en cuanto a la forma de la cara, nadie se atrevería a discutir que soy su hijo.

– No sabes lo que dices… tiene un historial demasiado… largo. – replica él, después de tragar el trozo de carne que estaba masticando.

– Y bueno, no es como si la fama presidiera a una persona… – continúo haciendo presión. Tengo qué saber de qué es capaz Seth. Creo que quiero salvar a Demian y a Danna de las consecuencias de ser malos con Sam… los demás no me importan mucho.

– Tú dime qué tanto… por ejemplo, a la directora de su anterior colegio… le rompió la nariz. – dice en voz baja mi padre y luego sonríe satisfecho como diciendo “Tengo razón”, aunque podría ser que le dé gusto que golpeen a otros directores.

– Ha de haber sido un accidente, ¿la hizo tropezar? – pregunta mi madre con ingenuidad.

– No, querida… de hecho, primero le escupió al rostro… y entonces, sí, le rompió la nariz de un puñetazo.

Bien. Mis dos enemigos en potencia son capaces de tirar puñetazos muy pesados, uno de ellos no le teme a la autoridad y mi teoría del respeto a las mujeres ha sido probada como falsa.
¿Un imbécil como yo puede salvarse de eso?...
Notas finales: Y bueno, ahí está el capítulo, antes que mis palabras, van las imágenes de los personajes nuevos que aparecieron en la historia. Exceptuando a Riley, porque él no apareció, sólo fue mencionado.

La madre de Spencer, Agatha Burns.
Bernard Burns.
Danna Grace.

Muchas gracias por leer.

Les deseo un bonito año nuevo.


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