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La Flor Màs Linda De Toda Konoha por Nessa Yaoi

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Capitulo  II -  Visitas Inesperadas.

 

      Dos días después todos los preparativos estaban listos para el cambio de residencia  de la recién formada pareja,  claro que la mudanza fue realizada al abrigo de la noche como si fueran dos ladrones tras un gran y fructífero robo, un escuadrón anbu fue repartido en las zonas adyacentes a la casa, pero sin interferir en lo que podrían ser  los lugares de paseo de los residentes de dicha residencia, cuyas identidades eran totalmente desconocidas por los  vigilantes enmascarados.

- La habitación principal esta en el segundo piso - dijo el rubio al entrar a la casa.

- ¿Has estado aquí antes?

- ¿Y tú lo preguntas? Creí que sabias todo lo que hacia y a donde iba - subiendo la escalera a la segunda planta.

- En ocasiones pasaba algunos periodos dormitando para poder concentrar mi chakra por si llegabas a necesitarla, cachorro.

- Que considerado, aquí vamos - abriendo la puerta de la habitación - ¡Waaah! Es enorme - al ver lo ancho de la cama.

- Demasiado grande, tendré que trazar un mapa para poder encontrarte - dejando los bolsos  sobre la alfombra.

- Eso suena divertido, ¿No lo crees? Este debe ser el baño - acercándose a una puerta en una de las paredes laterales.

- ¿No lo sabes? Creí escuchar que ya habías estado aquí antes - abrazándolo por la espalda.

- No en plan de paseo turístico precisamente  - restregando su cuerpo con el del zorro.

- Mmm... puedo sentirte, cachorro - mordiendo la oreja del zorrito - Tu cuerpo esta ardiendo en deseo y con ansias de que te posea con locura desenfrenada, ¿No es así? ¿Mmmh...? Vamos... dilo, zorrito - chupando el delicioso cuello.

- Siiiii...  necesito que estés dentro de mí, te necesito... necesito el placer que eso me produce, mi zorro - poniendo su mano en la nuca de éste para incrementar la presión de los besos en su cuello - Pero antes... quisiera darme un baño - con su mano en el picaporte.

- ¿Hora de ponerte caprichoso? ¿Vas a dejarme así? Después de decirme esas frases tan excitantes... eres  perverso, cachorro - restregando con el bulto en su pantalón el trasero del zorrito.

- ¿Acaso bromeas? No he dicho que no quiero, solo estoy cambiando el lugar - abriendo la puerta del baño - ¡Por Kami! ¡Esto no es una bañera, es un estanque! Mira, hasta lo dejaron preparado para nosotros - jalando al zorro al interior del espacioso baño - Con tanta espuma parece un gran tazón de helado de vainilla con mucha crema encima ¡Yo quiero, quiero, quiero! Date prisa - empujando al zorro hasta el borde del estanque... o bañera, como ustedes prefieran.

- ¡Cuidado! Deja que me desvista primero al menos, cachorro - aguantando el equilibrio para no caer al agua.

- ¡Vamos, vamos, vamos! ¡Eres muy lento! Déjame a mí... - sacando las prendas del zorro con una velocidad asombrosa.

- ¿En que momento...? Cielos - al ver al rubio totalmente desnudo - "¿Somnoliento? Más bien diría que se ha vuelto demasiado hiperactivo, lo que significa que tendré que moverme tres veces más rápido"

- Guarda tus colas, ¿Si? No quiero que llenes de pelo mi helado de vainilla - saltando al agua como zorrito malcriado, después de empujar al anonadado Kiuubi, claro esta.

- Ven aquí, cacorro revoltoso - poniéndolo sobre su pecho y acariciando el aun plano vientre - Me haces muy feliz, ¿Sabes? tener un hijo contigo es... jamás imagine hacer realidad mi sueño - besando el cabello rubio.

- ¿Y crees que yo si? Tener de pareja a un ser sobrenatural y tener un hijo siendo un chico, no se encontraba en mis planes, créeme - jugando con la espuma.

- ¿Te arrepientes, cachorro? - pasando sus manos por los hombros.

- Ni en un millón de años - dándose la vuelta y besando al zorro - Oye, ¿Lo sientes? Mi cuerpo clama por ti - rodeando la cintura del Kiuubi con sus piernas.

- Entonces será atendido como desea,  lindo cachorro.

- Déjame hacerlo, mi cuerpo arde por dentro... te necesito ahora - tomando el pene del zorro y colocándolo en su entrada  penetrándose así mismo de una sola vez - C-Cada vez me gusta más y más... como si no pudiera apagar jamás este fuego en mi interior, Ahhh... siiiii... no quisiera detenerme nunca... Kiuubi... - encendiendo al máximo la pasión del zorro.

- Ohhh, cachorro... también deseo estar así siempre... Mmmm, dentro de ti... sintiéndote... sintiendo hasta el más mínimo de tus placeres y deseos, mi pequeño tesoro - devorando el agitado pecho del cachorrito.

- S-Solo tú p-puedes llevarme al cielo y la locura, Mmmm... ser amado con frenesí... jamás me dejes...  no me dejes, por favor - con los ojos rojos llenos de lagrimas de desesperación y angustia - N-No sabría que hacer sin ti, por favor...

- Nunca, nunca te dejare, hacerlo seria morir mi cachorro, Shhhh... tranquilo, mi amor, creo que el embarazo ha empezado a afectar tu parte sensible - abrazándolo a su pecho con ternura a pesar que estaban en medio del coito - ¿Quieres dejarlo hasta aquí? - pensando en el estado sentimental de su cachorrito de ojos azules... originalmente.

- No podría, lo necesito - comenzando a moverse de nuevo.

- También yo, amor - limpiando con su lengua las lagrimas del gitsune.

      Retomando el placer de la situación anterior, el zorro atraía con fuerza el cuerpo caliente hacia su pene para proporcionar el mayor placer posible a su cachorro y también para si mismo, haciendo el mismo truco con su roja esencia al igual que lo hiciera la primera vez que lo poseyó, incrementando las sensaciones de gozo hasta más allá de los limites, luego de que ambos se corrieran el cachorro apoyo su cabeza en el hombro del zorro y se quedo dormido.

- Cielos, doy gracias por mi energía, de ser humano... moriría en poco tiempo - secando con delicadeza el cuerpo del rubio, luego lo deposito en la cama y lo tapo con la manta al tiempo que depositaba un tierno beso en su frente  - Iré a preparar la comida, seguramente despertara con un hambre atroz - dirigiéndose a la cocina en la planta baja.

      Paso un mes en el que comer, dormir,  y hacer el amor cinco o seis veces al día formaban la rutina diaria en la nueva morada de los extraños amantes, sin contar los paseos diarios por el bosque dentro de los limites permitidos, el cachorro se mostraba cada vez mas activo a medida que su vientre crecía y su apetito sexual aumentaba, lo que le dejaba poco tiempo para descansar, la Hokage los visitaba una vez por semana para constatar como marchaba el embarazo de su querido Naruto para no toparse con ninguna sorpresa, luego de examinarlo y preguntarle al gitsune como se sentía, usualmente hablaba con el Kiuubi a solas para saber exactamente los verdaderos síntomas del cachorro, ya que éste siempre decía la misma frase para describir su estado,  "me siento de maravilla" era la única frase que salía de su boca.

- Te ves lindo además de muy sexi - decía el zorro acariciando el abultado vientre de su cachorro.

- Aja... ¿Cómo puedes decir eso?  Estoy deforme... más barriga, menos ropa, ya nada me sirve... voy a tener que andar desnudo por toda la casa, rayos - protestaba enrollado en una sabana, como único atuendo, al igual que un romano participe del senado.  

- No es mala idea, así no perdería tiempo desvistiéndote para hacerte el amor, ¿Hmmh? - sentado en el sillón de la salón con el cuerpo del rubio apoyado en su pecho.

- Que gracioso, ¿Pero sabes qué? Tienes toda la razón - volteando su cuerpo  sobre el Kiuubi - Mmmm... se me antoja un zorro caliente para el almuerzo - quitándose la sabana y restregando su cuerpo con el del mayor, o lo que el vientre le permitía al menos.

- Me gustaría verte así siempre - tocando el receptáculo donde su hijo crecía.

- ¿Embarazado o desnudo?

- Ambas, de por si las dos son bellas por separado, ahora que, juntas y en ti... son el doble de hermosas.

- ¿Pretendes mantenerme así toda la vida? Me veo como si me hubiera tragado una calabaza y aun no logro digerirla, creo que te castigare por eso, zorro - levantándose del cuerpo del Kiuubi y caminando de forma sensual por todo el salón - Te privare de todo esto por unos días, zorro mañoso - chupándose un dedo de forma sensualmente  sugestiva.

- Dudo que aguantes tanto, cachorro - mordiéndose el labio al observar  las muy sugerentes posturas eróticas del rubio - Eres maquiavélico, al menos alíviame esta dolorosa erección ¿Si? - rogando por el toque del gitsune.

- Ah-Ah... para algo tienes  manos - moviendo las caderas como el péndulo de un reloj.

- Que no se comparan con tu boca - levantándose para atraparlo.

- ¡Inténtalo si puedes! Jajajaja... - huyendo escaleras arriba hacia  la habitación.

- ¡No corras, cachorro! ¡Podrías lastimarte y también a nuestro hijo! - subiendo rápidamente tras el gitsune.

- ¡No creas que somos tan frágiles! Eres su padre después de todo - dijo desde la cama a donde había salado al no disponer de mas lugar para seguir corriendo.

- Lo admito, eres fuerte... pero tu cuerpo parece de azúcar - caminando hacia la gran cama.

- Quieto ahí, te dije que no iba a dejar que me tocaras... al menos por hoy - adoptando una sensual pose sobre los almohadones.

- Sabía que no resistirías por días como dijiste - poniendo su mano en su propio miembro al comenzar a sentir la molestia de la hinchazón.

- ¿Me estas retando? Haremos un juego, el que resista por más tiempo sin sexo... Mmmh... déjame ver... ¡No se me ocurre nada, maldición!

- ¿Qué te parece esto? El que gane le pondrá el nombre a nuestro hijo, ¿Estas de acuerdo? ¡Oh, rayos! Duele... duele mucho - metiendo la mano dentro del pantalón para acariciar su ansioso miembro - ¿Podríamos comenzar mañana? Esto urge como podrás notar.

- Date una ducha fría, eso siempre funciona.

- ¿Te olvidaste de que no soy humano? El agua fría no me ayudara, algo más... el dormir abrazado a ti no entra entre las prohibiciones del juego, ¿Esta claro?

- ¡Desde luego que si!  Eso seria demasiada tentación para mí, te quedaras de tu lado de la cama o dormirás en el piso - dijo con firmeza.

- Entonces... ¿Qué te parece si me masturbo delante de ti en éste instante, eh? ¿Crees poder resistir la visión? Estoy seguro de que no podrás, cachorro - abriendo el botón del pantalón y bajando el sierre.

- ¡Ahhh, de acuerdo! Dejare que me abraces al dormir, ¿Esta bien? Tramposo... - cubriéndose con la manta - Eso es jugar sucio.

- Al igual que tu desnudo paseo por el salón, cachorro - caminando con dirección al baño para aliviar al doliente.

      Mientras tanto en la aldea se efectuaba un desafortunado encuentro que traería problemas para la Hokage y su pequeño secreto, por decirlo de algún modo, lo que también seria problemático para el zorro y su amado cachorro.

- ¡Oe! Kakashi - llamo una voz muy familiar - ¿Cómo has estado? ¿Ya leíste mi último libro? Encantador, ¿No te parece? ¿Kakashi? - desconcertado ante la sorpresiva mirada del peligris.

- ¿Dónde esta Naruto? Creí que viajaba contigo, ¿O no? - mirando seriamente al anciano.

- ¿Por qué debería estar conmigo? Además... ¿Porque la pregunta? Acabo de regresar y como puedes ver... solo

- Hokage-sama, ¿Porque me mintió?

- ¿De que estas hablando, Kakashi? ¿Qué sucede con Naruto? Explícame... - pidió el maestro de los sapos sin comprender la actitud molesta del peligris.

- Es lo que voy a averiguar en éste mismo instante - tomando rumbo hacia la torre de la Hokage.

- ¡Oye, espera! También quiero saber lo que esta pasando aquí y que tiene que ver conmigo  - caminando detrás del peligris.

      Mientras tanto la rubia trabajaba en su despacho, o al menos lo intentaba, sin sospechar lo que se le venia encima, solo un golpe se escucho en la puerta antes de que las dos figuras aparecieran en el despacho sin esperar contestación o permiso para pasar adelante, el peligris se dirigió hasta el escritorio de la rubia hasta quedar pegado al borde del mismo.

- Tsunade-sama, ¿Dónde se encuentra Naruto? - pregunta clara y directa por parte del peligris.

- ¿Y tú que haces aquí? Se supone que no volverías hasta dentro de un par de meses, demonios - con la mirada encendida al dirigirse al viejo pervertido.

- Hokage-sama... - dijo el peligris demandando una explicación en su tono de voz habitual, pero con un toque de urgencia impresa en ella.

- Esta visto que no tengo alternativa, será mejor que se sienten... eso es difícil de explicar - dijo arrellanándose en su sillón.

      La líder de Konoha narro todo lo acontecido hasta la fecha  entre el Kiuubi y nuestro querido rubio, a medida que las palabras salían de su boca, menos coherencia tenían para los que escuchaban, Hatake Kakashi no era una persona que se sorprendiera fácilmente, y menos cuando se trataba del revoltoso gitsune y lo que se podría esperar de él, por otro lado, el anciano de cabello blanco agarro su barbilla tratando de imaginar como se vería el zorro legendario en su apariencia humana, algo totalmente frívolo si se piensa en el verdadero problema en el que estaban envueltos.

- ¿Y usted permitió eso? No lo puedo creer, simplemente no puedo... - tocando la vena de su interés personal por el cachorro.

- ¿Acaso puedo evitarlo, eh? Es el Kiuubi de quien estamos hablando, por todos los cielos...

- ¿Y como esta él? Naruto quiero decir - pregunto con ansia el peligris.

- Mmmh... embarazado, caprichoso, yo diría que hasta lindo... aunque algo diferente - descansando su cara en su mano.

- ¿E-Embarazado? - pregunto alarmado el ninja copia ya que la rubia no había incluido esa información en su relato de hacia unos minutos atrás.

- Como lo oyen, nuestro querido Naruto va ser padre, hasta decirlo suena a locura, totalmente irreal... pero es la pura verdad - sirviéndose un trago - ¿Gustan?

- Quiero verlo - demando muy seriamente el peligris.

- ¿Mmmh? ¿Y como para qué? ¿Alguna razón en especial? - recordando el comentario del zorro, el cual no había entendido hasta ahora.

- Quiero constatar todo lo que nos ha contado, además yo... ¿Puede decirme donde están? Conociéndola, debe andar cerca de su supervisión y vigilancia, ¿O me equivoco? - tan astuto como sexi.

- Lo que deseas o sientas... será mejor que lo olvides, Kakashi - comento  Jiraiya-sama.

- No comprendo a que viene ese comentario, Naruto sigue siendo mi alumno y me preocupo por él, es todo

- Bah... lo que digas, en todo caso, yo también quisiera verlo, Tsunade - secundando al peligris en su petición.

- No me dejaran en paz hasta que lo permita, ¿Verdad? Pero esto debe quedar entre nosotros tres nada más ¿Quedo claro?

- De todas maneras, ¿Quien creería algo así? Yo aun no lo creo, y mira que he visto cosas extrañas a lo largo de toda mi vida - alegó el peliblanco.

- Bien, de todas formas tengo que ir a visitarlo para su chequeo semanal, ¿Recuerdan la casa de la colina fuera de la aldea? Nos veremos allí al atardecer, otra cosa... procuren llegar  sin que el escuadrón anbu que cuida el perímetro los detecte, hasta entonces - dando señales de que podían retirarse.

      Salieron a la calle sin decir palabra tomando rumbos diferentes cada uno por su lado, el maestro de los sapos entro en el Ichiraku para reponer fuerzas pues ya hacia rato que había pasado la hora del almuerzo, por otro lado, las ansias del peligris por ver al gitsune se hacían cada vez más grandes y apremiantes.

- "No puedo esperar hasta el anochecer para ver esos ojos azules de nuevo... el Kiuubi, ¿Cómo es posible? ¿Por qué ahora? Siento que he perdido algo muy querido y valioso... ¿O no, Naruto?" - deslizándose sigilosamente por el bosque para evitar la vigilancia de los anbu hasta la casa de la pareja.

- Rayos, me muero de hambre, y lo peor es que tengo muchas ganas de... ¡Aguanta o perderás el juego, Naruto! ¡Kiuubi! ¿Dónde estas? Espero que en la cocina - poniéndose la camiseta negra que le queda arriba de su ombligo, y los pantalones naranja,  desabrochados por debajo del abultado vientre, lo que lo hacia lucir algo extraño, pero definitivamente tierno - Demonios, parezco un payaso - bajando las escalera.

- N-Naruto... - se escucho una voz en el salón.

- ¿K-Kakashi-sensei? ¡Kakashi-sensei! Me alegro mucho de verte - bajando aprisa los peldaños que faltaban para llegar al salón y abrazarse al peligris.

- Naruto estas... - guardando la palabra en su mente.

- Ummh... lo se,  no me veo como de costumbre, pero dada la circunstancia, pues... - acariciando con las manos su vientre.

- ¿Pero cómo?

- Por favor, no me hagas que te lo explique, ¿Si? - sentándose en el sillón con las mejillas sonrosadas.

- No me refiero a eso, se el como...  lo que quiero saber es el porque, Naruto - sentándose a su lado, muy cerca de él.

- ¿Del embarazo? Porque es el Kiuubi, supongo - mirando al peligris.

- Naruto, tus ojos... - viendo el rojo reemplazar el azul en la mirada del gitsune.

- Es parte de mi estado...  además de otras cosas - murmurando la última parte.

- Te obligo a...  ser suyo, ¿No es así? El Kiuubi tiene el poder para...

- ¡Claro que no! ¡No es cierto! Yo lo amo, Kakashi-sensei, aunque parezca extraño y suene a locura, lo amo con todo mi corazón... es la verdad - pidiendo comprensión en su roja mirada.

- ¡Es imposible! Debe tenerte bajo alguna especie de hechizo o algo así...  no puede ser otra cosa -  rodeándolo con sus brazos y atrayéndolo a su pecho.

- No es lo que piensas, Kakashi-sensei, en verdad, yo lo amo mucho - dejándose abrazar, después de todo, le tenia mucho cariño a su sensei.

- ¿Sabes? Te ves hermoso con esa barriga - acariciándole el cabello.

- ¿En serio? Yo creo que luzco igual que un globo antes de reventar.

- No estoy de acuerdo,  que vivas aquí con el Kiuubi es...

- ¿Hay algún problema con eso? Quita tus manos de él, Kakashi - dijo el zorro entrando en el salón proveniente de la cocina - ¿Qué haces aquí? Es de mala educación irrumpir en la casa de alguien sin ser invitado - mirando fieramente al peligris - Cachorro... - extendiendo su mano.

- ¿Se puede saber dónde estabas? Me sentí muy solito sin ti al despertar, baka - abrazándose al zorro, el descontento del peligris aumentaba al ver la actitud de Naruto para con el Kiuubi.

- Fui a buscar algo de pescado fresco para ti, mi cachorro - con voz firme  al nombrar a su posesión más preciada, algo de lo que no le quedara ninguna duda al ninja copia.

- ¿Qué le hiciste? No me creo para nada eso de que estés enamorado de él, es una locura, completamente irracional además de absurdo- parándose al frente de ellos.

- No,  lo absurdo es que sigas albergando la esperanza de que mi cachorro algún día será tuyo, Kakashi - arrastrando las palabras.

- ¿Eh? Te equivocas, Kiuubi, Kakashi-sensei no... - negado a creer que el ninja copia sentía amor por él.

- ¿Vas a negarlo, acaso? Se que te mueres por poseer su cuerpo al igual que su corazón, algo completamente inútil, ya que me pertenece desde que fui sellado en su interior - dando un paso adelante y poniendo al cachorro tras él.

- Lo que dices, ciertamente podría ser verdad o no según como se piense,  en lo particular diré... no solo deseo poseerlo, si no que también lo amo, y por lo tanto me asegurare de que lo trates como se merece... lo digo en serio y por tu propio bien, Kiuubi - recalcando la amenaza en sus palabras.

- Kakashi-sensei... ¿Por qué...? ¿Por qué nunca me dijiste nada?

- En realidad no lo se,  Naruto, supongo que tuve miedo de que me odiaras, al enterarte, supongo - sonriéndole con cariño.

- Eso es estúpido, jamás podría odiarte...  aunque en ocasiones  me daban ganas de golpearte por ponerle más atención a Sasuke que a mí, como en aquel examen, por ejemplo - acercándose y pegando suavemente con su puño el hombro del peligris.

- De habértelo dicho... ¿Me hubieras aceptado, Naruto? Supongo que no - mirando al zorro.

- Mmmh, quien sabe, quizás... - sonriendo con picardía.

- ¡Fue suficiente, cachorro! No digas nada más - con la sangre hirviendo por los celos.

- ¿Qué pasa? ¿Temes que diga algo que pueda perjudicarte, Kiuubi? Entonces, quiere decir que no estas tan seguro de él como crees - provocando al zorro, nada sabio de su pare si me preguntan.

- ¡Sierra la boca! O yo te hare callar para siempre - con ganas de arrancarle la cabeza al ninja copia.

- ¡Ya basta ustedes dos! Si quieren pelear háganlo en otro lugar, rayos... - mirando de uno al otro - Tú... creo que te he demostrado suficientemente que te amo, solo tienes que mirar lo obvio - señalando su barriga - Si no haces a un lado esos estúpidos celos, no dejare que vuelvas a tocarme hasta que nuestro hijo se haga viejo, ¿Entendiste? Y tú... - dirigiéndose al peligris esta vez - Deja de provocar malos entendidos o te borrare de la lista de candidatos para padrino de mi hijo, ¿Te quedo claro? Maldición, parecen dos bebes - sentándose en el sillón y descansando sus  brazos sobre su vientre, los dos aludidos se miraron por un momento - Hagan algo constructivo y vayan a preparar la cena, estos dos zorritos se mueren de hambre - recostándose cuan largo era sobre el sillón.

- ¿Qué fue eso? Siempre ha tenido carácter fuerte, pero ahora... parece otra persona - dijo el peligris entrando con el zorro en la cocina

- ¿Lindo, verdad? Es una de las muchas facetas durante la gestación - poniéndose a limpiar el pescado que había traído del río.

- ¿Facetas? Te refieres a los síntomas del embarazo...

- ¿Deseas saberlos? Pásame ese cuchillo de ahí, ¿Quieres? Con cuidado - como queriéndole decir que estaría alerta en todo momento.

- Por supuesto - dándole vueltas hábilmente al instrumento cortante en su mano antes de ponerlo en las del zorro, queriendo decir también que no se descuidara, era como una batalla de indirectas entre ambos - Las facetas...

- Mal temperamento, como ya pudiste darte cuenta, cambios de humor que van desde lo terriblemente sensible y llorón a la más alocada forma de comportarse, Mmmm... el sexo, sus ganas sobrepasan lo que cualquier humano podría resistir, solo yo puedo satisfacer esa deliciosa necesidad de mi cachorro, Kakashi - cortando verduras, preparando arroz y moviéndose por la cocina como todo un experto.

- Supongo, ya que fuiste tú quien lo puso en esa situación tan conveniente para ti,  ¿No es así? tú te satisfaces y él es el que esta en problemas -

- No porque mi cachorro no lo quisiera,  esta muy feliz por ser madre,  como él dice,  así que te sugiero no interponerte entre los dos... perderías el tiempo, Kakashi.

- Eso no evitara que venga a verlo de vez en cuando, Kiuubi, aunque su amor no sea para mi,  seguiré cuidándolo sin importar lo que opines... no confió en ti,  hiciste mucho daño y mataste muchas personas en esta aldea,  mi maestro tuvo que sacrificar su vida para poder sellarte...  ¿Y ahora pretendes parecer un santo?  No apartare mis ojos de ti ni de él en ningún momento, tampoco dejare que lastimes a Naruto en ninguna forma, creo que fui lo suficientemente claro - mirándolo fijamente.

- Solo tienes que recordar que Naruto me pertenece, es mío ahora, es mi cachorro, ¿Eso quedo claro para ti? Por cierto... ¿Te importaría ir a la aldea a por helado de vainilla? Mi cachorro esta antojado con eso desde ayer, iría yo mismo...

- Solo di cuantos quieres - caminando hacia la puerta de la cocina.

- Lo que puedas cargar... ya me ocupare yo de lo que sobre - pensando en emplearlo en la seducción del cachorro, no por nada quería ganar el particular juego entre los dos y la rendición total del adversario - ¿Te quedaras a cenar? De seguro mi cachorro lo apreciara bastante - sonriendo a espaldas del peligris.

- No tienes que preguntarlo - saliendo de la cocina.

- No tenías que contestar, ya lo suponía...

 

Continuara...

Notas finales: Aqui va el segundo.

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