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El oráculo por karin_san

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Notas del capitulo: Aquí la segunda parte, ojala les guste XDD

Cáp. 2: la reliquia del reino

 

Tras siete años de alejamiento voluntario llegó el día en que debía volver inexorablemente. De mala gana leyó el mensaje de pocas líneas y monto a su caballo.

 

"Su majestad esta muy enfermo. Su compromiso ha sido arreglado. Es hora de que el heredero al trono regrese a su hogar. Dhoko"

 

Saga sonrió ante la ligereza con que Dhoko escribía líneas tan pesadas para su futuro. Harto de pelear en conquistas innecesarias había optado por retirarse a vivir en un pequeño pueblo en las orillas del imperio, pero ahora su deber con su pueblo lo obligaba a volver a ese mundo de tanta sangre y violencia. Quizás, sin embargo, ahora a sus 25 años podría hacer algo de todas formas, aunque claro... casarse no formaba parte de sus planes, ciertamente en el exilio había descubierto que no eran las mujeres justamente su debilidad.

 

Con un gran alboroto recibió el reino a su príncipe y futuro rey considerando el precario estado de salud del actual dignatario. Los festejos se extenderían hasta el anochecer momento en el cual Saga y su prometida saldrían a saludar al pueblo desde el balcón del castillo.

 

-Su padre esta inquieto señor, se pregunta si ya bajara a conocer a su futura esposa- tras la puerta con un tinte de regaño le hablo su maestro de artes de guerra

 

-Si Dhoko y dile que si me sigue fastidiando me iré de aquí antes que grite ¡Saga no seas insolente!- imitando a su padre hablo divertido el joven en lo que secaba su cabello azul

 

Poco después oyó los pasos del viejo general alejándose. Aburrido acabo de prender su majestuosa camisa y coloco su capa sobre sus hombros. Se miro al espejo con la mirada vacía, quizás si su hermano estuviera allí haría más ameno la recepción de su obligatorio destino, pero él no estaba, nadie estaba. Pese a que el espejo devolvía la imagen de un hombre de porte sublime y temperamento seguro, él estaba muy lejos de serlo. No se sentía feliz con lo que era, ciertamente su vida no era mas que un hueco vació que dolía, dolía hasta las entrañas de su alma tanta soledad.

 

Sin prisa tomo un camino alterno al gran salón real. Todo era profundamente silencioso excepto por un ligero sonido de agua que no estaba seguro de donde provenía. Intrigado siguió el camino hasta un inmenso cuarto de baño que no recordaba antes hubiera en ese lugar. El sonido del movimiento de agua era muy suave pero intermitente, en silencio aparto la cortina de seda que vedaba la entrada y lo vio. De inmediato sus esmeraldas fueron presas del encantamiento que proyectaba la belleza del menor que sentado al borde de la inmensa pileta en forma circular cargaba agua entre sus manos para luego dejarla caer lentamente una y otra vez. Asombrado Saga contemplo la bella figura de piel blanca como  nieve, como marfil, como crema. Obnubilado delineó con la mirada cada curva delicadamente trazada sobre esa perlada piel, fantaseo con su suavidad, deseó. Deseó lo que veía y lo que la empapada cabellera lila pegada a su cuerpo ocultaba. Sin notarlo se acerco hasta tenerlo al alcance de sus dedos, iba a acercarlos cuando el agua cayó estrepitosamente a la pileta desde la mano del menor.

 

-¿Acaso no sabe que esta prohibido acercarse al oráculo?- soltó a la vez que giraba su rostro y fijaba sus endurecida mirada en el extraño- ¿tu?- pronunció sorprendido al descubrir quien era el hombre y a la vez que fruncía el seño o mejor dicho sus puntos vitales

 

-Lo... lo siento- tartamudeó el mayor alterado aún por la imagen del lemuriano

 

-No imaginaba que eras tu- dijo flexionando sus piernas de pronto avergonzado por la situación en que se encontraban

 

Saga lo observo divertido mientras retiraba su capa para luego  rodear al menor con ella.

 

-No me toques- lo oyó murmurar suavemente a lo que el respondió dejando deslizar sus manos por la húmeda cabellera para luego rozar sus mejillas con sus manos enfundadas. El pelilila abrió sorprendido sus ojos ante el contacto de la tela para encontrarse de lleno con la mirada divertida del mayor que lo hizo enfadas-¡quiero que te vayas!- pronunció de pronto consiguiendo que el mayor apriete su boca con sus dedos

 

-A mi no me ordenas- advirtió con sensualidad acercando su boca a la que retenía entre sus manos- quizás sea buen momento para comprobar tus poderes- suspiró mientras hundía su boca lentamente en la del más joven

 

-¡Detente!- gritó empujando al mayor, tratando de correr pero cayendo agitado al suelo de inmediato

 

-¿Qué ocurre? Cálmate

 

-¡Vete!

 

-Viste algo cierto... ¿Qué viste?- reclamó el mayor alertado por el rostro de pánico que mostraba el lemuriano

 

-Nada... sólo vete...- le gritó tratando de ponerse de pie pero cayendo finalmente inconciente al suelo

 

-¡Mu!- gritaron a la espalda del peliazul a la vez que se sentía el sonido de la porcelana hacerse añicos

 

Shion dejo caer la cena del pelilila al llegar y verlo desvanecerse como tantas veces últimamente.

 

-¿Qué le hiciste?- interrogó Shion a Saga a la vez que llevaba sus enguantadas manos al pecho del menor- estas bien- suspiro poco después aliviado

 

-¿Hay que llamar a un medico o...

 

-No, ya despertara solo. ¿Por qué esta usted aquí?

 

-Yo solo

-No importa, debo llevarlo a su cuarto- lo interrumpió el peliverde acomodando con no disimulada molestia la capa del extraño sobre el cuerpo de Mu

 

-Déjeme hacerlo- se ofreció Saga sintiéndose culpable de algo que ni siquiera comprendía bien

 

-No es necesario- murmuró molesto el peliverde siendo ignorado por el príncipe que con delicadeza alzo al menor en sus brazos

 

Guiado por el huraño Shion subieron las largas escaleras de una de las torres del palacio hacía una amplia y cálida habitación pero de decorado muy austero y elemental, pues ciertamente los dos lemurianos no podían tener algo que llamar propio en ese lugar. Nada les pertenecía, ni siquiera sus vidas.

 

Shion hizo a un lado las sabanas para que Saga pudiera acomodar al pelilila ahí. Luego el peliverde lo cubrió con muchas mantas a la vez que retiraba sus guantes.

 

-Lo siento- murmuro tenuemente el protector del oráculo a la vez que llevaba su índice a la frente del menor que de inmediato se arqueo y entreabrió los labios para respirar desesperadamente a través de ellos

 

-Déjalo- le gritó Saga empujándolo furioso

 

-Tiene fiebre- masculló ignorando al peliazul a la vez que limpiaba su sangrante comisura

 

Ignorando la mirada incrédula de Saga, Shion con calma lleno de agua fresca una vasija y mojo un paño en ella. Luego se sentó en la cama y se la coloco en la frente.

 

-Lo siento- se disculpo el príncipe de pronto- solo lo tocaste para saber si tenía fiebre y yo...

 

-Usted debería estar abajo con los suyos, no se que hace aquí aun- le respondió con frialdad el lemuriano

 

-¿Por qué le afectó tanto?

 

-Lo tocaste

 

-Si pero... no pensé que pasara así... no recuerdo que cuando mi padre lo tocaba para que le leyera el futuro se pusiera así

 

-Hace mucho que no anda por estas tierras evidentemente... ya nada es tan fácil

 

-No comprendo

 

-¿Qué no comprende? ¿Qué su padre ha hecho un abuso excesivo de su capacidad? ¿Qué lo ha utilizado en un sin fin de guerras por sus poderes? Hasta dejarlo así... la gran reliquia de su reino, su mejor arma ahora es un joven casi sin vida... lo han exprimido hasta agotar toda su fuerza... su padre lo esta haciendo desaparecer y yo... yo no puedo hacer nada aunque  para mí él sea como un hijo- Shion cubrió su rostro con su cabello para que su enemigo no viera sus lagrimas de impotencia

 

Un denso silencio rondo la habitación antes de que un cuerno de alarma se oyera sonar. Sabiendo que era él a quien buscaban sin mediar palabra Saga abandono la habitación conmovido.

 

Notas finales:

Un nuevo primer encuentro. Grax por leer!!!
Besos!!!!!

Y aqui el link al art que ilustra esta escena, Thanks Aries no mu!!!

http://www.my-forum.org/3AF_Saga__Mu_387913/Saga_x_Mu__El_oraculo_01__TP_8072.html


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