Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Secretos de un alumno y un profesor… por Masterred

[Reviews - 136]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

0/0/0/0/0/0/0/0/0/0/0/0/0/0/0/0/0
“Los dos hombres caminaron a lo largo del pasillo de aquella lujosa casa. Conversaban animadamente, y detrás de ellos caminaba un jovencito de cabello castaño y lacio.
…ste iba erguido, con la frente en alto y cargaba un enorme libro bajo el brazo derecho.
Tenía puesta una levita muy al cuerpo, color marrón y una camisa con muchos volados en las mangas y el cuello. No participaba de la conversación, sin embargo, escuchaba atentamente:
_ Hiroki es todo un prodigio… _dijo uno de los hombres refiriéndose al joven_ Con 15 años ya les ha dado clases de literatura a más niños de los que puedes imaginar…
_ No lo dudo… _sonrió el otro hombre_ Me han hablado mucho de ti Hiroki… _le dijo al castaño, quien asintió pero no hizo ningún comentario al respecto. Ni siquiera sonrió.
_ Creo que deberías considerarlo, es muy estricto y será un buen profesor para Nowaki… _insistió el otro.
_ No lo sé… Nowaki ha logrado ahuyentar a todos los profesores que traigo… ¡No duran ni una semana! Y todos eran mayores que Hiroki, temo que Nowaki sea demasiado para el chico…
_ Ningún alumno es demasiado para mí… _intervino por fin el joven de pelo castaño. Lo afirmó con una certeza tal que dejó boquiabierto a su interlocutor.
_ Vaya, me gusta tu actitud Hiroki. Eres muy valiente pero debo advertírtelo, Nowaki es terrible y puede resultar un verdadero dolor de cabeza cuando se lo propone…
_ Si usted me lo permite seré su profesor. Lo disciplinaré como es debido…
El padre de Hiroki sonreía complacido. Era un hombre muy estricto y así había criado a su hijo: disciplinado y obstinado.
Si lograba obtener para Hiroki la recomendación de aquel hombre de la nobleza, su hijo sería aún más reconocido como profesor;
_ ¿Aún no está convencido…? _preguntó.
_ ¡Claro que sí…! _miró a Hiroki, sonriente_ Me han convencido, haremos esto: Hiroki puedes ser el profesor de Nowaki durante 1 mes. Si no sales corriendo, estarás contratado…
_ Eso no pasará… _afirmó solemnemente el joven profesor.
_ ¿Cuántos años tiene su hijo…? _preguntó el padre de Hiroki cuando reanudaron la marcha.
_ Nowaki no es hijo mío… _respondió el otro hombre_ Enviudé joven y me volví a casar con una mujer viuda también, pero que ya tenía un hijo de su esposo anterior. Ella me pidió que Nowaki llevara mi apellido; va a cumplir 11 años el mes próximo…
_ Es un poco joven para ser tan terrible como usted afirma…
_ Pero lo es… Ha estado así desde que su madre murió y la verdad ya no sé que hacer con él. Soy un hombre ocupado, cuanto más pronto encuentre un profesor que se ocupe de él más feliz estaré…
_ Comprendo. Tiene una casa muy hermosa Señor Kusama…
Los dos hombres y Hiroki siguieron avanzando y recorriendo la casa; sin percatarse del niño de ojos azules que los observaba desde atrás de un cortinado.
¿Con qué lo disciplinarían como es debido? Ya verían todos ellos… Sobre todo ese nuevo profesor que su padrastro había conseguido.
Saldría corriendo en medio de una semana seguramente, como todos los demás…
*-*-*-*-*-*-*-*
Hiroki pudo constatar con el tiempo que Nowaki era tal como lo había descrito su padrastro hacía unos días…
El niño era pequeño, flacucho y tenía el cabello oscuro. También tenía unos enormes ojos azules, muy bonitos de verdad...
“Es una lástima que sea tan desobediente y malo en literatura…” pensó Hiroki mientras entraba a la biblioteca, donde por lo general le daba sus clases a Nowaki.
Allí no sólo encontró a su alumno sino también a dos niños más. Una niñita pelirroja llamada Ahikawa y un niño rubio, Tsumori:
_ Son mis amigos… _explicó Nowaki_ Vinieron de visita…
_ Está bien, si quieren pueden quedarse cerca mientras te aprendes las lecciones… _Hiroki se sentó y abrió su libro. Una araña gigantesca le saltó al rostro_ ¡Haaa…!
El castaño dio un salto hasta el techo e intentó despegársela de la cara de un manotazo. La araña de juguete cayó sobre el piso mientras los tres niños se reían a coro.
Hiroki la recogió con una vena en la cabeza:
_ ¿De quién ha sido la idea…? _preguntó mirando a los tres niños que se quedaron repentinamente callados, asustados ante la mirada asesina del profesor_ ¿De quién es ésta araña…?
Ninguno de los tres niños contestó. Nowaki estaba muy satisfecho con su broma, había resultado muy divertido…
O eso pensó hasta que Hiroki abrió el cajón de su escritorio y sacó una tijera:
_ ¿No es de ninguno de los tres…? Si es así… _levantó la araña en el aire y la cortó en pedacitos con la tijera_ Adivina, adivinador… ¿En cuántos trozos corté la araña…?
Nowaki observó su nueva y costosa araña de juguete echa un montoncito sobre el escritorio:
_ No te salió tan bien la broma ¿eh, Nowaki? _le susurró el niño rubio.
El alumno y el profesor se miraron a los ojos. Nowaki comprendió que le costaría trabajo ahuyentar al profesor Kamijou y que éste estaba decidido a domarlo sea como fuere. Estaba decidido. Aquello era la guerra…

*-*-*-*-*-*
“…ste mocoso va aprender por las buenas o por las malas…” pensó Hiroki en su segunda semana como profesor de Nowaki.
El niño le había jugado toda clase de bromas desde que había llegado: desordenar sus libros, hacerle muecas cuando estaba de espaldas escribiendo en la pizarra, pegamento en su silla y una variedad impresionante de bichos de juguete. Esa mañana había encontrado una cucaracha de goma en la ensalada que estaba comiendo…
Lo peor del caso es que nunca podía culpárselo, Nowaki siempre se las arreglaba para que nunca quedaran evidencias en su contra y con poner ojitos tristes todo el mundo le creía.
Por eso todos los profesores no habían durado. Además nunca hacía su tarea y se quejaba continuamente de las lecciones. Era un pésimo alumno no importaba que le explicara mil veces las mismas cosas, que lo golpeara o que le arrojara lo que tuviese a mano cuando no prestaba atención...
“Ya Hiroki…” se repitió mentalmente “debes calmarte, un crío no te va a vencer… tú puedes con esto…”.
Estaba decidido a obtener la recomendación del señor Kusama, así sería más reconocido como profesor a pesar de lo joven que era. Podría darle clases hasta a jóvenes príncipes si se esmeraba… Además, tendría una paga muy buena cada mes…
Mientras pensaba en todo esto se dirigía hacia su habitación a descansar un poco. Cuando pasó delante de la cocina de la casa alcanzó a ver a Nowaki que se metía adentro.
“¡Otra vez ese mocoso está pensando en burlarse de mí!” pensó frunciendo el seño “lo dejé estudiando en la biblioteca hace un momento, debe haberse escapado por una ventana…”.
A paso decidido se acercó a la puerta pero una de las cocineras le salió al paso:
_ ¿Se le ofrece algo…? _preguntó mientras se secaba las manos con un trapo.
_ Busco a mi alumno, se está escondiendo en la cocina…
_ ¿Nowaki? No lo hemos visto en todo el día… No está aquí…
_ ¡Pero si acabo de verlo entrar! _protestó el castaño. De sobra sabía que las cocineras eran cómplices del niño; siempre las veía besando a Nowaki, pellizcándole las mejillas y obsequiándole pedazos de pastel y dulces cada vez que éste se aparecía en la cocina.
_ No le hemos visto, disculpe… _dijo firmemente la mujer.
_ ¿Puedo preguntarle por qué lo defiende de esa forma? Es solo un mocoso malcriado…
_ Nowaki es un buen niño, es usted quien no lo comprende… Tengo trabajos que hacer…
La cocinera le cerró la puerta en la cara sin darle más explicaciones.
Rojo de la ira, Hiroki se marchó a su habitación y cerró dando un portazo.
*-*-*-*-*-*
Semanas después, cuando sólo faltaba un día para que un mes se cumpliera, tanto alumno como profesor estaban empezando a agotarse…
Ninguno de los dos se daba por vencido, pero Nowaki ya estaba empezando a asustarse de lo mucho que había durado ése profesor;
_ No importa lo que haga… _le contó a sus amigos esa tarde mientras trepaba un árbol_ El sólo me da más tareas y las bromas se me están acabando…
_ Ese profesor está más loco que todos los otros juntos… _afirmó Tsumori desde el suelo_ Nunca te desharás de él no importa lo que intentes…
Akihawa estaba muy concentrada en su libro de cuentos de hadas, pero también aportó su opinión:
_ No has intentado pedirle disculpas y portarte bien todavía… _le recordó a Nowaki.
_ ¿Estás loca? _protestó Tsumori_ Nowaki nunca hará eso… Yo opino que le hagamos algo realmente… ¡Ya sé…!
Tsumori se trepó hasta la rama en la que Nowaki estaba sentado y se lo dijo en secreto;
_ ¡Es una broma estupenda! _festejó Nowaki.
_ Lo sé… _se enorgulleció el rubio_ Si eso no basta para hacerlo correr entonces nada lo hará…

*-*-*-*-*-*
La tarde siguiente, Hiroki salió al patio y contempló el hermoso jardín de la casa. Respiró el aire puro y fresco y escogió el árbol de siempre para sentarse.
Abrió su libro y se dispuso a leer tranquilamente, ignorando que sobre su cabeza se balanceaba un balde lleno de tinta azul…
Nowaki lo observaba desde atrás de un arbusto, oculto junto con Tsumori y Akikawa, quien no dejaba de repetirles a los otros dos que era mala idea la broma.
La mano de Nowaki sostenía una cuerda que en un extremo estaba anudada al balde, solo tenía que tirar y el contenido del balde le caería directamente en la cabeza a su profesor:
_ ¿Están listos…? _preguntó a sus amigos.
_ ¡Sí! ¡Hazlo! _lo animó el rubio.
_ ¡No quiero ver…! _la niñita se tapó la cara con las manos.
_ A la cuenta de tres… _dijo Nowaki_ Uno… Dos… ¡Tres! _jaló la cuerda.
El balde no se cayó.
_ ¿Y bien? ¿Qué ocurrió? _preguntó Tsumori.
Nowaki tiró de la cuerda varias veces más, sin resultados.
_ La cuerda se atoró en una rama… _dedujo.
_ ¿Y ahora…? _se preguntó el rubio.
_ Voy a ir a soltarla… _Nowaki se levantó del suelo_ Cuando te dé la señal, tira de la cuerda Tsumori…
El ojiazul salió de su escondite y se acercó de puntillas al árbol por la parte de atrás. Hiroki estaba tan concentrado en su libro que no lo vio.
Nowaki se trepó al árbol y desanudó la cuerda. Le dio la señal a Tsumori.
Nada…
El niño comprobó con nerviosismo que era el balde el que se había atascado entre dos ramas. Tragó saliva y se aferró a la rama en la que el balde se hallaba suspendido.
Valía la pena arriesgarse, pensó, o sino Hiroki sería su profesor definitivo…
Cuando estaba por alcanzarlo, la rama se quebró y Nowaki se fue al suelo:
_ ¡Haaa…!!! _gritó aterrizando en el regazo del profesor.
El balde por fin se desprendió y se cayó. Golpeó a Hiroki en la cabeza pero el contenido se derramó sobre la cabeza de Nowaki.
_ ¿¡Pero qué demonios…?! _Hiroki tardó en reaccionar de la sorpresa, hasta que vio su libro cubierto de tinta azul y se puso hecho una furia.
Se levantó de un salto, tirando a Nowaki en el suelo y tomó el libro. Lo hojeó rápidamente. Todas las páginas se habían manchado:
_ ¡Maldito mocoso!!! _gritó y le dio una bofetada_ ¡Arruinaste uno de mis mejores libros!! ¡Ahora verás!!!
Levantó a Nowaki del suelo, tomándolo con brusquedad de uno de los brazos y lo arrastró hasta la casa:
_ ¡Auch! ¡Pare, me lastima!!! _alcanzó a quejarse.
_ ¡Cállate!!! _abrió la puerta de la habitación del niño y entró. Lo arrojó sobre la cama_ ¡Vas a quedarte aquí mientras hablo con el Señor Kusama! ¡Estoy harto de ti y de tus juegos! ¡No sabes lo que te espera mocoso malcriado!
_ ¡Deje de llamarme de esa manera!! _le gritó Nowaki con la tinta chorreándole por la cara y las orejas_ ¡Para todos aquí es fácil decir que soy un malcriado y un desobediente! ¡Siempre mandando a profesores que se encarguen de mí porque a nadie le importo!!!
Nowaki se echó a llorar y las lágrimas se mezclaron con la tinta;
_ Extraño a mi mamá… _sollozó ocultando la cara en la almohada.
Hiroki se quedó de piedra al verlo llorar y estuvo un par de minutos parado allí como tonto, viendo llorar a Nowaki.
De repente toda su ira se desinflaba… ¿Qué era aquello…? ¿Desde cuándo lo conmovía que uno de sus alumnos llorara…?
Se sentía mal por Nowaki pero… debía ser estricto. No podía ablandarse ahora que por fin había visto a Nowaki jugarle una broma con sus propios ojos y podía acusarlo.
Salió de la habitación y cerró la puerta a sus espaldas.
Cuando llegó hasta donde estaba el señor Kusama, éste lo recibió muy feliz:
_ ¡Hiroki! _lo saludó_ Qué bueno verte, justo iba a buscarte para discutir sobre si te quedarás o no… ¡Has aguantado un mes entero! ¡Debes estar cansado de Nowaki!
_ Bueno, yo… _tartamudeó_ En realidad vine a decirle algo sobre el niño…
_ ¿De qué se trata? ¿Ha vuelto a hacer una travesura o algo? Si es así lo castigaré severamente…
_ Comprendo… Emmm…
“¿Por qué estoy dudando…?” se preguntó “¿Acaso siento pena por Nowaki…?”.
Miró por encima de su hombro, hacia la puerta y descubrió que Nowaki estaba parado allí observando la escena. Parecía un animalito asustado...
“Me ha seguido…” pensó.
_ ¿Y bien…? _se impacientó el otro hombre.
_ Quería decirle que Nowaki se ha portado muy bien conmigo… Es un excelente alumno… _mintió_ Estaré muy contento si me deja seguir siendo su profesor…
_ Vaya, vaya… _el señor Kusama se acarició el mentón_ Debo admitir que estoy sorprendido… _sonrió_ ¡Son muy buenas noticias! ¡Te aseguro que me has quitado un peso de encima Hiroki!
El señor Kusama se deshizo en halagos y le entregó a Hiroki su primera paga.
El joven profesor le agradeció y se retiró. Nowaki ya no estaba en la puerta cuando se marchó, había desaparecido…
“¿Por qué lo hice…?” pensó mientras caminaba hacia su habitación “¿por qué…?”
Nunca antes había actuado así.
Hiroki se sentó en el borde de su cama.
¿Por qué venía a hacerlo ahora? Y más con Nowaki que era un mocoso travieso que no hacía más que sacarlo de sus casillas… y tenía la certeza de que seguiría haciéndolo ahora que había quedado como su profesor definitivo…
En eso estaba pensando cuando alguien golpeó a su puerta:
_ Adelante… _dijo, ausente.
La puerta se abrió y Nowaki entró en la habitación. Aún tenía la cabeza y el rostro llenos de tinta:
_ Profesor… _el niño avanzó hacia él luego de cerrar la puerta.
_ Qué quieres…
Nowaki se quedó viéndolo, aun sin acercarse demasiado, desconfiando:
_ ¿Por qué no me delató…? _preguntó_ Creí que iba a pedir que me castigaran… ¿Por qué no lo hizo?
_ No lo sé… _admitió el castaño mirándose los pies_ Creo que pensé… que debería darte otra oportunidad…
Nowaki abrió grandes sus lindos ojos azules;
_ ¿De verdad fue por eso…? _pestañeó sorprendido, sin poder creer lo que estaba oyendo.
Hiroki frunció el seño y lo miró con expresión severa:
_ ¡Pues claro!, si fuera sólo por la paga no valdría la pena porque es pésima en comparación a todo lo que he tenido que soportar junto a ti este último mes… _gruñó.
Los ojitos de Nowaki se llenaron de lágrimas otra vez, y Hiroki lo notó;
_ Oh no! No empieces a llorar de nuevo por favor… _le rogó_ Sino tendré que…
El profesor se quedó mudo cuando Nowaki acortó la distancia entre ambos y se arrojó en sus brazos.
Lo abrazó con todas sus fuerzas, rodeándole el cuello con sus manos:
_ ¡Gracias! ¡Gracias, profesor! _exclamó ocultando su carita mojada entre los muchos volados de la camisa de Hiroki_ Le prometo que de ahora en adelante me portaré bien… Seré bueno…
Hiroki estaba tan sorprendido por la situación que no reparó en que su camisa se estaba manchando de azul oscuro y lágrimas. Acarició con una mano dudosa el cabello del niño, duro por la tinta seca:
_ Nunca antes un niño me había abrazado… _confesó en voz baja.
_ ¿Nunca…? _Nowaki levantó la cabeza y lo observó_ ¿Por qué…?
_ Supongo que todos mis alumnos me tienen miedo… _suspiró.
_ Pues yo ya no le temeré más, profesor… _prometió_ Si usted deja de ser tan gruñón y estricto…
_ ¡Yo no soy gruñón…! _comenzó a protestar pero Nowaki lo abrazó de nuevo, sin darle tiempo a decir más nada. Sonrió_ Eres un mocoso afortunado… Ven, vamos a lavarte esa cosa azul…

*-*-*-*-*-*
Minutos después…
Hiroki movió la toalla con energía sobre la cabeza de Nowaki. Cuando la retiró observó el cabello húmedo, pero sin rastros de tinta y suspiró aliviado:
_ Menos mal… _comenzó a secar el cabello con más calma_ Pensé que no saldría… O iba a tener que afeitarte la cabeza...
Nowaki sonrió ante lo cómica que se veía la idea de estar calvo. Hiroki se arrodilló frente a él;
_ ¿Extrañas mucho a tu madre, Nowaki…? _le preguntó.
El niño asintió mirándose los pies:
_ Pienso en ella todo el tiempo… _susurró.
El castaño le acarició una mejilla y procedió a quitarle la ropa manchada de tinta. Estaba en ello cuando reparó en las manos de Nowaki, y se quedó un rato viéndolas: eran manos grandotas para la edad del chico, y tenían dedos muy largos…
_ ¿Qué pasa? _se inquietó Nowaki.
_ Tienes unas manos estupendas para tocar el piano… _comentó_ ¿Te gustaría aprender…?
_ ¡Sí!

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).