Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

XX MD por Aphrodita

[Reviews - 49]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Tardé porque el fic laaargo que hice de esta pareja acaparó toda mi atención. Perdón, no volverá a suceder *Dita se auto flagela como Dobby por la falta*; de paso vale aclarar que "Confesiones de invierno" me ayudó a completar los veinte.

Ya saben: Están acomodados de acuerdo a su “nacimiento”, un MD no necesariamente tiene que ver con otro, no son cronológicos ni se intenta que tengan coherencia entre sí.
Uno:

Isshin volvió corriendo al cuarto:

—¡Tu hijo me vio, tu hijo me vio!

Ryuuken cerró sus ojos y se frotó la sien.

—Maldición —masculló—; te dije que te fueras por la ventana.


***

Dos:


—¿Y cuando pensabas decírmelo? —cuestionó de mal talante.
—Esteee… pues…
—¿Van en serio?
—Y… por ahora…
—¿Se piensan juntar?
—Es muy pronto aún para eso —sonrió nervioso.

El chico meditó un instante las probabilidades y consecuencias hasta que concluyó tajante:

—Me rehúso a compartir una habitación con Ishida Uryuu.

***

Tres:

Se sentía tan solo, más en ese día… su mano se movió sola, buscando con duda el bendito aparato.
Lo toqueteó, no muy seguro del número en cuestión hasta que del otro lado su inconfundible voz le atendió.

Cortó.

De manera abrupta y cobarde, pero a los pocos segundos fue su teléfono el que sonó.

—Ryuuukeeen —canturreó—identificador de llamaaadaaa —la risa fue maliciosa sin embargo enseguida el tonó burlón varió de manera abismal tornándose cálida—: Feliz cumpleaños, Ishida.

***

Cuatro:

Ryuuken observó de soslayo como encendía un cigarrillo. Uno, dos, tres segundos… No lo resistió más: entre sus dedos lo deshizo después de arrebatárselo.
Isshin lo miró con una sonrisa y se explicó:

—Me gusta fumar uno post coito —incrédulo de presenciar la primera escena de celos—. No estaba pensando en ella.

Más le valía, pensó el Quincy; respetaba su recuerdo ¡pero no en la cama!

***

Cinco:

—¿Y cuando pensabas decírmelo?
—Pues… —arqueó sus cejas—¿Nunca? —luego de darle una honda calada a su cigarrillo agregó—: ¿O acaso debería rendirte cuentas de mi vida sentimental?
—¿Van en serio?
—No.
—¿Se piensan juntar? —Ajustó los lentes apoyando el dedo en su puente.
—No.
—Ah… porque me rehúso a compartir un cuarto con Kurosaki Ichigo.

***

Seis:

Sí, sentía celos y envidia de la relación fraternal que su propio hijo tenía con Isshin, y quizás decirles esa tarde, muy molesto: “—¿Por qué mejor no se ponen a salir ustedes dos?” no había sido muy maduro de su parte ni la mejor manera de contárselo a Uryuu.

***

Siete:


—¡Gordo asqueroso!

Isshin se quedó a cuadritos con semejante acusación, pero no le dio tiempo a replicar ese insulto, el joven enseguida volvió a la carga:

—¡Enviarle una carta tan… obscena a Ishida! ¡¿No te da vergüenza, semejante viejo, querer hacerle esas cosas a un chico de mi edad?! ¡QUE ASCO!

Tardó unos segundos en comprender lo que el rostro de su progenitor trataba de decirle: que el destinatario era el padre, no el hijo.
Avergonzado y arrepentido de su arrebato, Ichigo pidió perdón.


***

Ocho:


No podía reprocharle nada, él había dejado embarazada a Masaki pese a la promesa que ambos se habían hecho… y sus caminos, ahora más que nunca, debían separarse.


***

Nueve:

Lo sostuvo entre sus brazos, sin dejar de pronunciar su nombre cual mantra, sin poder evitar experimentar la misma impotencia que sintió ante la muerte de ella.
Y así, entre sus brazos, el orgulloso Quincy exhaló un último suspiro.

Maldito Aizen, maldita guerra.

***

Diez:

Ichigo no tardaría en entrar al cuarto. Ryuuken observó desesperado por algo que lo rescatase, pero su orgullo no le permitía esconderse bajo la cama, aunque la idea, dada la situación, comenzaba a tentarlo.
Isshin encontró, igual de desesperado, una posible solución:

—¡Tengo ropa de Masaki!

El otro lo miró incrédulo de que siquiera hubiese tenido en consideración un segundo tan descabellada idea.

—Ha llegado la hora de que tu hijo lo sepa, Kurosaki.

Y en tal caso prefería esconderse bajo la cama.

***

Once:

Uryuu encontró la nota en la heladera: “Cuélgame la ropa que es oscuro” cual orden. Eso hizo, nada relevante sucedió hasta que una prenda le llamó poderosamente la atención.
Esa ropa interior era en exceso grande para el talle delgado de su padre; lo más preocupante es que no se trataba siquiera de una prenda femenina, ¿y por qué tenía bordado “Propiedad de Kurosaki” en la parte trasera?


***


Doce:

Ichigo levantó con sus dedos y profunda aversión el característico pelo blanco:

—¡Lo hicieron en mi cama! ¡Los voy a matar!

Al menos que tuviesen la decencia de cambiar las sábanas y lavar las pruebas del crimen cometido.


***

Trece:

Sus facciones eran tan perfectas… adornadas por ese cabello albino, haciendo tal contraste con el azul oceánico de sus luceros, que no podía más que quedarse obnubilado.
Iba a besarlo, sí…

—Kurosaki… ¿otra vez? —reprochó aletargado, sin abrir sus ojos—No me mires cuando duermo. Detesto que hagas eso.

***

Catorce:

—Bueno... he invitado a los Ishida a cenar por una razón —explicó con paciencia a sus hijos.

Ryuuken, sentado a su lado, tosió.

—¿Y de qué se trata? —se animó a indagar Ichigo notando la misma mirada de confusión, que seguro él también portaba, en Uryuu.

—Pues… hay una noticia —se dirigió al Quincy mayor—: ¿Quieres decirlo tú?
—No, Kurosaki, por favor… —le cedió, con suma amabilidad, la palabra.
—No Ishida, dilo tu, de verdad —le sonrió instándolo con cortesía.
—No, hazlo tú.
—Tú.
—¡Hazlo maldición, Kurosaki!

Y así sus hijos se enteraron de la novedad.


***

Quince:

La botella vacía, el cigarrillo consumido y la ausencia de él que, como todos, acababa alejándose.

Su esposa, su padre, su hijo…

Y por eso fue grande su sorpresa al verlo, minutos más tarde, parado aún en el dintel de la puerta, listo y con una sonrisa, dispuesto a secarle esas lágrimas que en vano intentaba ocultar.

***

Dieciséis:

Lo odiaba… con la misma intensidad con la que en antaño lo había amado.

***

Diecisiete:

—Hermano, quiero presentarte a mi prometido —la muchacha, nerviosa, plasmó una sonrisa.

¿Qué iba a imaginar Ryuuken que su futuro cuñado sería ese joven shinigami de barba incipiente que conoció en un bar de mala muerte?

Y con quien había pasado la noche más fogosa de sexo pernicioso y sodomita que en su vida había tenido.

***

Dieciocho:

—Que no, Ishida —el joven estiró la mano para alejar el cigarrillo del alcance de su amigo.
—Sólo te pido uno, no quiero una seca —se molestó—; además nadie te nombró mi padre, Kurosaki.
—Pero se te pegará el vicio. Tú no tienes control.
—¡Ja! —se bufó ofendido—¿Y tú sí? Eres una chimenea fumando, más vicioso que tú es imposible ser.
—Puedo dejarlo cuando quiera.
—Yo también, dame uno.
—Está bien —accedió, al fin de cuentas el otro ya era un adulto—; después no me eches la culpa a mi si se te pega el vicio.

***

Diecinueve:

Nunca creyó que él algún día sería su paciente pero aceptó el caso, no había nada malo en hacerlo, (supuso).
El decano lo observó con duda:

—¿Está seguro Ishida? Puede atenderlo otro profesional.

Ryuuken caviló unos segundos, para luego asentir.

—Sí… será mejor.

Así fue como se reconoció a sí mismo y asimiló que poseía un vínculo sentimental con él… por mucho que le pesase.

***

Veinte:

—¡¿Qué te pasa?!

Uryuu le increpó de tal forma que no pudo hacer nada más que mirarlo con sorpresa.

—A ti qué te pasa Ishida.

El otro le extendió, como respuesta, la carta recibida. Ichigo leyó minuciosamente para luego enrojecer.

—¡Yo no escribiría jamás estas obscenidades! —pero después de meditarlo se corrigió—: ¡A ti, por lo menos!
—¡Dice bien claro —apuntó con su dedo la misiva—“Ishida” en el destinatario. Firmado: Kurosaki!

Les tomó unos segundos caer en la cuenta.


Fin.
Notas finales: Bueno, esto es todo por ahora, espero que les haya gustado =). Volveré por estos pagos con veinte de Byakuya & Ichigo… ya tengo diez, así que calculo que será relativamente pronto.

Creo que en esta ocasión mi md favorito es el nueve, para el doce la idea me la dio Yageni xD, el diecisiete viene de un fic, en cuya historia (no slash) se plantea el parentesco de los tres. El dieciocho, debo confesar x´D, nació gracias a una situación con Yageni, en algunos momentos (pocas veces) tuve que morderla para que no fumase ni me pidiese cigarrillos ¡ja, ja, ja! Y además me causaba gracia pensar en que, muchos años después, vemos que Ishida fuma como un desquiciado y en cambio Isshin supo dejarlo. Y el que menos me gustó en esta tanda fue el diez (y otro que borré, si no serían veintiuno :P).

Gracias por leer.

9 de febrero de 2010
Merlo Sur, Buenos Aires, Argentina.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).