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XX MD por Aphrodita

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Notas del capitulo:

Que loco fue terminar estos MD en Iguazú, rodeada de artesanos, perros y un baño sucio jajajaja! En estado deplorable, claro, no sólo por el cansancio físico. En fin, ya saben: ningún MD se relaciona, necesariamente (aunque pueden nacer algunos a causa de otros) entre ellos —cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia xD—; están acomodados de acuerdo a como fueron naciendo.

Dedicado a Aguila Fanel (quien fue la primera en pedirme algo de esta pareja) y a todos los que me pidieron que haga algo con ellos dos.

 

Uno:

La forma grave en que pronunciaba su nombre y apellido le hacía vibrar de la misma manera que cuando lo rozaba por accidente.


***


Dos:

El sempiterno recuerdo de Hisana se desvanecía cuando lo tenía a él, entre sus brazos.


***


Tres:

Toda la arrogancia, entereza, nobleza y belleza encerrada en una persona… Ichigo recién comprendía porque Renji admiraba tanto a su capitán.


***


Cuatro:

—¿Sucede algo?

El shinigami sustituto mostró por primera vez un gesto amilanado en presencia de él; rictus que no pasó desapercibido.
Negó con su cabeza.

—Entonces deja de mirarme.
—No puedo evitarlo —sus mejillas pretendieron teñirse de un color rojizo. Elevó su dedo, señalando la cabeza del noble—; tienes el kenseikan torcido —dijo para disimular.


***


Cinco:

Era un chico prepotente y maleducado; el único que se atrevía a mirarlo de aquella forma, a tratarlo como a uno más, haciendo desaparecer esa barrera que todo noble impone con su presencia.
Y quizás por eso lo amaba tanto.



***


Seis:

—Tengo mucho trabajo, mañana tampoco puedo —ni lo miró, aunque creyó conveniente hacerlo—; déjame terminar al menos con esto, Kurosaki.
—Ok, Kuchiki-taichou… como usted desee.

El aludido abrió un poco más sus ojos, sosteniendo aún entre sus dedos el pincel:

—¿Qué sucede?

Ichigo, en respuesta, sólo lo miró con indiferencia.

—Nada —silenció brevemente—, Kuchiki-taichou.
—Estás enojado —remarcó.
—¿Por qué he de estarlo, Kuchiki-taichou?

El capitán elevó su dedo reparando en “eso”… Nunca lo llamaba así, que lo hiciese no sólo le resultaba extraño, le daba la pauta de que sí estaba agriado.


***


Siete:

…l era el único que podía faltarle el respeto. …l y sólo él.


***


Ocho:

—¿Te has dado cuenta, Renji? —consultó la shinigami.

El aludido afirmó con un sonido gutural sin dejar de ver el apresurado caminar del capitán y su semblante exaltado.

—Siempre que sabe que va a venir él, se pone así… —continuó ella en un susurro.

Abarai elevó sus hombros. Era un misterio para ambos.


***


Nueve:

Nunca creyó poder oírle decir tantas obscenidades a Byakuya, casi no parecía él. Y que “honor”, para Ichigo, que fuese su propio cuerpo el culpable de ello.


***


Diez:

Lo veía trabajar y no lo podía creer. No podía concebir que ese hombre tan recatado y orgulloso fuese el mismo que él conocía por las noches, en su cuarto.


***


Once:

Rukia estaba segura de lo que sus ojos presenciaron: Su nii-sama estaba besando a Ichigo. Lo miró, como si estuviese esperando una pronta explicación, aunque fuese innecesaria. No reparó en que Kurosaki seguía fuera de sí, desencajado.

—Rukia —pronunció el cabecilla de la familia con toda solemnidad. Esta esperó paciente pero Byakuya dio la media vuelta y se fue, con “la barbilla en alto”.


***


Doce:

Despertó en una cama que no era suya, en un cuarto que no le pertenecía; miró la prenda que rodeaba su cuerpo desnudo… La bufanda de la familia Kuchiki.
Llevó una mano a su cabeza, confundido.
Bendita ronda de sake.


***


Trece:

Ichigo entró por la ventana desatándose el obi.

—¿Dónde están? —investigó al mismo tiempo que su hakama cayó con estrépito al suelo.
—No te preocupes, Renji y Rukia no molestarán —lo ayudó a desvestirse quitándole el kurogi—; los ahogué en el estanque y los enterré en el jardín —explicó tan serio que Kurosaki se horrorizó deteniendo por completo la labor de desnudarse. —Es broma —se molestó por tener que aclararlo—: Los mandé a buscarme unos papeles al decimotercer escuadrón.

Abarai tenía razón: Byakuya tenía un sentido del humor muy peculiar.


***


Catorce:

Ahora, cada vez que lo escuchaba a Byakuya hablando de las propiedades de la banana no podía evitar enrojecer con violencia. Nada fue igual después de esa noche. Ya no miraba a la fruta de la misma manera.


***


Quince:

No era un niño ¿por qué Byakuya se empecinaba siempre, en ese último tiempo, en arreglarle el lazo del obi?
Un momento ¿Qué pasaba con Byakuya y esa actitud? Renji siempre tenía el nudo mal hecho, incluso Rukia cuando se arreglaba a las apuradas, pero él no se los acomodaba, se limitaba a ordenarles que cuidasen su vestimenta.
Ichigo no lo entendía.


***


Dieciséis:

Siempre, a la misma hora, todos los primeros sábados de cada mes escuchaba los mismos sonidos provenientes de la habitación de Byakuya. Al principio pensó que su hermano había enloquecido y hablaba solo, pasó tiempo hasta que un día vio una conocida cabellera anaranjada asomar por los pasillos.


***


Diecisiete:

Le recordaba tanto a Byakuya… La misma expresión circunspecta en el rostro, los mismos ojos, que parecían querer contar una historia, el mismo porte solemne y ese carácter tan arisco. No pudo evitar bautizarle “Kuchiki”.
Su padre no objetó nada (aunque le pareció extraño) cuando llegó esa tarde de lluvia con el perro callejero.


***

Dieciocho:

Le gustaba sentir su mano sobre la espalda, acariciándolo… lo hacía exactamente de la misma forma en la que lo hacía Hisana.
Y esa noche pensaba confesárselo.


***


Diecinueve:

Muchos años llorando su recuerdo, muchos años lamentándose por lo mismo; era hora de ponerle fin, de no darle más vueltas al asunto y encontrar una solución, el camino.
Eso le había dicho, con tanta sabiduría, el humano de tan sólo dieciséis años que descansaba sobre su pecho.


***

Veinte:

Zangetsu observó asombrado hacía arriba; del cielo caía una lluvia, pero ya no más de agua… eran pétalos de cerezo.


Fin
Notas finales:


Eso es todo, me reí mucho con el de “los maté y los enterré en el jardín”, creo que viene un poco de South Park y de una fanficker apodada Anhell de Saint Seiya.

El que menos me gustó (son varios) creo que el de la banana, no sé… en esta ocasión hubo muchos que no me convencieron.

Gracias por leer, espero que les haya gustado, los próximos serán Ichigo x Uryuu (ya lo tengo decidido, y voy uno ¡cuac!)


4 de marzo de 2010
Iguazú, Misiones, Argentina.


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