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MÁSCARAS por karin_san

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Notas del capitulo:

Hola!!!

Segundo capi, quiero terminarlo lo antes posible XD. Ya en el próximo todos estaran creciditos así que puedo entrar de lleno en la parte intensa del fic.

Notas:

Hamal: estrella más brillante de Aries.

"Que la voluntad sea más fuerte que tu instinto" pertenece a esa escena maravilloso en que Dhoko entrena a Shiryu. También a ella pertenece "Sé como una roca sobre la que las gotas se estrellen" También en el cap anterior había intercalado una frase que pertenece a Death "el poder es justicia"

 

 

 

Siempre creí firmemente que si la voluntad es fuerte nada es imposible, siempre creí que la fuerza inquebrantable de mi amor  algún día lograría la pasión de tu corazón. Siempre creí que nos volveríamos a encontrar y esta vez la respuesta  a mi pregunta sería "si". Pero, a veces, la voluntad no alcanza pienso mientras Hamal se apaga por un breve instante. Siempre creí... y creeré. ¡Si! algún día nos volveremos a encontrar, viejo amigo.

 

CAP 1: Voluntad

 

Era una criatura moldeada personalmente por las manos de los Dioses o quizás un mismo Dios. Sus ojos como almendras, sus labios como pétalos, su cabello como hilos de luz, su piel como nieve recién caída. Era un paraíso moviéndose con el viento, acercándose a él, mirándolo a el, sonriéndole a él.

 

-Mi nombre es Shion.

 

El anciano abrió los ojos abrumado por la visión tan real, no, no era una visión, era un recuerdo, un momento, una imagen que ni todos los años del mundo podrían borrar de su memoria. A su alrededor llovía con ahínco, sobre su cabeza llovía, sin embargo, él no cedía, ni al frío ni al calor, ni al viento ni a la asfixiante calma. Su voluntad era más fuerte que su instinto. Permanecía sentado, inmóvil como una piedra sobre la cual las gotas se estrellan mientras oía el imperceptible sonido que de vez en vez palpitaba en su pecho, mientras observaba el horizonte, mucho más allá de la cascada, mucho más allá de las altas cumbres, mucho más allá del bosque, los pueblos, el corazón de los hombres que ignoraban que la muerte poco a poco se estaba acercando.

 

***

 

CAP 2: Instinto

 

Era un pequeño salón lleno de extravagantes curiosidades para la mente de un niño. Él era un niño, pero, ya nada de eso le resultaba curioso. Estaba acostumbrado a ese hogar que no era su hogar y a esa vida que no era la vida que un niño normal podría tener y mucho menos desear. Tirado en la alfombra, con su cabeza recostada sobre una de sus manos pasaba las páginas de un gigantesco libro. Finalmente, hubo algo que no comprendió y eso lo hizo feliz, a veces le molestaba la facilidad con que aprendía las cosas porque le quitaba la chance de que aquél a quién amaba como un padre se sentara a su lado y acomodara las palabras de tal modo que él pudiera comprenderlas. Para mejor, muchas de esas veces él acababa quedándose a su lado para seguir leyendo juntos y luego le hablaba de su viejo hogar y las montañas y los esqueletos que vigiaban y las armaduras que hablaban y entonces el pequeño de mirada esmeralda se sentía como un niño normal feliz de acaparar la atención  y dedicación de su padre. Porque su destino de ser un santo de Atena no aplacaba la  Instintiva necesidad que como todo niño tenía de afecto.

 

-Maestro...-musitó apenado al ver tanta gente reunida en el gran salón.

 

- ¿Qué ocurre, Mu?- preguntó el patriarca acallando con un gesto de su mano a los santos y soldados reunidos.

 

-Hay... hay una pagina que no entiendo-explicó casi tartamudeando a causa de la vergüenza.

 

-Continua leyendo el resto-dijo el hombre y el pequeño asintió afligido-prometo ayudarte en un rato-agregó arrancando una sonrisa a los labios del menor.

 

Entró agotado a la pequeña sala, quitó la máscara que cubría su rostro tan viejo y tan amable. Dos anchas y pesadas ojeras lo surcaban, últimamente, los recuerdos en forma de sueño no lo dejaban dormir. Sintió un nudo en el estomago al hallar a su pupilo durmiendo cansado de esperarlo sobre el libro. Culpable por no haber podido llegar antes lo cargo entre sus brazos para llevarlo a su cuarto.

 

***

CAP 3: La forma del amor

 

Descendía los templos camino al propio. Su armadura dorada relucía sobre su labrada y portentosa figura. Su presencia era avasallante, emanaba tanto firmeza como nobleza. Un hombre santo, Saga de Géminis. De pronto un sollozo capturó la atención de sus sentidos, aguzó el oído mientras recorría la extensa galería del templo de Virgo. Finalmente, encontró la fuente de ese llanto, recostado sobre el frío suelo, azotado por los espasmos del dolor yacía el pequeño prodigio, la casi deidad. Era una visión desgarradora. Afligido, el mayor se arrodilló a su lado.

 

- ¿Por qué lloras?- Interrogó preocupado.

 

No obtuvo respuesta. Desconcertado lo ayudó a sentarse para luego recostar el húmedo rostro en su pecho. Logró calmarlo poco a poco, con lentas y suaves caricias que dejó resbalar incesantes por la mansa cabellera de oro.

 

-Todo estará bien- susurraba para animarlo.

 

-Gracias-musitó el pequeño una vez que su respiración se aquietó y el nudo de su garganta se desató.

 

- ¿Me dirás por qué estás tan triste?

 

El menor reflexionó tanto tiempo que Saga llegó a pensar se había quedado dormido en su pecho.

 

-Por que no entiendo-murmuró de pronto el menor sacándolo de sus cavilaciones.

 

- ¿Qué es lo que no entiendes?

 

De nuevo un largo silencio. Pero esta vez el mayor sabía que Shaka estaba reflexionando y buscando las palabras más acordes para reflejar los pensamientos que se agitaban en su mente.

 

- ¿Por qué el amor habría de ser más fuerte que la muerte que todo lo devora todo y  desaparece?

 

Saga se sonrió ante la complejidad y profundidad de la pregunta. El patriarca ya le había mencionado su potencial, incluso se había referido a ese pequeño como el más cercano a Dios.

 

-Porque la muerte no puede devorar al amor-pronunció de inmediato.

 

De nuevo un prolongado silencio.

 

- ¿Y por qué no puede?

 

- Porque el amor es algo especial.

 

Shaka se apartó del mayor y arrodilló frente a él, lo miró con intensidad mientras formulaba su nueva y más problemática inquietud.

 

- ¿Algo especial cómo qué? ¿Cómo es? ¿Qué es?

 

Saga trago saliva sintiéndose en una complicada encrucijada. Sintiéndose incapaz de poner en palabras algo tan grande e invisible

 

-No tiene forma... es algo... que se siente-explicó inseguro.

 

- ¿Y cómo se siente?

 

Esta vez fue Saga quien reflexiono largo rato antes de encontrar un modo de responder a esa pregunta. Le pidió que cierre los ojos a lo que dubitativo el menor accedió. Luego, levantó ligeramente su mentón para finalmente posar ligeramente sus labios en los más pequeños unos segundos.

 

- ¿Lo sentiste? ¿Te pareció especial?-preguntó divertido al pensativo rubio.

 

 Tras un intenso análisis de  la sensación Shaka encontró la respuesta a esa pregunta.

 

-Se sintió... lindo.

 

***

CAP 4: La forma del  odio

 

"Algo especial" lo había meditado mucho. Deseaba devolver el gesto del mayor y demostrarle que había comprendido, deseaba hallar algo especial para él, algo que lo hiciera sonreír como ese día. Nunca había visto una sonrisa tan bella como la del santo de Géminis, ansiaba verla otra vez. Finalmente, encontró lo que buscaba y el momento perfecto. Había sentido su intenso cosmos atravesar su templo tras ser llamado por el patriarca al igual que el santo de Sagitario.

 

- ¡Saga!- exclamó cuando sintió sus pasos de regreso.

 

El mayor se detuvo molesto ante el pequeño niño.

 

- ¿Qué quieres maldita sea?

 

-Yo...- su cuerpo se estremeció ante la furiosa mirada escarlata, sus brazos nerviosos estrujaron las rosas que con sus filosas espinas  atravesaron su piel.

 

- ¡A un lado, estúpido!-gritó con gravedad haciéndolo caer con un desmedido golpe.

 

El amor no es especial.

 

El amor no es lindo.

 

El amor no existe.

 

Las rosas que Afrodita le había dejado cortar de su jardín cayeron al suelo ante la nefasta conclusión a la que arribaron sus pensamientos. Se quedó allí, en silencio, asumiendo la rotunda realidad. Indiferente de las espinas que herían su carne y la sangre que tejía senderos de desilusión en sus brazos.

 

***

 

CAP 5: La pregunta sin respuesta

 

A veces se sentía terriblemente triste y en el denso silencio de la nada, en la palpable soledad de la noche, recordaba.

 

- ¡Usted no es mi maestro! ¿Dónde esta mi maestro?

 

Cuando las armaduras callaban saciadas por el sabor de su sangre y el crepitar del fuego de la torre se extinguía en la chimenea, recordaba.

 

- ¡Ojala y este bien muerto ese anciano! ¿A quién mierda le importa?-se burló Death Mask de su dolor.

 

-Sos despreciable... él se preocupaba tanto por ti...

 

-De idiota que era nomás.

 

- ¡Maldito!-dijo Mu tratando de golpearlo, pero el mayor atajo sus pequeños brazos con facilidad

 

- ¿Qué vas a hacer? Ahora estás solo.

 

Huir, desvanecer, alejarse de  la oscuridad que extendía su cruel manto sobre el santuario. Solo eso podía hacer. Estrujó las mangas de su tunica afligido por la impotencia de ver pasar los años sin ser capaz de hacer más, fue entonces, que un nombre llegó a su memoria y decidió aferrarse a él.

 

-Así que discípulo de Shion-repitió el anciano sus últimas palabras.

 

-Sí, sé que lo conoció, mi maestro me hablo mucho de usted.

 

- ¿Hablo?-Mu bajó la vista afligido-...entiendo. Hace tiempo vi el brillo de Hamal  apagarse por un instante... viejo amigo-pronunció entre dientes antes de incorporarse.

 

-Lo siento.

 

-No te disculpes por lo irremediable, niño. Hónralo con actos y no con palabras, hónralo con la voluntad de seguir adelante pese a todos los obstáculos.

 

-Yo no hice nada... tampoco ahora puedo hacer algo... solo tengo el odio hacía ese hombre que me lo quitó-expresó Mu dejándose caer de rodillas frente a la feroz cascada.

 

Dhoko enarco una ceja, dudó. Finalmente, se acercó al menor y sujetó su rostro.

 

-Puedes hacer todo o puedes hacer nada, esa es tu decisión- Mu alzó su rostro sorprendido por las palabras del mayor-pero... por favor, no odies-agregó sosteniendo entre sus arrugadas manos el hermoso rostro adolescente -... a Shion no le hubiese gustado-dijo sonriéndole con calidez, mirándolo fascinado, encandilado por lo que era y por lo que reflejaba.

 

...

 

- Y si dijeras que me gustas ¿que responderías?

 

-Dhoko... yo-musitó sentado a su lado, nervioso con la calidez y fascinación con que esa mirada lo observaba.

 

-Eres transparente-dijo el castaño sujetando su rostro  y acariciando calidamente las sonrojadas mejillas-...y por eso me gustas-confesó a la vez que depositaba un beso en su frente

 

...

 

-Gracias... maestro...-respondió el lemuriano agradecido por el cálido beso en su frente-sus palabras... ahora entiendo porque mi maestro lo estimaba tanto ¿podré visitarlo otra vez?

 

-Puedes contar conmigo siempre, Mu de Aries- pronunció el viejo maestro sin saber que estaba sellando su destino con la voluntad que exigían esas palabras.

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer! Saludos!


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