EL RIESGO DE AMAR por AICEN

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Notas del capitulo:
Bueno, aquí esta el siguiente capitulo, no creo que sea una historia muy larga, y sigo atascada con EL ELEGIDO, además estoy un poco plof, eso de escribir una historia y que tenga exito, es una putada, porque ahora se que escriba lo que escriba, no va a tener tanta acogida ni aceptación como EL DIOS DEL CAOS, y eso la deja a una chafada, porque no escribe con tanta ilusión, la verdad es que no se sí publicar EL ELEGIDO, en mi opinión se parece deamsiado al dios del caos, y sinceramente, duele un poco tirarte horas en el ordenador, ver que te lee ucha gente, pero que la historia no cuaja lo suciciente, muchas gracias por los dos reviews de Saya_Misaky y Juna Ichijouji.

Aquella noche Camus y Aioros durmieron juntos, no con fines eróticos sino simplemente porque necesitaban la compañía del otro. Casi no habían cruzado palabras entre ellos, no sabían que decirse, ambos estaban rotos por el dolor.

Pero el carácter más fuerte era el de Camus, el demostró una voluntad inquebrantable, cuidó de Aioros en todo momento, proporcionándole cualquier cosa que necesitase, guardándose su propio dolor para hacer más llevadera la pena de su amigo y compañero.

La mañana les pilló por sorpresa, agotados, con los ojos hinchados y la mente embotada, mientras uno hizo el desayuno, el otro tomó una ducha, cuando Aioros salió del baño, Camus cogió el relevo, duchándose mientras el de sagitario arreglaba la habitación.

Intentaron desayunar, pero no les entraba nada de comida en el estomago, aún así, se forzaron a sí mismo para alimentarse.

De pronto sintieron la presencia de un caballero en su templo, acercándose a donde ellos estaban, cuando la puerta de la cocina se abrió, vieron a Shura entrar por ella.

-buenos días Camus, Aioros-saludó el de capricornio.

-buenos días Shura-contestó Aioros viendo que su compañero se mantenía en silencio.

-siento haber entrado así en acuario, pero necesito que me des permiso para cruzar tu templo ya que debo ir a piscis para hablar con Aphrodita-dijo Shura.

-¿lo va a llenar todo con sus rosas para la ceremonia?-preguntó Aioros.

-esa idea se le ha pasado por la cabeza, aunque Shaka se niega en redondo-contestó el de capricornio.

-¿Shaka?-preguntó Camus hablando por primera vez.

-sí, ofreció el jardín de los sales gemelos para la ceremonia, pero en opinión de Aphrodita es demasiado soso y le falta color-contestó Shura.

-entiendo, supongo que Kanon va a ser el padrino de Saga, ¿quién va a ser el tuyo?-preguntó Aioros.

-ah, Aldebarán-contestó.

Aunque el de capricornio se comportaba cortésmente, se notaba que estaba incomodo en aquel lugar, y también se notaba que no sabía que pensar cuando encontró a aquellos dos hombres juntos en el templo de acuario, desayunando tan tranquilamente. Se lo comentaría a sus compañeros en cuanto tuviera oportunidad.

Pero Camus quiso evitarle más incomodidad, la boda sería dentro de una semana, y sabía que su compañero tendría que subir varias veces desde capricornio a piscis, así que decidió evitarle la “angustia” a su compañero.

-Shura, puedes pasar por mi templo siempre que lo necesites sin pedirme permiso, al menos hasta la ceremonia-le dijo.

-gracias Camus, si me disculpáis, debo marcharme-dijo.

Tanto Aioros como Camus se mantuvieron en silencio hasta que estuvieron seguros de que Shura ya no se encontraba en el templo.

Luego el de sagitario se levantó de su asiento, fue hacia Camus, le dio un pequeño beso en la frente y le abrazó mientras el de acuario rompía a llorar nuevamente.

-tranquilo Camus, yo estoy aquí-le repetía Aioros.

Pero el de sagitario sabía que Camus ya no aguantaba más, la demostración de que el de acuario estaba al límite, era que por primera vez en su vida, demostraba su estado de ánimo a alguien, y ahora, estaba llorando delante de un Aioros, que no sabía muy bien cómo reaccionar.

Shura llegó al templo de Aphrodita, siendo recibido por un muy sonriente Death Mask, que prácticamente vivía en el templo de piscis.

-que escondido nos tenía nuestra pequeña e inocente cabrita, que ya tiene un pastor que la guie-comentó el de cáncer.

-¡cállate Mask¡-dijo Aphrodita dándole un codazo en las costillas.

-¡auch¡-se quejó el de cáncer.

-buenos días Shura- saludó el de piscis dándole un beso en la mejilla.

-hola Aphro-contentó.

-¿cómo estaba el señor de los hielos?-preguntó el de cáncer sabiendo que Shura había tenido que cruzar el templo de acuario.

-acompañado-comentó Shura.

-¿acompañado?, ¿a estas horas?, ¿de quién?-preguntó Death.

-de Aioros-contestó Shura.

-¡esos dos están liados y a mí que no me jodan¡-exclamó el de cáncer.

-yo opino lo mismo, aunque no se qué le ve Aioros a ese cacho de hielo andante-comentó Aphrodita.

-pues fácil, se aburren y los dos están más solos que la una-contestó el de cáncer.

-la verdad, es que eso me apena, los hemos dejado demasiado apartados-dijo Shura.

-Shura, corazón-dijo Death con sarcasmo.

-al cacho de hielo no hay quien le aguante y a Aioros no hay quien le soporte, son tal para cual esos dos, solo que quizás nuestro arquerito es un poco más alegre.

Después de un rato conversando, los tres hombres decidieron salir del templo de piscis y encaminarse al de virgo para hablar con Shaka de los arreglos para la boda. Inevitablemente, tuvieron que cruzar acuario, y comprobaron que Camus y Aioros seguían juntos.

Conforme iban bajando los templos, iban avisando a los compañeros de que “algo se estaba cocinando en acuario”, y sus compañeros, fueron apuntándose para ir hacía virgo y comentar las noticias, cuando llegaron, comprobaron que por otras razones distintas, los caballeros que moraban desde el primer hasta el sexto templo, también se encontraban allí.

-¿mi hermano esta liado con la nevera?-dijo Aioria disgustado.

-lo que me faltaba, un franchute congelado en la familia-comentó.

-nadie sabe si son pareja a ciencia cierta-dijo Shaka.

-joder Buda en miniatura, si siempre están juntos y una mañana los ves desayunando muy temprano en el mismo sitio, una de dos, o Aioros le mola un huevo madrugar y subir escaleras, o han dormido juntos-dijo Death.

-tampoco lo vería tan mal si estuviesen juntos, ¿qué tendría de malo?-dijo Mu.

-nada, son la pareja perfecta- dijo Kanon- si tienen una discusión, Aioros puede meterle la flecha de sagitario por el culo a la nevera y Camus puede congelarle las pelotas al centauro-comentó divertido.

-hay llevas razón, pero, ¿de verdad vais a invitarles a la boda?-preguntó Aldebarán.

-qué remedio nos queda, si viene la diosa y todo, tendremos que estar los trece-respondió Saga.

-mientras no la joroben-dijo Milo.

-mira bicho-dijo Kanon-como a uno de esos dos se les pase por la cabeza joder la boda de mi hermano, los mando con estas manitas que dios me ha dado a la otra dimensión.

-deberían haberse largado del santuario cuando nos resucitaron, sería genial que Seiya fuera el caballero de sagitario de una maldita vez, y tampoco le encuentro mucho problema a meter a Hyoga en acuario-dijo Dokho.

-lo de Seiya no me parece mal, pero lo de Hyoga sería como si vendiésemos el congelador para comprar una nevera-dijo Kanon.

-pues metemos a Ikki con él y asunto arreglado-dijo Milo.

Todos rieron, sabían que el Fénix y el cisne eran pareja y siempre hacían bromas a su costa con lo de que Ikki podía hacer pato asado con su novio y Hyoga podía guardar congelado al ganso. Pero independientemente de las bromas, todos preferían la idea de que esos dos caballeros de bronce ocupasen su lugar entre los dorados, y así librarse de una vez de sus dos compañeros.

Los días iban pasando rápidamente, el santuario se transformó en un ir y venir constante de caballeros, la ceremonia comenzaría en la explanada del gran reloj, allí los novios se reunirían, Saori y los chicos de bronce serian sus acompañantes, se había acordado, que irían subiendo templo a templo, presentando sus respetos hacia sus compañeros y recibiendo la felicitación de estos.

La boda sería en el jardín de los sales gemelos, en el templo de virgo, una vez finalizada, seguirán subiendo hasta la explanada donde se encontraba la estatua de la diosa Atenea y allí le presentarían sus respetos. Y luego llegaría el momento más esperado por todos los que allí vivían. La fiesta.

Aphrodita se había encargado de decorar el santuario ayudado por Mu, habían puesto pequeños ramos de rosas blancas y amarillas en los bordes de las escaleras, y grandes ramos de esas mismas flores en color rojo y rosa en las entradas y salidas de los templos.

Cada caballero debía limpiar el suyo propio para cuando el templo fuese cruzado por el sequito nupcial, Shion y Dokho, habían extendido una gran alfombra roja en las escaleras de la entrada del templo de virgo, que se extendía hasta la puerta de madera que escondía el jardín de los sales gemelos.

Aldebarán y Milo, habían montado un pequeño altar blanco en aquella sala, cubierto con algunos lazos de color rosa y blanco, los pétalos de los sales gemelos ya serian bastante decoración, pero quisieron aportar su pequeño granito de arena.

Kanon y Death Mask fueron los encargados de limpiar las armaduras doradas, ya que en señal de respeto, a excepción de los novios, todos las llevarían puesta. Las armaduras de géminis y capricornio, las dejarían en la entrada de sus correspondientes templos, Shura le rendiría un pequeño tributo a la de Saga y el de géminis haría lo propio con la de capricornio.

Aioria y Shaka, se encargaron de adornar la explanada del reloj y la de la estatua de la diosa, también con flores sencillas, algunos lazos, limpiando tanto el reloj como la estatua y preparando las mesas y sillas para el banquete.

Nadie contó ni con acuario ni con sagitario para los preparativos, nadie les pidió ayuda, nadie les preguntó si ellos querían aportar su pequeño granito de arena. Simplemente pasaban por sus templos, saludaban y se marchaban.

Aioros y Camus permanecían juntos, en silencio, como una manera tonta de participar en aquel evento, fue Camus el que limpió la armadura y el templo de sagitario, y Aioros se encargó de hacer lo mismo con la armadura y el templo de acuario.

Dormían juntos para intentar afrontar su pena, solamente acompañándose el uno al otro, sin tocarse pues no había nada entre ellos. Aunque sus compañeros afirmaban que eran pareja, solo ellos sabían lo que les iba a costar mantener la compostura en la boda, a veces hablaban de ello, se preguntaban si sería correcto permanecer algo apartados durante el enlace, al fin y al cabo, todos estarían pendientes de los novios, y nadie se daría cuenta si en un momento dado, necesitaban apoyarse mutuamente.

Pero estaban mal, los dos. Casi no lograban conciliar el sueño, se obligaban el uno al otro a comer, mientras los otros se dedicaban a decorar, ellos bajaban al coliseo y entrenaban, era su forma de mantener los malos pensamientos a ralla. Pero en ocasiones descargaban su rabia, su furia y su dolor contra ellos, y no pasó desapercibido ver a Aioros con un ojo morado en una ocasión y a Camus con su muñeca derecha vendada en otra.

Ellos estaban rotos, e incluso sabían que Aioros tenía una pequeña ventaja en ese duelo, el templo de géminis estaba demasiado alejado del suyo, pero Camus solo tenía que salir del suyo para ver el templo de capricornio, tenía justo a su lado, el lugar donde vivía el hombre que amaba.

Lo más difícil sería cuando ya estuviesen casados, pues para no molestar ni incomodar a Kanon, ambos novios se trasladarían a vivir al decimo templo, iban a tenerlos viviendo enfrente, ya que capricornio, era el templo que había entre sagitario y acuario.

Y eso no sabían cómo iban a soportarlo, tenerlos justo a su lado, juntos, viéndoles prácticamente a diario, y sabiendo que a Saga y a Shura, les molestaría el simple hecho de tenerlos como vecinos.

-¿no crees que se están pasando con los preparativos Cam?-dijo Aioros una tarde que estaban sentados en la entrada de sagitario.

Hacía ya mucho tiempo, que Aioros se había permitido la pequeña concesión de llamar Cam al caballero de acuario, y este jamás le había ni corregido ni criticado por hacerlo, simplemente lo aceptaba, pero se negaba a llamar Aio a su compañero por más que este se lo hubiese sugerido.

-no creo Aioros, te recuerdo que la última vez que vino Saori, me hicieron hacer una réplica exacta de la diosa en hielo, y ahora que viene para celebrar una boda, lo que me extraña es que no hayan echado los templos abajo y los hayan reconstruido nuevos y mejorados para la ocasión-dijo Camus.

-estaría bien que lo hicieses, y ya de paso podrían cambiar el orden de los signos, prefiero veinte veces tener a Death Mask de vecino, que no a… a ellos-dijo Aioros.

-sí, sería genial que nuestro adorable cangrejo se presentase una mañana en el templo, ¿te lo imaginas?, en tú caso sería, “eh arquerito bonito, ¿me prestas azúcar?”, y en el mío sería “eh nevera, préstame hielo para ponerle al coñac”-dijo Camus.

-nos odian ¿verdad?-preguntó el de sagitario.

-no, simplemente creo, que hubiesen montado una gran fiesta si a ti y a mí no nos hubiesen resucitado-contestó con sarcasmo.

-¿qué les hemos hecho para que no puedan ni vernos?-dijo Aioros.

-tú tirarte trece años muerto y yo nacer-contestó acuario.

-yo me alegro de que hayas nacido Cam-dijo el de sagitario.

-y yo de que ya no estés muerto “arquerito”-bromeó Camus.

-sería bueno que les diésemos la razón a estos y nos liásemos tú y yo-comentó Aioros.

-sí, tú llorando por Saga y yo haciendo lo mismo por Shura, seriamos una pareja genial y haríamos ricos a los vendedores de pañuelos, a los psiquiatras, y desgraciados a nosotros mismos-contestó Camus.

Pasaron unos minutos en silencio, pensando en lo que habían dicho, ellos eran amigos, se tenían el uno al otro, eran compañeros, se comprendían entre ellos, se tenían respeto y cariño, pero no se amaban, ellos amaban a otro, y ese otro, iba a casarse.

-Cam-dijo Aioros.

-me alegro de ser tu amigo y de que tú seas el mío.

-yo también Aioros, yo también.

Notas finales:
hasta el proximo capitulo

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