DIAS DE LLUVIA
Capitulo 5: Cena
Al ingresar a la habitación, Ray quedo anonadado al ver tanta elegancia, a pesar de ya haber estado en un hotel de tan alto prestigio, las ocasiones habían sido contadas y no estaba acostumbrado de ver tanta elegancia y limpieza en un salón. Por otro lado para Kai era algo normal, para el aquella hermosa habitación estaba “aceptable” para pasar la noche; pasara la noche con aquel hermoso joven.
-Es impresionante, ¿ya viste eso Kai?- comentaba alegremente el joven chino mirando por la ventana el paisaje lluvioso de aquella noche.- Es hermoso ver todas las luces de la ciudad, este Hotel tiene una hermosa vista, además la habitación es tan amplia y bella!- el pelinegro correteaba feliz de un lado a otro mirando cada detalle de aquel cuarto impresionando con su característica hermosa sonrisa; Kai por su lado solo atinaba a observar aquel felino que se comportaba como un niño pequeño admirando cada pequeña cosa, mirándolo embelesada mente; fue entonces que una sonrisa se escapo de sus labios.
Ray al percibir lo que había ocasionado en su compañero se avergonzó de inmediato, fue entonces que retomo su postura y muy apenado empezó la plática con Kai.
-Lolamente, creo que me deje llevar… Kai, am.. Verás, creo que ya te percataste del asunto pero, a pesar de ser una recamara de lo mas elegante, solo hay una cama, y es matrimonial, para dos- Terminaba de decir muy avergonzado el joven jugando con sus manos nervioso.
A Kai esto lo sacó de orbita, por andar observando a su felino acompañante, nos e había percatado de las condiciones en las que estaban.
-Una cama matrimonial; está bien, también hay un sillón por allá, duerme tu en la cama, yo dormiré en el sillón.- finalizo el ruso quitándose el abrigo que cargaba y dirigiéndose a aquel sillón de piel.
-Pero, nos salimos de casa de Tyson para que no durmieras en un sillón incomodo, además has dicho que necesitas dormir en una cama específicamente- comentaba Ray con un tono de preocupación en su voz.
-La diferencia de este sillón y del inadaptado de Tyson, es que este es de calidad, lo que es igual a más comodidad- Comentaba Kai sin dejar su posición de serio.
-Sí, pero no deja de ser un sillón- entonces Ray se acerco hasta donde se encontraba actualmente sentado el ruso de cabello bicolor y tomo asiento junto a él. –Duerme tú ahí, yo puedo acomodarme aquí sin dificultad, además a mi me resulta muy cómodo este sillón- comentaba alegremente el felino dando un pequeño salto sobre sí mismo, rebotando en el sillón.
-como quieras- diciendo esto se levanto, tomo su maleta y se dirigió al baño sin mirar aquel joven de enorme sonrisa.
-Y pensar que hace unos momentos, me tomaste de la mano y me abrazaste- comento el pelinegro en voz baja.- será mejor que también me aliste para dormir.- Diciendo esto se levanto y abrió su maleta para sacar su camisa, fue entonces que después de revolotear por completo en su maleta se dio cuenta que le faltaba la parte baja de su pijama. –Oh no, deje el pantalón de mi pijama en casa de Tyson, no puede ser y ahora con que dormiré-
Fue interrumpido por el ruido de la puerta de baño abriéndose para dejar ver a un muy fresco Kai que portaba una elegante pijama de seda en color azul marino con un hermoso bordado de su bestia bit, Dranzer.
-¿No planeas cambiarte para dormir? Ya está libre el baño- comento el ruso con un poco de interés guardando su ropa en la maleta.
-Pues… si lo pensaba hacer pero… olvidé mi pijama en casa de Tyson, así que me quedaré así esta noche- comentaba el pelinegro acercándose a la ventana del cuarto.
-oh podrías dormir sin ropa- había mencionado Kai con un tono muy bajo que no escucho el chino, para su fortuna. –En ese caso toma- le extendió en la mano una pijama muy parecida a la de él, del mismo material y tamaño, solo el color variaba, un tono blanco como el pelaje de un tigre albino, como el pelaje de Drigger.
-Yo… te lo agradezco mucho, pero… ¿no te molestara? No quiero ser una molestia, ya hiciste suficiente pagando un cuarto para los dos- El pelinegro dudaba en si tomar aquella prenda que le era ofrecida.
-No dejaré mi mano extendida para siempre- dijo finalmente posando sus llamativos ojos sobre él. Ray se sonrojó, y torpemente, bajo la mirada de su compañero tomó la prenda, para seguidamente entrar al baño.
Tardó un poco en colocarse la pijama que recién le había entregado, era muy suave, sin embargo le quedaba un poco grande; sin importarle ese detalle siguió alistándose para dormir; deshizo su trenza y dejo que sus largos cabellos cubrieran su espalda, dejando unos mechones que caían con gracia en sus hombros. Suspiró, se vio por última vez por el espejo y salió del baño.
Kai por otro lado estaba acostado en el sillón leyendo tranquilamente, discretamente observo al pelinegro mientras guardaba su ropa; observaba lo bien que le lucia la pijama a pesar de ser un poco grande. Tomo asiento en el sillón dejando de lado su libro para hablar con su acompañante.
-¿Tienes hambre?, podemos pedir algo- Finalizo observando las acciones de su felino.
Ray voltio para luego tomar asiento en la orilla de la cama.- Creo que no tengo mucha hambre, pero si me gustaría cenar algo ligero-
-Bien- diciendo esto tomó el teléfono de la habitación y comenzó a ordenar algo a la habitación.
Mientras Kai hacia su pedido, Ray se dirigió nuevamente a la ventana, le encantaba mirar de aquel paisaje lluvioso, podía ser interpretado de mil maneras, pero él veía en ese paisaje romanticismo, veía a Kai en aquel paisaje, frio pero cálido a la vez.
Fue sacado de sus pensamientos cuando Kai se acercó hasta donde se encontraba.
-¿Porqué te gusta tanto mirar un paisaje así? ¿Te gusta la lluvia?- preguntó mirando interesado a aquel joven que se filtraba en su mente.
-Simplemente me gusta, creo que… hasta me he… enamorado de… el.- Diciendo esto último miro a los ojos que lo observaban con detenimiento; se enrojeció, pero no apartó la mirada.
Ambos estaban sumamente cerca, la atmosfera se había transformado en una muy cálida y romántica; las luces de la habitación apagadas, la cortina de la ventana abierta y ellos frente a esta misma iluminados por las luces de la gran ciudad, un momento perfecto.
-Kai… …. – El joven chino fue cerrando los ojos, acercándose cada vez más al ruso, que increíblemente no se apartaba. Entonces comenzó a cerrar los ojos imitando al felino y acercándose a su futuro amante.
El momento fue roto por pequeños golpes en la puerta de entrada.
-Servicio a la habitación- Su cena llamaba a la puerta.
Kai se separo inmediatamente en dirección a la puerta para atender el llamado, con un enorme sonrojo en sus mejillas, dejando a Ray parado observando nada más que la espalda del ruso.
Ray tomó asiento en el sillón de la habitación, entristecido y sonrojado a la vez. Había perdido el poco apetito que conservaba y ahora, no sabía que decirle a su compañero.