DÍAS DE LLUVIA
Capitulo 6: Romance
El servicio se adentró a la habitación con un carrito, el joven encargado de la cena destapó el aperitivo dejando mostrar dos platos con una pechuga de pollo envinada junto un poco de verduras; sirvió en dos copas un poco de jugo de uva, dejando la botella en una charola con hielo, prosiguió a retirarse amablemente, recibiendo una jugosa propina por parte del ruso. La puerta se cerró y el ruso tomo asiento junto a Ray en el sillón.
-La cena está servida; ¿quieres cenar?- preguntó sin mirar al neko.
-hm… no tengo apetito- respondió el pelinegro avergonzado con la mirada baja.
-Me dejarás cenar solo entonces- Diciendo esto Kai se levanto y acerco el carro con la cena hasta donde estaban sentados; se acercó nuevamente a él sentándose a su lado.
-Ray, mírame- Acto seguido tomo el mentón del chino levantando su rostro, obligando a verlo fijamente a los ojos.
Vio como de la cara del chino resbalaban finas lágrimas; no sabía qué hacer, aquel hermoso joven estaba llorando. ¿Cómo reaccionar? ¿Qué hacer?
-Ray… deja de llorar- El ruso limpiaba con su mano las lagrimas que dejaba caer el pelinegro. –No hay motivo por el cual llorar.-
-Si lo hay- interrumpió el chino entre lágrimas. – Y justo ahora, no sé qué hacer, probablemente pienses que soy todo un pervertido por intentar besarte y…yo- El pelinegro dejo de hablar, no pudo seguir hablando; Kai lo había tomado por sorpresa besándolo suavemente, y el solo se dejo llevar por aquel inesperado y dulce momento.
El ruso se había acerca más a Ray y lo tenía entre sus brazos; besando aquellos labios que tanto había deseado probar. Perdieron noción del tiempo, del espacio; no sabían en donde estaban, solo se concentraban en sentir los labios del otro. Lamentablemente el beso llego a su fin por la falta de aire, y pesadamente se separaron.
Ambos se miraron sin saber que decir; Ray tenía en sus ojos pequeños rastros de lágrimas, y un sonrojo en sus mejillas acompañaba su gesto, por otro lado Kai estaba sorprendido, no despegaba la mirada de Ray, entre mas observaba aquel perfecto ser, mas se sonrojaba, sus deseos de continuar besándolo incrementaban, quería protegerlo, abrazarlo, estar a su lado y hacerlo feliz.
-Ray… - Antes de poder soltar alguna otra palabra, su acompañante habló.
-Quiero… estar… contigo, por favor- Ray se había lanzado en brazos de Kai, ocultaba su rostro entre su pecho, y fuertemente sujetaba sus manos a la camisa del ruso, después prosiguió.
- Desde que entraste al equipo de los G Revolution, te he admirado, he seguido todos tus movimientos sorprendido de ti, empecé admirarte tanto que… cada vez sentí la necesidad de saber más de ti, me di cuenta después de un tiempo que… te quería, más que un compañero; el afecto empezó a crecer, hasta que me di cuenta que, lo que sentía por ti era más grande de lo que sentía por todos los demás, yo… me había enamorado de ti Kai, tuve miedo al instante, y cuando nos separamos decidí no decirte nada, el miedo era muy grande porque sabía que me rechazarías, tuve miedo, pero al escuchar que en este viaje te vería, mi corazón se emocionó, yo me emocioné, y vine decidió a verte, a decirte, que… Te amo. – El joven de hermoso cabello largo cerró los ojos esperando la cruel respuesta que ya imaginaba, al terminar su confesión cerró fuertemente los ojos y se aferro mas a aquel cuerpo, esperando lo peor.
Kai había escuchado atentamente todo lo que el chino le había confesado, se sorprendió, pensó unos momentos y sonrió.
Pronto Ray se vio rodeado protectoramente por los fuertes brazos de Kai; el ruso se acercó lo suficiente al oído del felino y lentamente, pronunció.
-Te amo Ray Kon-
Ray abrió de par en par sus felinos ojos, se separo solo un poco del pecho de su amado, lo suficiente para ver su rostro sorprendido; no daba crédito a lo que había escuchado.
Kai tocó una de sus mejillas, para después darle un cálido beso, suave…
-La única razón por la que he venido hasta Japón, es para verte sonreír, para apreciarte cuando estas distraído, ver esos encantadores colmillos que salen con gracia de tu boca; Ray, vine únicamente porque tu etarias aquí, porque podría verte una vez más. ¿Desde cuándo sentía la necesidad de verte?, desde la primera vez que te vi; jamás te lo dije, pero desde siempre, me enamoraste.
Ninguno de los podía creer lo que sucedía, todo parecía un sueño, ¿y si lo fuera qué? Preferían no despertar.
Kai prosiguió besando nuevamente a su felino; aquel beso se intensificó, ambos estaban muy concentrados; se separaron y se vieron una vez más, ambos sonrojados, Kai no lo soportó.
El ruso recostó a su pequeño en el sillón, y comenzó nuevamente a besarlo, cada beso más ardiente que el otro, prosiguió bajando por su cuello, Ray empezó a gemir y con cada gemido despertaba una sensación mas fuerte en Kai, quería saciarse, quería amar aquel cuerpo que mantenía bajo presión, bajo de sí. Ray gimió nuevamente, mucho más fuerte, más sofocante; Kai se excitó aun más, ahora no podía parar.
Comenzó a desabotonar la pijama del pelinegro suave y delicadamente sin dejar de besar su cuello, podía sentir el aliento de chino rozando en su oído, ambos sonrojados; ambos seguros de lo que hacían y de lo que pasaría.
-K…ai…- gimió suavemente el pelinegro debajo del ruso.
-Ray… dime, ¿quieres ser mío?- Atinó a preguntar con la poca cordura que mantenía actualmente el ruso de cabello bicolor.
-… Kai, ya soy tuyo.- Finalizó el pequeño oriental, dándole un fugaz beso a su amante.
Al escuchar esas palabras salir de la sensual boca de su compañero, comenzó con su labor, ahora no pararía, le demostraría a ese felino travieso, lo mucho que lo amaba y no pararía por nada del mundo.
Kai termino de quitar la parte superior de la pijama del neko, y lentamente fue bajando con besos hasta que sus manos alcanzaron su pantalón; el cual sacó fácilmente llevándose consigo el bóxer del pelinegro; ante este acto, el chino quedó completamente sonrojado y en un intento por cubrir con sus manos su bello cuerpo, Kai lo paró, sujeto con suavidad ambas manos, alzándolas sobre su cabeza para después depositar un apasionado beso en su pareja.
-Eres hermoso… no tienes nada que ocultar- Diciendo esto, quitó de una manera muy sensual la parte superior de su ropa de noche, tirándola sin la mas mínima preocupación en algún parte de la habitación; continuo con su pantalón, dejándose solo en bóxer. Después del acto anterior, tomó en brazos a su uke, para recostarlo suavemente en la cama de la habitación; acto seguido se coloco sobre él y continúo besando todo el cuello de su pequeño amor.
Ray solo se dejaba hacer, estaba tan excitado que por un momento olvidó que él también debía hacer algo por su seme; así que tomando todo el valor del mundo, tomó muy delicadamente el sexo de su amado ruso, empezando a acariciarlo tímidamente.
Kai se sorprendió ante el acto, pero ¡diablos! Ray lo estaba excitando de sobremanera; y como no, ver ese rostro sonrojado con la boca entre abierta, mas la respiración agitada que cargaba; era suficiente; ahora él le daría el placer de la vida al pequeño pelinegro.
Kai tomó la mano del chino desviándola, para después bajarse hasta donde se encontraba el sexo del pelinegro ya erecto; en un rápido movimiento lo introdujo a su boca, y comenzó a lamer aquel miembro como un delicioso dulce.
Ray solo atinaba a gemir más, y más cada vez, se sentía tan bien.
-Kai.. haa… aahh.. mas… aghh.— Mantenía su ojos cerrados con fuerza, solo sintiendo, ya no podía mas, fue entonces que se derramó en la boca de su amado.
Kai tragó la semilla de su pequeño; y con una sonrisa de lo más sensual, deposito un beso en su uke; después quitó la única prenda que aun poseía y que ya le molestaba; se deshizo de sus bóxer dejando ver su sexo muy excitado.
Ray aun trataba de recuperar su respiración, pero no lo consiguió, ya que su ruso comenzó nuevamente a besarlo y a acariciarlo, logrando que su sexo se parara una vez más.
-kai…- Dejó escapar en un gemido.
-Ray… mi pequeño… gatito…- Kai también estaba muy excitado, disfrutando aquel momento tan íntimo entre los dos.
-Kai… tómame- Esas palabras escaparon de la boca del pelinegro.
Kai se sorprendió, pero no lo negaría, el también quería hacer suyo aquel cuerpo de marfil que mantenía preso en la cama de la habitación, y así lo haría.
El ruso prosiguió lamiendo dos de sus dedos; para después meterlos en la pequeña entrada de su amante; Ray gimió de dolor, un gemido que fue desvanecido en un beso apasionado.
Fue entonces que comenzó a moverlos dentro de aquel delicado cuerpo; ahora Ray solo gemía de placer; cada vez más fuerte.
-Oh… Kai.. haa.. hm… amm…--
-¿Te gusta.. ?-
-am… s…si-
Era hora de proseguir; Kai haría suyo aquel hermoso ser. Fue entonces que delicadamente sacó los dedos de aquel pequeño y lentamente lo remplazo por su sexo sumamente erecto; entonces el dolor subió.
Ray ante tan acto solo se limito a apretar fuertemente las sabanas de la cama; trataba de no gritar, pero era sumamente doloroso; entonces comenzaron a salir lágrimas involuntarias de sus ojos. Kai al ver a su uke en ese estado, se detuvo un momento.
-Ray.. ¿Estás bien? Me detendré- y cuando estaba a punto de salir, fue tomado de uno de sus brazos por el menor.
-Continúa por favor, por favor Kai… hazme tuyo.-
No daba crédito a lo que le había dicho su amado uke; pero se limito a seguir; pasados unos minutos Ray se había acostumbrado a la introducción; entonces Kai continúo su labor.
Kai empezó un delicado vaivén; todo con calma a pesar de que se estaba muriendo por embestir aquel magnifico ser; era un dolor intenso, que a la vez era delicioso.
Cada vez las embestidas subían de fuerza y rapidez; ambos estaban completamente excitados y estaban concentrados en sentir al otro cuerpo; ahora ya nada podía pararlos.
-Kai.. haa.. asi.. hm…-
-¿asi neko? Haa…-
Ninguno de los aguantaba más; entonces Ray se vino primero dejando su semilla en su propio abdomen y en parte del estomago de su amado ruso.
Por otro lado y después de dos o tres embestidas más; Kai se vino dentro de su amado chino; para después dejarse caer sobre el cuerpo del menor; ambos estaban tratando de recuperar la respiración; Kai se separo un momento para colocarse alado del chino en la cama, después tomo su rostro y beso su frente.
-Te amo- Dijo firmemente mientras veía tiernamente a su pequeño.
-Kai, también Te amo…- finalizó el pelinegro dándole un beso en los labios; para después acomodarse entre sus brazos y así, quedarse profundamente dormido.
El ruso también estaba agotado; había valido la pena, estaba con quien amaba y eso era excelente. Besó nuevamente la frente del chino, y así se quedo dormido; todo estaría mejor para ellos en la maña, al menos eso esperaban ambos.