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Somos Crueles por Chibi-Chan

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Notas del capitulo:

-EAAhhhhhhhhhhhhhh, por fin actualizamos, ya me estaba hartando de partirme la cabeza.

-Si te hubieras partido la cabeza hubiera sido más que fácil sacarte la historia.

-Chitate ya, Itachi. cof..cof. Enjoy n_n

Hace poco tiempo que había pasado de la partida de Itachi, habían pasado unos cuatro o cinco meses que llevaba compartiendo piso con sus amigos de Universidad. ¿Sus nombres? Hoshigaki Kisame y Haruno Sakura.

Sus días y noches eran muy divertidos y buenos con la compañía de esos dos.

Para empezar, Sakura era una chica que conoció en el viaje en avión, una vez que ella lo notó deprimido decidió hablarle y de paso reanimarlo un poco. Platicaron mucho (más por parte de la pelirrosa que del moreno), hasta que llegaron a la parte de qué hacían ambos en un vuelo a Gran Bretaña.

Ella iba a la Universidad de Oxford (una escuela con capacitación en medicina) y él iba directo a European Business School, la mejor escuela privada de negocios en Londres. Pero Itachi no iba solo, claro que no. Lo acompañaba su fiel amigo de preparatoria Hoshigaki Kisame, que casualmente estaba en el avión para ir a la misma escuela.

Ambas Universidades estaban muy cerca una de la otra, así que decidieron rentar un departamento donde convivieran los tres juntos sin necesidad de estar muy apretados.

Pasaban los días y lo más extraño para Itachi, después de que se cumplieran dos meses de su estancia en Londres, era que no recibía ninguna llamada, mensaje o carta de parte de Sasuke, desde que lo envió a vivir con Naruto había perdido contacto con él. Como si se lo hubiera tragado la tierra.

Daba la casualidad de que su celular se había perdido al mes de su estancia, alguien había robado su cuenta de correo electrónico y no le llegaba ninguna carta, al menos no una de su ototo.

Itachi empezó a pensar cosas, cosas muy malas. Aún recordaba las palabras que había dicho el último día que se vieron "Tú serías la última persona que me haría daño", tal vez eso fuera cierto, pero la ausencia de sus palabras, aunque fuesen sólo escritas, le dolía demasiado.

-Itachi ¿Te sucede algo?-Preguntó tranquilamente la pelirrosa, notando a su amigo muy deprimido.-No te ves muy bien que digamos.-

-¿Te acuerdas de Sasuke? Mi hermano menor.-La chica asintió, dejando su lectura para ponerle atención al Uchiha.-Pues estoy así porque no he recibido cartas ni llamadas de él desde hace más de cuatro meses. Tampoco de Naruto, no sé cómo puede estar Sasuke por ningún medio.-

-Por lo que me has comentado de Naruto, tu hermano debe estar bien, por la forma que hablas de él se nota que es de confianza y tiene la capacidad de alegrar a Sasuke ¿no crees?-Comentó tapando sus piernas con una sabana lila que estaba a su lado.- ¿Tú qué opinas, Kisame?-

En esos momentos, Kisame estaba haciendo la cena, ya era algo tarde pero si Kisame tiene hambre...ya sabe donde encontrar comida.

-Sasuke es un buen niño, no puede olvidar a alguien tan fácilmente. Y lo de no recibir llamadas de él pues... yo lo creo normal, porque tal vez ha tratado de contactarte a tu antiguo número, pero, como todos sabemos, lo perdiste hace algún tiempo.-Se sentó a la mesa delicadamente, con un plato de ensalada de atún (O_O) frente a él y observando a ambos chicos. 

-¿Ves? Hasta Kisame concuerda conmigo.-

-Ni quien quiera concordar contigo, Sakura.-Replicó el chico con la boca llena de ensalada. La chica sólo lo miró aborrecida por el rabillo del ojo.

-Por cierto, disfrútenme mientras puedan porque en tres meses me voy de vuelta a Tokio.-Comentó después de un rato el Hoshigaki.

-¿Y eso? Pensé que querías quedarte a estudiar junto con Itachi.-

-Sí, pero conseguí una transferencia a Tokio para seguir mis estudios a allá. Mi familia me necesita un tiempo por mis rumbos.-

Itachi no puedo evitar poner atención a las palabras de Kisame. Si iba a ir a Tokio era muy probable que contactara con Naruto y, de ser posible, con Sasuke.

-Entonces ¿me harías un favor, Kisame?-Preguntó el moreno con la voz apagada. Como si tuviera mucha sed.

-Pide lo que quieras, Itachi. Con tal de no verte deprimido está bien.-Dijo Kisame mientras se levantaba y dejaba sus platos en el fregadero.

-¿Podrías...-Carraspeó un poco para aclararse la garganta.-buscar a Sasuke y decirme como está cuando estés en Tokio?-

-Sabía que me pedirías algo así, así que sí. Para eso somos los amigos.-Dijo antes de dar media vuelta e irse a su habitación a dormir.

-Por cierto, sé que es muy repentino decirlo ahora...pero...yo me iré en un mes a hacer mi servicio social en un hospital en Japón, el hospital "Akaeda” para ser más exactos.-Dijo la chica, después de un largo silencio,  volviendo a su lectura.-Fue el hospital que se me asignó hace una semana. Quería decírselos antes pero me daba la impresión de que tenía que aceptarlo primero.-

-¿Por qué te enviarán a Japón y no a un lugar de Inglaterra?-Preguntó el mayor mirando unas estadísticas en un libro de contaduría III.

-Porque, al igual que Kisame y tú, yo vivía en Japón desde que era pequeña y me llenó de nostalgia no estar cerca de mis padres, mis amigos o de las cosas tan distintas que hay entre un país y otro.-

-Entonces te deseo suerte, Sakura.-Dijo levantando la vista de su libro a la pelirrosa.-Que te vaya bien a donde sea que vayas, has amigos, ten éxito como enfermera, etc, etc.-

-No cambiarás nunca. Siempre eres tan difícil de tratar.-Dijo la chica entre risas haciendo ademán de irse a su habitación.

-De nada.-La chica sólo sonrió y fue a dormirse, Itachi estaría un rato más.

~ ~ 1 semana después de la partida de Kisame ~ ~

-¿Hola?-

-¿Itachi? No te vas a creer lo que ha pasado por aquí, hice lo que me pediste pero nunca me imaginé algo como esto.-

-¿Qué pasó? ¿Encontraste a Sasuke? ¿Está bien? ¿Sano? ¡¡¡Di algo, por lo que más quieras, Kisame!!!-

-Cálmate, no te llamé para que me acoses con tantas preguntas. Encontré a Sasuke, efectivamente. Lo vi hace una hora. ¿Sano? sí está. Pero no estoy seguro de que esté bien.-Dijo Kisame con voz semi risueña pero con un deje de molestia con sí mismo.-Por cierto, siento decírtelo por teléfono pero es necesario. Tus padres murieron unas semanas después de que Sasuke saliera de la casa.

El moreno se quedó en silencio, estaba pasmado pero aún así continuó.

-¿Sigues ahí, amigo?-

-¿Qué le pasa a Sasuke, Kisame?-

-Pues, está con Naruto. Y creo que tienes que venir lo más rápido posible.-

-¿Por qué?-

-Verás, fui a visitar a mi padre al hospital donde está Sakura, recorriendo los pasillos me encontré con una puerta con el nombre de Sasuke.-

-¿Tiene algo grave? ¿Está enfermo? ¿Se rompió algo?-

-Tranquilo que a eso voy, no tiene nada grave, pero está hospitalizado por una muy buena razón.-

Itachi se quedó callado, esperando a que Kisame continuara.

-Hablé con Naruto hace rato, y me dijo que Sasuke…pues…este… está esperando un bebé.-Dijo esto último con tono entre feliz y algo sorprendido.-

Itachi se quedó estático, frío, no se lo podía creer.

-¿Cómo…cómo?-

-Ya lo sé, yo también me sorprendí, resulta que tu hermanito es muy especial. Así que por eso necesito que vengas rápido, ya tiene los nueve meses.-

Itachi no esperó un minuto más, tomó sus llaves, su cartera, su abrigo y salió sin más del departamento para salir del país en un vuelo rumbo a Tokio.



Un esplendido día yacía en la ciudad, uno de los mejores lunes para la mayoría de las personas, pero no para algunas. Muchas personas estaban en escuelas, trabajando o relajándose. Pero este era un día (de una semana) que daba inicio a la gran tradición del tan esperado Hanami--o la fiesta para observar los cerezos—.Cientos de personas se agrupaban en lugares para observar este bello acontecimiento. Unos de los más bellos lugares para presenciar la salida de las flores eran, por ejemplo, el Parque Ueno, Shinjuku gyoen o Chidorigafuchi, por mencionar algunos.

Pero en estos momentos, nos concentramos en un jardín en especial, el famoso Koishikawa Korakuen, el parque más propicio para disfrutar del Hanami en compañía de seres queridos en un lugar cómodo y singular.

La entrada estaba adornada con flores de temporada, tenía dos puertas de madera muy grandes que, en gran parte del año, estaban abiertas para cualquiera que quisiese visitar tan esplendido lugar.
Una camioneta azul marino se había aparcado en el estacionamiento del lugar. Para ser un lugar concurrido no había demasiados autos, ni siquiera mucha gente. Así que podrían disponer del lugar sin preocuparse por el espacio.

Una vez ya fuera de la camioneta Minato cerró sus ojos y dio un largo suspiro para, segundos después, esbozar una sonrisa.

-El clásico olor a cerezos y lavanda.-

-No aspires demasiado, ya sabes que te mareas después de un rato.-Decía Kushina entre sonrisitas burlonas.

-Así que este es el famoso jardín.-Exclamó Tomoyo mirando a su alrededor.-Es muy bonito.-

-Sólo espera a ver el interior.-Dijo la morena tomando la mano de su hermana para comenzar a caminar hacia la entrada.-Es sorprendente que no cambie nada con los años.-

Mientras la rubia era llevada por su hermana hasta el jardín, los adultos se habían quedado atrás.

Minato bajaba una mochila y una caña de pescar de la camioneta, a la vez que Kushina se llevaba consigo una hermosa (y enorme) canasta de mimbre al interior del parque acompañada de Minato y siguiendo a sus nietas.

Itachi y Naruto se quedaron hasta atrás. El moreno no decía nada,  Naruto trataba de sacarle plática, pero Itachi no se veía muy entusiasta ni participativo.

-¿Por qué la cara larga? Tenemos que disfrutar de un día tan hermoso como este. No a diario se nos presenta una oportunidad así.-

-¿Qué no te preocupas por Sasuke? ¿Por si está bien, hizo alguna locura o si volverá pronto?-

-Siendo su hermano deberías conocerlo mejor que yo.-Decía mientras cruzaba sus brazos por detrás de su cabeza, mostrando una bella sonrisa.- Desde que lo conocí lo catalogué como un niño caprichoso, impulsivo y dependiente de ti. Eso era lo que creía hasta que empezó a vivir conmigo.-

Naruto sonrió ante lo último, mirando por el rabillo del ojo a Itachi, esperando una mueca de molestia o algo por el estilo, pero este seguía con su calma característica.

-Cada vez que lo hacía enojar en demasía él simplemente salía de la casa ---en cualquiera de las ciudades donde nos encontráramos--- y dejaba a Tomoyo a mi cargo mientras escapaba a una conversación, que para él era innecesaria.-Sonrió recordando esos momentos.-Dependiendo del asunto tardaba más en regresar, nunca sabía a donde iba pero siempre volvía, sin ningún rasguño,  herida o fractura. Cuando regresaba hacía como si nada hubiera pasado. Siempre era cuidadoso, ya fuese con su persona o con Tomoyo.-

-¿Qué fue de Sasuke y Tomoyo después de verlos en el hospital?-Preguntó el moreno para sorpresa del rubio, ya que éste tenía una mirada apacible, pero algo nostálgica.

A Naruto se le hizo normal que Itachi preguntara algo así, desde el día en que nacieron las niñas no había tenido contacto con Tomoyo y mucho menos Sasuke, porque, aunque no estuviera con ella, Itachi quería mucho a Tomoyo desde que la miró a través del cristal de los cuneros.

-Pues… ¿por donde comienzo? Luego de que te llevaras a Naoko (después del registro) Sasuke tardó un poco en despertar, dos días para ser exactos, nunca supo nada gracias a su desmayo. Mis padres fueron muy comprensivos con el asunto y tampoco dijeron nada, como ya te habrás dado cuenta. Nos pasamos tres años más en Tokio para después mudarnos a Hokkaido, luego a otras 2 ciudades más, para terminar de nuevo en Tokio. En el transcurso de todos estos años Sasuke se especializó en una carrera para poder ser abogado. Tomoyo creció como una niña feliz, sin preocupaciones, sólo que cambiaba mucho de escuela y de amigos. Esa fue una parte bastante pesada. Pero en Kyoto, Sasuke y yo le prometimos que no nos volveríamos a mudar y por eso accedió a volver a Tokio, por lo que me ha contado conoció a Naoko por casualidad, no sabía que la había mandado a la misma escuela donde ella estudiaba. Debería comenzar a poner más atención a los detalles.-Sonrió después de esto.

-¿Planeabas que Tomoyo y Naoko no se vieran nunca?-Preguntó repentinamente el moreno.

-No exactamente. Sasuke y yo planeábamos decirle todo cuando cumpliera la mayoría de edad o uno de los dos muriera.-

-¿No es un poco exagerada la última opción?-

-Tal vez, pero dime ¿Cómo planeabas tú decirle a tu hija que tenía otro padre y una hermana?-

-En todo el transcurso de tiempo que he vivido con Naoko nunca pensé en una opción para decirle algo de tal magnitud. Naoko siempre había pensado que ella y yo éramos los últimos Uchiha vivos. También que tenía una madre, pero nunca le conté nada sobre Sasuke, ni que tuviera una hermana.-

-¿Y que hay de el asunto del incesto?-

-No menciones esa palabra.-

-Pero eso es lo que hicieron Sasuke y tú. Pero si quieres lo bautizamos con otro nombre, algo así como amor fraternal.-

-No planeé ni planeo decirles a MIS hijas sobre ese asunto.-

-Bien, porque yo tampoco. Sería un trauma si se llegaran a enterar.-

-Si les llegas a decir algo a alguna de las dos…-

-Tranquilo, ya te lo he dicho, yo soy un secreto para las tumbas. No...espera, al revés. Nunca usaría ese tipo de información para el chantaje, a menos de que me convenga y esto…créeme que no me conviene para nada-ttebayo.-

Con eso se hizo el silencio, pero les duró poco ya que habían llegado a una parte del jardín muy hermosa. Los padres de Naruto habían puesto un mantel a cuadros algo grande justo debajo de un cerezo en flor, frente a un lago con rocas planas como puente, que iba a un montículo de tierra y arena sobre el lago, dándole un aspecto de una isla pequeña, porque también había vegetación en ésta.

Ambas chicas paseaban en las rocas, tratando de llegar a ese islote persiguiendo una que otra ardilla del lugar.

Naoko casi resbalada de una roca al sentir su móvil vibrar en uno de los bolsillos de su saco.

-Moshimoshi.-

-¡¿Donde andas, cabezona?!-

-No me griten al mismo tiempo, chicas.-Pidió amablemente sobre la misma roca con su hermana por detrás.

-¿Donde andas?-Tomó la palabra "perverti-niños Mariko".-Nos quedamos muy preocupadas desde que Tomoyo y tú se fueron.-

-Gomenasai, Mariko-chan.-Respondió la rubia.-Pero era algo muy importante.-

-No manchen ¿qué hacen juntas?-Interrumpió algo agresiva Ayume.- ¿Por qué? ¿Donde están? Estoy tan preocupada.-

-¿quieres calmarte?-

-No me calmaré, déjame en paz. ¡Nii-san se volvió a llevar los red bull!-

-Iremos con Ren por más red bull cuando te calmes. Bueno, Naoko, aunque no me lo creas, Daiki ha estado preguntando por ti toda la mañana.-Decía entre sonrisas pervertidas.-

-¿El chico Hyuuga?-Preguntó extrañada la chica de ojos negros.

-Y entre nos...eso es tan tierno. Aunque molesto en cierto grado pero tierno al fin.-

-No sabía que te gustaba Daiki Hyuuga.-Dijo curiosa la rubia.

-N-no...no es que me guste. Sólo somos amigos.-Respondió nerviosa.

-Y yo me chupo el dedo ¿verdad?-Para este momento ambas chicas ya habían llegado al pequeño islote a mitad del lago.

-No sé que gustos tengas, Mariko, pero eso puede afectar al cerebro.-

-Muy graciosa, ya dígannos ¿donde están y por qué están juntas si se fueron separadas de aquí?-

-Estamos en los jardines Koishikawa Korakuen.-Hubo un repentino momento de silencio. Pero fue roto súbitamente por las chicas al otro lado de la línea.

-¡¡¡Que envidia!!!-Gritaron al unísono.

-Ese es el parque más famoso de todo Tokio.-Dijo rápidamente la Sabaku.-Llevenme con ustedes.-

-Más importante que eso ¿qué hacen ahí?-

-Pasando el Hanami en compañía de Tou-san.-Respondieron al mismo tiempo dejando algo aturdidas a ambas primas.

-¿Soy yo o escuche las palabras "Hanami" y sólo un "Tou-san", Mariko?.-

-Yo también escuché lo mismo, Ayume.-Respondió cortadamente la castaña.- ¿C-como...está eso?-

-Es un secreto.-Respondieron risueñas antes de ver a Itachi y a Naruto al otro lado del lago, hablando con los padres de este último.

-Ohh, que mala eso no es...-

-¿Qué pasó?-Preguntó la rubia.

-Se cortó la llamada.-Ambas se encogieron de hombros y salieron del islote para caminar por las rocas y volver con Tou-san.

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-Mariko.-

-Dime-

-¿Qué pasó?-

-Se cortó la llamada.-Suspiró.-Ahh, ni modo. Vamos con Daiki para despreocuparlo y por un poco de red bull con "fósforo Ren".-

-¿por qué fósforo?-

-Porque con ese cabello tan rojo y despeinado parece un fósforo encendido.-

-Ya vamonos.-

Ambas chicas entraron al salón de clases, con Kakashi dando las clases porque ellas habían entrado algo tarde. Pero bue...

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Se notaba que los Uchiha la estaban pasando bien, e incluso Itachi exteriorizaba una que otra sonrisa al ver a sus hijas interactuar. Pero, por otro lado, la gran parte de este asunto no era sólo felicidad y alegría. Si no que por dentro alguien se sentía destrozado.

Por esa razón Sasuke se encontraba dentro del bar de un restaurante cercano al centro.

Hace poco había salido algo enojado de su residencia, se había llevado consigo un saco, un sobre, lo que traía en el bolsillo, y su humilde y furiosa persona. Después de alejarse un poco a toda velocidad un semáforo en rojo logró que se detuviera su carrera por primera vez desde su salida.

Parecía que hasta el semáforo se burlaba de él con esa luz roja. Riéndose en su cara por el sólo hecho de mantenerlo detenido ahí con todas las emociones que cargaba, y además de que no había ningún auto alrededor, prácticamente eran sólo Sasuke y el semáforo.

Pero, por increíble que parezca, la luz roja le dio tiempo a Sasuke para pensar un poco.

De pronto llegó a preguntarse qué estaba haciendo. Por qué estaba en esa situación, para después caer en la cuenta de que no sabía la verdad de por qué se sentía así.

Aún cuando la luz roja cambió a verde Sasuke siguió en su lugar, casi como si tuviera raíces en sus pies para clavarse profundamente en el pavimento, con la mirada perdida en el horizonte.

Miró el sobre en el asiento del copiloto. “Hospital Akaeda” decía. ¿Por qué no?

Habría que ir a ese hospital para saber, por sí mismo, si era mentira o verdad a medias lo que contenía ese sobre. Por favor, tenía que ser mentira, esa niña se parecía tanto a él como Tomoyo a Naruto, Minato o siquiera Kushina. Pero…si fuera verdad. Podría ser más probable que era mentira, ya que nunca la conoció, tampoco cuando nació. No, claro que no, porque el se había desmayado después de una punzada en su vientre y…

Bueno, talvez, sólo tal vez, sea cierto.

Así que en cuanto sus extremidades por fin pudieron moverse, condujo hacía el Hospital.

Habló con la recepcionista y le pidió verificar los papeles que tenía el sobre en su interior. La muchacha verificó los documentos, eran más reales que el color azul en el cielo. Casi se desmaya en el momento, pero se le vino de pronto a la cabeza una solución.

Es bien sabido que para despabilarse un poco ante un desmayo es oler un poco de alcohol.
Y que mejor lugar que el bar de un restaurante para encontrar cantidades enormes de alcohol mientras podía ahogar sus penas en el fondo de una botella. Importándole poco que se lo beba a que lo olfatee. 

En esos momentos se esperaba de todo, menos encontrarse a cierta persona frente a él.

-¿Sasuke? ¿Eres tú?-

El mencionado levantó la mirada de su copa de licor. Enfocaba bien sus ojos en los del contrario, pero una ligera cantidad de alcohol hacía un poco difícil que no le mirara borroso.

-¿Quién…eres tú?-Carraspeó un poco, tenía la garganta algo seca así que le dio un trago a su bebida.

-No puede ser que después de unos cuantos años te olvides de mí.-Dijo la persona, tomando asiento a un lado de Sasuke.-*Suspiro* Como veo que no te vas a acordar fácilmente te daré una pista. Fui uno de tus mejores amigos en la secundaria, además de Gaara, claro.

-¿Copia barata?-


*CONTINUARA…

Notas finales:

-Quien adivine por qué está apareciendo Sai hasta ahora le doy un premio.-

-¿Y cual es el premio?-

-10 vales por un abrazo de Kizame Hoshigaki.-

-No,gracias. o.O!

Nos vemos luego, Xau X3.


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