Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cuatro larukus y un bebé por Niji_Takagawa

[Reviews - 20]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Un poco de lemon porque yo sé que ya hacía falta; oh pero eso sí, sé que a algunas no les hizo mucha gracia que apareciera Saku-panda-chan, pero el final de este capítulo les va a encantar (aunque yo amo a Saku realmente). Espero que me dejen más reviews, y por el momento eso es todo de mi parte; disfruten:

Tres días después de que la idea quedó acordada por Tetsu y su cómplice Ken, llegó el día en que la sorpresa sería realizada; por ese motivo Yukkie, el segundo cómplice, debía encargarse de crear una distracción lo suficientemente efectiva para mantener a Hyde alejado de su casa durante las horas de la tarde. Así que ahora ahí estaban, en el centro comercial, caminando juntos por los pasillos de éste; el baterista llevaba a su pequeña sobrina en brazos, y avanzaban tranquilamente mientras hablaban acerca del talento musical que Aiko estaba comenzando a demostrar mediante su nueva batería. No obstante llegó un momento en el que Hyde ya no pudo soportar más su curiosidad: Yukihiro era un gran amigo pero le parecía demasiado raro que de repente lo invitara a pasear con la niña, y sin sus novios; por ello su infalible instinto le hizo sospechar que algo extraño sucedía.

–Eh… Yukkie, tal vez te pareceré algo desconfiado por preguntarte esto, pero ¿qué se supone que estás planeando? —El baterista ya se había esperado semejante pregunta de parte del siempre suspicaz Hyde, por lo que ya había preparado una respuesta que lo dejaría satisfecho.

–¿Yo? Nada, ¿qué te hace pensar eso? —Aunque resultaba diferente llevar el plan a la práctica, con la mirada inquisitiva de su compañero escudriñándolo como rayos X.

–Me parece extraño que de repente se te haya ocurrido invitarnos sólo a Aiko y a mí al centro comercial sin que trames algo… y yo quiero saber qué es —no importaba que su compañero estuviera fingiendo demencia, a él no podía engañarlo.

–Ay Hyde por supuesto que no plaeno nada… yo sólo quiero pasar tiempo con mi gran amigo y mi querida sobrina, ¿acaso eso es malo?

–Pues no pero… ¿sin Tetsu?, y lo que es aún más extraño, ¿sin Ken?

–Ken… ya tenía planes con… con Sakura… y Tetsu dijo que… que tenía que resolver un asunto de trabajo muy importante pero que viniéramos nosotros tres.

–Mmh…–ése fue el único sonido que escapó de los labios del pequeño cantante ante aquella nerviosa respuesta del rubio, pues sus titubeos no pasaron desapercibidos.

–¡Es verdad! Si quieres llamarles para que te lo confirmen hazlo… aunque me ofendes con tus dudas.

–No empieces con eso, sabes que odio los dramas… está bien, te creeré —en el fondo seguía sintiendo dudas, aunque prefería no insistir, a sabiendas de que era inútil.

–¡Tío ki, helado! —Terció la pequeña, pues acababan de pasar frente a una heladería.

–Uh sí, yo también… pero debemos pedirle permiso a tu papá.

–¿Podemos papi? ¿Podemos? –Preguntó la pequeña dirigiéndose esta vez al vocal.

–Si Hyde ¿podemos? —Siendo secundada por el rubio baterista.

–Ah está bien niños cálmense, sí podemos.

Tetsu y Ken por otro lado se hallaban en casa del bajista: el primero estaba cocinando, mientras el segundo se encargaba de la decoración para ambientarlo todo de un modo romántico; no obstante después de algunas horas de paseo, el otro par tenía que estar por llegar, por lo que el pelinegro se apresuró a preparar las cosas de Aiko que tendría que llevarse para que la pequeña pasara la noche en su casa, salió para esperar en su coche, y el momento de la llegada se presentó sin tener que esperar demasiado.

–Bueno Hyde… nosotros ya nos vamos —una vez que estuvieron frente a la puerta del departamento del vocal, era momento de brindarle absoluta privacidad con Tetsu.

–¿Nosotros? –Preguntó el cantante bastante confundido, pues el único que se suponía que tenía que irse era el baterista.

–Sí, esta noche Aiko vendrá a casa conmigo ¿qué acaso Tetsu no te lo dijo?

–Si lo hubiera hecho no estaría preguntando… no, ¡un momento! ¿Por qué se supone que te vas a llevar a mi bebé?

–Pues simplemente porque Ken y yo le pedimos permiso a Tetsu para que se quedara toda una noche con nosotros… así que no hagas preguntas y dame a mi sobrina.

–Pero… aghh ¡está bien! —Estuvo a punto de oponerse ante semejante idea, cuando la mirada determinada y severa que recibió nuevamente le hizo comprender que no tenía caso— si Tetsu está de acuerdo puedes llevarla. ¡Ah!, aunque no se pueden ir así nada más, necesitarás llevarte algunas cosas que…

–Ken ya se encargó de eso, ¿vamos Aiko-chan?

–¡Sí! —Exclamó la pequeña con absoluto entusiasmo.

–Cuídenla mucho Yukihiro… ¡ah!, y ten en cuenta que si me entero de que lloró o que algo malo le pasó por su culpa los mataré a ti y al horrendo troll ¿me oíste?

–Sí, sí claro, puedes estar tranquilo Hyde, ya no seas tan intenso… con nosotros va a estar muy bien señor histerias; muy bien, despídete de papá pequeña.

–Adiós papi –pronunció la pequeña mientras rodeaba su cuello y besaba suavemente su mejilla– te quiero.

–Aww yo también cariñito, pórtate bien… con Yukkie, a Ken sí puedes molestarlo todo lo que quieras —agregó, antes de darle un beso sonoro en la mejilla igualmente.

–Bueno ya nos vamos entonces; ven aquí nena –al mismo tiempo que hablaba, tomó a su sobrina en brazos– la traeremos mañana.

–Sí, pero temprano, y más te vale que cuiden muy bien a mi princesa; te extrañaré mi amorcito –agregó para despedirse de su hija.

–Mira quién hace el drama ahora… si tan sólo será una noche; ¡ah!, por cierto Hyde, tú también pórtate bien –añadió con una pequeña risa maliciosa– adiós.

–¡¿Que yo qué?! Mmh ya me encargaré de que me dé una explicación mañana.

Bastante resignado a que su hija pasaría esa noche lejos de él se adentró por fin en su hogar, en donde, al poner un pie en la sala, sus ojos fueron cubiertos inmediatamente por un par de manos cálidas y suaves.

–¿Tet-chan? —A pesar de que el tacto de esas manos era inconfundible, y que él era el único que se suponía que podía estar ahí, preguntó solamente para cerciorarse.

–Doiha ¿estás listo para una noche inolvidable? –Susurraba sensualmente en su oído, haciéndolo temblar ante el cálido contacto de su aliento.

–Tet-chan ¿a qué estás jugando? —No era que le desagradara, sino que había sentido una creciente curiosidad durante toda la tarde y ya no podía soportarla.

–Yo sólo cumplo con la sorpresa que te dije cuando volví… así que sólo espero que te guste –descubrió sus ojos después de besar levemente su cuello.

–Wow amor… todo esto es tan… maravilloso…—decía mientras su mirada se paseaba por cada uno de los detalles de la decoración, en los cuales se notaba el esfuerzo para elegirla y colocarla cuidadosamente.

Había rosas rojas, rosas y blancas esparcidas por la casa gracias a los floreros que las sostenían, velas aromáticas de vainilla encendidas en lugar de las luces eléctricas, las cuales les proporcionaban un ambiente mucho más cálido y propicio para el romance, además de delicados pétalos blancos dispersos por el suelo de manera que dibujaban un pequeño camino hacia el comedor, y otro igual dirigido hacia la recámara principal.

–Realmente me alegra que le agrade… porque quiero que sepa que esta noche, en la cual nos dejaremos llevar por el romanticismo –dijo arrodillándose frente a él– yo voy a ser su obediente esclavo, majestad –continuó, tomándole delicadamente la mano para así besar el dorso de ésta– usted ordene y prometo que cumpliré todos sus deseos.

–Uh ¿todos mis deseos en serio? Eso suena peligroso para ti, ¿estás seguro de lo que estás me prometiendo? Podría aprovecharme de ti.

–Estoy más que dispuesto a correr ese riesgo… de hecho qué más quisiera yo que mi hermoso amo se aproveche de mí –decía, usando un tono de voz provocativo.

–Uh está bien esclavo, entonces mi primera orden… es que me des un beso.

–Todos los que quiera, para mí es todo un placer.

Se levantó tomándolo por la cintura, e inmediatamente acercó sus labios para besarlo dulcemente durante algunos minutos; podía decir que había olvidado la última vez que pudo besar a su amado de esa manera tan apasionada, ya que en todas las ocasiones de los últimos meses en que lo había intentado, su hija se encargaba de interrumpirlo. Empero, ahora que se encontraban totalmente a solas podía dedicarle a su amado las atenciones que había ido acumulando, y por ello sólo rompió el beso hasta que el aire les fue necesario. Entonces se mantuvieron completamente inmóviles durante algunos segundos, mirándose a los ojos con la sonrisa más amplia que les era posible; una ola de absoluta satisfacción los recorrió a ambos tras ese beso tan necesitado, mezclada además con la emoción de saber que la noche aún era joven, y por ende disponían de varias horas para dedicar a amarse.

No obstante, ninguno de los dos deseaba apresurarse demasiado: resultaba una dulce tortura el hecho de postergar el mayor encuentro amoroso de la noche, aunque valía la pena cada coqueteo que se dedicaban. Pensando en eso, la cena estuvo acompañado de constantes miradas y sonrisas seductoras, además de halagos y besos furtivos que les interrumpían al comer. Uno de dichos besos culminó la cena, tras lo cual Tetsu se puso de pie para acercarse completamente hasta Hyde, de modo que se arrodilló junto a él, ofreciéndole una pequeña caja alargada que evidenciaba sus intenciones de darle  un obsequio; al mismo tiempo, esbozó una amplia sonrisa satisfecha en cuanto notó la reacción sorprendida que su novio le mostró.

–¿Y esto? —Cuestionó el vocalista con un gesto de absoluta sorpresa, al mismo tiempo que tomaba aquella caja entre sus manos.

–Es sólo un pequeño tributo a su belleza señor mío, y con esto cumplo con la promesa que hice de traerle un regalo.

–Aww, gracias, mi amado esclavo –su sorpresa fue rápidamente reemplazada por una amplia sonrisa llena de ilusión cuando escuchó dicha explicación, para después besar fugazmente sus labios. Acto seguido abrió la caja, encontrando un collar con un dije en forma de medio corazón con “Tet-chan” de un lado y “Doiha” del otro.

–Usted conservará éste y yo –separó un poco su camisa descubriendo un dije igual en su pecho– tendré la otra mitad, ¿qué le parece mi majestad?

–Me parece un regalo hermoso y me encanta –volvió a besar sus labios, aunque de un modo menos fugaz esta vez, mientras le entregaba el collar al bajista– gracias mi amor ¿me la pones?

–Usted no tiene que preguntarme, yo haré todo lo que me pida –nuevamente se puso de pie para colocarse detrás del vocalista y colocó el dije en su pecho con delicadeza, abrochando la cadena y dejó un beso en su cuello– me encanta cómo se ve ahora.

El pequeño pelinegro se levantó abruptamente, rodeando la silla hasta quedar frente a él para poder abrazarlo por el cuello posesivamente y así apoderarse de sus labios en un beso bastante prolongado, como el primero que se habían dado esa noche. Poco a poco se fue haciendo igualmente acelerado y profundo, de tal manera que sus lenguas iban chocando en una guerra por tener el control, aunque al mismo tiempo seguían un compás armonioso, y cada caricia entre sus labios conservaba el mismo amor que los dos sentían, que tanto se habían estado reprimiendo en demostrar, y que simplemente ya no podían contener ni un segundo más.

–Tengo una nueva orden para ti esclavo…–susurró el más bajo contra los labios de su novio, sin dejar de abrazarlo de igual forma.

–Usted sólo dígame amo, yo cumpliré todos sus deseos.

–Te ordeno que me lleves a la habitación –le susurró esta vez al oído con voz sensual.

–Cómo desee, mi majestad.

Sin necesidad de decir algo más, simplemente lo cargó estilo nupcial, dirigiéndose a la habitación que ambos compartían; y en cuanto cruzaron el umbral de la puerta fue que Hyde pudo observar las rosas que igualmente invadían esa recámara y que los pétalos que decoraban el suelo también estaban presentes en la cama. Por ello, la sonrisa que había mostrado al inicio no tardó en volverse más amplia; simultáneamente, el líder de L’Arc dejó sentado a su amado en el centro de la cama, con la delicadeza que siempre mostraba para él, y después se dirigió a encender algunas velas.

–Y ¿qué opina mi amo de las decoraciones que he dispuesto para él?, ¿le gustan? Me sentiría muy mal si me dice que algo le ha desagradado.

–Todo es perfecto… pero ven acá –le extendió los brazos, a lo que el bajista se dirigió inmediatamente hacia él para abrazar estrechamente su cintura– aquí mismo hay algo que me gusta mucho más que las flores, que me encanta y me vuelve completamente loco…–mientras hablaba, con el tono de voz más provocativo del que era capaz, tomó su rostro con ambas manos para acercarlo al suyo– mi guapo esclavo.

Sus rostros se encontraban tan cerca que cuando hablaba sus labios se rozaban entre ellos de manera suave, como un simple coqueteo de sus bocas un poco los labios ajenos con los propios; y al terminar de hablar, deshizo por completo la corta distancia que quedaba entre ambos para besarlo posesivamente, de modo que casi lo devoraba en cada encuentro de sus labios. Al mismo tiempo, lo jalaba por el cuello de la camisa para recostarlo encima de su propio cuerpo, lo cual el chico castaño interpretó como la invitación más directa que podía recibir; pensando en eso, dirigió las manos a recorrer sus costados, acariciando su torso completo en busca de los botones de su camisa, y al encontrarlos se dedicó a desabrocharlos inmediatamente, sin dejar de besarlo igual. Estaba desesperado, ansioso por llegar a ese acto de amor que simplemente no había podido concretar durante tantos meses, por lo que no pasó ni un segundo después de haberle desabotonado la camisa, cuando le arrancó completamente dicha prenda y la arrojó al suelo de forma descuidada.

Cuando se sintió liberado de aquella prenda que ya se había vuelto un simple estorbo, el vocalista no tardó en tomar su turno para hacer lo mismo; dedicó algunos minutos a deslizar ambas manos por la espalda y el pecho de su amante, para después llevarlas a deshacer los botones de su camisa con toda la rapidez que le fue posible. Una vez que abrió completamente aquella prenda, simplemente la deslizó fuera de su cuerpo y la arrojó lejos para que le hiciera compañía a su propia camisa. Ya que había dejado el torso de su amado a su completa disposición, se enderezó ligeramente para alcanzar a besar su pecho, y luego jugó con sus pezones hasta dejarlos duros; al hacer eso fue que se dio cuenta del verdadero estado en que Tetsu se encontraba, pues sus jadeos eran la mejor muestra de su desesperación. Por ello no pudo resistir por mucho tiempo más, y con cierta brusquedad empujó a su amante hasta recostarlo por completo para terminar de desnudarlo mediante un solo movimiento. Al conseguirlo empezó a repartir besos por cada centímetro de esa piel que ahora se exponía ante él: así, fue bajando desde su frente hasta sus piernas, aunque después volvió a subir un poco, y llegó a su entrepierna. Ahí se detuvo para besar dicha zona, recibiendo por ello pequeños pero provocativos gemidos y peticiones de que acelerara las cosas.

Luego de un par de segundos se decidió a atender su petición: se levantó un momento para ponerse de pie, y ante la atenta y ansiosa mirada de su pelinegro, se despojó del resto de su ropa con absoluta sensualidad. Era como si cada uno de sus movimientos fuera planeado con mucha anticipación para incrementar la desesperación que Hyde ya sentía, quien no pudo contener un ligero gemido cargado de alivio cuando se volvió a posicionar entre sus piernas, las cuales lo apresaron. Esta petición silenciosa de que no se alejara causó que curvara sus labios en una sonrisa ladina, para después dirigir tres dedos hacia la boca jadeante de su pareja, quien los rechazó inmediatamente. No necesitaba ninguna explicación para dicho rechazo, pues conocía tan bien todo lo que el vocalista prefería en esas situaciones de intimidad, que no le tomó por sorpresa. Por ello, sonriendo con lujuria, el bajista dirigió su miembro a la entrada del pelinegro con una mano, y la otra la llevó a sostenerle la cadera para ayudarse en sus movimientos.

En seguida comenzó a penetrarlo, mientras sentía las uñas del más bajo enterrándose en su propia espalda y sus piernas apresándolo más estrechamente para propiciar una mayor cercanía entre sus cuerpos, de modo que le ayudaba a entrar más rápido y con más profundidad. Al terminar de entrar se quedó quieto por un momento para esperar a que el pelinegro se acostumbrara a la invasión; sin embargo, casi de inmediato éste le rogó que se moviera, así que sin pronunciar palabra alguna obedeció nuevamente su orden para iniciar sus movimientos, los cuales al principio formaban un vaivén que a pesar de ser muy lento al principio, fue acelerando y volviéndose más profundo cada vez más. Después de varias embestidas más a ese mismo ritmo, tomó firmemente las piernas torneadas de su amado: una de ellas la colocó encima de su hombro y sostuvo la otra debajo del brazo, mientras ocupaba la mano que había quedado relativamente libre en masturbar el miembro del menor. No quería dejarlo desatendido, y menos en ese momento crucial en que sus embestidas llegaban aún más profundo, al tal grado que consiguió alcanzar el punto de máximo placer de ambos. De esa manera, Hyde no podía evitar pedir más entre ansiosos jadeos, pues se hacían demasiada falta el uno al otro: por esa razón trataban de disfrutar de ese momento lo más posible. Los gemidos habían llegado tan alto que ahora eran sonoros gritos de placer combinándose con sus jadeos ansiosos, creando así una erótica melodía de pasión. Sus voces se unían en la misma sincronía con que sus cuerpos se tocaban; desde el principio había sido así: se unían con una armonía perfecta, formando un solo cuerpo, un solo ser.

–Te amo… Tetsu…

–Yo… también te amo, Hyde…

Con esas palabras tan cargadas de puro amor, ambos se corrieron al mismo tiempo, y a continuación se dejaron caer de lleno sobre la cama jadeando desesperadamente en busca del aliento que habían perdido. En seguida, dejando algunos besos en el cuello del vocalista, el bajista se salió de su interior con cuidado y se acomodó justo a su lado para atraerlo por la cintura mientras repartía suaves y gentiles besos por su rostro. Sin embaro luego de un momento, cuando superaron la pasada agitación, el pelinegro se colocó a horcajadas sobre su amado mientras besaba su pecho, acariciándole ambos brazos en un toque que si bien era delicado, lograba encender la pasión otra vez.

–¿Acaso debo entender que quieres más?, ¿no te fue suficiente?

–Honestamente no, porque me has tenido muy abandonado por varios meses esclavo, así que estoy muy molesto contigo.

–¿Muy molesto?

–Sí, mucho, has sido un esclavo muy malo y voy a tener que castigarte.

–¿Y no habrá alguna forma en que mi amo me perdone?

–Podría considerar otras opciones, sólo porque esta noche te has portado bien… pero no será fácil.

–Uy entonces usted sólo ordene, yo haré lo que sea.

–En ese caso, será una noche larga…

Esa apasionada faena de amor continuó hasta altas horas de la madrugada, de forma que apenas se acomodaron para dormir cuando el sol insinuaba el regreso del día; se habían quedado tan perdidos en ellos mismos, que de alguna manera que no supieron recordar al despertar, terminaron recostados sobre la alfombra, donde despertaron a la mañana siguiente, abrazados y cubiertos con una sábana.

–Buenos días, mi dulce majestad —el primero en despertar fue Tetsu, quien dedicó tan sólo unos minutos a observar a su amado, cuando éste ya estaba abriendo los ojos.

–Buenos días, mi amado esclavo —decía en medio de un perezoso bostezo.

–Espero que lo de anoche haya sido suficiente para conseguir el perdón de mi amo.

–Pues todo estuvo excelente como siempre… aunque creo que aún falta una cosa.

–Vaya no puedo creer que aún no esté satisfecho… es demasiado exigente –tomó su rostro con una mano para besar sus labios– ¿qué es lo que falta?

–Pues…–se levantó por completo mientras la sábana se deslizaba por su piel, dejando su cuerpo desnudo al descubierto– que tomes un baño conmigo, a menos que la idea te moleste…

–¿Y qué le hace pensar que esa idea pueda molestarme?, además…–hizo una pausa para ponerse de pie y lo atrajo por la cintura con un brazo, acariciándole el muslo con su mano  libre— ¿cómo podría negarme con este tipo de motivación…?

Y por lo visto, ese encuentro amoroso aún no terminaba, pues ambos continuaron sus demostraciones de amor en el baño mientras se duchaban, y un poco más en la cama tras haber salido del cuarto de baño. Sin embargo, cuando el reloj marcó la llegada de las tres de la tarde, fue que finalmente se dedicaron a vestirse, tras haber pasado toda la mañana desnudos.

–Espero que te haya gustado mi sorpresa mi amor.

–¿Bromeas? Me encantó, todo lo que me preparaste y lo mucho que nos amamos… y creo que deberíamos repetirlo no crees –dijo guiñándole un ojo con sonrisa traviesa.

–Eso me encantaría, pero para la próxima vez…–lo abrazó por la cintura, dándole un breve beso en los labios– tú serás mi esclavo.

–Como usted ordene mi amo… pero eso después, porque ahora tengo mucha hambre, casi no dormimos y gastamos demasiada energía.

–Pues entonces creo que…–empero, antes de terminar lo que decía, el timbre empezó a sonar– que deberíamos abrir…

–Aww creo que sí –una ligera risa escapó de sus labios al notar la expresión resignada del bajista, pues acababan de interrumpir ese ambiente romántico que habían creado desde la noche anterior; sin embargo, tuvieron que dejar eso de lado para dirigirse a abrir la puerta… y no resultó ninguna sorpresa ver quiénes eran las tres personas que habían llegado– ¡ah! ¡Mi bebé!

–¡Hola papi! —Exclamó la pequeña, sonriendo con entusiasmo.

–Aww hola mi amorcito –terció el bajista para saludar también a su pequeña, aunque no fue ella quien le respondió.

–Ay Tetsu de mi corazón, no creo que debas decirme así cuando no estamos a solas, me da pena –sino el guitarrista, quien al terminar de hablar recibió un codazo de parte de Yukihiro y un golpe en el hombro de parte de Tetsu.

–Mhh troll –además de una reacción molesta de Hyde y Aiko.

–No empieces Ken, por lo menos respeta el hecho de que yo estoy presente.

–Pero si sólo era broma cariño –respondió besando su mejilla abrazando por la cintura a su repentinamente malhumorado amante– sabes que eres el amor de mi vida.

–Ken no arruines el buen humor de mi Doiha por favor, además dudo quieras quedarte sin novio ¿verdad? Así que mejor díganme cómo se portó mi muñequita.

–Aww sí, ven acá Aiko-chan –el vocalista tomó a la pequeña que se encontraba de pie junto a Ken, besando su mejilla– ¿cómo te la pasaste con tus tíos mi princesa?

–¡Fue muy divertido!

–Ella es todo un ángel; se portó de maravilla y ya no tuvo pesadillas.

–¡¿En serio?! Vaya, me sorprende bastante… digo, teniendo en cuenta que esta vez lo último que vio anoche fue la horrenda cara del troll.

–Estúpido duende perverso… además eso no es del todo cierto mi amor, recuerda que yo fui la víctima de los ataques “Hydescos” que le dieron de repente.

–Tío troll se portó mal.

–¿Lo ves?, deja de quejarte idiota y mejor explícame qué rayos le hiciste a mi preciosa niña, horrendo gorila semi humano.

–¡Ése es el punto feo gremling mutante siniestro! Yo no le hice nada a ella –agregó en medio de un lloriqueo.

–Pues no, pero hablaste mal de Hyde frente a ella y sabes que reacciona muy mal con eso, así que no te quejes —terció el baterista, como si regañara a un niño.

–Aww mi amorcito, defiendes a tu papá, estoy tan orgulloso de ti –habló el cantante de nuevo con una expresión conmovida, besando la frente de su hija– aunque yo quisiera saber qué le hiciste.

–Tío exagera, sólo le arrojé algunas cosas –mencionó la pequeña con simpleza, ante lo cual recibió una carcajada de parte del castaño.

–¿En serio Ken?, ¿qué te arrojó?

–¡Buaa! Primero fue una baqueta de Yukkie, después su muñeca, un tenedor, un vaso, bloques para armar, un cojín y muchas cosas más que ya no recuerdo.

–Tío, te dije que no hables mal de papá.

–¿Lo ves Ken?, ella te lo dijo.

–¡Pero me arrojó cosas Tetsu! Y eso duele.

–Mi papi dijo que podía.

–¡¿Qué?! ¡Pero claro!, esa idea no podía ser de nadie más que de tu malvado padre, a quien también le da por arrojar cosas cuando se enoja… ¡tú! Maldito y estúpido gnomo diabólico perverso hijo de…

–No creo que deba recordarte troll, que Aiko también tiene baquetas ¿verdad?

–Tío troll necesita otra lección –habló de nuevo la pequeña, observando al guitarrista con el ceño fruncido.

–Debo decir que no puedo creer que hayas hecho eso hija –agregó el bajista, bastante sorprendido aún– pero ¿sabes qué?, si ese es el caso yo te doy permiso de que hagas lo mismo con el imbécil de Sakura –para después reír de forma malvada.

–Ay Tet-chan, me encanta lo sexy que te ves cuando te pones malvado –dijo el vocal mirando a su novio con ojos brillosos.

–¡¿Eh?! Tet-chan, definitivamente pasar tanto tiempo con Hyde te ha afectado en gran manera…—agregó Yukihiro, siendo éste su turno de mostrar sorpresa.

–Pues al menos a Tetsu sólo le dan pequeños espasmos de maldad, en cambio Hyde es perverso siempre… recuerda estos años que ha tenido hipnotizado a Tet-chan, sólo así me explico que esté tan feliz contigo duende del mal.

–Es porque me ama grandísimo animal.

–Pues lo que dice Ken no es tan errado cariño.

–¡¿Qué?! –Exclamó el baterista a manera de pregunta, casi en shock esta vez, ya que esa respuesta era la que menos esperaba.

–¡Ajá!, ¡lo sabía! –Fue la reacción del guitarrista.

–¡¿De qué rayos estás hablando Tetsuya?! –Esta vez la expresión del vocalista era de absoluto enojo, con el ceño fruncido por las palabras del menor.

–Simplemente abrió los ojos por fin, ya era hora Tetsu.

–Aww no te enojes amor –dijo por fin el líder, abrazando a su novio por detrás– no me has dejado explicarte.

–Pues más te vale que hables de una vez.

–A lo que yo me refiero es a que desde que te vi por primera vez en ese escenario y te miré directo a los ojos me dejaste embrujado… al escuchar tu voz me hipnotizaste, al contemplar tu rostro me quedé prendado de tu belleza de inmediato y desde entonces no puedo pensar en nadie más que en ti –le explicó con voz suave, mirándolo directo a los ojos, para después besar sus labios–. Me robaste el corazón con ese hechizo de amor oculto en tu mirada.

–Aww mi amor… me diste un gran susto, pero qué cosas tan bonitas me dices –volvió a besar sus labios, esta vez con una expresión de absoluta felicidad– y aunque yo me haya tardado en darme cuenta, inevitablemente me enamoraste con tu mirada sincera y tu hermosa sonrisa. Y te amo cada día más aún cuando me miras con tus bellos ojos transparentes que irradian esa ternura que tanto adoro.

–Eww… de haber sabido que se pondrían así de cursis no digo nada de eso —intervino el guitarrista con fingida una expresión de asco, como si estuviera a punto de vomitar.

–No es cursi, es muy lindo Ken… y no entiendo por qué tú nunca me has dicho nada como eso –agregó el baterista, mirando al aludido con el ceño fruncido.

–Eso es pedir demasiado Yukkie… si tu novio es un pervertido, no puedes esperar que sea romántico también.

–Yo también puedo ser romántico mini cantante versión akuma, pero a mí sí me daría pena decir algo así en público…

–¡Ja!, ahora resulta que este gorila pervertido sí conoce la vergüenza.

–Mira quién habla de pervertidos mini toy cabeza hueca.

–No me provoques, que saldrás perdiendo estúpido troll inmundo.

–Déjame en paz pequeño demente malévolo.

–Y esto va para largo…–corearon los otros tres ante aquella pelea tan acostumbrada, y que por lo tanto, sabían perfectamente lo mucho que podían durar, sólo insultándose el uno al otro.

El tiempo se pasó demasiado rápido, pues cuando apenas se dieron cuenta ya habían celebrado el tercer cumpleaños de la niña, y estaban en espera del cuarto. Aiko había demostrado tener un gran talento musical, gracias al cual progresaba rápidamente con la batería: como el bajista había mencionado al regalarle el instrumento, Hyde y Yukkie se convirtieron en sus maestros así que mienras practicaba tan sólo estaba esperando ansiosamente a tener la estatura necesaria para tocar una de tamaño real. Empero, al mismo tiempo estaba empezando sus clases de guitarra, y quién mejor para enseñarle que Ken. Por otro lado, la banda logró terminar las grabaciones de su álbum “Kiss” con éxito, después de haber negociado un descanso de los escenarios por dos años más, tiempo en el que la pequeña estudiaría el preescolar. Aunque en ese momento estaba el dilema de la gira…

–¡Mira tío!, casi me sale –dijo la pequeña sentada en el suelo con su guitarra especial, practicando las escalas.

–Muy bien cariño, sigue practicando igual.

–Ay no… mi niña va creciendo demasiado rápido…—intervino Hyde, con la mirada fija en su pequeña hija que seguía tocando.

–Aww amor por favor no te pongas así, no quiero ponerme sentimental yo también —al igual que su pareja, miraba fijamente a su hija, con cierto dejo de nostalgia.

–Quién diría que mi pequeña sobrina ya esté a punto de entrar a la escuela.

–¡Estoy muy emocionada! —Exclamó ella ante la sola mención del tema.

–Eso es bueno, la mayoría de los niños se ponen tristes al separarse de sus papás de esa forma, así que eso facilitará el proceso.

–Ya estoy acostumbrada tío, me gusta quedarme con ustedes.

–¡Buaa! Por favor ya no me recuerdes que cada vez eres más grande…—lloriqueaba el bajista con expresión completamente adolorida.

–Tranquilo papi, apenas voy a cumplir… amm ¿cuatro? –Preguntó dirigiéndose al más bajo de los cuatro.

–Sí cariño, van a ser cuatro —decía el vocalista, mostrándole cuatro dedos de su mano.

–Vaya que eres inteligente Aiko-chan, y hablas mucho más claramente que la mayoría de los niños de tu edad; Hyde me impresiona que hayas tenido la suficiente paciencia para enseñarle tantas cosas… y sin explotar.

–Hey yo a mi niña nunca le grito, para ella tengo toda la paciencia del mundo.

–Bueno pero aquí el problema es que ya estamos a punto de irnos de gira.

–¡Puedo quedarme con el tío Saku!

–¡¿Qué?! ¡Eso nunca, primero muerto!, prefiero que vayas con nosotros —con tan sólo escuchar que mencionaba al baterista, Tetsu no tardó en expresar su desacuerdo.

–Tetsu mejor piénsalo bien y no seas imprudente, ¿cómo se te ocurre querer llevar de gira a una niña de tres años?

–Sí Tet, los conciertos son de noche, lo único que harías sería desvelarla y agotarla.

–Es cierto amor, ella debe quedarse aquí, y qué mejor que con un amigo de confianza.

–¡¿Perdón?! Dime ¿desde cuándo ese idiota es mi amigo… y de confianza?

–Bueno, MI amigo; y si además Aiko lo quiere tanto, no habrá ningún problema.

–¡Aghh! Bien, lo voy a pensar, pero no crean que me hace mucha gracia que MI bebé se quede con ese imbécil.

Sin embargo, a pesar de las constantes discusiones, excusas y berrinches de parte del líder, quien actuaba peor que un niño caprichoso ante ese tema, fue humillantemente derrotado por los otros tres… o cuatro incluyendo a Aiko, pues ella estaba emocionada con la idea de quedarse con su querido tío. Por ello, como era de esperarse, al final la pequeña terminó quedándose en la casa de Sakura por los tres meses que duraría la gira, aunque el bajista seguía sin estar convencido.

–Recuerda que tome su siesta a su hora y no la vayas a desvelar —la pareja de padres ya le había dejado una lista de instrucciones al niñero, pero ni siquiera eso lo salvó de escucharlos recitarla… varias veces.

–Que siga practicando con la batería y la guitarra —aunque Tetsu no era el único, pues Hyde también estaba prácticamente histérico al respecto.

–Sí, sí, ya me dijeron todo un millón de veces; no sean tan intensos, par de histéricos, la cuidaré bien, y agradezcan que casualmente estoy descansando.

–Ah y que tampoco se te ocurra…–comenzó a decir el vocalista.

–…bajo ninguna circunstancia…–seguido del bajista.

–…darle azúcar antes de dormir –para terminar coreando la última parte de la oración.

–Eso también lo sé; confíen en mí, les aseguro que estará muy bien conmigo.

–Entonces muchas gracias Sakura, nos has salvado la vida —comenzó a decir el vocal, mostrándole una sonrisa de profundo agradecimiento.

–Sí, gracias Yasunori; y bueno, yo te diría que te cuides mucho… pero sabes muy bien que me encantaría volver… y encontrarte en coma en el hospital —aunque esa sonrisa fue todo lo contrario a la expresión de disgusto de parte del bajista.

–Aww muchas gracias Tetsuya, me conmueven tus buenos deseos… yo espero que te fractures una mano y no puedas volver a tocar el bajo nunca más.

–Ya niños dejen de pelear… adiós mi princesa, hazle caso a tu tío –luego de regañar a ambos chicos para que dejaran de pelear, Hyde se acercó hasta su hija, arrodillándose frente a ella para abrazarla protectoramente mientras repartía muchos besos por todo su rostro– te vamos a extrañar mucho.

–Yo también papi, a los dos… pero sé que volverán pronto… cántales tan bonito como siempre haces.

–Pórtate muy bien amorcito –esta vez fue el turno del bajista, quien cargó a su hija por encima de su cabeza, frotando sus narices– aunque el permiso que te di sigue en pie.

–Tranquilo papi, yo me encargo de que también mi tío se porte bien —decía apenas en un susurro a modo de confidencia, pues no quería que el baterista la escuchara.

–Ésa es mi niña –murmuró de gual manera, para después besar su frente, y por último la dejó de nuevo en el suelo.

–Bien, nos vamos ya, adiós Saku-chan.

–Adiós querido Hyde-chan, mucha suerte, hazlo tan bien como siempre…—comenzó a despedirse del pequeño pelinegro, y luego se enfocó en el castaño, ante quien dejó de sonreír como había hecho antes— rómpete una pierna Ogawa… y lo digo literalmente.

–¡Ahora sí lo mato! —Estaba a punto de abalanzarse sobre él, cuando su novio lo frenó para empujarlo hacia la puerta.

–Ya basta amor, tenemos que irnos… te quiero mucho mi niña, nos veremos después.

–Yo también te quiero cariñito, y te prometo que volveremos para tu cumpleaños.

–Sí papis, los quiero adiós –se despidió agitando su pequeña mano, mirando a ambos músicos retirarse.

–Bueno pequeña, creo que por ahora seremos sólo tú y yo; así que ¿ahora sí podrías explicarme de qué hablaba tu… molesto padre?

–Oh tío qué bueno que me lo recuerdas –mirándolo inocentemente se acercó a él, con las manos en la espalda, pero de repente…

–¡Ahh! ¡¿Por qué me pisas?! —Tras una exclamación de dolor, se encorvó mientras su pierna se flexionaba para alcanzar a tomar su pie adolorido por el pisotón.

–De eso hablaba mi papi… así que no vuelvas a hablarle feo.

–¡¿Eh?! Esto sólo podía ser obra de una escoria humana como Tetsuya…

–¿Necesitas otra lección querido tío Saku?

–¡No! Está bien ya entendí… ésta va a ser una larga temporada…

Dicho y hecho: el tiempo que pasó con la pequeña hija de Tetsu le enseñó a no hablar mal de él otra vez… o atenerse a las consecuencias, que en su caso eran los extraños objetos que lo golpeaban “misteriosamente”, los pisotones y puntapiés “accidentales”.

Notas finales:

Aww ¿qué tal con el pobre Saku?, ahora Aiko también tomará venganza contra él para defender a su papi Tetsu, lo que tanto querían ustedes. Bien, para el próximo capítulo les tengo algo muy especial así que espérenlo pronto: otro pequeño personaje que influirá mucho en la continuación de la serie, nos leemos pronto.

Mi página en Facebook~

Mi libro: Shamukha


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).