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Cuatro larukus y un bebé por Niji_Takagawa

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Notas del capitulo:

Misterio resuelto por fin, así que ahora sólo quedará saber lo que harán nuestros adorados músicos; les esperan muchas risas así que espero que les guste, gracias por sus reviews y por leer.

–¡Hyde! —Al no haber recibido respuesta alguna y al no saber qué más hacer, el bajista volvió a gritar únicamente el nombre de su pareja, como en una implícita petición de su ayuda; sin embargo mantenía la mirada completamente fija sobre el canasto que había “aparecido” frente a su puerta, en un intento por comprobar que alucinaba.

Mientras tanto en la habitación principal del departamento, ante esos gritos repentinos y casi tan desgarradores como si hubieran salido de alguna película de terror, lo único que Hyde logró hacer fue enderezarse con violencia hasta quedar sentado cerca de la orilla del colchón, desorientado y confundido debido a la manera tan brusca en que fue sacado de su sueño. Luego, en medio de la conmoción y de sus intentos por entender qué ocurría, volvió a escuchar la sobresaltada voz de su amante, la cual consiguió que terminara por caer de la cama, llevándose consigo las sábanas por el susto.

–Pero qué demonios…—apenas tuvo tiempo de pronunciar esa frase a medias, cuando se vio interrumpido por el tercer llamado de su amado.

–¡Hyde!

Fue entonces que comprendió que algo verdaderamente serio debía estar ocurriendo, por lo cual acabó de despertar lo suficiente como para levantarse del suelo, aunque un tanto tambaleante por la caída anterior. Así, cuando estuvo finalmente de pie esperó a recuperarse un poco, pues la idea de volver a encontrarse con el suelo no le resultaba atractiva, para ponerse el bóxer y los jeans y abandonó rápidamente su habitación. Se desplazó por el lugar lo más rápido que pudo para alcanzar el recibidor, y cuando llegó ahí se encontró a Tetsu todavía agachado enfrente de la puerta: seguía contemplando el canasto, del cual aún no se había dado cuenta por el susto.

–¿Tet-chan? –Completamente asustado al pensar en las posibilidades de lo que podía haber sucedido para hacer que su pareja gritara de aquel modo, se acercó a su pareja hasta poder tocar su hombro con delicadeza– ¿estás bien?

–S-sí p-pero…—seguía tan sumido en el shock inicial, que apenas logró que sus labios articularan esas dos palabras, aunque tartamudeó en el proceso.

–¿Entonces? –Definitivamente esa respuesta insegura no le convenció en lo absoluto, así que se agachó junto a él y le tomó el rostro con ambas manos para verlo a los ojos directamente; sin embargo, se espantó más al verlo tan pálido– ¿qué pasa amor?, por favor no me asustes.

–Es que… es que, Hyde… el-el canasto…—esta vez consiguió brindarle a su vocal una pequeña pista acerca de lo que le había sumido en ese trance; no obstante aún no era suficiente, pues no era capaz de ser directo.

–¿El canasto? –Volteó la cabeza, de modo que por fin pudo notar el extraño objeto en la puerta, y el cual parecía ser el causante de todo el alboroto– ah sí, no lo había visto antes… ¿quién lo dejó aquí?

–No lo sé… c-cuando abrí no-no había… nadie en la puerta…–decía, con la mirada un poco perdida aún.

–¿Y tan sólo por eso te espantaste? Por todos los cielos Tetsuya… ya no te dejaré ver tantas películas de terror, estuviste a punto de matarme de un infarto –tras un suspiro aliviado, se puso de pie con una sonrisa.

–Es que… no es eso… lo que… lo que tiene el canasto…—en medio de su discurso, el cual realmente sonaba mucho más parecido a balbuceos que a palabras, señaló dicho canasto con uno de sus temblorosos dedos.

–Ay amor, ¿qué puede haber ahí que te pudo poner así?

–Hyde… alguien nos dejó… un-un bebé…—finalmente lo había dicho, su voz fue capaz de pronunciar esas palabras que su mente se estaba negando a siquiera poner juntas, como en un desesperado intento por creer que todo era un espejismo.

–¿Y por eso me despiertas así, casi matándome del susto? Tet-chan, exageras, no es para tanto –por desgracia tal parecía que el pelinegro continuaba bastante adormilado, pues en realidad no había procesado las palabras de parte del bajista; por ello empezó a caminar de vuelta a la habitación– mejor ven, volvamos a la cama que estoy…– Pero fue cuestión de sólo unos segundos más para que alcanzara a comprender realmente la situación, así que se frenó en seco y dio media vuelta hacia él: se había puesto muy pálido y tenía los ojos desmesuradamente abiertos– un… ¡¿un qué?!

–¿Hyde? –Desafortunadamente todo indicaba que el cantante había reaccionado aún peor ante la impresión de la noticia, pues estaba inmóvil y ya no podía hablar– ¿cariño estás bien?

Por fortuna Tetsu pudo prevenir lo que sucedería después, ya que conocía demasiado bien a su pareja y sabía que saber reaccionar a situaciones extremas no era su fuerte; con eso en mente se puso de pie de un salto y se acercó hasta él: llegó a su lado justo a tiempo, ya que en ese momento se desmayó. La presión había sido demasiada, pero afortunadamente el bajista alcanzó a detener su caída, lo tomó en brazos y lo recostó en el sofá; luego, trató de despertarlo con la mayor suavidad posible para no alterarlo, aunque por lo visto se había quedado muy profundamente dormido: quizá aquél fue el mecanismo de defensa de su cuerpo, aprovechando la combinación de cansancio y de asombro extremo. Se resignó a dejarlo descansar tranquilo, y ya que él mismo estaba un poco más calmado, metió el canasto a la casa para poder cerrar la puerta sin hacer ruido. Por último, con sumo cuidado tomó en brazos al pequeño causante del desmayo del vocalista, con quien se sentó en el sillón individual.

–Tan sólo llevas unos minutos aquí y ¿ves lo que ya causaste…? Me pregunto quién y cómo habrá podido ser tan cruel para abandonarte de esta manera, pequeño… no, un momento –aquella única palabra fue suficiente para hacerle sentir una profunda duda, por lo cual hizo una pausa para revisar de cerca al bebé– ¡oh, así que eres niña! –Con eso recibió una sonrisa de parte de la pequeña– aww y una niña muy linda.

Después de haber pasado varias horas jugando con la pequeña recién llegada, quien rápidamente demostró un evidente agrado por el líder y bajista de L’Arc~en~Ciel, Hyde por fin empezó a despertar de su profundo letargo.

–¿Tet-chan…? ¿Dónde estás mi amor? –Abrió los ojos reaccionando muy lentamente, y lo primero que hizo fue buscarlo con la mirada.

–Aquí estoy mi amor —debía admitir que por un lado se sentía bastante tranquilo al ver que por fin reaccionaba tras un sueño sumamente largo; aunque por otro lado sintió un dejo de nerviosismo al pensar en cómo podría reaccionar su pareja ahora.

–Ay Tet-chan, tuve un sueño muy extraño –al mismo tiempo que hablaba, se incorporó un poco para poder voltear hacia su interlocutor– soñé que nos dejaban un bebé en la puerta y… y…–Al llegar a ese punto, guardó silencio de golpe y sus ojos se abrieron lo más que podían al notar un pequeño bultito en brazos del bajista: al parecer no había sido un sueño– y… ¡¿qué es eso?!

–No es un eso Hyde, es una ella –respondió el castaño, esta vez en medio de una leve risa divertida; sabía que su pareja estaba a punto de entrar en verdadero pánico, pero le fue inevitable ver el lado cómico de la situación.

–¡Ah entonces no fue un sueño! —Exclamó, poniéndose de pie de un salto y señalando a la pequeña.

–Shh –pero con ese gran grito de parte del cantante la bebé empezó a llorar asustada, por lo cual Tetsu la arrulló de inmediato– ya no grites amor, la asustas.

–Pero… pero…–estaba tan tenso, que uno de sus párpados empezó a temblar con un tic– pero… es que… un bebé… es que un bebé… no puede ser…

–Hyde ya cálmate por favor que no lograremos nada si estás tan al…

–Oh rayos, rayos… ¡no hables!, déjame pensar…–estaba tan histérico que ni siquiera pudo terminar de escuchar a su líder y empezó a caminar en círculos por la habitación y alrededor de los sillones– ay no… ay no… no puedo… esto es grave… así que debo pensar con la cabeza fría… ¡ah!, a ver creo que lo primero será decidir lo que vamos a hacer con… ¿dijiste ella?

–Así es, es una niña, y por eso no te preocupes amor, ya está decidido lo que vamos a hacer con ella: ¡nos la vamos a quedar!

–Ah claro amor nos la vamos a… ¡¿qué?! —A pesar de que sus reacciones fueron más rápidas que antes de desmayarse, su histeria seguía haciendo merma en su cerebro y en su lucidez— ¡no podemos hacer eso Tetsu!, ella debe tener familia…

–Pues no creo que la tenga, ¿acaso ya se te olvidó que la acaban de abandonar en un canasto…? Además, el hecho de que la hayan dejado justo en nuestra puerta significa que nos la regalan a nosotros.

–Probablemente, pero podría tener amm… tíos, abuelos o qué sé yo.

–¡No!, por favor no me la quites: estaba en nuestra puerta y yo la encontré, por lo tanto ahora es mía –tras su respuesta, el bajista hizo un infantil puchero, aferrándose más a la niña como si temiera que el vocalista se la arrancara.

–Mi amor, esto no es como cuando te encuentras una moneda en la calle… ni siquiera  como tener una mascota… ¿acaso ya olvidaste lo que pasó con tus tortugas?

–Murieron porque no les di de comer…—respondió apenas en un hilo de voz apenado.

–¿Y tus peces?

–Lo mismo…

–¿Y tu hámster?

–Lo mismo…–al llegar a ese punto agachó complemente el rostro, entristecido por sus mascotas perdidas.

–¿Lo ves?, amor a pesar de que eres un líder de banda muy responsable… cuando se trata de cuidar de un ser vivo eres olvidadizo y distraído; yo me he salvado porque sé cocinar y soy autosuficiente… pero ella no. Es un pequeño ser humano que no puedes darte el lujo de descuidarla en lo más mínimo porque necesita muchos cuidados… sin mencionar muchas otras cosas, cada vez más conforme crezca, y no sólo materiales.

–Ése no es problema; tal vez yo sea un amo de mascotas muy descuidado, pero sería un padre modelo ya que a ella no la descuidaría ni un segundo y nosotros le daríamos todo lo que necesite… sobre todo el amor ¿verdad pequeña? – Aquella pregunta fue dirigida a la pequeña que seguía en sus brazos, por lo que habló con un tono infantil y con los labios abultados, a lo que ésta le dedicó una risita– ¿ves Hyde? ¡ya le agrado!

–Aww sí, que linda… ¡no! Tet-chan no podemos encariñarnos con ella, imagínate qué pasaría si algún día llegaran a buscarla…

–Pues yo lo dudo; después de todo alguien que tuvo el corazón para abandonar a esta preciosidad de esa manera no puede tener el cinismo de venir a buscarla después.

–En eso tienes razón…–nuevamente hizo una pausa, y entonces se acercó al canasto con una expresión más relajada, con la intención de hurgar dentro– ¡ajá! Lo sabía –y tomó una hoja de papel de entre las mantas.

–¿Qué es eso amor?

–Parece ser que esto es de parte de la persona que dejó a la bebé –se acercó a Tetsu sentándose a su lado para que pudieran leer la nota juntos.

“Amables señores:
Tal vez en este momento estén pensando lo peor de mí al haber encontrado a la bebé, pero yo soy una mujer que no tiene dinero y que está totamente sola en el mundo… no tengo familia alguna y el padre de la niña murió antes de que naciera. Sé que conmigo ella pasaría muchas carencias, y yo quiero lo mejor para ella, lo cual sé que solamente podrá tener con ustedes. Aunque ustedes no lo crean me duele separarme de ella, sin embargo me dolería más si llego a verla pasar hambre como yo; yo he podido ver que ustedes son buenas personas así que por favor reciban a mi niña: su nombre es Aiko, así que espero que decidan cuidarla y amarla mucho, tal como su nombre lo dice.
Una madre desesperada.”

–¿Lo ves mi amor? Te lo dije: nadie vendrá a buscarla —concluyó el bajista en cuanto ambos terminaron de leer.

–Pobre mujer… y tú pensando tan mal de ella.

–Lo sé… pero ahora con más razón tenemos que conservar a la bebé, ya lo viste: está sola en el mundo –agregó con una expresión triste y un puchero en los labios.

–No Tetsu —mencionó terminantemente, atrayendo la atención del contrario.

–¿Eh? ¡Pero amor…! —Estaba a punto de reclamar algo más al respecto, de continuar su labor de convencimiento para que su pareja cambiara de parecer, cuando recibió la respuesta que tanto anhelaba.

–Ella ya no está sola, ahora nos tiene a nosotros.

–¡Ah! ¿Entonces nos la quedaremos? –Necesitaba una confirmación de que el sentido en que había tomado esas palabras era el correcto, y ya que su pareja otro sólo asintió con la cabeza como toda respuesta, lo supo– ¡mi amor! Oh ¡por eso te amo mi Doiha!, aunque tú seas el rudo del grupo y todos, especialmente Ken, crean que eres perverso yo siempre he sabido que tienes un gran corazón –inmediatamente se acercó hasta su pareja para rodearle los hombros con un brazo y besar sus labios.

–Yo también te amo por ser tan tierno todo el tiempo —inmediatamente correspondió al beso, y rodeó el cuerpo de su amado con ambos brazos.

–¡Ah!, ahora que lo pienso tenemos muchísimo que comprar: la bebé necesita muchas cosas… bueno por lo pronto iré a comprarle lo más importante; mientras tanto, ten mi amor –se separó del contacto que mantenían y cuidadosamente depositó a la bebé en brazos de Hyde– cuídala mientras vuelvo.

–¡¿Qué?! ¡No!, amor no puedo…–el más alto simplemente no lo dejó oponerse, por lo que sólo atinó a tomar delicadamente a la pequeña para evitar que se fuera a caer por su torpeza– yo no sé nada de bebés, me da pánico pensar que se me pueda caer.

–No se te va a caer amor, así que puedes estar tranquilo; tan sólo debes sostener bien su cabecita y sujetarla firmemente.

–Pero… ¿qué tal si llora?, ¿qué haré? Tú sabes bien que me altero muy fácilmente, no puedes dejarme solo con ella Tet-chan, lo arruinaré…

–Cálmate cariño, si llora solamente tendrías que arrullarla suavemente… o mejor aún: puedes cantarle; al fin y al cabo eso es lo que mejor sabes hacer –besó sus labios y se alejó para dirigirse hacia la puerta, donde tomó sus llaves justo antes de abrir– y ya no te preocupes que lo harás bien, prometo no tardar.

–¡Shias! Bueno pequeña creo que ahora sólo somos tú y yo…–no podía negar que se sentía sumamente nervioso, en especial porque al principio pensaba que todo era una broma de parte de su pareja; sin embargo, se tranquilizó un poco al ver que la bebé le sonreía– aww ¡eres tan linda! Y por Dios, espero no meter la pata…

Algunos minutos después de que Tetsu saliera del departamento que compartía con el amor de su vida, se concentró en la tarea de conseguir los objetos más indispensables para el cuidado de un bebé. Tuvo que recorrer numerosas tiendas para encontrar todo lo que necesitaba, aunque afortunadamente no fue en extremo difícil: gracias a toda su experiencia en las compras ya sabía muy bien a dónde ir para no tardar demasiado. Y en adición, también había logrado aprender mucho de bebés gracias a sus hermanas que a veces le dejaban encargados a sus sobrinos; sin embargo, en caso de no saber algo o de no estar seguro, simplemente le preguntaba a alguna empleada de la tienda. De ese modo salió del centro comercial cargado de muchas bolsas y una sonrisa muy amplia curvando sus labios; incluso sintió el repentino impulso de detenerse a comprar también un enorme ramo de rosas para su novio: sin razón aparente, más allá de tener un detalle romántico.

Hyde por su parte estaba bastante nervioso: él si estaba teniendo algunos problemas, los cuales no sabía cómo solucionar; al principio la bebé había estado completamente tranquila y en silencio. No obstante, y para su desgracia, de pronto pudieron escuchar unos gritos muy fuertes que provenían del piso de abajo, lo cual asustó a la pequeña y causó que empezara a llorar. Por ello el vocalista estaba tan alterado que incluso su tic en el ojo había vuelto, mientras arrullaba a la niña con insistencia; y tan desesperado estaba que incluso le había hecho caras graciosas pero ella no se calmaba.

–Ay no, ay no, y ahora qué hago… ¿y qué tal si le sucede algo malo…? ¡No!, no debo pensar en ese tipo de cosas… ya bebé tranquila por favor –ya no sabía qué más podía hacer para calmar esa situación tan estresante para él, de manera que sus nervios no le permitían pensar con claridad; justo como lo había predicho: estaba muy alterado y estaba al borde de la histeria– esto no me puede estar pasando a mí… ¿qué otra cosa me dijo Tet-chan que podía hacer…? ¡Oh claro!, ¿cómo pude haberlo olvidado?

En ese preciso instante tuvo una epifanía, ésa que tanto requería para solucionar esos momentos de angustia absoluta: fue como si su cerebro fuera súbitamente iluminado por las palabras que Tetsu le había dicho justo antes de irse, y por ello se sintió seguro con respecto a lo que debía hacer. Primero reacomodó a la bebé delicadamente entre sus brazos, acunada contra su pecho; entonces se puso de pie con mucho cuidado, y empezó a caminar lentamente por la habitación mientras le cantaba. Se trataba de una canción que conocía tan bien, que hubiera podido cantarla al derecho y al revés sin el más mínimo titubeo: “Hitomi no juunin”. Era una canción sumamente especial para él y para su pareja, una de ésas tantas que había escrito para expresarle su amor a través de sus letras; además, el ritmo tranquilo que seguía resultaba ideal para su objetivo de calmar a la bebé. Por ese motivo fue que al terminar de cantar sintió que felicitarse a sí mismo por la decisión: la bebé ya estaba profundamente dormida contra su pecho, y la mayor señal de la paz en que se había sumido, era el ritmo acompasado y suave que su pequeño pecho seguía al subir y bajar según respiraba.

–Uff gracias a Dios…–se sentó en el sillón reclinable muy despacio, teniendo especial cuidado con sus brazos– ya se durmió… y de hecho yo también estoy algo cansado, la conmoción no me dejó descansar apropiadamente…–Susurraba para sí mismo, entre una serie de profundos bostezos; después acomodó a la bebé totalmente recostada en su pecho, aunque una de sus manos siguió sosteniéndole la cabecita; lentamente se recargó en el respaldo por completo hasta sentir que el sillón se reclinaba, y entonces cerró los ojos para quedarse dormido casi de inmediato.

Transcurrió aproximadamente una hora más, tras la cual un Tetsu cargado con bolsas, cajas y un ramo de flores arribó a la puerta del departamento; cuando estuvo ahí, muy por encima de la alegría que había experimentado desde que se fue, le fue inevitable sentir una ola de preocupación al no escuchar ni un solo ruido en el interior de la casa. Así que abrió la puerta rápidamente, preparándose para llamar a su pareja, pero antes de poder hacerlo su preocupación fue reemplazada por alivio: ambos se encontraban justo frente a él, durmiendo plácidamente en el mismo sillón. Le resultó una escena tan conmovedora que se quedó embelesado contemplándolos, con una sonrisa fascinada en los labios… Tal fue su estupor que se tardó unos minutos en regresar a la realidad, y cuando lo hizo se apresuró a colocar las bolsas y cajas sobre la mesita de centro de la sala, donde igualmente tomó asiento para ver de frente a su amado. Lo miró desde esa posición algunos minutos después, tras lo cual el vocal empezó a despertar por sí mismo, y lo primero que vio al abrir los ojos fue el ramo de rosas frente a Tetsu.

–¿Uh? Tet-chan por fin llegaste –decía lentamente ya que estaba un poco adormilado.

–Prometí que no tardaría –le dio un pequeño beso en los labios luego de bajar un poco las flores para extendérselas– le traje muchas cosas a la bebé, pero éste es para ti.

–Aww, gracias amor, son hermosas —a pesar de que habría querido tomar las flores y abalanzarse hacia su amado, tuvo que conformarse con tirarle un beso en el aire.

–No más que tú mi hermoso —ya que pudo notar lo que su amado realmente deseaba, se inclinó sobre él para darle un corto beso.

–Creo que deberías ponerlas en agua ¿no te parece?

–Supongo que sí –se levantó para caminar a la cocina y colocó las rosas en un florero con agua, las cuales volvió a llevar hacia la sala– ¿sabes mi amor?, creo que deberías llevar a Aiko-chan a que duerma en la cama, además tú necesitas comer.

–Cierto… teniendo en cuenta todas las energías que gasté anoche…

–¡Shh!, no hables de eso frente a la bebé –respondió el bajista mientras se sonrojaba.

–Tranquilo mi amor, ella está profundamente dormida –se levantó con mucho cuidado de no despertarla, y se dirigió a la habitación, siendo seguido por su novio– me parece que debemos comprarle una cunita también.

–Naturalmente… podrías aplastarla al dormir.

–Hey ni que me moviera tanto… bueno tal vez a veces, pero eso es sólo por tu culpa y sabes a qué me refiero –delicadamente acomodó a la bebé justo en medio de la cama, y para evitar que se rodara, colocó almohadas a su alrededor.

–Te dije que lo harías bien amor.

–Eso es lo que podría parecer… sin embargo empezó a llorar poco después de que te fuiste, y continuó haciéndolo por mucho tiempo; no podía calmarla, así que tal como lo predije: yo también me alteré demasiado… temía que le pasara algo malo.

–Pero no fue así y al final lograste dormirla… le cantaste ¿verdad?

–Sí, sólo así se tranquilizó.

–Aww es tan linda –dijeron al mismo tiempo cuando Aiko suspiró entre sueños.

Luego de contemplarla durante unos segundos más, Tetsu deslizó un brazo alrededor de los hombros de Hyde para salir juntos de la habitación; así llegaron hasta la sala de estar, donde empezaron a sacar de los paquetes todas las cosas que el bajista había comprado, que considerando su manía por las compras, eran muchas.

–Nunca me imaginé que nosotros tendríamos que comprar este tipo de cosas alguna vez –dijo el vocalista mientras extendía un pequeño mameluco rosa– aww qué lindo.

–Sí, y para un bebé nuestro… se siente bien tener un bebé en casa ¿no crees amor?

–Aww sí… por cierto creo que hoy mismo tendremos que ir a comprar otras cosas muy necesarias –el bajista esbozó una enorme sonrisa al escuchar la palabra “comprar”, lo cual causó una leve risa enternecida por parte de su pareja– sí amor, yo sé que eso te hace muy feliz.

Después de contemplar la ropita en miniatura por un rato más llevaron todas las cosas a la habitación, Hyde se dedicó a cocinar y Tetsu se acostó en el sillón para descansar por un rato. El desayuno transcurrió en medio de una conversación en que la pequeña Aiko fue el tema principal; cuando terminaron de comer tomaron un baño, por turnos a pesar de que hacía años que no lo hacían, y se prepararon para ir a comprar las cosas para la bebé. Sin embargo, antes de que pudieran salir, llegaron ciertas visitas…

–Tet-chan por favor abre antes de que despierten a la niña —enunció el vocalista, quien se encontraba en medio de una batalla campal con sus botas desde el sofá.

–Sí, ya voy amor –dicho aquello prácticamente corrió a la puerta para dejar entrar a las inesperadas visitas– ¡ah! Hola chicos, qué sorpresa, pasen.

–Hola Tet-chan, esperamos no interrumpir nada —el primero en hablar fue Yukihiro, tan sereno como siempre y con la sonrisa que lo caracterizaba.

–En lo absoluto —en seguida abrió un poco más la puerta para darles espacio para que pasaran; no obstante, antes de indicarles que lo hicieran, llegó el saludo de Ken.

–Hola Tetsu de mi corazón… ¡vaya! ¿Por qué estás tan arreglado a esta hora…? ¡Oh, ya sé!, no me digas que finalmente el duende malvado de Hyde te desembrujó e irás a buscar un nuevo novio que sí valga la pena.

–Te escuché maldito rascacielos andante, y más te vale que me dejes en paz o te juro que el que tendrá que buscar otro novio va a ser Yukkie… por cierto ¡hola Yukkie! Me da gusto ver a mi baterista favorito, el cual aún no entiendo cómo puede querer tanto a este troll cabeza hueca.

–Hola Hyde, también me da gusto verte –respondió el aludido con una risa divertida.

–Ken no empieces… ya déjalo en paz que hoy amaneció de muy buen humor, así que no lo arruines o seré yo quien dejará a Yukkie sin novio…—intervino Tetsu en su eterna tarea de conciliador.

–Bueno, ya me callo… no, momento ¡¿el enano amaneció de buen humor?! ¿Y eso?

–Es que anoche pasaron… muchas cosas.

–Pervertido, y dices que yo.

–Tú siempre pensando sólo en eso ¿verdad?

–Por supuesto que no, ¿qué clase de persona creen que soy?, me ofenden por pensar algo así de mí.

–Amor mejor deja de decir tantas mentiras, que en casa hay mucha evidencia de que es cierto —intervino el baterista, provocando una expresión ofendida de su pareja.

–¡Lo ves! –Exclamaron al unísono el vocalista y bajista.

–¡No es cierto!

Y con ese grito especialmente sonoro, de repente se escuchó un llanto proveniente de la recámara principal, a lo que los visitantes reaccionaron con una sorpresa que estuvo a punto de dejarlos en shock. Hyde corrió a la habitación bastante angustiado, seguido inmediatamente por Tetsu… y ya que la curiosidad era demasiada, sus visitas también lo imitaron: esta vez sí quedaron en shock al ver al vocalista cargar ese pequeño bulto.

–¿Qué le pasa?, ¿se encuentra bien? —La voz del bajista fue la primera en sonar.

–Uff sí… tranquilo mi amor, tan sólo se asustó con los innecesarios gritos del estúpido gorila ése —con un ademán de cabeza, señaló despectivamente al guitarrista.

–¡¿Eh?! –Usualmente el aludido habría peleado debido al modo en que fue nombrado, pero su estaba tan sorprendido que ni siquiera sabía qué decir.

–Pero chicos… ¿a quién le están cuidando esa bebé…? –Al parecer el rubio baterista estaba un poco más sereno.

–No se la estamos cuidando a nadie.

–Es nuestra.

–¡Wow! N-no me digan que…–al escuchar el inicio de la respuesta que Ken finalmente pronunció, los otros tres lo miraron expectantes, suponiendo que había podido llegar a la conclusión correcta él solo–…que uno de ustedes se convirtió en madre –aunque al parecer lo sobreestimaron– y no nos avisaron, ¡ingratos!

–¡Claro que no tonto! –El bajista fue el primero en dar una respuesta, mostrándole una expresión entre irritada y divertida por dichas conclusiones absurdas.

–Si serás idiota –siendo secundado por el vocalista, quien sólo se mostró irritado.

–Amor ya no voy a dejarte ver tanta televisión, empieza a afectarte.

–Entonces dejen de insultarme y por favor explíquenme que no entiendo.

–Ahora veo que tenía razón al pensar que a tu micro cerebro solamente le quedan dos neuronas y no se hablan porque están peleadas ¿verdad?

–Lo que pasa es que en la mañana nos la dejaron en la puerta dentro de un canasto.

–Ah… ¡woah! Yo sólo había visto situaciones así en películas —tras escuchar al fin una explicación de lo sucedido, el más alto de los cuatro volvió a tomar la palabra— así que definitivamente la realidad supera la ficción.

–Vaya, ¿cómo pudo ser posible que alguien fuera tan cruel como para abandonar a un bebé de esa forma? —A diferencia de la profunda sorpresa mostrada por Ken, Yukihiro se mostró consternado y enfadado.

–Umm de hecho… al parecer la madre la abandonó por necesidad; no fue por falta de cariño, sino de dinero —la reacción tan poco agradable por parte del rubio baterista fue tan evidente, que Tetsu trató de tranquilizarlo un poco mediante esa explicación.

–Así es, y por eso ahora es nuestra —concluyó Hyde, abrazándose a la bebé.

–Aww pero qué linda –dijo el rubio del grupo al haberse acercado por completo a Hyde para verla más de cerca– ¿puedo cargarla?

–Claro –con el permiso otorgado por el pelinegro vocalista, el baterista tomó a la bebé entre sus brazos con mucha delicadeza, teniendo especial cuidado su cabecita, tras lo cual la pequeña le sonrió de inmediato.

–Aww pero qué hermosa es… y creo que le agrado –mencionó, mostrando una amplia sonrisa completamente enternecida– ¿cómo se llama?

–Aiko —corearon ambos músicos en cuyas manos tenían la custodia de la pequeña.

–Aww qué nombre tan hermoso – habló esta vez el más alto de los cuatro mientras se acercaba a su novio para poder verla también– hola Aiko-chan.

Desgraciadamente, cuando éste le dedicó una sonrisa, la pequeña se mostró bastante seria, como analizando detalladamente al guitarrista; después de un momento hizo un puchero y empezó a llorar, escondiendo su carita en el pecho del rubio.

–Oh ¡bien hecho cigüeña desplumada!, primero la despiertas con tus gritos y ahora la haces llorar, ¿qué rayos le hiciste?

–¡Pero si yo no le hice nada!, sólo le sonreí –respondió en medio de un lloriqueo.

–Ah pues ¡con razón!, con esa horrenda cara de troll deforme que tienes ¿cómo no se va a asustar?, idiota; y ya no dejes que te vea o tendrá pesadillas de por vida.

–¡Buaa, ¿por qué no me quiere?! —Esta vez sus lloriqueos se volvieron más sonoros y más dramáticos, por lo cual Hyde le dio un zape para indicarle que se callara.

–Creo que simplemente no le agradas amor –concluyó el baterista, tratando de utilizar las palabras más gentiles que le fue posible encontrar, mientras arrullaba suavemente a la pequeña para tratar de calmarla.

–¡Oh eso sí me agrada! ¿Oíste eso Tet-chan?, únicamente ha pasado un par de horas conmigo y ya empieza a parecerse a mí –terció de nuevo el más bajo, completamente entusiasmado ante la idea.

–Eso sería realmente adorable amor –respondió el aludido, tras permitir que una ligera risa enternecida se escapara de sus labios; a continuación su atención se dirigió hacia sus visitantes, a quienes observó sin dejar de sonreír– por cierto, nosotros estábamos a punto de salir a comprar las cosas de Aiko, ¿quieren venir?

–¡Sí! –Sin siquiera pensarlo, la pareja respondió la pareja al unísono.

Subieron todos a la camioneta del bajista, que por cierto ya había tenido la precaución de colocarle un asiento especial para bebé; durante ese trayecto la pequeña Aiko se la pasó riendo con las caras que le hacía Yukkie para ella, y después se ponía seria cada vez que veía a Ken, con lo cual Hyde no dejaba de burlarse de él. Tetsu por otro lado, tan sólo iba conduciendo, yendo muy atento al camino pero sin poder evitar reír por los comentarios de su novio. De esa manera llegaron al centro comercial, por lo cual todos se bajaron del vehículo bastante sonrientes… con excepción de Ken, quien al parecer era el único que no le agradaba a la bebé.

–Buaa ¿por qué yo no le agrado? —Aquella queja fue una de las tantas que pronunció desde que se dio cuenta del desagrado de la niña por él, pues seguía sin superarlo.

–Pues es obvio, bobo: porque a nadie le agradan los horrendos trolls como tú, ¿verdad nena? —Al dirigirse a la pequeña, quien se encontraba entre sus brazos, habló con un tono de voz infantil, burlándose del guitarrista por enésima vez.

Así continuaron durante todo el día, aunque ciertamente la mayor parte de la atención estaba dirigida en comprar todo lo necesario: entiéndase muebles, ropita, accesorios, juguetes e incluso los adornos y pintura para arreglarle su habitación. Sin embargo, ya que al parecer los muebles les serían entregados en su casa hasta dentro de tres días, el bajista tuvo que hacer uso de ciertas influencias para conseguir que los encargados de la tienda aceptaran llevarlos al día siguiente temprano. En tan sólo un día se habían encariñado mucho con la pequeña, así que estaban felices y entusiasmados al tenerla en casa; aunque por esa noche la bebé tendría que dormir con sus nuevos padres, ya que aún no tenían la cuna.

–Amor por favor no te vayas a mover tanto.

–Qué exagerado eres… ya te dije que cuando me muevo mucho en la cama es por tu culpa… ya se durmió –anteriormente había estado arrullando a la pequeña, por lo que se sintió aliviado al ver que ya estaba dormida; luego, con mucho cuidado la acomodó en el centro de la cama, besando su frentecita– me arrepiento de cómo reaccioné esta mañana al verla por primera vez…

–Tranquilo amor, sólo te tomó por sorpresa, pero yo sé que ahora le harás sentir todo tu amor verdad.

–¡Claro! Sólo la hemos tenido unas cuantas horas y ya me encariñé mucho con ella.

–Aww sí, es que es tan linda.

–Sólo espero no quedarme en segundo lugar y que me dejes de poner atención a mí o me voy a poner celoso…

–Claro que no amor –inmediatamente se sentó a su lado para abrazarlo por la cintura, dándole un beso en los labios– eso no pasará; aunque ella será la niña de mis ojos, tú siempre serás mi pequeño consentido. Por lo tanto desde ahora este corazón quedará partido en dos para darles a ambos el mismo amor y la misma atención.

–¿En serio mi amor? –Dijo con voz infantil, haciéndole un puchero.

–Claro, ¿cómo crees que podría dejar de ponerte atención si eres el amor de mi vida?, lo eres todo para mí y yo vivo por y para ti, para complacerte en todo.

–Gracias, mi Tet-chan –le dio un pequeño beso en los labios y recargó la cabeza en el pecho del mayor, abrazándolo posesivamente– tú también eres el amor de mi vida.

–Te amo mi Doiha y sabes que me gusta hacerte feliz.

–Si estoy contigo soy feliz amor… además tú sabes que cuando tú me complaces, me gusta complacerte también –se volteó un poco en su lugar, tomando su rostro con una mano besando sus labios apasionadamente; pero…

–Ay Hyde… detente o no podré contenerme mi amor, y por ahora no podemos —decía sobre los labios de su amado: a pesar de todo se negaba a separarse por completo.

–Es cierto… hace tanto que no pasamos una noche sólo durmiendo…

–Una noche de sólo dormir no nos hará daño amor.

–Está bien cariño, prometo contener mis impulsos… ¡por cierto! Tengo una duda: ¿qué “edad” tendrá Aiko?

–Cierto… no lo había pensado; supongo que apenas tiene algunas semanas pero creo que deberíamos llevarla a un pediatra para que nos diga con seguridad, así de paso la revisan, le ponen sus vacunas y esas cosas ¿no crees?

–Supongo… ay pero me da pánico el asunto de las vacunas… le va a doler mucho, es una bebé, y los bebés son delicados –dijo con un gran puchero en los labios.

–Sí mi amor, pero es necesario; así que mañana la llevas y yo me quedo para recibir y armar sus muebles.

–Está bien, aunque no me agrada mucho la idea… ¿y sabes qué tampoco me agrada?

–Oww ¿qué cosa mi vida?

–Que tengamos que dormir tan separados…

–A mí tampoco me agrada la idea cariño, y sabes que yo nunca te digo que no a nada, no obstante hay que hacerlo por la niña.

–Sí… sólo por ella –se dieron un último beso de buenas noches antes de acomodarse cada uno a un lado de la cama, dejando entre ellos a la pequeña, aunque entrelazaron sus manos al centro para no sentirse tan alejados.

Notas finales:

No tengo nada que decir por el momento, más que recordarles que proximamente les traeré más y pedirles que me dejen reviews, saludos.

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Mi libro: Shamukha


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