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El camino perfecto por yellowmuffy

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Notas del capitulo:

Bueno… aquí el segundo capítulo de la historia y ya se empiezan a involucrar más personajes jojojojojo

 

Espero que lo disfruten (^ o ^)/

 

¡¡¡Minna Daisuki!!!

INTRODUCCIÓN

 

[2]

 

Un pelinegro dormía profundamente sobre su cama soñando con lo que a él le parecía el paraíso. Los diferentes aromas de la comida a su alrededor llegaban hasta su nariz haciéndole dudar por cuál de todos probar primero. Y cuando al fin sus manos se posaron decididas sobre una generosa rebanada de pastel de chocolate, la voz de alguien aclamando su nombre le despertó.

 

- ¡Hideto Hayashi! –Decía- ¡Despierta de una buena vez o se te hará tarde!

 

Abrió sus ojos con lentitud sintiendo la molesta luz que entraba por el marco de la puerta y, al enfocar mejor después de restregarse los ojos, pudo distinguir la silueta del que identificaba como  su “madre” en el umbral.

 

- Pero mami –balbuceó el más joven dirigiendo su mirada hacia el reloj en la mesa al lado de su cama haciendo un enorme esfuerzo por contener un bostezo- aún es temprano. Tengo tiempo para llegar.

 

- Vamos Hi-chan –le apresuró el rubio- El desayuno está servido y si no te apresuras se enfriará.

 

Y sin más la puerta se volvió a cerrar.

 

El moreno hizo un puchero y se revolvió entre las cobijas replanteándose la idea de volver a dormir pero las hizo a un lado y se incorporó sobre la cama estirándose. Cómo odiaba no poder dormir hasta la hora que él deseara.

 

Terminó de levantarse y se dirigió directo al baño a tomar una ducha. Y unos minutos después, ya completamente listo, salió de su habitación.

 

Abajo, en la cocina, yacía Yoshiki sirviendo un poco de jugo.

 

Le observó por un momento. Desde que tenía memoria podía recordar a su “madre” casi exactamente de la misma manera a como le veía en ese momento, tal vez ahora no tenía una apariencia tan extravagante como en sus tiempos en la banda, pero por lo demás permanecía intacto. La misma sonrisa en su rostro, la misma suave y fluida forma casi afeminada de moverse y la misma calidez que irradiaba a su alrededor. Parecía que los años pasaban a su lado casi sin rozarle.

 

Y a pesar de los estos no podía dejar de admirar aquella persona que a su vista parecía tan maravillosa. Como tampoco pudo evitar sonreír y “atacar” al mayor por detrás con un abrazo de oso provocando un brinco por parte de este.

 

- ¡Buenos días mami! –exclamó.

 

- ¡No me des esos sustos Hideto! –Le regaño el rubio pero de igual manera correspondió su abrazo- Y buenos días a ti también.

 

- Mami, ya te lo dije –se quejó el moreno mientras tomaba asiento y comenzaba a engullir su desayuno- de ahora en adelante soy Hyde no Hideto.

 

- Para nada H-I-D-E-T-O –Yoshiki puso especial énfasis en cada una de las letras y también se sentó- ese es tu nombre y no tienes de otra. Que tus locas fans te llamen como se te dé la gana no significa que yo también lo haga, mucho nos esforzamos tu padre y yo en buscarte nombre como para que te lo cambies. En todo caso sólo puedo acceder con “Hi-chan” y no creo que quieras que te llame así en uno de tus conciertos.

 

El moreno le miró con una molestia infantil en el rostro e hizo un puchero. Había vuelto a fallar en otro de sus intentos por que su madre le llamase por su nombre artístico.

 

- ¿Oye mami? –volvió a hablar Hyde recordando la razón por la que había tenido que levantarse temprano en su día libre.

 

- ¿Qué sucede Hi-chan? –Yoshiki volvió a poner total atención a su hijo.

 

- ¿Estás seguro de que tengo que ser yo quien vaya a recoger al enano al aeropuerto? –preguntó con mala gana recibiendo una mirada desaprobadora por parte del mayor.

 

- Hi-chan sabes que yo no puedo –Hyde suspiró sabiendo por donde iba la  cosa- tengo mucho trabajo, además se trata de tu hermanito ¿Que acaso no lo extrañas?

 

- Pues para ser sincero… -el moreno volteó la mirada hacia otro lugar con la molestia marcada en su rostro completamente consciente de que podría irle mal si terminaba la frase- …a-además ya está grandecito como para venirse él sólo.

 

- Hideto –le advirtió el rubio.

 

-Ok mami, ya no digo nada –y dicho esto centró su vista en lo que quedaba de su desayuno- pero me debes muchos mimos por esto –susurró por lo bajo hablando como niño y haciendo otro puchero, sacándole así otra sonrisa a su madre.

 

Pronto ambos acabaron con su desayuno y el pelinegro se apresuró a ir en busca de las llaves de su auto que, como siempre, estaban en el lugar dónde menos hubiera esperado hallarlas. Después fue hacia la puerta de la casa no sin antes darle un abrazo a su madre y salir.

 

- ¡No vemos Mami! –Gritó antes de cerrar la puerta dejando al rubio totalmente solo.

 

Por su parte Yoshiki, después de escuchar el sonido del auto de su hijo al partir, también se apresuró para estar listo e irse a trabajar. Pero antes de que llegara a las escaleras para subir por un abrigo alguien comenzó a llamar a la puerta. Así que fue a ver de quién se trataba.

 

Al abrir la puerta se encontró con un alto pelirrojo con unos anchos lentes de sol al que ya conocía bastante bien. Se trataba de su actual compañero en la nueva banda que estaba tratando de formar.

 

- Hola Sugizo –le saludo con una sonrisa y se hizo aún lado invitándolo a pasar.

 

- Hola Yoshiki –hizo un leve gesto parecido a una reverencia con su cabeza.

 

El guitarrista aceptando la invitación del rubio dio unos pasos y entró en la estancia.

 

- Creí que no te vería hasta llegar al trabajo –Habló Yoshiki dirigiéndose a la sala.

 

- Pues sí pero ya ves… –explico Sugizo haciendo a un lado sus gafas para poder observar mejor al rubio frente a sí – Hoy me desvié un poco del camino y como estaba cerca de tu casa quise pasar por ti.

 

Yoshiki no hizo más que reír en su interior teniendo la sospecha de que la verdadera razón para su visita no era una simple coincidencia. Hacía ya varias semanas que había notado un extraño cambio en el comportamiento del violinista y “casualmente” ese tipo de “coincidencias” se habían vuelto muy frecuentes. Además de que se había hecho consciente de que su mirada la mayoría de las veces iba a posarse en su persona cuando se encontraba distraído. Pero desde el primer día que lo notó hasta ahora, siempre se había tratado de convencer a sí mismo de que todo era imaginación suya.

 

- ¿Porqué no te sientas un rato en lo que yo subo por un par de  cosas para poder irnos? –le ofreció el rubio pianista.

 

- Claro –Acepto Sugizo yendo hasta uno de los sillones a tomar asiento- te espero.

 

Los ojos del violinista siguieron la silueta del rubio hasta que esta de perdió por la escalera. Y sin más que hacer mientras esperaba, se propuso dar un breve recorrido con la vista por aquella habitación que ya conocía bastante bien. Y, como casi siempre que lo hacía, una fotografía sobre un estante captó su atención por completo.

 

En ella se observaba al pequeño Hyde, con no más de tres años, cuyas manos se perdían en la mata de cabello rosa de su padre de quien iba montado sobre sus hombros. Ambos con una enorme y radiante sonrisa en su rostro.

 

Sin notarlo Sugizo sonrió ante la mezcla de emociones que le abromaban en ese momento. Dejó su mirada clavada en el pelirrosa. Hide, con quien en sus días  de juventud había compartido un sinfín de locuras y a quién sabía pertenecía el corazón del rubio que tanto había anhelado esos últimos años.

 

Entonces soltó un suspiro al aire. ¿Por qué todo era tan difícil?

 

No mucho después el sonido de pasos bajando por la escalera le distrajo para que al voltear se encontrara directamente con el rubio pianista frente así.

 

- Bien, ya podemos irnos –dijo este.

 

Y así ambos se encaminaron juntos al trabajo en el auto del pelirrojo.

 

...

 

 

Notas finales:

¡¡Ohayo Minna~!!  (= __ =) Muffy ha regresado con un nuevo capítulo y una enorme depresión (TT___TT)/

 

 Bien… últimamente nadie me ha dejado ningún comentario en NINGUNA de mis historias pero supuse que era de esperase pues hace mucho que no me aparecía por ningún lado y recientemente que al fin tuve un poco de tiempo me puse a escribir pero para mi decepción las más recientes publicaciones que he hecho parece que han pasado de largo y eso me hace preguntarme muchas cosas y entre ellas la principal es: ¿Acaso vale la pena lo que escribo?

 

Llegué a la conclusión de que mientras haya aunque sea una persona que se moleste en dar un pequeño vistazo en mis historias entonces todas mis tardes exprimiéndome la cabeza habrán valido la pena. Ahora mismo estoy tratando de ser positiva y olvidarme del asunto concentrándome totalmente en lo que escribo n__n   así que les agradezco infinitamente a todos los que se toman un poco de su tiempo para leer mi historia y más aún a los que se molestaron en leer mis parloteos anteriores.

 

P.D: Ignoren a esta autora que cuando se deprime dice muchas estupideces de las que se arrepiente cuando la depresión se le pasa  (-___-) U.  No era mi intención escribir algo tan dramático y lo siento mucho si les hice perder el tiempo pero en verdad necesitaba desahogarme un poco (n__ñ) U

 

AISHITERU MINNA!!!!!!!!!!!!


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