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The True Murderous Intent por urumelii

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Notas del capitulo:

bn aki estoy io de nuevo, siento tardarme en actualizar pero tuve un blokeo mental bn fuerte ._. pero ia hable con mi asesor creativo (si, tengo eso) jajaja hace mucho q no hablaba con ella, pero ia me saco de todo bloqueo y aki esta, esta cortito porq apenas va a empezando.

 

nota: hagamos d ecuenta que la voz de uruha no es tan grave XDDDD

Abrió los ojos de golpe, esa era su forma de despertar, ya había pasado mucho tiempo desde que había dormido profundamente, mucho tiempo desde que había podido dormir toda la noche, así que no se sorprendió de estar despierto. Probablemente ya había varios despiertos, algunos peleadores empezaban su entrenamiento desde las cuatro de la mañana. Aun no había amanecido, pero no debía tardar, por primera vez en mucho tiempo no tenia ganas de entrenar, tal vez porque de verdad, de cierta forma estar en esa casa, calmaba algunos de sus demonios, aunque alimentaba otros.

 

No se sentía con mucha confianza en ese sitio, pero sabía que Yoshiki no intentaría nada estupido, no se arriesgaría a hacer escándalos y mas, si lo único que le importaba era el dinero del torneo, no se atrevería a ponerle un dedo encima. Al menos por ahora, estaba a salvo.

 

Se levantó, ya no iba a dormir, pero tampoco tenía ganas de entrenar. Según recordaba, el único lugar que estaba prohibido en esa gran propiedad, era la habitación de la hija de Yoshiki y Aoi no tenía ni la mas minima idea de donde era eso. Tampoco era que le importara mucho, solo no quería meter la nariz donde no lo llamaban, aun si admitía que la chica era hermosa.

 

Salió de su habitación y comenzó a caminar sin un rumbo fijo, el desayuno se servia a las siete de la mañana, lo cual le daba mínimo dos horas sin algo que hacer, a menos que se pusiera a entrenar. Ir con Ruki en definitiva no era una opción, el rubio solía entrenar en las noches, pues a diferencia de muchos asesinos, él mataba por las mañanas, decía que así comía con provecho. Enfermo.

 

Dio vueltas y mas vueltas, de verdad que la propiedad era grande, podía escuchar a varios entrenando y se encontró con algunos en los pasillos, sin embargo, estaba tan absorto en sus pensamientos que no prestaba atención a donde se dirigía. Giró a la derecha y escuchó un ruido sordo. Imaginó de inmediato que era otro de los peleadores, pero algo mas llamó su atención. Aquel pasillo no era como los otros, no era gris con poca iluminación, este tenia las paredes pintadas, e incluso las cortinas decoradas, estaban cerradas con cuidado. Seguramente ya había entrado a un lugar donde no debía.

 

Aunque bueno ¿Cuánto daño podría hacer averiguar si una de esas puertas era la habitación de la hija de su peor enemigo? Incluso imaginó escenarios donde la mataba simplemente por venganza, para hacer pasar a Yoshiki lo que él ha sufrido, aunque fuera un poco. Pero no, Aoi nunca caería tan bajo, ganaría el torneo y mataría a Yoshiki de la forma en la que debía hacerlo.

 

Abrió la primera puerta pero no encontró nada ¿Por qué seguía ahí? Ok, solo una puerta mas, únicamente porque estaba aburrido. La abrió lentamente temiendo encontrar a Yoshiki detrás, pero su sorpresa fue aun mas grande. Vio a la hija de Yoshiki recostada sobre la cama y había alguien sobre ella, no se necesitaba ser un genio para darse cuenta de lo que hacían.

 

Aoi se quedó estático, no podía despegar su vista de la escena, la chica miraba hacia otro lado, su cara mostraba todo menos placer; al contrario, se mordía el labio para no emitir ningún sonido, al parecer. ¿Quién era la otra persona?  Su cerebro trataba de identificar al segundo cuando la mirada vacía de la castaña chocó directamente con la suya.

Perdido, completamente perdido. Cayó rendido directo en esos ojos de color miel, aquella mirada. Su corazón comenzó a latir rápidamente, pero no entendió muy bien porque y su estomago, sentía como caía en un enorme abismo y por alguna razón no quería dejar de caer. Pasaron segundos, tal vez minutos, tal vez horas, no importaba siempre y cuando no perdiera el hermoso contacto con aquella mirada.

 

Fue un gemido el que lo despertó del trance, la castaña hizo una mueca y comenzó parpadear rápidamente, como si se hubiera dado cuenta de lo que en realidad pasaba. La mirada se volvió completamente de pánico y Aoi lo notó de inmediato, pero siguió sin moverse.

 

-VE-TE – los labios de Uruha se movieron pero no emitieron ningún sonido.

 

-¿Por qué no has hecho ningún sonido, mi amor? – la voz de Yoshiki resonó en los oídos de Aoi, llenándolo de incredulidad y sobretodo de confusión.

 

La castaña lo miró severamente una vez mas antes de girarse a ver a su padre – es que no me has besado papi – parpadeo muchas veces de forma coqueta.

 

Yoshiki sonrió de forma siniestra aun sin notar la presencia de Aoi en la puerta de la habitación. Cerró los ojos y besó a Uruha con salvajismo, se dejó hacer pero miró a Aoi moviendo la mano haciendo señales para que se fuera. Sin duda solo estaba besando a su padre para distraerlo y que el pelinegro pudiera irse sin ningún problema.

 

Aoi cerró la puerta con cuidado, alejándose lo mas rápido posible, Yoshiki era un degenerado, era mas que obvio que su hija no estaba disfrutando para nada del encuentro. Cerró los puños con fuerza, ese hombre estaba enfermo en todos los sentidos, no solo era contra sus enemigos ¿Qué pensaba este tipo?

 

Pasó dos o tres horas en el comedor esperando que sirvieran de comer y cuando por fin lo hicieron, no comió absolutamente nada. Se quedó mirando la comida como si fuese a estar envenenada.

 

-se supone que debes comértela – le dijo Ruki sentándose frente a él con su charola de comida – no te preocupes, dudo que quieran matar a todos los peleadores que hay aquí – hizo una mueca al pensar en eso – de todas formas hay gente que es muy desconfiada, hace rato vi a un lunático preparando su propia comida ¿crees realmente que se trajo comida para todo este tiempo? – Comenzó a engullir – no sabe mal – y siguió comiendo - ¿ya entrenaste? No luces ni siquiera un poco cansado – esperó la respuesta.

 

Aoi solo lo miró – no he entrenado, de hecho esperaba hacerlo contigo – no era cierto pero era una buena manera de reponer el entrenamiento perdido de la madrugada y tendría la gran parte de la mañana libre, aunque no sabía de que le serviría.

 

Comieron sin decir nada mas, no era que lo necesitaran, se sentían cómodos el uno con el otro sin la necesidad de estar conversando, solo disfrutando de la compañía del otro – entonces te veo en la noche – Ruki se levantó al terminar de comer.

 

-¿Qué se supone que vas a hacer en todo el día? – le preguntó Aoi con curiosidad.

 

Ruki se alzó de hombros – ya sabes, ir por los alrededores, explorar….-.

 

-….ver con quien te puedes meter – completó Aoi sonriendo.

 

-bueno, no me puedes culpar, a diferencia de ti, yo si pienso en mis necesidades – Ruki hizo una mirada psicópata que daba aun mas miedo gracias a los lentes de contacto azules que usaba – me voy, a las siete gatito – hizo señas de despedida y salió del enorme comedor.

 

-x-

 

-maldita sea – refunfuñaba mientras se sostenía de las paredes para no caer irremediablemente al piso. En definitiva usar kimono no era la suyo y definitivamente no estaba hecho para caminar con esas sandalias ¿Cómo podían las mujeres vestir eso? Toda la dichosa tela se le enredaba entre las piernas y las sandalias no ayudaban en anda para poder desenredarse. Desde que lo habían arreglado y salido de su habitación, ya se había caído mínimo tres veces – donde carajo se mete Reita cuando se le necesita – dio otro paso y la sandalia se atoró en un pequeña grieta, caería, otra vez. Se preparó para la caída pero esta nunca llegó, alguien logró sujetarlo a tiempo –perdón – dijo levantándose con vergüenza, el maldito kimono le disminuía considerablemente su destreza.

 

-vaya que eres torpe – le contestó una voz sarcástica, alzó la vista y se encontró con el pelinegro de antes, el pelinegro que había irrumpido en su habitación mientras su padre le hacía aquellas cosas que odiaba.

 

Frunció el ceño, ¿lo había visto en aquella situación tan comprometedora y lo único que decía era que era torpe? – Yo no soy torpe – se defendió ofendido – es este estupido kimono – se acomodó las capas de tela sobre sus piernas.

 

-no culpes al kimono, deberías estar acostumbrada a usarlos ¿no? – alzó una ceja.

 

-¿eh? – Uruha había olvidado por un momento que para los demás era mujer, se sintió ofendido por un momento - ¿Quién eres tu después de todo? – caminó sin la ayuda del pelinegro pero seguía tambaleándose un poco.

 

-Aoi – se presentó atento por si la otra caía – y ¿tu nombre? – dijo coquetamente, sin duda, la castaña le gustaba y mucho.

 

Ella parpadeó – Uruha pero no se supone que estés hablando conmigo – caminaba  lentamente.

 

-tal vez, pero es mas que obvio que necesitas mi ayuda – se burló tomando a Uruha del brazo, pero se zafó de inmediato – vaya la princesa tiene orgullo -.

 

Uruha lo miró como si fuera a matarlo - ¿princesa? A ¿Quién carajo llamas princesa pedazo de peleador de cuarta? Si yo quisiera podría hacerte añicos – dijo con furia.

 

Aoi soltó una carcajada – no puedes ni caminar y quieres hacerme añicos ¿A dónde vas de todas formas? – caminaba a su lado atento a que no volviera a caer.

 

-hay que preparar todo para mañana – giró los ojos con desden.

 

-te ves muy entusiasmada…

 

Negó con la cabeza – pues no, pero si mi papá dice que lo haga… -suspiró.

 

Aoi frunció el ceño recordando la escena de la habitación – no tienes que hacer todo lo que te dice que hagas ¿sabes? – no sabía porque lo dijo, pero lo dijo.

 

Uruha se detuvo de golpe – no lo conoces – dijo con un poco de miedo en la voz.

 

-sé que es un enfermo, corrupto y un asesino a sangre fría, ¿Qué mas necesito saber? – cerró los puños

 

El castaño lo miró con curiosidad - ¿Cuál es tu apellido? – preguntó serio.

 

El pelinegro lo miró fijamente – Shiroyama…

 

Uruha procesó la información, por supuesto que sabía quienes eran los Shiroyama, su padre se había encargado de dejarle en claro su odio por esa familia. Definitivamente no era bueno que estuvieran hablando ¿Por qué el hijo del peor enemigo de su padre tenía que ser tan malditamente guapo?  Espera, ¿guapo? ¿en que estaba pensando?

 

-pensé que tu nombre era Yuu – dijo en un suspiro, tal vez para desengañarse.

 

-lo es, pero no lo uso desde hace mucho tiempo – hizo una mueca al recordar a la ultima persona que le había dicho de esa forma.

 

-lamento que me hayas visto de esa forma hace rato, no se supone que alguien debería enterarse de eso – dijo Uruha desviando el tema, como si hubiera leído la mente de Aoi y quisiera que no pensara en eso.

 

Aoi torció la boca – no parecías muy feliz, dudo que lo hicieras bajo consentimiento – excusó.

 

-ya me acostumbre – se alzó de hombros – ahora pensaras que soy un enferm….una enferma – se corrigió al instante.

 

-para nada…

 

-x-

 

Ruki cayó al piso por tercera vez – propongo un descanso – dijo respirando agitadamente antes de que Aoi le soltara un golpe directo en la cara. El pelinegro se dirigió hacia su botella de agua – estás muy motivado hoy – el rubio se levantó con dificultad - ¿algo que quieras comentar con la clase? – preguntó emocionado.

 

Aoi negó con la cabeza – solo digamos que reafirmé la razón por la que estoy aquí y  además en una platica de menos de una hora mi odio aumentó un mil por ciento – explicó.

-¿conversación? ¿con quien? – Ruki estaba de verdad interesado, le encantaba el chismorreo.

 

Aoi negó sonriendo – déjalo así, ¿tu hiciste amigos? Obtuviste ya lo que querías o conquistas tan mal como peleas – tuvo que tirarse al piso para esquivar la bala que venia directo hacia él.

 

-no juegues con tu suerte gatito – advirtió Ruki alzando la ceja y volviendo a guardar la pistola automática.

 

El pelinegro se levantó riendo un poco – pudiste haberme matado desquiciado, que delicado eres a veces – se burló.

 

-yo no sé como te soporto cabrón, nadie lo hace

 

-tu me amas

 

Ruki quiso volver a dispararle.

 

-x-

 

Uno, dos, tres, ya casi, poco a poco, cuatro, cinco, seis, dos puertas mas. Ya había perdido la cuenta de las veces que se había caído en el día, seguramente luciría ridículo caminando como pato o algo parecido por toda la mansión.

 

-te ves tan elegante – Reita apareció de la nada.

 

-cállate, es este estupido kimono y no estoy de humor – advirtió.

 

-ahora ¿Qué paso?

 

-nada, solo un arrogante, payaso, pedante, altanero e insoportable peleador de cuarta que se cree mejor que todos se cruzó en mi camino – además es increíblemente atractivo, pensó.

 

-¿Quién?

 

Uruha abrió mucho los ojos – no me dijo su nombre – mintió de inmediato, lo menos que necesitaba era un sermón de porque acercarse a Shiroyama era malo, muy malo. Él ya lo sabía –ahora si me disculpas quiero quitarme esto ya me tiene harto – señaló el kimono.

 

-te ayudo – dijo pícaramente.

 

-perfecto – respondió, pero algo le decía que alguien mas inundaría sus pensamientos aquella noche. 

Notas finales:

q tal???

no odian a yoshiki???

kieren ver a kai??

amo a ruki psicopata ._.

y aoi me da mucha risa XDDD

por favor un review y bailo (?) XD


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