Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Yo no soy así... ¿o sí? por Shun4Ever

[Reviews - 43]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Apagaron las luces y salieron del garaje cerrando este con llave, antes de emprender la marcha hacia la mansión. El resto del trayecto fue en silencio, más cuando llegaron a la puerta de la casa, comenzaron a escuchar gritos provenientes de la cocina.

- ¡Venga! ¡Cuéntamelo! – Seiya estaba suplicando algo a alguien de la casa.

- ¡Te he dicho que no! – Era a Hyoga a quien le suplicaba algún tipo de información - ¡No te voy a contar con quien tengo mis sueños eróticos! - ¿Así que era eso de lo que se estaba hablando?

- ¡Oh vamos! ¡Yo ya te he dicho con quien son los míos!

- ¡Con quien sueñas tú no es ningún secreto!

Shiryu iba a entrar en la estancia de la que provenía la discusión, pero Shun palideció de pronto y este se paro para susurrarle.

- ¿Estás bien?

Shun solo le sonrió con aquella sonrisa que odiaba y asintió con la cabeza, al tiempo que le confesaba a Shiryu lo que había ocurrido.

- Sí, aunque a veces me cuesta aceptar lo que siento.

No había pensado en lo que Shun le había confesado hacía unas horas, pero ahora pudo notar en su rostro, la impotencia de sentir algo que no le correspondía, ¿Sería por eso que no le gustaban los enfrentamientos? ¿Qué siempre era él quien trataba de poner paz en los momentos tensos de la convivencia de los chicos?. Shun sufría con ello y si era desde Hades, hacía ya bastante tiempo de eso, pero ¿sabría Ikki algo de lo que le sucedía a su pequeño hermano?. Eso le llegó profundo, pues saberse conocedor de tan importe y gran secreto era más de lo que podía esperar de aquel chiquillo. Tras unos segundos quieto, respiró profundamente y se dirigió a la puerta de la cocina, siendo seguido de cerca por un preocupado y extrañamente agradecido Shiryu.

- Buenos días – Increíblemente para Shiryu, el joven muchacho saludo con la mejor de sus sonrisas a los presentes.

Hyoga parecía haberse quedado mudo al ver ahí a Shiryu, pues aún no era conocedor de la vuelta del chico.

- ¡Shiryu! ¡Bienvenido! – Seiya se aproximó a ver al moreno presente junto a Shun - ¿Cuándo has vuelto?

- Regresé ayer pero estaba cansado y me fui a dormir. – En cierto modo, no había mentido pues en todo el día no tuvo ocasión de encontrarse con ninguno de ellos, excepto con Shun y cuando llegó la tarde, se acostó debido al cansancio del largo viaje.

- Bienvenido – Fue todo lo comentado por Hyoga.

Aun estando un poco más calmado, Shiryu siguió sin notar los nervios del rubio, que seguía mirándole insistentemente. ¿Qué le pasaba? ¿Es que tenía monos en la cara? El instante en el que sus miradas se encontraban fue interrumpido por Shun, que le pegó un pequeño codazo en el costado.

- Gracias – Al fin había reaccionado.

Hyoga miró extrañado la escena pues Shiryu nunca había soportado la presencia de Shun más allá de la de “compañeros de piso” y sin embargo, en ese momento parecía que hasta se llevaba bien con él. Enfadado y preocupado por el cambio en el moreno, se levantó de su asiento dispuesto a marcharse.

- Espera! – Seiya insistía tras Hyoga – Tú aún no me has contado nada!

- Seiya – Shun llamó al menor de todos - ¿De que hablabais cuando hemos llegado?

Seiya dejó marchar a Hyoga y comenzó a contárselo a su buen amigo Shun, que de seguro le escuchaba y participaba en su “entretenimiento”.

- Estaba leyendo la “jump” – Le entregó una revista al muchacho abierta por una determinada página – y un artículo habla sobre – miró a Shiryu un momento como para hacerlo participe en dicha conversación – las fantasías eróticas. Yo le contaba a Hyoga – señalo la puerta por la que se había marchado el rubio – con quien eran las mías, pero él no me ha dicho ni pio. – Se sentó cruzado de brazos, como indignado por el asunto.

- ¿Y porque te la tendría que contar? – Sensato como siempre – Eso es algo personal Seiya y depende de la persona el decirlas o no. Aunque conociendo a Hyoga como lo conozco – Claro que lo conocía, pues siempre había sido su mejor amigo hasta el incidente en la piscina – no creo que las comparta con nadie.

- ¿Tu tampoco las compartirías Shiryu?

- Como ya te he dicho – Se dispuso a dejar la cocina – Es algo personal…. No. No las compartiría con nadie, que no fuera la persona dueña de dichas fantasías.

- ¡Sosos! – Enfocó su mirada en Shun, que estaba sonriendo, mostrándole una sonrisa pícara y acercándose a él para que no se le “escapara” - ¿No compartirías las tuyas conmigo Shun?

- No cambiarás nunca, Seiya – Rio divertido por las ideas de su amigo.

Shun se alejó de la cocina dejando a Seiya solo y enfurruñado por no haberse salido con la suya.  Subió las escaleras para ir a su habitación, pero al pasar por la de Hyoga escuchó ruido en ella y se acercó a la puerta.

- ¿Puedo pasar? – Tocó a la puerta para pedir permiso.

- ¿Qué quieres Shun? – Abrió la puerta de mala manera para después volver a sentarse frente al pc.

- ¿Qué es lo que te molesta? – Shun sabía que algo estaba perturbando a Hyoga pues su comportamiento no era el de siempre. - ¿Es…. – tanteo el terreno, aunque ya sabia la respuesta – por Shiryu?

Hyoga se giró bruscamente a mirar a Shun, ¿Por qué narices siempre tenía que saber en qué pensaba? ¿Es que acaso era tan obvio?

- ¿Qué quieres Shun? – Volvió a insistir con la pregunta, pero esta vez con el tono más calmado.

Shun se acercó al escritorio en donde estaba Hyoga sentado y se apoyó en la pared cercana.

- ¿Por qué no hablas con él?

A Hyoga parecía que se le había helado la sangre, ¿Cómo que hablara con él? ¿Con que “él”? ¿De que tenía que hablar? No podía ser tan obvio, porque entonces él ya se habría dado cuenta, ¿o no? ¿Es que acaso Shun había sospechado algo por ser como era? Pero él no era así… ¿o sí? ¿Por qué tenía que estar obsesionado con un hombre hasta ese punto? ¿Es que acaso había estado demasiado tiempo junto al afeminado de Shun, que había acabado siendo homosexual por ello? ¡No! ¡Eso no era posible! Algo así no se pega… ¿o si? Hyoga seguía ensimismado a lo que Shun solo sonrió.

- Está bien. Olvida que te dije algo, pero yo que tú hablaría con él…

Shun salió de la habitación de Hyoga y se dirigió a la Shiryu pues había algo que le carcomía por dentro y necesitaba sacarlo. Una vez en la puerta de la habitación del moreno, toco pidiendo permiso.

- Adelante – Abrió la puerta mientras secaba su larga cabellera con una toalla – Hola Shun, ¿puedo ayudarte en algo?

- En realidad si – Cerró la puerta y se quedo apoyado en ella, dejando la mirada fija en su amigo – Quería disculparme por lo de anoche. No debí dejarme llevar – Se separó un poco de la puerta y se masajeo la nuca con la mano derecha – Pero a veces me es difícil controlarme. – Se quedó colorado un segundo y apartó la mirada del chico para enfrentar el claro suelo del piso – De verdad que lo siento.

- No te preocupes Shun – Shiryu sentía que el muchacho no debía disculparse, pues la verdad, aunque fuese extraño, se sintió como nunca con todo lo ocurrido y ahora, tras la ducha y con la cabeza fría, se había dado cuenta que lo que le ocurría con Hyoga, no era un simple “calentón”. – De verdad que me ayudaste a aclararme.

Shun volvió a mirar a Shiryu pero lo hacía como sorprendido. ¿En serio le había podido ayudar? ¿Fue eso todo lo que basto para que se diera cuenta de sus sentimientos? Si era así, solo le faltaba una cosa por hacer y estaba seguro que lo iba a conseguir o no sería el caballero de Andrómeda.

- ¿Se lo vas a decir? ¿Vas a hablar con él? – Se espero a estar alejado de la puerta para preguntar.

- Pues… - Shiryu se sentó en la cama junto a Shun – no creo, la verdad. Aún no lo tengo… - Pauso un momento por lo que iba a decir ¿Tan pronto había cambiado de opinión? ¿Estaba convencido de lo que sentía? – asumido.

- Entiendo. – Shun se levantó de la cama y se dispuso a salir de la habitación – Será mejor que descanses – Sonrió como siempre hacia y por algún extraño motivo, Shiryu ya no se sentía raro al ver aquella sonrisa – la noche fue larga. Por cierto – volteó desde la puerta y miró al dragón – gracias por lo de anoche.

- ¿Gracias? ¿Por qué?

- Eres el primero al que le cuento… - cayó un instante y cogió aire – lo de Hades.

- ¿El primero? ¿Ikki no lo sabe? – Shun negó con la cabeza para después regalarle una nueva sonrisa y salir de la habitación.

Shiryu estaba sorprendido, pues de todos en la mansión jamás pensó que sería a él a quien le confesara ese secreto. ¿Por qué había confiado en él? Si nunca le había caído bien, ¿Por qué seguía siendo amable con él?

Ahora, una vez aclaradas las dos partes de la misma moneda, entró en su habitación y se dejó caer sobre la cama. Estaba molido. El estar en aquel lugar le hacía sentir confiado y seguro, pero la vuelta “a la realidad” le dejaba agotado, sobre todo cuando aún seguía sintiendo todo lo que les ocurría a sus compañeros y amigos. Sentía el odio que siempre le procesaba Shiryu, la incomodidad de Hyoga cuando se le acercaba por algún motivo, el miedo de Seiya por ser rechazado por Miho, el dolor de esta por no estar con el hombre que amaba y con respecto a Ikki, era un tema que prefería no pensar, pues esos sentimientos de su hermano mayor eran los que más le dolían. Aunque podía notar el amor que le procesaba, también estaba maldecido notando como su hermano mayor se sentía decepcionado y dolido por tenerlo como hermano. Y aún, a pesar de ser conocedor de esos sentimientos, seguía actuando como un completo ignorante. ¡Que cierta era la frase que dice que la ignorancia es la felicidad! Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando sonó su teléfono móvil.

- ¿Diga?

- ¿Shun? Soy yo ¿Cómo va todo?

- Cuanto tiempo! Por aquí va bien, como siempre supongo, ¿Qué haces a la noche? ¿Te apetece que quedemos para tomar algo y ponernos al día?

- Te llamaba precisamente para eso, pues voy a estar unos días por la ciudad y me apetecía verte.

- Perfecto pues. Nos vemos donde siempre ¿a la 19?

- Hecho. Nos vemos entonces.

Contento por su nuevo plan y con ganas de ver a su amigo, se levantó de la cama en donde estaba y se dirigió al cuarto de baño para pegarse una reparadora ducha. Hacía tiempo que no se encontraba tan feliz, pues vería de nuevo a su viejo amigo. Qué más le daba si los demás chicos no compartían su opinión, de todas formas nada iba a cambiar por quedarse en casa. Se apresuró a prepararse las ropas que vestiría esa misma tarde, cuando llamaron a la puerta de su habitación:

- ¿Shun puedo pasar?

¿Ikki? Debía guardar esas vestimentas o se enfadaría más de lo que ya estaba. Guardó a la velocidad de la luz toda la montaña de ropa que había encima de su cama y abrió la puerta a su hermano.

- Ikki! Hermano!

Se lanzó al cuello del mayor como siempre hacía y una vez más, este le apartó con ganas. No podía adivinar que era lo que le preocupaba a su hermano o porque estaba así con él, solo sentía odio y decepción cuando estaba a su lado, pero aun así, no iba a permitir que esos sentimientos estropearan lo que él sí sentía por su hermano, pues para él, Ikki era mas que un hermano, pues representaba a un compañero, un amigo, un padre, todo.

- No estoy para tonterías – Bien lo sabía él ya, que podía sentirlo.

- ¿Qué ocurre Ikki? – Puso su mejor semblante - ¿Puedo ayudarte en algo?

- En parte – suspiró un breve instante – Saori me ha dicho que va a venir Julián esta noche y quiere preparar algo “especial”

- Me alegro – sonrió a su hermano – así podréis estrechar lazos.

- ¿Podréis?

- He quedado para esta noche.

- ¿Tú? ¿Has quedado? – Y ahí estaba de nuevo esa sensación de odio…  - Que escusa más barata! Con la imaginación que tienes, ya podrías haber inventado algo mejor!

- Ikki, no es ningún invento – Esa actitud sí le había molestado de verdad, ¿Por qué tenía que ser así siempre con él? ¿Por qué seguía tratándolo como un niño? ¿Es que acaso no veía que ya tenía más de 27 años?

- Ya, ya. Como quieras, pero a las 19.30 estate abajo, que ha pedido que no falte nadie al encuentro.

- Te he dicho que he quedado y que no voy a estar.

- A mi no me cuentes tu vida - ¿Cómo podía sentir tanto odio por él? ¿Qué es lo que había hecho como para enfadar así a su hermano mayor? – Cuéntaselo a Saori, que ha sido su decisión.

Y dicho esto, salió del a habitación dejando a Shun solo y pensativo. Sacó su móvil y marcó el teléfono de Julián, sabiendo que en ese día tenía cosas que hacer en la oficina y estaría despierto.

- Julián. Soy yo.

- Ah! Hola Shun! ¿Cómo quedaste con el dragoncito?

- La verdad es que se tranquilizó un poco, pero no llamaba por eso.

- Cuéntame pues.

- La visita de esta noche… ¿Es algo por lo que me deba preocupar?

- Jajaja. No, tranquilo. Es una simple visita cordial, aunque sabes las intenciones que siempre he llevado con Saori.

- ¿Qué has pensado?

- Mi querido Shun, ese tipo de cosas es mejor saberlas en el momento, pero te diré que parece que mi rio por fin ha parado a su desembocadura.

- ¿En serio? ¡Vaya! ¡Entonces sí es para cancelar los planes!

- ¿Mmm? ¿Tenías planes? ¿Y no has contado conmigo?

- Jajajaja. No siempre son contigo, mi querido Julián.

- O sea, que te ha vuelto a rondar.

- Que se le va a hacer? Atraigo a los chicos malos.

- Obvio. Habla con Saori si te quieres librar, pero parecía realmente emocionada por ello. Suerte, porque la vas a necesitar.

- Siempre puedo poner carita de cordero degollado, a ver si así me libro.

- Jajaja. Suerte, en serio. Sino, nos vemos más tarde.

- Nos vemos.

Colgó el teléfono y lo depositó junto a la mesita de noche junto a la cama, para salir de allí y dirigirse a la oficina donde Saori pasaba el día. Necesitaba hablar con ella y librarse de quedarse en casa, pero conforme se iba acercando a la misma, pudo notar nerviosismo y un poco de felicidad. ¿Sería verdad lo dicho por Julián y por fin, esta había reaccionado a los sentimientos de su amigo? Con una sonrisa en la cara, llamó a la puerta y entró tras recibir respuesta.

- Saori, ¿podemos hablar?

- Claro Shun – Se levantó de la silla de director y se acercó a Shun – siéntate y cuéntame que te trae a mi despacho, no eres de los que suele interrumpir por nada.

Notas finales:

¿Con quién ha quedado Shun? ¿Llegará a tiempo? ¿Se tomará a bien Ikki el hecho de que su hermano desaparezca del acontecimiento?

Como siempre, muchas gracias por comentar. 
Cuídense mucho. ^-^ 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).