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¿Quién soy? por Tem-chan

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Hospital

 

Salimos de casa, abuelos incluidos, parece que les encanta ir al médico así que me acompañan aunque se quedaran en la sala de espera, claro está. Po como es pequeño se ha quedado a casa y Lun se ha quedado con él para vigilarlo. No lo tengo claro, confío en ella pero no sé si tendrá carácter para hacer que Po le haga caso. Mientras me cambiaba le he comentado esto a Im y se ha puesto a reír, diciéndome que no diga tonterías. Creo que esto quiere decir que si que tiene el carácter suficiente. Sigo a mi familia por las calles de la ciudad hasta que llegamos al Hospital Cruz Roja.

Nos dirigimos hasta una consulta y entramos. Aun no había llegado la enfermera, ya que habíamos llegado temprano a la consulta para tener tiempo para mi, que no tenia hora.

-Tengo que hacerte una prueba para saber si te han violado.

-Está bien -respondo nerviosa ya que está muy cerca.

-Ya empezamos. Tranquilízate, por favor. Soy tu padre, no puedes hacer una excepción conmigo.

-Lo… lo siento. No lo hago aposta. Es una reacción de mi cuerpo, lo hace solo.

-Puede que sea la mente y no el cuerpo.

-No lo creo -le replica mi madre- si fuera así no hubiera tenido problemas hasta la violación de ahora. Y eso le pasaba incluso cuando no tenia uso de razón.

Empiezo a respirar y me concentro en tranquilizarme. Lo consigo un poco pero tampoco tanto como yo quería. Finalmente mi padre se rinde y esperamos a que llegue la enfermera que llega poco tiempo después. Me hace las pruebas mientras mi padre, madre y abuelos salen de la sala. La Im se queda conmigo, aunque se aparta mientras me hacen las pruebas. Una vez acabadas la enfermera se va y nos deja solas.

-¿Des de cuando, somos novias? -le pregunto.

-Des de los diez años.

-¿Hace tanto? -ella asiente con la cabeza- ¿Y cómo fue?

-A ver -dice mientras hace memoria- cuando hiciste diez años, te empezó a pasar lo que te pasaba con los adultos pero con tus compañeros de clase, así que tu madre decidió trasladarte a un colegio femenino.

-Por lo que veo mis padres tampoco saben porque me pasa eso.

-No, no lo sabemos. Supongo que tendrías que ir a un especialista pero cuestan mucho dinero y no es factible.

-Ya. Continua.

-Bien. Pues, cuando tu madre te lo dijo te pusiste un poco triste. Yo era amiga tuya asi que te pregunté el porqué de que estuvieras triste. Y tú me respondiste que tenias una enfermedad que te hacia cambiar de colegio. Yo me asusté porque pensé que te pasaba algo muy grave. Aunque luego me enteré que tenías una aversión fuerte i rara a los hombres.

Me rio por la manera que tenía de explicar las cosas puede que fuera porque era pequeña e inocente, y mis padres me dijeron que estaba enferma y yo lo dije tal cual.

-¿De qué te  ríes?

-De mi manera de decir las cosas.

-La verdad es que eras muy mona de pequeña y siempre lograbas asustarme por la cosa más normal del mundo. -dice mientras me mira y su mirada se vuelve seria- Ahora ya no eres tan mona, ahora eres hermosa.

Me sonrojo de la vergüenza pero también porque me ha cogido de improvisto.

-Y en estos momentos me pareces adorable. Así con las mejillas rojas.

-Continua.

-A sí. Yo no quería  que te fueras del colegio porque entonces iba a dejar de verte. Y me decidí a decirte que te quería pero contra todo pronóstico mío me cogiste de la mano y me miraste a la cara seriamente. Por un momento temí que me fueras a decir que te ibas a morir, pero en vez de eso me dijiste la mejor frase que me podías decir: “Yo no me quiero ir. Me quiero quedar contigo aquí. Porque yo te quiero.” Y dicho esto abajaste la cabeza con las mejillas rojas, aun más que ahora.

Me rio por sus últimas palabras. Ella me mira complacida por mi risa. Se ve que ella pretendía hacerme reír para distraerme.

-¿Y?

-Pues yo te dije que también te quería que me vendría con ti a la otra escuela aunque tuviera que huir de casa. Aunque no hizo falta mis padres preguntaron el porqué, yo respondí, ellos se rieron pero aceptaron después de decir que no duraríamos mucho. Claro está mi hermana se vino conmigo.

-Qué pena que lo haya olvidado -digo al mismo tiempo que la puerta se abre y entran mi padre, la enfermera y mi madre.

-Ya tenemos los resultados -dice mi padre con un sobre marrón en la mano. Lo abre, mira y añade- y dan positivo, es decir, si que has sufrido una violación.

-Entonces tenemos que poner una denuncia.

-Sí, pero no creo que hagan gran cosa. La Mon no se acuerda de cómo son y no irán calle por calle buscando a dos pervertidos.

-Pues deberían -dice Im indignada- Para eso les pagamos, ¿no?

-No del todo, les pagamos para tener seguridad.

-Pero ya ves como lo cumplen, ¿no? Mi niña ha sido violada -dice ahora mi madre.

-Yo no digo que no la pongamos. Solo que no servirá de mucho.

-Está bien. Pero prefiero no hacerla.

-¿Por qué? -me pregunta mi madre.

-Porque como dice el papa no servirá de mucho y para que no sirva paso.

-Eres tu quien decide. Confiaremos en tu criterio -dice mi padre.

-Qué remedio. -responde mi madre contrariada por lo que acabo de decir- Pero no creo que sea lo mejor. Al contrario, creo que la denuncia tendría que estar en pie como mínimo para que la policía vigilara que no le pasara a otra chica lo que te ha pasado a ti.

-Yo creo igual pero si no quieres no es cosa mia, yo me limitaré de hacer de tu guarda espaldas para evitar que nadie más se te acerque.

-Cambiando de tema, mañana a la una tienes visita con una psicóloga amiga mia, la he llamado y ha dicho que quiere hablar contigo para saber si te puede ayudar o no.

Mi madre y mi padre hablan un poco. Y luego nos salimos fuera de la consulta para que mi padre empiece a trabajar. A fuera están los abuelos sentados en un banco. En cuanto nos ven, cosa que es difícil ya que no ven mucho se levantan con esfuerzo y se acercan a nosotras.

-¿Cómo ha ido?

-Muy mal. Si que la violaron pero no quiere poner denuncia.

-Y por qué no. Las denuncias son lo mejor. Ves y nosotros te acompañamos.

-No abuelo no hace falta -digo un poco alejada de él porque mi cuerpo no me deja acercarme más.

-Volvamos a casa. -dice mi madre yéndose hacia la puerta de salida del hospital seguida de los demás.

-Yo creo que deberíamos ir a poner la denuncia -le dice mi abuelo a mi abuela que está a su lado- No entiendo a esta niña.

-Ai, Jos no seas así, seguro que tiene un motivo para no querer hacer la denuncia.

-Lo dudo. Seguro que es que le da pereza o que no quiere hacer el papeleo.

 

-----*****-----

 

Por fin se ha ido mi familia de casa. Creía que se quedarían toda la noche. Miro a mi acompañante. Qué guapa que es. Mucho más que su hermana y eso que son igualas. Me encanta, pero creo que es demasiado mayor para que yo le guste. De momento me tendré que conformar con mirarla y dormir con ella las noches que su hermana se quede con mi hermana.

No entiendo porque siempre va detrás de su hermana, con la personalidad que tiene podría ser la que llevara la voz cantante y no Im. Ella no es la mitad de interesante que mi Lun, entonces ¿Por qué? ¿Qué interés ve Lun en esto? ¿Qué gana? Creo que nada, solo que la gente no se fije en ella. ¿Será eso lo que quiere? Aunque conmigo no ha funcionado ¿Será porque pasa mucho tiempo a mi casa y he tenido tiempo para conocerla?

-Po, venga que es tarde y tienes que irte a dormir.

-Está bien, pero tú te vienes conmigo ¿no? -digo inocentemente.

-Eh… ah… claro. ¿Sino como voy a vigilarte? Además tengo que evitar que tengas miedo.

-Fantástico. -respondo alegre.

La cojo de la mano y me la llevo a mi habitación. Debería hablar con ella aprovechando que mi familia nos ha dejado solos, cosa que pasa pocas veces. Pero ella no me tomará en serio. A parte de que seguro que yo no le gusto, soy demasiado pequeño.

-Po, ponte el pijama.

-¿Y tú?

-Yo también me lo pongo, obviamente.

Coge el pijama, que tiene siempre en mi casa  para ocasiones como esta, y se marcha de la habitación. Al cabo de un rato vuelve, ya cambiada. Deja su ropa tirada en mi cama y luego la arregla y la pone en mi silla. Coge mi ropa y también la dobla, luego la pone en la silla encima de la suya. Me mira y me sonríe.

-Ahora toca lavarse los dientes.

-No quiero… por un día que no está la mama deja que no me las lave.

-¿Y que luego tengas caries por mi culpa? Con lo que duelen.

Se me acerca y me coge de la mano dispuesta a llevarme al lavabo ni que sea arrastrando, pero yo me resisto y al final me coge en brazos. Al hacerlo, sin querer una de mis manos va a parar a su pecho. Hago ver que no me doy cuenta mientras continúo quejándome, aunque sin moverme mucho por miedo a caerme. Al final llegamos al lavabo y me deja al suelo, apartando un poco la mirada. ¿Por qué será? ¿Me he portado demasiado mal? No creo que sea por mi mano ¿No?

Coge mi cepillo lo moja y le pone la pasta de dientes, luego me lo da y hace lo mismo con el suyo. Empieza a lavarse los dientes mientras me mira para ver la sigo. Al final lo hago, un poco asustado. De vez en cuando lanza miradas que dan miedo si no hago lo que quiere. Cuando ve que me los lavo sonríe y me mira contenta. Con esto me sonrojo un poco.  A veces, vale la pena hacer las cosas bien para ver esta carita sonriente tan mona que tiene.

Acabamos y volvemos a la habitación. Me tumbo a la cama junto con ella y la miro. Ella me mira y me tapa, no es invierno pero tampoco hace calor para dormir destapado. Me acerco a ella y la abrazo acomodándome en su pecho para dormir. Es tan blandito que parece un cojín. Me hubiera dormido pronto si no fuera porque sabía que ella estaba ahí y me entraban ganas de probar de besarla como lo hacen mi hermana y la suya. ¿Cómo será? ¿Qué se sentirá? No lo he probado nunca ya que soy pequeño y supongo que a mi edad no debería de pensar en este tipo de cosas, pero no puedo evitarlo. ¿Soy un pervertido, por esto? Vaya que lio. Lo único que sé es que quiero besarla. ¿Lo hago?

Levanto la cabeza para mirarla y ella abre los ojos. Gracias a la luz que entra por la ventana puedo ver esos ojos tan bonitos que tiene. Ese verde esmeralda que se refleja en esa mirada. Me acerco no muy lentamente para evitar que me pare, beso esos labios carnosos que tiene. Ella no se mueve pero tampoco me aparta ¿esto qué quiere decir? ¿Que no le da importancia? Me separo y la miro. ¿Tiene las mejillas un poco rojas o es por la penumbra de la habitación?

-¿Pero qué coño te piensas que estás haciendo? -dice gritando mientras se incorpora en la cama.

-Te he besado.

-Eso ya lo sé, no soy tonta. Mi pregunta real es ¿Por qué me has besado?

-Porque tenía ganas. Sabes una cosa, hace tiempo que me gustas, pero no sabía cómo decírtelo para que no te lo tomaras como una tontería de crio.

-Y la mejor manera era besarme, ¿no?

-No, yo no quería hacerlo así. Lo siento -digo con la cara triste y bajándola.

-Si en verdad me quieres, con decírmelo ya había bastante. No hacía falta que me besaras por la cara. Me has dado un buen susto. Joder, no me lo esperaba.

-¿Yo te gusto? -le pregunto con un poco de esperanza reflejada en mi cara.

-Bueno esto, si, pero eres muy pequeño. Y esto complica las cosas.

-Entonces ¿Quieres ser mi novia?

-Si no se lo dices a nadie si. Porque si se lo dices a alguien no me dejaran volver a dormir contigo.

-Pero mi hermana y la tuya son novias y duermen juntas.

-Sí, pero tú eres mucho más pequeño que yo. Así que será un secreto y solo me podrás besar cuando estemos solos en tu habitación.

-Es decir que ahora puedo.

-Eh. Sí, puedes.

Me acerco a ella y la beso otra vez. Qué bien ha aceptado ser mi novia. Aunque es raro, si dice que la edad es un problema ¿porque ha dicho que si? Mientras la beso me siento encima de su regazo y le pongo una mano a la cintura mientras que son la otra le acaricio un pecho. Me encanta este tacto tan blandito, ella se sobresalta y la aparta enseguida de ahí.

La puerta de mi habitación se abre y se oye una exclamación ahogada antes de una pequeña risilla. Me giro y veo que Im ha entrado en la habitación y que se tapa la boca con la mano para evitar  reírse muy fuerte y tener que dar explicaciones del porqué. Su mirada es de diversión, parece gustarle lo que está viendo.

-Os he pillado -nos dice flojito- sabía que había movimiento por aquí pero no sabía el porqué. Entro y mirad que me encuentro.

Me levanto de encima de Lun y encaro a Im, con cara seria

-No te rías, que voy en serio. Y no se lo digas a nadie.

-Claro. No creo que les haga mucha gracia saberlo. -mira hacia la puerta y al ver que no moros en la costa nos mira- Hoy es la primera vez, ¿no?

Lun asiente a su pregunta y ella se va con una gran sonrisa. Me giro para ver a Lun que me está mirando fijamente. Esta mirada me está empezando a dar miedo, pero no sé porque.

-¿Qué te pasa Lun?

-Dime una cosa ¿Tu me quieres a mi o a mi cuerpo?

-Eh… que quieres decir.

-¿Por qué me estabas tocando el pecho? -me pregunta enfadada pero en voz baja.

-He visto que lo hacen ellas y creí que te gustaría también a ti.

De pronto escuchamos unos gritos que provienen del piso de abajo. En seguida sabemos el porqué de ellos. Mi abuelo se ha quitado el sonotone y no oye nada. Los gritos cesan, y oímos como alguien sube por las escaleras con paso irregular i nervioso, es la abuela. Debe de venir a ver si duermo, como no puede dormir ella. Lun y yo nos tumbamos a la cama e intentamos tranquilizar nuestras respiraciones para que parezca que dormimos y esperamos a que se vaya.

-Pues no hace falta que las imites ni nada. Con los besos ya hay suficiente hasta que crezcas.

-Pero tú eres mayor. Supongo que querrás más.

-No. No te preocupes por eso. Tú espera a crecer.

-Vale.

-Y ahora a dormir -dice mientras me da un beso de buenas noches.

Me vuelvo a acurrucar en sus brazos y me duermo.

 

-----*****-----

 

Vaya que sorpresa encontrar a ese par en esas condiciones. Sabía que pasaría tarde o temprano, pero no tan temprano.

-Soy la ostia. -susurro.

-¿Qué dices?

-Nada cariño, duérmete.

-Es que no puedo.

-¿Quieres algo?

-No, ya me dormiré.

La abrazo más fuerte y la acurruco en mis brazos para ayudarla a dormir. Pone su cabeza en mi pecho y al cabo de poco está dormida. Creo que se lo ha tomado bastante bien eso de perder la memoria y saber que la violaron, pero no sé si es así o si se lo está guardando por dentro y no me lo quiere decir. Mañana iremos a la psicóloga esa para que vea a Mon y nos diga si nos puede ayudar. Estoy muy preocupada por ella. Ya he llamado a mi madre para decirle que mañana no voy al instituto sino a una psicóloga y me ha dado su permiso, pero se me ha olvidado decirle a Lun cuando he ido a la habitación de Po. Supongo que ya se lo dirá Tse mañana por la mañana. No creo que se enfade.

Con estos pensamientos en mi mente caí rendida en los brazos de Morfeo.

 

----*****----

 

-Mon, Im hora de levantarse.

-¿Qué hora es? -pregunta Im medio dormida.

-No lo sé. Míralo en el reloj. Yo no llevo.

-YA VAMOS -le grita a mi madre. 

Nos levantamos  con mucha pereza, estaba cansadísima y con mucho sueño. A parte de que aun me dolía un poco el cuerpo, aunque menos que ayer. Así que si lo pude soportar bien hoy también podré. Tengo que evitar que den cuenta sino estarán todo el día cuidándome y preguntándome. Y a pesar de todo aun mantengo mi orgullo bastante intacto así que no quiero que sientan más lástima  de la que ya sienten por mí.

-“Tengo que hacer como ayer para que no se den cuenta” -me digo a mí misma.

Miro a Im que se está cambiando y me voy al baño. Cuando vuelvo la encuentro vestida con un jersey de color rojo de tirantes y unos pantalones tejanos de color negro. Se está poniendo una chaqueta tejana. Y en la cabeza se ha puesto un clip rojo, igual que el jersey. Por lo que se ve el color rojo le queda muy bien, casi mejor que el verde del uniforme, y vestida así se la ve guapísima.  Llevaba puestas unas bambas de color blanco con el dibujo de un puma a un lado.

Me acerco al armario y miro que hay. La mayoría de la ropa es negra. Cojo una camiseta negra que me queda bastante arrapada  y que tiene un dibujo de un demonio tocando una guitarra eléctrica y una falda también negra de volante como la del uniforme pero con unas cadenas colgando en el lado derecho. Miro a la zona de zapatos y encuentro unas botas de suela metálica y con cadenas. Pienso en ponérmela pero creo que asustaré a la pobre psicóloga así que miro los demás zapatos y al final me decanto por unos botines negros sin ornamento alguno. Me pongo unos pendientes de color negro en forma de triangulo y que son bastante pequeños, el reloj de cadena negra en la muñeca izquierda y una muñequera de color negra con una calavera a la derecha.

Me miro en el espejo de cuerpo entero que tengo en la puerta de mi armario y me peino el pelo, de manera que cae liso sobre mis espaldas hasta llegar a la cintura y me peino el flequillo hacía el lado izquierdo. Por el espejo veo como Im se me acerca por la espalda y me abraza.

-Estás muy guapa -me dice.

-Tú también lo estas -le digo y luego miro otra vez el espejo- ¿no voy a asustar a la psicóloga vestida así? Aunque yo me veo bien.

-Claro que estas bien, tu siempre lo estas. -luego se queda un poco pensativa- puede que la asustes un poco al principio pero luego cuando te conozca no le dará importancia a tu ropa. Vistes de manera que da un poco de miedo pero no refleja en casi nada a tu manera de ser.

-Puede que ella me diga porque me visto así y no coincide con mi personalidad -le digo mientras me rio.

Ella también se ríe y luego me da un tierno beso en la mejilla. Nos separamos y bajamos a la cocina donde mi madre ya tenía el almuerzo preparado.

-Aun queda un poco de tiempo pero nos iremos pronto porque está bastante lejos y tampoco no sé exactamente donde está, así que tendremos que buscar el lugar.

-Bien, ¿A qué hora saldremos de casa? -pregunto.

-A las doce. Tenéis media hora para almorzar y acabar de prepararos para salir.

-Está bien.

Me pongo a desayunar tranquilamente, sin ningún tipo de prisa. Total tengo más de media hora para desayunar y no hacer nada. Comeré lentamente para hacer tiempo y de mientras pienso en sí recuerdo algo o no. Por mucho que le dé vueltas no sé cuáles eran mis aficiones. Creo que le diré a Im que no se quede a dormir conmigo esta noche y miraré por mi habitación a ver si observando las cosas con detalle recuerdo algo de mí. A parte de que necesito un poco de espacio, sí que me gusta su compañía pero necesito un poco de tiempo para estar sola.

Mientras almorzamos estamos calladas las dos y mi madre se pone a hablar aunque más bien habla sola ya que no la escuchamos ninguna de las dos, lo sé por la mirada distraída que tiene Im.

 

Continuará…


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