.
.
.
Arrepentirse no es una opción
Cuando cometes un error solo puedes hacer dos cosas, o lo ignoras y sigues adelante, o vas y lo aceptas, pero ambas opciones implican dejar de pensar en ello, dejar de darle vueltas, porque después de todo cada acción que realizas es por tu propio deseo…
Eso funcionaría perfectamente para personas como mi hermana, Evan, Benjamín o el mismo Varick
El mismo Varick que me mira fijamente, sentado frente a mí en su cama
-¿Tengo algo en la cara?- pregunté de pronto
Él sonrió y negó suavemente
-Es interesante ver como cada pensamiento que pasa por tu cabeza parece reflejarse a la perfección en tu rostro, estoy esperando que me digas que te arrepientes de haber respondido mi beso-
Fruncí el ceño
-¿Por qué esperas aquello? ¿No fuiste tú quien me dijo que no debía arrepentirme de lo que hacía porque precisamente, yo había escogido hacerlo?-
El mayor no cambió ni un ápice su expresión
-Eso no quiere decir que espere que lo hagas, si fuera así no serías más que otro sujeto que se acerca a mí y cambia drásticamente-
Parpadeé confundido
-¿Te causa gracia que no seas capaz de influir totalmente en mí?-
-Por supuesto-
A veces la franqueza de Varick era irritante
Me puse de pie y comencé a caminar de un lado a otro
-Bien, pues yo no debí haberme dejado llevar- sentencié entrelazando mis manos con cierta angustia
No quería ni siquiera imaginar el rostro de Erick en este momento
-Es interesante la forma que tenemos para auto convencernos de algo…la forma en que nuestros labios dejan escapar una contradicción casi absurda de lo que realmente deseamos-
Me detuve abruptamente y lo miré fijamente
-¿Dices que intento mentirme a mí mismo?-
-Yo no lo dije, fuiste tú-
Alcé los ojos al cielo
-¿Desde cuando te preocupa tanto un beso?- preguntó el de ojos verdes también incorporándose
-Desde que se supone que estoy enamorado de otra persona- espeté automáticamente
Varick bufó
-¿Y acaso eso hizo que dejaras de quererle?-
-Pues…no…pero-
Me interrumpí a mi mismo al verle tan cerca de mí
-En ese caso no deberías preocuparte en lo absoluto- susurró antes de besar mi frente
Suspiré desconcertado, no entendía por qué era incapaz de alejarme de él
-No es justo…quiero ser capaz de tener el control- me quejé sin preocuparme por sonar como un niño pequeño
El de cabello oscuro sonrió, con aquella expresión tan típica en él…la misma que hacía dudar a cualquiera de lo que estaba pasando por su mente
-¿Y quién dijo que no lo tienes?...claro que si das por sentado que no es así no puedo hacer mucho-
Alcé una ceja
-¿Por qué eres así conmigo?-
Por primera vez Varick pareció sorprenderse, se llevó una mano a la cabeza, despeinándose en el proceso
-¿A qué te refieres?-
Sonreí de lado, disfrutando el momento de genuino desconcierto
“¿No piensas a veces que contigo él parece bajar la guardia?”
Sacudí ligeramente mi cabeza y me acerqué hasta el enorme ventanal por el que ingresaba la luz nocturna
-¿Sueles besar a adolescentes de dieciséis años? ¿Y traerlos a tu departamento cada vez que te los encuentras bajo la lluvia?-
-Interesante teoría, cuéntame más acerca de ella- pidió
Sentí su mirada sobre mí, pero no me importó
-Los seduces, primero dándoles brillantes consejos sobre la vida, y si están enamorados, de alguna forma les haces ver que todo está bien, pero luego, cuando ellos se sienten confundidos, simplemente les dices que mientras no dejen de querer a la otra persona está bien…-
-Dime más…suena realmente interesante- se mofó
Sonreí sabiendo que no podía verme
-Finalmente ellos caen víctima de tus encantos y terminas aprovechando la facilidad que tienes para llevarlos a tu habitación- sentencié sin detenerme a pensar en lo que estaba diciendo
De pronto sentí los brazos de Varick rodeando mi cintura y me tensé
-Deberías escribir un libro, probablemente vendería como una historia de romance maldito- susurró contra mi oído
Intenté girarme pero no me lo permitió
-Creo que funcionaría mejor dentro de la categoría de terror- repliqué intentando calmarme
-¿Me temes?-
-Ya te pregunté si debería-
Nos quedamos en silencio, mi corazón estaba inquieto, principalmente porque había escogido este momento para recordarme que no me encontraba en el departamento de alguien normal, sino de un criminal…y tal vez un asesino
-¿Qué te da miedo?-
Fijé mi mirada en la ciudad, la lluvia parecía darle un extraño matiz siniestro
-Me da miedo…no saber si realmente siento miedo…me da miedo descubrir que no lo siento…porque eso implicaría que o confío mucho en ti, y que caí cegado ante tus palabras, o que en el fondo soy idéntico a ti y por eso no temo…cualquiera de las dos opciones es lo suficientemente mala-
-Te diré algo, ¿Has notado como los animales parecen oler el miedo?...funciona igual para personas como yo…puedo notar el miedo en cada persona que me rodea, y disfruto de ello, créeme, es divertido ser capaz de anticipar cada uno de sus movimientos, cada una de sus mentiras, de sus intentos por conseguir mi aprobación, ¿Notas la diferencia entre ese tipo de actitud y la que tú tienes al hablar conmigo?-
Parpadeé, claro que la notaba, yo no era así, si me sentía de una manera, se lo decía…
-Quiero que nos alejemos- sentencié finalmente
Varick me giró y alzó mi rostro
-¿Estás seguro?-
Tragué duro, esa mirada era demasiado intensa para mí, pero estaba seguro, si seguía viéndole ya no sería solo responder un beso…
No quería llegar a confundir mis sentimientos…
“¿Qué no es por eso que le estás pidiendo esto?”
-Si, así que por favor, suéltame-
Lo hizo, y aquello me extrañó un poco, en el fondo me esperaba que al menos me preguntara por qué se lo pedía
-Sabes que voy a hacer lo que me pidas mientras me parezca curioso o crea que me dará algún beneficio- sonrió de lado
Intenté sonreír de vuelta, con al menos algún grado de indiferencia, pero mi rostro no respondió
“Ese es precisamente el problema, jamás lo harás por alguna razón diferente…”
¿Y qué esperaba?
¿Realmente quería algo distinto?
No seas estúpido Mat, este hombre frente a ti no va a prestarle real atención a un adolescente…
-Me voy, tengo que llegar a casa-
Encaminé mis pasos hacia la salida intentando bloquear cualquier pensamiento extraño, solo quería sentirme protegido por los brazos de mi hermano y no tener que pensar en nada más…
No pensar…
-Cuando quieras hablar conmigo…puedes llamarme, siempre estoy los viernes en el mismo lugar-
Asentí casi apresurando mi paso, antes de cerrar la puerta del departamento escuché una risa proveniente de Varick y me estremecí
Aquella risa llegaba incluso a ser macabra
.
.
.
Estaba maldito…
El amor que sentía por mi propio hermano estaba maldito…
O eso me gritaba la mitad de mi cabeza…
-¿Ya cenaste?- pregunté apartando la mirada de la televisión
Erick me sonrió desde mi regazo
-Acabo de llegar…no he comido nada, ¿No te gustaría prepararme algo?-
Suspiré
-No soy tu empleado, pero lo haré porque me das pena- sentencié intentando incorporarme
El rubio sonrió y me tomó de la muñeca
-Sabes que lo harás porque me quieres- susurró antes de besarme
Me dejé llevar sin pensar en que mis padres estaban en el piso de arriba y mi hermana podría llegar a casa en cualquier momento
Sencillamente, era hipnotizante, las sensaciones que me provocaban sus besos…
Jadeé al sentir sus frías manos colándose bajo mi ropa, acariciando mi piel con delicadeza
-¿Qué haces?- pregunté notando como mis manos se enrollaban alrededor de su cuello, intentando acercar más a mí
-Te beso…eso hago-
Sonreí
De pronto un sonido de pasos acercándose nos alertó y me obligó a empujarlo
-¿No quieren que les prepare algo?-
Era mamá, su vientre había crecido bastante para tener cinco meses
-Erick tiene hambre, iba a prepararle algo- afirmé inmediatamente
Angel sonrió con ternura
-Eres muy buen hermano Mat, preocupándote por Erick-
Intenté sonreír despreocupadamente…sí…HERMANO
-Nosotros vamos a salir, tus tíos Lucas y Thomas nos invitaron a una cena-
-¿Volverán tarde?- preguntó inmediatamente mi hermano
-Supongo que si-respondió mamá algo desconcertado
-¡Pásenlo bien!- exclamé inmediatamente lamentándome por el mal tacto de Erick
Como si lo que necesitáramos fuesen preguntas curiosas…
Media hora después (y luego de que papá finalmente accediera a ponerse abrigo bufanda y gorro porque según mamá hacía “frío”) nuestros padres se fueron y la casa quedó en total silencio
Intenté mantener mi mirada en la pantalla, pero no me interesaba en lo absoluto
-Deberíamos salir- murmuró de pronto Erick, sobresaltándome
-¿A dónde?-
No me apetecía la idea de salir, no cuando existía la posibilidad de encontrarme con Varick
-No lo sé, ¿a caminar?-
Me encogí de hombros, aquello me parecía mucho mejor y de cualquier forma quedarme en casa cuando tenía a mi hermano para mí podría considerarse una pérdida de tiempo
Nos abrigamos un poco y salimos a la calle, debían ser cerca de las diez de la noche, pero ninguna persona se veía transitando, lo cual me extrañó un poco
-¿No crees que es extraño que no ande nadie por la calle?- murmuré observando fijamente a mi alrededor
-Puede ser, pero es mejor para nosotros ¿no?- respondió al mismo tiempo que unía nuestras manos
Sonreír apegándome inconscientemente hacia él
Caminamos en silencio, de vez en cuando me quedaba mirando el cielo nocturno y Erick tenía que salvarme de una caída cada vez que tropezaba con el asfalto
-No sé si es adorable o debería preocuparme por tu falta de concentración- se burló de pronto
-¡Oye!- reclamé golpeándole levemente en el hombro
-¿Qué? ¿Intentarás negarlo?-
Fruncí los labios pero no dije nada, de pronto una sonrisa se extendió por el rostro de mi hermano, consiguiendo quitarme el aliento
-Me encanta cuando te enfadas- aseguró antes de besarme
Devolví aquel beso sin importarme que nos encontráramos a mitad de la calle, mis manos jalaron de los cabellos de su nuca, intentando acercar aún más su boca a la mía
-Podría comerte aquí mismo- susurró con la voz enronquecida cuando nos separamos en busca de aire
Sonreí por dentro pero fingí indignarme
-¿Se lo dices a todas tus novias?- reclamé comenzando a caminar delante de él
-¿Qué? ¿De dónde sacaste eso?- interrogó preocupado
Tuve problemas para controlar mi risa
-Un pajarito me lo comentó-
-¿Fue Derek?-
Parpadeé confundido
-¿Quién es Derek?-
Erick se me quedó mirando fijamente, al parecer había dicho algo que no debía
Me detuve en la esquina frente al parque, mi hermano se había mantenido en absoluto silencio y eso no podía significar nada bueno
-Erick…¿Quién es Derek?- presioné intentando que me mirara a los ojos
-¿Recuerdas a Christian?-
Christian…Christian…
-¿El amigo de mamá que se fue a vivir a Europa?- respondí no muy seguro, lo cierto era que por diferentes motivos, las veces que venía al país y especialmente a nuestra casa, o yo no estaba o no le prestaba atención…es que era más divertido ver la expresión de enfado en el rostro de papá
En momentos como esos, el gran Sebastian parecía arder en celos
-Exacto…él tiene un hijo y nos encontramos cuando entré a estudiar medicina…podría decirse que es mi “mejor amigo”-
-¿Y qué tiene eso de extraño?- inquirí confundido
Si solo era su amigo, ¿Por qué parecía tan preocupado?
A menos que…
-Bueno…antes de que regresara…-
Alcé una ceja, por dentro intentaba bloquear el pensamiento que luchaba por surgir
-No quiero saberlo- sentencié de pronto sorprendiendo a ambos
-¿Cómo dices?-
-No quiero saberlo, estoy seguro que tiene que ver con haber tenido una relación más allá de lo estrictamente fraternal, por eso no quiero saberlo- aclaré retomando mi caminar
-Mat…-
Apreté los puños con fuerza
No era justo…
¿Erick había estado en una relación con ese chico antes de venir?
¿Siquiera habían terminado?
-¿No dije que no quiero saber?-
-No seas tan inmaduro-
Alcé mi cabeza, Erick me miraba con evidente frustración
-¿Te gustaría que te hablara sobre los chicos que besé antes que a ti?- espeté molesto
Su expresión cambió automáticamente
-Tu no habías besado a nadie antes que a mi- replicó con seguridad
Sonreí con suficiencia
-¿Por qué estás tan seguro? ¿Alguna vez te lo confirmé?-
Nos quedamos en silencio, mi hermano claramente intentaba procesar lo que acababa de decirle, solo esperaba que no comenzara a preguntar de quien se trataba
-No llegaremos a ninguna parte discutiendo sobre esto- suspiró finalmente
Me acerqué a una banca y me senté frunciendo los labios para no hablar
-No debería haber mencionado a Derek- se lamentó parado a unos metros de mí
-Yo…realmente no quiero saber, pero…¿Qué pasó cuando regresaste?-
Erick miró fijamente la laguna frente a nosotros
-Supongo que se terminó, no es como que alguna vez le hubiésemos puesto nombre…solo…cada uno tenía sus asuntos por separado pero…a veces nos sentíamos solos y después de todo es mi mejor amigo-
¡Yo no ando besando a mi mejor amigo!
“No creo que se hayan limitado a besarse”
-¿Y se supone que así solucionas tú tus asuntos? ¿Simplemente supones que se resolvieron?-
Mi hermano suspiró profundamente
-No entenderías-
-No, no lo hago, pero lo intento y créeme que me cuesta-
-Mat, no espero que entiendas lo que pasa en una relación cuando dos personas viven juntas…muchas cosas cambian-
-No se supone que tengas ESE tipo de relación con tu mejor amigo-
-¿Estás juzgándome?-
Callé abruptamente, estaba comportándome como un novio inmaduro y celoso, definitivamente una pésima combinación
-El caso es que…no debería importarnos si ya se acabó- sentencié intentando que notara mi desagrado por hablar de ese tema
Erick se encogió de hombros y arrojó una pequeña roca a la laguna
-No puedes simplemente intentar vivir ignorando el pasado- comentó de pronto
Me quedé mirándolo fijamente pero el parecía perdido en alguna parte de su cabeza
Mi curiosidad era mucha, pero algo me dijo que por esta vez…sería mejor callar
Si era algo realmente importante él me lo diría…
.
.
.
-----------------------------------------Evan-----------------------------------
-Hola querido-
Alcé mi mirada manteniéndome imperturbable, Amanda me sonreía con superioridad
Venía enfundada en un ajustado vestido verde olivo que obviamente llamaba la atención de la mayoría de los hombres en el lugar
Me había citado en un lujoso restaurant porque “teníamos que tratar asuntos pendientes” y como no, se había demorado más de la cuenta para hacer una patética entrada triunfal
-Hello-
La mujer se sentó frente a mí con delicadeza, pero podía ver casi escritos con luces de neón los pensamientos que atravesaban su cabeza
-Supongo que tienes una idea de por qué te cité- comenzó con voz delicada
-Of course, y déjame decirte que mis consejos siguen en pie, te quiero lejos de mi hermano- sentencié inmediatamente
Amanda sonrió con dulzura
-El caso es que…él ya no es un niño, hace mucho dejó de serlo y no creo que le agrade que tú escojas a quien puede acercarse y a quien no…¿no te parece injusto?-
-No voy a entrar a discutir eso contigo, di lo que quieras, pero una zorra cerca de mi hermano jamás será una buena influencia-
-¿Y tú si lo eres?- preguntó alzando la barbilla
Reprimí una sonrisa
-Eres igual que yo Evan, la única diferencia es que eres su hermano gemelo y claro está, eres hombre, pero fuera de esos detalles, resultas idéntico a mí…-
-¿Por qué habría de parecerme a alguien tan inútil?- pregunté bebiendo un poco de mi copa de chanpagne
-Cariño, te encanta el dinero, los lugares lujosos y el poder comprar todo lo que te parezca mínimamente necesario, detestas a la gente que pareciera no razonar o que no sirve para tus planes y por supuesto disfrutas increíblemente del sexo…¿es necesario que siga?-
Alcé una ceja
-¿Y a mí que me importa lo que pienses de mí? Tú opinión es tan válida como la de un muerto, sencillamente, no importa y peor aún, no merece la pena-
La expresión en su rostro cambió bastante, obviamente ella jamás había sido buena ocultando sus emociones
-El caso es que…debería importarte bastante…-
-¿Y eso por qué sería?-
Amanda se removió en su asiento, obviamente no le gustaba tener que llegar a esa clase de temas en un lugar como este
-Digamos que está verdaderamente involucrado en su trabajo…y no puede simplemente abandonarlo ahora-
¿Estaba diciéndome que Max había sido tan imbécil como para meterse en un asunto que jamás lo iba a dejar en paz?
-Eso era lo que tenía que decirte querido, por eso no puedes, es más, no debes seguir intentando alejarme de él con tus estrategias de niño de jardín…es mejor que te resignes ahora, se te hará más fácil y en cualquier caso no es como si Max se acostara solo conmigo, la diferencia está en que a mí me da igual con cuantas personas más se acueste…sigue mi consejo y has como yo-
Intenté sonreírle pero estaba realmente enfadado, ¿Así que todos mis intentos por alejarla solo eran estrategias de jardín?
¿Acaso tendría que asesinar gente para demostrarle que mis palabras iban en serio?
“Como si pudieses asesinar a alguien con tus propias manos”
-Nos vemos algún día- se despidió antes de marcharse
Me quedé sentado mirando la mesa fijamente, ¿Hasta dónde sería capaz de llevar mi obsesión por Max?
¡Ni siquiera estaba seguro de querer al Max actual!
Una parte de mi cabeza me decía que estúpida y patéticamente yo me había enamorado del Max que creí conocer, pero que estaba obsesionado del Max que ahora conocía…
¿Estaba enfermo?
Probablemente…
Pero seguía siendo divertido…excepto claro está por la zorra esta y sus “consejos”
.
.
.
-¿Qué se supone que hacemos aquí?-
Miré a mi gemelo fijamente, ¿Acaso no recordaba este parque?
Hacía ya varios años, yo me había escapado de nuestro anterior colegio, harto de que todos hablaran mal de mí porque me preocupaba de como me veía y cosas que usualmente…harían las chicas, sin embargo y a pesar de que me había escondido (bastante bien a mi parecer) a mitad de mi ataque de llanto apareció mi hermano y me abrazó…
Cuando me calmé me prometió que jamás dejaría que nadie se burlara de mí y que siempre estaría a mi lado…
-¿Recuerdas este lugar?- pregunté avanzando lentamente
Lo cierto era que el parque se encontraba técnicamente igual, incluso podía verme corriendo a través de los juegos
-¿Solíamos venir aquí de pequeños?- cuestionó con indiferencia
Eso fue suficiente para mí, me giré hacia Max y lo encaré
-Devuélveme a mi hermano-
Max no varió en un solo ápice su expresión
-¿Disculpa?-
Entrecerré los ojos y me acerqué a él
-¡Devuélveme a mi hermano! ¡Tú no eres mi gemelo!- exclamé con rabia
Una sonrisa apareció en su rostro
-¿Qué diablos te pasa ahora Evan?-
-¿Tengo que repetirlo de nuevo? Tú, jamás serás mi hermano, no sé quien eres, pero si de algo estoy seguro es que no eres el Max que creció conmigo-
Finalmente pareció comprender de lo que estaba hablando, miró con cierto cuidado a nuestro alrededor y luego acarició mi mejilla
-Para creerte tan superior tienes problemas para aceptar la realidad ¿no?- susurró
Alejé su mano con un golpe y lo miré con seriedad
-Mi hermano recordaría este lugar-
-La IDEA que tienes de hermano lo haría, deja ya de idealizarme Evan-
Me mordí el labio con fuerza
-¿Entonces que carajos soy para ti? ¿Por qué te comportabas así antes y ahora es tan diferente?-
Pareció pensárselo detenidamente porque se demoró bastante en responderme
-Esa pregunta no debería responderla yo, sinceramente no creo haber cambiado tanto…-
-¿NO? ¡MI HERMANO NO ERA EL MALDITO SER SIN CORAZON QUE TENGO FRENTE A MI!- grité comenzando a perder el control
Max me miró fijamente
-De los dos, el único que siempre se ha jactado de no tener corazón eres tú, ¿Por qué debería complacer tus caprichos Evan? ¿Acaso es tan difícil para ti aceptar que solo mantuviste en tu mente una imagen de mí que siempre distó bastante de la realidad?-
Apreté los puños con fuerza
¿Acaso no podía verlo?
¿No podía darse cuenta que el único ser capaz de hacerme verdadero daño era él?
Podía levantar muros para protegerme de todas las personas…pero jamás podría alejarme de él
Jamás…
Y él no era capaz de verlo, es más, le daba absolutamente igual…
Excepto claro está si mis actitudes me llevaban a acercarme a otros hombres o mujeres…
-Se supone que yo soy el ser frío sin corazón ¿sabes? Pero yo solo puedo verte a ti jugando a que soy de tu propiedad…-
Mi gemelo rodó los ojos y se sentó en un banco posando su mirada en el cielo
-Sinceramente me cuesta creer que solo me trajiste a este lugar porque creíste que recordaría algo que pasó hace tanto tiempo y finalmente cambiaría mi actitud contigo…-
-¿Entonces lo recuerdas?-
-¿El día en que te escapaste del colegio llorando?, claro, ¿Qué tiene que ver con nuestro actual yo?-
Me paré frente a él con las manos en la cintura
-¿Por qué no respondiste a mis preguntas? Solo te dedicas a desviar el tema y culparme por ver las cosas de una forma-
-Oh…pero qué maduro, veamos, ¿Qué me preguntaste? ¡Claro! ¿Qué eres para mí?- murmuró mirándome completamente
-Eres…un buen compañero de cama, mi gemelo…y ahí quedaría el asunto- sentenció cruzándose de brazos
Reprimí el molesto dolor que apareció en mi pecho con sus palabras
-¿Quién demonios eres? ¿Crees que al responderme algo como eso puedes controlarme como siempre?-
Max se encogió de hombros
-No me gusta que toquen lo que es de mi propiedad-
Sonreí de lado
-Oh claro, soy de tu propiedad pero ni siquiera te interesa lo que pienso-
-¿Por qué habría de hacerlo? Todos tus pensamientos están influidos por Varick, escucharte a ti es como escuchar a un clon de él y créeme, no me interesa tener que soportar algo así-
-Entonces déjame en paz-
-Yo no soy el que citó al otro aquí, si tanto quieres que te deje en paz lo haré con una condición-
Parpadeé confuso, acababa de decir que yo era de su propiedad y ahora estaba dispuesto a dejarme en paz
¿Qué rayos pasaba por su cabeza?
Cada vez se me hacía más difícil comprenderle
-¿Cuál es?- inquirí a pesar de que no estaba entre mis planes alejarme de él
-Que te alejes completamente de Varick y todo lo relacionado con él-
Nos quedamos en silencio, mirándonos fijamente
A lo lejos podía escuchar el sonido de algún auto transitando, justo en el momento en que un ave comenzó a trinar estallé en carcajadas
-¡AJAJAJAJAJJAAJ! God! You are so, SO funny!!!-
Max me miró y alzó una ceja
-¿Qué tiene de divertida mi condición?-
Me acerqué lentamente a él, hasta que nuestros alientos pudieron mezclarse
-En el hipotético caso de que quisiera alejarme de ti, jamás, escúchame bien, jamás conseguirías alejarme de esa forma de algo que considero de mi total agrado, tú no sabes como se siente esto…-
Max me tomó del cuello, casi elevándome, me sorprendió su fuerza y comencé a sentir miedo
Había furia en su mirada, mucha, mucha furia
-No Evan, tú no sabes cómo se siente, tu parte en este estúpido juego solo consiste en servir el aperitivo, jamás has tenido que preparar el plato de fondo…-
-¿Y cómo sería eso?- cuestioné intentando que no notase mi necesidad de oxígeno
Su agarre se hizo más fuerte
-El día en que tengas que asesinar a alguien, siendo consciente de que tiene familia, de que tiene una esposa en casa, una madre que cuidar, hijos a los que criar, el día en que tengas que torturarle hasta desmembrarlo para conseguir información, cuando debas verlo llorando, suplicando por la vida de sus seres queridos, cuando mates a su familia frente a sus ojos…ese día podrás saber lo que se siente servir el maldito plato de fondo- susurró contra mi oído antes de empujarme lejos de él
Jadeé sorprendido, mi piel se había erizado totalmente y mi corazón latía descontrolado
-Tú…- comencé sin poder procesarlo, jamás imaginé escuchar aquellas palabras provenir de su boca
¿Acaso no era un maldito hacker?
¿Por qué me hablaba de lo demás?
-Yo…yo tu dulce hermano que prometió protegerte y permanecer siempre a tu lado… ¿Aún quieres seguir jugando este juego Evan? ¿Aún quieres seguir fingiendo que somos seres comunes?...no tienes ni puta idea de lo que se siente vivir así…-
-¿Por qué no me lo dijiste?-
Max se rió
-Sigues siendo tan patético como costumbre, ¿Qué hubieses hecho? ¿Pedirle ayuda a Varick?...no Evan, cuando todo esto estalle estaremos en bandos distintos…y como nunca me pesará esa promesa-
Observé a mi hermano con cuidado, ¿Cómo no me había dado cuenta de lo que escondía?
Sinceramente me sentía culpable, tal vez si yo…
-…Si yo hubiese sabido habría podido evitar que cometiera crímenes de ese tipo…Eso es exactamente lo que estás pensando ¿verdad?-
Palidecí, era obvio que él me conocía mucho mejor de lo que había imaginado
-Ya se está haciendo tarde, es mejor regresar- sentenció mirando el cielo
Miré el suelo y observé una gota estrellándose contra él, inmediatamente alcé mi vista, pero no había nubes, era imposible que fuesen gotas de lluvia
No…
Era yo…
Estaba llorando…
-Nunca es tarde para arrepentirse ¿no?- susurré intentando detener aquellas gotas que salían de mis ojos
-A veces sí lo es, lo sabes…-
-¿No te arrepientes?- inquirí intentando encontrar su mirada
Pero el seguía observando fijamente el cielo
-¿Tú si?-
Cerré los ojos con fuerza
No, claro que no me arrepentía…pero era algo bastante diferente
Cuando comprendí que no dejaría de llorar, di media vuelta y comencé a caminar, necesitaba alejarme, necesitaba bloquear esta conversación
Después de todo, fingir que nada había pasado era, al parecer, una de mis habilidades
Tal vez una parte de mí espero que me siguiera, que me llamara…que no me dejara ir…
Como el típico cliché de una película romántica…
Pero lo cierto era que esto no tenía ni una pizca de romance, y obviamente él no me llamó…
Solo continué caminando sin rumbo alguno, intentando entender lo que estaba pasando…
Tenía dieciséis años, y acababa de enterarme que mi hermano era un asesino…
Varick, obviamente también lo era pero seguía siendo alguien ajeno, alguien que no era mi hermano…
Mi propio hermano…
La persona a la que quería…
La persona de la cual me había enamorado…
Qué estúpido…como si con ser gemelos no fuera suficiente…
Como si con mi personalidad y mis habilidades para manipular personas no fuera suficiente…
Como si con Amanda no fuera suficiente…
-¡hey!-
No quería aceptar la realidad, no iba a hacerlo…
Tenía que convencerme de que todo se trataba de solo un sueño…
Un mal sueño…
Estaba durmiendo en mi cama…nada de esto había pasado
-¡Hey! ¡Cuidado!-
Observé en cámara lenta como algo me empujaba por la espalda y yo caía hacía un costado
El bocinazo de un coche me sorprendió y consiguió traerme de regreso a la realidad
Estaba tirado a un costado de la calle, con algo pesado sobre mi espalda y a mí alrededor varias personas me miraban horrorizados
El automóvil que estuvo a punto de atropellarme aceleró y se perdió rápidamente de vista
…claro, como si creyera que iba a detenerse a ayudarme…
“La sociedad está podrida Evan…si no eres capaz de aceptarlo y divertirte con ello, te pudrirás aún más rápido”
-¿Estás bien?-
Parpadeé confuso, el peso desapareció y resultó ser un chico
Un chico bastante nerd por cierto
-Eh…gracias- ignoré la mano que me extendía y me levanté solo
El chico se me quedó mirando fijamente y aquello me incomodó bastante
-¿Puedes…decirme tu nombre?- preguntó de pronto, lucía bastante nervioso
En alguna otra oportunidad habría disfrutado de sus nervios, obviamente me encontraba atractivo…pero en este momento solo deseaba meterme bajo las frazadas de mi cama y no despertar en un buen tiempo
-Dime primero el tuyo- respondí caminando hasta la acera
-Soy Alan…-
-Bien por ti-
Seguí caminando pero el chico apresuró el paso
-¿En qué dirección vas?- preguntó arreglándose las gafas
Suspiré, cuando menos lo necesitaba un nerd comenzaba a interesarse en mí
-Hacia mi casa pero dudo que quede cerca de la tuya-
-¿Enserio? Yo vivo hacia allá-
Señaló exactamente hacia donde yo vivía y aquello me frustró
-¿Viste? Totalmente diferente- fingí lamentarme
Alan bajó su rostro, obviamente apesadumbrado
-Bueno, nos veremos por ahí- me despedí tomando rumbo hacia el departamento de Varick
-¿No me dirás tu nombre?-
Bufé, el sujeto en cuestión parecía ser insistente, y si pensaba que le debía algo por haberme “salvado” la “vida”…estaba realmente equivocado
-Evan, mi nombre es Evan, adiós-
-A-adiós-
-----------------------------------------------------End Evan-----------------------------------------------
.
.
.
----------------------------------------------------Benjamín------------------------------------------
-Di-disculpa-
Alcé mi cabeza, estaba muy entretenido leyendo un libro, apoyado en un árbol en el patio del instituto
Daniel me miraba con obvio nerviosismo, tuve que hacer esfuerzos para no sonreír con altivez
¿Él era mi rival?
Por favor…realmente me lo estaban dejando muy fácil
-¿Dime?-
Los ojos celestes del chico me miraron con curiosidad
-Yo…¿Tú eres amigo de Aaron?- inquirió con timidez
Lo miré fijamente, era muy lindo…demasiado lindo
“Oh no, ya lo veo venir…¿No deberías ser más seguro de Aaron?”
Lo sería si este enano no fuese todo lo que no soy…
“Claro, ahora que le has mostrado una actitud más madura a Aaron no puedes hacer como con los demás y manipularlos con la personalidad que más te convenga…¿cierto?”
-Así es-
-M-me…gustaría saber dónde está…necesito entregarle algo-
Me sorprendió ver un pequeño sobre entre sus manos, iba bastante oculto, pero disimulé e hice como si jamás lo hubiese visto
“Patético…una carta de amor”
-mmm, debe estar entrenando, en el gimnasio B- sentencié observando como su mirada se iluminaba
-¡Gr-gracias!-
Le sonreí fingiendo ternura
-De nada, espero que lo encuentres- y que te atropelle un camión también, pero eso no voy a decírtelo
-¡Si!-
Rápidamente se giró y comenzó a caminar hacia el dichoso gimnasio, automáticamente saqué mi teléfono y llamé a Kyle
-¿Qué pasa ahora?-
-¿Recuerdas que prometiste ayudarme en un asunto que incluye un enano enamorado de Aaron?- susurré mirando el cielo
-¿Si? ¿Por qué? No me digas que quieres ridiculizarlo en frente de todo el instituto-
-¿Yo? ¡Cómo se te ocurre! Si YO hago eso, Aaron podría enfadarse conmigo…no voy a hacer que se enoje cuando estamos tan bien…ahora…si alguien alcanzara al enano ahora, cuando va con una carta entre sus manos hacia el gimnasio B y le quitara todas sus cosas…al otro día podría aparecer casualmente esa carta fotocopiada y pegada en todas las paredes de nuestro instituto…¿no lo crees?-
-Tienes una mente siniestra ¿sabías?- se rió Kyle
Sonreí con suficiencia
-Pensé que ya lo habías aceptado cariño-
-Bien, será como tú digas, te espero en el café de siempre, media hora después del instituto-
-Nos vemos- me despedí antes de cortar la llamada
Pobre Daniel, alguien debió decirle que poner sus ojos en Aaron fue el peor error que pudo cometer…
.
.
.
-¿La tienes?- pregunté inmediatamente al ver a Kyle ingresar al pequeño pero exclusivo café
El castaño asintió antes de dejarse caer en la silla frente a mí
-Fue bastante fácil ¿sabes? Daniel iba bastante distraído y ni siquiera pudo ver quien le quitó todo-
Sonreí con satisfacción
-Como se espera de cualquier favor que te piden, siempre tan eficiente ¿no?-
Kyle me sonrió e inclinó ligeramente la cabeza
-¿Esto es todo lo que vas a hacerle?-
-mmm, depende-
-¿De qué?-
-De qué tanto intente el llamar la atención de Aaron, obviamente- señalé con obviedad
Los ojos azules de Kyle brillaron divertidos
-Siempre tan posesivo…-
-No viniste aquí para que discutamos sobre mi personalidad, ¿Dónde está?-
Kyle extrajo un sobre de su chaqueta, era el mismo que había visto en las manos de Daniel, pero justo cuando iba a alcanzarlo, el mayor lo alejó de mí alzando el brazo
-Quiero un beso a cambio- sentenció
Alcé una ceja
-Tienes a decenas de chicos y chicas detrás de ti, ¿Y quieres un beso mío?-
Se encogió de hombros
-Dicen que uno siempre desea lo que no puede tener ¿no?-
Bufé, quería aquel sobre ahora, y un beso tampoco era tan importante
Me levanté un poco y me incliné sobre la mesa, observé divertido como Kyle se acercaba a mí y cerraba los ojos
Aprovechándome de su descuido, besé la punta de su nariz y le arrebaté el sobre de la mano
-Para la próxima especifica dónde quieres el beso cariño- me burlé con altivez
Kyle frunció el ceño pero luego se carcajeó
-Debí esperármelo tratándose de ti ¿no?-
-Claro-
Nos quedamos en silencio y aproveché para abrir el sobre
La letra de Daniel era bastante bonita y me sorprendió un poco no ver dibujos de corazones y cosas patéticamente cursis
“Jamás había sentido algo así…
Jamás supe cómo escribir una carta declarándote lo que siento…
Sé que soy menor, sé que probablemente me veas solo como a tu hermano pequeño, pero desde que te conocí, no he podido pensar en nada más que en ti.
Mi corazón late presuroso cuando te veo acercarte, cuando te veo sonreír, cuando te veo triste…
Me gustaría ser aquella persona capaz de hacerte feliz, dime Aaron, ¿Eres feliz?
Sé que esta carta puede parecer demasiado cliché, pero lo cierto es que no soy capaz de decirte esto a la cara, ver rechazo o decepción en tu bello rostro sería insoportable para mí.
Alguien me comentó que al parecer tenías pareja, ¿Es cierto ello?, mi poca valentía tampoco me ha dejado preguntarte aquello, y no estoy seguro de desear conocer la respuesta.
Puede que este sea un amor no correspondido, pero aunque sé que de ser así sufriré, créeme, no me arrepentiré nunca.
Nadie más puede ver la hermosa persona que eres, nadie más puede disfrutar tanto de tu compañía…
Por favor, si tu respuesta es positiva, estaré esperándote mañana en el descanso de la tarde, detrás del edificio de la biblioteca.
Te quiere más que a nada en este mundo, Daniel”
Corrijo, la carta era lo suficientemente patética y lamentable como para necesitar esa clase de cosas
-¿Y?-
Sonreí alzando la barbilla
-Está perdido, realmente perdido- sentencié reclinándome en la silla
-¿Tan cursi es?-
Asentí sin dejar de sonreír
-Como sea, si quiero que se largue de este instituto necesito más, esto durará un par de semanas pero luego todos lo olvidarán…-
-¿Y cómo vas a hacer que quiera irse?-
Miré fijamente a Kyle
-Cariño, creo que tendrás que usar a uno de tus amigos-
Kyle abrió mucho los ojos
-¿Quieres que lo investigue? Es un niño, ¿Qué se supone que esconda?-
Resoplé y miré por la ventana
-Todos, absolutamente todos, tenemos algo que esconder, tu averigua de qué se trata-
El mayor se encogió de hombros
-Te enviaré la cuenta de los gastos de mi amigo, a menos que…-
Rodé los ojos
-No voy a acostarme contigo, así que mejor ni siquiera lo pienses-
-¿Por qué tienes que ser tan maldito? Estoy seguro de que no le dijiste lo mismo a todos los sujetos con los que has tenido sexo-
Fruncí el ceño
-Con quien me haya acostado no tiene por qué importarte Kyle y si tanto sexo quieres, pídele a una de las zorras que te siguen todo el día que se abra de piernas para ti- sentencié antes de levantarme y marcharme
Aún necesitaba pasar a fotocopiar cierto documento
.
.
.
Observé como los estudiantes del instituto ingresaban en el como cada mañana a media que me acercaba a la entrada podía escuchar risas, consciente de lo que estaba pasando sonreí
-¿Por qué tan feliz?- pregunto a mi lado Evan
Obviamente iba distraído
-¿Recuerdas al pequeño Daniel?- murmuré consciente de que debía ser cuidadoso, cualquiera podría escucharme y obviamente esa no era la idea
Mi mejor amigo se me quedó mirando fijamente
-¿Qué hizo para ganar tu odio?-
Mi sonrisa se amplió
-Pensó que podía conseguir el amor de alguien que me pertenece-
Evan rodó los ojos
-Well, no creo que deba criticarte nada, así que disfrutaré del día viendo como todos se degradan a animales burlándose de alguien por algo que es perfectamente normal-
Alcé una ceja
-¿Desde cuando andas tan filosófico?-
-Desde que mi hermano decidió enviarme al carajo porque según él me parezco mucho a Varick-
Parpadeé confundido, las risas ahora eran imposibles de ignorar, pero las palabras de mi amigo me habían planteado un par de dudas
A esta altura era estúpido preguntar si todo iba bien entre ellos, pero de cualquier forma, ¿Qué esperanza podía tener una relación de ese tipo?
Inmediatamente pensé en Felipe y en que habíamos acordado silenciosamente que yo seguiría visitándole
¿Por qué razón?
No quería detenerme a pensarlo…
No ahora…
.
.
.
-¿Puedes creerlo? Fue realmente patético…-
-¡Imagínate su descaro! ¡Un niño enviando una carta de amor!-
-Pobre, ¿Realmente pensó que sería correspondido?-
A mis oídos llegaban cientos de comentarios del mismo tipo, me costaba horrores disimular la sonrisa de satisfacción que pujaba por formarse en mis labios
Mientras caminaba vi a Aaron, leyendo fijamente una de las tantas copias de aquella carta, fingí preocupación y me acerqué a él
-¿Aaron?-
Pero no me respondió, parecía totalmente concentrado
-¡Aaron!- le llamé alzando un poco la voz, pero obtuve el mismo resultado que si intentara hablarle a una roca
Fruncí el ceño comenzando a molestarme
Finalmente decidí pararme frente a él y moverlo un poco
-¿Eh?-
-Finalmente me prestas atención- me quejé mirando fijamente el suelo
-Yo…-
-¿Ya leíste lo que apareció esta mañana?- era una pregunta que no necesitaba respuesta
Pero quería ver las expresiones en su rostro, necesitaba convencerme de que no existía la más mínima posibilidad para ese enano
-Si…es…no me lo había esperado- susurró apartando la mirada
Alcé una ceja pero me esforcé en poner mi mejor tono de preocupación
-¿Cómo crees que esté él? Todos andan comentando sobre esa carta- murmuré
Aaron me miró fijamente y luego suspiró
-Esto no es justo para él, me pregunto quien será capaz de hacer algo así- replicó con rabia
Asentí dándole la razón a pesar de que por dentro comenzaba a incomodarme
-Supongo que es solo una broma, pronto la olvidarán y…-
-¿Olvidarla dices?- me interrumpió alzando la voz
Parpadeé, intentando no soltar algún comentario hiriente
-¿Crees que se puede olvidar algo como esto? ¡El solo estaba expresando sus sentimientos! No le corresponde a nadie, excepto a él mismo y a mi, resolver este asunto, quien sea que haya sido obviamente no comprende lo que es el sentir amor por alguien- siseó con ira
Retrocedí un paso
Él no podía saberlo, pero estaba casi gritándome que yo no era capaz de amar
-Si realmente fuese maduro no habría escrito una carta, si mal no recuerdo, él mismo reconoce que es cobarde y que le falta valentía para expresar sus verdaderos sentimientos frente a frente-
-Esa no es escusa para hacer lo que se hizo, ridiculizar a una persona solo por algo como esto no tiene sentido-
Suspiré profundamente
-Es una broma, no es el fin del mundo-
Aaron rodó los ojos y se despeinó el cabello
-Por bromas como esas, por gente como la que fotocopió esa carta, yo no tengo amigos, no lo encuentro para nada gracioso, ser excluido y ridiculizado es bajo, y no dar la cara al hacer algo como esto SI es de cobardes- sentenció antes de marcharse
Me quedé parado a mitad de pasillo procesando lo que acaba de pasar
¿Debería sentirme enfadado? ¿Feliz? ¿Triste?
“Realmente no entiendes ¿verdad?...lo único que conseguirás será que Aaron le preste más atención…”
Como si pudiese ser posible
Me encogí de hombros antes de regresar a mi salón, no iba a estresarme por ello, estaba seguro que de aquí a que saliéramos de clases Aaron se arrepentiría por haberme subido el tono de voz y se acercaría a mí para pedirme disculpas
.
.
.
-¿Qué haces Benjamín?- inquirió Evan a mi lado
Miré casi ofendido como Aaron se levantaba, tomaba sus cosas e incluso salía del salón antes que el mismo profesor lo hiciera
-Averiguar que carajos hice- repliqué antes de seguir a mi novio
Al principio pensé que podría perderle pero eso no ocurrió, Aaron estaba parado en la entrada del instituto, mirando en todas direcciones, obviamente estaba esperando a alguien
Y me negaba a considerar la opción de que fuera Daniel
Dicen que cuanto mas deseas que algo no ocurra, más aumentas las probabilidades de que suceda…ahora que veo a Daniel correr y ser detenido por Aaron puedo darle toda la razón a quien sea que lo haya dicho
-¡Aaron!- exclamó el menor mirando a mi novio con evidente miedo
¿Miedo a qué?
¿A que se riera de él?
¿A que le reprochara su falta de madurez al enviar al desear declararse por una carta?
-Y-yo…de verdad lo siento, lo siento mucho- susurró el de ojos celestes a punto de llorar
Aaron sostuvo su barbilla y suspiró
-Yo no voy a burlarme de ti, amar a alguien no es una razón para avergonzarse, todo lo contrario, demuestra que eres capaz de sentir la emoción más hermosa que existe-
Parpadeé intentando procesar aquellas palabras
No iba a admitir cuanto me llegaban sus palabras, no en esta vida y probablemente no en la otra
-P-pero…no quiero que me odies, solo…solo eres lo mejor que me ha pasado desde que llegué a esta ciudad- confesó el menor
El pelirrojo sonrió de lado y acarició lentamente la mejilla del pelinegro
Fruncí el ceño
Si no fuera porque sería demasiado obvio llegar a interrumpir un momento tan “importante”, lo habría hecho…parecía el patético momento de un dorama donde la “pareja” se declaraba
“Dime que se siente ser el malo en la historia…”
-Hace tiempo, una persona me dijo que callarnos lo que sentimos podía ser el vaticinio de nuestro propio fin, a pesar de que dijiste ser cobarde, creo que has sido muy valiente, no te preocupes, no sería capaz de odiarte…-
Abrí los ojos al máximo
Yo le había dicho eso a Aaron…
Justo antes de que aquel estúpido accidente me borrara de sus recuerdos…
Retrocedí hasta chocar con el pilar más cercano…
¿Cómo podía recordar aquello y no recordarme a mí?
-Pero…- comenzó Daniel con un tono de voz lleno de tristeza
Alcé mi mirada, Aaron se había apartado de Daniel y sonreía con melancolía
-Pero no puedo corresponder tus sentimientos, lo siento, ya tengo a quien amar-
Mi corazón comenzó a latir con fuerza al oír aquellas palabras
Daniel alzó la barbilla y sonrió
-Era una posibilidad que no quería considerar, pero…realmente deseo que seas feliz…si esa persona es quien sospecho, creo que tienes muy buen gusto- concedió con evidente pesar
-Gracias, eres alguien realmente dulce ¿lo sabías?...también deseo felicidad para ti…-
-¿Espiando a tu novio?- susurró una voz a mi espalda
Casi grité pero él cubrió mi boca con su mano derecha
-No grites, no quiero que sepan todos que estoy aquí…y tampoco creo que desees que ellos se enteren que los espiabas…-
Respiré profundamente
¿Qué demonios hacía Felipe aquí?
-Así que aquel es el niño que provoca tus celos…pero si solo es un bebé, bastante lindo, pero nada que pueda compararse a la magnificencia del gran Benjamín ¿no?-
-Dicen que el peor error de todos es subestimar al enemigo- siseé intentando apartarme pero Felipe me abrazó por la cintura
-Cualquiera que te escuchara pensaría que jamás has cometido tal error y resulta que yo soy la prueba de lo contrario-
Me tensé pero regresé mi atención a Aaron, que se despedía con amabilidad de Daniel
En cuanto mi novio se fue, el de ojos celestes comenzó a derramar lágrimas
-El primer amor de un niño...su primer amor fue un amo no correspondido…bastante lamentable ¿no?-
-No puedes obligar a alguien a sentir- repliqué
-Cierto, pero tal vez si tu presencia no hubiese nublado la mente y el corazón de Aaron, Daniel habría conseguido su amor…porque si pones en la balanza quien se merece el amor de ese pelirrojo…no creo que ganes lindura-
Me harté y golpeé en las costillas a Felipe, consiguiendo que me soltara
-La vida no se basa en el hubiera, las cosas pasan por algo, si Aaron me ama no es mi culpa y eso es algo que lamentablemente ese enano tendrá que aceptar-
-Entonces tú debiste haber aceptado que Aaron se olvidó de ti…ni siquiera ahora, cuando dice que te ama, es capaz de recordarte-
Me mordí el labio inferior con fuerza
-Si viniste a intentar provocarme puedes largarte, tengo que irme y no tengo tiempo para escucharte-
-Ni siquiera tienes tiempo para escucharte a ti mismo, ¿O me negarás que alguna vez pensaste que no merecías a Aaron?-
Rodé los ojos y comencé a caminar
-Ese no es tu maldito problema- sentencié
Cuando pasé al lado de Daniel nuestras miradas se cruzaron, como siempre, mi máscara se activó y fingió preocupación
-¿Estás bien?- pregunté utilizando un tono que incluso consiguió repugnarme
-Lamento lo que hice…yo…-
No pudo terminar lo que estaba diciendo y salió corriendo, me quedé parado mirando como desaparecía por las calles de la ciudad
Suspiré antes de retomar mi camino, podía sentir la mirada de Felipe clavada en mi espalda, pero me obligué a restarle importancia, no quería pensar en lo que había pasado
El pasado, debe quedarse ahí…
.
.
.
-Cariño, Aaron quiene hablar contigo-
Alcé la mirada del libro que estaba leyendo, Gabriel me miraba desde la entrada de mi cuarto con una sonrisa sincera y una mirada llena de curiosidad
-¿Está aquí?-
Mi madre parpadeó
-Oh no, está al teléfono, contesta cuando quieras, que yo distraigo a tu padre-
-Gracias-
Se retiró después de dedicarme otra sonrisa
Tomé el aparato que descansaba en la mesa al lado de mi cama y suspiré profundamente
¿Qué sería lo mejor?
“Obviamente hacer como que desconoces todo el asunto”
-¿Diga?-
-Ehh…Benjamín, soy Aaron-
Miré la pared frente a mi cama, el cuadro de Dalí que me había regalado papá hace un par de años me abstraía de sentir cualquier emoción…
-¿Cómo estás? Te noté algo distraído- comenté como si nada
-Verás…me preocupó un poco como podría tomarse todo Daniel y hablé con él-
Que sincero…
Sonreí sin darme cuenta al notar lo honesto que era conmigo
-¿Y está todo bien?-
Claro que no, el enano lloró en cuanto te fuiste, después de todo fue su primera decepción amorosa…¿no?
-Creo que le tomará su tiempo, pero…no hubiese sido capaz de mentirle y decirle que le correspondo-
-…-
-Quiero…quiero que nos veamos Benjamín-
Miré el techo de mi habitación, así que así sería siempre…un caballero reconociendo sus errores…
Un caballero al respetar los sentimientos y las decisiones de los demás…
“Un caballero enamorado de un demonio”
-Yo también…mañana mis padres no estarán en casa…¿quieres venir?- ofrecí sin pensármelo dos veces
-¿Mañana?...sí…estaría bien-
-En ese caso nos vemos…estaré esperándote- susurré consciente de que mi tono de voz había puesto nervioso a Aaron
-Cl-claro…-
Colgué sin dejar de sonreír, mañana sería un día muy, muy interesante
-------------------------------------------------------End Benjamín-------------------------------------------------
.
.
.
El momento en que vi la carta que con tanto cariño había escrito, fotocopiada y pegada en todas las paredes de mi instituto, fue, casi, el momento más vergonzoso de mi vida.
A pesar de que solo tengo catorce años, mi vida no ha sido fácil, y no es difícil saberlo y recordarlo al escuchar las conversaciones de mis compañeros.
Me pregunto, madre, si desde el cielo puedes verme, si me extrañas, si alguna vez te preguntaste como vería al crecer.
El amor que creció en mi corazón, es el sentimiento más puro que he sentido en años, madre, ¿Por qué este debe ser un amor no correspondido?
Tal vez en otra época, en un lugar distinto, mi corazón no dolería de esta forma, no cuando las palabras de Aaron se repiten en mi cabeza cada minuto de cada hora…
Me gustaría enfadarme con aquella persona que tiene el corazón de alguien tan hermoso, pero no puedo, no puedo sencillamente porque si fue capaz de ganarse el corazón de él, de obtener su amor, debe ser una persona realmente admirable.
Tal vez con el tiempo llegue a olvidar este sentimiento, hacer el ridículo ya no me importa, lo que realmente me parece importante es saber que él no me odia…
Madre, padre, seguiré esforzándome y me convertiré en un hijo digno de ustedes, aunque tenga que seguir soportando la burla de todos, no importa.
No mientras en mi corazón siga habiendo una razón para sonreír…
Madre, tú lo dijiste, siempre hay una razón para sonreír, siempre.
Daniel