La vida tiene extrañas formas de probarte, a algunas personas, les antepone grandes sacrificios…
A otras, aventuras…
Otras personas deben luchar por lo que más aman dándolo todo de si…
Me pregunto cuál será mi prueba, porque honestamente, si se trata de dejar de amarte… creo que jamás podré superarla.
.
.
.
-------------------------------------------------Benjamín-----------------------------------------
-Hijo, no puedes…-
Gabriel me miraba con tristeza, pero yo ya había tomado una decisión
-No te preocupes, estoy seguro de esto- aseguré regalándole una sonrisa
Mamá negó suavemente
-Pensé que habías descartado completamente esta idea-
Le observé fijamente, sintiendo mucho cariño, pero no pena
¿A quién le importaba que aceptara el compromiso?
Cuando tuviésemos veinte años nos casaríamos, y viviríamos como una familia…
¿Cuál era el problema?
Marisa era hermosa, inocente, sí, pero hermosa y vivaz, además de cálida…
La esposa perfecta para el matrimonio de sociedad perfecto y probablemente cuando terminásemos la universidad nos decidiríamos por tener hijos…
Planear una vida a los diecisiete no sonaba mal… de cualquier forma, mi corazón se había congelado
-No realmente, solo quería pensarlo bien y creo que ella es hermosa-
No estaba mintiendo, realmente era hermosa, pero no podía sentir más que cariño por ella
-SI así lo decides- suspiró profundamente Gabriel abrazándome con fuerza
Miré extrañado mi reflejo en el refrigerador
Era yo, el mismo de hace una semana, el mismo que miraba con desesperación a Felipe, buscando algo en sus ojos… algo que hiciera que mi alma pudiese dejar de sangrar…
Pero nada había pasado, y los días habían transcurrido…
Ni una sola lágrima, ninguna gota salina había caído de mis ojos
Y todo había seguido… normal
El mundo seguía girando, las clases continuaban sucediéndose, mis padres seguían juntos…
Todo en mi asqueroso mundo parecía seguir igual… excepto por la ausencia del rubio
Excepto porque mis manos permanecían frías
Y por supuesto, excepto por la decisión que había tomado hace dos días…
Aceptaría el compromiso con Marisa, me casaría con ella al cumplir veinte años y mi vida seguiría el rumbo al cual pertenecía antes de involucrarme con Varick…
Mi corazón permanecería congelado, en un estado peor al de la misma muerte, esperando, a que Felipe algún día regresara a mí
Era mejor eso que caer en la desesperación, era mejor eso que largarme a llorar…
Al menos me permití guardar una esperanza
Cuando Gabriel me soltó, avancé rápidamente hacia el salón, deseaba terminar con la reunión lo antes posible, había quedado con Evan para salir a un club, con él, Max, Kyle y Blake
Sabía que sería difícil alejarme completamente de Varick, pero Blake me agradaba lo suficiente como para permitirme seguir reuniéndome con él e incluso Kyle me había notado diferente
“Has vuelto a ser el de antes” había dicho y yo solo le había sonreído, invitándole
Ya no tenía la obligación de serle fiel a nadie, ya no tenía que permanecer imbécilmente virgen para mi “primer amor”, no, a partir de ahora todo sería un tanto… diferente
En el salón estaban los estirados padres de Marisa, con ella entre ambos, sonriendo levemente
Papá me miró fijamente, cuestionándome, pero yo solo le devolví la mirada llena de seguridad
Ya no podía arrepentirme y peor aún, no tenía razón alguna para hacerlo
¿Qué más daba si me comprometía con ella?
No me importaba serle fiel y por su parte ella podría hacer lo que quisiera
-Nos alegra mucho que hayas tomado esta decisión Benjamín- sentenció el padre de Marissa sonriendo con satisfacción
Le devolví el gesto con una mirada tan fría que consiguió borrarle el gesto de la cara
-Estoy seguro de que nos querremos tanto como ustedes se aman- repliqué consciente perfectamente de que ellos no sentían más que repudio por el otro, pero por el bien de su hija habían dejado su guerra de lado
Ellos se miraron algo incómodos, probando mi punto, pero la mujer sonrió brillantemente
-Después de esto nuestras familias quedarán unidas, es perfecto, nuestra querida niña a cargo de alguien tan responsable como tú mi niño-
Sonreí hipócritamente y me saqué una cajita del bolsillo
Sabía que contenía un par de anillos pero ni siquiera me había molestado en verlos, solo le había pedido a Evan que los comprara, por fortuna, después de mucho pedírselo mi mejor amigo aceptó de mala gana
Me arrodillé frente a Marissa y saqué el más pequeño
-Espero que te guste, lo escogí para ti- mentí descaradamente
Ella me sonrió con dulzura, era conmovedoramente inocente, tanto que por un instante pensé que no se merecía el martirio que le esperaba cuando nos casáramos
-Es hermoso-
Agradecí a Evan mentalmente por escoger algo sobrio pero elegante
Era un anillo de oro blanco con pequeñas incrustaciones de zafiros
-¿Puedo?- preguntó intentando tomar el mío
Asentí consciente de la mirada que tenía mi padre sobre mi nuca
Por supuesto, él sabía perfectamente que era todo una farsa, pero no intentó disuadirme, en el fondo sabía que yo me parecía mucho más a él que a Gabriel
-Gracias- solté cuando me puso el anillo en el dedo anular de la mano derecha
Me senté entre mis padres y respiré profundamente antes de que comenzara la tarde llena de comentarios vacíos y halagos sin sentidos, desconecté mi mente pero me mantuve lo más atento que pude, para no demostrar mi falta de interés en su charla
Los minutos pasaron convirtiéndose en horas y por fortuna la familia de Marisa abandonó mi casa antes de la cena, dejándome tiempo para ir a arreglarme
-¿Piensas salir?- preguntó papá al verme salir de mi habitación vestido para la ocasión, jeans negros ajustados, tenis del mismo color, una polera blanca con diseños en azul y mi chaqueta azul a juego
-Sí, con Evan, probablemente vuelva en la mañana-
Ni siquiera me detuve en las escaleras para responderle, bajé casi trotando
-Espero que disfrutes tu nueva condición de prometido-
Sabía que lo había dicho porque estaba enfadado pero me giré sonriendo
-Lo haré, no te preocupes-
Le di al chofer la dirección del lugar y me dejé caer contra el cómodo respaldo del asiento
Miré mi mano derecha y bufé, me quité el anillo y lo até a la cadena de platino que me había regalado Gabriel la última navidad y que llevaba puesta siempre desde aquel día
-Comprometido, que bazofia de mentira más grande- me reí
El chofer se detuvo frente al lugar, era una disco con una fila enorme para ingresar, por supuesto, de carácter totalmente exclusivo
A la entrada estaban Evan, Max y Blake, pero de Kyle ni rastro
-Gracias por traerme- agradecí mientras me bajaba
Mi mejor amigo vestía pantalones blancos y una chaqueta roja, en cambio su hermano llevaba jeans azules y una polera negra suelta bajo una chaqueta del mismo color
Blake se lucía, sus ojos negros contrastaban perfectamente con la camisa blanca y los jeans verdes que usaba, llevaba una chaqueta negra en su mano, al parecer, el chico tenía calor
-Honey! Finalmente llegas!- saltó mi mejor amigo sonriente
Por supuesto, el hecho de que su hermano-amante hubiese querido venir con él lo tenía más que feliz
-Lamento la demora, pero veo que Kyle aún no llega- comenté sin dejar de mirar a Blake
-Estoy más cerca de lo que crees- soltó una voz contra mi oído
Me giré lentamente, negándome a apartar la sensual visión de Blake de mis ojos
-¿En serio?- cuestioné apartándome solo un poco de las manos que acariciaban mi cintura
-Siempre- aseguró sonriéndome con lujuria
Alcé una ceja pero admiré la musculosa negra que llevaba bajo la chaqueta blanca y por supuesto, aquellos jeans convenientemente desgastados sobre sus piernas
-Qué extraño- murmuré sonriéndole
Sabía que Kyle lo interpretaría como una invitación, pero mi intención no era acostarme con él… no hoy
Había otra persona que me había resultado mucho más interesante, al menos para esta noche y tenía unos ojos negros impresionantes
-Come on! ¿Vamos a entrar?- Se quejó el gemelo menor
Me alejé del de ojos azules y tomé del brazo a mi mejor amigo
-¿Azules o negros?- cuestioné sabiendo que me entendería inmediatamente
Él sonrió juguetonamente
-Today? Mmm, blue-
-Sure?- le lancé una mirada de reojo a Blake, que conversaba con Max descuidadamente
“Pff, para trabajar en lados contrarios se llevan muy bien”
-A kyle lo tienes cuando quieras en donde quieras, es más excitante algo que no puedes tener siempre, ¿No lo crees?-
¿Aplicaba esa misma lógica para acostarse con su gemelo?
Porque honestamente, eso explicaría MUCHAS cosas
Fuera de eso, Evan tenía razón y hoy no iba a desperdiciar mi oportunidad
Como siempre, nos dejaron pasar en un parpadeo y sin pedirnos identificación, el lugar estaba casi repleto, se notaba que la gente llevaba bastante tiempo bebiendo y bailando porque sus movimientos en la pista ya no eran tan coordinados
Me acerqué a la barra y al inclinarme para pedir tragos sentí dos manos en mi cintura
-¿Sabes lo tentador que eres así?-
Sonreí al reconocer la voz de Blake
-Me lo puedo imaginar, cinco shots de tequila por favor- pedí al barman ignorando aquellas manos que comenzaron a colarse bajo mi polera
-¿Planeas partir con algo tan fuerte?-
Me giré dentro de los brazos del de ojos negros
-¿Y por qué no? ¿Acaso es muy fuerte para ti?-
Por supuesto, había un claro desafío en mi voz, Blake sonrió con superioridad y sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo producto de aquello
-Nunca- negó inclinándose y apoyando su barbilla sobre mi hombro derecho
-¿De cuándo acá estás interesado en mí?- cuestioné sabiendo que podía escucharme perfectamente
-Tu cuerpo… es como si gritara por ser tomado, no podría arriesgarme pensando que eres virgen, pero estoy seguro que no estás lejos de serlo-
Alcé una ceja, a cinco metros, Kyle conversaba con Max y Evan pero no dejaba de mirarme fijamente
Le sonreí inocentemente, dándole a entender que por hoy no conseguiría nada y él frunció el ceño
-¿Ya despachaste a Kyle?- preguntó Blake sin soltarme y comenzando a besar mi cuello
Me estremecí producto del placer
¿No se suponía que yo amaba a Felipe?
¿Entonces por qué me sentía tan bien con alguien por quien no sentía nada?
“El placer no va relacionado necesariamente con el amor…”
-¡Aquí está!-
Me giré violentamente al escuchar el grito del barman, el hombre me tendió la botella de tequila también
-¡Gracias!- exclamé tomando la botella y un vaso
Blake tuvo que soltarme para tomar los tres restantes y nos acercamos a nuestros amigos
Evan me miraba con ojos muy curiosos
-Es muy bueno en la cama- susurró contra mi oído lanzando una risita algo nerviosa
Puse mi mejor expresión de incredulidad
-¿Qué te hace pensar que quiero acostarme con él?- cuestioné con falsa sorpresa
El rubio me miró sorprendido al principio y luego me golpeó ligeramente el hombro
-Fuck you!- exclamó
-¡Bien! Creo que es momento de brindar- comentó Blake sonriéndome deliciosamente
Uff, con un hombre así cualquiera se olvida del pasado…
Todos alzamos nuestras manos y chocamos nuestros vasos
-¡Salud!-
El tequila recorriendo mi garganta hizo arder mis vías respiratorias pero lo ignoré y serví otra ronda de shots
Continuamos así hasta que la botella se acabó y realmente no quedaban motivos para celebrar
Evan y Max se fueron a bailar a algún recóndito lugar de la pista y yo me quedé con Kyle y Blake, quienes conversaban despreocupadamente
Me sentí algo ofendido por la falta de atención y decidí que pagarían por ello. Al caminar hacia la barra para dejar la botella y mi vaso choqué levemente con un chico un poco más alto que yo
-¡Lo siento!- me disculpé poniendo mi mejor mirada de inocencia
El muchacho se me quedó mirando fijamente y de pronto me sonrió
-¿Quieres bailar conmigo?- ofreció acercándose a mí y acariciando mi mejilla
-Solo si me invitas un trago- acepté tomando su mano y acariciándole el dorso
A pesar de la oscuridad noté perfectamente que el chico era muy guapo, y sus ojos verdes brillaban como los de un felino
-Hecho, ven conmigo-
Tomó mi muñeca izquierda y tiró de mi mano
En ese momento reconocí que no haber comido mucho en el día me estaba pesando, pues el efecto de los tequilas apareció mucho más rápido de lo normal
El muchacho de hermosos ojos verdes me sacó del club en un parpadeo
-¿Dónde vamos?- pregunté algo ido
-¿Alguna vez has visto una carrera de autos?-
Lo miré sorprendido y fascinado con la idea
Hacía mucho tiempo que no veía una
-Una vez vi una, pero fue hace más de un año- acepté
-Pues ahora serás mi dije de buena suerte y si gano, te daré la mejor noche de tu vida- susurró contra mi oído
Volví a estremecerme, pero esta vez más por lo excitante de ser seducido por un desconocido
Me guio hasta un automóvil negro que por fuera parecía relativamente normal
-Sube-
Me acomodé lo mejor que pude en el asiento del copiloto analizando el interior del vehículo
“Nada extraño”
-¿Esperabas encontrar drogas?- se rio
Sonreí de lado
-¿No tienes?-
-No aquí hermoso- respondió depositando un beso sobre mis labios
Extendí mis manos alrededor de su cuello deseando más y él me concedió mi deseo apegándose a mí y profundizando el beso
No sabía cómo se llamaba pero por Dios que besaba bien, sentía mi cuerpo derritiéndose con su sabor a ¿Ron?, sí, creo que era ron
-mmm, sabes deliciosamente dulce- susurró lamiendo mis labios
Me alejé de golpe sin dejar de sonreír
-Al menos debería conocer el nombre de mi captor- comenté en broma
El chico, que probablemente tendría unos veinte años comenzó a reírse
-Andrew, mi nombre es Andrew precioso-
Joder, ¿Era normal que me calentara aquella palabra?
-Y bien, Andrew, ¿En qué consiste la mejor noche de mi vida?-
Pero el mayor solo siguió sonriendo y arrancó el automóvil a una velocidad de vértigo
-Ya verás-
No hablamos de nada en el camino, la tensión sexual era tan grande que parecía poder cortarse con un cuchillo, en lugar de ello me distraje mirando las luces nocturnas de la ciudad, que con el paso de los minutos se volvían monótonas
De pronto el sonido de música a máximo volumen me golpeó en el rostro, estábamos acercándonos a un edificio aparentemente vacío, pero dos hombres resguardaban la entrada al estacionamiento
Dos hombres que cabe mencionar, no lucían como simples guardias de seguridad
-Andrew- saludó uno de ellos con una expresión que delataba el estado de embriaguez en el que se encontraba
El otro sujeto se me quedó mirando fijamente
-¿No es hermoso?- cuestionó Andrew al captar la mirada sobre mí
El hombre sonrió levemente
-Lo es- asintió antes de presionar un botón consiguiendo que la barrera frente a nosotros se levantara
El auto descendió lentamente, consiguiendo que el contraste de luces entre la casi oscuridad y las brillantes luces de neón que iluminaban el enorme estacionamiento subterráneo no me afectaran
-Parece que conoces este lugar- comenté al observar la mirada de decenas de chicos y chicas sobre el automóvil
No estaba seguro del rango de edad pero habían muchachas con faldas muy cortas que pese a estar maquilladas no parecían mayores de dieciséis años
-Digamos que me encanta correr- respondió el de ojos verdes
Era extraño que un estacionamiento donde fácilmente cabrían unos cuatrocientos vehículos estuviese totalmente vacío… a excepción de los cincuenta automóviles arreglados para correr que había en ese momento, claro está
-¿Qué es esto?- cuestioné consciente de que no era para nada normal
La carrera a la que había asistido yo era en carretera, no en un estacionamiento
-Lo llaman el noveno círculo-
Alcé una ceja
-¿Noveno círculo? ¿Cómo en los niveles de infierno de Dante?-
Andrew asintió mientras maniobraba para estacionarse
Un nombre peculiar, muy peculiar…
¿A quién se le habría ocurrido llamarle así?
Si mal no recordaba, en el noveno círculo se castigaba a los peores criminales, el mismo lucifer era el encargado de hacerlo…
-Está de sobra decir que no debes confiar en nadie aquí- soltó el rubio antes de bajarse
Permití que me abriera la puerta pero no acepté la mano que me tendía
-¿Eso te incluye?-
-Eso me incluye- asintió sonriendo
Sabía que debía sentir miedo, pero estaba lejos, muy lejos de sentirme así
La curiosidad y la excitación por lo desconocido me estaban controlando
Tres chicas vestidas casi como prostitutas se acercaron, extrañamente y pese a su escasa ropa, sus rostros no coincidían con mujeres que se vendieran
-¡Andrewwww!- gritó la más pequeña con una enorme sonrisa
-¿Quién es él?- preguntó la más alta mirándome fijamente
Me mantuve casi frío devolviéndole la mirada
-¿Él? ¿No te parece hermoso?- respondió el mayor abrazándome por la cintura
Alcé una ceja
La chica de estatura media se adelantó
-Somos las trillizas, mi hermana mayor es One, yo soy Two y ella es Three, un placer conocerte…-
-Benjamín, un placer para mí también- me presenté recordando casi con asco como me presentaba frente a cualquiera que quisiera manipular… y ellas no serían la excepción
-Cada una tiene un carácter muy particular, lo descubrirás con el tiempo- anunció Andrew antes de empujarme un poco para que comenzara a avanzar
¿Eso significaba que pretendía que nos volviésemos a ver?... que interesante
-¿A qué hora correrás?- cuestioné empujándole contra un pilar
El rubio sonrió antes de depositar un beso sobre mi cuello
-En diez minutos, resultaste bastante impaciente ¿No?-
Me encogí de hombros
-Me gusta que cumplan lo que me prometen-
Probablemente soné mucho más rencoroso de lo que debería, pero Andrew no me conocía de nada y no tendría cómo saber lo de Felipe
-Entiendo hermoso, ganaré por ti- aseguró depositando un beso sobre mi frente
De la nada salió corriendo hacia su vehículo y las trillizas se acercaron a mí
-Es extraño que se comporte así- comentó One
-¿En serio?- repliqué mucho menos interesado de lo que debería
La menor, que llevaba dos coletas asintió sonriendo
-Andrew siempre es serio con los demás, creo que realmente le gustaste-
Fruncí el ceño, una cosa podía ser el interés sexual, pero ¿Gustarle?
¡Si acabábamos de conocernos!
Ladeé ligeramente mi cabeza al observar dos automóviles acercándose a lo que debía ser la partida
-Si gana, deberías sentirte alagado- soltó Two como si nada
Bufé
-¿Alagado?- repetí
¿Qué, acaso Andrew era el líder o algo así?
-Es el mejor corriendo, si gana por ti es porque realmente le importas-
Joder…
La carrera comenzó cuando una chica con mini falda verde y una blusa que con suerte le llegaba hasta el ombligo dejó caer un pañuelo
Automáticamente, ambos vehículos aceleraron y me sorprendí al comprender que la verdadera dificultad de la carrera estaba en las curvas cerradas del estacionamiento
El rugir de los motores se escuchaba a la distancia y aunque había pantallas que mostraban cómo iba la carrera me sentí algo perdido
Habían decenas de jóvenes gritando emocionados, pero yo tenía un mal presentimiento… quería irme
-¿Qué te ocurre?- me interrogó Two probablemente al notar mi incomodidad
-Me siento mal- respondí con sinceridad
-¡Miren ya vienen!- gritó la más baja dando saltitos
Por supuesto y de acuerdo a su condición como el mejor, el auto negro de Andrew venía adelante, y por lejos. Al pasar la meta derrapó con una precisión increíble y se detuvo a dos metros del público
Los jóvenes corrieron rodeando el vehículo y gritando felices por su victoria
Pero la sensación angustiante en mi pecho creció y sin saber por quéme giré hacia el ascensor que había a mi izquierda
Las puertas se abrieron y por ellas aparecieron tres hombres, para mi asquerosa suerte, el de en medio era Felipe
-Mierda- murmuré girándome automáticamente
-¿Estás bien?- preguntó One
Intenté sonreírle con tranquilidad pero mi corazón había comenzado a latir con fuerza
-Estás muy nervioso, prueba esto-
Miré con curiosidad el papelillo que había sacado de algún bolsillo de su falda, evidentemente se trataba de marihuana
-¿De dónde?-
-No preguntes, mejor fúmatelo, te relajará-
Me tendió un encendedor y a pesar de que una parte de mi cabeza me dijo que no lo hiciera, estaba tan angustiado con la reciente presencia de Felipe, que encendí el papelillo y aspiré
Y joder que aspiré con fuerza…
Pensé que comenzaría a toser, pero contrario a eso, el humo ingresó directamente a mis pulmones, la chica a mi lado sonrió
Le di otra calada consciente de que realmente funcionaba, podía notar mis sentidos comenzando a relajarse
No era la primera vez que probaba esto, pero las veces anteriores no me había “tomado” y por eso había dejado de aceptar, además, siempre había pensado que drogarse de esa forma era imbécil…
Supongo que uno no debe escupir al cielo
-Incluso luces menos pálido- comentó
Volví a aspirar y se lo tendí, ella inhaló del humo sin ningún problema
-¡Benjamín!-
Sentí un par de brazos que me rodeaban y reconocí a Andrew en ellos
-¡Felicidades!- exclamé aceptando el papelillo de la melliza y dándole otra calada
El rubio alzó una ceja
-¿Fumas?-
Me encogí de hombros
-Estaba angustiado, no quería que perdieras- mentí descaradamente
El de ojos verdes ladeó su cabeza y me besó
Suspiré dentro de aquel beso, a pesar de que odiaba las drogas, tuve que reconocer que la sensación se triplicaba bajo su efecto
Me sentía como si deliciosas agujas rozaran mi lengua y sus manos colándose bajo mi camisa aumentaban el placer
-Vamos a hacer algo divertido- comentó cuando nos separamos para respirar
Andrew aspiró lo que quedaba del papelillo y volvió a unir nuestras bocas, con la diferencia de que esta vez quería traspasarme el humo
Al mirar sobre su hombro pude ver a Felipe demasiado cerca, pero estaba tan ido que no me importó en lo absoluto y crucé mis manos en la nuca del de ojos verdes, inhalando todo el humo de una sola vez y comenzando a besarle
-Quiero lo que me prometiste- susurré sintiendo mis labios hinchados por tanto roce
Él pareció querer responderme, pero de la nada sentí una mano sobre mi hombro, tirando de mí lejos del rubio
-¿Qué mierda haces?-
Alcé mi cabeza lo más rápido que pude, pero sintiendo que transcurrían años para conseguirlo
-¡Oh! ¡Pero miren quién está aquí!- exclamé zafándome de su agarre con violencia
-Benjamín, nos vamos-
Alzó su mano dispuesto a atraparme pero la alejé de un manotazo
-Contigo no voy a ninguna parte- siseé acercándome a Andrew
El de ojos verdes me abrazó por la cintura
-¿Qué haces aquí?- le preguntó a Felipe
Apoyé mi rostro contra su pecho consciente de que parecían conocerse… pero no me importo
Porque últimamente me importaba todo una reverenda mierda
-Sabes qué hago aquí, lo que no entiendo es por qué él está aquí- espetó con voz fría mi ex novio
Sentí una punzada en mi pecho al comprender el significado de aquellas palabras
“Ex novio”
Joder que dolía…
“Realmente ustedes jamás fueron nada, porque él siempre estuvo con otra”
-Eso no debería importarte- salté yo girándome hacia el rubio más alto
Felipe me miró con frialdad y yo le sonreí con prepotencia
-Si no viniste aquí por mí no entiendo por qué estás haciendo líos, deberías tomar algo y relajarte- comenté ahogando un gemido cuando la mano de Andrew acarició mi espalda
Felipe entrecerró los ojos y en un parpadeo me alejó de Andrew
-Te vienes conmigo- siseó apretando mi muñeca con tanta fuerza que estuve a punto de gritar de dolor
Luché por zafarme pero solo conseguí que el agarre se intensificara
-¡Suéltame!- grité consciente de que con el paso de los segundos, nos estábamos ganando la atención de los demás
Andrew avanzó, dispuesto a alejar a Felipe, pero algo en la mirada del más alto lo detuvo
-Tú y yo hablaremos después, y si vuelvo a verte cerca de Benjamín te mato, ¿Lo entendiste?- susurró con una voz tan helada como el Ártico
Me giré preocupado hacia Andrew pero él solo estaba apretando los puños con fuerza, moduló un “Lo siento” al encontrar su mirada con la mía
-¡DEJAME IR!- grité pateando a Felipe, pero el rubio ni siquiera se inmutó y me arrastró hacia el ascensor
-¡QUE ME SUELTES!-
Me arrojó con fuerza contra el espejo del elevador, consiguiendo que mi voz se ahogara en mi pecho producto del dolor
-Maldito niño malcriado, ¿Qué mierda andas haciendo aquí?- estalló arrinconándome contra el espejo
Alcé la mirada sintiéndome perdido producto de la droga, pero a la vez furioso
-¿Y ti qué mierda te importa?- repliqué con rabia
El mayor atrapó mi garganta con mi mano izquierda, sus ojos azules estaban cargados de tanta frialdad que pensé que me mataría
-Debería matarte, sería mucho más rápido, porque eso es lo que quieres ¿verdad?-
-Mátame- le incité aferrando mis manos a su antebrazo y empujándole hacia mi garganta
Nos quedamos mirando fijamente, sabía que él podía hacerlo, sería tan fácil como aumentar su presión, yo no iba a impedírselo…
-Sería demasiado fácil- se burló soltando mi garganta
El ascensor se abrió y él volvió a arrastrarme, esta vez presionando mi brazo
Fruncí el ceño al imaginar las marcas que tendría que cubrir mañana producto de este encuentro
-Sube- ordenó abriendo la puerta de su auto
Me quedé parado mirando el vehículo rojo
¿Qué me subiera? ¿Es que se había golpeado la cabeza?
-Yo no me…-
-SUBE- gritó golpeando con tanta fuerza el capó del auto que consiguió hacerle una abolladura
Tragué duro y me dejé caer en el asiento rezando porque las crecientes náuseas que sentía no me hicieran vomitar
-Juro por cualquiera de los Dioses que si no fueses hijo de quien eres ya te habría matado- siseó arrancando su auto a una velocidad de vértigo
Me aferré como pude al asiento cerrando los ojos con fuerza y deseando pensar en cualquier otra cosa
Pero mi corazón seguía traicionándome al latir con fuerza contra mi pecho
No supe cuánto tiempo pasó, pero cuando frenó, me fui hacia adelante y solo conseguí poner mi mano derecha para evitarme el golpe
-Vamos-
Felipe abrió la puerta junto a mí pero no conseguí moverme, sentía mi cuerpo pesado y las ganas de vomitar no se habían ido
-Benjamín…-comenzó a subir el tono
Negué con la cabeza
-Voy a vomitar- susurré con los labios apretados
Escuché su suspiro y de la nada me encontré siendo cargado por el rubio
-Debería haberte dejado con ellos- gruñó mientras avanzábamos
Estaba tan ido que ni siquiera atiné a abrazarle para sostenerme, mi cabeza daba vueltas y solo podía pensar en un baño
-¿Por qué no lo hiciste?- repliqué observando el blanco techo que había sobre nosotros
Al parecer me había traído hasta un edificio de departamentos, porque escuché como saludó al conserje
-Probablemente debí hacerlo, tu muerte no sería mi culpa-
-No me habrían matado- aseguré sin saber por qué
-Bien, tal vez no, pero si Andrew se hubiese molestado contigo jamás lo habrías contado-
Cerré mis ojos, estaba seguro que Felipe exageraba, pero no me hallaba en posición de discutir con él
Escuché una puerta abrirse y luego cerrarse con fuerza, seguimos avanzando hasta que Felipe me dejó de pie en una habitación que reconocí como un baño
-¿También tengo que ayudarte a vomitar?- se burló
Entrecerré los ojos
-¡Vete!- exclamé con las fuerzas que me quedaban
Él me miró con enfado pero salió dando un portazo
Inmediatamente me dejé caer de rodillas sobre el excusado y comencé a devolver lo poco que había comido en el día…
Recordé de forma difusa a Evan y a los abrazos de Blake, ¿tal vez debí quedarme con ellos en lugar de irme con un desconocido de brillantes ojos verdes?
Enterré mis dedos en el borde del excusado hasta que me hice daño, sentí como a uña de mi dedo índice se rompió y ahogué un grito de dolor
La sangre comenzó a correr hacia el fondo de la taza del baño, roja como una fresa madura
-Mierda- me quejé notando las últimas arcadas sacudir mi cuerpo, pero ya no tenía nada que devolver
Me arrastré hasta el lavamanos después de dar la cadena y dejé que el agua corriera sobre mi mano mientras con la otra limpiaba mi boca
Me miré en el espejo y me sentí un maldito desgraciado, mi aspecto no podía ser más deplorable, mi piel estaba más pálida que nunca y contrastaba con mi cabello oscuro de forma siniestra
Mis ojos estaban algo perdidos y tenía ligeras ojeras bajo ellos
-¿Ya terminaste?-
La puerta se abrió y Felipe se paró en el umbral, mirándome fijamente
Automáticamente escondí mi mano derecha detrás de mi espalda
-¿Y ahora que te pasó?-
-No es nada- negué con frialdad y avancé, intentando pasar a su lado y salir del lugar
Pero Felipe me tomó la mano derecha y la alzó, observando con rabia mi dedo
-¿Esto es nada?-
La sangre seguía corriendo por mi mano y comenzó a caer en la suya
-¿Qué? ¿Acaso tengo que explicarte todo lo que hago? No recuerdo que tú lo hayas hecho- solté herido
-¿Pensaste que yo sería diferente a los demás?- se burló apretando mi dedo
Mis ojos se empañaron por las lágrimas contenidas pero me obligué a no llorar
-Eres un asqueroso mentiroso- siseé soltándole finalmente lo que había querido decirle cuando su novia y él aparecieron en casa de Rafael
-Sí lo soy, y tú no eres diferente a mí, ¿Por qué debí ser honesto contigo?-
-¡PORQUE YO LO ERA CONTIGO MALDITO DESGRACIADO!- grité notando como mi garganta ardía por el esfuerzo
Felipe sonrió y comenzó a arrastrarme
-¡SUELTAME!- ordené comenzando a desesperarme
Pero él solo apretó mi dedo índice en advertencia y siguió empujándome
Mordí mi labio hasta sacarme sangre para no gritar de dolor, el rubio parecía totalmente indiferente a mi odio
Cuando abrió de una patada la puerta de una habitación temblé por el temor
-¿Y qué si te dije que mis padres estaban muertos?- espetó girándose hacia mí y comenzando a desvestirme
Estiré mis brazos intentando alejarle, pero su mirada helada me envió una señal de advertencia
-¿Y qué si te dije que habían asesinado a mi novia por mi culpa?- continuó arrojando mi chaqueta lejos y comenzando a quitarme la polera
Me estremecí al sentir el frío tacto de sus manos contra mi piel
Pese a encontrarme más despejado después de haber vomitado, aún persistía la sensación de lentitud en mis movimientos y sabía que no podría huir de él
-¿Y qué si te enamoraste de mí y me entregaste tu primera vez?-
-Eres un hijo de perra- siseé echando mi cabeza hacia atrás en un intento desesperado por no llorar
-Lo soy, mi madre no es precisamente una santa, pero más allá de eso creo que cualquiera me culparía por destruir tu inocencia-
Bajó mis pantalones con fuerza
-Levanta el pie- ordenó con voz vacía
Hice lo que me pidió, luchando por controlar el latido de mi corazón y al mismo tiempo por encontrar una solución a esto
¿Cómo huir?
-De cualquier forma tú siempre me buscabas, todo el tiempo, como si yo fuese tu asqueroso caballero en brillante armadura. No importaba si te despreciaba, seguías acudiendo a mí, ¿Por qué?-
Se deshizo con facilidad de mis zapatillas y de mis jeans
-Yo…-
No quería aceptarlo, no cuando él había hablado de todas sus mentiras con tanta… frialdad
-Mírame cuando me hablas Benjamín- ordenó tomando mi barbilla con fuerza
-…te amaba, por eso lo hice, porque eras él único que me aceptaba realmente- murmuré fijando mi mirada en la pared tras él
Observé como su expresión se suavizaba un poco, pero tampoco podría arriesgarme a creerle
“¿Arriesgarte? Estás desesperado por creerle… harías cualquier cosa que te pidiera y eso es lo que más te duele… porque a él no le importas”
-Bastante lógico, aunque te empeñabas en demostrarle a los demás que eras peligroso y todo eso, en el fondo eras tan inocente que seguías abrazando la idea de entregarle tu cuerpo por primera vez a alguien que te amara y tú también amases, ¿Me equivoco?-
Me estremecí, consciente de que al estar prácticamente desnudo él podría adivinar la respuesta solo mirándome
-¿Y por eso jugaste conmigo?- cuestioné con rabia
-¿Por eso convertiste cada gesto y mirada en una mentira digna de un desgraciado sin alma?-
La ira cruzó su mirada como un relámpago cae sobre la Tierra
-Tú no puedes llamarme desgraciado sin alma, de TODAS las personas con las que he estado tú eres quien menos derecho tiene- siseó empujándome con fuerza contra la enorme cama
El miedo hizo que intentara salir corriendo pero el rubio me tomó con fuerza los tobillos
-¿Ahora quieres escapar? ¿Acaso no lo has entendido?-
Pese a la rabia sentí un delicioso cosquilleo sobre mi oído al oírle tan cerca
-¿El qué?- pregunté asustado
-Me perteneces, solo a mí, no importa con cuantas personas intentes acostarte, tú eres mío-
A medida que hablaba escuché como se bajaba los pantalones y al mismo tiempo se deshacía de mi ropa interior
Apreté mis puños, recordando la primera vez que habíamos hecho el amor…
“¿Realmente piensas que eso hicieron?”
-¡No! ¡Detente!- supliqué luchando por quedarme con el recuerdo de la primera vez
-Demasiado tarde- espetó antes de separar mis piernas e introducirse profundamente en mi interior
Jamás había sentido tanto dolor en mi vida, enterré mi rostro contra las sábanas al sentir las lágrimas cayendo por mi piel sin misericordia
-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAA!- grité contra la tela, desesperado por el dolor
Mi interior ardía y sabía que probablemente me había desgarrado algo, pero lo que más me hería era que Felipe fuese tan frío
-¿No era esto lo que buscaste por tanto tiempo?- cuestionó comenzando a moverse lentamente
Intenté alejarme, pero sus manos me sostuvieron con fuerza por la cintura
-Tu piel sigue siendo hermosa y suave…- susurró besando mi hombro
Pese al asfixiante dolor mi corazón latió presuroso por su cercanía
Fijé mi mirada en la blanca sábana que comenzaba a teñirse de rojo por la sangre que seguía corriendo desde mi dedo
-¿Y así quieres que no te llame desgraciado?- me burlé con una voz que no reconocí como la mía
-Cuando deje de dolerte cambiarás de opinión- respondió mordiendo mi cuello
Jadeé bruscamente, el maldito estaba consiguiendo apartar la atención sobre mi adolorida entrada… y no quería eso
Quería odiar lo que estaba haciendo para dejar de sentir placer… quería dejar de quererle…
Quería creer que en algún instante de la basura que llamé relación él fue honesto…
Pero el tiempo pasó y pese a todas mis súplicas dejé de sentir dolor en mi entrada, pronto, la sensación de placer total comenzó a ahogarme
Mi cuerpo parecía quererle más y más profundo, quería que llegase a lugares donde nunca nadie más podría estar
Incluso aunque sonara enfermo y masoquista, quería todo de Felipe, incluyendo las heridas… porque serían un recuerdo
Podría aferrarme a algo diferente a ilusiones…
-Parece que yo tenía razón- susurró con superioridad mientras me giraba
Observé su expresión de desconcierto al ver mi rostro bañado de lágrimas
-¿Benjamín?- me llamó con cierta preocupación
Mordí mi labio y rodeé su cuello con mis brazos, acercándole a mí
-¿No dijiste que yo te pertenecía?- cuestioné con voz ahogada
“Quiero que seas mío… jamás he ansiado tener algo y al mismo tiempo entregarlo”
Sus manos limpiaron las lágrimas que seguían cayendo por mi rostro, pero sus movimientos se hicieron más intensos
Ya no sabía qué estaba sintiendo, todo era una mezcla de placer, dolor, tristeza y alegría…
Solo sabía que se sentía bien y que quería más, mucho más… no me importaba el futuro, solo le quería conmigo, sin importar qué tuviese que hacer para conseguirlo
“Te amo…”
-Ah… estás tan apretado…-
“Te amo tanto…”
Mis gritos de placer se fundían con sus gruñidos, podía sentir las uñas de mi mano izquierda enterrándose en su espalda lentamente, intentando hacerle sentir un poco, solo un poco de dolor…
Algo que compensara lo roto que me sentía por dentro…
Finalmente me corrí entre nuestros cuerpos y me dejé caer de espalda contra las sábanas, rendido y perdido
Pero él seguía moviéndose
-Jamás tendré suficiente de ti…-
“Voy a destruirte”
Cerré mis ojos, deseando dejar de llorar, pero parecía que todas las lágrimas que me había guardado hace una semana estaban cayendo…
Y seguí llorando, a pesar de que una parte de mí era feliz por tenerle junto a mí… un momento, un instante era todo lo que pedía
Las estocadas se volvieron arrítmicas y sentí aquel líquido caliente derramarse en mi interior, consiguiendo que el dolor volviera
Felipe cayó sobre mi cuerpo apoyándose en los brazos para no aplastarme, pero se me quedó mirando fijamente
-¿Por qué sigues…?-
-Shhh- le callé poniendo dos dedos sobre sus labios
Pareció dispuesto a alejarme pero yo alcé mi cabeza y le besé
Al principio no respondió y tuve miedo de que se enfadara, pero cuando comencé a alejarme sentí su mano contra mi nuca, presionándome contra él
No sabía que significaba esto, tampoco quería entenderlo…
Solo quería perderme en la sensación de su lengua dentro de mi boca, de su respiración irregular y de su cuerpo dentro del mío… como si realmente nos perteneciéramos mutuamente
Como si todo siguiera bien entre nosotros…
Como si pudiésemos ser felices algún día…
---------------------------------------------------------End Benjamín-------------------------------------
.
.
.
----------------------------------------------------Evan------------------------------------------
-Tengo miedo- acepté mirando a mi gemelo frente a mí
-No creo que Felipe vaya a hacerle daño…- comenzó mi hermano
Bufé
-¿Crees? No creo que lo mate, si a eso te refieres, pero el dolor que puede provocarte alguien que quieres es mucho mayor que un simple golpe- sentencié casi ofendido
Max se acercó y me abrazó
-Ya escuchaste a Andrew, nada le pasará-
Me giré entre los brazos de mi hermano para poder mirarle directamente a los ojos
-No temo por su integridad física tanto como por su corazón, Benjamín podrá parecer muy frío, pero está enamorado… y eso hace que cualquier acción de Felipe sea importante… tanto buena como mala-
-¿Así es como te sientes respecto a mí?-
Aparté mi mirada, consciente de que mi hermano había desviado el tema porque realmente quería saber la respuesta a aquella pregunta
-No sé de qué hablas honey- negué intentando alejarme, pero él apretó su abrazo
-Después de todo lo que ha pasado, ¿Sigues intentando ocultármelo?-
Me sentí herido por sus palabras, no porque se estuviese burlando, sino porque él mismo me había dicho que no podía existir nada serio entre nosotros
-¿Estás jugando conmigo hermano?- enfaticé la última palabra en un vano intento por alejarle
Pero Max jamás se daba por vencido
-¿Por qué lo haría? Además, el hecho de que intentes desviar el tema podría ser respuesta suficiente-
-No te amo- mentí mirándole directamente a los ojos
Él sonrió, pero no pude deducir el sentimiento que se escondía tras aquel gesto
-A veces me pregunto qué hubiese pasado si no hubiésemos nacido hermanos…-
Inevitablemente mi corazón latió con fuerza
-… luego llego a la brillante conclusión de que habríamos caído en los brazos del otro de igual forma… pero no tendríamos que ocultarlo de nadie-
Cerré mis ojos con fuerza
-Suéltame- no era una petición
-¿Crees que hicimos algo muy malo en una vida pasada? ¿Qué estamos pagando por eso?-
-Suéltame- repetí consciente de a dónde quería llegar
Pero lo cierto era que el pasado no importaba, porque nuestro presente era el que nos condenaba…
-¿O tal vez sencillamente estemos condenados a intentar mantener una relación que no tiene futuro?-
Ok, eso dolía… mucho
No quería pensar en el futuro, no quería pensar en las cientos de miles de personas que vivían en esta ciudad, todas ellas sin atravesar por lo que nosotros solo porque nacimos siendo gemelos
¿Era nuestra culpa?
Nosotros no pudimos escoger… y aun así si cualquiera se enterase dejaría caer todo el peso de una sociedad cargada de prejuicios sobre nosotros
-Prefiero vivir el presente- espeté luchando por zafarme
Finalmente me soltó, pero había una extraña expresión en su rostro
-A veces… ¿A veces no te preguntas si hemos arruinado nuestro presente?-
Claro que sí… y no me preguntaba… estaba seguro
Caminé lentamente hasta la cama de Max y me senté en el borde, mirándole fijamente
-¿Qué? ¿Tal vez te arrepientes de las decisiones que has tomado? Eres muy joven para algo como eso…- intenté burlarme un poco del asunto
Pero mi hermano estaba hablando en serio, sus ojos celestes no poseían brillo alguno…
-No volveremos a ser quienes éramos… nunca, puede que en la superficie finjamos, pero por dentro…- sacudió la cabeza como intentando espantar los demonios que le perseguían
Por primera vez le tenía vulnerable frente a mí, no quería sexo, no estaba enfadado, tampoco fingiendo alegría…
Era el Max real, el que cargaba con el peso de ser un asesino, de haber escogido serlo
-Dime una cosa… ¿Por qué aceptaste trabajar para Rafael? ¿Eran tan necesario que te convirtieras en un asesino?-
Contrario a lo que me esperaba, él sonrió
-Nuestro padre lo era, supongo que en el fondo cuando lo descubrí, admiré a Kevin por su personalidad… no es que fuese falsa, es que él realmente había aprendido a no mezclar asuntos de trabajo con su vida personal… quiero eso… realmente quiero eso-
Intenté no demostrar cuanto me dolía escuchar aquello
Sencillamente no podía apelar a algo como eso conmigo en su cama… era imposible
-No puedes deshacerte de mí- dije, consciente del nivel de desesperación que expresaba mi voz
-No, no puedo-
-No quieres deshacerte de mí- aventuré, dejándome guiar por las suposiciones y mi propio deseo…
Mi maldito anhelo de ser alguien demasiado importante para él
-No, si quisiera hacerlo te habría matado hace mucho tiempo-
Era cierto, por supuesto, y Diego me lo había dejado en claro, yo jamás estaría al nivel de mi hermano…
Pero por otro lado era muy tranquilizante para mi alma saber que yo tenía razón…
-¿Entonces?-
Max me miró sin expresión en el rostro por unos minutos, minutos que se me hicieron años
-Es inquietante y a la vez tranquilizante que le hayamos otorgado nuestras lealtades a bandos opuestos ¿no?-
El aire que, sin saber, había guardado en mis pulmones, escapó raudamente
-No podría soportar que nada malo te pasara- acepté mirando mis manos
Escuché sus pasos acercándose y de pronto sentí como alzaba mi rostro sosteniendo con fuerza mi barbilla
-Quiero que me prometas algo-
Alcé una ceja, presintiendo que no sería algo agradable
-Depende…- comencé intentando saber de qué se trataba primero
-Evan, promételo-
Había tal seriedad en su voz y en su mirada que tuve que asentir
-Bien, lo prometo-
-Si se llegase a dar el caso y tuviésemos que luchar entre nosotros tú vas a ganar, ¿Entendido?-
Parpadee sin querer entender a qué se refería
-¿De qué estás…?-
No podía ser…
-Si debemos escoger entre la vida de uno de nosotros, tú vas a vivir, ¿Entendiste?-
Me incorporé bruscamente, el dolor en mi pecho era casi insoportable
¿Cómo pretendía mi hermano que yo le matara?
-¡No puedo hacer eso!- salté indignado y conteniendo las lágrimas
-Me lo prometiste- espetó con calma
-¡Pero…!-
-Evan, incluso aunque no quieras, yo no voy a luchar contra ti, tú vas a vivir-
¡Era estúpido!
Mi corazón latía con fuerza, gritándome que no podía aceptar algo como eso
-¡No voy a matarte! ¿Cómo me pides que haga algo así?- sollocé sin poder contener las lágrimas
Mi hermano limpió cada una con cuidado
-¿No querías saber por qué escogí esto? Es por ti… porque quiero que vivas, quiero que des todo de ti y le enseñes a este maldito mundo que puedes ser feliz… conmigo o sin mí-
Abrí la boca y la cerré sin saber qué decir, hace un mes teníamos discusiones horribles con respecto a sus sentimientos y de pronto él me hablaba de esta forma…
-No puedo hacerlo sin ti- susurré tomando su mano con fuerza
Max ladeó ligeramente la cabeza y me sonrió, joder, hacía tanto tiempo que no me sonreía de esa forma que había comenzado a olvidarlo
-Sí puedes y si llega el momento lo harás, hazlo por mí-
Mordí mi labio inferior con fuerza, eso no era justo
-No es…-
-Te amo-
Abrí los ojos al máximo, dejando que varias lágrimas más rodaran por mi rostro en el proceso
-¿Qué…?-
-Te amo- repitió acariciando mis mejillas lentamente
Retrocedí comenzando a enfadarme
-¡Lo dices para convencerme!- acusé indignado
¡No era justo!
¡No podía decírmelo ahora!
¡Una maldita mitad estaba en el séptimo cielo por escucharle decir aquello y la otra estaba destruida por lo que me estaba pidiendo!
-Lo digo porque es la verdad- sentenció avanzando, pero yo seguí retrocediendo
-No, eres un egoísta, lo dices porque quieres convencerme, pero yo no podría asesinarte- negué haciéndome a un lado e intentando escapar de su habitación
-Evan…- me llamó al mismo tiempo que se aferraba a mi brazo
-¡No puedo!- grité comenzando a desesperarme
-Hazlo por mí, por favor…-
Negué con tanta fuerza que mi cuello dolió
-Evan…-
Reuniendo todas mis fuerzas conseguí zafarme de su agarre y corrí hacia mi habitación
En cuanto cerré la puerta de un portazo me dejé caer de espaldas contra la madera
¡Mierda!
¿Cómo podía pasar esto ahora?
¡No había forma en este maldito mundo con la cual pudiese aceptar algo como eso!
“¿No estás siendo demasiado duro? ¿No le pedirías tú lo mismo si se presentara el caso?”
Las lágrimas seguían cayendo por mi rostro pero no me importaba
Quería volver el tiempo, incluso prefería al Max frío y lejano que a este capaz de decirme que me amaba
“Te amo”
Me estremecí violentamente, eran las palabras que había esperado escuchar por tanto tiempo… pero dolían
Dolían porque iban acompañadas de una petición que significaba demasiado para mí
-Evan, abre la puerta-
Golpeé mi cabeza contra la madera pero no sentí nada
-Evan…-
-¡Vete!- susurré, consciente de que me oiría perfectamente
-No lo haré-
Cerré mis ojos y apreté ms puños
-¡Hazlo!-
Por favor… por favor…
Escuché pasos alejándose y me sentí aún peor, ¿Es que acaso estaba actuando como una chica al pedirle que se fuera cuando en realidad quería que se quedara?
-Eres un imbécil- murmuré queriendo golpearme
-Evan-
Alcé mi rostro sorprendido, Max estaba parado en el marco de mi ventana
-¿Pero qué…?-
-¿Esperabas que me quedara del otro lado?- se burló
Suspiré profundamente
-No lo haré- negué intentando limpiar el rastro de lágrimas en mi rostro
Mi gemelo caminó lentamente hasta mí y se agachó para quedar a mi altura
-Solo digo… que cuando llegue el momento, escojas tu vida- susurró suplicando
Aparté mi rostro cuando quiso besarme
-No lo haré, no voy a escoger mi vida sobre la tuya, no después de haberle entregado mi maldita lealtad a Varick solo para protegerte-
¿Qué tan difícil era para él entenderme?
-Bien-
Parpadeé confundido, sus ojos celestes lucían determinados
-¿Bien?- repetí sin entender a qué se debía su cambio de opinión
Max sonrió, pero me causó escalofríos
-Si tú no lo haces, yo lo haré-
-¿A qué te refieres?- salté de inmediato
-Fácil, como tú no estás dispuesto a cumplir lo que me prometiste, cuando llegue el momento, si es que llega, me mataré-
Me lo quedé mirando fijamente, atónito por la facilidad con la que dijo algo como eso
-¡No puedes hacer eso!- exclamé queriendo golpearlo
-¿Por qué no? Creo que tengo todo el derecho del mundo a hacer lo que quiera con mi vida- replicó retrocediendo
Me incorporé con algo de dificultad
-¡No!-
-No voy a cambiar de parecer, ya sabes cuál es la otra opción Evan- sentenció con serenidad
-…-
-¿Y bien?-
Bufé, exasperado y sintiendo como una ola de rabia me ahogaba
-Maldito idiota egoísta-siseé acercándome con la sola intención de golpearle
Como era de esperarse, se alejó de mí con facilidad y elegancia
-Prefiero que te enojes conmigo a que llores- se sinceró sonriendo
Entrecerré los ojos
-¿Sabes qué? Por mí puedes matarte cuando quieras-
Por supuesto era la mentira más grande del mundo y ambos lo sabíamos
-Te amo- soltó nuevamente
Me detuve en el acto
Max sonreía divertido
-¿Sabes que eso no es algo que se suelta con tanta facilidad?- me quejé bajando mi mirada
Los brazos de mi hermano me rodearon con fuerza, imposibilitándome el golpearle
-No me importa lo que pienses, es la verdad- susurró contra mi oído derecho
Bien, si estaba enfadado con él sus palabras consiguieron derretirme por completo
-¿Por qué lo dices ahora?- me quejé apoyando mi rostro contra su pecho
-¿Por qué no?-
Aspiré lentamente el aroma de mi gemelo, deleitándome con la sensación de estar entre sus brazos
-Hemos tenido demasiadas discusiones por este tema como para creerte- confesé deshaciéndome de su abrazo
El de cabello rojo alzó una ceja
-¿Debería dejar de decirlo?-
-¿Es verdad?-
Silencio
Aquella fue mi respuesta
Me pasé una mano por el rostro, comenzando a frustrarme
-¿Por qué no me crees?-
-¿Por qué debería?-
Max entrecerró los ojos
-Bien, si no quieres creerme no lo hagas, si no quieres escucharlo no lo volveré a decir- siseó con rabia
Inmediatamente me arrepentí de haber dudado, pero ¿Por qué no se ponía en mi lugar?
-No pensé que lo dirías de esa forma- intenté disculparme
Pero mi hermano parecía decidido a cegarse por la rabia
-Nunca es suficiente para ti- siseó
-No es eso Max, es solo…-
-¡NO!- me cortó pateando la silla de mi escritorio
Retrocedí algo asustado
-Max…-
-¡Reconócelo maldita sea! – estalló tomándome por sorpresa
Volví a retroceder
-Max…- le llamé
Mi hermano me miró con furia
-¿Tan difícil es creer lo que digo?-
Negué suavemente
-Lo siento, lo siento, es solo… no me lo esperaba- me disculpé inmediatamente
Pero no lucía tranquilo
-Prométemelo, prométeme que si debes escoger, elegirás tú vida-
La sensación de desesperación regresó más intensa que nunca
-… bien, lo prometo- acepté a pesar de que si lo hacía me mataría en vida
De la nada sentí como me empujaba contra la pared
-Te amo- sentenció antes de besarme
Una lágrima traicionera cayó por mi mejilla, recordándome que había prometido algo que no sabía si podría cumplir
-Yo también- respondí dentro del beso, sintiendo mi corazón rompiéndose dentro de mi pecho
“Siempre lo he hecho…”
------------------------------------------------------End Evan-----------------------------------
.
.
.
A veces me pregunto cómo llegamos a este punto.
Quisiera creer que ninguno fue responsable, pero lo cierto es que cada maldita discusión, cada lágrima, cada grito… todo es provocado por nosotros mismos
Me gustaría ser lo suficientemente valiente como para aceptarte, para ignorar lo que he creído toda mi vida y tomar tu mano.
Hermano, no sabes cuánto me gustaría hacerlo.
Solo cerrar los ojos y dejar que todo fluya, que nuestros besos se extiendan a través del tiempo, que nuestros abrazos duren días, que nuestras lágrimas no vuelvan a caer… nunca más
Quiero ser capaz de tomar la decisión correcta, pero ya ni siquiera sé qué es lo que está bien
Quiero seguir a mi corazón, que me reclama, día a día, él por qué de tú ausencia.
Pero mi cabeza me grita que me has fallado… y peor aún, que yo también te he fallado.
Son demasiados recuerdos, son demasiadas sonrisas, son demasiados besos…
Todo es demasiado cuando se trata de ti y aun así al mirar hacia adelante me siento vacío…
No quiero seguir sufriendo, pero no sé qué hacer.
No me duele tanto que hayas mentido como el hecho de que me hayas mentido a mí
¿Habríamos durado más?
No, probablemente no… tal vez si me hubiese enterado antes todo habría terminado cuando mis sentimientos no fuesen tan malditamente intensos
No sé lo que siento y a la vez sé perfectamente que solo te quiero para mí
No entiendo qué es lo que quiero y también siento, en cada fibra de mi piel que solo puedo anhelarte a ti
¿Qué hago?
¿Cómo sé que lo que siento es verdadero amor?
¿Quién puede decírmelo?
¿Cómo saber que no soy yo quien hizo todo malditamente mal?
Quiero ser malditamente egoísta y culparte, solo a ti, y de esa forma cerrar esto y seguir adelante…
Pero no puedo… no puedo ni quiero hacerlo…
… y ahora me ahogo pensando que debo conformarme…
¿Pero conformarme con qué?
Matthew