La distancia de diez mil gotas de lluvia
hace que el amor desaparezca en el aire sin rastros
El clima afuera de la ventana
es como tus siempre cambiantes expresiones
Comienza a llover
y la lluvia me acompaña a llorar
no puedo ver claramente
y me niego a ver claramente
.
.
.
Las gotas de lluvia golpeaban mi ventana casi como si intentasen alcanzarme, sintiendo la ya habitual opresión sobre mi pecho apoyé mi cabeza sobre mis rodillas, deseando, con todas mis fuerzas, que mi hermano volviera…
Pero no lo hizo…
No lo ha hecho en dos semanas…
Cerré los ojos concentrándome únicamente en el sonido de la lluvia cayendo…
Cómo me gustaría correr bajo el agua, sin ninguna preocupación, solo… disfrutando
Pero la lluvia sigue cayendo, y aunque espero por ti día tras día, esperando como un idiota que regreses, que tan solo visites a mamá… solo eso… por favor…
-Matt, la cena está lista-
-Ya voy mamá-
Mi nueva habitación no es tan grande como la antigua, es verde y está desordenada… porque no quiero ordenarla
El color de las paredes me recuerda a tus ojos
No quise reconocerlo, pero es inevitable
Mamá dijo que nos costaría acostumbrarnos a vivir en un departamento pero yo no lo veo así
La vista de la ciudad por la noche es increíble… y me recuerda a tu departamento
Mamá también dijo que podríamos visitar a papá cuando quisiéramos, pero papá ya no vive en nuestra antigua casa
Pienso que es inevitable, el lugar era enorme, incluso para nosotros era grande, para una sola persona un lugar lleno de tantos recuerdos debe ser horrible
También pienso que debería agradecerle a mamá por traernos a un lugar nuevo… inconscientemente me ha evitado encerrarme en una casa cargada de recuerdos
Pero también tengo miedo de olvidar…
Mi habitación se siente fría… pero es verde
Los ojos de papá también son verdes, los de mi hermana, incluso los de los gemelos…
Extraño el verde de nuestro jardín
Extraño el verde de tus ojos
-Matthew-
Me bajo del alfeizar de mi ventana con lentitud y avanzo hacia la puerta, al abrirla me encuentro con una sonrisa cargada de tristeza
Samantha dice que desde que me secuestraron la sonrisa de mamá no ha sido la misma
-¿Qué hacías?-
-Nada-
No miento, y él no nota, pero creo que prefiere dejarme tranquilo
Hace dos semanas que nos mudamos y hace dos semanas que no veo a papá… ni a Erick
El departamento no es pequeño, es amplio y cómodo, pero no es nuestro hogar
No puedo correr por las escaleras huyendo de mi hermana… aquí no hay escaleras
Tampoco puedo saltar desde mi ventana y arruinar las amadas plantas de mamá… porque vivimos en el piso veinte y eso sería suicidio
En el comedor, que está unido a la cocina por una especie de pórtico, mis hermanitos juegan con su comida mientras Samantha intenta darles de comer
-¡Raymond!- exclama cuando sobre su blusa cae una enorme cantidad de papilla
El ver a mis hermanos no es de ayuda… todavía puedo recordar las veces que junto a Erick nos turnábamos para cuidarles
Nadie lo ha dicho en voz alta, pero todos notamos que Marcell extraña a papá y a Erick
Nadie quiere asumirlo
Me pregunto si no estamos intentando engañarnos
Por las noches, al ir a la cocina en busca de agua, puedo escuchar a mamá llorar
Su cuarto también es verde
-Ven aquí Ray-
Mamá toma en sus brazos al gemelo menor y lo alimenta sin ningún problema
Sus ojos verdes me miran fijamente y siento deseos de llorar… pero los reprimo
-Ayudaré a servir- anuncio avanzando hacia la cocina
Observo fijamente la pila de periódicos que hay junto al refrigerador, ninguno de nosotros lee el periódico… y sé que mamá inconscientemente lo guarda, porque a papá le encantaba leerlo durante el desayuno
-¿Te ayudo?-
Samantha intenta sonreírme pero mi mirada es suficiente para hacerla desistir
Las cosas no están bien y ambos lo sabemos, pudimos irnos a vivir con papá, es cierto, pero sabemos que Ángel es quien nos necesita más
Servimos los platos en silencio, nos sentamos a comer en un mutismo que ya es costumbre
Él único que emite sonido es Marcell, no deja de llorar, y como siempre, callamos la razón…
A Marcell papá siempre le daba de comer
Pero papá ya no está
Erick tampoco
-¿Cómo van sus clases?- pregunta de pronto Ángel
Ni siquiera levanto la mirada de mi plato, es sábado y lo único que quiero es sentarme en el alféizar y seguir mirando la lluvia
-Bien, creo que dentro de poco empezarán las charlas motivacionales- responde mi hermana intentando sonar interesada
Pero en el fondo pienso que no es necesario, este departamento conoce bien la situación en la que están las personas que viven en él
Además, charlas motivacionales son totalmente innecesarias, mi hermana ama la medicina, como papá y Erick
Yo quiero estudiar fotografía… y mamá piensa que está bien
Últimamente mi cuarto se ha llenado de fotografías de lluvia, supongo que esta última semana ha llovido mucho
-Permiso niños, creo que Marcell quiere dormir, ¿Podrían…?-
Asiento automáticamente, Marcell no quiere dormir, quiere a papá, pero no es algo que pueda decirle a mamá
-No te preocupes, nosotros nos encargamos de Ray- responde Samantha, como siempre, intentando alivianar el peso de Ángel
Me deprimo pensando que más que una ayuda, soy una maldita carga
Raymond estira sus bracitos hacia mí, pero soy incapaz de acercarme, porque sus ojos son verdes…
-Matt, ¿No has pensado en hablar con él?-
Sé perfectamente a quien se refiere
-No puedo-
Es cierto, no tendría de qué hablar
-Estoy segura que el maldito te extraña- asegura a su pesar, mientras batalla contra nuestro hermanito hasta que él sonríe y deja que le alimenten
-No es suficiente-
Si el amor no lo fue, ¿Qué puede serlo?
Sam suspira profundamente
-No has tocado tu plato-
Mamá tampoco…
-No tengo hambre-
Mi melliza vuelve a suspirar
-¿Puedes recoger los platos entonces?- me pide
Asiento y comienzo con la tarea, notando mi mente muy, muy lejos
Cuando termino, regreso a mi habitación y me siento en el alféizar… la lluvia sigue cayendo
Me gustaría dar vuelta la página, me gustaría ser capaz de sonreírle con sinceridad a mamá… pero no puedo
No es solo la sensación de vacío al tener a Erick lejos, al saber que tomé una decisión y no estar seguro de que sea la correcta…
Es también la sensación de ausencia, la añoranza…
Una lágrima cae por mi mejilla al recordar la sonrisa de papá
-Papá…- le llamo bajito, abrazándome e intentando darme algo de calor
Pero papá no acude a mi llamado
… y la lluvia sigue cayendo
.
.
.
-… el examen será la próxima semana así que más les vale comenzar a estudiar…-
El timbre suena anunciando el final de la clase de historia
-…es todo por hoy-
El profesor se marcha y mis compañeros se levantan, ansiando distraerse en los pocos minutos que dura el recreo
Evan se pone de pie y se acerca a mí, con una expresión de preocupación que me incomoda
-Matt…- me llama
Intento sonreírle, pero para variar fallo miserablemente en el intento
-¡Ya está bien, es obvio que te arrepientes!- exclamó mi primo tomándome del brazo e incitándome a pararme
Le seguí en silencio, observando como sacudía la cabeza, probablemente quejándose en voz alta
Nos detuvimos frente a un salón vacío y Evan abrió la puerta
-What? ¿Piensas quedarte parado todo el día?-
Entré al salón preguntándome de qué se trataba todo esto, para mi sorpresa, en la silla del profesor estaba Benjamín, con los pies sobre la mesa, pero un cojín bastante mullido bajo su trasero
-¿Benjamín?- le llamé desconcertado
Mi primo entrecerró los ojos
-No pienso hablar del asunto- sentenció intentando sonar orgulloso
-Se lo cogieron muy duro- comentó como si nada Evan pasando a mi lado y sentándose sobre la mesa
-¿Qué?- salté preocupado
Pero el de cabellos oscuros bufó
-Ya dije que no hablaría del tema Evan, gracias por apoyarme-
El gemelo se encogió de hombros
-El asunto aquí no es el trasero de Benjamín sino la expresión de tristeza en el rostro de Matt-
Me removí incómodo, consciente de que repentinamente yo era el centro de atención
-No…-
-Matt, sorry sweetie, pero si terminaste con él, ¿Por qué luces como alma en pena?-
Bufé
-No terminé con él porque no le quisiera-
Pero sin embargo…
-No, lo hiciste porque pensaste que era lo correcto y sin embargo llevas dos semanas así- razonó Benjamín
Su sinceridad me dolió
-¿Realmente no puedes simplemente…?-
-¿Pasar por alto que lo suyo es matar gente y no salvarla como hipócritamente le hace creer a todos?- le corté con frialdad a Evan
Mi primo rubio suspiró
-Incluso aunque tengas razón, Erick sigue siendo mejor persona que muchos- rebatió
-Pero no es con las otras personas con quien yo mantenía una relación- repliqué
Nos quedamos mirando fijamente, me costaba creer que aunque en el pasado Evan había mostrado ciertas reticencias a mi relación con Erick, ahora estuviese apoyándole
¿De qué iba todo esto?
-Tienes razón, es tu hermano de quien estamos hablando, una persona con quien compartes demasiados recuerdos, demasiadas sonrisas, demasiado amor, como para no perdonarle-
Fruncí el ceño, dolido por la veracidad de sus palabras
Pero mi corazón latía de una forma extraña…
¿Era amor o…?
-Si al menos me pidiera perdón- espeté cruzándome de brazos
-Si no lo hace es porque probablemente él también está herido- comentó el de ojos oscuros
“Por supuesto que está dolido”
Agité mi cabeza, intentando apartar cualquier pensamiento que no me ayudase
-¿Y yo qué? ¿Ahora se supone que él es la víctima?- me quejé con rabia
Evan se incorporó
-Ninguno lo es- sentenció con cierta frialdad que me sorprendió
-Evan…- intentó calmarle Benjamín pero no funcionó
Mi primo avanzó hacia mí con una mirada un tanto herida
-¿No te das cuenta que ninguno de los dos es una víctima en este asunto? Él te mintió, sí, te ocultó a lo que se dedica durante su “otra mitad de día” por así decirlo, pero tampoco es algo que vaya gritando a los cuatro vientos ¿no?, lo que no entiendo es tu postura, incluso en algún momento llegaste a involucrarte más allá de lo normal con Varick, pero eres incapaz de tolerar lo mismo e incluso en menor grado proviniendo de tu hermano-
-No es lo mismo-
“Sí lo es”
-Sí lo es, pero no eres capaz de aceptarlo, y lo peor de todo es que a Varick no le conocías de nada, pero a Erick sí… y de toda la maldita vida-
-¿Eso es una maldita corte?- espeté herido
Evan frunció el ceño
-Primo, yo te adoro, pero a veces me pregunto si tú y Erick se merecen el uno al otro-
No sé si merecernos sea la palabra adecuada…
-Es suficiente Evan- cortó el asunto el mayor de nosotros
Fijé mi nublada vista en Benjamín e intenté lucir como si el asunto no me interesara tanto, pero lo cierto era que no sabía que pensar
-Matthew, a lo que realmente queremos llegar es que… estamos preocupados por ti, estás más delgado, casi ni hablas y ni hablar de sonreír… sabemos que lo que está pasando con tus padres es fuerte… pero no es solo eso ¿verdad?, tal vez deberías hacer lo que sea que necesites para sentirte mejor… y dejar de preguntarte si es lo correcto o no-
Mordí mi labio con desesperación
-¿A ninguno de ustedes se le ha pasado por la cabeza que Erick pueda sentir algo por su mejor amigo?-
Bien, había arrojado la maldita pregunta que me rondaba la cabeza hace tiempo
Una cosa era que mi hermano fuese un asesino, que me hubiese mentido, que piense que seguir siéndolo no sea un problema…
Pero, ¿Y si en realidad siente algo por Derek y no es capaz de verlo?
¿Qué podía hacer yo en ese caso?
No podía simplemente regresar a él y exigirle que solo me quisiera a mí… no era justo
Porque para exigir amor total debes entregarlo… y yo no estaba seguro
Evan bufó, pero Benjamín se me quedó mirando fijamente
-For God! ¡Si sintiera algo por Derek no te habría escogido a ti!- exclamó evidentemente frustrado
-Deberías hablar con Derek- me aconsejó Benjamín consiguiendo que el gemelo lo mirara con la boca abierta
-¡No puedo creer que le hagas caso!- se indignó
-Evan, si Matt cree que ese es el impedimento para regresar con Erick, debería informarse… porque ese es el único problema ¿verdad?- sonrió
Aparté mi mirada, consciente de que estaba ante una trampa
-Yo…-
-Si consideraras que ser asesino realmente es un problema lo habrías mencionado ahora, pero sólo estás preguntándote si Erick podría sentir algo por Derek… o estás siendo honesto, o en realidad solo quieres hacerte la víctima-
-¡Benjamín!-
Esta vez fue el turno de Evan de intentar callar a su mejor amigo pero yo simplemente me encogí de hombros
-No es fácil…-
-No, no lo es, piensa que Evan está intentando mantener una relación con su maldito hermano gemelo, piensa que yo estoy enamorado de un desgraciado que me ha mentido siempre… al menos tu hermano parece quererte y estar dispuesto a arriesgar todo para mantenerse a tu lado… sospecho que tienes suerte Matthew-
El dolor en la mirada de mi primo me atravesó completamente
¿Tal vez por eso estaba sentado sobre un cojín?
Enrojecí al imaginar aquello
-Tengo miedo- admití
No era tanto el miedo de salir herido yo, sino de que a Erick le pasara algo por escoger aquello…
-Todos lo sentimos, pero puedes mantenerte al lado de la persona que quieres intentando servirle de apoyo, o puedes dar vuelta la página y seguir con tu vida… piensa que Ángel escogió lo segundo… ¿Ves felicidad en él?-
Joder no… Ángel era lo más cercano a alguien muerto que jamás había visto… en cada mirada, en cada suspiro se delataba la añoranza que sentía… pero no parecía dispuesto a volver atrás
¿Eso pasaría si yo intentaba olvidarme definitivamente de mi hermano?
No… los sentimientos que siento por él no podrían compararse a los de una persona que lleva casi veinte años enamorado, que tiene una familia… y tantos recuerdos…
Cerré mis ojos con fuerza
-No sé qué pasará de aquí en adelante- admití
Una parte de mi corazón estaba dispuesto a intentarlo, a arriesgarme… pero primero debía hablar con Derek… asegurarme de que todo estaría medianamente bien
Sabía, en el fondo de mí, que lo que más me importaba era que Erick fuese feliz… y tal vez, no necesariamente fuese a mi lado como podría conseguirlo
-Ninguno de nosotros lo sabe honey, pero creo que es mejor intentarlo que cruzarse de brazos y tomar el camino fácil… sabes que no harás cambiar de parecer a Erick, pero eso no significa que debas obedecerle en todo, una relación se forma entre dos personas-
Inspiré lentamente, intentando coordinar mis ideas
-¿Cómo es que ustedes decidieron luchar?- susurré algo avergonzado
-Because… somos unos malditos enanos maleducados y caprichosos- respondió Evan riéndose
Inevitablemente comencé a sonreír, por primera vez, decidí hacer las cosas de forma ordenada… no iba a arrepentirme, me dolería si salía de otra forma, pero sabía que podría vivir con ese dolor…
Justo ahora lo que más me dolía no era la ausencia de Erick sino la expresión de mi madre ante la separación con papá
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------------------------------------------------Benjamín-------------------------------------
La música del local sonaba a máximo volumen, apenas era capaz de escuchar mis pensamientos y mucho menos oía a Evan, que parecía esforzarse por decirme algo
Me encogí de hombros, bebiendo mi shot de tequila rápidamente
El gemelo, al comprender que no podría ser oído, sacó su teléfono y escribió rápidamente
“Esos sujetos de la esquina no me dan buena espina”
Fruncí el ceño pero dirigí mi mirada hacia donde me indicaba mi mejor amigo, efectivamente un grupo de cinco sujetos grandes y que no debían pasar de los veinte cinco años, nos miraban fijamente
Me encogí de hombros intentando restarle importancia al asunto y arrebatándole de las manos el teléfono, escribí una respuesta
“Me da igual, el lugar está lleno, si intentan algo no podrán alcanzarnos”
El rubio me sonrió ligeramente, pero no se notaba cómodo
¿Tal vez su idea de un viernes era quedarse con su hermano en casa?
“El que tú no seas capaz de llevar lo que pasa con Felipe no significa que todos deban apoyarte en tus escapadas para intentar olvidar”
Sacudí ligeramente mi cabeza y observé como el barman rellenaba mi vaso con elegancia
-No quiero pensar en lo que pasó- hablé consciente de que nadie podría oírme
No, no quería pensar en ello pero era inevitable hacerlo… cada hora de cada maldito día de la infernal semana que había pasado desde aquello…
Recordaba las caricias cargadas de violencia… de frialdad, la mirada de Felipe vacía…
¿Así se sentía tener sexo?
Era placentero, sí, pero el vacío que quedaba después de terminado el acto era mucho mayor al que sentía antes de realizarlo…
… e inevitablemente me sentía más lejos que nunca de Felipe
No quería eso, pero no era lo suficientemente valiente como para aceptarlo delante de él
Suspiré maldiciéndome nuevamente por ser tan egoísta… y tan miserable
Evan me sacudió ligeramente del brazo para llamar mi atención
“Iré al baño” leí en la pantalla de su móvil
Asentí, consciente de que esta noche probablemente me bebería todo lo que pusieran frente a mí…
… por supuesto eso me convertiría en un adolescente aún más inmaduro de lo que ya era… por no mencionar lo patético… pero no iba a concentrarme en ello
Mientras terminaba de beber mi sexto o séptimo shot de tequila sentí una extraña sensación recorriendo mi columna… era lo más parecido al peligro que había sentido en mi vida… y no era bueno
Me giré levemente, buscando con la mirada a los sujetos que me había señalado Evan antes, pero no se encontraban en el mismo lugar
-¿Por qué estás solo cariño?-
Mi espalda se tensó al escuchar aquella voz junto a mí oído
-Lárgate- espeté consciente de que cualquier muestra de debilidad le daría ventaja a aquel sujeto
-No quiero, resulta que se me apetece hacerte compañía-
Me volteé bruscamente y me paré dispuesto a marcharme, pero el sujeto, que probablemente medía cerca de dos metros, me apresó por la cintura
-Yo que tú ni siquiera pienso en huir- gritó en mi oído con frialdad
Me obligué a permanecer tranquilo a pesar de que tres de sus amigos se unieron y me rodearon
-Será mejor que me dejen ir o mi novio se enterará- mentí descaradamente
Por un instante dos de ellos se miraron con cierta preocupación pero el sujeto que me sostenía por la cintura comenzó a reírse
-¿Enserio? ¿Te refieres al chico que estaba junto a ti?-
Fruncí el ceño
-El novio de él también es peligroso- siseé deseando que alguien en el maldito club repleto de gente notara lo que estaba pasando
Pero como era de esperarse, con el sonido de la música tan elevado y la mayoría de los visitantes ebrios sería muy difícil conseguir ayuda
“Piensa maldita sea, piensa…”
-Espero que ese novio tuyo sepa dónde estás…- se burló uno de ellos antes de que emprendieran la caminata hacia la salida… conmigo entre ellos
Intenté zafarme de su agarre pero el sujeto ni se inmutó, nuevamente me sentí inútil… como si no pudiese hacer nada para defenderme
“¿Así se sintió Matt cuando lo secuestraron?”
Me estremecí, y el hombre sonrió al notar mi temor
-No te haremos nada malo… bueno, sí, pero no te preocupes, puede que vivas después de esto-
Estuve a punto de gritar, pero me mordí la lengua, entrar en pánico no era nada útil y debía encontrar la forma de comunicarle a Evan lo que estaba pasando
A la salida del local solo había un grupo de sujetos bebiendo en la calle, en el mejor de los casos podrían pararse, pero era obvio que no podrían ayudarme
Sinceramente, comencé a desesperarme
-¿Te han dicho lo hermoso que eres?- sonrió el que me sujetaba alzando mi barbilla con una mano
Lo miré con odio
-¿Qué no tienes dinero para pagarte un puto?- espeté con miedo y rabia
Él sonrió
-Me voy a encargar personalmente de controlar esa lengua tuya-
-Muérete- repliqué alzando el rostro
PLAF!
Apenas vi su golpe venir y de pronto me encontraba pegado a la fría acera, con mis manos inútilmente posicionadas contra el cemento, intentando evitar, por mero instinto, que me golpeara más fuerte
Al levantarme noté el creciente ardor en mi mejilla, sabía que aquel golpe no había sido suave, pero, ¿Enviarme al suelo?
-¿Es todo lo que tienes? Golpeas como niñita- me burlé notando como mis ojos se cristalizaban por el dolor… y la frustración
Él alzó su mano nuevamente pero en lugar de golpearme tomó mi rostro con fuerza y apretó donde me acababa de golpear
-No tienes idea de lo que disfrutaré dominarte, voy a destruirte-
Escuchar aquellas palabras consiguió enmudecerme, eran las mismas que me había dicho Felipe…
Las mismas putas palabras que había ignorado deliberadamente creyendo que todo estaría bien si le quería…
-Idiota- solté sabiendo que pese a todo, no iba para el hombre frente a mí
Observé como fruncía el ceño y luego me dedicaba una sonrisa cargada de malicia
-¿Y dónde está tu novio? ¿Tendremos que esperarle?- se rio
Dos sujetos salieron por las puertas y se unieron a nosotros, finalmente estaban todos reunidos y me sentí como un cordero que iba al matadero
-No encontramos al otro- informó uno de los recién llegados
No pude evitar suspirar por la satisfacción, eso significaba que Evan estaba a salvo
-Da igual, con este tendremos suficiente-
Al final resultaba que él bastardo que me había golpeado era como una especie de líder entre ellos
-Trae el coche, nos largamos- ordenó sin apartar su mirada de mí
Retrocedí intentando escapar, pero choqué contra algo enorme y duro, al girarme me encontré con uno de los sujetos riendo
-¿A dónde vas tan apurado?- se mofó estirando sus brazos para alcanzarme
Retrocedí asustado
-Míralo, parece una ovejita perdida…- comentó otro
Apreté mis puños, deseando enfriar mi mente y alejar el miedo, pero era casi imposible
-Bastardos, ¡Déjenme ir!- exclamé imitando el tono de voz de tío Kevin cuando se enfadaba con alguna modelo
El más alto me tomó por los hombros
-¿Y dónde piensas ir si se puede saber?-
-Lejos de tu asquerosa cara- espeté con frialdad
El sujeto, que evidentemente no se esperaba mi respuesta, por un par de segundos enmudeció pero luego me miró con odio
-¿A sí?- estalló con furia y aunque esta vez sí alcancé a retroceder, igualmente me alcanzó y la bofetada nuevamente me envió al suelo
Sentí mis manos arder contra el cemento, pero agradecí caer sentado
-Tu rostro se contradice con tu lengua niño bonito- escupió avanzando y tomándome de la camisa
-No puedo decir lo mismo- repliqué con altivez
Noté como se preparaba para asestarme otro golpe pero una voz le cortó a mitad de camino
-¿Así es como pretenden hacerse respetar?-
Mi corazón reaccionó inmediatamente al reconocerle
-¿Y qué se supone que haces tú aquí?- espetó el líder cruzándose de brazos
El cuerpo de uno de los sujetos me cubría y aproveché aquello para ponerme de pie con la dignidad que pude reunir
-¿Divirtiéndome como ustedes? Claro que… yo no suelo atacar menores de edad-
Qué mentira tan grande…
Finalmente dos hombres se apartaron, abriendo el círculo y la figura imponente de Felipe apareció, luciendo como un maldito ángel y mirando con una frialdad que casi aterraba
Jamás le había visto mirar de esa forma, ni siquiera cuando terminamos teniendo… sexo forzado
-¿Y qué te importa a ti? Nosotros no interrumpimos en tu trabajo, tú no lo haces en el nuestro- saltó uno avanzando un paso
Pero Felipe mantuvo su expresión y ni siquiera le miró
-Resulta que sí se están metiendo en mis asuntos-
Parpadeé confundido, ¿Qué iba a inventarse?
Inmediatamente él que lucía como líder retrocedió y sosteniéndome por la espalda me tomó por el cuello
-¿Este niño es asunto tuyo?-
Miré a Felipe buscando algo en su mirada que me dijera que hacer, pero él permanecía frío… como si no hubiese nada más en su cabeza
-Pues resulta que sí…- se rio ligeramente
Pero su sonrisa no contenía rastro alguno de alegría
Me estremecí por el temor, consciente de que cualquier paso en falso podría arruinarlo todo
El agarre sobre mi cuello se volvió más fuerte
-Me gustaría saber qué asuntos tienes que tratar con este chico…-
-La curiosidad no es mala, pero si yo fuera tú me guardaría mis preguntas- comentó con calma el rubio
La presión sobre mi garganta aumentó y llevé mis manos a la suya intentando liberarme
-Oh, pero tú no tienes opción, ¿Lo sabes no?, si quiero puedo matarlo ahora… no me tomaría más de treinta segundos…-
-Hazlo- se encogió de hombros el de ojos azules
Abrí los ojos al máximo, temiendo más que nunca por mi vida y luchando aún más por liberarme
-… pero si lo haces te mataré a ti antes de que sueltes su cadáver- siseó entrecerrando los ojos
El hombre que me sostenía comenzó a reírse de forma estruendosa, pero no me soltó
-Solo quiero saber por qué Pyro parece interesado en un niño-
¿Había cierto tono de disculpa en su voz?
-¿Tengo que explicarte a qué me dedico?- bufó en respuesta Felipe cruzándose de brazos
Parecía relajado… pero era solo eso, apariencia, por su mirada podía saber que estaba más que preparado para moverse
-Entonces puedo ahorrarte el trabajo asesinándolo aquí mismo-
De la nada mis pies dejaron de tocar el suelo y sentí que me elevaban sosteniéndome por la garganta. La presión era horrible y al dolor había que sumarle que no podía respirar, moví mis piernas intentando que me soltara, pero él ni siquiera me miraba, estaba observando fijamente la expresión de Felipe
Así que a esto se refería cuando me advertía del peligro…
-Bájalo-
El hombre no obedeció inmediatamente, pero lo hizo, y agradecí desde el fondo de mi alma que me depositara sobre el suelo
-Respóndeme- ordenó sin quitar sus dedos de mi garganta
-¿Desde cuándo debo compartir información contigo?-
-¿Me tomas por imbécil?- siseó el sujeto con furia
-¿Eso es lo que piensas de ti?-
-¿Crees que no sé quién es este chico?-
Sentí la sangre en mi cuerpo deteniéndose y helándome por completo, ¿A qué se refería?
-Debería matarle aquí mismo y cortar su cuerpo en pedazos, así podría enviárselo por partes a su asqueroso padre-
Fruncí el ceño, nadie hablaba así de Bastian
-¿Por qué no te vas al…?-
-Qué estúpido de tu parte pensar que puede pagar por los crímenes de su padre- comentó Felipe cortándome
-Es una vida más, así su padre aprenderá a controlarse-
-No lo hará y lo sabes-
-¿Qué, ahora eres su guardia personal? Pensé que te tenían en mayor estima en esa organización-
-Lo que yo haga no es problema tuyo, suéltalo ahora-
Al parecer el rubio comenzaba a perder la paciencia y mi captor los estribos porque volvió a apretar mi cuello con fuerza
-Resulta que me parece sumamente interesante la idea de quedarme con él, ¿Por qué no podría?-
-Vuelve a tocarle un solo cabello y te cortaré la mano con la que lo hayas hecho-
No era una amenaza, había tanta seguridad en sus palabras que el agarre sobre mi garganta flaqueó notoriamente
-Debería matarlo- aseguró volviendo a mirarme
Entrecerré los ojos, intentando no lucir atemorizado
-No sabes los deseos que tengo que joderte hasta que caigas inconsciente por el dolor- espetó con malicia
-Piérdete imbécil- siseé
La furia retornó a él y volvió a alzar su mano, pero en cuanto lo hizo otra le sostuvo por la muñeca… una mano que yo conocía perfectamente
-Te lo advertí-
Sentí como Felipe me empujaba con fuerza hacia atrás, mientras retrocedía observé casi en cámara lenta cómo los ojos del sujeto de casi dos metros se inundaban de temor y de pronto y en un movimiento casi imperceptible al ojo humano, Felipe cortó su mano limpiamente
Miré como la extremidad se desprendía y caía al suelo en segundos que se hicieron una eternidad, justo lo que tardó en comenzar a gritar por el dolor el hombre
Automáticamente los sujetos restantes del grupo intentaron hacerle frente a Felipe, pero este, moviéndose de forma fluida y veloz, consiguió matar a tres con la misma daga que había cercenado aquella mano y dejó a otros dos tirados sobre el suelo, mientras los gritos del que acababa de perder su mano seguían resonando
-Escúchame bien- siseó el rubio tomando por el cabello al hombre que hace menos de diez minutos había estado a punto de matarme
-Si digo que te alejes de alguien, lo haces. A menos que quieras perder la otra mano también- espetó con voz tan fría como el Ártico
El sujeto dejó de gritar pero miró con odio al rubio
-Voy a perseguirte hasta el maldito infierno- sentenció con odio
Mi ex profesor sonrió con malicia
-…entonces te cortaré las piernas también- sentenció como si hablara del clima
Cerré los ojos con fuerza sabiendo lo que se venía, pero para mi sorpresa Felipe me tomó del brazo y me paró
-Vamos- fue lo único que dijo antes de arrastrarme por la calle
Le seguí tropezándome varias veces, no era capaz de procesar lo que acababa de suceder y mi cerebro se había bloqueado al percibir su aroma tan cerca
Sabía que estaba mal, pero una parte de mí se alegraba por lo que había hecho…
La parte que no estaba asqueada por la sangrienta escena por supuesto
Lamentablemente mi estómago no estaba muy bien y tuve que detenerme
-¿Qué mierda te pasa?- espetó con rabia
Observé a mí alrededor notando que de alguna forma habíamos avanzado varias cuadras, pero mi estómago no resistió más y tuve que correr al callejón más cercano
Incapaz de sostener mi propio peso, caí de rodillas mientras mi cuerpo se arqueaba devolviendo todo lo que había consumido en el día
Enterré mis manos contra los ladrillos de la pared frente a mí mientras luchaba por controlar los temblores que sacudían mi cuerpo, de pronto, sentí una mano sobre mi frente, intentando alzar mi cabeza
-Respira profundamente-
Intenté hacer lo que me dijo, pero al alzar mi rostro me encontré con dos ojos azules mirándome fijamente y mi respiración se detuvo
-Yo…- comencé sin saber qué decir
-¿Soy un imbécil por salir a lugares peligrosos sin protección alguna? Sí, lo eres, eso no es novedad-
El contacto visual se rompió cuando Felipe se giró y apoyó su espalda contra la muralla de ladrillos
-…le cortaste la mano- susurré luchando por incorporarme
-No me digas- se burló el mayor sonriendo
Retrocedí algo dolido
-Benjamín…-
Volví a retroceder al notar sus intenciones de alcanzarme
-Debo ir a casa- mentí sintiendo temor
Felipe no dijo nada, solo se me quedó mirando sin expresión en el rostro
-¿Tienes miedo?-
Joder, sí
-Sí-
-¿De mí?-
-Sí- admití
Por primera vez era consciente de muchas cosas que él me había dicho y realmente no sabía cómo sentirme… o si estaba bien sentirme de esta forma
-Bueno, sería extraño que no me temieras-
-¿Qué quieres de mí?- cuestioné sin entender qué carajos pasaba por su mente
Él rubio alzó una ceja
-¿De ti? ¿Por qué asumes que todos quieren algo de ti? Eso es bastante egocéntrico-
-No desvíes el tema-
-No quiero nada de ti- espetó, pero algo en sus ojos me dijo que estaba mintiendo
-Yo te quiero a ti- acepté sabiendo que estaba lejos de ser el momento adecuado para decirlo
-Eres bastante extraño ¿Lo sabías?, acabas de ver cómo le corto la mano a un hombre y lo que se te ocurre decir es “Yo te quiero a ti”, ¿Debo pensar que tienes rasgos sádicos?-
Me encogí de hombros
-No puedo ser más sádico que tú-
Era cierto y él lo sabía
Nos quedamos mirando fijamente por lo que me parecieron años, hasta que él suspiró
-No puedes llegar en ese estado a tu casa-
Por supuesto, tenía razón, sabía que las marcas sobre mi mejilla y mi garganta ya estarían tornándose de un desagradable color morado que tardaría en desaparecer… las marcas que él había dejado sobre mi piel aún no lo hacían
-Supongo que no hay otra opción, te quedarás conmigo-
Felipe comenzó a caminar y ni siquiera se molestó en comprobar si le seguía, él asumía que yo lo haría y pese a que estuve tentado a quedarme parado en el callejón, le seguí como una abeja persigue una flor especialmente llamativa
Caminamos en absoluto silencio varias cuadras, hasta llegar al departamento donde le había visto por última vez
Mi cuerpo me exigía a gritos descanso, pero mientras subíamos en el ascensor, me dediqué a enviarle un mensaje a Evan, asegurándole que todo estaba bien y que al día siguiente le contaría todo
-¿Piensas quedarte a dormir allí?-
Alcé mi cabeza, el rubio estaba parado varios metros más adelante, claramente fuera del elevador
Apresuré mi paso deseando que hubiese alguna emoción en sus ojos… algo que me permitiera justificar las esperanzas que guardaba en el fondo de mi corazón
Esta vez me hizo entrar a una habitación más pequeña que la suya, pero no menos elegante.
Había una enorme cama con frazadas rojas y todo lo que se espera de alguien que tiene dinero, una televisión enorme, decoración simple pero costosa…
-La puerta a la derecha es la del baño, te traeré algo para que duermas-
Me sorprendió notar que palabras tan comunes en otras personas, en Felipe parecían provenir de un ser sin emociones, ¿Así se comportaba realmente?
¿Todo ese tiempo lleno de conversaciones había sido una farsa?
Ingresé al baño de la habitación sintiéndome devastado, de alguna forma y otra siempre terminaba dañado por el rubio, incluso aunque me empeñaba en que dejara de importarme
“Como si fueras a conseguirlo”
Me duché bastante rápido, el agua estaba perfectamente caliente, pero yo sentía que no podría pararme si caía por el cansancio… y no quería morir ahogado después de ser salvado de aquella forma
Salí del baño con una toalla rodeando mis caderas, el agua caliente había conseguido relajar todos mis músculos y ahora sol podía pensar en dejarme caer sobre aquella cama y dormir por una semana
-Aquí tienes…-
Me giré rápidamente hacia la entrada de la habitación, Felipe me miraba fijamente, provocándome escalofríos
Al mirarme de reojo en el espejo que había junto al que supuse, era el armario, comprendí qué le llamaba tanto la atención…
… aparte de las marcas en mi rostro y en mi cuello producido recientemente, las huellas dejadas por nuestro último encuentro seguían sobre mi piel. Más que nunca maldije ser tan blanco, incluso mis muñecas tenían marcas producidas por el agarre de sus dedos sobre ellas
-Gracias-
Le arrebaté el pijama de las manos y me vestí rápidamente, consciente de que su mirada seguía sobre mi cuerpo
-Iré por una crema para los moretones- anunció de la nada
Suspiré, ¿Acaso se arrepentía de su arranque de furia de hace una semana?
Me metí entre las cobijas deseando retroceder el tiempo y maldiciendo a mi corazón por seguir latiendo con fuerza, como si estuviese consciente de la cercanía del rubio
La puerta volvió a abrirse y Felipe ingresó con una expresión un poco más fría, pero con un frasquito blanco en la mano
Observé en silencio como se acercaba a mí y esperé…
“¿Qué se supone que estás esperando?”
Me decepcioné y enfadé a la vez cuando dejó la crema en la mesita de noche y retrocedió
-No te vayas…- pedí extendiendo mi mano inconscientemente
Felipe no se movió
-¿Entiendes ahora por qué debes seguir con tu vida?- cuestionó con enfado
-Tú me salvaste-
-Yo te expuse al peligro-
-No, ese fue mi padre- aclaré automáticamente
El sujeto ese había dicho que por culpa de mi padre yo merecía morir, pero no sabía a cuál se refería…
Me costaba creer que después de todo este tiempo Bastian siguiese metido en asuntos turbios
-Tú no tienes la culpa de ser hijo de alguien-
-Tampoco tengo la culpa de enamorarme, uno no escoge de quien se enamora- repliqué sentándome sobre la cama
El rubio se pasó la mano derecha por el rostro
-No piensas ceder ¿verdad?-
Negué con seguridad
-¿Y cómo pretendes conseguir eso de mí? ¿No escuchaste a Rafael?-
Ladeé ligeramente la cabeza
-No me interesa que estés comprometido, lo que yo quiero de ti va mucho más allá de un compromiso-
Bien, si estábamos siendo honestos, LO SERIA, estaba cansado de mentiras, de verdades a medias y de callar…
-¿Lo dices porque tú también te comprometiste?- espetó con amargura
Me removí incómodo
-¿Cómo lo sabes?- murmuré sabiendo que en ese punto probablemente había cometido un error, pero extrañamente sin sentirme arrepentido
Él avanzó con pasos firmes y se inclinó sobre mí con una expresión carente de emoción
-No eres muy bueno ocultándolo- siseó sacando la cadena a la que había amarrado el anillo de compromiso y señalándomelo
-No lo hago- acepté sin bajar mi mirada
“No soy como tú” quise decir pero callé
-¿Qué es lo que quieres de mí? ¿Cómo te hago entender que no debes acercarte a mí?-
Con delicadeza tomé la mano que sostenía mi anillo de compromiso y acaricié sus dedos
-Ya te lo dije… te quiero a ti… y no vas a hacerme entender aquello nunca, no importa lo que pase-
Observé en sus ojos la necesidad de alejarse pero apreté mi agarre sobre su mano
-La última vez…- comenzó mirando un punto en la pared que había detrás de mí
Suspiré
-La última vez las cosas se salieron de control- acepté ciertamente incómodo
-¿Por qué me sigues buscando?-
“Porque sigo amándote…”
-Creo… creo que en el fondo sí eres como te mostraste ante mí-
Más bien, quería creerlo…
Quería creer que me amaba, quería creer que no todo había sido mentiras, quería creer que había una esperanza… por más pequeña que fuese
-No puedo-
Se dejó caer sentado frente a mí observando cómo yo sostenía su mano derecha
Estiré mi brazo izquierdo y acaricié su mejilla
-Yo sé que sí puedes, no te voy a pedir que dejes esto, solo quiero que no me hagas daño… que no nos dañemos el uno al otro de esta forma-
Mientras esperaba una respuesta, ahogándome por la ansiedad, podía sentir mi corazón latiendo presuroso, pero a la vez inseguro
¿Realmente estaba suplicándole a Felipe que volviera conmigo?
Jamás había hecho algo como eso…
Jamás había deseado tanto algo.
Pero, incluso si él aceptaba, nuestro futuro como pareja no auspiciaba nada bueno
Felipe no era la clase de pareja que puedes presentarle a tus padres, en especial si tú fuiste quien aceptó un maldito compromiso
¿Cómo sería su familia?
Probablemente me odiaría por aparecer en su vida, su novia también…
Por supuesto, también estaba el punto que incluía el peligro, era obvio que Felipe no podría estar siempre conmigo y dado que yo no tengo idea de cómo defenderme en caso de un ataque… ¿No terminaría cansándose más temprano que tarde de tener que protegerme?
“No sé de dónde saliste tan optimista”
La mano que acariciaba su mejilla cayó sobre la cama, ¿Estaba rindiéndome?
No… no podía hacerlo
-Ni siquiera puedo prometerte que no te haré daño, no puedo prometerte nada- sentenció poniéndose de pie y alejándose de mí
Llevé mi mano izquierda a mi pecho, sintiendo como se oprimía y dolía… dolía mucho
-Dos personas tan diferentes no pueden estar juntas Benjamín, no importa cómo nos sintamos al respecto, tú mundo es totalmente distinto al mío, donde yo me muevo nadie respeta a nadie, siempre están intentando matarte, la envidia, la avaricia y las ansias de poder son lo que mueven a todos… ¿Cómo podría arrastrarte a un lugar así?, sería como encerrar al ave más hermosa en un cuarto sin ventanas… sin luz…-
Separé mis labios para replicar, pero él alzó su mano
-Puede que nos amemos, puede que de haber sido posible, nuestra historia de amor hubiese sido una de las más hermosas… pero la realidad es otra y yo no voy a ser parte de esto, tal vez en otra vida… siendo ambos otras personas, nos enamoremos y sea posible estar juntos… pero en esta vida no. Duerme y descansa, y por favor deja de intentar llegar a mí, si lo sigues haciendo desapareceré completamente y jamás podrás volver a verme en el resto de tu vida-
Sus palabras caían como golpes sobre mí… como si no pudiese ser más miserable de lo que ya era
¿Mantener las esperanzas?
Me había enamorado del hombre más terco del maldito mundo
“Lo cual no quita que sí tenga razón…”
A medida que hablaba sentía como mis ojos iban llenándose de lágrimas, para cuando pronunció las últimas palabras y salió la habitación cerrando la puerta tras de sí, había bajado mi rostro procurando que no notara como el líquido salino se derramaba por mi rostro
Dolía… dolía mucho
Él estaba siendo completamente racional, los factores a favor de una posible relación eran escasos, por no decir nulos, en comparación a todos los problemas que se nos vendrían encima…
Pero aun así había esperado que me escogiera… a mí
Sin pensármelo dos veces y dejándome llevar por un impulso me puse de pie y abrí la puerta con fuerza
El pasillo del departamento estaba vacío y una especie de temor distinto al que sentí cuando aquellos sujetos me habían rodeado comenzó a crecer en mí
Caminé procurando no hacer ruido alguno hacia la salida, mi mente solo me pedía que me marchara, no importaba a dónde ni si estaba bien lo que estaba haciendo… daba igual
Todo daba malditamente igual…
Salí del departamento y comencé a correr, ni siquiera llamé al elevador, solo bajé por las escaleras rogando porque las lágrimas en mis ojos dejaran de caer y me permitieran ver
El conserje del lugar pareció pararse preocupado cuando me vio pasar pero no me detuve
No quería detenerme, quería correr hasta que mis pensamientos quedaran atrás
Quería volver atrás y jamás haberme fijado en Felipe, porque tenía la dolorosa sensación de que intentar dejarle atrás y continuar con mi vida sería imposible…
Así que corrí, corrí hasta que no pude ingresar más oxígeno a mis pulmones, corrí ignorando a la escasa gente que transitaba, corrí hasta que mis piernas fallaron por el cansancio y se doblaron contra mi voluntad, arrojándome contra el frío cemento de la calle
Las heridas que tenía en las palmas de las manos volvieron a abrirse, mezclándose con las pequeñas piedrecitas del camino
-Te odio…- susurré abrazando mis piernas y odiándome a mí mismo por haber causado esto…
Por haber caído en esto
Cuando tienes diecisiete años se supone que te preocupes por tus estudios y por encontrar novia… no por ser amado por un hombre que es un asesino…
No por averiguar el verdadero pasado de tus padres…
No por proteger a tu primo y a ti mismo de una loca en busca de venganza…
-No sabes la suerte que tengo-
Alcé mi rostro extrañado
Una mujer alta de cabello dorado y ojos increíblemente verdes me sonreía con superioridad
Me estremecí automáticamente
“Mierda”
-Pensé que Pyro intentaría protegerte mejor, pero ya ves como resulta que al final quien espera, siempre obtiene su recompensa-
Su expresión de tranquilidad contrastaba con el brillo malicioso en sus ojos
De la nada, tres sujetos vestidos completamente de negro aparecieron
Mi instinto de supervivencia me obligó a ponerme de pie rápidamente, intentar escapar era lo único que me quedaba
-No sé por qué estás viva- señalé mientras miraba disimuladamente a mi alrededor, buscando la mejor ruta de escape
-Digamos que era escapar o matar a Matthew y preferí salvar mi vida, además, todavía me faltaba encontrarte, si muero no puedo hacerte pagar…-
Fruncí el ceño, el viento helado me golpeó en el rostro, consiguiendo despejarme un poco
-¿Hacerme pagar? ¿Por qué cosa si se puede saber?-
Ella sonrió y los hombres me rodearon y sujetaron con fuerza en un parpadeo
-Tu padre no es un santo… y solo por si te lo estás preguntando, no estoy hablando de Bastian-
Alzó su mano al terminar de hablar y sentí algo duro contra mi nuca, automáticamente mi visión de nubló y en lo último que pude pensar fue en los ojos de Felipe mirándome fijamente
----------------------------------------------------End Benjamín--------------------------------------
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-Lamento llegar tarde-
Miré el reloj que estaba colgado tras la caja del café y suspiré
-En realidad no has llegado tarde, solo cinco minutos- respondí luchando por sonar amable
Derek me crispaba los nervios, esa era la única verdad
Había estado un par de días replanteándome mi decisión, pero al final siempre llegaba a la misma conclusión… tenía que hablar con él
El mayor en cuestión me sonrió algo incómodo, intenté devolverle un gesto relajado pero no me funcionó muy bien, en el fondo, ambos sabíamos que este momento llegaría
“No puedes amar al mismo hombre que otra persona y simplemente esperar que todo salga bien”
-¿Quieres pedir algo?- ofrecí mirando la carta que, minutos antes, una amable mesera había dejado frente a mí
-Un café cortado y un trozo de pie de limón estaría bien- respondió con amabilidad
No pude evitar mirarle sobre el trozo de papel en el cual estaba escrito el menú
Derek era, en pocas palabras, hermoso.
Debía medir más o menos un metro setenta y cinco, su figura era delgada pero parecía tener músculos apropiados para su estructura, por supuesto, lo más impactante era el contraste de su piel blanquísima, casi tanto como la de Benjamín, sus ojos azul cobalto y su cabello negro como el carbón pero ondulado
-¿Ya están listos?-
La voz de la mesera me distrajo de mi análisis-
-Un cortado, un latte y dos trozos de pie de limón por favor- pedí sonriéndole a la chica
Ella asintió mientras anotaba y se retiró con el menú en silencio
-Te preguntarás por qué te pedí que vinieras- comencé mirándole fijamente
Él se removió, obviamente tenía una idea
-A riesgo de sonar un tanto petulante, creo que el único asunto que nos involucra a los dos es Erick- respondió con cierta dulzura
Evité fruncir el ceño al notar cómo pronunciaba el nombre de mi hermano
Obviamente, no estaba equivocado al notar que Derek se parecía mucho más a mamá de lo que yo podría llegar a asemejarme en toda mi vida
-Estás en lo correcto y de hecho es sobre Erick de lo que quiero hablar contigo-
El de ojos azules ladeó ligeramente la cabeza
-Sabes que nosotros terminamos- no era una pregunta
Él asintió lentamente
-Pero he pensado en la posibilidad de pedirle que regresemos-
El brillo de dolor en sus ojos fue demasiado notorio como para intentar ignorarlo y tuve que reprimir una sonrisa cargada de amargura
Esto no se trataba de quien fuese bueno o malo, era simplemente una elección
Erick tendría que escoger con quien quedarse, pero no podía saber que yo estaba decidido a dar vuelta la página e incluso aceptar su otro… estilo de vida
No, no podía saberlo, no hasta que la inquietud que me remecía el corazón desapareciera…
La inquietud que tenía que ver con el chico sentado frente a mí
-Así que voy a pedirte que nos quitemos cualquier prejuicio sobre el otro, para que hablemos con honestidad-
-Es curioso que tú me pidas algo así, Erick siempre te ha escogido a ti- susurró con cierto dolor
Bajé mi mirada sintiéndome mal
No era justo que alguien sufriera, pero así terminaría siendo, lo quisiera o no
-Sé que quiero a mi hermano, sé perfectamente que le amo como hermano…-
Sus ojos me observaron con curiosidad
-Pero no estoy seguro de amarle- acepté apretando mis manos en puños bajo la mesa
Era la verdad…
… la verdad que me impedía correr a sus brazos como un ciego
Porque en el fondo, siempre temí no sentir la clase de amor que sienten nuestros padres el uno por el otro
En el fondo y a medida que el tiempo pasaba, me pregunté acerca de Derek, de la expresión de amor con la que miraba a mi hermano, acerca de sus sentimientos…
… lamentablemente la conclusión era demasiado obvia
Si Derek le amaba y Erick sentía algo por él, yo no iba a volver con mi hermano, yo no iba a interponerme… no si mis sentimientos no eran tan profundos… no sí podía hacer feliz a mi hermano… aunque fuese con otra persona
-Por eso quiero saber qué sientes por él-
Derek parpadeó confundido
-¿Quieres que te diga lo que siento por la persona que quieres?-
Asentí, sabiendo que podría sonar muy extraño
-¿No te pedí que fuésemos honestos? Yo lo estoy siendo, te he dicho que quiero mucho a mi hermano, pero no estoy seguro que sea amor, ¿No puedes devolverme la mano y decirme qué es lo que sientes por él?-
-…-
-Si crees que es una trampa…-
-Lo amo-
Extrañamente no me dolió tanto como me esperaba… tal vez porque hace tiempo había notado el brillo en sus ojos
-Nos conocimos cuando teníamos cerca de siete años y cuando le volví a ver me enamoré inmediatamente de él…- aceptó mirando fijamente la mesa
Observé el temblor en sus manos y cómo intentaba controlarlo
La mesera regresó y depositó los cafés con cuidado
-Cualquier cosa, me llaman- sonrió terminando de dejarnos los trozos de pie
-Gracias-
Esperé a que ella estuviese lo suficientemente lejos antes de volver a hablar
-¿Pero?- cuestioné mirando el líquido café en mi tazón
-… pero él estaba enamorado de ti, por ti se fue de casa a estudiar lejos… por eso jamás le he dicho lo que siento-
Lo miré totalmente sorprendido
-¿Jamás?-
No podía creerme que en todos los años que se conocían jamás le hubiese confesado algo tan grande
-¿Qué harías tú si te enamoras de tu mejor amigo pero él quiere a alguien más?-
Bien, tenía un punto muy importante ahí
Suspiré profundamente y bebí un poco de mi café
-No lo hiciste por temor a perderle como amigo- comprendí
Él asintió
-Pero ustedes se besaron- le recordé y también recordé incómodamente que yo me había besado con Varick… y Blake
-Pero él me prometió que no volvería a ocurrir- aclaró tensándose
Hice un gesto con mi mano para que se relajara
-Ya te dije que quiero que seamos honestos, te he observado y no creo que seas mala persona, solo nos tocó querer a la misma persona- intenté restarle importancia al asunto sabiendo perfectamente que en realidad sería muy difícil conseguirlo
-No pareces menor que yo- se rio ligeramente
Me encogí de hombros
-Creo que por primera vez quiero hacer las cosas bien-
-¿A dónde quieres llegar Matt?-
Me recargué en el respaldo de mi silla y me crucé de manos
-Te propongo algo Derek-él me observó claramente interesado en mis palabras
-Yo no volveré con Erick… hasta que tú seas honesto y le digas lo que sientes por él-
Su expresión de incredulidad fue épica, probablemente me habría reído si no fuese por la seriedad del asunto
-¿Estás burlándote de mí?-
Negué suavemente consciente de que el dolor en mi pecho crecería y no se iría en un buen tiempo
-No, solo quiero que Erick sea feliz, y estoy dispuesto a dar un paso al lado si tú eres su felicidad, pero para saber aquello, tienes que ser honesto y decirle. Si él te corresponde, yo no me acercaré nuevamente a mi hermano, pero si no lo hace… tú tendrás que olvidarle- sentencié con seguridad
Mucha más seguridad de la que realmente sentía…
Nos quedamos mirando fijamente, él parecía analizar si lo que yo le decía era cierto, si era confiable, y yo en el fondo esperaba que no aceptara y yo pudiese volver con Erick…
Cualquier cosa por evitarme el dolor ¿no?
Tuve que recordarme que estaba haciendo esto porque a diferencia de mí, Derek si amaba a mi hermano, o al menos estaba seguro de hacerlo…
-Pero… Erick te ama, decirle lo que siento sería probablemente inútil-
Sonreí con amargura
-Si te estoy proponiendo esto es porque una parte de mí piensa que puedes ser correspondido, así que por favor no hagas esto más doloroso y acepta- pedí revolviendo lentamente mi café con la pequeña cucharita metálica
-¿Cuánto tiempo me darás?-
Ladeé mi cabeza, por supuesto había pensado en ello, pero no estaba seguro… tenía miedo
-Un mes, tienes un mes para decírselo, creo que es un tiempo razonable, y por cualquier cosa, te aclaro que no puedes decirle de nuestro trato a Erick, si lo haces ambos saldremos perjudicados-
Asintió bebiéndose la mitad de su café de un solo trago
-Está bien, acepto-
Cerré mis ojos, mi última esperanza marchándose y acentuando un poco el dolor en mi pecho y a la vez obligándome a sonreír
Ahora solo me quedaba intentar arreglar la separación de mis padres, lo demás, el tiempo lo diría…
.
.
.
Si tan solo yo te digo lo que siento por ti
Estaríamos juntos de la mano otra vez
Pero ya no es posible, estás con alguien que no deseo volver a ver
Mientras lloro tu partida todo en mí se vuelve gris.
Con una lágrima te digo adiós y un dulce beso fue la despedida de nuestro lazo de amor.
Tan solo quiero sepas yo siempre te amaré
Y en mis sueños seguirás por siempre tú.
Solo quisiera poder olvidar
Aquel momento en el que te conocí
Pero eso ya en mi es imposible porque te amo...
Con todo mi ser...eres parte de mi cuerpo y alma.
No puedo… dejar de pensarte...
The Gazette -Pledge