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EFECTO MARIPOSA por Kitsune Nishizono

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Notas del capitulo:

Pairing: HenWook, HanChul en algún punto, Bandfic

Raiting: N-17 (como todo lo que escribo) (crack, romance, ¿fluff?, malas palabras)

Notas del autor: Muchas gracias por todos los reviews recibidos en este nuevo fic!!! (Llora emocionada mientras danza la danza de la victoria). Muchas gracias a: Teukie, marcy, Dak Ho, Yuuka, Inexys, odyamo, Rella Barton, Kimiko_Suzumiya, Monkey y Tail End Charlies que me han dejado review y como siempre siempre... LAMENTO LA TARDANZA!!!

Sinopsis: Es mejor extrañarlos que tenerlos junto a ti.

Capítulo 2: Reencuentros.

Había sido necesario que LeeTeuk se soltase a llorar y que el resto se abalanzara contra HeeChul para que este dejara de ahorcar a DongHae (más efectivo el segundo método que el primero). Ahora, mientras el pescado se sobaba el cuello y hacia un enorme puchero, el resto se dividía silenciosamente en dos bandos. EunHyuk, KyuHyun y YeSung apoyaban a DongHae. Después de todo ¿Acaso no era increíblemente divertido ser jóvenes otra vez? El resto no compartían la opinión: ShinDong empezaba a meditar como explicarle a Nari, su prometida, la situación. RyeoWook y Henry se sentían frustrados sexualmente y no deseaban nada como no fuese regresar a su edad normal o simplemente desaparecer. SungMin se sentía débil y pequeño (cosa que, además, no estaba nada lejos de su realidad actual). HeeChul no dejaba de hablar entre dientes, asegurando una muerte dolorosa y lenta al menor en cuanto le dejaran a solas con él y LeeTeuk intentaba no volver a caer en pánico.

-¡Oh por Dios! –Gritaba de pronto el conejo, haciendo saltar a todos -¡¿Creen que el resto hayan rejuvenecido también?!

-¿El resto?... –murmuraba EunHyuk, no muy seguro de a qué se refería el de ojos zorrunos.

-¡Ya saben!... ¡Super Junior somos todos, estemos cerca o lejos los unos de los otros! –un grito ahogado salió de la boca de todos los miembros. El experto en artes marciales tenía razón. Para ellos, el grupo siempre estaría formado por quince personas, no por las presentes en el dormitorio. Todos voltearon a ver a DongHae, como esperando que les resolviese la enorme duda. Él les miró con los ojos grandes, con esa expresión de completa inocencia que solía mostrar siempre que no tenía idea de que debía decir.

-¡SiWon está con sus padres! ¡Se van a morir si ven a su querido hijo de regreso en su adolescencia! –grito LeeTeuk, sintiendo nuevamente las nauseas. Los Choi eran una familia importante y sabía que, de algún punto, lograrían echarle la culpa a él.

-¡Hannie! –HeeChul se levantaba de golpe para ir en busca de un teléfono -¡Está solo y en China y estoesestúpidoydeverdadmataréaDongHaesinonosregresarapidamenteanuestraformaoriginal! –varios se mordieron el labio inferior. China sonaba peor que los Choi, si lo meditaban bien.

-¡ZhouMi está en el dormitorio de Trax! ¡JungMo hyung creerá que tomó demasiado y Jay querrá que lo analice el ejército! –SungMin empezaba a morderse las uñas de los nervios.

-¿KiBum estará bien?... –preguntaba DongHae, empezando a sentir el miedo que a todos les impregnaba. Nadie respondió a su pregunta pues no era una fácil de responder. Luego, ShinDong abría mucho los ojos, aterrado, dándose cuenta de quien estaba en una situación más precaria.

-¡YoungWoon hyung está en el servicio militar! ¡ENCUARTELADO CON CIENTOS DE OTROS HOMBRES QUE VAN A NOTAR LA DIFERENCIA! –EunHyuk dio un grito chillón mientras que LeeTeuk se volvía a desvanecer. YeSung  y KyuHyun también gritaron, dándose cuenta del horror. El ejército sonaba aún peor que China.

-¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH!!!!!- el grito más desgarrador hecho por un conjunto de chicos en un edificio acababa de ser realizado. Prácticamente hacían que el piso se cimbrara con lo fuerte del berrido. No podían asegurar si realmente se trataba del Apocalipsis o no pero, al menos si significaba el fin de sus carreras. Nadie le iba a creer a la SM enterteinment que ellos eran Super Junior.

-¡HANNIE!... ¡HANNIE!... ¡NO TE ENTIENDO CON UN DEMONIO! … -HeeChul le gritaba al teléfono antes de prácticamente golpear a DongHae con este -¡TRADUCEME!

-Ah... yo… mi chino no es tan bueno… hyung…

-¡SI NO QUIERES QUE TE META EL CELULAR POR EL TRASERO, VAS A TRADUCIR! –el menor hacia puchero antes de tomar entre sus temblorosos dedos y escuchar al hombre del otro lado de la línea. Como pocas veces en su vida, empezaba a sentir una enorme necesidad de estar cerca de SiWon, que le daría ánimos, o al menos, entendería un poco más que él. LeeTeuk marcaba de forma desesperada a las líneas del ejército, tan solo para encontrarlas ocupadas una y otra vez.

“¡¡MALDITAS OFICINAS DE GOBIERNO!!... ¡¡YOUNGWOON, NO MUERAS, UMMA TE SALVA!!”

-¡Ah!, ¡Hyung, que bueno que contestas…! –SungMin se aclaraba un poco la garganta antes de seguir hablando con JungMo, que por la voz temblorosa que emitía, ya se había percatado de la situación -¡Sí, sí! ¡Debes traerlo! ¡Hyung, tiene como 12 años, no puedes darle las llaves del coche y que se arregle por su cuenta! ¡Pues claro que estás asustado, pero nosotros lo estamos mal! ¡Así es! ¡Es horrendo, deberías ver a Henry-ah, parece que lo sacaron de la guardería para traerlo acá! –Henry, que escuchaba la conversación, pateaba a SungMin. Este se giró para regresar el golpe pero, al ver nuevamente lo pequeño y cachetón que estaban, le era imposible golpearle. Después de todo, Lee SungMin jamás podría atacar a un niño -¡Gracias, hyung! ¡HeeChul hyung te emasculará si le sacas una foto luciendo como ahora, te lo aseguro! –no podía evitar reírse un poco antes de terminar la llamada -¡JUNGMO HYUNG TRAERÁ A MIMI! –gritaba tan fuerte como le era posible para que los demás le escuchasen por encima de la paranoia general.

-¡Bien, uno menos del  que preocuparnos! –KyuHyun se anotaba un punto a favor de Super Junior mentalmente. Luego, teniendo en cuenta que él era el mejor estratega de todos ellos (al menos vía virtual) decidió que quizá, por esta vez y, en favor del equipo, tomaría las riendas del mando en vez de simplemente reírse de LeeTeuk -¡Ahora iré por un manager para que nos ayude con YoungWoon hyung y el ejército!

-¡¡¿UN MANAGER?!! –HeeChul gritaba con fuerza, haciendo que su voz sonara realmente chillona -¡¿ERES IDIOTA ACASO?! ¡VAMOS A MATAR AL MANAGER DEL SUSTO!

-¡OH! ¡¿Y QUÉ DEBEMOS HACER ENTONCES, GRAN KIM HEECHUL, CUANDO DENTRO DE 15 MINUTOS LLEGUÉ DE CUALQUIER FORMA UNO DE ELLOS PARA DECIRNOS QUE TENEMOS QUE IR A NUESTRAS ACTIVIDADES?! –le respondía con sorna. Nunca había considerado al mayor como uno de los tontos del grupo, pero ahora, no estaba demasiado seguro de ello. HeeChul se mordió el labio inferior, meditando la situación un momento, antes de cruzarse de brazos a modo indignado.

-¡No lo sé! ¡Quizá si matamos a DongHae la maldición se termine y volvamos a la normalidad! ¡Podríamos convencer a las fans de que se fue a algún país exótico para convertirse en misionero tras darse cuenta de la pobreza extrema del mundo!

-¡No estamos hablando de SiWon si no de DongHae! –Replicaba el gamer -¡Es más creíble si decimos que su última neurona murió y por tanto ahora es un vegetal o algo así!... ¡Todos saben que es un perfecto idiota de todas formas!

-¡Oigan! ¡El “perfecto idiota” está aquí! –Gritaba el bailarín, indignado -¡De mínimo esperen a que me vaya para que me insulten!

-¡No le digan así a mi bebé! –LeeTeuk corría a abrazar a DongHae, que parecía a punto de llorar amargamente. Tanto Heechul como KyuHyun giraron los ojos, sintiéndose efectivamente regañados por una madre -¡En todo caso llámenle especial! –EunHyuk no podía evitar terminar carcajeando ante las palabras. Sabía que el líder intentaba consolar a su amigo pero, como siempre, en lugar de ello, le lastimaba profundamente. El pececito cerró los ojos, resignado a la burla de la que era víctima.

-Creo que KyuHyun tiene razón… -ShinDong se mordía un pulgar de manera viciosa, completamente aterrado de la situación actual –debemos decirle a un manager y el manager nos ayudará… de todas formas ignoraron a umma hace un momento… con la voz de niño que aún tiene, nadie en el ejército va a creer que esto es más que una broma… HeeChul hyung se meterá también en problemas si no llega a su servicio…

-¿Cómo puede meterse en problemas alguien que no hace nada en el servicio? –musitaba YeSung, bastante intrigado por la situación. HeeChul le daba un pisotón, completamente indignado.

-¡Trabajo tanto como puedo! –Se cruzaba de brazos -¡No es mi culpa si no hay nada que hacer en esa oficina! ¡Y si no llego, estaré en problemas! –Miraba el reloj  de reojo-¡AAAHHH! ¡YA VOY TARDE! ¡DETESTO IR TARDE!

-¡CALMATE HYUNG! –Berreaba SungMin -¡no es como si vayas a ir de todas formas! ¡Van a creer que eres tu hermano menor… o tu hijo ilegítimo!

-¡¿HIJO ILEGÍTIMO?! –HeeChul ponía la expresión de indignación más grande jamás vista -¡¿CUÁNTOS AÑOS CREES QUE TENGO PARA QUE MI HIJO PUDIESE TENER 16?! –salía a flote su lado más narcisista. El conejo supo que estaba en problemas, a menos de 3 segundos de ser asesinado de forma violenta por su comentario, así que aplicó su técnica de arte marcial más poderosa y mortal. EL PUCHERO. Abrió tanto los ojos como pudo, puso su mejor cara de tristeza y pensó en cosas tristes para que de inmediato sus orbes se empañaran, amenazando con dejar caer una enorme cascada de lágrimas. HeeChul bufó. Era un truco demasiado visto. No iba a resultar. Era imposible que le perdonara. Lo mataría. Lo…

“AAAAAAAWWWWWWW…. No puedo pegarle a un niño con esa expresión”

-Ya, ya… no pasa nada… -el mayor abrazaba con fuerza al de ojos zorrunos, dándole palmaditas en la espalda y meciéndole suavemente. Tenía un donsaeng divino al cual no podía pegarle ni por asomo –hyung está asustado, es todo… -SungMin regresaba el abrazo, contento de ser inmune en su nueva apariencia. No está tan mal ser un niño, después de todo. En ese momento, la puerta sonaba. Todos voltearon a verla, sin decidirse a abrirla. Momentos después, la puerta era pateada de manera insistente. DongHae corría a abrirla. Podía reconocer esa actitud en cualquier parte.

-¡Bummie-ah! –se le colgaba al chico de tez ligeramente tostada y ojos grandes -¡Bummiebummiebummiebummie!... ¡Te he extrañado un montón! –el menor entraba a trompicones junto a un DongHae que se negaba a soltarlo. Cerró la puerta, miró a su alrededor y, sin quitar el ceño fruncido, suspiró.

-Sabía, que de algún modo, tenían que estar involucrados todos ustedes en “esto” –y se señalaba a sí mismo, remarcando las palabras. Aún si no aparentaba más de trece, el semblante adusto correspondía exactamente al de un adulto.

-Es culpa de DongHae –aclaraba YeSung – a mí me parece fabuloso…

-¡A mí también! –gritaban a coro EunHyuk, KyuHyun y SungMin, que se les unía en opinión.

-¡A MI NO! –coreaban el resto. KiBum volvió a suspirar. Las cosas en el dormitorio no cambiaban en lo absoluto.

-Hae… estoy filmando una novela… no se qué hiciste… pero, no debiste… -el pececito asintió. Cuando KiBum hablaba, él escuchaba atentamente –Ahora, has favor de regresarme a mi forma original.

-Pero… yo no sé cómo hacerlo… -le miró con cara arrepentida –fue sin querer… de verdad… -KiBum cerró los ojos y los puños, conteniendo los comentarios ofensivos que pugnaban por salir de sus labios. Después de todo, DongHae era de sus mejores amigos y no deseaba dañarlo (al menos, no permanentemente).

-A ver ¿Qué hiciste exactamente? –lo mejor era seguir el método científico. Analizaría y diseccionaría los hechos hasta encontrar una solución plausible.  El mayor volvió a contar su historia. Luego, el de piel tostada fruncía el ceño y asentía, meditando la situación –Bien… claramente se trataba de una hechicera…

-¡Eso hasta HyukJae pudo haberlo adivinado! –gritaba KyuHyun. Completamente divertido con la situación al tiempo que se decidía entre usar el teléfono celular de ShinDong o el de LeeTeuk para mandarle un mensaje a algún mánager.

-¡Soy tu hyung! –EunHyuk bufaba, poniendo sus manos en su cadera, como intentando lucir imponente. Fallaba más que nunca.

-Los problemas se resuelven de la parte más sencilla a la más compleja, Cho KyuHyun… -decía KiBum sin perder su apariencia de seriedad -…es algo que tú deberías saber…

-Mi cerebro procesa información más rápido que el tuyo… por eso puedo obviar pasos básicos… -KyuHyun se tomaba las palabras como desafíos. Nadie iba a decirle que no era el más listo del grupo (o de la SM entera).

-Y por qué lo obvias… dejas escapar cosas… -KiBum era un contrincante digno. LeeTeuk giró los ojos, lo que menos necesitaba eran despliegues de egolatría en ese momento.

-¡Dejen de pelear y enfóquense!

-Como sea… -KiBum enviaba una mirada cargada de enojo contra el menor antes de proseguir con sus conclusiones -…la hechicera le dio un objeto mágico a DongHae… es decir, una moneda… -KyuHyun hizo un sonido de burla. Todo lo que decía resultaba prácticamente un pleonasmo para él. Luego volteó a ver a los demás y notó como todos escuchaban atentamente a KiBum, sorprendidos con sus revelaciones. Todos menos Heechul pues al parecer HanGeng había recuperado la posibilidad de chillar en coreano y ahora ambos hablaban entre susurros, con el mayor hecho bolita en una esquina. El gamer por fin se decidía por el celular de LeeTeuk.

“Debí suponer que ellos encontrarían las frases obvias de KiBum como la máxima revelación… ¿Qué pongo en el mensaje?...mmm… *hay una situación de emergencia aquí en el doceavo piso. Le ruego que acuda rápidamente. Venga solo. No vaya a desmayarse cuando vea de que se trata. Sea discreto*… sí, eso es perfecto”

                Enviaba el mensaje, esperando que el mánager le hiciese caso al recado y que no llegase con toda la legión de personas del staff.

-…así que, tan solo debemos  recuperar la moneda… entonces podré analizarla y encontrar una solución a esta locura –

-¡WOOOOOOOW!... ¡Eres un genio! –todos aplaudían ante las palabras de KiBum, sintiéndose un poco más a salvo.

-Pero… ¿Cómo la vamos a conseguir? El rio Han es muy grande… y ya podría estar en el océano… -decía RyeoWook, perdiendo el ánimo de pronto.

-Podríamos aventar a DongHae… -todos se giraban a ver a LeeTeuk con una gran cara de sorpresa. Parecía imposible que el líder pudiese tratar sádicamente a ninguno de ellos -¡¿Qué?! Es un excelente nadador y fue su culpa después de todo… ¡no es como si estuviese diciendo que lo aventemos con las piernas amarradas a una roca!

-El rio Han está más sucio que los calzoncillos de EunHyuk… -todos se reían ante el comentario de ShinDong. Menos el aludido, claro está.

-¡OIGAN! ¡¿Porqué siempre tienen que molestarme?!

-Porqué hay muchas cosas con las qué fastidiarte y eres inofensivo… -decía KiBum. Todos asentían.

-Si fueses una bestia como HeeChul, entonces te dejaríamos en paz… -volvían a asentir. KyuHyun esquivaba el zapato que el mayor le aventaba, aún sin dejar de hablar por teléfono -¿Lo ves?... por eso nadie se mete con él… -desafortunadamente el menor no tenía tanta suerte evitando el reloj del mayor, el cual se estampaba sonoramente contra su nariz -¡AUCH!

-¡Y si vuelves a olvidar el honorífico, te saco los ojos! –LeeTEuk suspiró. Si algo ponía de malas al de ojos almendrados era que no le respetasen -¡No te lo dije a ti, se lo dije al tonto de Kyu! –y volvía a la conversación con HanGeng, en la cual ambos estaban dando sus opiniones sobre lo que debían de hacer.

-El punto aquí es que no podemos dejar que Hae nade en el rio… está demasiado contaminado para eso… -RyeoWook gemía al escuchar las palabras de SungMin. No había nada que hacer realmente. Henry, al ver lo triste que se ponía su novio, se levantaba de su lugar para ir a acomodarse junto a él y abrazarlo. La puerta sonaba en ese preciso momento.

-¿Hay alguien? Soy JungMo… Traigo un pedido especial para ustedes… -

-¡Hyung! –SungMin se levantaba de golpe e iba a abrir. JungMo pasó con rapidez, jalando a un chico completamente cubierto por una cobija y con solo una pequeña rendija para los ojos.

-Esto es… -volteaba a verlos a todos lentamente. La boca se le iba abriendo lentamente, cada vez más mientras reparaba en los adolescentes y niños frente a él. La mirada se detuvo en RyeoWook -¿ShinDong?... –no estaba muy seguro, no se parecía demasiado y creía que el otro niño gordito podía ser el antes mencionado pero entonces ¿Quién era ese cachetoncito sentado junto a Henry?

-¡¡BUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!! –RyeoWook comenzaba a llorar nuevamente. Todos pusieron cara de horror. Los chillidos agudos alcanzaban unos tonos tan altos que todos sintieron ganas de echarse a llorar también. Henry fruncía el ceño sin dejar de dar palmaditas en la espalda del mayor.

-Gracias hyung… de verdad…

-¡Perdón! ¡Todo es tan confuso!

-ZhouMi… ¿Por qué no sales de la cobija? –Preguntaba KyuHyun. Secretamente se moría de ganas por ver si la nariz del chico alto se veía aún más grande por la edad.

-JungMo ge me dijo que no me la quitara…

-Se refería fuera del dormitorio… aquí, es zona de caos… déjame verte, condimentado* -HeeChul acababa de terminar su llamada telefónica y se levantaba de su esquina. JungMo hizo un sonido ahogado, pero antes de que pudiese comentar sobre la apariencia del mayor, este le interrumpía -¡No digas nada por lo que deba matarte, Momo! –el guitarrista apretaba los labios. Sabía que aunque el mayor lucía como una niña, y una bastante frágil a decir verdad, le partiría la cabeza si se lo proponía.

-¿Ya puedo? ¡Bueno! –dejaba caer su cobija de manera ostentosa -¡TADAAAAN! –y giraba sobre su propio eje para que todos pudieran verlo. Las piernas y los brazos resultaban aún más largos. La nariz era enorme al igual que la boca. Las cejas espesas y en general tenía una apariencia de completa torpeza e inequidad. KyuHyun se soltó a reír al verle, prácticamente rodando en su lugar del sillón. ZhouMi no parecía muy afectado por la sonora risa de burla que emitía el gamer. Por el contrario, sonreía de manera deslumbrante -¡No me acordaba de lo largos que eran mis brazos a comparación del resto de mi torso… jejejeje!

-Condimentado… Mimi…  -el menor hacía ojitos, prestando atención al mayor –no te enojes por lo que diré pero… que adolescente tan poco agraciado eras….

-¡AJAJAJAJAJAJAJAJAJA!... ¡HEECHUL HYUNG, TE QUEDAS CORTO! ¡SIMPLEMENTE ES FEO! –y KyuHyun reanudaba sus carcajadas. Las lágrimas le brotaban libremente, escurriéndole por las mejillas. Realmente no podía controlar la risa.

-¡No importa gege! ¡Sé que en el futuro creceré otros 25 centímetros y toda la ropa se me verá increíble súper ajustada! En cambio Kui Xian… ¡adquirirá un cutis que parece camino pavimentado con grava y le crecerán caderas de niña! –el menor dejaba de reírse de inmediato mientras que el chino sonreía ampliamente. Con esa actitud de completa inocencia, parecía que las palabras no habían tenido intención de lastimar. Ahora todos miraban a KyuHyun y se reían de él. Este frunció el ceño. ZhouMi podía no ser muy listo pero, sabía herir arteramente si se lo proponía.

+++

-Entonces… ¡HeeChul hyung admitió que existe Dios! –Los ojos de SiWon brillaron con intensidad mientras la sonrisa se le ensanchaba enormemente. Había llegado unos minutos antes que el mánager pero DongHae no había contado la historia hasta que este estuviese presente. Empezaba a cansarse de tener que repetir lo mismo. Al mánager le había dado prácticamente un sincope y ahora se encontraba en el baño, lavándose profusamente la cara en un intento inútil de que las alucinaciones se fuesen. Por otro lado, el caballo no lucía muy aterrado. Sus padres habían gritado (bastante, a decir verdad) pero él, positivo como siempre, lo había tomado como un mensaje del Señor. Y ahora, estando en el dormitorio, viendo a todos sus compañeros en la misma situación y tras haber escuchado la historia completa, sabía cuál era el mensaje -¡Dios quería que HeeChul hyung se volviese creyente… y lo ha logrado! –agitaba su puño al aire en actitud triunfante. Los demás no parecían muy convencidos de la teoría del chico.

-Te equivocas… -el amante de los gatos volvía a acurrucarse en una esquina, esta vez con Heebum en su regazo. El gato no parecía alterado por el cambio de apariencia pues seguía oliendo a su amo y eso era lo único que importaba –Eso lo dije en un momento de histeria. Ahora que lo he meditado, estoy seguro de que Dios no hizo esto… y más seguro que nunca de que no existe… -los ojos del caballo se empañaron.

-¡Umma! ¡HeeChul hyung está blasfemando! ¡NUEVAMENTE!

-Puedo oírlo… -el líder cerró los ojos. Eran demasiados en la habitación. Y aún faltaban dos. No sabían que iba a pasar con KangIn todavía pero, sabía que HanGeng iría al dormitorio usando la visa de su primo. Era lo más brillante que se les había ocurrido hacer hasta el momento.

-¡No blasfemo! Solo tienes que pensarlo un poco… ¿Qué dios, en su sano juicio, teniendo tantas peticiones que cumplir, siendo tan magnífico como dices que es, le haría caso a un idiota como DongHae? –el menor dejaba de sentirse enojado por los insultos de todos. Prefería pensar que eran cosas dichas en el calor del momento y que pronto pasarían. SiWon frunció el ceño, buscando una respuesta correcta para el mayor –Y no deberías sentirte tan feliz… si fue “Dios”, entonces se llevó todos tus músculos que tanto presumes… eres un alfeñique…  -el menor hizo puchero. La verdad es que si extrañaba sus músculos. No era por presumir pero sabía lo bien que se veía y ahora solo era un chiquillo más, igual al resto. Claro, era atractivo para su edad pero, nada del otro mundo.

-Bien… si… quizá no lo hizo Dios… ¡pero eso no significa que no exista!

-Perfecto, entonces, ponte a orar, sirve que te callas…

-¡Heenim! ¡No le hables así! –LeeTeuk se cruzaba de brazos -¡Afectaras su desarrollo!

-¡Cumple 26 este año! ¡Ya está bien desarrollado!

-A mí me parece que luce bastante pequeño… -dijo ZhouMi, que ahora se encargaba de probarse la ropa de RyeoWook. Después de todo, al menor no le quedaba ya ni por asomo –mmmhh… incluso con esta apariencia soy más alto que tú… Wookie… -se miraba las pantorrillas que escapaban de forma muy visible por debajo de la bastilla del pantalón.

-Eres más altos que todos… siempre…  -el resto asentía ante las palabras de SungMin. El chino hacia un leve puchero antes de sonreír un montón al percatarse de cierto cárdigan azul cielo que se vería increíble en él –Li Xiu…. ¿Puedo probarme este?

-Pruébate lo que quieras… ¡no me queda! –RyeoWook gemía de pura frustración. Henry suspiró, fastidiado. No entendía como ZhouMi podía lucir tan alegre. La verdad no era nada atractivo en su forma actual. Al chino no le importaba. Se había conseguido un guardarropa nuevo y estaba cerca de todos, así que lo veía como una oportunidad de llevarse mejor con aquellos con los que apenas convivía. Quizá podría volverse gran amigo de YeSung y de KangIn.

-Shhh… no pasa nada… -Henry le besaba la frente a RyeoWook antes de besarle suavemente en los labios. El resto de los chicos gritaron o hicieron sonidos desaprobatorios. LeeTeuk apuntó con un dedo acusador.

-¡No se besen! ¡Henry solo es un niño!

-¡No lo soy! ¡Tengo 21! –Berreaba el menor, sintiéndose completamente estúpido con la situación –¡Me han visto besarlo un montón de veces!

-¡Y nunca había lucido tan ilegal! –Agregaba SiWon.

-¡Arrgggh!...Nosotros nos vamos a un cuarto en lo que se nos ocurre algo… ¡estoy harto! –el violinista intentaba levantarse pero RyeoWook se lo impedía.

-…la verdad es que no me siento muy cómodo al respecto… -bajó la mirada, sintiéndose triste de pronto. Seguro que el menor se enojaba con él pero realmente besar de manera apasionada a un niño no le resultaba muy alentador.

-¡Bien!... –inflaba los dos cachetes tanto como le era posible. Al líder prácticamente le flotaban corazoncitos al ver el rostro redondo de Henry haciendo una expresión tan tierna. Contuvo la expresión de ternura de todos modos -¡Me voy yo solo entonces… esto es un maldito desastre!

-¡Los niños no deben maldecir! –gritó el mayor de todos, aterrado del comportamiento.

-¡No soy un niño, carajo! –Y, tras asegurarse de que RyeoWook ya no estaba abrazándole, se incorporaba y se encerraba en el cuarto de YeSung.

-Alguien empieza a comportarse como un adolescente… -musito HeeChul –solo espero que no empiece a cambiarnos el carácter a todos… yo no era muy amable de joven…

-¿Eso significa que tenías peor carácter antes? –EunHyuk abría ambos ojos tanto como le era posible, completamente aterrado.

-Por supuesto… ¿Quién no es bastante molesto de adolescente? –Todos gritaron del miedo para acto seguido empezar a darle de manotazos y pellizcos a DongHae. Incluso SiWon y ZhouMi. Nadie iba a sobrevivir al  mal carácter aumentado del de ojos almendrados.

+++

-No debemos entrar en pánico… -el mánager había hecho que todos se sentaran y le prestasen atención. Todos le miraban atentamente, incluido Henry, al cual habían sacado a patadas del cuarto del de ojos oscuros.

-Pero usted entró en pánico hace unos minutos… -DongHae le veía con una expresión entre confusa y tierna. El mánager le contestaba con una mirada de odio. Después de todo, era el único culpable de la situación.

-Solo fue un poco de sorpresa… ahora, que ya estoy tranquilo, podemos buscar una solución… ya hablé con el ejército y pedí unos días libres para KangIn… dijeron que se los darían pues se encontraba muy enfermo, habiéndose atrincherado en el baño y alegando que tenía el ataque de diarrea más impresionante que se hubiese visto en toda la vida… -LeeTeuk hizo cara de asco. La excusa sonaba completamente al mapache, pero eso no le quitaba lo desagradable –Iré a hablarlo con SooMan shii… y daremos un comunicado de que están enfermos de algo severo y que por eso no pueden salir a dar representaciones…

-Pero eso es mentir… -decía SiWon. SungMin le daba un zape.

-Deja la moral para otro día… de todos modos no podemos hacerlo… nuestras fans se aterraran si decimos que todos estamos enfermos… gravemente… 

-Además… ¿Qué enfermedad podríamos tener todos al mismo tiempo? –comentaba KiBum, sintiendo que el mánager no era de ayuda.

-Una de transmisión sexual… -agregaba HeeChul - …así habría un montón de fanfics nuestros sobre orgías en menos de una hora…

-Eres un asco… -comentaba KyuHyun. Todos asentían. El mayor solo se encogió de hombros, ignorándoles por completo.

-Podríamos tener mononucleosis… es muy contagiosa… y, aunque no se cura, se controla y pasa su etapa de contagio… -agregaba YeSung. El resto lo consideró.

-¡No! ¡Nari no querrá casarse conmigo si tengo una enfermedad así de contagiosa, mala y que no se quita! –ShinDong se cruzaba de brazos.

-Tampoco va a querer casarse con un chico de 14 años… -dijo RyeoWook. El otro chico rellenito bufó, enojado. Le echaban por tierra su plan de hombre enamorado.

-Siempre pueden decir que todo Super Junior ha decidido irse a un campamento para reafirmar la amistad y el sentido del equipo… -giraron el rostro en dirección a las palabras sabías. Ahí, en el umbral de la puerta, se encontraba YoungWoon. Se le veía relajado y sonriente, completamente feliz de poder ver a sus compañeros después de casi dos años de ausencia. LeeTeuk se levantaba de inmediato y lo abrazaba con fuerza mientras que el resto gritaba, emocionados.

-¡Eres delgado! –vociferaba EunHyuk.

-¡Eres guapo! –aseguraba SungMin

-¡Tienes cabello! –terciaba YeSung. Claro, estaba el hecho de que su corte era casi a rape pero no mostraba las entradas que pocos años después se harían bastante presentes. KangIn se giró para ver con odio al mayor. Este, empezando a recordar la naturaleza abusiva del chico, se iba a esconder detrás del mánager.

-¡Yah! ¡No te pases de listo! –agitaba el puño con ira. LeeTeuk suspiraba al tiempo que movía su cabeza de derecha a izquierda a modo desaprobatorio.

-No es manera de hablarle a tu hyung…

-¡Es un crio!

-Tú también… -agregaba HeeChul desde su posición en la esquina del sillón. HeeBum dormía plácidamente en uno de sus hombros con la cabeza encima de la de su amo.

-¡Woah! ¡El gato se ve enorme! ¡Y pareces niña! –Todos dieron un grito chillón (incluyendo al mánager). De un brinco, se ponían de pie y corrían a las habitaciones para encerrarse en ellas. Tan solo quedó KangIn y el mayor. Este bajaba a su mascota de manera brusca mientras que el menor comprendía el error. Ya no recordaba los “episodios psicópatas” que el de ojos almendrados podía desplegar de la nada.

-¡Lo dije en el buen sentido! ¡Como en “realmente eres lindo… y atractivo… y elegante…” –HeeChul se ponía de pie esgrimiendo amenazadoramente unos audífonos (tan amenazadoramente como le era posible de todas formas) -¡Hace casi dos años que no me ves! ¡Es injusto! ¡Te caigo bien! –echaba a correr fuera del dormitorio. El mayor suspiró. Dejaba caer los audífonos y se acurrucaba de nuevo en el sillón.

“Igual de idiota e impulsivo que siempre… ¿Cuánto tardará en regresar?... 10… 9… 8…”

-¡OhporDiosolvidéquenopuedodeambularpordoquier! –entraba de nuevo, jadeante y con las mejillas sonrosadas por el esfuerzo -¡No voy a dejar que me mates! –y después de cerrar la puerta, se cruzaba de brazos.

-No luces intimidante… eres un enano… y no tienes músculo…

-Tú tampoco… -aunque KangIn se moría internamente de miedo, no debía retroceder. Él tenía frescos todos los ejercicios del servicio mientras que el mayor no era más que una niña… o algo así.

-Claro… -arqueó una ceja –por eso saliste corriendo tan valientemente…

-Mera costumbre… -en eso SiWon salía de su escondite en el cuarto continuo, habiéndose armado de valor.

-Hyung.. no puedes matarlo… es familia… -y se paraba en medio de los dos, con los ojos entrecerrados del miedo, esperando que en realidad HeeChul no le fuese a aventar algo.

-No voy a matarlo… con saber que aún en esta apariencia le doy pavor… basta… -sonreía conciliadoramente.

-¡Hyung no matará a nadie! –gritaba el caballo. De inmediato todos regresaban a la sala, encaramándose en sus previas posiciones por excepción de KyuHyun. Ahora era obvio que le tocaba sentarse en el suelo junto a RyeoWook y Henry (jamás había opciones para los menores).

-¿Cuántos del ejército se enteraron de tu situación? –preguntaba el mánager, volviendo a la idea de prevención de escándalos.

-De la diarrea… hasta el conserje… de… “esto”… nadie… me di cuenta antes de que los demás hubiesen despertado y de inmediato me encerré en el baño… no salí hasta que el otro mánager  pasó por mí y me ayudó a escapar de improvisto… pero lo de la excusa de la diarrea no me va a durar mucho… solo me dieron 3 días de licencia…

-Puedes pegarle a DongHae… es su culpa… -aseguraba con amargura ShinDong, que acababa de recibir una invitación a cenar por parte de Nari e iba a tener que declinarle por mensaje de texto. Ni siquiera podía llamarla porque su voz no sonaba a la de un hombre.

-¿uh? –YoungWoon no había meditado la posibilidad de que lo ocurrido fuese culpa de alguno de ellos.

-¿Podemos esperar a que llegue Hankyung hyung para que entonces me maten todos juntos? –el pececito hacía un enorme puchero. Era cansado ser golpeado cada vez que terminaba de relatar lo ocurrido. Y KangIn era bueno pegando –Yo solo quería que nos lleváramos bien…

-¿Va a venir Hankyung? –el resto asentía. YoungWoon no podía creérselo -¿no lo odia a muerte SooMan – shii y el resto de la compañía para tal efecto? ¿Porqué le dejarían entrar?

-Supongo que prefiere tenerlo aquí a que pueda reconocerlo alguien, vean lo ocurrido e intenten investigarnos a nosotros también… -le explicaba KiBum.

-Bien… ese chino se va a llevar unos cuantos golpes de mi parte… sí cree que le he perdonado que se fuera sin avisar ni despedirse…

-Estoy contigo… tengo unos chacos… -agregaba SungMin.

-Yo tengo un bat… -decía KyuHyun. De pronto el ambiente se volvía más denso, con todos empezando a dejar resurgir sus rencores y frustraciones.

-Nadie matará a Hannie… -aclaraba HeeChul -…no antes de que me escuche la sabandija…

-Ah… ¿no debemos llevarnos bien? –preguntaba con nerviosismo EunHyuk. Por supuesto, también se sentía enojado con el chino, pero un baño de sangre no sonaba nada prudente –es lo que Hae pidió… -el bailarín asintió, colgándose del mono.

-No maten a hyung…. –DongHae volteaba a ver a ZhouMi, que se mordía las uñas ante las muestras de posible violencia. Luego dirigía su mirada a RyeoWook, que era un consumado pacifista. Sin embargo, dadas sus circunstancias actuales, parecía destilar odio y se le veía en la cara que no deseaba nada más en la vida que un pedazo de humano para patear –ahm… Mi… diles algo…

-Pues… ¿qué les puedo decir?... son muchos… y… y… ¿si les digo algo y giran su enojo hacia nosotros?...y gege fue malo y se fue sin decirle a nadie… lloré como un mes de recorrido…

-Lo sé… yo estaba ahí… -le aclaraba DongHae, cada vez más aterrado. Su deseo se estaba transformando en el peor error de su vida. De pronto,  EunHyuk tronaba los dedos y sonreía.

-¡Chicos! ¡Si matan a hyung tendrán que crecer nuevamente todos los años! ¡No regresaran a su situación normal de un día para otro! –les aclaraba el mono, poniendo su entonación de completa seguridad en sus palabras.

-¿Y tú porqué sabes eso? –le decía KyuHyun al mayor. No había el más leve sentido del respeto.

-La hechicera le dijo a Hae que si alguno de nosotros moría, no podríamos llevarnos bien “todos” y por tanto no se revertiría el efecto –RyeoWook gritaba con fuerza ante las palabras del chico delgado.

-¿Porqué no nos lo aclaraste antes, Hae? –preguntaba el líder, desconfiando en las palabras del menor.

-Ahh… pues… -volteó a ver al otro bailarín, esperando que le sacara del apuro. HyukJae solo abrió mucho los ojos y puso cara de “di algo, AHORA” –¿lo había olvidado porque soy tonto como todos me lo han repetido un sinfín de veces hoy? –y ponía la mejor cara de inocencia que podía poner. Detestaba mentir pero no debía permitir que ninguno de sus hyung muriese. Todos le miraros de manera escrutiñadora. La respuesta parecía convencerles.

-Tengo hambre… -gruñía Henry en un mal coreano. Se sentía cansado y harto de todo. Quería irse a cantar, ensayar, regresar tarde al dormitorio, encontrarse con RyeoWook e irse a la cama con él. Ninguna de las cuales parecía posible en ese momento.

-Mi bebé tiene hambre… -LeeTeuk se giraba a ver al mánager. Sabía que él no podía salir en ese estado pero no permitiría que ninguno de ellos sufriera por un “pequeño” inconveniente -¿puede conseguirnos comida? –el único adulto de la estancia asentía.

-Genial… quiero jjangjjangmyong… -decía HeeChul, apuntando su propio platillo en la mente del mánager.

-Yo quiero pizza…

-¡Comida italiana!

-¡Sushi!

-¡Lo que sea con muchísimo kimchi!

-Pollo cantones, arroz frito, curry, won ton…

-Ensalada de pollo

-Patas de pollo en salsa de vinagre

-…bulggoggi, camarones empanizados, algo con queso, cerdo agridulce, unos mandú…

-¡KyuHyun! ¡Deja de pedir comida a lo bestia! –gritaba LeeTeuk, escuchando como el menor no dejaba de enumerar platillos.

-Tengo 12… estoy en pleno desarrollo…

-¡Tienes 24! –gritaba el líder. El mánager gruñó por lo bajo.

-Les voy a traer lo que encuentre en la tienda de conveniencia más cercana…

-¿La de la esquina? –SungMin hacía ojitos de perrito pateado.

-¡Si! –todos gruñeron, frustados.

-¡Es la peor comida preparada del mundo! –aseguraba SiWon mientras el resto asentía vigorosamente.

-¡Tenemos la teoría de que algún directivo la puso así para que se nos quite el hambre y no comamos! – aseguraba EunHyuk.

-¡Es una forma de mantenernos a régimen! –concluía KyuHyun.

-¡Me tiene sin cuidado! ¡No voy a consentir a 14 niños cuando debo buscar un modo de salvarles el pellejo! –les miró intimidatoriamente. KangIn sonrió.

-Él lo ha dicho… somos catorce… él es uno… -decía el mapache. El resto comprendió el mensaje. Ya estaban lo suficiente fastidiados con su situación como para que aquél adulto se pusiera rejego. Se levantaron al mismo tiempo, viéndole de manera acusadora.

-Jóvenes o no…  somos muchos… -decía SungMin.

-… y tenemos hambre… -agregaba KyuHyun.

-Y usted, no es uno de nosotros… si lo matamos… no corremos peligro de quedarnos así… -terciaba ShinDong.

-Queremos jjangjjangmyong… pollo cantones… won ton… arroz frito… bulggoggi… ensalada de pollo, curry, pizza… comida italiana y demás… -concluía HeeChul. Dieron un paso al frente y el mánager quedó contra la pared al no haber más espacio –y postre… y bebidas alcohólicas… y si me dice que soy muy joven para beber… lo mato ahora mismo… -todos asintieron. El mánager tragó saliva con dificultad antes de terminar aceptando. Ninguno le dio dinero alegando que ya tenían un trauma con el cual lidiar como para tener que gastar. Al mayor le pareció que los miembros de Super Junior empezaban a ser “jóvenes” cuando les convenía.

+++

                Se mordió el labio inferior, claramente nervioso. Y no se trataba de su apariencia. Claro, ahora resultaba un adolescente con la nariz ligeramente chueca y ojos dulces; de piernas alargadas y esbeltas y nada de vello facial (a menos de que le vieses a una distancia menor a los diez centímetros). Pero eso no era lo que le preocupaba. Sabía que, al otro lado de aquella puerta, no era bien recibido. El hombre que le había recogido del aeropuerto le dio un ligero empujón en un hombro, indicándole que debía continuar caminando. Atravesó la puerta de cristal de los dormitorios de la SM entertainment al tiempo que se juraba a sí mismo no flaquear. Pero era difícil. Después de dos años lejos de ese edificio, todas las emociones que conllevaba pisar de nuevo ese suelo, escuchar el ruido lejano proveniente de los diferentes dormitorios, el paso ocasional de alguien que no le reconocía con la capucha calada hasta los ojos y la apariencia de casi un niño, le hacían pensar en el pasado. En todas las risas compartidas, los abrazos, las bromas. El dolor, el rechazo y la burla. Super Junior. Cosas buenas. Cosas malas. Caminó despacio, sintiendo como el estómago se le anudaba y el corazón se agitaba violentamente contra su caja torácica. El mánager subió junto con él al elevador del edificio pero, en el doceavo piso el bajaba solo porque el otro hombre debía ir a atender otros asuntos. Caminó hasta la puerta y luego, al quedar frente a ella, suspiraba. Podía escuchar los gritos al otro lado de la misma.

Listo o no… “

                Podía tocar, por supuesto, pero sacó su juego de llaves que se había llevado con él a China. Por supuesto, no había regresado nunca más. Internamente, se preguntaba si habían cambiado la chapa, pero algo le decía que no resultaría el caso. Comprobó su teoría cuando la llave se deslizo con facilidad por la abertura y giró sin mayor problema. Luego, empujó un poco la puerta y, ya estaba, de vuelta en aquél lugar.

-¿Ho… la?... –entraba lentamente y cerraba la puerta tras de sí. Todos los presentes se quedaron mudos, mirando a HanGeng como si se tratase de una aparición. Se encontraban amontonados en la sala, devorando los platillos que el mánager les llevase y, hasta hace segundos, peleaban por la comida y por la plática en general. Sin embargo, ahora le observaban atentamente 15 pares de ojos (incluyendo al único adulto presente) -¿Cómo… están? –su coreano sonaba mucho más pastoso y oxidado que en el pasado. Se quitó la gorra y miró atentamente a cada uno de ellos. Ninguno hablaba todavía y parecía existir una lucha terrible en el interior de todos. Finalmente, parecía ganar el enojo en la mayoría de ellos porque los rostros se volvían sombríos y la atmósfera parecía volverse tan tensa como una cuerda de guitarra bien afinada. HanGeng empezó a sentir miedo. Había extrañado un montón a sus compañeros pero, ahora que les tenía de frente y empezaba a recordar lo agresivos y vengativos que podían ponerse, empezaba a creer que era mejor extrañarlos que tenerlos cerca. HeeChul se levantó y, dando un par de pasos, quedaba frente a él. Antes de que alguien pudiese agregar alguna palabra, el mayor levantaba el brazo para impactar estruendosamente su palma contra la mejilla del chino. El sonido seco, latigueante, se propagó por toda la estancia. Los ojos del recién llegado se llenaron de lágrimas ante el dolor punzante que de inmediato empezó a esparcirse por todo el lado derecho del rostro.

-Eres un reverendo idiota… ¿Cómo crees que estamos? –A continuación, le pasaba los brazos por debajo de las axilas para abrazarlo con fuerza, atrayéndolo hacia él, acunándolo contra su cuerpo. Fue en ese preciso momento que las lágrimas de HanGeng empezaron a caer. Le pasó los brazos por la cintura al mayor y le regresó el abrazo. DongHae suspiró, aliviado. Nadie moriría ese día. Al menos, ya era un primer avance. A su derecha e izquierda empezó a escuchar como los más sentimentales empezaban a llorar también. Él mismo sentía que se le empañaba la vista.

                Minutos después todos se abalanzaban contra el chino para llenarle de abrazos, besos en la mejilla, palmadas, alguna patada amistosa y un manoseo que ciertamente había extrañado. Le sentaban como podían entre ZhouMi y HeeChul y le ofrecían de su comida y bebida. EunHyuk le pasó un brazo por el cuello a DongHae y le susurró al oído.

-Sé que todos te hemos hecho sentir mal el día de hoy pero… después de poder ver a todos reunidos después de tantos años… yo creo que eres un verdadero genio, Lee DongHae –el menor sonrió ampliamente.

-¡Gracias, hyung! –y el pececito estaba convencido de que, a pesar de los golpes y los pellizcos recibidos aquél día, las cosas no iban nada mal.

 

Notas finales:

HOOOOOOOOOLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA DE NUEVO!

Pues como siempre, muchos días sin saber de mí! Pero como siempre, el trabajo me absorbe muchísimo! (creanme, estoy trabajando desde 8 am hasta 12 am!) 

 

Y bueno... mis sujus chiquitos empiezan a aceptar su destino? o solo tenían mucha hambre paraseguir peleando?... jejejee... 

 

Esta y otras interrogantes serán contestadas en el siguiente capítulo!

Y como les decía, para cuando lean esto, ya habrá salido KangIn... PERDON!

Ah.. y cuando lo leas... si, tú sabes quien... te informo... ya ando escribiendo tu HoRella!... jjojojojo.. me esta saliendo sin pies ni cabeza y es un oneshot y es un songfic pero.. ahí va!... >o<

 

Cuidense, coman bien, oigan a Suu y, si son del D.F... nos vemos en la TNT! (ahi me van a saludar al puesto!)... 


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