Ikki: .. alejadla de mi.
Hyoga: o__oU..
Kn: La ranaaa y la largartijaaa, que bellas sois las dos ^0^/!!
Ikki: *retrocediendo un par de pasos* ¿pero que le dieron para desayunar??
Hyoga: .. lo mismo que a tu hermano.. por lo visto..
Kn: Nyu! ^0^/
Carry On My Way
Capítulo 2.
Dare ni datte hitori no yoru wa aru kara~
*No te culpes así,
porque todo el mundo tiene noches solitarias*
“Maldito pato!!”
Eso era todo lo que había podido pensar desde la pelea esa mañana.
Maldito... por empezar a gritar cuando estaban hablando del asunto tan normalmente.
Maldito... por no esperarse a que los demás se fueran o a estar en un lugar más tranquilo.
Maldito... por su ataque de histeria descontrolada.
Maldito... maldito... maldito... por... por no cumplir lo que le decía!
¿Cuántas veces le había repetido que no le importaba si andaba con más gente a parte de él? ¿Cuántas veces habían dicho que no mantenían una relación sentimental?... Lo suyo era sólo sexo...
Bueno, y amistad. Ikki había pasado muy buenos momentos con Hyoga, él sabía cuanto lo apreciaba. Pero solo eran amigos... y nada más.
Ikki apretó sus sienes con la palma de sus manos, cerrando los ojos fuertemente.
“Maldito pato!!!”
Estaba sentado con las piernas cruzadas encima de su cama. Había dejado de estrujarse la cabeza con las manos, y descargaba su frustración en la almohada.
“¿Quién te da derecho para .. para armarme el berrinche que me metiste esta mañana??”
Dejó la almohada en paz... no ganaba nada quedándose sin ella.
Esa mañana se había encerrado en su habitación. Su hermano le había informado que Hyoga había salido de la Mansión.
Ikki solo gruñó en contestación.
Por mucho que Shun había insistido en entrar, la puerta de la habitación del fénix se mantuvo cerrada hasta la hora de la cena, que transcurrió en silencio.
Incluso Seiya refrenó su curiosidad natural y no hizo preguntas. Pero Ikki pudo ver claramente como miraba la silla vacía a su lado de soslayo, alguna que otra vez.
Nada más terminar su cena había ocupado la televisión y le pareció extraño que ninguno de los otros tres se hubiera acercado a la sala, como solían hacer después de las comidas.
Iba cambiando de un canal a otro, aburrido. Acabó por apagar el aparato y cuando giró su rostro para observar la puerta, vio toda la extensión del sofá delante de él.
Pasó su mano suavemente por la superficie acolchada.
Ya no recordaba el número de veces que lo había tomado allí...
Se había levantado rápidamente, enfurecido por dedicarle una parte de sus pensamientos al rubio. Al pasar al lado de la cocina escuchó la conversación que mantenían allá dentro.
Seiya se mostraba preocupado por que el ruso no había vuelto y Shun añadía que su móvil estaba desconectado. Shiryu, por su parte, intentaba calmarlos, alegando que el chico sabía cuidarse por si mismo, que no era un irresponsable, y que seguramente daría señales de vida dentro de poco. Si no, siempre podían echar mano a los recursos de la Fundación Kido para buscarlo.
Aún así, Seiya seguía inquieto sobre el paradero de Hyoga y sobre los motivos de la pelea con Ikki.
El mayor se había dirigido a su cuarto refunfuñando para si mismo. Y por primera vez en todo el día, dejó que el torrente de pensamientos, que había estado reteniendo, corriera libre por su cabeza.
“Maldito pato!”
Se lo había dicho por primera vez.
Un par de horas después, con la habitación patas arriba y sus ánimos más calmados, intentó pensar con claridad, que fue el detonante de la discusión.
“Ah sí! .. todo por que me vio con aquel chico.. ni siquiera recuerdo su nombre!” Ikki se tumbó en la cama, encima de las sábanas revueltas “... nunca se había quejado... nunca... él mismo me lo dijo... la primera vez que me vio con una chica... ‘¡Haz lo que quieras, fénix! Nosotros no somos novios...’ .. eso decías...”
Pateó un par de veces hasta echar una de las sábanas al suelo.
“Nunca te has mostrado celoso... incluso cuando me traigo alguna que otra mujer a pasar la noche... nunca... a la mañana siguiente me hablas como si no hubiera pasado nada...” su vista estaba fija en el techo “no sabes cuanto me duele tu indiferencia... hasta yo mismo me sorprendí, cuando te lo pregunté aquella vez... el dolor que me causaron tus palabras.”
De eso hacía poco más de año y medio.
Mes y medio después de que Ikki lo hiciera por primera vez con Hyoga, su novia le había dicho que lo amaba e Ikki se dio cuenta entonces de que la declaración le traía al fresco.
¿Desde cuándo no le importaba realmente aquella tierna criatura que era su chica?
Estuvo un par de días pensando en eso. Finalmente decidió cortar con la muchacha, por que él no la amaba.. y ella se merecía a alguien que pudiera amarla de corazón.
Cuando Hyoga le preguntó por que habían acabado, él solo contestó ‘Por que me ama’.
En esa semana, Ikki había tomado a Hyoga como su apoyo. Sus brazos le refugiaban sin hacer preguntas. El ruso no le exigió ni un beso. Y eran muchas las veces en las que Ikki entró a su habitación y simplemente durmió con él.
Dos semanas después el Fénix tenía el corazón más enredado que sus propios cabellos.
Hyoga había hecho todo lo indecible para distraerlo. Ya había descubierto en él algunas cosas que le fascinaban, pero en ese tiempo aprendió a conocerlo... y cada pequeña cosa le sorprendía más.
La manera que tenía de hablar de cuatro cosas a la vez, las veces en que se quedaba leyendo un libro tumbado en la cama, cuando jugaba lanzando una manzana antes de comerla, la nata en la taza de chocolate caliente, su adicción a los dulces, la concentración que ponía en los estudios, los pequeños juegos de palabras... y sobretodo.. la forma en que lo miraba.
Tenía que admitir que la atracción sexual que sentía por el ruso era lo suficientemente grande como para haber derribado las barreras de su orgullo, buscando, de forma inconsciente, el tenerlo entre sus brazos. Pero cada día notaba que necesitaba algo más de él.
Y eso lo asustó.
Se decidió a acabar con todo aquello y halló rápidamente la forma.
Exactamente igual como pasó con su ex-novia.. pero esta vez el preguntaría, exigiéndole una respuesta. Dijera lo que dijera, lo dejaría de lado.. alegando, si declaraba que lo amaba, que él no podía corresponderle o en caso contrario.. ¿qué haría? .. tal vez, decirle que mejor buscara una persona a la que pudiera amar... sí, eso haría.
Pero la respuesta de Hyoga le descolocó más de lo esperado. Lo hizo rabiar... y sin pensarlo siquiera cambió sus propios planes, haciéndole saber al ruso que él tampoco lo amaba y que solo quería asegurarse de que la suya era una relación clara para los dos.
Por primera vez desde que Ikki cortara con su chica... lo volvió a tomar. La única vez que lo hicieron en su propio cuarto, en la habitación del fénix.
“... Maldito pato!!!!”
Se levantó, buscando algo que hacer para entretenerse.. y en ese momento vio su móvil. Aquel teléfono se lo había comprado Saori, como a todos los demás. …l solo lo usaba para comunicarse con Shun y con Hyoga, nunca daba su número a nadie.
Había oído decir a su hermano que el rubio tenía el suyo desconectado.
Tomó el aparato y salió de su habitación.
La puerta del cisne estaba abierta, sin ninguna traba que le impidiera entrar, como siempre. Pero el familiar bulto que solía ocupar la cama a esas horas no estaba.
Cerró la puerta tras él y se encaminó hacia el lecho en el que tantas veces había compartido momentos con Hyoga.
La cama del ruso tenía un lado contra la pared, que estaba llena de cojines y algún que otro peluche escondido entre ellos. El moreno subió a la cama, con cuidado de no darse un golpe en la cabeza con las estanterías que había sobre ella.
Sentado allí se quedó mirando el teléfono móvil con aire ausente.
Era la primera vez que estaba en esa habitación sin que Hyoga estuviera a su lado.
Era la primera vez en dos años que no sentía sus brazos arropándolo cuando algo lo angustiaba.
“Maldito pato!!!!! ... ¿dónde te has metido?”
Kn: Ves? .. no eres tan malo xD
Hyoga: o//-//o ..
Ikki: ... -__¬U .. bueno ..
Hyoga: ... o//.//o ...
Ikki: .. u___ú .. di lo que tengas que decir de una vez *
Hyoga: .. Hasta el próximo capítulo º0º
Ikki: o_ôU
Kn: xDDD