Capítulo 2: espejismos...
Durante las semanas siguientes las cosas no estaban mejorando, Naruto no podía ver un espejo, cada vez que se paraba frente a uno se miraba desde distintas perspectivas, descubría su vientre, se miraba de frente y de perfil, se palpaba la zona y tomaba entre sus dedos la carne con furia hasta dejar marcas rojas en su piel, luego de ello volvía a cubrir su cuerpo y se volvía con rabia hasta su cama en la que se tiraba con pesadez.
Aquel día Sasuke volvía de un largo viaje de negocios, durante todos esos dias Naruto no había hablado con nadie y se había disculpado con Gaara diciéndole que tenía un virus estomacal y que no podría ir a verle, por supuesto todas MENTIRAS, hoy llevaba puestos unos pantalones deportivos color azul, con una muy holgada camiseta blanca que era al menos cuatro tallas mayor que la de él, su cabello estaba hecho una maraña y no sabía si tendría el valor de ver a Sasuke ala cara.
Pero cuando sus miedos más se intensificaban peor aún fue pues en ese momento Sasuke cruzaba la puerta principal, Naruto se levantó desganado y bajo hasta donde estaba su esposo, venia de buen humor al perecer todo había salido bien en aquel viaje.
-hola mi amor-le saludo Naruto con un beso en los labios, entonces se dedicó a quitar el abrigo que su esposo llevaba puesto-¿Cómo te fue en los negocios?
-Bien- fue lo único que dijo Sasuke-¿Tienes lista la comida?-Naruto asintió-que bueno, comeré y saldré, tengo algunas cosas que hacer-aquella frialdad le mataba, pero lo peor era pensar que al cruzar esa puerta su azabache iría a encontrarse con Sakura, Naruto había bajado la vista abatido e inconscientemente había llevado su mano hasta el estómago, camino a la cocina y comenzó a preparar la mesa, le sirvió la comida a Sasuke, pero él no se sirvió nada.
-Aquí esta-le dijo Naruto colocando frente a él un humeante plato de lasaña.
-¿Tu no piensas comer?-Naruto se giró a verle y sonrió.
-no, es que... tengo un virus estomacal, los últimos dias estuve bien delicado por eso no quiero arriesgarme, además aun no recupero el apetito.
Con aquello fue suficiente para Sasuke, no dijo más y prosiguió con su comida.
Luego de comer Sasuke salió, tal como le había dicho, Naruto lavo los platos y subió hasta su habitación allí paso el resto de la tarde llorando abatido, y los siguientes meses las cosas no cambiaron, Sasuke seguía con sus mismo arranques de furia, luego se iba de la casa y le dejaba solo, lastimado y llorando, pero lo más triste era que la mente de Naruto se hacía cada vez más frágil, ya no comía con regularidad, y cuando lo hacía era solo para satisfacer a Sasuke.
-¿Otra vez no comerás?-le preguntaba el azabache, Naruto se encogió de hombros escudándose en lo mismo de siempre "no tengo hambre"-Naruto Usumaki, te sientas ahora mismo en esta mesa y comes o te juro que te daré una tunda y eso si te quitara el apetito-le dijo Sasuke con voz severa.
Naruto entonces se sirvió un plato y comió todo lo que en este había bajo la atenta mirada del mayor, luego de comer Sasuke saldría según el "por asuntos del trabajo", apenas cruzo el azabache la puerta de salida Naruto corrió al baño, no sabía si hacia bien o mal, pero con los dedos temblorosos llevo su mano a la garganta y la introdujo hasta hacer arcadas, luego de un par de segundos había expulsado todo lo ingerido.
-esto lo hago por ti Sasuke, para que me quieras, para hacerte feliz, ya no necesitaras a Sakura-susurraba el rubio mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.
Las siguientes semanas tampoco fue mejor, el internet nunca había sido más peligroso para una persona, un día normal mientras buscaba formas rápidas para bajar de peso lo encontró circulando por la red "PRO-ANA" en ese lugar conoció a gente, loca desquiciada que le hacían proseguir en su estúpida obsesión por bajar de peso, las "princesas Anas" tambien estaban las "Mias" aquellas y aquellos que practicaban la bulimia y por supuesto las siempre presente "wannabe" aquellas que deseaban ser como las "Anas" durante mucho tiempo Naruto quiso pensar que él no era de esos, no, el solo buscaba dietas para adelgazar, nunca se vio a sí mismo como esas personas.
Sasuke por su parte no notaba lo mal que estaba su marido, tan enfrascado en el trabajo y pelear con Naruto que apenas si percibía como este se iba perdiendo, entre las manos delgadas, perdía la vida y su propio esposo hacia vista ciega de lo que frente a él estaba pasando.
Nadie había notado los problemas de Naruto, este se ensañaba en utilizar ropas grandes e incluso vestir varias prendas para de esa forma esconder su cuerpo.
Aquella mañana se había levantado con pesadez, especialmente, sentía hambre, mucha hambre, las ojeras estaban horribles, y su cara parecía mas una calavera cubierta de piel, se levantó lentamente y paso a la ducha, se desvistió y quedo frente al espejo miraba su figura con resentimiento, ya habían pasado cuatro meses desde aquel encuentro con Sakura, ahora sus costillas eran visibles, sus bracitos eran pequeños y enclenques, huesitos cubiertos de piel, lo más triste era cuando se giraba, los huesos de su espalda, la espina dorsal y las costillas junto a estas, se notaban claramente, cada uno de los huesos de la columna vertebral estaba marcado, pero para el rubio la visión no era la misma, él se miraba se veía gordo, palpaba sus huesos y tomaba la piel para el aquello era carne sobrante, sentía que llevaba tanto tiempo haciendo esfuerzos en vano, el cada vez se veía más gordo, el espejo lo engañaba ¿o era su mente quien le había una mala pasada?...
Pero su estómago gruñía, tenía tanta hambre, y ya no sabía que hacer... se metió a la ducha y limpio su cuerpo con recelo, luego salió y vistió con su tan acostumbrada ropa holgada, bajo a la cocina, se paró enfrente del refrigerador y como una gran batalla mental se debatía entre comer y no comer, finalmente su estómago gruño y opto por tomar un poco de agua con una barra de cereal integral, mientras ingería la mínima barra se quedó mirando el reverso del empaque donde leyó cada una de las calorías que tenía aquel alimento, al finalizar de comer salió de la casa decidido a correr y bajar de inmediato las calorías ingeridas, así correo al menos media manzana, pero al llegar a una esquina se sintió mareado su respiración era errática y todo le daba vueltas, se apoyó de un árbol y camino de vuelta a casa lentamente luego de aquello se lanzó sobre el sofá...
Desde aquel día ya comenzaba a pasar una semana, Sasuke se había retirado a su trabajo, o así parecía ser cuando Naruto entro al baño se vio frente a frente con la báscula, suspiro, al iniciar su larga travesía hace cuatro meses pesaba 64 kilogramos, la semana pasada había subido a la báscula su peso era de 51 kilogramos, el mismo había leído que era un buen método imponerse metas, y una vez logradas la meta volvía a bajar, ahora que pesaba 51 había decidido poder bajar al menos hasta los 45 kilos, pero todo se vino abajo cuando al subir a la báscula descubrió que pesaba 47 kilogramos...
Estaba abatido había comenzado a gritar y lloraba, había golpeado la báscula y se había lanzado al suelo sollozando.
Sasuke había vuelto a casa en busca de su maletín, que había quedado olvidado sobre la mesa, entonces el escucho un grito, ese era Naruto, asustado subió las escaleras e ingreso en la habitación, el grito venia del baño.
-¡Dios Naruto!-exclamo Sasuke aterrado, pero al girar el pomo de la puerta nunca espero encontrarse con aquella escena en el baño...
Allí se encontraba un cuerpecito pequeño y en los huesos sollozaba desesperado, Naruto levanto la vista al ver a Sasuke frente a él solo le hacía más daño a su lastimada mente, el rubio se había aproximado hasta el retrete, Sasuke solo le miraba perplejo, entonces sin miramientos el menor llevo sus dedos a la garganta y se produjo el vómito, Sasuke quedo impactado, correo hasta el para detenerlo pero no lo lograba.
Allí fue cuando noto que los dedos de Naruro tenían numerosas llagas todas producto del jugo gástrico que expulsaba, pero dejarle las manos en ese estado no era para solo una vez, estaba casi seguro de que Naruto acostumbraba a producirse el vómito, y no se equivocaba, luego de una larga media hora había logrado sacar a Naruto del baño, el joven estaba pálido y desnudo, le recostó entonces sobre la cama y le abrazo.
Sasuke oía como los sollozos paraban, Naruto se había quedado dormido...
¿Cómo no lo había notado? ¿Qué pasaba por su mente? ¿Cómo tu esposo no puede notar la manera en que te deterioras día a día? Sasuke se repetía las mismas preguntas una y otra vez mientras veía el cuerpo encogido y desnudo de Naruto sobre la cama...
Poco a poco comenzaste a menguar, poco a poco desapareciendo,
Poco a poco te volviste de cristal y no lo vi.
Poco a poco comenzaste a volar,
yo trataba de parar tu vuelo,
pero ya era tarde y en el hospital te vi partir.
El culpable fui yo, no tengo perdón
Te perdí sin saberlo,
te perdí, te perdí sin quererlo.
Sé que el amarme te mató.
Poco a poco comenzaste a menguar, poco a poco desapareciendo,
Poco a poco te volviste de cristal y no lo vi.
Poco a poco comenzaste a volar,
yo trataba de parar tu vuelo,
pero ya era tarde y en el hospital te vi partir.
Te vi caer
cuando estabas ya sin solución.