Radiantes de felicidad
Se suele creer que el pensamiento positivo ayuda a llevar una vida más feliz. De pequeños nos decían que sonriéramos y que pusiéramos cara de estar contentos. De mayores nos dicen que miremos el lado positivo. Que no hay mal que por bien no venga y que el vaso está medio lleno.
Era de noche. La casa de Gaara estaba llena de gente con ropa elegante. Era una fiesta.
Kiba y Kankurô estaban junto a la mesa de las bebidas.
-Estate quieto. Sonríe-dijo Kankurô al otro que toqueteaba su corbata.
-Odio las corbatas. Tú tampoco paras.
-Llevo una camisa que me marca los michelines-dijo tirando de ella por uno de los lados.
-Tú no tienes michelines.
-Casi no puedo respirar...estoy gordo.
-Solo de culo...y me gusta gordo-soltó Inuzuka sin vacilar.
-Gracias es...desconcertante, pero te lo agradezco.
-¿Vamos a tu cuarto?
-Córtate Kiba. Ya no somos pareja, eso se acabó.
-¿Y quién tiene la culpa de eso?
-Estamos apoyando a Naruto.
-¿Por qué?, esto es un muermo.
En el despacho del rubio, éste, Kakashi y Shikamaru contemplaban los planos de la futura casa del ojiazul.
-En esta pared habrá ventanas para disfrutar de las vistas.
-Precioso-dijo el peliblanco.
-¿Han empezado las obras?-preguntó el de la coleta.
-Al nombrarme jefe-dijo Naruto.
-En mis fiestas bebemos mucho y bailamos sobre las mesas-dijo Gaara entrando por la puerta abierta de par en par.
-¿Desprecias mi fiesta?-su marido se hizo el ofendido.
-La gente se está aburriendo.
-El deber me llama-dijo y los tres salieron de allí a reunirse con el gentío.
A veces la realidad se impone y te impide comportarte como si fueras feliz. La salud te puede fallar. Tu pareja te puede engañar. Tus amigos pueden defraudarte. En esos momentos solo quieres aceptar la realidad. Olvidar las apariencias y ser tu mismo. Asustado e infeliz.
A la mañana siguiente tocaba trabajar.
Shikamaru, Temari y Sasuke atienden a un anciano que se calló por las escaleras en un crucero. Neji y Kankurô a una anciana que tuvo un golpe con el coche. Al parecer ambos se conocieron en el pasado y se reencuentran en el hospital tras cincuenta años sin verse. Kiba, Naruto y Rock Lee tienen que hacerse cargo de una chica de psiquiatría que padece de esquizofrenia e intentó sacarse los ojos. Kakashi estará con Gaara e Itachi para operar a una mujer con medio rostro quemado.
Descubren que los ancianos estuvieron enamorados. Historia que conmueve a todos y los ponen en la misma habitación.
Examinan a la esquizofrénica, las pruebas dan negativas, pero Kiba sabe que a la chica le pasa algo. Así que él sin ayuda de nadie, investiga.
Hora de comer. Kiba y Gaara almorzaban juntos.
El castaño tenía un par de libros sobre la mesa, a su alrededor.
-Tiene hiperacusia, vértigo, tinnitus, nistagmo...que mierda.
-Así que Kankurô y tu...no habéis roto del todo ¿no?-comentó Gaara con interés.
-Quiero ser una ameba.
-¿Qué?
-Estoy haciendo como las amebas. No pienso las cosas y no les doy importancia. Él dice que hemos roto, pero yo pienso que de eso nada.
-Eres una ameba.
Kankurô se sentó con ellos, pero para descansar. No llevaba comida.
-Oh, quiero que Kankurôpedia vea a mi paciente-dijo Kiba en cuanto lo tuvo delante.
-No es un libro de consulta-dijo el pelirrojo.
-No me importa. Dime.
-Tiene dieciséis años, hiperacusia, vértigo, tinnitus y nistagmo...
-Colesteatoma- dijo Sasuke sentándose-o tumor de lóbulo temporal.
-Nada en los escáneres- siguió Kiba- pero empeora con el ruido, hay que susurrar.
-Ah...-Kankurô parecía tenerlo en la punta de la lengua y se revolvió en la silla-página ciento sesenta y dos, en el número de junio de 2004 en una revista con una portada verde menta...es vértigo inducido por el sonido. Se llama ahm...no puedo...mierda no lo veo, no puedo...
-Se ha quedado colgado...-lamentó el otro castaño.
-Junio de 2004, portada verde, está en la biblioteca-repitió.
-Gracias-se levantó, le besó en la mejilla y salió corriendo. El otro se quedó con una tonta sonrisa en la cara.
-Sigues coladito por él-dijo su hermano.
Resulta que la chica tiene el síndrome de dehiscencia del canal superior. Por un orificio en el oído interno la muchacha oye todo lo que pasa en su cuerpo y el sonido externo se magnifica. No es esquizofrénica. Kakashi opera a la chica del rostro quemado.
La pareja de ancianos enamorados, continúan amándose después de tantos años.
Si le preguntas a la gente qué quiere en la vida, la respuesta es sencilla. Ser felices. Pero quizá sea esa expectativa, querer ser felices, lo que nos impide llegar a serlo.
Kankurô estaba vestido para irse, terminaba de ponerse los zapatos sentado en un banco. Kiba entró en los vestuarios con una sonrisa de oreja a oreja.
-Tenías razón-le besó la nuca y fue a su taquilla-síndrome de dehiscencia del canal superior. Página ciento sesenta y dos. Sin fallar. Me cambio y nos vamos al Ichiraku a celebrar lo magnifico que eres.
Quizá cuanto más intentemos obligarnos a ser felices, más confundidos estemos. Hasta que ni nos reconocemos.
Rock Lee bajaba solo en el ascensor, hasta que se detuvo en una planta y subió Neji.
El de largos cabellos le daba la espalda, pero él no se pudo contener- Neji...-musitó. El otro se dio media vuelta y le besó con ímpetu.
Hasta que las puertas volvieron a abrirse y el ortopeda se marchó.
En vez de eso, seguimos sonriendo e intentamos ser esas personas felices que quisiéramos ser. Hasta que nos damos cuenta de que lo hemos tenido delante.
Sasuke estaba acostado en la cama. No podía dormir, pero eso no era nada nuevo. Las mantas estaban en el suelo y él estaba hecho un ovillo en el centro del colchón.
Gaara entró, encendió la luz y se tumbó a su lado con los planos de la casa en las manos.
-¿Ves esto?-llamó su atención y consiguió que mirase los papeles y se acomodara-es tu habitación. Tendrás una habitación en nuestra casa.
-Mi habitación-sonrió y apoyó su cabeza en el hombro del otro.
Ni en nuestros sueños, ni en nuestras esperanzas, sino en lo que nos hace sentir cómodos. En lo que conocemos.
Continuará...