Que venga el dolor
Una fuerte tormenta azota a la ciudad.
El dolor adopta formas diversas. Una punzada, una leve molestia, dolor sin más. El dolor con el que convivimos a diario.
Pero hay un dolor que no podemos ignorar. Un dolor tan enorme, que borra todo lo demás. Y hace que el mundo se desvanezca, hasta que solo podamos pensar en cuanto daño hemos hecho. Cómo enfrentarnos al dolor, depende de nosotros.
El dolor. Anestesiarlo, aguantarlo, aceptarlo, ignorarlo. Para algunos, la mejor manera de enfrentarse a el, es seguir viviendo.
A primera hora les toca hacer la ronda mañanera con Tsunade. Kiba, Sasuke, Sakura, Gaara y Sasori van a ver al primer paciente, un enfermo de neurocirugía, al que le van a hacer un implante medular. Y mientras están en su habitación, el paciente enciende la televisión y pone porno como si tal cosa.
-¡Si es porno!-se escandalizó Tsunade, que estaba leyendo concentrada los informes cuando empezó a escuchar la televisión.
-Es verdad-dijo Kiba-¿qué peli es?.
-Kiba, quédate fuera-ordenó la mujer-señor...-se dirigió al paciente-lo que haga en su vida privada es...oiga no puede ver porno aquí, es un hospital.
-Es para el dolor, mi médico dice que el cerebro produce endorfinas y eso ayuda a que el dolor sea más llevadero.
-¿Enserio?-preguntó Sasori sin apartar los ojos de la pantalla.
-¡Sasori!¡fuera!-dijo Tsunade incómoda a más no poder y el chico obedeció sin rechistar.
-¿Qué es eso?-cuestionó Sakura divertida mirando a la película.
-Enfermeras cachondas cuatro-respondió la esposa del paciente que tejía en una silla cercana a la camilla.
Sasuke, Sakura y Gaara no despegaban la vista e incluso movían la cabeza al mismo lado y al mismo tiempo.
-No parece muy cómodo-dijo Sasuke refiriéndose a la postura sexual que se reflejaba en la película en ese instante.
-Créeme, no lo es-dijo Gaara, ganándose la mirada del azabache y la pelirrosa.
-¡Salid todos fuera!-espetó furiosa la jefa. Y los tres se marcharon riéndose.
Tocaba asignar los casos.
-Sasori, Kiba, a urgencias. Sakura hay un paciente de cardio en la segunda. Sasuke, vigila al que le gusta el porno, no quiero problemas-el chico refunfuñó-largo. Gaara, a tu madre le dan el alta esta tarde, ¿tienes todo o necesitas más tiempo?.
-Está todo listo.
-Entonces te quedas con Uzumaki, con Naruto Uzumaki- el pelirrojo se molestó- eh la vida es corta aunque dura, la carretera es larga y con muchas curvas. Además, te ha pedido, habla con él.
Kiba y Sasori se pelean por un hombre con herida de bala en el pecho. Sakura se encarga de una señora que ha sufrido un infarto.
Naruto apareció por fin.
-Gaara- al ver la mirada del chico, sabía lo que estaba pensando-esto es muy difícil.
-Te lo pondré fácil. No voy a ser el otro. El que rompe matrimonios o pide que le quieran. Puedes firmar los papeles o no hacerlo...
-¡Ya los firmé!¡ahora le toca a él!.
-Tu sabrás, pero yo ya estoy al margen, pase lo que pase. ¿Dónde está el paciente al que debo atender?-nunca había actuado tan frío con el rubio, se le hacía raro y no le gustaba.
-Por ahí-es lo único que dijo el ojiazul, señalando a su espalda.
La paciente resulta ser una chica con un tumor, pero en extremo religiosa, que no quiere someterse a la operación por petición de su padre. Así que no les queda otra que buscar un chamán.
De repente, por culpa de la tormenta, hubo un apagón de luz en el todo el hospital. A Sasori y a Kiba, los pilló en el ascensor con el paciente de la herida de bala. Quedándose atrapados entre dos pisos.
Sasuke contemplaba el hospital, apoyado en una de las barandillas de la segunda planta.
-He roto con Naruto- dijo Gaara colocándose a su lado.
-¿Es definitivo?.
-A no ser que se divorcie oficialmente en cinco minutos...si.
-De verdad, no sé como puedes estar tan tranquilo. Yo le habría dado un puñetazo en la cara o una patada en los testículos.
-Lo estoy superando. Debo hacerlo, porque Iruka me dejó claro que no tenía pensado firmar el divorcio, al menos no a corto plazo, así que...
-Ya está, gana Iruka- el azabache estaba decepcionado con su mejor amigo.
-No gana nadie. Yo pierdo a un tío estupendo, pero mentiroso y él gana un tío estupendo, pero que le ha puesto los cuernos.
-Ahí tienes razón.
Mientras intentaban ayudar a salir a Kiba, Sasori y el herido del ascensor. Tsunade buscó a Naruto.
-¿Recetas porno para aliviar el dolor?.
La pregunta de la mujer le hizo sonreír-ah, bueno, hay muchas formas de aliviar el dolor.
-¿Porno para aliviar el dolor?.
-Oye, la pornografía, como el arte y la música, estimulan el cerebro para que produzca endorfinas ¿vale?.
-¿Porno para que el dolor se minimice?.
-¡Yo no se lo he recetado!, no fui yo, díselo al médico que le trata.
-Si ese tío se acaba convirtiendo en un adicto al sexo, tú tendrás la culpa- Naruto no dejaba de sonreír.
A Sasori y Kiba no les queda otra que operar al paciente en el interior del ascensor, bajo la supervisión de Deidara por una pequeña abertura en la puerta. Al castaño le entra el pánico y el que acaba operando es el pelirrojo. Salvando la vida del herido. Con lo que Sasori se gana los elogios de todo el mundo. Algo que no sienta muy bien a Inuzuka.
Sasuke comprueba que de verdad su paciente necesita el porno para aliviar su dolor, y además no puede recetarle calmantes porque es alérgico y por falta de luz la televisión no funciona. Así que, avergonzado, se sienta en la camilla junto a él, aprovechando que la mujer de éste no está.
-Si le cuenta a alguien que he hecho esto, no solo le mataré, sino que venderé su cuerpo a la ciencia-el hombre solo asintió adolorido. Sasuke echó un último vistazo alrededor y empezó su relato nervioso-muy bien...a ver, hay tres mujeres...enfermeras, tres enfermeras-el paciente escuchaba atento-y están muy, muy cachondas. Son tres enfermeras...unas zorras. Unas zorras con ganas de marcha. Cachondas, tres enfermeras cachondas. Y se meten en la ducha juntas. Se enjabonan mutuamente y llega un médico a ducharse y se encuentra a las tres enfermeras cachondas con sus enormes tetas.
Siguió con su historia un buen rato. Ya incluso se había recostado en la camilla con las manos detrás de la nuca. El paciente parecía relajado y no se quejaba de ningún dolor. Tsunade pasó por la puerta, y sorprendida se quedó escuchando el relato del azabache.
-Oh, si, estoy muy cachonda, dice Akako y tira es el estetoscopio al suelo. Yo también, dice Kuroko mientras se quita los guantes. Y luego...-en ese instante fue consciente de que le legendaria le estaba mirando en el umbral de la puerta con ojos interrogantes. Sasuke le hizo un gesto con la cabeza, dándole a entender que lo hacía por el paciente. La mujer se fue y él continuó-¿por dónde iba?.
-Kuroko se quitó los guantes...-dijo el hombre en completa calma.
-Ah si, Kuroko era la enfermera más cachonda de todas porque sabía cómo...-entonces la luz volvió de repente y la televisión volvió a mostrar porno-gracias a dios.
Al final de la jornada, Gaara se acercó a hablar a solas con Naruto.
-Te mentí-fue lo primero que le dijo-no estoy al margen de ésta relación, estoy aquí y creo que es humillante.
-Gaara por qué no...
-Calla, cuando dices Gaara me pongo a gritar.
-Si...
-Muy bien...voy a decirlo-respiró hondo- Naruto...te quiero. Y te quiero de tal modo que finjo que me gusta tu música, dejo que te comas el último trozo de tarta y no me importa que veas los deportes en la televisión-las lágrimas amenazaban con escapar de sus ojos-por todo lo que debería odiarte, te quiero. Y me muero por decirte que te quedes conmigo...quiéreme...no me dejes, pero no puedo hacerlo. No estaría bien.
-Pero yo...
-Por eso te pido que no me odies Naruto.
-¿Por qué me dices todas esas cosas ahora?.
-Porque así es como se debe romper con alguien. Siento haber sido tan borde.
Y se marchó. Puesto que a su madre ya se la iban a llevar por fin del hospital.
Horas después, nada mejor que dejar a un lado las penas, en el bar con sus amigos.
El dolor, sólo hay que aguantarlo. Esperar a que se vaya por sí solo, y a que la herida que lo ha causado cicatrice.
Todos estaban sentados en la barra. Gaara, Sakura a su lado, Sasori y finalmente Sasuke.
-Deberías de parar ya de tomar tequila Gaara- dijo el otro pelirrojo, ganándose un codazo del azabache en el costado-¿qué?, luego me toca a mi limpiar las vomitonas.
-No hace falta que limpies nada-dijo el de ojos aqua hastiado.
-¿Se me permite preguntar por qué esa cara?-cuestionó Sakura.
-Ha roto definitivamente con Uzumaki- aclaró Sasuke comiéndose un cacahuete que había en un pequeño cuenco cercano.
-¿De veras?-los ojos de Sasori se iluminaron esperanzados.
-Le he dicho que le quiero...-Gaara miraba a la nada-es la primera vez que le digo eso a alguien, y voy y se lo digo a el. Soy un imbécil.
-No eres imbécil-dijo la pelirrosa- él es el imbécil y un cretino.
-Si, es cierto, mejor brindemos porque te has librado de el-siguió el pelirrojo menor- y también porque he tocado un corazón-miró al azabache que le devolvió la mirada molesto.
-Da gracias de que yo no estaba allí.
-Lo que tu digas...pervertido.
No hay soluciones ni respuestas sencillas. Solo hay que respirar hondo y esperar a que se calme. La mayoría de las veces el dolor puede aliviarse, pero a veces llega cuando menos te lo esperas. Te da un golpe bajo y no te deja levantarte. Hay que aprender a aceptar el dolor, porque lo cierto es que nunca te abandona, y la vida siempre lo acrecienta.
Continuará...