Lo apropiado
Hay una persona en mi cabeza que es brillante, capaz. Capaz de hacer traqueotomías y craneotomías. De resolver una emergencia sin perder los nervios. Es un gran cirujano, quizá incluso fabuloso. Soy yo. Solo que mucho mejor que yo.
Gaara estaba en terapia, hablando.
-Cada vez que veo a Naruto, solo puedo pensar en su lengua en mi boca.
-Así que piensas en besar a Naruto- dijo Karin.
-Eso dificulta mi aprendizaje. Necesito que me de herramientas para pasar página.
-¿Quieres pasar página?
-Hoy vemos al quinto paciente del ensayo clínico. Con los primeros cuatro aprendimos mucho, pero ninguno sobrevivió. Estoy deseando salvar a uno. No pueden distraerme cosas como una lengua. Necesito que me de herramientas. Ya.
-¿Tienes fantasías con Naruto?, el modo de que desaparezcan es que te recuerdes a ti mismo la realidad.
-No vamos a besarnos porque hemos roto definitivamente.
-Qué poder tiene la realidad ¿eh?
El paciente del ensayo es un joven militar. Sasuke se encarga de extraer corazones de cadáveres en el depósito. Kiba con Shizune atienden a una mujer que necesita un trasplante.
Por un tema de acoso sexual, hacen que todo el personal médico rellene un informe con sus últimas relaciones sexuales. Jiraiya, para no hacerse cargo, se lo encarga a Sasori, nombrándole 'el interno del jefe'.
A la hora de comer, el pelirrojo menor fue a buscar a sus amigos.
Kiba dormía apoyando la cabeza sobre la mesa, pero despertó bruscamente, por culpa de Sasori-¡el formulario!-Kankurô apareció- Kankurô tienes que firmar el formulario.
-¿Qué es esto?-preguntó el chico sentándose junto al otro castaño.
-La policía sexual-dijo Inuzuka somnoliento.
Gaara se sentó con ellos.
-Gaara tienes que rellenarlo-dijo Sasori. Permanecía de pie, firme y obediente.
-No preguntes, no lo cuentes. Esto es absurdo.
-Ya, pero debes rellenarlo. ¿Aviso a Sasuke?
-Ya sabes con quién se acuesta-dijo el otro pelirrojo.
-Debo dárselo a todo el mundo. Ir por Sasuke- dijo el de ojos café en una grabadora de bolsillo-llevarle un formulario- Gaara se levantó para irse-¡olvidas el formulario!
-Toma pervertido- Kiba le entregó el suyo a Sasori- disfrútalo.
-Está incompleto.
-Está bien...-dijo revisando, pero Sasori le hizo gestos, para que recordase a Kankurô.
-Ah, si. Lo había olvidado-rellenó el papel y se marchó.
-¿Olvidaba que se acostó conmigo?
-Yo solo entrego los formularios-dijo Sasori asustado.
-¡¿Había olvidado que se acostó conmigo?!
Intervienen al chico del ensayo. Gaara pasará la noche en el hospital vigilando la evolución del paciente, pero muere.
Naruto fue en busca de Gaara, había sido un duro golpe para el.
-La punción lumbar revela encefalitis-informó el rubio al otro chico, que parecía sumido en sus pensamientos-el virus ha revertido, no podíamos preverlo- Gaara entonces le miró y el otro se sentó a su lado-he comprado esto-sacó una botella de champán de una bolsa de papel-para cuando lo logremos. Porque lo haremos. Lo lograremos y salvaremos a alguien. Cuando suceda abriremos esta botella de champán y brindaremos. Por todos aquellos que hemos perdido en el camino y que nos han ayudado a cambiar la historia de la medicina. Gaara lo haremos, abriremos esta botella de champán.
Había sido un buen día, incluso un día fantástico. Había sido un gran médico. Pese a lo difícil que me había resultado, yo era la persona de mi cabeza.
Terminó la jornada. Kankurô y Sasori estaban juntos en el Ichiraku. El castaño sentado junto a la barra y el otro de pie a su lado.
-He llamado a dos antiguos ligues míos a ver si me recordaban-dijo Kankurô- les he dejado mensajes para que me llamen.
-Cometiste un grave error liándote con Kiba. Nadie ha cometido más errores, ni se ha acostado con gente más inapropiada, ni ha sido humillado públicamente como yo. Soy un ejemplo para ti-el otro reía-oye, soy el interno del jefe. Soy el hombre que es la mano derecha del gran jefe-alzó su copa y brindó con el castaño.
-Salud.
Durante un momento pensé que no podría hacerlo, que no podría hacerlo solo. Pero cerré los ojos y me imaginé haciéndolo. Y lo hice. Vencí mis miedos y lo hice.
Otra mañana de terapia.
-Fue un día muy bueno-dijo el pelirrojo. Siempre se sentaba al borde del diván.
-Te lo digo porque tu seguro solo cubre veinte sesiones-dijo Karin cerrando su cuaderno de notas-deberíamos ir derechos al grano. No me vengas con gilipolleces. Claro que no fue un gran día, tu paciente murió solo.
-Si, pero...
-Bien, voy a comparar a tu paciente contigo. El paciente trágico muere solo mientras el amor de su vida está en la habitación de al lado literalmente. ¡Ese eres tú!
-¿De qué está hablando?, yo no me muero solo.
-Yo creo que si. Te autoconvences de que eres un héroe. Cuando la realidad es que estás solo.
-¡Eso si es una gilipollez!
-Habéis roto.
Gaara se levantó-¿sabe?, no voy a seguir.
-Habéis roto-continuó la mujer como si no le hubiera escuchado.
-¡¿Por qué me dice eso?!
-Porque si no ves lo que está mal en las palabras 'habéis roto', no llegaremos a ningún sitio. Habéis roto.
-¡Vale!-volvió a sentarse-¡hemos roto!¿y qué?
-Que habéis roto. Naruto no está contigo, ¿y tú sabes por qué no está contigo?-el pelirrojo solo la miraba-tienes miedo.
-¿Me está llamando cobarde?
-Estás muy asustado Sabaku No.
-¿Me está llamando cobarde?-repitió.
-¿Tu qué crees?
No obtuvo respuesta, porque Gaara se marchó.
Continuará...