Lo que hace distinto a un día
Era por la mañana, y Gaara y Naruto estaban en la capilla del hospital, en el umbral de la puerta.Un par de personas estaban adornándola con ramos de flores rojas y lazos blancos en los asientos.
-Otro día normal-dijo Gaara.
-Normal. Trabajando.
-Un día normal que acaba con una ceremonia.
-No tiene que ver con nosotros, solo somos los novios-dijo Naruto con las manos en los bolsillos. Relajado.
-Nos casamos esta noche-dijo Gaara mirándole.
-Si. Esta noche-y sonrió.
Kakashi dormía boca abajo en una de las camas de la sala de descanso. Le colgaba un brazo por fuera de la cama y rozaba el suelo con los dedos.
-¿Has dormido aquí?-le preguntó Sasuke despertándole- yo también.
El peliblanco abrió los ojos desorientado-¿qué?¿dónde has dormido?
-En otra sala de descanso. Podríamos haber pasado la noche juntos...-se sentó cansado junto al otro-trabajaré todo el día. Y luego seré uno de los ''damas de honor'' y acompañaré a Gaara en el altar o lo que sea.
-Yo también-dijo el mayor y bostezó.
-Estoy muerto. Y me tendré que poner una pajarita y un fajín color lavanda- Gaara entró y Sasuke se levantó de un salto-¡es el día más importante de tu vida!-gritó.
-No te pongas en plan entusiasta. Das miedo-dijo el pelirrojo.
-¿Enserio?-Kakashi asintió ante la pregunta de su novio y se dejó caer de nuevo sobre la cama-mejor. ¿Es la calma antes de la tormenta?¿quieres que te drogue?¿o que te depile tus partes para someterte?-dijo al ver al otro tan calmado.
-No es el día más importante de mi vida, sino el de la vida de Sakura. Estoy contento por el matrimonio, no por la boda. Es ella la que está obsesionada. Y...mis partes están depiladas, gracias. Noche de bodas-dijo como si fuera obvio.
-Por cierto, toma-sacó un par de cosas de sus bolsillos-una lista de la compra, es vieja-dijo y le entregó el papel algo arrugado-este es mi boli preferido, y es azul, estás cubierto. Quiero que me lo devuelvas, por lo que es prestado. Y este es un chicle, nuevo, sin abrir.
-Si fuéramos amigos normales nos abrazaríamos-dijo un conmovido pelirrojo.
-¿Estás seguro de lo que vas a hacer?
-Si. Voy a casarme. Porque creo que es importante tomarte tiempo para decirle a quien quieres cuanto le quieres mientras pueda escucharte. Te quiero Sasuke- dijo haciendo sonreír al otro.
-Has cambiado mucho.
-Es posible.
Sasuke le miró serio-voy a abrazarte-dijo y lo hizo.
Tsunade revisaba a Sakura, Sasori estaba sentado en la camilla, dándole la mano a su amiga.
-Tendríais que ver mi vestido de dama de honor-dijo la chica. Parecía ajena a las pruebas que le hacía la mujer rubia-oh y las flores. Ya deben de haberlas puesto en la capilla. Tuve que pagar más para decorarla, pero Naruto me dio su tarjeta. Dijo que hiciera lo que quisiera. Será perfecta.
-¿Qué tal la tensión?-preguntó el pelirrojo.
-En valores normales-respondió Tsunade.
-¿Y la incisión?
-Está normal después de dos semanas.
-Solo hace treinta y ocho horas que le quitaron la IL-2 así que aún podría...
-No hay metástasis-interrumpió la pelirrosa- la tensión está bien, la incisión no duele. Estoy muy bien. ¡La boda es hoy!¡y pienso ir a la boda!, soy dama de honor e iré, ¿no doctora Tsunade?
-Por supuesto.
-¡Es el día!-chilló feliz. Sasori y Tsunade se marcharon y Sakura se pasó las manos por el cabello, quedándose con varios de ellos entre los dedos-empieza a caerse el pelo...-se dijo.
-Estás muy guapa-la voz de Ino resonó en la habitación. Estaba al pie de la camilla.
Sakura la miró aterrorizada-sé que significa que estés aquí.
-Lo siento.
-Pienso ir a la boda.
Neji está al cargo de urgencias y les llegan seis universitario heridos por accidente de tráfico. Todos iban a su graduación y tres de ellos llegan ya fallecidos. La mayoría deben ocuparse de los supervivientes.
Naruto entró en la habitación de Sakura-¿me has llamado?
-Si, ¿mandaste el cheque del catering y las propinas de los camareros?
-Si.
-¿Has escrito los votos?
-Aún no. Lo haré.
-Naruto, debes escribirlos. Lo que le digas a Gaara hoy es importante. Lo recordará toda su vida.
-Tengo pacientes, si quieres hablar de la boda no es...
-No te llamé por eso-reconoció ella por fin-ha vuelto. Ino ha vuelto.
-Llamaré a Tsunade, pediremos una resonancia magnética.
Jiraiya estaba frente al tablón y Gaara llegó.
-¿Querías verme jefe?
-Naruto iba a hacerlo, pero le ha surgido un imprevisto así que le dije que te lo daría.
-¿El qué?
-Tu regalo de boda. No el mío, el de Naruto, pero debo supervisarlo.
-¿Hay que hacer un regalo?
-Gaara es...
-Las bodas son absurdas. Nuestra vida juntos es el regalo y no un estúpido...es igual. Sea lo que sea no lo quiero. Dile a Naruto que lo devuelva. Bueno, lo haré yo, le diré que lo devuelva.
-Te ha regalado un colon- dijo el mayor sonriendo.
-¿Qué?
-Un colon. No se puede devolver. Está inflamado. Van a anestesiarlo en el quirófano dos. ¿De verdad vas a rechazarlo?-preguntó viendo la amplia sonrisa del pelirrojo.
-¿Lo operaré solo?
Rió-feliz día de tu boda.
Un agobiado Neji estaba en urgencias. Rock Lee llegó sonriente como siempre-¿qué te pasó?-preguntó al ortopeda.
-Estoy ocupado Lee.
-Yo tengo cuatro operaciones seguidas, también estoy muy ocupado-dijo restándole importancia-¿qué pasó?. Salimos a cenar, fuimos a un restaurante, al mejor de la ciudad, era divertido, romántico, pero pediste una ensalada en un sitio de cocina exótica. No me dirigiste la palabra y saliste pitando, ¿qué pasó?¿hice algo malo?
-No era mi día...estaba agotado. Muerto. Lo siento-dijo y siguió trabajando.
Gaara hace la operación de colon.
En la TC no ven el tumor de Sakura, pero ella está convencida, porque ve a Ino. Naruto planea inducir la alucinación, para detectar que parte del cerebro la provoca.
Rock Lee abordó de nuevo a Neji.
-Yo no soy divertido, ¿es por eso?-dijo el pediatra-¿ya te has hartado de mi?-parecía molesto para lo que acostumbraba normalmente-¿es lo que dices?¿quieres romper?, si quieres cortar deberías ser valiente, puedo aceptarlo. Tal vez era solo un flirteo y se acabó. Podría conseguir a otro ¿sabes?, soy muy buena persona y me gustan los niños y...
-Tal vez...-dijo Neji derrotado y Rock Lee se fue.
Tsunade y Naruto estaban con Sakura y le habían puesto cables conectados al cuero cabelludo y a unos monitores.
-¿Debo intentar tener una alucinación?-preguntó la chica.
-Si-dijeron los dos rubios a la vez.
-Vale...
-¿Siempre es con Ino, no con otra persona?-cuestionó interesada Tsunade.
-Si.
-Tiene sentido. Es a la que quieres.
-Quiero a Ino, siempre la querré. Para mi significa mucho. Pero tengo alucinaciones con ella porque la asocio con la muerte y con morir. Y ahora busquemos el tumor y extirpémoslo para tener una boda perfecta. Una que no echen a perder ni quienes no la valoran.
-Puedo oírte-dijo Naruto fingiendo molestia.
-Sé que me oyes, por eso lo he dicho...¿y si no logro que aparezca?
-Esperaremos a que lo haga-dijo el rubio.
-Pero...te casas dentro de dos horas, podríamos tardar más.
-Es igual.
-¡No!¡no!, llegarás, aparecerá. Puedo hacerlo. Vamos Ino...nunca te he pedido que vinieras y venías. Ahora te lo suplico por favor, ven a mi, por favor, ayúdame Ino vamos. Vamos Ino, ven a mi-musitaba la chica sin parar.
-Vengo por ti-dijo Ino apareciendo. Y en un monitor, Naruto y Tsunade localizaron el origen de la alucinación. Un tumor muy pequeño en el lóbulo temporal. Inoperable.
Al final, de los universitarios solo sobrevive una chica. Gaara termina su operación con éxito.
Neji intentaba descansar acostado en una camilla en medio de un pasillo. Rock Lee llegó con el pañuelo verde en la cabeza, de haber estado operando.
-Estoy muy dolido-dijo evitando que el otro pudiera dormir en paz-estoy dolido y cabreado. Creía que teníamos algo, que íbamos a algún sitio. Sé que esto es nuevo para ti y que tienes dudas, pero...
-Fuimos a un restaurante de lujo-soltó por fin el otro azabache sentándose en la camilla.
-¿Qué?
-A un restaurante de lujo. El mejor restaurante de Konoha. La ensalada era lo más barato dentro de lo carísima que era toda la carta. Ni miré los aperitivos porque sabía que no iba a poder pedir nada más y ¡odio la ensalada!. Y llegó la cuenta y tu...
-Yo pagué-dijo percatándose el pediatra, avergonzado.
-¿Sabes qué hacía mientras pedías la cuenta?, estaba contando mentalmente. Pensando como podría comprar comida para la semana porque no tengo dinero, porque mi padre me desheredó. Y me vació la cuenta. Estoy sin blanca.
-Neji...
-Estoy agotado Lee. Trabajo hoy aunque sea mi día libre porque necesito dinero. Han muerto cinco personas en mi guardia, no puedo más...y quería quedarme anoche. Pensaba que anoche iba a ser la noche ¿sabes?, la nuestra. Querías ir a un buen restaurante y yo no puedo, lo siento...
-Eh...-Rock Lee le acarició la mejilla y le dio un abrazo-tranquilo. Oye, no saldremos. Nos tomaremos arroz con judías. Me gusta el chico que lo prepara.
-Vale-sonrió y le dio un beso.
-Anímate, estamos juntos en esto-sacó una piruleta con forma de corazón de su bolsillo y se la entregó al otro-me voy, tengo que volver a seguir operando a otro paciente-le guiñó el ojo y se alejó corriendo por el pasillo.
Gaara estaba en los vestuarios. Ya se había quitado el uniforme y estaba listo para irse a casa y prepararse. Naruto entró.
-Hola-recibió entusiasmado el pelirrojo-ha sido el mejor regalo del mundo. ¿Sabes por qué?-fue hacia el chico y le rodeó el cuello con los brazos.
-No.
-Porque ahora debo irme y vestirme como uno de esos muñequitos que se ponen sobre las tartas de boda. Y caminaré hacia el altar con todo el mundo mirándome, pero es igual, porque hoy he operado a un paciente de principio a fin-sonrió de oreja a oreja y besó al rubio-salvé una vida.
-Y haremos muy feliz a Sakura. Se lo merece.
Llegó el momento de la boda. Tsunade llevaba un recatado vestido rojo con flores blancas. Ayudó a Sakura a ponerse el de dama de honor. Un precioso vestido largo de color lavanda.
Y la pelirrosa entró en la abarrotada capilla ayudada del brazo de Sasori, que también llevaba un esmoquin negro, con pajarita y fajín lavanda. Kakashi vestía completamente de negro, salvo la camisa y una rosa blanca que llevaba en el ojal. Estaba de pie junto a Naruto que jugueteaba con sus dedos por el nerviosismo.
En la primera fila estaba sentado Jiraiya, con una sonrisa imperturbable. Tsunade se sentó a su lado. Rock Lee llevaba una llamativa pajarita verde manzana y Neji y el estaba sentados juntos y se daban la mano. Kankurô se colocó junto a Sasuke, todos a juego en vestimenta. Kiba le miraba sonriente desde uno de los bancos y aliviado por haberse librado. Ademas estaba rodeado por todos los internos y al lado de Shikamaru y Chôji.
Gaara estaba al otro lado de las puertas. Solo tenía que empujarlas y entraría. Pero una mano sobre su hombro le hizo detenerse. Kushina, con el largo cabello recogido y un hermoso vestido verde, largo y de espalda al aire, le miraba sonriente. Tras ella estaba Naruko, con un corto vestido naranja y un pequeño sombrerito gótico en el mismo tono como tocado adornándole el pelo.
La chica entró antes que el pelirrojo y ocupó un asiento cerca de la entrada. Saludó a su primo con la mano y éste lo hizo con un movimiento de cabeza.
-Casi no llego-dijo Kushina al pelirrojo. Tenía las mejillas sonrosadas, de haber corrido.
-Creí que ya estaría dentro- Gaara se acomodó su sombrero fedora, para que quedara ligeramente ladeado.
-Yo te acompañaré hijo-ella se le enganchó del brazo emocionada.
Entraron, y como Gaara predijo, todas las miradas fueron hacia el. Los ojos de Naruto se iluminaron y poco le faltó para salir corriendo a sus brazos. Kakashi tuvo que sostenerlo de una manga para que no lo hiciera.
Una vez estuvieron uno frente al otro y cada uno en su lugar, comenzó la pequeña ceremonia.
-Queridos amigos, nos hemos reunido aquí para celebrar la unión de Naruto Uzumaki y Gaara Sabaku No-empezó el juez-el matrimonio es un acto de amor. Y ahora que Gaara y Naruto van a unir sus vidas, es importante que entendáis que todos los presentes han influido en ellas también-ambos chicos se dieron las manos-y que seguirán desempeñando un papel vital en su futuro. Por eso, no estamos aquí solo para escuchar sus votos, sino para afianzarlos- Sakura lloraba emocionada. Kushina hacía lo mismo y se enjugaba las lágrimas en un pañuelo de tela bordado. Kakashi también parecía conmovido y Sasuke, enfrente de el, le guiñó un ojo, haciéndole sonreír-con nuestra bendición. Ahora la pareja leerá sus votos.
Naruto no necesitaba un papel para saber con exactitud lo que tenía que decir, así que fue el primero en hablar.
-¿Qué queremos prometernos?
Gaara sonrió-que me querrás hasta cuando me odies.
-Nos querremos hasta cuando nos odiemos. Sin huir jamás. Nadie echará a correr. Pase lo que pase-eso iba con segundas claramente y varios invitados rieron.
-Sin huir.
-¿Qué más?
-Que nos cuidaremos el uno al otro aunque seamos viejos y estemos seniles. Y si yo sufro Alzheimer y me olvido de ti...-ese era el mayor miedo de Gaara.
-Yo te recordaré quién soy. Cada día. Nos cuidaremos cuando seamos viejos y estemos seniles. Esto es para siempre.
-Para siempre.
-Te amaré mientras viva Gaara Sabaku No.
-Te amaré mientras viva Naruto Uzumaki.
El juez habló entonces-por el poder que me concede el estado de Konoha, yo os declaro, marido y marido. Ya podéis besaros.
Ambos se fundieron en un profundo beso.
Tsunade se secó un par de lágrimas con la palma de la mano. Kakashi miró sonriendo a Sasuke. Neji besó a un lloroso Rock Lee en la mejilla. Kiba se puso en pie y empezó vitorear a los novios dando silbidos, a los que no tardó en unirse Naruko. Los demás aplaudían sin parar.
Nunca sabes cual va a ser el día más importante de tu vida. Los días que crees que son importantes, nunca son como los imaginas en tu cabeza. Los días normales que empiezan igual que otro cualquiera, son al final los más importantes. Hoy ha sido la boda. Fue preciosa. Perfecta.
Sakura y Sasori volvieron a la habitación de la pelirrosa. Había sido un día duro para ella y estaba exhausta.
Nunca sabes que el día más importante de tu vida es el más importante hasta que lo vives.
El pelirrojo iba a abrir la puerta de su casa, pero el otro le detuvo.
-Espera-dijo Naruto. Giró el pomo de la puerta, se inclinó hacia su marido y le cogió en brazos-empecemos esto bien-añadió y empujó la puerta con el pie para poder entrar. El salón estaba lleno de globos blancos y dorados y en la pared colgaba un cartel con grandes letras que decía: Recién casados. El fuego ardía en la chimenea y todo era tan acojedor que no les dieron ganas de subir al dormitorio. Total, tendrían la casa para ellos solos esa noche.
El rubio depositó con cuidado al otro sobre el sofá y fue a la cocina. Gaara se quitó el sombrero, lo dejó sobre el sillón y se sentó sobre la mullida alfombra, frente al fuego. Cuando Naruto reapareció, lo hizo con una botella de champan frío y un par de copas en las manos.
Se puso de rodillas frente al otro y le tendió las copas mientras él se ocupaba de abrir la botella-tendremos que brindar señor Uzumaki-dijo contento.
-Sigo siendo Sabaku No-aclaró el pelirrojo divertido.
Abrió la botella y sirvió a ambos-está bien-dijo alzando su copa y entrelazando uno de sus brazos con los de su marido-brindo por nosotros-iba a beber, pero añadió-señor Uzumaki.
Gaara soltó una risotada. Era raro en él sonreír, pero ese día no podía dejar de hacerlo. El semblante de Naruto cambió de pronto y lanzó la copa vacía al fuego, rompiéndola en mil pedazos. Gateó hacia el pelirrojo como un felino hambriento. Apenas y parpadeaba. Con lentitud le quitó la copa al otro y la hizo a un lado, fuera de la alfombra y pareció tener vía libre para atacar los labios de su ahora marido, mientras le sostenía la nuca con fuerza con una de sus manos.
El pelirrojo por fin reaccionó. Y ocupó sus manos en quitar la chaqueta a Naruto. Estaba claro dónde consumarían el matrimonio. Todo consistía en dejarse llevar por el tacto, porque no dejaban de besarse y no podía ver lo que hacía. Hasta que el rubio paró.
-La corbata me ahoga-dijo y se la desanudó deprisa. Gaara aprovechó para hacer lo mismo con la suya y desvestirse levemente. Le gustaba ese esmoquin, así que se quitó la chaqueta con delizadeza y la dejó sobre el sofá. La camisa no corrió la misma suerte. El rubio dio un tirón tan fuerte que escucharon rebotar algunos botones por el suelo. Naruto le obligó con su propio cuerpo a tumbarse por completo sobre la alfombra y comenzó a besar la pálida piel de su cuello-no puedo creer que llegase este día por fin-le escuchó decir-te amo Gaara-continuó. Cada vez que hablaba su cálido aliento chocaba contra la piel del otro, provocando que se erizara. Entonces le mordió con fuerza. No le hizo daño, pero había sentido una leve molestia-ahora eres mío-concluyó. Su voz estaba cargada de deseo y lujuria. Y el pelirrojo lo sabía, también había posesión.
Gaara obligó al otro a mirarle. Le sostuvo el rostro con ambas manos-soy tuyo Naruto. Siempre lo he sido-volvieron a besarse con frenesí. Las ansiosas manos del rubio desabotonaron el pantalón y esta vez no hubo daños que lamentar. Se le notaba claramente excitado. Sus mejillas estaban sonrojadas por el calor del momento y su tostada piel brillaba por el sudor. Al menos la visible. Le hizo separarse para así poder quitárse los pantalones y la ropa interior. Que nada se interpusiera. Así que Naruto también se deshizo de todo lo que le quedaba de ropa y volvió a sus labios nuevamente.
Se comportaba gentilmente. Estaba sobre el, pero usaba sus brazos para evitar aplastarle con su cuerpo. Le acariciaba el cabello con dulzura. Y sonreía satisfecho cada vez que un inevitable gemido surgía de lo más profundo de su ser.
Apenas necesitó estimulación antes de que el rubio le penetrase con algo de brusquedad por la desesperación. Se miraban. Le gustaba esa postura, porque podía contemplar sin dificultad aquellos ojos azules que solo le veían a el. Uno sobre el otro. Rodeó la cintura de Naruto con las piernas y se dejó hacer.
-Gaara Uzumaki-oyó decir al rubio cuando la cabeza de este cayó sobre su clavícula y seguía envistiéndole rítmicamente. Respiraba agitado, pero aún así, no dejaba de decirlo- Gaara Uzumaki...Gaara Uzumaki...-entrelazaron las manos. Encajaban a la perfección y las apretaron con fuerza- Gaara Uzumaki, te amo-dijo antes de dejarse llevar por un grito de placer producto del orgasmo.
No reconoces el día más importante de tu vida, hasta que estás dentro de el. El día que te entregas a algo o a alguien. El día que te rompen el corazón. El día que conoces a tu alma gemela. El día en que te das cuenta de que no hay casi tiempo, porque quieres vivir para siempre y esos son los días más perfectos.
Continuará...