Yo deje que me cargara hasta la habitación y entonces me dio una toalla no muy grande y un jabón del hotel, pero eso sí, me dio un sobrecito de shampoo de cerezas del que yo siempre usaba y me sonrió
- espero que no te de alergia al jabón, prometo comprarte cosas decentes en cuanto veamos mas civilización… ¿sí? – me pregunto
Mis ojos lo miraron llenos de dolor, aun no estaba del todo seguro de merecerme un hombre así como era Baek Ho
- por favor, solo esta vez – me pidió comprendiendo por mis ojos que yo no quería hacer lo que me pedía
- ¡está bien! es solo… eres tan lindo conmigo… - le dije y le di otro suave beso
Me avergonzaba aun mucho besarlo así, el solo me sonrió y me acaricio el cabello con esa ternura tan suya
- anda ya, ve a bañarte – me dijo y se alejo un poco pero yo no lo solté, no quería que se alejara de mi
- estaré por aquí, no tienes de que preocuparte, lo juro – me dijo. El nunca había roto una promesa así que le creí y tome la ropa que el había logrado conseguirme y me metí a duchar.
Mire mi ojo en el espejo del baño, estaba muy morado e hinchado, me veía tan pero tan feo y aun así Baek Ho estaba siendo hermoso conmigo, entonces pensé que debía amarme mucho, mi cabello estaba horrible como si fuese yo un espantapájaros y mi labio seguía roto
- qué asco doy… - susurre
Me metí a bañar con la esperanza de que al salir estuviera un poco mejor y así fue, o al menos me sentía mejor, me vestí y salí tratando de aplastarme el pelo. Baek Ho me miro y tomando la toalla la puso sobre mis hombros y comenzó a cepillar mi cabello con ese cariño y esa dedicación que solo él podía dedicarme a mí, o que al menos así quería yo, luego me recostó en su pecho y con muchísimo cuidado comenzó a curar mi rostro, me acaricio la mejilla y me sonrió besándome la frente
- te quiero, Ren… - me dijo y se levanto – toma esto, sé que no es muy bueno pero espero que te quite el hambre – me dijo dándome unos pancakes con miel; yo los tome desesperado, moría de hambre - ¡tranquilo! – me dijo y me sentí muy apenado
- lo siento – dije y él me beso la frente de nuevo
- come rico, iré a bañarme – dijo y se alejo tomando otras cosas de la bolsa
- pero… ¿y tú? – pregunte
- yo… yo ya comí algo – me dijo y me sonrió para irse a bañar
Pronto dejamos la habitación llevándonos las toallas y los jabones, todo lo metió a las bolsas de piel de los costados de su motocicleta y se subió, me dio el casco y me lo puse, me acomode atrás suyo y me aferre a su cuerpo como si de ello dependiera mi vida, entonces arranco y nos fuimos a una increíble velocidad, yo voltee atrás y mire aquel hotel mugroso: jamás en mi vida podría olvidarlo.
Lo que tampoco olvidaba era la primera vez que vi a Baek Ho. Era el día de “lleva a tu hijo al trabajo” en mi opinión era ridículo y mi madre parecía un tanto abochornada ya que todos le decían que debía llevar a un hijo varón, no a una niña…pero yo no era una niña y al explicarlo todo mundo se reía. Por esos tiempos aquella fabrica tenia ciertos desajustes en la producción por lo que el padre de Baek Ho andaba por ahí verificando el correcto funcionamiento de la maquinaria y todo aquello y yo estaba muy aburrido sentado en los archiveros de mi mama sumido en el cajón mientras jugaba con mi nintendo, los niños de otros trabajadores jugaban por ahí a los vaqueros y las pistolas pero eso no era mi estilo así que solo permanecía ahí jugando pokemon.
- Min Ki ve a jugar con los otros niños, pero no te alejes mucho – me ordeno mi madre y me saco de su cubículo, ahora que lo pienso quizás el sonido de mi nintendo le era molesto pero en ese momento me molesto mucho
No trate de integrarme a su juego porque me parecía patético pero a cambio si me fui a explorar metiéndome por entre los pasillos hasta que de pronto di la vuelta y me encontré perdido, en ese entonces yo tenía solo 13 años y ya me creía auto suficiente pero aunque trate de volver después de dos horas estaba aun mas perdido de lo que estaba en el principio. Me senté en uno de los sillones y comencé a llorar, yo no tenía idea de cómo volver ni tampoco veía ningún teléfono para llamar a mi madre aunque recordaba el número. Entonces fue que lo conocí… él era un muchacho radiante y bello, al verlo fue que descubrí que jamás podría gustarme una mujer con hombres tan perfectos como ese.
- ¿qué pasa? ¿porque lloras? – me pregunto, yo no leía mala intención de burlarse en sus palabras así que lo mire por entre mis dedos
- ¡¡me perdí!! – exclame y me acomode contra su estomago
Baek Ho se sentó a mi lado y me dejo acomodarme en su brazo mojándole su camisa tan costosa y yo… llorando como todo una nena
- ya, anda…yo te llevo con tus padres… ¿quiénes son? – pregunto él, recuerdo haber pensado que no podría conocer a todo mundo en aquel inmenso lugar pero aun así le dije el nombre de mi madre y él me tomo de la mano y me llevo por entre los pasillos.
Ya era muy tarde y muchos de los trabajadores ya se habían ido, pronto comencé a reconocer mi entorno y pronto mire a mi mama que parecía muy preocupada ya que lloraba siendo consolada con su mejor amiga pero al verme y ver quien era mi acompañante se quedo un poco pasmada y solo me miro
- lo siento, señora… estábamos jugando a las escondidas y se me perdió… ¡lo siento en verdad! – dijo ese muchacho que no debía ser mucho mayor que yo pero que hablaba con la propiedad de un adulto
- no se preocupe, joven Dong Ho… me alegra que lo encontrara – dijo mi madre sujetándome por el hombro con mucha fuerza
- ¡¡me lastimas!! – me queje y ese muchacho que ahora sabia que se llamaba Dong Ho miro a mi madre de una manera que no supe interpretar en esos momentos pero que ahora catalogo como asesina
Dong Ho se despidió amablemente y salió corriendo puesto que en su bolsillo su celular comenzaba a sonar con desesperación. Ese día muy a diferencia de lo que creí que pasaría mi madre se subió conmigo al auto y me miro emocionada en lugar del regaño que ya me estaba esperando
- ¿Cómo lo conociste? – pregunto intrigada
- más bien el me conoció a mi… - le dije, yo no mentía pero aun así sabía que no me convenía desmentir a Dong Ho y decir que me había perdido
- ¿pero es que no te das cuenta de la importancia d esto? – me pregunto mi madre bastante pasmada – ¡ese muchacho es Kang Dong Ho! el hijo del dueño de tooodo esto – dijo mi madre bastante asombrada
Yo me quede completamente pasmado tratando de comprender que había estado llorando en el hombro de uno de los muchachos más ricos del mundo. Pero mi cerebro se negaba a asimilarlo
- nos conviene que tengas una buena relación con él, así quizás….pueda subir mi puesto – dijo mi madre que en ese entonces era solo una secretaria ejecutiva como muchas otras
Mi madre fue todo el camino a casa hilando ideas de cómo podría yo acercarme a Dong Ho para hacerme su amigo intimo y favorito, según mi madre parloteaba ella había escuchado que Dong Ho era un chico por demás agresivo y que no cualquier fulanito hijo de vecino llegaba a ser su amigo pero a mí me pareció que eso era una enorme mentira, aquel chico despedía un aroma dulce a vainilla y me daba una enorme sensación de paz y de protección al estar a su lado.
De pronto la motocicleta de Baek Ho paro y me bajo, estábamos en una gasolinera y no me había dado cuenta ni de cómo habíamos llegado ahí… de nuevo me había perdido en ese dulce olor a vainilla y en la calidez que su cuerpo me producía. Me quite el casco y él me acomodo el pelo mientras sonreía. No quería dejarlo ir, quería pertenecerle, quería ser suyo… quería decirle que ya no se preocupara, que mi corazón ya era suyo y que mi cuerpo lo seria en cuanto el me quisiera tomar.