Capítulo tres.
Fue un silencio incómodo, tenso, y los ojos de Kou claramente le decían a Akira que lo enfrentara. Luego de un momento de reflexión, Akira se puso en pié, metió sus manos en sus bolsillos, y se dirigió hacia la puerta Mientras pasaba a un lado de Kou y Shirogane, con sus ojos fijos en la puerta, Akira dijo, "Estoy feliz de verte otra vez, Master."
Con el rabillo del ojo pudo notar las miradas de Shirogane y Kou siguiéndolo, pero antes de que alcanzara la salida, la estrangulada voz de Shirogane susurró, "¿Qué sucedió, Akira-kun? ¿Por qué te fuiste?."
Akira se detuvo, debatiendo si contestar o no. Decidiéndose por la última opción, giró el pomo.
"¡¿Qué le sucedió a tu cabello?!."
Giró, con una mano aferrando aún el tirador de la puerta, para clavar sus relampagueantes ojos en los de Shirogane. El Shin se veía nervioso, tenso el rostro. Akira podía leer tras el... vió el dolor en aquellas profundidades azules.
"¿Sucede algo malo con eso?", contestó Akira.
"... Esto... Akira-kun, ¿qué intentas hacer?." Su expresión, aunque perturbada aún, era ahora seria.
"¡¿Esto es lo que quieres, no?!", demandó Akira. "¡A tu amado Ryuuko!."
"Akira-kun-"
"¿Qué demonios intentas decir, Aki?."
"¡Eso es todo lo que ustedes quieren de mí... a Ryuuko! ¿Estoy equivocado?." Miró a Kou, casi bufando. "¡Esa es la razón por la cual me salvaste y por lo que ahora eres mi amigo!." Y a Shirogane. "Eso es por lo que tú... por lo que tú..."
Su garganta se cerró nuevamente, y volteó hacia la puerta. No podía dejarlos ver sus hombros temblando... No podía dejarles notar su esfuerzo para hablar.
"Entiendo. Él es el único que tú quieres. Si sólo esperas unos años más, hasta que yo sea un poco mayor, entonces él estará aquí."
"¡Akira, no seas estúpido!", fue la respuesta de Aya. "¡No lo queremos a él!."
"¿Quién es Ryuuko?", fue la queja de Kengo.
"Akira, por favor, no te comportes así", dijo Master. Aparte de ello, era obvio que Shirogane estaba batallando por ello. "Nosotros te queremos."
"Qué egoísta, Aki." La voz de Kou era fría. "Diciendo todo eso."
"¿Cómo diablos puede ser esto egoísmo? ¿No es la verdad?. Si no fuera por Ryuuko ninguno se habría molestado. Nadie estaría aquí, diciendo esto." Era difícil hablar... Sentí como si estuviera sofocándose. "Sólo esperen... entonces podrán tenerlo aquí. Sólo... denme tiempo para encontrarlo."
Abrió la puerta y huyó -oyó a todos llamándolo La voz de Shirogane resaltando sobre el resto, pero Akira forzó su mente a ignorarla. Ellos no le pertenecían, tenía que recordar muy bien eso. Nadie era suyo.
Sus padres aun estaban fuera cuando llegó a la casa. Corrió directo a su habitación y se encerró de un portazo, respirando con agitación. Sus piernas temblaban -era un largo camino corriendo desde el bar. Deslizándose hacia el suelo, Akira llevó sus rodillas asta el pecho y escondió el rostro en ellas, intentando recuperar el aliento. Todo estaba en silencio, y eso le agradaba, pero-
"Levántate, Akira-kun."
Una mano sujetó con fuerza su cabello y lo jaló hacia arriba por el mismo, poniéndolo de pié. Dos gélidos ojos azules horadaron los suyos, con la mano aun hundiendo sus dedos en su cuero cabelludo. Akira luchó, pero no hizo ningún movimiento imprevisto. Shirogane trabó su mirada con la del chico unos momentos antes de arrojarlo sin esfuerzo a la cama.
"Qué infantil."
Akira intentó levantarse, pero la mano de Shirogane atrapó su brazo empujándolo hacia abajo. El rostro del rey Shin estaba rígido y serio -El cuerpo de Akira casi se paralizó por la sorpresa.
"¿Continuamos donde lo dejamos, Akira-kun?."
"¡No!." Luchó nuevamente, pero Shirogane atrapó ambas muñecas del chico y las mantuvo apretadas sobre la cabeza de Akira. "¡Te lo dije, no soy Ryuuko!."
"Estoy bien enterado de ello", fue la fría respuesta. "¿Entonces por qué intentas convertirte en él, si te resistes tanto a ello?."
"¿No es lo que tú quieres? Lo quieres de vuelta. ¡Por eso has hecho todo esto!."
Una pausa.
"¿No me oíste en el bar de Master? ¡Quítate!."
En lugar de hacerlo, Shirogane acercó su rostro al de Akira, observando muy intensamente sus ojos. Su cuerpo descendió, su única respuesta fue devolverle la mirada. Había algo tan profundo en aquellos ojos... ¿Pero qué era? ¿Qué estaba escondido?.
"Te amo, Akira-kun", fue el suave susurro El aliento de Shirogane acariciaba su rostro, enviando intensos escalofríos a través de su cuerpo.
"¡Lárgate!."
"Te amo." Ninguna otra caricia. Shirogane simplemente lo mantenía en el sitio, y susurrando una vez y otra. "Te amo."
"¡Detente!."¿Por qué hería tanto?. Akira intentó desviar la vista, pero aquella emoción que aparecía oculta en los ojos de Shirogane atrapaba su mirada. Ya no podía ocultar las lágrimas que corrían por su rostro. "¡basta!."
"Te amo. A ti, Akira-kun."
¿Por qué Shirogane lo conocía tan bien? ¿Por qué aquellos ojos azules podían ver a través suyo, aún cuando Akira creía que lo escondía todo muy profundo en su ser?. Consiguió finalmente cerrar sus ojos, pero no logró callar las gentiles palabras. Las palabras calaban muy lo hondo, y lastimaban más que si Shirogane hubiera decidido ser enérgico.
"Basta... basta..."
"¿No me creerás?." La mano libre se Shirogane acarició su mejilla, y luego recorrió su mandíbula y cuello, descendiendo hacia el torso. Su leve toque recorrió la cintura de Akira y su cadera, del mismo modo que aquella noche. Akira se retorció, intentando apartarse, pero el agarre del Shin era demasiado fuerte. "Akira-kun, yo nunca te mentiría."
"¡Lárgate!."
"Te amo."
"¡No... no me digas eso!." De alguna manera consiguió tener el control de sus nervios nuevamente. Elevó una rodilla con el intento de golpear a Shirogane en el estómago o la entrepierna, pero el Shin se apartó de un salto con ligereza. Y mientras aterrizaba del otro lado de la habitación, con su larga trenza flotando en el aire, Akira consiguió sentarse y retroceder de espaldas contra la pared, respirando con dificultad. La caricia de Shirogane era como fuego... ardía en su cuerpo. "¡Lárgate!."
"Akira-kun-"
"¡Lárgate!." Temblaba, peor que antes. Y sabía que no se detendría hasta que Shirogane se hubiese ido. "¡sólo lárgate!."
Los ojos de Shirogane se entrecerraron, pero cuando estaba por hablar, la puerta del cuarto se abrió. Akira enfrentó a ardiente mirada y dijo en voz baja, "Vete, y no regreses. Si lo haces, me mataré."
La ira se transformó en sorpresa. "Akira-kun."
"¡FUERA!."
Y el Shin desapareció. Akira cayó sobre su cama, incapaz de contener las lágrimas por más tiempo. ¿Por qué tenía que oír todas esas palabras, aún cuando lo destrozaban? ¿Por qué tenía que ser Ryuuko?. Si no lo hubiera sido entonces quizás... quizás...