Capitulo 01: Un Extraño viaje.
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La cuidad estaba tranquila, la noche estaba comenzando… los habitantes de esa enorme cuidad sentían una gran exaltación, las luces iluminaban el paisaje nocturno, el ruido abundante se escuchaba por todos lados propio de una cuidad urbana y moderna. A pocos metros de un punto en especifico se encontraba el gran estadio de la cuidad, imponente y majestuoso, digno del deporte rey de esa cuidad, el Blitzball(1). Todos en la cuidad eran fanáticos del deporte estrella del momento, ya a esas alturas ya no era conocido como cualquier tipo de deporte más bien se destacaba de los demás por su peculiar estilo de juego, ya que se llevaba a cabo dentro de una gran esfera de agua, protegida y sustentada por magia, donde los jugadores prácticamente respiraban bajo el agua.
No muy lejos de ahí, específicamente casi a dos cuadras del estadio se encontraba el hogar de unas de las famosas estrellas del Blitzball, una joven promesa, hijo del más grande jugador de los últimos tiempos Fugaku Uchiha, y líder de los Zanarkand Abes. A pesar de ser una gran celebridad en la cuidad siempre trataba de no mezclarse con el público, las mujeres lo perseguían, los chico de igual forma aunque un poco más recatados, pero todos sabían que era casi un antisocial, rara vez firmaba autógrafos y sus fanáticas gritaban o se desmayaban cuando él salía a jugar.
Para él este era su gran momento, con apenas diecisiete años había logrado fama y la admiración de muchas personas, había trabajado tan duro para lograr este esperado triunfo, ni siquiera la sombra de su padre lograría opacar ese momento, a pesar de su doloroso pasado él estaba ahí, esperando su gran triunfo, esa noche se celebraba la final del campeonato de Blitzball y competiría contra el segundo mejor equipo de la liga los Zanarkand Duggles.
Sasuke en apariencia era un chico alto y bastante atlético, piel blanca, ojos y cabello negro noche, labios finos, lo que más llamaba la atención eran sus ojos rasgados, almendrados para ser preciso, su mirada enigmática que sólo cambiaba de color a un rojo furioso cuando sus emociones se alteraban, era propio de su linaje. De padre ausente y madre inestable psicológicamente, este era un punto que el muchacho siempre quiso enterrar, odiaba a su padre a un extremo casi inimaginable, todo gracias a su madre, Sasuke adoraba a su madre al igual que ella a él, pero cuando su padre entraba en escena, Mikoto olvidaba todo a su alrededor, incluso a su hijo. Esto llevo a que el chico odiara a su padre Fugaku Uchiha, que hacía de las suyas insultando y agrediendo a su hijo mediante el Blitzball, irónicamente, Sasuke aprendió todo sobre el deporte a manos de su padre, el duro entrenamiento y las humillaciones sólo hacían que el azabache se volviera casi un maestro en el juego, desde luego que con un nivel inferior al de su padre.
Sasuke entrenó con su padre hasta los siete años, luego de eso nunca más supo de él, sólo sabía que un día había ido a entrenar a la playa cerca de su hogar y jamás volvió, se eso ya habían pasado diez largos años, y nueve de los que su madre había muerto debido a la pena, el dolor y el sufrimiento.
Por años le odio, y más aún cuando toda la cuidad de Zanarkand le admiraba, para el azabache no era más que un borracho abusador, egoísta, mal padre y esposo, al condenar a su madre a la soledad y a la muerte.
Ahora debía comenzar una nueva etapa, y hoy se jugaría la final del campeonato entre los dos más grandes equipos, Sasuke salió de su hogar y se encaminó al gran estadio, en el camino sus fans comenzaron a seguirlo, habían muchos niños, chicas y chicos. - ¿me firmas aquí? – Le preguntó un niño seguido por dos pequeños más, Sasuke le miró y sonrió levemente, – no hay problema – respondió simplemente para luego firmar el balón de Blitzball que llevaba el pequeñito en sus manos, - ¡Queremos aprender a jugar! – Volvieron a hablar los niños al unísono – Mañana… se los prometo – respondió Sasuke sonriendo levemente – no podrás… - se escuchó una suave voz desde un costado, el ojinegro miró al dueño de la voz, era un pequeño niño con una capucha, “extraño” pensó al instante sin siquiera rebatirle al pequeño para luego seguir su camino.
La ciudad de Zanarkand siempre brillaba, las luces sólo se apagaban cuando los primeros rayos del sol hacían su aparición, estaba rodeada de agua, más específicamente estaba en una costa, la mayoría de sus habitantes sabían nadar, he de ahí que el Blitzball fuera el deporte más populares. Las calles eran verdaderos puentes y de algunos edificios podían verse hermosas cascadas de agua, era como una ciudad que perfectamente se podría confundir con una Atlántida perdida.
Mientras corría por las calles Sasuke se detuvo frente a un edificio gigantesco, en él se podía ver un enorme anuncio con el rostro de Fugaku, un hombre de facciones duras, cabello largo tomado con una diminuta coleta de color negro grisáceo, piel un tanto morena, esto hizo que el rostro sereno del pelinegro hiciera una imperceptible mueca de molestia, prosiguiendo luego con su camino.
El estadio estaba lleno y muchos fans esperándolo en la puerta, - déjenme pasar – pidió amablemente, pero una pequeña venita palpitante estaba amenazando con asomarse por su sien cuando la gente no le escuchaba y no le dejaban entrar - ¡Argg…! – emitió un gruñido y a empujones comenzó a ingresar al estadio. Una vez allí se acomodó en su lugar, cerró los ojos y esperó a que comenzara la función. El lugar estaba a oscuras y sólo se escuchaban los murmullos de los fan presentes, hasta que el ojinegro abrió repentinamente sus ojos notándose un leve color rojizo en su interior, las luces se encendieron e iluminaron completamente el escenario, unos brazos de energía se unieron en el centro provocando que se formara una enorme esfera llena de agua, donde los jugadores más importante de la cuidad comenzaban a ingresar.
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No muy lejos de allí, fuera del estadio, arriba de uno de los edificios, habían un hombre de cabellos plateados con una gabardina con cuello alto que cubría parte de su boca, tenía una cicatriz en un ojo que permanecía siempre cerrado, llevaba una katana en su espalda, Su nombre era Hatake Kakashi, mejor amigo de Fugaku, prácticamente crio a Sasuke cuando Mikoto murió. El hombre estaba mirando la orilla del mar donde una enorme ola comenzó a formarse, Kakashi tomó una botella de sake que llevaba con él y la alzó al aire como imitando un brindis, por otra parte, el juego había comenzado, los Zanarkand Abes iban ganando, incluso el Uchiha ya había lanzado fuera de la esfera a un contrincante hacia el público.
El peli plateado comenzaba a moverse por las calles de la cuidad, la gente no se había dado cuenta pero mientras Kakashi comenzaba a caminar tranquilamente detrás de él la enorme ola comenzaba a devorar la cuidad, dentro del agua la silueta de un zorro se alzaba majestuosa y terrorífica.
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Hubo sólo un minuto, justo cuando Sasuke salió de un salto de la esfera de agua para lanzar un tiro para anotar la victoria, cuando para él el tiempo se detuvo, pudo ver como la cuidad estaba siendo devorada por la enorme ola, que luego se formó una esfera gigantesca , de ella salían proyectiles que comenzaron a estrellarse contra la cuidad, Sasuke, salió disparado hacía las gradas, estuvo unos segundos seminconsciente, pero al abrir los ojos vio todo el estadio en ruinas, la gente corría desesperada, se escuchaban los gritos, los alaridos y gemidos de dolor, gente muerta, mucha sangre y restos de construcción, el azabache se levantó como pudo y se dirigió dificultosamente hacía la salida o lo que quedaba de ella, ahí le esperaba el peli plata, - ¡Kakashi! – Gritó sorprendido - ¿Qué haces aquí? – preguntó acercándosele con dificultad. – Te esperaba – respondió serio - No te entiendo… ¿sabes lo qué ha sucedido? – Sasuke buscaba respuestas pero Kakashi sólo se giró y comenzó a caminar tranquilamente saliendo del lugar seguido de del chico muy confundido.
Todo estaba en caos la gente corriendo torpemente para refugiarse, le chocaban y Sasuke no entendía nada, cómo era posible que Kakashi apareciera tan tranquilo ¿acaso no había visto a esa esfera gigante?, comenzó a caminar por la destruida calle pero algo le detuvo, fue como si el tiempo se detuviera porque todo estaba en silencio y frente a él estaba el pequeño niño de la capucha que había visto antes. - ¿eh? – susurró, y miró todo a su alrededor, efectivamente todo se detuvo, toda la gente estaba como en suspensión y parecían estatuas. – Está por empezar- habló repentinamente el niño. - ¿qué? – Habló sorprendido el ojinegro – no llores – le dijo con tono conciliador el niño, Sasuke más que sorprendido intento acercársele al pequeño, pero en un segundo todo volvió a su cause, el tiempo continuó y el muchachito había desaparecido. - ¿pero qué diablos? – se preguntó ahora muy enredado en sus pensamientos.
A lo lejos divisó a Kakashi, corrió hacia el peli plata quien sólo le esperaba tranquilo - ¡¿Kakashi qué está sucediendo?! – le gritó al borde de la histeria.
-Mira – le dijo indicándole un punto en específico. El azabache dirigió su mirada al punto indicado y sus ojos se abrieron de la sorpresa, era la enorme esfera que estaba a un lado de la cuidad suspendida en el aire. – Lo llamamos Kyubi – explicó el peli plata.
-¿Kyubi? – repitió de forma automática Sasuke, al mismo tiempo que la esfera lanzaba nuevamente unos proyectiles de fuego hacia ellos, los cuales al caer se transformaban en una especie de bichos raros que comenzaron a atacarlos, Sasuke trataba de defenderse como podía hasta que uno lo derribo, pero por suerte Kakashi con un solo golpe de su katana lo destrozó – Toma – le indicó entregándole una espada muy extraña al pelinegro – Un regalo de Fugaku – le dijo tranquilamente.
-¿De mi padre? – preguntó sorprendido.
-Úsala si no quieres que te maten – ordenó Kakashi con autoridad, logrando que Sasuke reaccionara y con destreza comenzara a derribar bicharracos por doquier. Uno a uno fueron destrozándolos hasta que casi ya no quedaba ninguno, corrieron por las calles que aún no estaban destruidas hasta que una enorme explosión dejo a Sasuke al borde de un precipicio tuvo que sostenerse de la orilla mientras su cuerpo pendía de un hilo.
-¡Kakashi! ¡Kakashi! – gritaba el ojinegro desesperado tratando de sujetarse. El peli plata estaba al borde mirándole desde arriba, miró hacia el cielo y susurró algo ininteligible, luego tomó a Sasuke por el cuello de su traje y le miró – Aquí comienza todo – le dijo sereno, mientras eran absorbidos por la esfera. -¡¡AHHH!! – gritó adolorido el azabache mientras su cuerpo era consumido por el Kyubi.
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Se vio inmerso dentro del Kyubi, la cuidad completa estaba dentro, intacta, silenciosa e iluminada como siempre, era como si estuviera flotando trato de acercarse a Kakashi que le esperaba sobre una plataforma pero su cabeza comenzó a dar vueltas y un sueño embriagador comenzó a atacarlo, sólo despertó horas más tardes o eso asimiló él, estaba en un lugar tenebroso al despertar, eran como una ciudad en ruinas, porque parte de la edificación estaba bajo el agua que era tan oscura como si estuviese contaminada, nadó hasta la orilla pero fue atacado por una enorme bestia deforme marina, se sumergió tratando escapar, sacándole provecho a sus dotes de buen nadador, había una abertura en el fondo por la cual logró escapar llegando a lo que parecía ser el interior de un templo destruido por el tiempo.
“Pensé que iba a morir aquí en este lugar tan misterioso, recorrí con dificultad el lugar, mi cuerpo dolía mucho pero aun así caminé hasta lo que parecía la sala principal, hacía mucho frío, como pude busque algunas hierbas secas que estaban repartidas y con dos piedras logré encender una pequeña fogata, pero sentía que no estaba solo, algo me vigilaba en la oscuridad. Necesitaba comida, me tendía al lado del fuego para poder entrar en calor, todo estaba húmedo y oscuro, era todo muy lúgubre, no pude más y me dormí… Estúpido Kakashi ¿dónde te metiste?”
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Al despertar Sasuke sintió una presencia y pudo ver en la oscuridad unos ojos brillantes, era un insecto muy desarrollado con las fauces hambrientas que le atacó sin compasión, en un instante de desesperación el ojinegro tomó la espada que conservaba y recordando el como se había defendido anteriormente con ella logró acabar con el bicho, luego apareció otro bicharraco y comenzó a atacarlo de nueva cuenta, pero una explosión repentina hizo que la puerta roída por los años cayera destruida, Sasuke se quedo quieto en el lugar, al tiempo aparecieron tres siluetas tras el polvo que se levantó tras la explosión, uno de los tipos se le acercó y unió fuerzas con el azabache ya que había aparecido otro bicho similar, -¿refuerzos? No está nada mal – habló para sí. Después de una dura batalla donde una a una iban cayendo las bestias. Luego de la batalla Sasuke se le acercó al tipo extraño y le tendió la mano, el tipo usaba una especie de mascara, la cual se quitó mostrando unos penetrantes ojos aguamarina perfectamente delineados con un tono negro, era pelirrojo y llevaba tatuado en un costado de su frente un símbolo extraño, llevaba un uniforme militar pegado a su cuerpo como una lycra. Antes de que Sasuke se le acercará más los otros sujetos le tomaron por la espalda y le amenazaron con una daga poniéndola cerca de su rostro, Sasuke un poco nervioso pero sin perder su pose fría, trató de forcejear pero sin éxito, los tipos comenzaron a hablar en un idioma que Sasuke jamás había escuchado, lentamente el pelirrojo se le acercó y se puso a su costado susurrándole en el oído algo en ese idioma tan extraño, al mismo tiempo que le golpeaba con su puño en el estomago, dejándolo inconsciente al instante.
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Pasaron las horas y Sasuke despertó, o mejor dicho le despertaron con una leve patada, estaba sobre un barco en medio de la nada.
-¡Eso duele idiota! – reclamó, pero guardó silencio al ver que esos tipos le apuntaban con armas de fuego. Poco después llegó el pelirrojo anterior, acompañado de otro chico mayor muy parecido al idiota que le había golpeado, el pelirrojo se le acercó y le ayudó a levantarse, mientras el otro hacía mímicas extrañas como nado, agua y otras cosas más – no entiendo nada – respondió el ojinegro confundido.
-Dice que puedes quedarte y comer algo si nos ayudas – habló repentinamente el pelirrojo, sorprendiendo más aún al azabache.
-¿Hablas mi idioma? – Preguntó, pero recibió un brusco golpe de otro tipo que estaba cerca, el mismo que le había despertado – ¡Esta bien! ¡Ayudaré! Pero deja de golpearme – gruñó enojado al tipo.
El pelirrojo comenzó a explicarle el plan – hace poco encontramos unas ruinas en el fondo del mar, con maquinaria antigua, quizás aún sirva, nos llevaremos lo que haya dentro – terminó de explicar.
-¡A trabajar! – habló sin muchos ánimos el azabache, a los pocos minutos ya estaban en camino hacia las ruinas.
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En el fondo había algunos pasadizos, los cuales tuvieron que sortear con cuidado, derrotando a cuanto monstruo se les aparecía. Hasta que llegaron a la sala principal donde activaron unos mecanismos, justo en ese instante apareció otra gran bestia marina, para variar para Sasuke, donde tuvieron que derrotarla con mucha dificultad, aprovechando las maquinas y la energía que salía de ella, prácticamente desintegraron a la pobre bestia. Al poco tiempo lograron sacar lo que encontraron y subieron al barco.
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Sasuke se recostó sobre la cubierta, no había resultado tan difícil el dichoso trabajo, pero aún se moría de hambre, pasaron unos minutos y el pelirrojo le pateo levemente logrando que el azabache le mirara feo, el ojiverde le extendió una bandeja de comida, lo que Sasuke recibió a regañadientes, tenía hambre pero su orgullo estaba primero, comenzó a comer tranquilamente mientras era observado por el chico extraño, al terminar de comer se levantó tratando de estirar el cuerpo. –Oye… - habló para llamar la atención del pelirrojo - ¿cómo te llamas? –
-Gaara – respondió simplemente el otro.
-De verdad me entiendes – afirmó con un poco de molestia, todo lo que había pasado y ahora vienen y le decían que le entendían en su idioma.
-Hm – respondió escuetamente el pelirrojo.
-¿Por qué me atacaron? – preguntó cruzándose de brazos.
-Pensábamos que eras un enemigo – le respondía cruzándose también de brazos.
-¿Y quiénes son ustedes? – preguntó el azabache levantando levemente una ceja.
-Somos Albhed (2) – Gaara le miró con cierta desconfianza esperando la reacción típica de las personas al oír ese nombre.
-¿Albhed? – repitió el azabache con duda, jamás había escuchado esa palabra.
-¿No te habías dado cuenta? ¿Tú también nos odias?– preguntó el pelirrojo con cierta sorpresa, al no esperar esa respuesta.
-¿Por qué debería hacerlo? Ni los conozco. – respondió sinceramente el ojinegro.
Pero el pelirrojo no siguió hablando del tema pero tenía cierta duda. -¿De dónde eres? – preguntó Gaara para salir de sus preguntas internas.
-De Zanarkand, soy el mejor jugador de Blitzball, el as de los Zanarkand Abes. – respondió con simpleza.
-Creo que te diste un golpe demasiado fuerte en la cabeza, porque ya estas alucinando – le rebatió el pelirrojo mirándolo raro.
-¿Acaso no me golpearon ustedes? – respondió con ironía en sus palabras.
-antes de todo… recuerdas algo, antes de encontrarnos – Gaara le interrogaba.
-sólo que un maldito monstruo atacó Zanarkand, al que todos llaman Kyubi, me absorbió y ahora estoy en medio de la nada. – le explico sin tapujos - ¿he dicho algo extraño? – preguntó al notar la mirada sorprendida de Gaara sobre él.
-estuviste con el Kyubi… dicen que ese zorro monstruo hace alucinar a las personas. No te preocupes estarás mejor, te recuperarás – le respondió el pelirrojo dejando a Sasuke con la boca semi-abierta.
-¿dices que estoy enfermo? – Sasuke no cabía en sí mismo, ¿qué había dicho Gaara?
-exacto, tienes la toxina del Kyubi – le explicó tratando de no asustarlo.
-no me lo creo. – pero si él se sentía perfectamente, bueno aparte de aún sentir los golpes anteriores pero nada como alarmarse.
-¡Claro! ¡Zanarkand ya no existe! – le habló con mayor soltura. – el Kyubi la destruyó hace más de mil años. -
-¿eh? ¡¿Cómo que hace mil años?! ¡Yo vi como nos atacaba! ¡Me dices que eso pasó hace mil años! – esto ya lo estaba poniendo al borde de la histeria.
-hablando de otro tema… - corto repentinamente Gaara. – Dijiste que jugabas Blitzball – Sasuke sólo asintió, todavía sin haber salido de su reciente trauma – Deberías ir a Luca –
-¿Luca? – este pelirrojo era bipolar o estaba soñando, primero le decía que todo lo que conoció había sido destruido hace ya mil años y ahora cambiaba de tema como si nada.
-Es como la capital de Blitzball, tal vez alguien te conozca y te puedan ayudar a salir de tu amnesia temporal. -
-Háblame más sobre ese Zanarkand que tú conoces Gaara – Sasuke tenía muchas dudas en su cabeza y esto ya le estaba consumiendo el cerebro, por eso estaba tratando de regresar al tema anterior, buscando alguna pista.
-Sólo sé que es un lugar sagrado, que sólo van los grandes invocadores allí, gracias a la religión de Senju.
-¡Oh Dios! – Refunfuñaba caminando de un lado a otro el azabache – “¿desde cuándo es lugar sagrado? Pensé que Kyubi me había transportado a otro lugar ¡no que me hiciera viajar en el tiempo! O eso creo” – pensaba para sí – Gaara, necesito descansar – le habló ya más tranquilo, el pelirrojo decidió dejarlo solo saliendo del lugar, pero repentinamente el barco fue atado por una bestia grande, que hizo que Sasuke cayera por la borda y nuevamente perdiera el conocimiento.
Continuará…