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Rotten por Destroy_Rei

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Notas del capitulo:

Siento que fue hace un siglo la última vez que actualizaba esto lol

Es un capitulo corto, pero no desesperen :D pronto retomaré las actualizaciones como la gente (:

¡Saludos!

 

Kibum encendió el cigarro de marihuana con una elegancia que solo podía poseer alguien como él en tan habilosas manos. Lo fumó con suavidad, mirando hacia el lago frente a sus ojos, apoyando el mentón afilado en el empeine de su mano derecha. El cielo azul se perdía un poco por la densa neblina, no había nadie en los alrededor y, de no ser por un par de pajarracos, ese lado del mundo estaría completamente muerto con excepción de su presencia. Destapó la botella de vodka y le dio un sorbo agresivo, con tintes melancólicos, “Voy a olvidar, como todos los idiotas de los clichés de telenovelas que veía mi abuela” Se persignó con una amarga sonrisa luego de recordar a la mujer, y dejó que la punta de sus pies descalzos acariciara el agua fría mientras seguía fumando sintiéndose casi como Amy Winehouse.

 

Su cabello se volvió a un negro azulado extraño, que cada vez que se veía al espejo le hacía sentirse irreal y ajeno. La verdad es que aquella sensación de vació de incompleto, de medio muerto, le estaba carcomiendo y eclipsando la vida desde hace un buen tiempo. No quería adjudicarle relevancia alguna en el asunto a su ruptura con Minho, sentía que podía superarlo, el problema es que, acabada esa relación, se dio cuenta de que su vida estaba tan vacía, tan jodida y perdidamente vacía, que ya nada tenía la contextura de antes. Como si de la nada despertara en el medio de un océano enorme, donde los pocos utensilios y herramientas que hasta la fecha tenía a su merced –y utilizaba – ahora fueran cosa de otro mundo y perdieran su completa importancia. Kibum estaba varado en medio de esta ciudad extraña, sintiendo las carencias, viendo con rechazo las cosas que antes le eran importantes.

 

Después de un mes trazando líneas que formaban imágenes desconocidas en sus lienzos; después de un mes de llantos que pedían amor de “alguien que se fue” por las noches; después de un mes de mirar la estancia desordenada; después de un mes de desconocer las figuras que apilaba en los estantes; después de un mes de tomar diariamente un somnífero para resistir; después de un mes de sonreír falsamente para ocultarlo todo; después de un mes de odiarse; después de un mes de auto consolarse con lacrimógenos ‘no haz hecho nada malo’; después de un mes, decidió que ya tenía mucho y escapó, sin haber tenido captor más que su realidad, a este espacio natural que albergaba una esencia tan irreal que le quedaba como anillo al dedo, que en este caso, era su estúpido mundo interior.

 

Suspiró el humo blanquecino lentamente, a su oído solo venían pequeños graznidos de aves y el chasquido del papel y la hierba siendo consumidos. Tenía que reinventarse, salir de esta puta depresión en la que estaba inmerso, tenía que salir de fiesta, beber, vomitar, follar con un extraño, ser él una vez más, pero ninguna de esas cosas le atraía como antes. Volvió a fumar, mirando el suave oleaje que creaba el viento en el agua. Necesitaba acomodarse a su nuevo yo, tenía que aceptar a este Key diferente, más reacio, más desconfiado, quizá un poquito más débil. Si.

 

Porque con lo que había pasado – no quería decir ‘con lo de Minho’ – había decidido sin decírselo a nadie, que eso de enamorarse, eso de confiar, no era bueno. Aunque, si lo pensaba bien, tampoco estuvo nunca tan enamorado, Minho era solo su perfecto accesorio, ¿Cómo cuando compras esa gorra que queda perfecta con tu playera? ¿Te ha pasado? Así mismo, exactamente. Él, más que enamorado, estaba obsesionado con el equilibrio estético que se entregaban mutuamente.

 

Guardó los restos que ya no podía fumar en su cigarrera, y continuó contemplando la estancia mustio. Quizá necesitara viajar, alejarse un poco de todo esto, olvidar lo vivido en esas calles sucias, rayadas de historias, dio un trago largo y brindo con el aire, por el cambio que pensaba vivir. Dio otro trago, con algo más de entusiasmo, porque, extrañamente, le habían atacado unas grandes ganas de crear, así de la nada, y se levantó con una expresión confiada, cogiendo su bolso a por su croquera de mano.

 

 

 

 

 

-       quiero una cita con la doctora Park – pidió Minho, sujetando su nuevo móvil, un Samsung que costaba un cuarto del preció de su ex iPhone – por favor.

 

Las notas nacían con una suavidad y una candidez maravillosa, la lluvia caía con lentitud afuera como la primera vez que Minho se quedó en la casa de Jonghyun, formaba una melodía dulce en conjunto a la guitarra en el regazo del dueño de casa. Las cosas estaban tranquilas entre ambos, el mayor empezaba a acercarse a la industria de la música con pasos agigantados, el menor seguía haciendo el dinero con las fotos y ya tenía lo suficiente ahorrado para enviar a su madre a rehabilitación. No habían conversado aún con Kibum, estaban esperando que el tiempo les ayudará un poco a dejar la explicaciones de lado, para ambos era lo mejor.

 

-       No tengo problema con las cuotas, no se preocupe – hablo intentando sonar lo más convincente posible – necesito saber si hay algún cupo, la semana pasada me dijeron que era imposible ingresarla porque no había suficientes habitaciones… si, gracias, ¿mañana por la mañana? Por mi esta bien, mientras más rápido mejor

 

Apretó el puño sobre sus muslos delgados, sonriendo hacia el mayor, quién le sonreía de vuelta, recostado en el marco húmedo de la ventana. Si todo salía bien, podría llevar a su madre a rehabilitación lo antes posible y así sacarla de ese jodido hoyo en que estaba inmersa. Ese era uno de sus grandes sueños, una de sus grandes necesidades, la más grande, lo que más quería y más deseaba.

 

-       muchas gracias – susurró con sinceridad – no sabe lo importante que es esto para mi – volvió a sonreír hacia su novio, sintiendo que su corazón latía rápido, desesperado – esta bien, mañana por la mañana estaremos allá.

 

Cortó exhalando feliz, encaminándose hacia el mayor, quién le contemplaba expectante, como si los extractos de aquella conversación aún hubieran dejado cosas ocultas, quería saberlo y entenderlo todo, ahora que eran parte de la vida del otro, querían saborear lo que sentían, él quería compartir la alegría de Minho.

 

-       Voy a ingresarla mañana por la mañana – anunció alegre, levantándose con una sonrisa enorme en su rostro cansado

-       ¿Hay cupo? – preguntó sintiendo como iba paulatinamente contagiándose de la alegría de Minho

-       Si Jonghyun, mañana comenzará el tratamiento – Se abalanzó a abrazarle con fuerza – ¡Estoy demasiado feliz! – lo apretó un poco más

-       Cálmate – rió, apartándole el cabello para dejar un cariñoso beso en su frente – Eres un gran chico Minho, ella debe estar muy orgullosa de ti

-       Eso no me importa – sonrió contra su pecho - No quiero decir algo como esto, porque la verdad me hace sentir un cursi estúpido, pero… - el alto se abrazó con cariño a la espalda ancha del cantante, recostando su mentón sobre el hombro fuerte - … creo que estos días han sido realmente muy buenos junto a ti.

-       No me molestaría que te sintieras así de cursi y estúpido de vez en cuando – sonrió, recibiendo un beso pequeño en su nuca – Minho.

-       ¿sí? – inquirió, acariciando con su nariz la nuca del más bajo, mientras sus manos empezaban a meterse bajo su camisa.

-       Estoy tan jodidamente enamorado de ti… - suspiró, dejandose tocar, recostándose contra el cuerpo largo del modelo.

-       Yo también – los dedos flacos de su mano izquierda acariciaban los abdominales señalados, mientras los de su mano derecha agarraban firmemente la mandíbula fuerte, para hacer frente al rostro sonriente de su novio y poder quitarle el aire entre besos lentos, que le permitieran saborearle por completo.

 

Jonghyun sonrió a ojos cerrados, disfrutando los besos que se desparramaban por su espalda, dejándose hacer cuando el skater le quitó el sweater que traía jalándolo, haciéndole levantar los brazos, para tener más contacto. Se sentía completo, se sentía lleno y feliz, no podía explicar esta extraña estabilidad, estaba más acostumbrado a blasfemar contra la suerte que agradecerle, pero las cosas iban tan bien que no podía hacer más. Volteó dentro del abrazo, sonriendo contra la boca entreabierta, no sabía por qué pero besar al menor era algo que, aún cuando hiciera siempre, jamás podría cansarle. En realidad nada podía cansarle con Minho, estaba loca y estúpidamente enamorado de ese chiquillo alto, tonto, perfecto.

 

-       Minho – jadeó, cuando los dedos fríos empezaron a acariciar sus pezones. La boca abultada amoldaba su hombro entre su humedad deliciosa. Jonghyun empezaba a excitarse, algo que tampoco era tan raro dentro de la relación que mantenían.

-       Hyung, estoy muy caliente – habló contra su piel, empujando su cadera para hacer énfasis en sus palabras.

-       Puedo notarlo perfectamente – suspiró el mayor, la erección del de cabello desordenado era demasiado evidente contra su cuerpo.

-       ¿estas seguro que de puedes notarlo tan perfectamente hyung? – inquirió respirando pesado contra su oreja, deslizando con sus manos los pantalones del más bajo junto a su ropa interior, Kim frunció el seño sonrojado, sabía perfectamente qué significaba aquello - ¿Y ahora?

-       Lo entiendo, estás con una erección terrible, pero, ¿es necesario que estés enterrándomela de esa forma? – habló agitado, las manos descendían por su pecho, acariciaban sus abdominales y, Dios, podía sentir perfectamente cómo la longitud del alto palpitaba contra su parte baja.

-       Es necesario – seguía hablando como un chiquillo pequeño, el dueño de casa tragó saliva, cuando sintió cómo Minho empezaba a descender su propia ropa.

 

 

 

 

Jonghyun se despertó torpemente, estirando sus extremidades, bostezando profundamente. La estancia estaba a oscuras, la lluvia aún sonaba tenuemente, y el aire estaba lleno de un aroma fuerte, herbáceo, ácido. Se levantó aún adormilado, en la ventana estaba sentado Minho, fumando un pitillo de marihuana con tranquilidad, disfrutando el momento. Los dedos de su mano izquierda, flacos y huesudos, trazaban figuras en el halito que cubría el vidrio, era como un niño pequeño de nuevo, diferente al animal sexual que se había adentrado antes tan hondo en Jonghyun.

 

Observó al modelo en silencio desde la oscuridad, veía las luces artificiales enmarcar sus mejillas flacas, su mandíbula deliciosamente marcada, lo veía tan adorablemente concentrado en las ilustraciones húmedas de la ventana. Sonrió para si, porque sabia que Minho en ese momento era feliz, porque tenía la vida llena de esperanzas y, ahora que las cosas estaban tomando un buen camino, seguro que ellos podían edificar una relación estable y prospera sin siquiera recordar los infortunios y las miserias pasadas.

 

Volvió a recostarse suavemente, sin que Choi lo hubiese siquiera escuchado, y con el sonido chispeantes de la hierba quemándose, la lluvia y la respiración suave del menor, volvió a sumirse en un mundo de sueños y fantasías.

Notas finales:

;( Mañana entro a las 10:30 a clases, tengo pena

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Ahora estoy feliz :$ que rico

¡Saludos! :D


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