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Rotten por Destroy_Rei

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Notas del capitulo:

llegado al "No surprises - Radiohead" denle play a:

 

http://www.youtube.com/watch?v=u5CVsCnxyXg

 

 

Minho besó suavemente el ombligo de Kibum, cerrando los ojos, mientras enredaba sus dedos en el elástico de los Calvin Klein del mayor, deslizando la ropa interior por esas suaves piernas, bajando sus labios lentamente, escuchando con atención cómo la respiración de su novio se hacia más pesada. Eran las diez de la mañana, una mañana soleada, los rayos entraban con fuerza por entre las cortinas y pintaban con su sombra los contornos deliciosos del cuerpo curvilíneo del artista, quién se había volteado en la colcha, dejando a disposición del menor su espalda menuda, los hoyuelos señalados y su trasero redondo, que el de cabello largo tanto amaba. Key gimió fuerte, sintiendo los dedos largos terminar de quitarle sus bóxer, y cómo repartía besos por sus nalgas que temblaban de anticipación. El pene del más joven estaba completamente erecto, listo para entrar en esa estrecha entrada rosa que ahora lamía con delicadeza, degustando los sabores más íntimos de su chico.

 

-       ¡Ah! ¡bebeeé~! – se quejó, extendiendo sus piernas, cediéndole más espacio encorvándose un poco para apoyarse en sus rodillas y enterrar su mano bajo su cuerpo para acariciar su propia erección

-       ¿Te gusta? – preguntó engreído, contra los glúteos perfectos, para luego seguir dilatándolo cuidadosamente con su lengua

-       Me gusta tanto – bufó, mirándole temblorosamente por sobre su hombro - ¿A ti también te gusta, no?

-       Lo amo – sonrió, apartándose un poco, lamiéndose los labios mientras observaba excitado la saliva humedeciendo esa preciosa entrada - ¿Puedo entrar, gatito?

-       ¿Quieres entrar ya? – inquirió mirándole con ojos inocentes. Choi amaba esos juegos estúpidos.

-       Si mi amor, estoy tan duro… - se acomodó torpemente, apretando su longitud a esa pequeña dilatación - ¿puedo?

-       Siempre puedes – gimió, agarrándose de las sábanas con fuerza.

 

Se hundió por completo y, Minho no lo podía creer, su novio seguía igual de apretado que la primera vez.

 

-       Tus pezones deben estar más duros – susurró el delgado fotógrafo, frotando son sus dedos sin vergüenza alguna los oscuros botones del alto modelo.

-       ¿No tienes hielo? – preguntó avergonzado, Minho jamás se avergonzaba, era su trabajo, pero ese chico lo ponía como bobo, desde horas antes, en el momento en que se encontraron y supo que ahí había algo. Sintió cómo su respiración se enganchaba con solo mirar esos ojos felinos, y vio esa preciosa boca también entreabrirse entre la emoción. Dios. Era mutuo.

 

Las fotografías fueron incómodas, como nunca antes, aún así el chiquillo de cabello de arcoíris dijo que era maravilloso, que todo era perfecto, y le invitó a una fiesta que se ofrecería en el piso de abajo, organizada por una banda de punk terrible, que todos falsamente decían adorar, solo por las celebraciones que ofrecían. El modelo se encontró con su fotógrafo luego de una hora de buscarlo, cuando ya había ingerido más alcohol del que su resistencia permitía y se había drogado un poco, solo un poco, con un grupo de ‘simpáticos’ desconocidos.

 

-       Lo siento Kibum-hyung – Las manos suaves acariciaban su espalda – lo siento – le miró lastimeramente y volvió a vomitar en el retrete quebrajado del único baño – lamento que – se limpió los restos de bilis que caían por la comisura de sus labios – tengas que verme así, yo no soy -.. – volvió a vomitar, entorpeciendo su frase, y pensó en cuan patético y repulsivo se debía ver.

 

Años más tarde, su novio le confesó que, lejos de encontrarlo un pendejo repugnante, solo quería besarlo descontrolado, aún con la boca apestando a restos de comida chatarra, píldoras, alcohol y el desayuno de la mañana.

 

El modelo se mordió los labios, intentaba recolectar su cordura, mientras se movía más desesperadamente contra ese cuerpo delicioso. Kibum jadeaba desesperado, y era lo más hermoso de la vida. Abrió los ojos lentamente, enfocando a su joven pareja, con el cabello largo alborotado, con sus labios rojos atrapados en esos dientes blancos, con su pecho marcado, con sus abdominales resplandecientes en sudor. Gimió tan alto como pudo, como le encantaba hacerlo y agarró temblorosamente la cámara que reposaba junto a la colcha. Movió el lente como pudo y fotografió esa imagen, bajó la dirección, fotografío cómo el alto entraba y salía de su cuerpo, volvió a gruñir, desesperado cuando el modelo se corrió, llenándolo completamente. El menor se acercó temblando a besarlo, y cuando sus bocas se encontraron, la Nikon golpeó contra su mentón.

 

-       ¿Qué diabl….? – frunció el ceño, mirando jadeante al más bajo

-       Sonríe para la cámara, bestia sexual – el más bajo sonrió débilmente, llegando al orgasmo en el momento exacto en que el flash dejaba enceguecido a su novio.

 

El menor se apartó bruscamente, cayendo al suelo por lo débil que se sentía después de tan buen orgasmo, pero ahora estaba molesto, Key se irguió torpemente, revisando las ultimas tomas de su cámara, sonriendo perezosamente. Para Choi en un principio era entretenido que el artista le fotografiara, había casi una sensación de morbo en ello, pero el último tiempo sentía que el sexo se había transformado en trabajo, como si su novio estuviera más preocupado de tomar buenas fotos que de disfrutar el acto en si. Se levantó con fuerza, recolectando su ropa del suelo y encerrándose en el baño con un portazo.

 

Se dio una ducha rápida, escuchando cómo el más bajo aporreaba la puerta que había dejado con seguro, entre risotadas, exigiéndole que saliera rápido por otra ronda, pero no quería, no quería seguir siendo el objeto de admiración, quería ser el novio perfecto…

 

-       Me voy – anunció, con el cabello mojado y la expresión cabreada.

-       ¿Te vas? – le miró burlón - ¿a dónde? ¿Dónde tu puta madre drogadicta?

-       Kibum – apretó los puños, nadie tenía el derecho de meterse con su mamá, pero a la vez, no quería discutir con el mayor – Te lo dije la otra vez, lo hablamos seriamente, ¿no? No quiero más fotos durante el sexo

-       No quiero más fotos durante el sexo – imitó con una mueca estúpida – deberías sentirte honrado

 

Caminó hacia la salida en silencio, agarrando su tabla que reposaba junto a la salida, dedicando una última mirada hacia su novio, quién ni siquiera se dignaba a observarlo, estaba demasiado ocupado pasando las imágenes a su computadora portátil. Suspiró cansado, abandonando la habitación con el corazón latiendo fuertemente, dolorosamente. En la calle se colocó los audífonos, y en el Ipod Nano que le había regalado Kibum por su cumpleaños le puso play a Fake Plastic Tree de Radiohead.

 

Avanzaba por las calles casi en slow motion, expresión neutral, y ese día resplandeciente le sabia asqueroso, se sentía humillado, demasiado para su gusto y el de cualquiera. No entendía cómo su novio podía tomarse las cosas tan a la ligera, especialmente la drogadicción de su madre, un tema que era tan delicado, tal terriblemente doloroso para su núcleo familiar (que en realidad, solo lo componían él y su progenitora). Amaba a su gatito, pero no sabía hasta qué limite podía llegar a soportarlo. Estaba seguro que en la mente del artista él seguía siendo un niño, un chiquillo torpe de mentalidad fácil de controlar, y aunque no quisiera admitirlo, quizá realmente se estaba transformando en ello. Suspiró, y se fue directo a su casa, necesitaba dormir, necesitaba… liberación.

 

 

 

 

Las nubes se comieron el cielo azul limpio durante la tarde, corría mucho viento, Jonghyun fumaba tranquilo desde su ventana, habían apuñalado a un viejo en la calle de enfrente. La sangre brotaba lentamente, su cuerpo estaba ahí inerte, la billetera vacía a un lado, la ropa se mecía con ese aire a lluvia repentino y arriba todo era gris. El cantante golpeó un par de veces el cigarrillo para limpiar las cenizas que se perdían en el aire, la atmosfera se sentía pesada, y él estaba ahí, solo con una camiseta sin mangas, contemplando la belleza de un escenario tan muerto como lo era su barrio. Se llevó una lata de cerveza a los labios y continúo contemplando al tipo que se desangraba, no podía compadecerlo, en algún momento había aceptado la muerte como algo natural y había dejado de sentirse intimidado por la idea de morir, era ridículo ser tan reacio a algo que es, al final y al cabo, lo único de lo que se tiene certeza en la vida ‘Nací para morir, es lo único de lo que puedo estar completa y ciegamente seguro’. Se estiró un poco y cogió su chaqueta, le haría bien caminar un poco bajo la lluvia, que lentamente estaba empezando a descender por las calles.

 

Todo estaba silencioso, exceptuando por el sonido lejano de una sirena de ambulancia, probablemente la que iba a atender al viejo que llevaba como una hora tirado en frente de su departamento. La lluvia era hermosa, tenía este no sé qué mágico, y verla desbordar los tejados mal construidos y sucios era un espectáculo aún más maravilloso. Deseó tener algo de dinero para un par de cigarros, pero se había gastado todo en comida, él era un sobreviviente y, por mucho que necesitara el tabaco, tenía que atender sus necesidades básicas primero. Estaba escribiendo una canción nueva, un poco más decadente, menos furiosa, quizá eso gustara a los putos cerdos de las discográficas, quién sabía.

 

-       ¡Hyung!

 

Se volteó al instante, era esa voz fresca, con un tono bajo, con una belleza extraña. Sonrió hacia Minho, quién tenía la espalda pegada a un pórtico de techo diminuto, con el cabello y la ropa todo mojado, con una sonrisa idiota, con los ojos hinchados. Hermoso.

 

 

No surprises - Radiohead

 

Los acordes infantiles les llenaban la oreja izquierda a Jonghyun y la derecha a Minho, se movían suavemente con el vaivén del vagón. El mayor miraba sin poder evitarlo, los muslos del modelo, esos muslos largos y delgados, firmes, empapados, las manos enormes entre ellos, se relamió inconscientemente, recordando la sensación de ellos entre las manos propias, que los apretaban fuertemente. Eran los únicos en el subterráneo y era extraño porque aún era relativamente temprano.

 

A heart that's full up like a landfill,

A job that slowly kills you,

Bruises that won't heal.

 

Minho recargó su cabeza sobre la del más bajo sin importar mojarlo, cerrando los ojos, perdiéndose.

 

You look so tired-unhappy,

Bring down the government,

They don't, they don't speak for us.

 

El alto veía estrellas difuminarse en sus parpados oscuros, sonreía irremediablemente.

 

'll take a quiet life,

A handshake of carbon monoxide

 

Podía recordar un episodio de Ren & Stimpy, se sentía como el chihuahua, como si le arrancaran los dientes uno a uno, abrió los ojos algo asustado, y en el reflejo de enfrente su rostro se deformaba.

 

With no alarms and no surprises,

No alarms and no surprises,

No alarms and no surprises,

Silent, silent.

 

Las luces corrían más lento en la profundidad negra tras los vidrios.

 

This is my final fit,

My final bellyache,

 

El recorrido entre cada estación era eterno, casi como si durara años.

 

With no alarms and no surprises,

No alarms and no surprises,

No alarms and no surprises please.

 

¿por qué no le crecía la barba? ¿Por qué soportaba tanto tiempo con hambre? Tenía mucha hambre…

 

Such a pretty house

And such a pretty garden.

No alarms and no surprises,

No alarms and no surprises,

 

-       No alarms and no surprises please – cantó suavemente, volteando a mirar al chico junto a sí, que permanecía con la cabeza gacha, mirando quizá qué cosa – Hyung – lo llamó despacio, haciendo que levantara su rostro, mostrando una expresión algo asustada – hyung, luces divertido, ¿pasa algo? – le sonrió torpemente, los ojos algo más hinchado – tengo hambre…

-       Minho – regresó a su compostura, mirando sospechosamente al menor - ¿Estás drogado?

-       Solo un poco – hizo una mueca, volviendo a mirar las luces, que avanzaban lentísimas – y lo digo en serio, sin excusas, porque mi mam… - se tragó las palabras, no quería que nadie volviera a juzgar a su madre – porque mi hermano no dejó mucho.

-       ¿Marihuana?

-       Si – asintió, quitando los audífonos, enrollándolos entre su dedo índice y pulgar con dificultad

-       ¿regularmente?

-       ¿Tienes miedo? – se volteó a verlo, sentía que lo había hecho cuidadosamente, pero Jonghyun casi se cae del asiento por lo brusco que fue - ¿Crees que soy un maldito drogadicto? No, solo lo hago un par de veces al mes, quizá semanal, para salir un poco de… de esto, no sé cómo se le puede llamar…

-       ¿De esta mierda? – ofreció, viendo la expresión sombría del otro

-       de esta mierda infectada – agregó, viendo cómo el tren paraba - ¡Oh! ¡Me bajo acá!

 

Se levantó con torpeza y se enredó con sus propios pies, cayendo pesadamente al suelo. El más bajo lo agarró de la cintura y lo levantó como pudo, el chico era delgado, pero le sacaba un par de cabezas como mínimo, suspiró, viendo su rostro, como el de un niño encaprichado, sin ninguna reacción al golpe, como si pensara muy concentrado, con el ceño un poco fruncido.

 

-       ¿Qué tanto piensas? – preguntó, examinando sus ojos enormes

-       Pienso en muchas cosas hyung, son cosas complicadas – las puertas se cerraron, el tren iba en dirección a la siguiente estación – será mejor que me baje, está es mi estación.

-       Ven a mi casa, no puedo dejarte así – intentó levantarlo, pero no reaccionaba

-       ¿así cómo? – inquirió alzando una ceja

-       así de vulnerable, vamos, hyung será bueno contigo – pidió, haciendo un leve puchero.

 

Se puso en pie resignado, afirmándose del pasamanos, y el mayor sonrió ampliamente, le daría algo de comer, conversarían bajo la lluvia, le sujetaría el cabello mientras vomitara, lo abrazaría suave mientras durmieran…

 

… mierda, estaba realmente jodido.

 


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