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Fetiche por carmesi

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Notas del capitulo:

Hola, como lo prometido es deuda les contaré de dónde saqué la idea, lo primero que tienen que saber es que todo sucedió en una penitenciaría de mínima, de esas donde sólo hay rateros y cosas así, yo iba con un grupo misioneros (mi familia es católica y si soy la oveja negra, no entremos en detalles  V.VU) Bueno, ese día había música, baile, juegos y  pues, fiesta, yo soy un poco antisocial, así que me alejé del grupo, me fui  uno de los salones donde trabajan carpintería y allí los ví  *w* : Un hombre muy alto y corpulento, pelón y más feo que pegarle a su mamá un veinticuatro de diciembre :P y otro chaparrito y más lindo que un ángel, estaba como me lo recetó el doctor XD, este chaparrito vestía un uniforme enorme, que yo supuse era del otro , y tenía un peluche y un chupón, yo me quedé :O What?, pero que se ponen cariñosos, cómo no me habían visto aún porque me tapaba el estante de las maderas, pues yo me oculté mejor, ahora a conciencia y me dispuse a ver *W*, estaba muy emocionada ¡Yaoi en directo! Cuando el grandote lo sentó sobre sus piernas  y lo comenzó a besar yo estaba que me moría del gusto, cuando sus manos comenzaron a apartar la enorme ropa y pude ver ese cuerpo bien formado entendí un poco el fetiche, por qué, pues porque la ropa era tan grande que uno no podía distinguir como era el cuerpo y  cuando al fin puedes hacerlo ¡Dios, causa un impacto muy positivo! je je je ^////^ Las cosas se pusieron muy calientes, el muchacho se sentó en el miembro del otro, de espaldas a él y abrazando con fuerza al peluche, que no me dejaba ver bien y allí odié al fetiche Ò Ó ¡Quería ver! Y bueno, en ese momento dejó de ser placentero para mí: Me pillaron ¡Dios! Fue la vergüenza más grande de mi vida,  una de las señoras, de esas muy religiosas me pilló con cara de idiota disfrutando del hecho, yo rogaba para que no le dijera a mi mamá…no funcionó, le dijo. Fue horrible, no lo imaginan. Pero, yo soy un caso perdido y a pesar de todo, no  pude sacar de mi mente lo que vi y creé todo esta historia alrededor de aquella imagen de inspiración XD…Recibí tantos sermones de tantas personas que ya ni oídos tengo V///V

Después de besarlo por largo rato el Capo se detuvo, le fue difícil pues esos labios le encantaban, pero aún tenía  asuntos que resolver. Tomó al chico por los hombros, viéndolo soltar un suspiro resignado. Su mirada se posó fugazmente en la soga que todavía colgaba de la lámpara y lo inundó la zozobra, temía dejarlo solo y que intentara ahorcarse de nuevo, para prevenirlo se asomó al pasillo y llamó a un reo que estaba un poco alejado, fumando un cigarrillo.

-¡Abel!

Este se sobresaltó-diga, mi Capo.

-Busca a Shadow.

El hombre asintió y fue a cumplir con lo que le ordenaban.

Alex frunció el ceño extrañado.

El Capo volvió junto a él-debes tener cuidado con Shadow, no es agresivo pero no está muy cuerdo.

Alzó la cara para mirarlo-de eso ya me di cuenta.

Bruno sonrió y le acarició la mejilla poniéndolo nervioso cuando de pronto entró Shadow, venía agitado y con la cara enrojecida por el esfuerzo.

-¡Ya llegué!-gritó como un desesperado.

-Tranquilo-dijo el Capo divertido-has llegado rápido.

-Venía subiendo cuando Abel me dijo-explicó entre jadeos.

-Bien, nos vemos en la noche-dijo besando suavemente a Alex como despedida.

Este sonrojó, le daba vergüenza con Shadow, pero él ni se inmutó.

-Cuídalo-le dijo el Capo a Shadow  antes de irse, más que una petición, una advertencia.

-Sí, lo cuido, lo cuido-exclamó con miedo.

Alex rodó los ojos y trató de desviar la atención a otros asuntos-oye, qué me ibas a enseñar hace rato.

Los ojos grises se clavaron en los verdes-¿Hace rato?...Ah sí, ven conmigo.

Alexandre iba a asentir pero de pronto recordó la advertencia del Capo “Debo saber dónde andas, siempre” y salió de prisa hasta llegar a la baranda del pasillo-¡Capo!-gritó.

Este , que iba por el descanso de la escalera lo miró con sombro, era la primera vez que lo llamaba.

Alex se sonrojó violentamente, pues no sólo el Capo lo había mirado, sino los presos que por ahí estaban-Es que…quiero ir con Shadow a…-notó entonces que no sabía a dónde irían y volteó a ver a su compañero.

-Al patio lateral-le informó este.

-Al patio lateral-repitió volviendo a ver al Capo con sus mejillas teñidas de rojo.

Bruno sonrió “es tan tierno” pensó –está bien, cachorro-contestó guiñándole un ojo y siguió su camino.

-¿Cachorro?-exclamó indignado-nah, qué importa.

-¿Te dio permiso?-preguntó Shadow justo detrás de él.

Alex lo miró con enojo, aún estaba abochornado-vamos.

En otro lugar de aquella penitenciaría, Raúl revisaba algunos documentos, estaba sentado frente a un escritorio del que no se conseguía ver la superficie por la cantidad de papeles, cuando el Capo llegó.

-¿Aceptó la vaina?-le preguntó al verlo sonriente.

-No-contestó con simpleza.

El otro lo miró extrañado-¿no?...y entonces qué vas a hacer.

-Nada-respondió el Capo encogiéndose en hombros para restarle importancia-si a él no le gusta no lo obligaré.

Raúl ensanchó los ojos impactado sobremanera, años escuchando al Capo hablar sobre aquel loco fetiche, encaprichado con la idea y ahora que lo tenía al alcance de la mano renunciaba así nada más, sólo porque el chico no quería; le dio una calada al cigarrillo que fumaba, tratando de adivinar los pensamientos de su amigo ¿sería posible que el gusto por ese niño se le estuviera saliendo de control? ¿Podría enamorarse del chiquillo?

-Y bien, la cosa cómo va-preguntó el Capo despreocupadamente tomando un documento de entre tantos, para echarle una ojeada.

-Más o menos-contestó Raúl aun anonadado, si su amigo llegaba a enamorarse debía alegrarse por él, pero qué tan conveniente sería eso para el negocio. Dando una segunda calada a su cigarrillo, sin quitar su mirada del semblante alegre del Capo, comenzó a preocuparse.

Mientras, Alex y Shadow transitaban el mismo pasillo por segunda vez y de nuevo había alguien en él, un hombre de unos veinticinco años, metro setenta y ocho y buen cuerpo. Recargado en la pared los había mirado fijo desde que pisaron el pasillo. Alex frunció el ceño pues no más al verlo Shadow se puso muy nervioso y se había ocultado tras él, soltando un suspiro decidió pasar ignorando al extraño, mientras Shadow le retorcía la camisa, muy alterado Cuando ya habían pasado al joven este habló:

-Tú eres Alexander ¿cierto?

-Qué te importa-contestó hosco sin dejar de caminar.

El joven apuró el paso dándole alcance, Alex entonces se detuvo, no quería que aquel desconocido lo siguiera.

-Tranquilo-dijo el joven sonriendo-sólo quiero conocer al colega.

Shadow se apartó poniéndose de cuclillas y tapándose el rostro con las manos como si así pudiera ocultarse.

Los ojos verdes lucían enojados.

-Me llamo Matthew-se presentó mirándolo descaradamente de arriba abajo-yo era la mascota del Capo.

Alex se asombró con la forma en la que ese hombre se refería a si mismo-¿mascota?

-No te preocupes, me desechó hace mucho, antes de que tú aparecieras. No hay bronca entre nosotros.

-Y eso qué tiene que ver conmigo-preguntó Alex descolocado-por qué habría bronca.

El otro sonrió con malicia-coño, yo podría pensar que tú me lo quitaste, por eso.

Frunció el ceño molesto, odiaba que le hablara como si el fuese un homosexual-me importa una mierda el Capo, si quieres te lo puedes quedar y hacer con él lo que desees-escupió enojado-¡Yo no soy gay!

Matthew se sorprendió-¿no eres gay?-exclamó para luego soltar la carcajada-amigo, entonces tú sí estás bien jodido.

Apretando los puños con furia se giró para marcharse pero Matthew se interpuso en su camino.

-No te enojes-comentó divertido-pero coño, con ese culo no puedes ser hetero, es un pecado.

Para Alex eso fue demasiado, la gota que derramó el vaso, sin contener más su ira le propinó un fuerte puñetazo en el rostro derribándolo-¡Cállate, hijo de puta!

Matthew se levantó sobándose la cara pero manteniendo su sonrisa- pegas fuerte, mocoso, pero no sé por qué te enojas si te estoy echando flores, tienes un culo  de dios griego, como para comérselo-provocó deliberadamente.

Alex se abalanzó sobre él para golpearlo de  nuevo, pero este ya prevenido lo esquivó y le hizo una llave situándose tras él-me gustaría hacértelo bien duro para orírte gritar de placer-dijo moviendo su pelvis contra su trasero como si estuviera penetrándolo.

Iracundo, Alex logró meter su pierna tras la de Matthew, enganchándola e hizo palanca logrando que este perdiera el equilibrio y cayera. Una vez libre logró asestarle otro golpe e iba a continuar pero sintió que alguien lo alzaba en peso y lo separaba de su adversario, era Shadow que intervenía.

-¡Basta!-dijo con un inusual tono serio-No peleen.

-¡Que asco!-exclamó Matthew-cómo dejas que te toque este tipo, da asco, siempre hediondo, puro hueso ¡Arg, asco!-dijo dramáticamente marchándose.

Shadow recuperó su semblante distraído y comenzó a llorar.

Alex, quien aun jadeaba por el esfuerzo y el coraje, no pudo evitar sentir compasión “Así que de este tipo saca que da asco”, pensó, respiró para calmarse y le palmeó la espalda -¿no me digas que te importa lo que diga ese cabrón?

Shadow no respondió, seguía cabizbajo, llorando.

-¿Y entonces?. Tengo un amigo tarado-bromeó dándole un leve golpe en el pecho-cómo le vas a creer a un tipo con mierda en el cerebro.

Shadow abrió los ojos con asombro-¿amigo?-murmuró ilusionado, hacía muchos años que no era más que una sombra para los demás, de allí su sobrenombre. Con su corazón latiendo esperanzado lo abrazó con fuerza.

Los ojos verdes parpadearon sorprendidos, no esperaba esa reacción y sin poder evitarlo se sonrojó.

-Gracias-susurró Shadow  en su oído.

Conmovido Alex correspondió a su abrazo y cerró los ojos pensando que talvez ese hombre tenía algo en común con él: la soledad.

Un poco apartado, unos ojos negros estaban fijos en Alexander, era el colombiano que esclavo de su cuerpo no podía evitar la tremenda lascivia que lo invadía cada vez que veía al lindo chico de ojos verdes. Sabía perfectamente que  el Capo lo mataría si lo tocaba, pero que tal  si el Capo no podía identificar al hombre que se  follara a su posesión. Las ideas danzaban en su mente, podría utilizar droga…o atarlo y vendarle los ojos, muchas ideas tenía para que Alex no lo reconociera, pero aún no tenía certeza de lo que haría, pero de lo que sí estaba seguro era de que estaba obsesionado con aquel muchacho.

Notas finales:

Hasta la próxima y gracias por leer :D


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